Quantcast
Channel: SAULILLO77 – PORNOGRAFO AFICIONADO
Viewing all 249 articles
Browse latest View live

Relato erótico: “MI DON: Raúl – Bellas y bestias (39)” (POR SAULILLO77)

$
0
0

Se dice que el hombre piensa en sexo cada 7 segundos, es mentira, o al menos para mí, será una media mal hecha, ni siquiera yo a estas alturas llegaba a eso, pero había creado un sucedáneo de esa frase, podía follar en menos de 7 segundos, y con mas de 6 mujeres distintas, había creado un micro hábitat en mi casa, una especie de harén propio, y me encantaba, eso si, las latas de bebidas energéticas eran base de mi dieta, no podía ser de otra forma, todo conlleva un precio y el mío era una sensación constante de cansancio, pero a mi juicio era bajo coste, y cualquier hombre mataría por estar en mi situación.

Mi semana estaba casi completa del todo, llevaba 3º semanas con Liz viviendo en mi casa, y sin ser una mujer de bandera, se convirtió en una persona importante, era la unión que hacia aquello posible, Eli cubría mis mañanas desde la 10 y media hasta que se iba a la hora de comer, era la única a la que trataba con cierta diligencia, casi cariño, Jeni estaba aprendiendo rápido en nuestras clases de las tardes después de salir a correr, seguía negándose al anal pero me bastaba con el resto de su cuerpo, Yasira se ocupaba de mi las noches de los fines de semana, solo de recordarla bailar en la pista sobre mi se me pone dura. También tenia a un par mas de chicas de repuesto, nada que merezca la pena relatar, la hija del panadero de la esquina, de mi edad, era fea como un cardo pero tenia un cuerpo de escándalo y olía a pan recién hecho, tuvo buena/mala suerte y la pillé cuando a Liz le llegó el periodo, o la vecina del 6º, una MILF de 50 años con un cuerpo de 30, no hizo falta mas que 3 viajes juntos para que ella pulsara el botón del STOP echándoseme encima y la diera un par de revolcones acabados en mi casa. Y cuando ninguna estaba disponible, cuando tenia ganas, Liz nunca me decía que no, se mostró tan servicial y tan frágil entre mis manos que la dije que podía ir vestida normal si quería, en vez de solo con las faldas que la dejaba llevar, se negó en redondo, la sensación de que me excitaba verla con minifaldas elásticas o las faldas del colegio recortadas, y de poder ser penetrada en cualquier momento, la tenían en una nube y no deseaba perderlo. Por lo tanto di por concluido mi objetivo, había logrado una meta que me sacó de la apatía, se lo agradecí celebrándolo con Alba, la enfermera que me devolvió a la vida, con su marido ya en casa se escabulló para ser destrozada con gratitud.

Lo mejor es que, si no todas, la mayoría ya se conocían, se habían visto en las entradas y salidas de mi casa, o se quedaban charlando en el sofá entre ellas, más de una vez tenia a 3 o 4 en casa, y me tiraba a 1 mientras las otras comían, o a 2 a la vez mientras la otra dormía, ninguna se mostraba violenta por la situación ni me mencionó nada en ningún momento, todas entendieron que aquello era mi picadero, y allí mandaba yo, las había dejado claro que seria así, y a todas, que si no les gustaba la puerta estaba abierta para irse, ninguna se fue. Liz fue una gran ayuda para todo, no solo en casa, donde ayudaba a Dani y se mostraba divertida y social, si no que en el sexo estaba a mi lado, cuando alguna chica desfallecía antes de tiempo ella me calmaba y cuando era yo el que me desvanecía de cansancio me demostró que no mentía cuando me dijo que era muy buena con las mujeres, comía coños mejor que yo, sabia donde tocar, lugares que hasta Eli no sabia, o no me dijo en mi “formación”. Cuando no la necesitaba se ocupaba de la casa o permanecía en su cuarto, tenia total libertad, pero cuando silbaba estaba siempre cerca para atenderme, me odio al decir que la trataba como a una esclava, no ya en lo sexual, eso tiene su morbo, si no en la rutina diaria, ponía lavadoras, planchaba, limpiaba la casa, la mandaba a por recados……..o simplemente en vez de bajar a la nevera la hacia traerme las cosas, pero no rechistaba nunca, y más que tomárselo como algo denigrante, creo que lo usaba para intentar provocarme erecciones, su forma de moverse era demasiado sensual como para ser espontánea, y a menudo lo conseguía, aunque tuviera a 2 en la cama exhaustas y rotas, y yo no estuviera mejor, era verla con una falda con vuelo meneándose y me iba a por ella. Mi hermana, se enteró de lo de Iziar, esta misma se lo dijo, me cayó una bronca de época, me chillaba en el piso con Iziar al lado, maldiciéndome por que la había violado o algo así, pero cuando la puse la grabación de Iziar pidiendo que la follara se tuvo que tragar sus palabras, (si, seguía grabándolo todo con las cámaras que dejé puestas, a modo de precaución, esas grabaciones me habían salvado la vida mas de 1 vez, y lo seguían haciendo, ¿por que parar?, me compré 3 PC baratos que tenían gran memoria de almacenamiento, solo para ir guardándolo todo, lo relevante, Liz me pegó enfadada por no decírselo, pero la enseñé las cintas y se calentó tanto que terminamos follando 4 veces seguidas.).Pero de forma increíble, no sabían ni sospechaban nada de Liz y de mi, Iziar no se acordaba de haberla empotrado contra es cristal con Liz mirándonos, estaba ida de placer, y Liz se las ingeniaba para quedar con mi hermana cuando estaba bien cubierto y así no levantar sospechas, era gracioso y excitante el juego que nos traíamos con ella, así que lo juzgábamos sin parar, siempre lejos de mi madre, queríamos jugar con fuego, no quemarnos, estaba seguro que en cuanto nos viera juntos mas de 10 minutos lo sabría. Un día estaba charlando con Liz y Dani, esperando a que Eli llegara de su programa, desayunando con ellas mientras nos reíamos y charlábamos, entre las 2 tenían la casa en perfecto estado y podían permitirse trabajar relajadas sin presiones, cuando mi felicidad, aquella que nublaba mi vista y me hacía ver todo con un extraño velo de borroso, se puso en entredicho.

-YO: en serio, sin Liz seguiría follando a diario.

-DANI: tu claro, pero no ser….¿serrias? – trataba de empezar a conjugar los verbos y sus tiempos al hablar se extendían – ……….serias mucho menos feliz.

-LIZ: así es, ¿que seria de ti sin mí?

-YO: pues lo mismo hasta mejoraría mi vida, no te fastidia, aquí cuestionándome – me agaché besándola con fuerza, aquella camaradería entre ellas era de lo mas refrescante, materia mi mente ágil y me reía muchísimo.

-LIZ: tu veras, pero tal como vienes de trabajar, que me haces correrme tanto que tengo que cambiar las sabanas, se diría que me tienes ganas.

-YO: eso es por que en el trabajo no tengo a nadie……….

-LIZ: lo ves, no acabaste tu semana perfecta jajajaja – caí de golpe.

-YO: tengo a Adriana……..- lancé a la desesperada.

-DANI: ¿Adriana?, no ser chica que tu fo….¿follarte?….. ¿y dejó trabajo? – mi silencio era un “si”, se rieron a carcajadas.

Era cierto, después de tirármela me huía y a la semana dejó el trabajo no se si fui yo o no, pero la cosa era que, en mi semana perfecta, había un momento en que realmente no estaba follando si quería, el trabajo, había levantado los brazos antes de cruzar la cinta del final, por suerte sabia que ese despiste no me costaría la meta, era la hora, mi jefa iba a caer.

Maldecía por ser miércoles aun, hasta el sábado no la vería, tenia el móvil de la jefa, podía llamarla y hacer mi show en casa, pero eso “no valía”, tenia que ser en el trabajo y con ella, era un reto más, un último esfuerzo, esa apuesta conmigo mismo no era banal, no era ego, era un juego pero tenia un sentido para mi, un propósito, si podía completarlo significaría que estaba listo para lo que me aguardaba en el futuro, ya tenia clara la idea de lo que iba a hacer, pero para eso, para poder hacerlo necesitaba un empujón anímico y moral, y era llenar la semana, así que me puse a pensar 1000 maneras de abordarla en el trabajo, eso era fácil, muy a menudo se pasaba por el almacén a “hacer inventario”, lo que hacia era devorarme con los ojos mientras sudaba colocando cajas con la camiseta trasparente de la humedad pegada a mi piel, y cuando cogía la escalera la metía mano para que no se cayera, saltaban chispas cuando la rozaba, me deseaba más que yo a ella, y no era fácil.

Mi jefa era una mujer de 29 años, rubia de pelo algo corto, le daba para hacerse coletas pequeñas, rubia de bote con raíces castañas, guapa sin destacar y con ojos negros, de 1,70 de altura, nunca la había visto desnuda, ni con otra ropa que la de trabajo, aunque su me conocía bien su cuerpo, las ropas finas del uniforme ayudaban a ello, era estrecha y delgada, incluso sus brazos y sus piernas eran demasiado esqueléticos para mi, pero por lo que venia tenia buen culo bajo los pantalones verdes, prieto, alto, redondo y bien formado, se le marcaban las bragas, o el tanga, de forma clara, sus tetas no eran nada del otro mundo, una 90 como mucho, pero siempre usaba sujetadores llamativos de color rosa, rojo, amarillo, y se le translucían claramente bajo la camiseta caqui de encargada, con los cual era inevitable mirarlo, repasando el contorno de las copas del sostén y perdiéndote entre sus senos cuando se movía para coger algo y se le veía el escote. No por faltar, pero de carácter, era una mala zorra, era de esas jefas que te sacaban de quicio, se cebaba cuando cometías un error, tenia a la mitad de la plantilla acojonada y a la otra con demasiado respeto como para cuestionarla, o si quiera bromear con ella, solo yo y mi afabilidad la sacaban alguna sonrisa, era el único con el que hablaba de forma distendida, por que era el único que no la cagaba casi nunca, cierto es que es difícil cagarla cargando y colocando cosas en un almacén, y lejos de las cajas registradoras y de los problemas de los cambios, así que a mis espaldas me llamaban el perro de la jefa, por que siempre que ella necesitaba algo, me lo pedía a mi, y el verbo es lo importante, “pedía”, al resto se lo ordenaba, y si no cumplían, me llamaba, me lo pedía y soltaba el látigo de su lengua contra los demás, halagándome por mi buen trabajo mientras ellas eran una panda de inútiles sin cerebro. Me ponía en una situación delicada, pero nunca me he llevado mal con nadie, como sabéis soy muy social y me cuesta caer mal a la gente y que me caigan mal, y cuando pasa, simplemente me alejo de ellos, así que usaba mi influencia sobre ella para apaciguar sus sermones con bromas o momentos divertidos para rebajar la tensión, luego venia y me decía que la restaba autoridad ante el resto, pero nunca se mostró enfada conmigo, ni colérica como la llegué a ver con alguna novata, era suave, lo era en parte por que quería serlo, necesitaba un descanso de aquella fachada de maldad que se ponía, y en parte por que era inútil contra mi , cada vez que venia hecha una furia con 2 bromas ya le sacaba una sonrisa que la relajaba, hasta creo que me buscaba por eso, para calmarse, y alguna vez terminaba llorando de nervios y la tenia que consolar con abrazos, luego salía y la oía pegando gritos, ya no sabia que parte era la real y cual fachada, pero me daba igual, ahora era mi objetivo.

El viernes me deleité con Eli antes de que se fuera, y de noche Yasira me llevó a un sitio de marcha con sus amigas, un local latino en una zona de mala fama, sus amigas disfrutaron de mi compañía y yo aun más, alguna podría entrar en mi cajón, pero estaba centrado, le había pedido a Yasira que volviéramos pronto a casa esa noche, tenia que trabajar al día siguiente y no podía presentarme sin dormir, pero la noche es la noche y se nos hizo algo tarde, la “suerte” fue que una chica pasada de copas se me tiró al cuello, a Yasira no le hizo gracia, y al novio de la chica aun menos, comenzó una gresca en que me aseguré de que a Yasira no la pasaba nada, la protegí con mi cuerpo y me llevé un puñetazo en la espalda, me escoció, tuve ganas de girarme y apalear a quien hubiera sido, pero no podía pelearme y proteger a Yasira a la vez, así que la cogí del brazos y la saqué del infierno de borrachos, salidos y violentos que se convirtió el local, justo a tiempo para salir y que llegara la policía, sinos llegamos a quedar dentro nos tienen interrogando hasta el amanecer, alguna navaja había aparecido, tenia sangre en la camiseta, Yasira se asustó, pero me miré la piel y no tenia heridas, la revisé a ella y tampoco, seria de alguien que dejamos atrás a empujones, era poca cantidad pero la línea era recta y clara, de un filo de arma blanca, di gracias a dios y salimos de allí evitando broncas. Yasira me agradeció en casa protegerla, con un par de polvos en los que no me moví lo mas mínimo, lo agradecí, tenía que estar fresco, y me dormí relativamente pronto, al levantarme le pedí a Liz que cuidara de Yasira, las quería a las 2 en casa a mi regreso, no sabia como iría con mi jefa y si no daba la talla volvería con ganas de saciarme, es más, tenia tan poco tiempo para terminar mi trabajo, seducir a mi jefa y follarla que seguramente aunque fuera bien volvería con ganas de más. Llegué al trabajo puntual, mi jefa ya estaba allí hacia rato y me saludó con frialdad, estaba abroncando a un chaval por alguna historia de las latas de refresco, esa mujer era incansable en sus reprimendas, cuando se cansó y le dejó irse medio sollozando se me acercó.

-YO: ¿ya estas liada? – la hablaba sin dejar de apilar los bandeja de tomates que había dejado el camión.

-JEFA: si es que no aprenden, estoy harta de tanto niñato, si no sabe ni poner unos precios ¿que coño hace aquí?

-YO: pues trabajar, como todos……..menos tu.- giró la cabeza medio ofendida.

-JEFA: perdona guapo, que yo trabajo como la que más.

-YO: pues yo no te veo amontonando cajas…..- puse 3 de un solo movimiento en su sitio.

-JEFA: no si encima de todo lo mío me quieres ver cargando como una mula…..- sonreía secándose un sudor inexistente de la frente.

-YO: quizá si te vieran dando ejemplo y no echándoles la bronca, trabajarían mejor.

-JEFA: ¿a estos?, no se merecen ni que les mire a la cara, 2 han llagado tarde y una a su hora por que se ha quedado dormida borracha en la entrada, vestida de fiesta, que parecía una puta.- se alejó vociferando.- y el pescadero es un payaso, ni ha aparecido todavía, el único que merece la pena aquí eres tu, créeme lo que te digo- gritaba al pasillo para que la oyeran todos.

Me subía el ego un poco pero es que el nivel no era muy alto, cajeros de supermercado, tampoco era el MIT, había hasta algún deficiente mental que fregaba los pasillos, el estado les daba un pico de dinero por tenerlo, y según decía mi jefa era el único que cumplía su cometido sin errores, aunque fregar pasillos no es difícil. Me centré en lo mío y en 1 hora coloqué el almacén entero de todos las descargas de camiones, estaba empapado en sudor y jadeante, pero la 1º fase estaba acabada, ahora tenia 2 horas para seducirla y follarla, no pedrería tiempo disimulando, me quité la camiseta dejando mi torso trabajado brillando de la transpiración, me coloqué la polla bien marcada y estuve 10 minutos moviendo la misma ultima caja de forma que cuando entró mi jefa pareciera que acababa de terminar, al verme se quedó pálida.

-YO: ¿que te pasa?

-JEFA: nada………….esto……… ¿ya has terminado? – disimuló.

-YO: esta es la última caja, hoy había poco – mentira, había lo mismo de siempre.

-JEFA: joder, estas……digo eres muy bueno…….pero…….¿y tu uniforme?- me acerqué a ella secándome con la camiseta el pecho, ofreciéndola una visión libidinosa.

-YO: es que aquí hace mucho calor, me molestaba al moverme y me la he quitado, ¿me la pongo? – la pregunta era la prueba, su estricto código la obligaba a que lo hiciera.

-JEFA: no…..si ya has terminado…pues descansa unos minutos si quieres y ahora me ayudas………….con el inventario.- se mordió el labio mirando mis pectorales a escasos centímetros de su cara.

La abracé levantándola medio metro del suelo agradeciéndoselo, ella sonrió, y al separase tenia la camiseta tan empapada de mi sudor que se le marcaba todo, como tenia calculado, la vi sonrojarse un poco antes de meterme en la cámara negativa, como algunos sabréis estos sitios tiene el almacén, luego una cámara positiva entre 2º y 6º grados para productos frescos, y la negativa, a -20º grados para congelados, es malísimo y me costó algún resfriado, pero me encantaba meterme en la negativa sudando, sentía las gotas recorrer mi cuerpo enfriándose y la piel endurecerse hasta parecer una película quebradiza, me pasaba allí minutos enteros, con el vapor de mi calor haciendo vaho en el frío, al salir la vi cogiendo unos papeles y me miró consternada.

-JEFA: no te puedes meter ahí sin camiseta, no es higiénico.

-YO: ¿y que más da con o sin camiseta? – me hacia el tonto.

-JEFA: pues por que no………el sudor y los pelos……- su mirada era a mi torso aunque trataba de alzarla.

-YO: mis manos y brazos no cubiertos por la camiseta sudan igual y sin ve algún pelo en mi cuerpo, avísame.- me abrí de brazos dejando que me radiografiara relamiéndose con una sonrisa picara.

-JEFA: ya veo, pero no lo vuelvas ha hacer, nos pueden meter un puro si te ven. – asentí de forma falsa.

-YO: bueno, ¿y el inventario? – soltó una risa fugaz y alzó los papeles.

-JEFA: aquí esta todo, empezamos ya.- casi era feliz de mi entusiasmo por contar cajas, paneles y bolsas.

Como siempre empezamos por abajo, lo mas grande y fácil de contar, yo movía cajas y ella contaba, de vez en cuando venia alguien a preguntarla pero había otro encargado de menos jerarquía fuera, mucho más amable que ella, así que nos solían dejar en paz, iba apuntándolo todo mientras yo hacia esfuerzos por mantener una caja volcada o levantada para que ella se agachara para contar mejor, yo me comía con los ojos sus escotes, y su culo prieto al moverse marcando un tanga claramente, su sujetador rosa hoy me parecía más llamativo que nunca, la vi las copas cuando se aplastó contra una columna, eran blancas rodeado de rosa, y al encorvarse para contar otra cosa, su tanga salió despedido de la cintura de su pantalón dejándome ver la parte de atrás rosada también, fue tan notorio que se puso en pie y con algo de disimulo se lo metió de nuevo en el culo, la gastaba bromas soeces mientras nos movíamos y la dejaba contar tranquila cuando señalaba con el bolígrafo lo que fuera que mirara. Le tocó el turno a las cosas de los estantes, menos grandes pero que se contaban fácil, y luego a la parte alta de los estantes, ella no llegaba bien pero yo de sobra, así que le iba bajado las cajas y ella contaba lo que había dentro, tan rápido iba que se adelantó y trató de bajar una caja ella sola y se volcó hasta casi caerle encima un montón de desodorantes, llegué justo a tiempo de poner la mano y evitar la caída pero del gesto quedé pegado a su espalda agarrándola del vientre por si tenia que doblarla para protegerla con el cuerpo, con mi rabo en su culo y mi pecho desnudo en su espalda, con los brazos estirados hacia arriba cogiendo la caja.

-YO: ten cuidado bonita, que te has podido hacer daño.- no soltó palabra, ni se movió, casi creo que degustaba la sensación de estar rodeada de mis brazos y mi verga posada sobe sus nalgas.

Bajé la caja y lo contó dándose algo de prisa, la situación se repitió varias veces, creo que las provocaba, y cada vez mi llegada era mas apurada, y mi golpe con la pelvis más violento, la salía un suspiro cada vez, hasta que a la ultima no me dio tiempo, tiró de 2 cajas y se volcaron, me dio tiempo a echarme encima de ella y sentir como paquetes de arroz de 1 kilo me caían en la espalda sobre nosotros, si crees que 1 duele imagina 37, no todas me alcanzaron pero aguanté agachado con ella escondida debajo de mi, hasta que cayó la ultima.

-JEFA: ¿estas bien?

-YO: como una rosa – mentí, alguna me había hecho daño, pero era un tío fuerte y orgulloso.- ¿y tú?

-JEFA: no me ha dado ninguna, gracias – me besó en la mejilla y nos separamos un poco, su mano se poso en mi pecho levemente antes de apartarla.

-YO: pues nos acabas de enterrar en arroz – nos reímos al vernos rodeados, alguno había reventado al chocar y teníamos arroz por todos lados, me puse en pie y le ofrecí mi mano con gentileza para ayudarla a ella, se elevó repasando de cerca mi cuerpo y cuando estuvo en pie la cogí de las costillas y en un movimiento de arco la saqué de la montaña paquetes posándola entre risas a salvo.

Las coloqué y conté a la vez para dejarlas en su sitio, al terminar sentí las manos de ella en la espalda.

-JEFA: mira como te he puesto……..- me giré inútilmente intentando ver mi espalda, aunque si vi en un costado una rojez en forma de paquete.

-YO: joder, no me veo, ¿esta mal?

-JEFA: ¿no te duele?

-YO: que va……..- me escocía, pero solo si rozaba ciertas partes.

-JEFA: tienes a espalda llena de golpes……….lo siento – creo que fue la 1º vez que se lo oí decir.

-YO: no pasa nada, todos cometemos errores, venga que queda al parte de arriba – la cogí de la mano y la besé para restarle importancia a mis golpes, en unas horas se irían las marcas de la piel.

Sonrió aliviada, y se mostró mucho más cauta con la escalera que usábamos para llegar a las zonas mas altas aun, era vieja, le faltaba el escalón de abajo y cojeaba de una pata, era un peligro publico en si misma, pero era lo que teníamos, ni siquiera yo llegaba a ver lo de arriba del todo así que ella, mucho más menuda y grácil, se subía mientras yo mantenía la estabilidad con los brazos, era divertido verla subir y bajar tantas veces, arriba las cosas pequeñas y más sueltas costaba contarlas así que me deleitaba con su trasero, al faltar el ultimo escalón siempre daba un salto al bajar y al subir, sus senos botaban los suficiente para que , muy recatadamente, se tapara con los papeles para no dejarme verlos rebotar. Lo mejor eras las esquinas, había poco espacio por 2 columnas así que tenia que ponerme detrás de ella según subía y para evitar que se moviera al escalera sujetar con ambas manos, así que se frotaba la espalda contra mi mientras subía y bajaba, dando saltos, la divertía tanto como a mi, estaba acalorada y sudando la camiseta se le pegó

hasta ser solo una segunda piel, se le marcaban los lunares y salvo el sujetador podría hacerlos una descripción de cada palmo de su torso, al estar abajo la veía por encima del hombro el amplio escote vibrando cuando escribía, yo me seguía haciendo el tonto y le pasaba los bazos por encima para indicarla cosas obvias, así la rodeaba con los brazos, ella giraba la cara mirando como si fuera retrasado, pero sus labios y la nariz se rozaban con mi mejilla o mi cuello, la devolvía la mirada quedando a escasos milímetros de su cara, mirándola a unos profundos ojos negros sin apartarla la mirada, y cuando me explicaba lo tontería que había preguntado dejaba caer mi cabeza en su hombro fingiendo sentirme avergonzado, pero la hacia reír y yo olía su cuerpo, el trabajo allí no olía a jardines, pero el cuerpo de una mujer bonita rara vez huele mal, y ella no era diferente. En las ultimas veces movía algo la escalera con el arriba para bromear, ella se aferraba gritando de nervios, en la última fui a por todas, habíamos terminado y me quedaba como una hora hasta salir, volví a mover la escalera cuando terminó de contar.

-JEFA: para, Raúl, que me vas a matar.

-YO: no seas boba, no te vas a caer.

-JEFA: me puedo caer de la escalera.

-YO: podrías, pero no tocarais el suelo, te cogería antes de que te ocurriera nada.

-JEFA: no podrías conmigo si caigo desde esta altura – tenia algo de razón, sus pies encima de la escalera estaban a la altura de mi cabeza.

-YO: como a una pluma

-JEFA: exageras……….

-YO: ¿no me crees? Salta……..- me miró incrédula.

-JEFA: ¿que dices chalao? – se puso colorada ante la idea.

-YO: ¿no te fías de mi o que?

-JEFA: claro que me fío, pero….- la corté.

-YO: pues salta, ¡¡venga!! – movía la escalera un poco haciendo que se agachara para aferrarse a la parte alta.

-JEFA: vale, para, para, por dios, jajajajjaa – era una travesura y a toda mujer estricta le gusta hacer alguna de vez en cuando.- pero cógeme por lo que más quieras…….

-YO: no aceras, te agarraré como sea, pero no tocaras el suelo.

Contó hasta tres y cerrando los ojos con un ligero grito de vértigo se dejó caer de espaldas, medí perfectamente, una mano rodeó su cintura y la otra una de sus tetas, encorvé el cuerpo para recibir el impacto y su espalda se pegó a mi pecho, con las piernas dobladas y encogidas, bufé del esfuerzo pero la tenia sujeta y a salvo, de la caída, claro esta. Reía sin parar cuando sin dejarla posar los pies andaba hacia atrás dándola con mi polla semi erecta en su trasero, al posarla en el suelo la doble la espalda hacia delante besándola la nuca como gesto de cariño, al ponernos rectos sonreíamos sin parar.

-YO: ves, como una pluma, tú confía en mí.

-JEFA: lo hago, si no, no me hubiera tirado jajaja estas muy fuerte.- acaricia mi antebrazo en su vientre.

-YO: es que cargo mucho peso en el trabajo, mi jefa me explota.- me golpeó la mano en su ombligo como replica aspirando abriendo la boca.

-JEFA: serás mentiroso…..- a todo esto mi mano seguía aferrada a su pecho, de la caída se le había salido la camiseta y la sostenía del sujetador directamente, rozando con las lemas la parte descubierta de su seno – ………anda suéltame.

-YO: no quiero……….- burlón de mí parecía otra broma.

-JEFA: Raúl……..me esta agarrando una teta – su tono denotó que por ahora tenia que recular, era un aviso inocente, como si no me hubiera dado cuenta, no acusador.

-YO: joder, perdona……- solté de golpe mientras ella reía se gritaba para mirarme.

-JEFA: no pasa nada…….…así te compenso por lo del arroz jajajaja……..…- se colocó la camiseta con delicadeza -………..anda ayúdame a pasar al ordenador todo eso.

La seguí improvisando, me la había puesto durísima tocarla así, y aunque no se note en este relato, su actitud tan cruel con los demás y tan dulce conmigo me calentaba aun más, estaba resultando difícil, pero a estas alturas ya sabia que solo tenia que ser yo y esperar el momento adecuado. Nos sentamos en el cuarto de encargados donde solo ella tenia acceso, para hacer los pedidos y las incidencias, había un par de tomates pochos con los que jugaba a malabares mientras repasaba las cuentas del inventario con ella, me había sentado a su lado con la polla bien marcada y dura sobre mi perita izquierda, recostándome haca atrás para dejar que luciera, y la pillé mirando 3 o 4 veces, me repetía que me estuviera quieto con los tomates hasta que se hartó.

-JEFA: raúl, para ya.

-YO: solo estoy jugando…….

-JEFA: pues para, no todo es jugar, deja los tomates en la mesa……….. y haz el favor de sacarte eso de los pantalones……- aluciné sin entenderla.

-YO: ¿que?

-JEFA: no me gusta que juguéis con la comida, es género que perdemos.

-YO: son tomates pochos que vamos a tirar……- aun no la entendía, per se me daba bien seguir el rollo sin delatarme.

-JEFA: ya, y el pepino que te has metido en los pantalones para hacer la gracia, ¿que?- estaba enfadada realmente, y más cuando me eche a reír.

-YO: no es un pepino jefa…………

-JEFA: pues calabacín, o lo que sea, no puedes estropear producto de es forma………- rompí en carcajadas que la pusieron roja de furia.- ¿se puede saber que te hace tanta gracia?

-YO: ¿quieres la verdad? – me secaba las lagrimas de la mejilla.

-JEFA: claro……..- espetó seria.

-YO: no me he metido nada, lo que ves es mío.- un leve gesto en la cabeza con una sonrisa ñoña falsa me indicó que no me creía.

-JEFA: ya………. – seseó la palabra mirándomela con el descaro en su seguridad en la broma del bulto de mi pierna, me lo puso en bandeja, de un gesto hábil y rápido desabroché el pantalón sin llevar slips y me saqué la polla delante de ella, saltó orgullosa ante sus ojos, tiesa de los roces previos.

Su cara fue una mezcla de incredulidad, vergüenza y pánico, se levantó de la silla echándose atrás tapándose la boca con ambas manos, solo una inspiración de su parte y mis risas rompían el silencio, eso y mi mano meneándola ante sus ojos.

-JEFA: no…..no puede ser…….¿eso es tuyo? – lo señaló desde la lejanía.

-YO: no, me lo han prestado, no te jode………

-JEFA: haz………..el favor y meterla en los pantalones, por dios. Lo siento……….no creía que…… dios………- me reía mientras me la volvía a guardar.

-YO: ¿no creías que? – apreté la tuercas mientras me la colocaba igual de clara y evidente que antes.

-JEFA: joder, es que……..nada, déjalo, sigamos.- asentí con risas, ella me miraba con odio por haberla dejado en ridículo, pero en su cabeza pasaba la imagen de mi polla, y la miraba aun de reojo.

Terminó de contar perdiéndose mas de 3 veces por prestar mas atención a mi entre pierna que a sus números, estaba distraída y tensa, como me gusta tenerlas, al acabar se pensó en pie, archivando las hojas y me puse en pie para dejarla pasara al armario donde las dejaba, no era un palacio, era estrecho y no me aparté demasiado así que su culo se rozó con mi polla de nuevo, se le cayó una hoja, le temblaban las manos, quiso agacharse pero se dio cuenta de que si lo hacia me dejaba el culo ofrecido, así que fui yo quien me agaché a por ella, se la di y la cogió sin apenas mirarme , me estaba rozando bastante cuando se giró de bruces.

-JEFA: tengo que saberlo, ¿estas………empalmado?- había caído.

-YO: un poco, peor no estaba del todo.- su expresión era de curiosidad erótica.

-JEFA: ¿pero la tienes así siempre o………?

-YO: me la has puesto morcillona tú, con tus roces y tu seno agarrado, soy un hombre y no puedo evitar que me excites.

-JEFA: pero solo estabamos jugando Raúl, no puedes ponerte así.

-YO: díselo a ella – me agarré la polla con desdén – ¿que hago? ¿no te miro tu precioso culo cuando te agachas o dejo de mirarte el sujetador llamativo bajo tu camiseta? – se sonrojó- no pidas imposibles, bastante tienes con que no te haya saltando encima al estar con la camiseta empapada de sudor.- se miró apreciando como la tenia pegada al cuerpo.

-JEFA: pues más te vale desahogarte antes de que alguien te vea en el trabajo, eso es mala imagen.

-YO: eso es fácil de decir, pero si se me pone como ahora contigo, o follo o no se me baja. – mi franqueza siempre bien recibida, esta vez la ruborizó.

-JEFA: ese es tu problema…..- balbuceó cuando me vencí sobre su cuerpo.

-YO: tu lo has provocado, soluciónalo, “así me compensas por lo del arroz” – repetí sus palabras, ella clavó su mirada en mi cara esforzándose por apartarse de mi peor le armario se lo impedía y mi polla palpitaba en su vientre.

-JEFA: soy tu jefa……..- no dijo más, un suspiro la acalló cuando la besé el cuello.

-YO: si, me voy a follar a mi jefa.- la cogí de la cintura y la senté en la mesa mientras nos besábamos con pasión.

Sus manos fueron a mi paquete sin duda alguna, acariciándolo con las manos, yo la besaba mientras la sujetaba la cara, metiendo mi lengua hasta ahogarla, se soltó la coleta y tiré de su pelo para echarla la cabeza haca atrás y lamer su cuello y el escote, con habilidad sacó mi miembro de los pantalones y al rozarlo quiso mirarlo, tiró de la piel hacia atrás y pajeó son suavidad, sus dedos no daban abasto, y su cara era de estupor, la rompí los botones de la camisa y la saqué por detrás aprovechando para quitarla el sujetador, unas tetas muy bien colocadas, aunque no grandes, aparecieron coronadas por pezones minúsculos, casi sin aureola, las acaricié levemente antes de chupar uno de ellos, mi polla ya estaba empalmada cuando se arrodilló a chupármela, más bien lamerla, no le entraba en la boca más allá del glande, pero sabia moverse, pegó su boca a la base lamiendo los testículos mientras masturbaba con fuerza y me miraba a los ojos directamente, la devolví la jugada poniendo en pie y bajándola el pantalón, el tanga salió disparado y la abrí una pierna lamiendo su coño, una línea gruesa de cabello castaño no evitó que la metiera la lengua buscando el clítoris trabajándolo, gimió ahogadamente, cuando metí un dedo en su coño sentí su calor, me apartó y cerró la puerta con llave, me sentó en la silla y se abrió de piernas para sentarse encima de mi de cara, apunté a su coño y la fui penetrando lentamente, su registro de caras pasó de la impresión al placer y luego a la exclamación más grande de lujuria cuando lamía sus senos mientras daba golpes ligeros de cadera, una vez gran parte dentro empezó a botar encima mía, gemía desaforadamente, apenas contenía sus gritos besándola y provoqué 2 orgasmos seguidos que la derritieron, la levanté y la puse a 4 patas sobre la silla, lamí su coño y la volví a penetrar del tirón, sus labios se abrían con fuerza y me aferré a sus caderas para bombearla sin compasión, era la hora de darla de su medicina, saqué a la bestia y la folle salvajemente sin hacer caso de sus palabras de clemencia y socorro, hasta que se acabaron y solo gemía de placer, se corrió tantas veces que la silla quedó pringada del fluido que bajaba por sus muslos, la azotaba divirtiéndome ante la visión de su espalda tensándose como la de un gato al que pillas por sorpresa, pero con cada embestida, daba golpes a al silla con las manos mientras pedía que no parara nunca, se desfondó cuando su interior empezó a emanar fluidos a chorros, allí aceleré y demostré parte de lo que era capaz, gritaba de forma continuada hasta quedarse sin aire, babeando, cuando me corrí sentí sus paredes vaginales contraerse de forma visceral, justo a hora de finalizar mi turno, la cogí de las tetas y la pegué a mi espalda, besándola el lóbulo de la oreja.

-YO: a partir de hoy te voy a quitar la mala leche a golpe de sexo – asintió girando la cabeza para besarme.

-JEFA: yo……………….dios……………..yo…………..soy tu jefa………..- la pellizqué los pezones haciéndola retorcerse.

-YO: cierto, procura que pasemos mas tiempo juntos, una aumento de sueldo no estará mal, esto solo ha sido un aperitivo – la azoté el culo y para asegurarme la hice un vídeo chupándome la polla, dejándola limpia, no vio el móvil, solo una verga imponente, algo flácida, llena de su emanaciones.

Me guardé sus tanga en el bolsillo mientras me vestía, ella se recomponía pedazo a pedazo sobre la silla, me fui dejándola ida, preguntando donde estaban su tanga, cuando se diera cuenta y tuviera que volver al trabajo y a casa sin ellas se enfadaría mucho, me fui a mi casa con una sensación plena, de conquistador triunfal, subí corriendo al piso de arriba y me quedé deleitándome con el culo de Liz en pompa, con la cabeza metida entre las piernas de Yasira que se revolvía de placer sujetándola la cabeza, tardaron unos minutos en percatarse de mi presencia, Liz me miró con la boca llena de babas y fluidos de Yasira, que una movía la cadera de forma residual.

-LIZ: ¿que tal en el trabajo? – le tiré el tanga de mi jefa a la cara.

-YO: ya ha caído, ya tengo mi semana completa. – lo cogió e inspiró de él la humedad que quedaba.

-LIZ: felicidades, ¿quieres que lo celebremos juntos? – me llamaba con el dedo índice.

-YO: no se si molestaría, parecíais muy entretenidas sin mi. – ya me estaba desvistiendo.

-YASIRA: se bueno y ven a la cama con nosotras, Liz solo me estaba entreteniendo. – las sonreí aunque solo Liz entendió mi agradecimiento más profundo.

-YO: dejad que me de una ducha, apesto a sudor y sexo. – sus miradas parecieron indicar que no les importaría, pero a mi si.

Las dejé en la cama retozando una con la otra, mis diosas de ébano, me di una ducha fugaz pensado en ellas 2, Liz era más corpulenta, Yasira era mucho más estilizada y atractiva, pero ambas me la tenían ya dura al salir de la ducha, ni me molesté en secarme, me fui a la cama con ellas, Yasira se derretía abierta de piernas ante la lengua de Liz en sus senos, al verme se apartó levemente dejándome a Yasira totalmente ofrecida, me tumbé en la misma poción donde abría estado ella y penetré lentamente el coño de Yasira, Liz se levanto para irse, Yasira era bastante mujer como para deleitarme con ella sola, y los 3 lo sabíamos, pero al girarse la agarré del brazo tirándola a la cama, entre risas la puse a 4 patas encima de Yasira y mientras me la follaba Liz la acariciaba y besaba por todas partes, los orgasmos de Yasira llegaron y al tercero cambié de agujero y fui al coño de Liz que al sentir mi verga abrirla de una estocada arqueó la espalda con una deliciosa desesperación, era maravilloso meterla así en una mujer y que no berreara de la impresión, si no que la disfrutara, la bestia salió al ruedo, Liz apenas se contenía con la lengua de Yasira, y cuando aumentaba el ritmo se cuadraba aferrándose a la mujer que tenia debajo compartiendo la carga que tenia detrás azotándola, sus corridas fueron aun más rápidas y me corrí en su coño descargando cierta ira retenida, mi jefa solo me dio para 1 polvo y me había reservado para nada. Liz cayó rendida a un lado y Yasira salió al rescate, me chupó el miembro hasta que estuvo duro, me tumbé boca arriba y ella se preparó el ano, metiéndose mi rabo de espaldas a mi, boca arriba, su gemidos al follarla por el culo eran diferentes, como un ronroneo de gata, le encantaba más que nada, y cuando Liz se puso entre sus piernas comiéndola el coño mientras la follaba el ano se movió como nunca la había visto, golpeaba la cintura al bajar con tanta energía que me hacia daño, y se corrió de tal manera que Liz se atragantó con un chorro que salió disparado, pero continué hasta llenarla el culo de semen, Yasira se retiró del partido gateando fuera de si. Liz se me subió encima a 4 patas y frotó mi polla con su pelvis hasta que estuvo dura de nuevo, apuntó a su coño pero la mandé que se perforara el ano, sonrió gustosa, se empaló el culo con tanta facilidad como su coño, aunque su rostro era de dolor al principio, cuadro empezaba a moverme lentamente se le iba pasando y disfrutaba gozando de como la abría, sus orgasmos anales eran descomunales y se retorcía de forma animal, le agarraba de los senos mientras los lamía pellizcándolos con los dientes, hasta vaciarme otra vez, jadeante y satisfecho.

Liz bajó a la cocina y subió tambaleante una botella de agua, me podría enamorar de ella si no dejaba de complacerme de esa manera, me bebí la botella entera, y me acosté a dormir, estaba cansado, y ellas dos se recostaron sobre mi pecho una a cada lado, acariciándonos en un festín erótico en el que cualquier hombre desearía quedar dormido. Al despertar Yasira ya no estaba, pero Liz permanecía a mi lado, me preparó algo de comer y pasamos el día en la piscina jugando y follando cuando me apretaba la polla, ella parecía tan cansada y exhausta como yo, pero era un castigo divino, mi rabo erecto tenia que ser colmado. La noche la pasamos algo más tranquilos y al día siguiente acudí al trabajo como si nada, mi jefa estaba como siempre, echándole la bronca a una chica, la imagen se repitió, me saludó con seriedad, empecé mi trabajo y a mitad de turno se presentó ella para ayudarme, entre los 2 acabamos en nada.

-YO: que rápido.

-JEFA: mejor, así pasamos a otras cosas.

-YO: ¿inventario? – sonrió mientras se acercaba a mi y me agarraba el paquete por encima de la ropa.

-JEFA: vamos a dejar el inventario para otro día – me besó con pasión jugando con su lengua. – Vamos a ver de que eres capaz, y que sepas que quiero mi tanga de vuelta – me agarró la mano y la metió en su pantalón hasta sentir su coño desnudo.- no pienso llevar bragas hasta que me las devuelvas. – apreté su coño con suavidad y suspiró acariciándome el pecho.

-YO: pues te vas a ahorrar un dineral en ropa interior.

Me arrastró a su despacho, cerró la puerta y me desnudó a empujones, al ver mi polla su coño casi goteaba, se arrodilló a comérmela con una pasión desenfrenada, se desnudó tan rápido como a mi y tan cierto era que no llevaba bragas como que me daba igual, la empotré contra el armario de espaldas y la penetré el coño por detrás, levantándola una pierna e incidiendo directamente en su punto G, follándola fuerte y sin miramientos, ella no dejaba de jadear y decir “vamos………..sigue……..doma a esta yegua salvaje……. tírate a tu jefa”, me reía ante aquella estupidez, pensaría que me calentaba o algo, pero no hacia falta, sus fluidos cayendo por mi verga eran suficientes, me daba ordenes sobre acariciarla un pecho o besarla temiendo con un “a tu jefa” cada frase. Cuando la llené de semen se pasó 10 minutos temblando en una silla, mientras de rodillas le comía las tetas, cuando la tuve dura otra vez a penetré tal como estaba, sentada en la silla de piernas abiertas, eso la pilló por sorpresa, no esperaba una 2º tanda y eso la mató, se dejó de payasadas de jefa y solo gozó corriéndose a borbotones, me clavó las uñas en la espalda y se aferró a aquella sensación tan dulce y placentera, estaba mareada y aun así exigía que no parara, al ir a correrme la saqué de su coño y la puse a chuparla hasta que la llené la boca con palpitaciones en el glande, no mostró el menor atisbo de repugnancia y se tragó todo, dejándomela tan limpia que parecía que aquello no había pasado.

-JEFA: ¿me das mi tanga ahora?

-YO: jamas.

-JEFA: pues tender que repetir esto contigo cada día hasta que te obligue a dármelas.

-YO: me parece justo, soportaré la dura carga lo mejor que pueda – tiré de su pelo hacia atrás besando con furia.

Me fui media hora antes de mi turno, no tenia nada que hacer allí, aquella mujer ya era mía, no se que tendría con aquel tanga pero no pensaba devolvérselo, y menos si era lo que la mantenía abierta de piernas, seria un juego o no, pero no iba a ser tan tonto de averiguarlo.

Viajando en el tiempo pasaron otras 2 semanas en las que ya si, contando mi jefa, follaba cada hora del día, o podía hacerlo, el lunes siguiente del estreno con la jefa me llamaron de la empresa y por recomendación de mi jefa me aumentaron el horario y el salario, me ascendieron a encargado de las mañanas en fines de semana, pero hacia lo mismo con alguna responsabilidad extra, eran solo un par de horas más y el doble de sueldo, en realidad solo trabajaba las mismas horas que antes, el resto lo pasaba encerrado en el despacho follándola sin parar. Tuve que dejar a Liz un poco de lado a lo largo de la semana por que ya no daba para más, aunque siempre tenia 1 o 2 horas con ella, se lo ganaba a pulso, su forma de tratar, seducir y dar placer a las mujeres era similar a la mía, incluso me consiguió un viejo sueño erótico de mi juventud, una amiga, bueno, ex amiga de mi hermana, el “zorrón” de la promoción de Liz que se pasó por a la piedra a medio instituto, cura incluido según decían, y tenia la fama que se merecía, era amiga de mi hermana hasta que se intentó tirar al chico que le gustaba, allí la puso la cruz, para mi y mis amigos con 4-5 años menos era como un mito erótico del instituto, el sueño de nuestro despertar en la pubertad, me la trajo tan blandida que ella misma la desnudó en la puerta y me la llevó así para que me la follara sin más, tenia tal fama de guarra que fue de las pocas a las que me tiré con condón por miedo a coger algo, estaba tan demacrada y estropeada que fue horrible, los mitos han de quedar como mitos, si los conoces pierden su valor.

En una de esas tardes con Jeni después de correr, y en un intento más de empezar con el anal cuando la estaba penetrando muy animadamente, se puso furiosa y estalló gritando que estaba harta de todo, traté de calmarla pero fue imposible, aun no se que la pasó, se marchó dejándome allí tirado, me importo muy poco, Liz acudió al rescate y terminé con ella, jadeando y jugando con los dedos en mi vientre se estremecía de placer.

-LIZ: ¿que ha pasado?

-YO: creo que me he quedado sin mi “zorra de las tardes”.

-LIZ: una lastima……- la ironía en su sonrisa era evidente.

-YO: pues si, aunque teniéndote a ti no me preocupa……- superé cansado-……..lo mismo me viene bien, no tengo fuerzas para más.

-LIZ: eso dices siempre, pero siempre vas a por otra……..- me besó en el pecho, mordisqueándome un pezón con una sonrisa caliente.

-YO: jajaja pues si, quizá pueda traerme por las tardes a la vecina de abajo, es muy mayor pero me encanta como grita cuando la follo por detrás.

-LIZ: ¿y la hija del panadero? – me estaba ayudando a decidir, que espectáculo.

-YO: esa solo merece la pena cuando sale de trabajar por las mañanas, cuando huele a pasteles y bollos.

Pasamos una media hora hablando de opciones, cuando mi móvil sonó, no era un mensaje ni ninguna llamada, el tono era diferente, lo cogí extrañado y al leer la pantalla esbocé una sonrisa, Liz me miró y quiso verlo. -“CULMPE LOLA MAÑANA.”. Era la alarma que me puse cuando le cogí el DNI a la Benjamin del grupo de deporte, al día siguiente cumpliría los 18 años y ya podría ser mía, la sola idea de tenerla abierta de erinas por fin después de la espera, me la puso dura, era un fruto prohibido que por fin probaría, Lola me tenia unas ganas locas, y ya sin Lucy para “educarla” estaba mucho más suelta, recuperando mis palabras ( Lola, la menor, que en realidad se llamaba Casandra, pero todas la llamaban lolita por su aspecto y su forma de ser, tanto que al final se quedó en Lola, era una muñequilla preciosa, rubia, pelo largísimo hasta la cintura, iba sin coleta, solo al correr se hacia un moño de forma graciosa, con una cinta de pelo y un bolígrafo, de ojos azules y un cuerpo diminuto pero repleto de curvas que se desarrollaban, senos bien formados, enseñando gran parte del ombligo, con un piercing en el, y la espalda al aire, con los leggins bien bajos en la cintura y el culo prieto y firme que su edad le concedía, si pasaba del 1,60 era de milagro, con los pómulos llenos de pecas, una cabra loca en su forma de comportarse y actuar, una de esas crías que son buena gente pero que parece que no tenían padres que la educaran, hablaba de forma barriobajera, mascaba chicle sin parar, no se, cosas como meterse la mano en el culo para sacarse el hilo del tanga mientras decía abiertamente que la picaba el culo, poco refinada por así decirlo, se comportaba como una adolescente rebelde, Lucy y las demás la tenían tiesa como una vela, al ser la mas joven todas hacían de madre, parecía que la estaban educando ellas con continuos rapapolvos, habían conseguido que dejara de montar líos, ya que a la mínima se ponía hecha una furia, y que mostrara respeto y algo de educación.)

Liz se percató de que ya había encontrado a mi objetivo, y se aprovechó para que la diera por el culo durante una hora, pero en mi mente solo estaba el cuerpo de Lola, sus curvas juveniles, y su actitud alocada me parecían de lo mas apetecible, al terminar con Liz la dije que se pusiera algo de ropa encima y me acompañara a un centro comercial, tenia que regalarla algo que la gustara por su cumpleaños y nada como una mujer similar para decidir, Liz no lo era, obviamente, era mucho mas lista y de personalidad opuesta, pero conocía a las mujeres, al llegar la pedí que buscara a alguna dependienta “choni”, término acuñado para definir a esa parte de la juventud de barrio bajo y sin muchas luces, adoradores de la musca electrónica, los coches tuneados, las drogas y los borracheras en polígonos, Liz localizó a varias, dependientas de ropa y zapatos en donde suelen encontrar trabajo, a ellas las pedí que escogieran la ropa que a ellas les gustaría que les regalaran, alguna siendo buena vendedora me quería colar la ropa mas cara, pero Liz las frenaba los pies. Al final salí con un par de bolsas de ropa, unos zapatos y una caja de maquillaje completa, todo lo que una choni desearía, minifaldas, tops ajustados, leggins ceñidos, pantalones deportivos, hasta me permití el lujo de comprarla sujetadores y tangas a juego, aunque eso era con trampa.

Estaba tan entusiasmado que no solté a Liz en toda la noche, ayudó bastante que Eli volviera a estar de viaje, por la mañana no salimos de la piscina ni dejamos de follar, Liz parecía a punto de desmayarse cada vez, pero quería estar bien desahogado para Lola, estaba convencido de que su cuerpecito de niña no me llenaría, era mas el morbo que otra cosa, a la hora de comer Dani y Liz se esmeraron en complacerme, Dani con uno de sus platos deliciosos y Liz comiéndome la polla por debajo de la mesa, Dani se quedaba mirando mientras sus mulos se frotaban, la veía en los ojos que Liz la ponía cachonda, la sumisión que mostraba conmigo la recordaría algo que la excitaba, no tardaría en caer en mi red. Dani me pidió que si podía llevar a su hijo a la piscina de casa y le dije que si sin pestañear, su hijo era una monada y muy gracioso, delante de él nos comportamos como gente normal, y su marido en paro se moría de celos al verme bromear con su esposa, no me lo creía, era un cuarentón con barriga cervecera, solo dios sabrá que hacia una preciosidad como Dani con el, “conseguir papeles” me dije, pero no era mi problema.

Pero seria otro día, descansé para llegar fresco y me vestí de forma normal, ni iría a hacer deporte, cogí las bolsas con todo y me dirigí al parque por la tarde, al verme vestido normal las mujeres se desanimaron un poco, pero Lola llegó justo a tiempo, al verme la solté un abrazo.

-YO: felicidades preciosa.

-LOLA: joder tronco, muchas gracias, ya tengo los 18. – noté sus incipientes pechos en mi vientre, iba como siempre, leggins bajos, tanga marcado, y sujetador deportivo enseñando el ombligo con el piercing, el pelo largo rubio cayéndole a la altura de la cintura.

-YO: ya te veo, ya puedes votar y beber alcohol……

-LOLA: yo paso de votar, eso es de “carcas”, además yo bebo cubatas desde hace años jajajaja menudos pedos me cojo jajajajaja, oye que te pasa hoy, ¿no corres con nosotras?- señaló mi cuerpo.

-YO: no, hoy estoy muy cansado, solo he venido a traerte esto.- saqué las bolsas y se las di, su cara fue como la de la niña que era, en Navidad, se lanzó a mi cuello a besarme la mejilla colgada de mi rodeándome con sus brazos.

Se olvidó del resto de mujeres que echó a correr detrás de Jeni, que me fusiló con la mirada, se fueron sin Lola, y nos sentamos en un banco a charlar y mostrarla lo que le había comprado, di en el clavo y le encantó todo, sonreía sin parar y se ponía en pie colocando las prendas encima del cuerpo para ver como la quedaban, incluso la ropa intima, al ver los sujetadores torció un poco el gesto, sonreí al saber por que.

-LOLA: joder, te agradezco mucho to´ esto, me mola to´, pero es que estos sujetadores son muy grandes……- los había comprado así a propósito.

-YO: ¿si?, será que tengo mal ojo.

-LOLA: no pasa nah, si tienes los tickets puedo ir a descambiar – rebuscaba en las bolsas, pero no los encontraría, estaban en mi casa.

-YO: pues si no están ahí estarán en mi casa.

-LOLA: ¿y ca´ hacemos? ¿me los traes mañana?

-YO: puff no por que se me olvidan seguro, si no vas a correr puedes pasarte ahora y los buscamos. – torneó los ojos.

-LOLA_ jo primo eres la hostia.- lo interpreté como un si, por que no lo dijo.

Al ponerme en pie me abrazó colgándose de nuevo sobre mi, fuimos charlando el camino a mi casa, al tener 18 años ya sus padres no podían decirla nada y tenia pensado hacerse un tatuaje tribal encima del culo, el conejito de play boy en un lado de la cintura y le piercing de la lengua, todo muy original, entiéndase la ironía, a mi es tipo de tonterías no me gustan, sobretodo lo de la lengua, y se lo dije, pareció disgustada, pero le daba igual, su forma de hablar tan estrambótica no me despistaba de mis objetivos.

-LOLA: tienes el pelo mazo largo tu…….- ¿era una pregunta?

-YO: si, me lo tengo que cortar en breve.

-LOLA: mejor, estas más mono con el pelo corto, ¿sabes? Voy a ser peluquera, me encanta to´ ese tema, de peinar y eso.- me contenía la risa, su forma de hablar era tan limitada que me podía, pero la verdad es que me enseñó fotos suyas en el móvil de peinados que se había hecho o a sus amigas/os, y eran muy bonitos, peluquera es otro oficio al que suelen acudir esta tribu urbana, y vi la oportunidad.

-YO: pues ya que eres tan buena, ¿por que no me lo cortas tu?- me miró ilusionada.

-LOLA: ¿me dejarais?, no tengo titulo ni nah……..

-YO: mientras no me cortes la cabeza – se riñó pegándome en el brazo con fuerza, para ella, a mí apenas me dolió.

-LOLA: pos claro que no capullo, soy una profesional, en cuanto acabe el curso pienso meterme a hacer un curso de peluquera.

-YO: ¿esteticista mejor?

-LOLA: bueno, eso, en cuanto me libre de mis viejos me meto a currar donde la Yoli.- supuse que seria una peluquera que conocía.

Llegamos a casa y el ritual de siempre, el edificio y el piso hablaron por mi, su cara y sus palabras soeces fueron igual que la de tantas otras, pero mas atrevida, el “ala tronco, que pedazo choza” solo era una forma diferente de decir lo que todas las que habían entrado pensaban. Busqué los tickets y se mostró mucho más amigable, la enseñé la casa menos la habitación de Liz, donde sin duda estaría encerrada.

-YO: pues aquí los tienes – le di los tickets.

-LOLA: muchas gracias, que sepas que esto me ha llegado a la patata. – se golpeó el pecho con el puño cerrado.

-YO: no pasa nada, pero me da cosa que haya metido la pata con más tallas, debería de probártelo ahora para saber que te queda bien.

-LOLA: hostia….pues si, ¿ande me puedo cambiar? – la acompañé a la habitación de abajo y la dejé sola, corrí al piso de arriba y me mentí en la habitación con Liz, estaba con el PC ya preparado, con la cámara oculta de esa habitación puesta.

Me tumbé a su lado mirando como Lola 1º revisaba la habitación quedando asombrada, luego se fue desnudando y no pude evitar aun erección, que belleza de cuerpo, era lo que llaman una petite, joven, aun sin desarrollar del todo y con un tipín de escándalo, Liz se dedicó a chupármela mientras yo no apartaba la vista de la pantalla, se ponía las prendas y se quitaba y todo le quedaba de cine, ceñido y ajustado, los sujetadores obviamente le quedaban grandes, naturalmente, aun estaba desarrollando los pechos, tendría una 85 y el compre una 95, fue una apuesta personal, algún día lo llenaría, estaba seguro, así que se probaba todo sin sostén, los llevaría de adorno por que sus senos estaban firmes y duros, cuando ser probó los tangas y la vi el coño depilado casi me da algo, no se si era Lola o la lengua de Liz pero me estaba poniendo malo, descargué mi semen en su boca y se lo tragó como siempre, me serené un poco y me dejé solo un bañador con la polla medio tiesa notándose al moverme, salí al salón y la esperé con cautela, al salir se quedó mirándome y se mordió el labio al ver mi torso desnudo.

-YO: ¿que tal todo?

-LOLA: genial, me encanta, menos los sujetadores todo esta bien.

-YO: pues ya esta, todo para ti, podemos ir a descambiarlos mañana, y así te traes las cosas para cortarme el pelo.

-LOLA: ¿mañana?

-YO: claro, así te acompaño y te compro algo más que te guste. – sonrío lanzándose a mis brazos, era aun cría, con unos cuantos regalos se abriría de piernas sin problemas.

-LOLA: eres un crack, que bien te portas conmigo.

-YO: solo quiero ser bueno como mi princesa – sonrió poniéndose colorada.

-LOLA: jo es que nadie se porta así, ni mis padres.

-YO: te habrán preparado alguna fiesta o algo por tu cumpleaños, no hables así de ellos.

-LOLA: que va, son unos idiotas, me han regalado un móvil nuevo y nada más – joder, nada más era mucho.- y ni me han hecho fiesta ni nada, un puto pastel al comer y se creen que ya vale con eso.

-YO: pobre niña mía, eso no puede ser, ¿no lo celebras con amigas o el novio?- me había dado cuenta que no sabia si tenia pareja, y meterse en líos de faldas con chonis puede salirte mal.

-LOLA: si, el fin de he quedao, pero solo con amigas, no tengo novio ni nah.

-YO: no me mientas, eres demasiado bonita para que ninguno se fije en ti.

-LOLA: si no es eso, es que mi ex es un mala pieza, y como le conocen todos mis colegas pues no se atreven a entrarme.

YO: pues eso no puede ser, ahora mismo te pones algo bonito y te saco a cenar.- se iluminó su cara.

-LOLA: ¿en serio?

-YO: vamos, que no tengo todo el día – la di una palmada en el culo, para medir el nivel de confianza que teníamos, sonrío acariciándome el pecho con delicadeza.

Se metió de nuevo en el cuarto, se duchó y salió vestida para romper corazones, con una falda ceñida hasta el muslo azul oscura, un top blanco ajustado con un escote increíble, como le quedaban grandes y solo tenia el deportivo que era muy llamativo iba sin sujetador, no lo necesitaba, y los zapatos altos sin llegar a ser exagerados, con una pinza se puso parte del pelo de la cara junto en la nuca, se giró sobre si misma para mostrarse y mi pantalón habló por mi, se ruborizó al notar moverse mi paquete, me acerqué directo a besarla, iba maquillada mucho más de lo que necesitaba, era guapa y unos potentes ojos azules que evitaban que miraras a cualquier otro sitio, aun así tenia sus pómulos marcados con colorete y una sobra de ojos exagerada. Se lo dije aunque no era nadie para decirla como ponerse, estaba para follármela allí mismo, me puse algo decente y salimos a cenar a un restaurante, no fuimos a ningún sitio caro, como me demostró sus formas no eran nada cuidadas, pero si algo mejor que un restaurante de comida rápida a los que sin duda estaría acostumbrada, cenamos entre risas, y caminado por una calle tomando un helado, los tíos no podían apartar la vista de ella, la llevé a su casa en mi coche, al verlo mojó las bragas, estoy convencido, si hubiera querido podría habérmela tirado esa noche, y lo deseaba, pero la dejé con el calentón impresionada hasta el día siguiente, tampoco era buena idea quedarme mucho tiempo con aquel coche en la zona en la que vivía.

Al regresar a casa Liz pagó mi calentura, por la mañana al faltarme Eli y Liz estar aun recuperándose de la noche, me fui a la panadería y me zumbé a la hija del panadero en el trastero mientras su padre cuidaba de la tienda, es una sensación extrañamente rara acariciar el cuerpo de una mujer lleno de harina, rara y excitante, ¿que una mujer sepa a donuts es bueno o malo? A mi entender muy bueno. Por la tarde me pasé por su casa recogerla tal como quedamos, bajó con la bolsa de la ropa y una maleta con las cosas de peluquería. Me saludó con dos besos, con la cara mucho menos maquillada que al día anterior, solo un pintalabios rosa chicle y un ahumado muy ligero en los párpados, sin tapar sus pecas en el rostro con medio quilo de polvos, estaba aun mas bella que por la noche, el toque natural el favorecía, y al quedarme mirándola algo atontado sonrío de forma coqueta, eso solo me derritió aun más, no era solo sexual, no es que me excitará, es que me gustaba, en cuanto abrió la boca estropeó el momento, era como ver un cuadro precioso de Velázquez y que alguien lo rajara con un tenedor.

Acudimos al centro comercial, de la tienda, Lola escogió otros sujetadores de su talla, y la invité a que cogiera algo más, le costó por que casi todo lo que la gustaba ya se lo había regalado y estaba en las bolsas, aun así escogió unas botas con tacones algo subidas de precio, pero su cara era de haberse enamorado de ellas, se aprovechó de mis intenciones.

-LOLA: por favor, por mi cumpleaños.

-YO: ya te di tu regalo ayer.

-LOLA: no me seas agarrao, solo esto.- se inclinó con rostro de corderito sobre mi pecho.

-YO: te los compro si me haces un favor.- asintió riendo, me acerqué a su odio apartándola la espesa cortina rubia. – si me dejas entrar al probador contigo y te lo pruebas a ver como te queda todo. – se puso roja como un tomate abriendo la boca incrédula.

-LOLA: eres un cerdo – su tono no era para nada de desagrado.

Me cogió de la mano y me metió a empujones en el probador, cerró la cortina entre risas, me senté en el taburete y me deleité con su contoneo, de desvestía con suavidad y se quedó en ropa interior, cubriéndose algo avergonzada, se desabrochó el sujetado viejo y se lo sacó tapándose con las manos los senos, se me puso como una piedra al oler su cuerpo jovial y ver de cerca su piel suave y tersa, sus senos ni se movieron al quitarse el sostén, y sus manos apenas cubrían sus senos, aunque mi mano lo haría sin problemas, me pareció la mujer mas bella y frágil de la historia, me controlé como pude mientras si iba poniendo y quitando algunos sujetadores, al 3º ya le dio igual y no se tapaba, sus pezones rosados estaban apuntando al techo, con una aureola delicada, se giraba un poco para no ser tan groseramente descarada pero eso solo hizo que su culo en tanga me volviera loco, era la perfección, claro esta que su fino y delicado cuerpo no tenia la exuberancia de Liz o Ana, pero con las nalgas bien colocadas, el culo redondo y la carne firme, no pude evitar estriar la mano y acariciarla una pierna con suavidad, me soltó un azote rápido en la mano.

-LOLA: estate quieto, aquí no. – lo interpreté como un “allí si”.

Se vistió con las botas de tacón recién compradas, una minifalda negra ceñida y un top de piel de leopardo ajustado por dentro de la falda, elástica y bien pegada a la piel, tanto como pasa saber que no llevaba sujetador, salió así vestida conmigo comiéndomela con los ojos, pagué sin mirar el precio, y fuimos tonteando a mi casa, si yo no apartaba la vista de su minifalda y de su escote ella menos de mi rabo tieso, tenia un calentón como hacia mucho que no sentía, al subir a casa mis manos luchaban por acariciar su cintura, aunque ella se mostraba poco dispuesta, casi parecía tener pánico a que perdiera el control, al entrar en casa dejó las bolsas y me pidió que subiera la maleta con sus cosas a donde me fuera a cortar el pelo, la subí al baño de mi habitación, el más grande, ella me siguió con problemas para subir los escalones con las botas.

-YO: bueno, ¿y que hago?

-LOLA: siéntate en esta silla, que eres tan alto que no te veo bien el pelo – sonrío acariciándome el brazo, obedecí y se pegó a mi poniéndose entre mis piernas azuzando con los dedos mi cabello, algo mas largo de lo que me gusta.

-YO: ¿te ves capaz? – mientras ella estudiaba concienzudamente mi pelo yo hacia lo mismo con su cuerpo a escasos centímetros de mi, sentado en la silla era tan alto como ella, apenas me sacaría medio palmo y tenia sus tetas rozando mi rostro y sus cartucheras frotándose contra la parte interna de mis piernas.

-LOLA: tienes muy buen pelo, fuerte y espeso, aunque esta algo seco, seria mejor que te mojaras la cabeza para ayudarme.

-YO: me doy una ducha rápida, espera.

-LOLA: deja que me salga……- la corté poniéndome en pie y dejando mis abdominales en sus manos.

-YO: déjate de tonterías, ya me has dejado verte a ti desnuda, ahora te toca a ti – sonreí con gracia – ya somos adultos, ¿no? – asintió algo aturdida – así vas preparando tus cosas en la maleta.

Me quité la camiseta delante de ella y cuando saqué la cabeza estaba acariciando mi pecho grabando en su cabeza aquella imagen, mordiéndose el labio repetidamente, se apartó un poco mientras me quitaba los pantalones y mi polla medio erecta salió en su esplendor, ella se giró sacando unas tijeras, botes, maquinilla y cremas, me miraba de reojo, asombrándose al vérmela, la pillé mirándola mientras me metía en la ducha y se sonrojó girándose de golpe, al salir desnudo y empapado me senté en la silla tal cual, al volverse se hizo la fuerte, mirándome el pelo, pero en cuando se acercó su mirada fue a mi rabo que seguía a media hasta, volvió a meter sus dedos entre mis cabellos húmedos, sentir sus manos acariciándome de esa manera y ver en 1º plano como su respiración se agitaba un poco en el pecho, me sacaba una sonrisa larga, habló con un tono mas agudo del habitual, según Eli eso significaba que se sentía atraída por mi, nada que no supiera ya.

-LOLA: pues así esta mucho mejor, puedo unas una mascarilla que te suavice mucho el pelo, y luego……- miró mi rabo palpitando en su muslo cuando se acercó un poco más -…….y luego puedo cortarte un poco por aquí……- volvió a mirar mi rabo creciendo en el contorno de su pierna- ……….y si te peino hacia un lado……….- se mordió el labio cuando una vez la tenia totalmente hinchada y la veía apoyada a lo largo de su pernera, desde algo por encima de sus rodillas hasta su cintura, era una visión que hasta a mi me pareció obscena.

-YO: como tú veas, estoy en tus manos.

-LOLA: quizá si……- pasó una pierna por encima de la mía metiendo mi pierna entre las suyas con mi rabo apuntando directamente a su coño, metiéndose por debajo de la minifalda, sentí rozar su tanga con el glande.-…….por aquí lo echo hacia atrás-………fingía seguir atenta a mi cabello cuando frotaba levemente sus muslos apretando mi polla en ellos, la sujeté de la cintura pegándola la pelvis a mi pecho.

-YO: ¿y si dejamos mi pelo por ahora? – hundí mi cara en su senos, ella cerró los ojos echando la cabeza hacia atrás aferrándose a mi cabeza apretándome contra ella.

Mis manos repasaron su cintura hasta sus senos por encima de la ropa, apretándolos al llegar a ellos mientras besaba la parte descubierta del escote y su cuello, sabia a manzana, y su piel se erizaba al sentir mis dedos, los pezones se pusieron tan duros que sobresalían en la piel de leopardo, por donde pasaba mis dedos, al alzar la vista sus ojos azules me invadieron el alma, tenia los iris totalmente expandidos de la luz y, salvo Marina, no había visto unos ojos tan azules, me agarró el rostro con sus diminutas manos y me besó de forma inocente y cariñosa, cuando la cogí del culo y la amasé las nalgas sonrió con dulzura, volvió a besarme con mas fuerza tirando del pelo de mi nuca, mi cara era 1/3 mas grande que la suya, y mi lengua la llenó la boca casi ahogándola, pero se manejaba bien, sus labios sabían a fresa del pintalabios y chupó mi lengua como si fuera un pene, separándose un poco y jugando con su dedos en mis labios, se los lamía con ternura sin apartar mi mirada de sus increíbles ojos, eran 2 ventanas a un cielo despejado, bajo su cintura notando ahora si como presionaba contra su coño húmedo mi glande, y se sentó en mi pierna, mi polla erecta la levantaba la minifalda ceñida, bajó una mano para agarrarla del tronco y haciendo fuerza sacarla de allí, al tenerla a la vista y cogida con aun mano casi le da algo, “oh dios mío”, exclamó, apenas rodeaba con sus dedos el ancho de mi verga, un escalofrío me erizó la piel al pensar en penetrar su cuerpecito de niña con aquel monstruo, supongo que a ella le pasó lo mismo, tuve que dar un golpe con la pierna en el suelo para sacarla de su estado de inopia, reaccionó agarrándola con la otra mano, le pasaba exactamente lo mismo, pero comenzó una masturbación lenta y placentera, la cogí de la nuca para besarla con desenfreno, apenas podía con mi lengua en su boca, y mis manos la acariciaban su cuerpo con fuerza, sus senos, su culo o el contorno de su pierna entre las mías, la imagen era abrumadora, para hacerlos una idea, aunque seguro que exagero, era como ver a una adulta tratando de subir por una farola, fue como volver a tener a Iziar encima, pero mucho mas guapa y atractiva, no tenia sus tremendas tetas pero si un cuerpo morboso, odio a los abusadores infantiles, que quedé claro pero si alguna vez estuve cerca de comprender su fascinación por las menores, fue ese momento.

Los besos subieron los grados y sus manos bajaban y subían con un esfuerzo elevado, a ojo puedo decir que mi rabo mediría 4 de sus manos, estaba fascinado, se elevó “desmontando” mi pierna, para luego arrodillarse entre mis muslos, si estaba poco cachondo ya , ver mi rabo enorme al lado de su bello y pequeño rostro casi me hace correrme, mi polla era más larga que su cara, hizo vibrar sus labios soltando aire al tenerla tan cerca de la cara, sin dejar de masturbar con ambas manos, sonrió incrédula.

-LOLA: ¿pero que burrada es esta?

-YO: es una buena polla ¿verdad?

-LOLA: es la polla mas grande que he visto nunca.- como las actrices porno puso su codo en la base del tronco y pegó su brazo a lo largo de él, pasaba de largo su muñeca, su cara era de impresión absoluta.

-YO: joder, pareces una enana a su lado.- sonrió medio ofendida, para a continuación lamer el glande con suavidad, mostró dotes de experta con la lengua y se pasó todo el pelo largo por encima de un hombro de forma sensual.

Daba pequeños lametones y trataba de meterse el glande pero apenas le entraba , bajaba a lamer el tronco y volvía a intentarlo, a la 3º o 4º vez logró meterse el capullo chupándolo como una bola de helado enorme, no le pasaba mas, mi polla tras el glande se ensanchaba un poco así que no pasaba de allí, no hacia falta sus manos hábiles y su lengua estaban haciéndolo bien, podría ser mejor, claro, pero el morbo era descomunal, como la diferencia entre mi rabo y sus manos, casi la oía crujirle la mandíbula cuando metía mi polla en ella, no lo hacia mucho, debería de dolerle, se levantó ante mi, la levanté el top besándola en el vientre, se dio la vuelta dejándome su culo ofrecido inclinándose al que mordía, le bajé la cremallera y ella se agachó bajándosela sin doblar las rodillas, un par de nalgas que ya me encantaban aparecieron separadas por un tanga rojo fuego, le saqué el top y me puse en pie detrás de ella, mi rabo la golpeaba en la espalda mientras mis manos abarcaban sus senos mientras la besaba en el cuello, temblaba a rozarla detrás de la oreja, aparte de todo el morbo, resulta que tenia punto débil y lo había encontrado, un fuerte olor a hembra necesitada de sexo llenó el baño, fui bajando mis manos hasta su cintura metiendo los dedos por debajo del tanga y tirando de él hasta sacárselo por los pies, me senté con su cuerpo echado hacia delante metiendo mi lengua entre sus nalgas, dándola ligeros azotes que la hacían suspirar, la cogí de la cintura y solo con los brazos la elevé por el aire hasta meter mi boca en su coño, pesaba tan poco que aguanté un minuto chupándola los labios mayores mojados por su excitación, si pasaba de los 55 kilos seria por poco, al dejarla de nuevo en el suelo se dio la vuelta llena de lujuria, resonando las botas en el suelo, lamió y besó mi vientre musculoso y mis pectorales trabajados antes de romper en un beso erótico en los labios, se abrió de piernas lo más que pudo pasándolas por encima de las mías, y apuntó mi rabo a su coño.

-YO: espera, aun no.- asintió con cara de desearlo.

Mojé mis dedos con la cantad de fluidos que salían de ella y metí un dedo masturbando con cuidado, gimió de placer, y como sospechaba lo tenia algo cerrado, no era virgen, pero no había follado tanto como se podía esperar, ni tenia grandes caderas, si intentaba de primeras con mi rabo la podría hacer daño o asustarla, y no iba a permitir que mi nuevo juguete se me escapara, fui acariciando con suavidad y haciendo sitio en ella, metiendo de forma escalonada un dedo tras otros, para mi sorpresa, aunque mas bien era un deseo, su coño se abrió bastante, y ya con los dedos no podía hacer más, la hice chupar mis falanges impregnadas de su pasión, los lamió demostrando que si no era descomunal, sabia que hacer con un objeto cilíndrico en la boca, la abrí de piernas lo más que pude y sentada sobre mi a horcajadas cara a cara apunté a su coño y apreté suavemente, su rostro al sentir como mi glande pedía paso fue de desesperación agónica, había hecho bien en trabajarla antes y entró con algo de presión, a partir de ahí pase mas de 15 minutos apretando para que fuera entrando dentro de ella, muy despacio y sin moverme demasiado cuando su rostro se compungía, la hacia subir un poco y seguía bajando, sentía como su cadera se expandía y sus paredes interiores palpitaban al dejar sitio para el invasor, mientras en leves descansos me comía sus pechos de forma estudiada, sentía su melena rozar mis muslos por detrás de ella cuando de forma imposible la penetré entera sin sentir la pared de su útero, me corrí nada mas moverme, la presión y la sensación fue tan placentera que no pude evitarlo, ¿como era posible que le entrara toda a aquella muñequilla cuando a mujeres mucho más corpulentas no le habían entrado?, me daba igual, estaba pasando, y aunque físicamente debería de estar rozándole el diafragma la tenia totalmente empalada rozando pelvis con pelvis, Lola estaba entregada, le dio igual que me corriera y ni me oyó cuando el dije que no se preocupara al tener la vasectomía hecha, jadeaba aun sacudiendo una mano de la oleada de sensaciones.

Mi polla apenas se puso flácida dentro de ella y se mantuvo dura sin roce alguno, me levanté y la senté en un mueble que hacia de encimera, la sujeté de la cintura y comencé un vaivén lento y largo, su rostro se fue relajando de una tensión que la hacia rechinar los dientes, para cuando abrió la boca gimiendo de sentirse completa la estaba follando a buen ritmo, era suficiente para tenerme loco, era una diosa de bolsillo, hasta movía sus caderas hacia mi cuando la penetraba, a los pocos minutos comenzó a correrse sin parar, uno tras otro los orgasmos la hacían temblar y mis embestidas se hacían más fáciles, noté como algo cedía y se ensancho aun más, una especie de clic en su caderas, sentí tentación de sacar a la bestia pero no era necesario por ahora, estaba gritando loca de lujuria y pidiendo a voces que me corriera y la llenara de semen, hizo un montón de exclamaciones fuera de lugar y de mal gusto, algunas ni las entendí, estaba centrado en ver como era posible aquello, la sacaba entera y la metía de golpe cada vez en la mujer más menuda que me había tirado nunca, la sujetaba del vientre y mi mano la cubría desde la cintura hasta los senos, casi palpaba mi polla dentro de ella, rememoré la sensación con Raquel en el hospital la 1º vez que fui consciente del tamaño de mi verga, al compararla con el cuerpo de ella y no el mío o el de mis amantes, y me encantó disfrutar hasta sacarla en uno de sus orgasmos y eyacular sobre su vientre, bueno, eso pretendía, pero mi polla era tan grande que salpiqué desde los senos hasta la cara, lejos de asquearse lo cogió con los dedos y lo chupó desinhibida de toda razón.

-LOLA: dios………..- solo lo repetía una vez tras otra – que animal, que polla, que todo……….- se tocaba el coño como si fuera lava y al rozarlo le ardiera.

-YO: no ha estado nada mal para ser la 1º vez.- al sacarla vi algo de sangre, supongo que no tendría el himen totalmente roto o que se había regenerado, había leído que eso pasaba.

-LOLA: por favor………no más…….no me puedo mover……….- sentí algo de lastima por ella, tenia una tiritera que la recorría todo el cuerpo.

Llame a Liz por que apenas me dejaba tocarla, al verla por alguna razón se sintió aliviada, Liz sonrió y la ayudó a bajar y darse una ducha caliente que la devolvió a la vida, por razones obvias esperé fuera, y salieron ambas desnudas, Liz la cogía de la mano y la trataba como a un bebe, diciéndola que se sentara y estuviera tranquila.

-YO: ¿estas bien?

-LIZ: no habla, o al menos por ahora.

-YO: joder, no me digas que me he pasado- temía haberla perdido.

-LIZ: mírala a los ojos- lo hice y disfruté de una mirada llena de deseo.- esta locamente enamorada, ya te lo digo yo.

-YO: pobre niña – la acaricié el rostro, le tembló la cara hasta sentir mi mano, cerró los ojos y recostó su mejilla en la palma de forma alegre.

-LIZ: déjala tranquila un rato para que se recupere.

Así lo hicimos, charlando suavemente mientras que Lola volvía en si, hasta que de forma natural volvió a hablar, se mostró aturdida pero encantada, la conversación en si no tiene interés, lo importante era ver como Liz la iba ganando poco a poco, fue como verme a mi en 3º persona, la dejó claro las bases de su relación conmigo, nada serio, solo sexo y sin celos, ella la enseñaría a follar conmigo y a disfrutar, Lola iba asintiendo mientras Liz la metía mano, cuando terminó la explicación Liz la estaba masturbando con una mano mientras le comía las tetas, Lola solo gemía mirándome desesperada por que la follara, Liz era un tesoro, me había hecho todo el trabajo y solo tenia que disfrutar de ellas, claro esta que al verlas así me lancé a por ellas como un animal, penetré a Lola según estaba, boca arriba con las piernas abiertas, esta vez entró del tirón y sentí como gritó hacia adentro, no tenia energías para hacerlo hacia afuera, me rodeó a duras penas con sus piernas cortas y la follé aumentando el ritmo sacándola tantos orgasmos que se desmayó, fue glorioso ver sus ojos azules perdiéndose en el más allá, susurrándome que no parara, Liz rompió a reír cuando lo vio y se puso a 4 aptas para que continuara con su ano hasta reventar en una cantidad de semen no posible para el numero de veces que había practicado sexo. Bajamos a cenar hasta que Lola volvió en si, la ayude a vestirse y la llevé a casa, entre caricias tenues.

-YO: me gustaría que cada día pasaras por casa tras ir a correr.- asintió con una amplia sonrisa.

-LOLA: allí estaré, y gracias por el regalo.- al decirlo en singular se refería a otra cosa que la ropa que llevaba en la mano.

-YO: de nada, el regalo eres tú, que sepas que me has puesto lo más caliente que recordaba.- la acaricié la pierna con suavidad.

-LOLA: gracias……….- se sonrojó-……espero que mejore pronto – la cogí la mano y se la besé con caballerosidad.

-YO: lo harás.- se incorporó para que la besara una ultima vez con lengua antes de que se bajara del coche, no me resistí a azotarla el culo cuando su minifalda se le subió al salir, si tuviera que jurarlo, diría que ahora tenia mejor culo todavía, mas ancho, se giró arqueando la espalda regalándome la visión de su escote.

-LOLA: me he dejado las cosas en tu casa, a ver si mañana podemos hacer algo con tu pelo.- sonreí al recordar que entre tanto no me había cortado el pelo.

Cerró la puerta y planto un beso dulce en la ventanilla dejando sus labios marcados de gloss, lo llevé con orgullo unos cuanto días, y al volver a casa le di a Liz mi más “profundo” agradecimiento, me había conseguido a la joya de la corona, me importó aun menos perder a Jeni, ahora tenia algo mejor, una diminuta obra de arte, con pulirla un poco los modales seria perfecta, y a fe que lo hicimos con el paso de los días.

Cada día después del ejercicio venia a casa. Liz y yo jugábamos con ella, para finales de semana su coño era lo más delicioso que había tenido nunca, prieto, estrecho y jugoso, dejó de desmayarse y disfrutaba loca de pasión, era indescriptible hacerla el amor de forma lenta y suave, pero no me duraba ni 2 polvos, Liz tenia que acabar le trabajo, encantada de hacerlo. No es posible plasmar en palabras el morbo que me daba Lola, era la que peor follaba de todas las que tenia y la que más dura me la ponía, era puro fuego, y su cuerpo el mejor de los perfumes, como dicen, vienen en frascos pequeños, cuando supo que había mas chicas que Liz me llevé una bronca enorme de su parte, no le gustaba nada que tuviera tantas “amigas”, aunque lo aceptaba a regañadientes. El día que se me ocurrió salir con sus amigas un fin de semana que Yasira no pudo, le soltó un puñetazo a una amiga suya por tontear conmigo, la tuve que separar y se quedó con un mechón de pelo en la mano, me obligó a llevarla a casa y allí follamos como salvajes, que una chica tan joven y tan pequeña tuviera tan mala hostia me encantaba, solo a Liz la dejaba acercarse a mi, dejé de lado a casi todas las chicas pero por que quería hacerlo, y me quedé con Eli, Liz, Lola y mi jefa, Yasira encontró un novio y dejamos de vernos, la echaba de menos pero era insignificante para mi, como todas, tenia el cupo cubierto y todo el morbo que quisiera con Lola, que aparte de las tardes se ocupó de mi los fines de semana de fiesta, vestida siempre de forma provocativa y sensual. Casi, y recalco el casi, Lola pasó a ser mi pareja, siempre que salía, o iba a algún sitio, me la llevaba a ella, cuando Lola estaba en clase por las mañanas, tenia a Eli, y cuando yo trabajaba, a mi jefa, que ya me dejaba metérsela por el culo, sumándole a que en cualquier momento Liz estaba por allí, si estaba recelosa por la atención que recibía Lola, no lo demostró, pero seria de lo mas lógico, me estaba centrando demasiado en Lola, ayudándola a sacarse el instituto y refinar su carácter, se enfadaba mucho cuando me reía de su forma de hablar y Liz la ayudaba bastante, aun así era indómita y muy terca, me recordaba a mi en muchos aspectos.

Disfruté de aquello hasta Navidades, en vísperas a las fiestas salí de marcha con Lola, con un vestido de leopardo morado, elástico con la espalda al aire y uno tacones de infarto que la alzaban a mi cuello, fuimos a un sitio que la gustaba mucho, una macro discoteca de música thecno, bailamos, si es que a eso se le llama bailar y no saltar haciendo el memo, la quité la idea del piercing en la lengua aunque le costó pagarla el tatuaje en la base de la columna, un tribal que aunque no fuera original, al curarse la piel le quedaba de cine y los exhibía con estilo, su larga melena y su cuerpo me parecía más desarrollado, eran la viva imagen de la perfección en miniatura, como siempre pasaba se enfrentó a 4 chicas que me entraron cuando me dejaba solo, era como parar una pelea de gatas, la cogía en alto y me la llevaba a otro sitio mientras soltaba guantazos al aire e insultos y amenazas, luego se mostraba mas pasional conmigo, queriendo macar terreno. Bebía bastante y me dijo que había probado algunas drogas duras, y no tan duras, la dejé claro que conmigo ya no era una niña revoltosa, si no una mujer y las mujeres de verdad no se meten mierda en el cuerpo, asintió, yo era lo único a lo que quería ser adicta, alguna copa de más y punto

Estabamos en mitad de la pista besándonos mientras la sobaba el culo descaradamente, cuando sentí que alguien me agarraba del hombro, al girarme un puñetazo me impactó de lleno en la cara haciendo tambalearme y casi caer al suelo.

-LOLA: ¡Javi ¿Que haces? ! – gritó tan alto que casi se rompe la voz.

-JAVI: ¡¡ ¿que haces tu? zorra de mierda!! – me recompuse del golpe, sentí el sabor de la sangre en la boca al mirar a mi agresor, me había roto el labio por algún lado.

-LOLA: ¡¡¡estate quito ¿me oyes?!!!

-JAVI: ¡¡¡haré lo que me salga de los huevos, ¿como te atreves a venir aquí con este payaso?!!!- Lola se lanzó a por el, apenas podía sujetarla.

-LOLA: ¡¡VETE A LA MIERDA IMBECIL!! Este sitio no es tuyo ni yo soy tuya tampoco ya.- intuí que era su ex, el mala pieza.

-JAVI: ¡¡a mi no me jodas guarra, has venido a regodearte en mi puta cara y de mi no se ríe nadie, NADIE!! – levantó la mano con gesto de pegarla, me interpuse con rapidez.

-YO: basta ya, no quiero problemas.- me miró con sonrisa burlona, pero al menos apartó la vista de de Lola que estaba aun intentado agredirle aunque la tenia sujeta.

-JAVI: ¿y esta basura de donde la has sacado?- me dio una palmada más o menos fuerte ene l pecho, mi intención inicial fue devolverle el puñetazo, pero estaba en desventaja, no solo era el, y un local donde le conocían por lo visto, si no que tenia a 2 colegas detrás apoyándole, y con tanto ruido no sabia si habría más.

-LOLA: ¡¡es mi novio así que no te pases o te abro la cabeza, pichacorta!!- clavé mi mirada en Lola, que agachó la cabeza, tenia la lengua más rápida que la cabeza, no éramos técnicamente novios y meterse con su hombría no ayudaría en nada.

-JAVI: pues bien que gritabas cuando te abrí tu coñito virgen – se lamió la punta de los dedos, Lola casi le alcanza con un zapato que se quitó y trataba de alcanzarle con el tacón.

-YO: esta bien, nos vamos y os dejamos en paz – me preocupaban sus ojos, estaban rojos y el muy nervioso, seguro que iba metido de alguna mierda de droga, pastillas de éxtasis me arriesgo a decir.

-JAVI: eso, nos vamos, claro que si, vamos fuera y te doy una paliza por cobarde.- seguía golpeándome el pecho con fuerza siguiendo el ritmo de la música, al oír eso todo el mundo a nuestro alrededor se separó, mal asunto si ya saben que pasa.

-LOLA: no…….déjalo, ya nos vamos – si no estaba tenso ya, ver a Lola dejar su actitud bravucona y tirar de mi brazo para irnos no me calmó.

-YO: eso es, nos vamos y………..- me agarró de la pechera con ambas manos.

-JAVI: no te vas a ningún sitio – me empujó os suficiente para llegar a Lola, la señaló con dedo mientras se acercaba “valientemente” a ella – tu eres la peor de todas, se va a llevar una paliza por tu puta culpa – y la soltó un bofetón que la hizo caer al suelo- me puse rojo de rabia, me agaché a ayudarla, sus ojos vertían lagrimas y tenia la mejilla enrojecida, la puse en pie acariciándola con cariño, me di la vuelta protegiéndola.

-YO: como la vuelvas a tocar te parto el brazo – si recordáis como evalúo las amenazas entenderéis la profundidad de esta.

-JAVI: vaya – bromeaba con sus colegas – a la gallinita le han salido pelotas, venga vamos fuera – nos escoltaron entre los 3 que veía y un 4º que no había visto.

-YO: en cuanto puedas llama a la policía y a una ambulancia y diles que vengan ya – le susurré al oído a Lola que sacó el móvil y lo hizo sin que se dieran cuenta, gané asegurarme refuerzos si iba mal, solo tenia que ganar tiempo, pero una llamada advirtiendo de pelea en Madrid a las 2 de la mañana? , podían tardar mucho, o directamente no venir.

Salimos y de inmediato se formó un corralito de gente a favor y en contra, me quité la cazadora y todo lo de valor y se lo di a Lola, de las formas que pude fui ganando tiempo, calentando y tratando vanamente de calmarle los nervios, pero Javi estaba muy enfurecido, una vez fuera busqué una parte cubierta de la calle por las cámaras de seguridad, que al menos quedara documentado, Javi era el mas corpulento de los 3, algo mas bajo que yo, tenia la parte de arriba del torso muy marcada de músculos, mas que yo, no sabia si era asiduo al ejercicio o las inyecciones, iba rapado casi al 0 con un piercing encima de una ceja, su aspecto imponía bastante, era normal que fuera el líder de la manada, los otros 2 eran mucho menos corpulentos, mas bajos y sin tanto músculo, para identificarlos uno era escuálido y el otro cara de cerdito, el 4º no parecía ser de su pandilla, más bien se convirtió en el organizador de la pelea, pidiendo espacio al corralito y gritando unas normas leves, me tranquilicé al oír que no se podían usar armas bancas y solo seria 1vs 1, si era así tenia una oportunidad de salir de una pieza, Lola lloraba pidiendo clemencia a Javi, me dolió en el orgullo su poca confianza en mi, hasta que me temí que solamente conociera bien a Javi. Traté de ganar más tiempo.

-YO: mira, no tenemos por que pelear.

-JAVI: ¿ahora te rajas?, no, de aquí no sales sin que te muela a palos.

-YO: no tienes que demostrar nada, nos vamos y puedes seguir divirtiéndote toda la noche.

-JAVI: claro que me voy a divertir, pero 1º pateándote el culo.- puso pose de boxeó y soltó un par de puñetazos al aire bien lanzados y rápidos.

-LOLA: por favor Javi, para ya.- lloraba desconsolada mientras una chica la sujetaba con cariño, debería de conocerla.

-JAVI: vamos, deja de hablar y vamos a ver de que estas hecho, payaso.- camino hacia mí con decisión.

Ya no era posible la diplomacia, de hecho desde que me pegó en el pecho en la discoteca sabia demasiado de la noche de Madrid como para saber que si re cruzas en el camino de un choni cabreado estas jodido, dancé a su alrededor alejándome lo más posible de el, mientras el ruido de silbidos y gritos de apoyo era ensordecedor, al pasar junto a su colegas uno me dio un empujón que me acercó más de lo querido a Javi, que lanzo un gancho potente pero muy previsible, lo esquivé con velocidad y seguí danzando, rezando por que apareciera la policía, pero no había noticias, y el se movía bien, seguro que practicaba boxeo, me fue cerrando espacios hasta que me quedé arrinconado, era inevitable ya, así que divisé la cámara me puse en posición para que pillara bien la imagen y me tensé para recibir el golpe, un solo puñetazo me golpeó en la mandíbula, se hizo el silencio cuando caí al suelo, ya tenia lo que quería, el había empezado y a partir de ahí todo seria en defensa propia, intente una ultima jugada y quedarme en el suelo sin moverme, quizá así el saldría victorioso y se acabaría esa locura, pero no coló, me cogió de la pechera y me puso en pie, lanzando un par de puñetazos más, con la mano derecha, la buena, los aguanté con furia, se enfadó por que no cedía y el 3º cogió más inercia al ir a golpear, bajé la cabeza en el momento justo haciendo una fuerza descomunal en mi cuello, y me golpeó con el puño cerrado en la coronilla, (muchos no lo saben pero una vez de adulto, y quitando codos y rodillas, es la parte mas dura del cuerpo), sentí como le crujía la mano, y el grito de dolor provocó un silencio en todos, planté bien los pies recuperando la postura, sentía un fuerte escozor en la cabeza pero le había quitado su mejor arma, tenia a mano inútil, solté una patada sorpresa en su estomago empujándolo, di dos pasos para coger cinética y soltar una patada de tijera en su cara, cayó al suelo ante la fuerza, cuando dejó de rodar sangraba por el piercing de la ceja, hasta Lola guardó silencio sorprendida, Javi estaba en el suelo sangrando una ceja y con la mano derecha inmóvil y dolorida.

-YO: ya esta, ¿nos podemos ir? – inocente de mi.

-JAVI: ¡¡maldito cabrón tú no sales de esta!! –se giró a sus amigos – ¡¡destrozar a ese imbécil!! – se miraron entre ellos dudando- ¡AHORA!- todavía le temían mas a el que a mi, un error.

Ambos acudieron a su llamada le rodearon y se cuadraron delante de mi, bufé desesperado, la policía no llegaba y ahora eran 2, esquivé el puñetazo de uno pero una patada en el costado del otro me dobló de dolor, cuando fue a darme otra le cogí la pierna barriendo la otra y cayó al suelo, pero el otro percutió en mi cabeza con un puñetazo y rodé por el suelo, en parte por los golpes y en parte para ganar terreno para levantarme rápidamente y tener tiempo de pensar, al ponerme en pie Javi me rodeó con el brazo sano por detrás, codazo al vientre y le cogí la mano magullada con una llave se la retorcí hasta hacerle rodar a los pies de Lola. Es muy bonito en las películas cuando varios se enfrentan al héroe y esperan pacientemente su turno, en la vida real no pasa, los 2 colegas me saltaron encima y escuálido me pegó un rodillazo en el vientre mientras me quitaba a cerdito de encima, ese impacto me dejó sin aire un segundo, lo que les dio tiempo para agarrarme e inmovilizarme, les costaba por mi corpulencia pero eran 2, Javi se puso en pie tapándose la sangre del ojo, mientras mis parejas de baile me pegaban puñetazos en el estomago ante el abucheo del publico.

-LOLA: ¡¡¡basta ya!!! ¡¡¡LO VAIS A MATAR!!!- Lola lloraba de nuevo y casi babeaba agarrada al brazo de Javi.

-JAVI: apártate zorra – le soltó un manotazo con la mano del revés en la cara, me encendí como nunca.

-YO: ¡¡ven aquí cabrón, vamos a bailar tú y yo solos maricón de mierda, ¿o solo tienes huevos de pegar a una niña?!! – su mirada aprecia terrorífica pero otra vez me miraba a mi y se alejaba de ella.

-JAVI: eres un pedazo de mierda, si no me hubiera hecho daño en al mano estarías pidiéndome perdón de rodillas.- se acercó y estando agarrado me golpeó el estomago con la mano sana

No dolió tanto como esperaba así que me soltó otro en la cara, pero no tenia tanta fuerza y precisión como en la otra, del gestó golpeó de refilón al que me tenia sujeto de los brazos, de forma instintiva se tapó al cara soltándome un brazo, un golpe seco con el puño cerrado fue a la cara de Javi, no fuerte pero ti justo en su ceja, retrocedió un paso, a la vuelta del golpe cerré el brazo pegándole con el codo a la nariz de cerdito, saltó un río de sangre al romperle la nariz, antes de que cayera por el suelo me revolví sobre escuálido, le hice un barrido con la pierna al empujarle y cayó al suelo, allí un fuerte puñetazo a sus testículos le dejó doblado e inmóvil al lado de cerdito, que se trataba de colocar la nariz en su sitio. Al darme la vuelta Javi se abalanzó sobre mi con algo en la mano, por instinto, y algún suspiro de fondo, le di una patada con la planta del pie en el pecho para alejarlo varios metros, fue un empujón mas que un impacto, allí vi la navaja en su mano, no era mucho más grande que un corta uñas pero allí estaba, tenia la cara inyectada en odio y un ojo cerrado por el chorro de sangre que le caía en el, un abucheo y estupor sonó en la boca de todos, alguno gritaban “NO”.

-YO: venga valiente, ya me he librado de tus 2 amigos, ahora el que esta asustado eres tu, y como no soy ninguna niña a la que puedas pegar, me sacas la navaja, eres todo un hombre – alguna risa tensa saltó de fondo.

-JAVI: te voy a rajar pedazo de mierda.- soltó una estocada muy mal enfocada, no veía bien, y me aparté con facilidad.

-YO: fallaste, estoy aquí – se giró buscando – ven a jugar.

Se repitió la jugaba varias veces, siempre lejos de hacerme daño, hasta alguno me animaba, me confié, en una de sus lanzadas no me dio tiempo y se pegó a mi clavando el filo en mi cintura, fue una sensación extraña, no me dolió, cierta seguridad en que no me había llegado en ningún sitio vital y ver de fondo sirenas me tenia tranquilo, le sujeté la muñeca y tiré sacándome el acero de la herida, me miró sonriendo, pese a que le tenia agarrado.

-YO: te dije que no la tocaras – lo dije en alto mirando a Lola que tenia las manos en al cara asustada.

Estrujé su brazo hasta doblarle el cuerpo, apretando la mano contra la muñeca con el brazo totalmente estirado, además era la mano herida, sus alaridos de dolor fueron estrepitosos, soltó la navaja al sentir como su codo se tensaba de la presión ejercida, rodillazo al estomago y una barrida con el pie lo tumbó, tirado roto de dolor y ya vencido, fui rodeándole el brazo con las piernas, haciendo palanca con ellas sin importarme su gritos.

-YO: te dije que no la tocaras – giré su brazo hasta que sentí el “crack” de su codo rompiéndose.

Un “ohhhhh” mayor que cuando me clavó la navaja se oyó en toda la calle, alguno apartó la mirada al oír el crujido, le solté mientras se agarraba el brazo moviéndose como una anguila en el suelo, camine victorioso hasta Lola pero a mitad de camino me fallaron las piernas, me miré en el costado y una mancha de sangre enorme crecía en mi camiseta, caí de rodillas apretándome la herida, Lola acudió enseguida pidiendo ayuda a gritos, todos llamaron la policía, pero ya estaban cerca, gracias a dios la ambulancia fue la 1º en llegar, me atendieron a mi 1º al ver la sangre, y la policía acudió enseguida, detuvo a los 3, y fue hablando con los testigos que contaron la misma historia, llamaron a más ambulancias, uno tenia el tabique nasal fracturado, el otro apenas podía caminar del dolor en la entre pierna y Javi chillaba cuando le movían el brazo, con el codo dislocado, 4 dedos de la mano rotos y un corte feo en la zona del piercing.

Mi herida no fue nada más que llamativa, la limpiaron y cosieron con 5 puntos, mientras Lola y yo éramos interrogados, Javi y su amigos decían otra cosa, sobretodo que el cuchillo era mío y le había atacado, les señalé la cámara de seguridad que enfocaba toda la calle, era de la discoteca, y les pidieron ver las imágenes, por suerte estaba grabando y captó todo tal como pasó, cuando vieron que Javi sacó la navaja pidieron la cinta como prueba y los detuvieron allí mismo, nos fuimos todos al hospital, pasamos la noche allí con la policía bien atenta, Javi tenia antecedentes y cerdito llevaba droga encima, el pobre escuálido solo lloraba pidiendo que no llamaran a su familia. No llamé a nadie para no asustar, no tenia nada grave, alguien sugirió una transfusión al ver mi camiseta manchada, y la tenían preparada por si la necesitaba, Lola lloraba a mi lado, y era yo quien la consolaba, estaba horrible con el rímel corrido pero sus ojos azules eran reconfortantes, le enyesaron el brazo a Javi y le situaron la nariz cerdito, el 3º estaba bien, así que cuando pudieron les leyeron sus derechos y se los llevaron detenidos, yo pasé el resto de la noche en observación, no solo era la herida de la cintura, tenia hematomas en el estomago, un ojo amoratado y un ligero corte en el labio.

-LOLA: lo siento mucho, no debí llevarte allí.

-YO: no pasa nada rubia, estoy bien.

-LOLA: no lo estas, casi te matan.

-YO: soy más duro de lo que parezco.

-LOLA: ya lo he visto, pero no tenia que haber pasado.- se tumbó a mi lado en la camilla, del lado no herido, y la rodeé con mis brazos.

-YO: si tenía que pasar, prefiero que haya sido así, les va a caer un buen puro, tengo amigos abogados, y de los buenos.

-LOLA: que se pudran, Javi es un carbón despiadado, se lo merece – se levantó y me besó con ternura – ¿le has roto el brazo? – preguntó aunque lo había oído quebrarse como todos, la miré a los ojos secándole una lagrima con un dedo en la mejilla colorada donde la había pegado.

-YO: se lo había advertido.

-LOLA: lo se, le dijiste que si me tocaba otra vez le partirías el brazo, y lo has hecho.

-YO: así es.- se acurrucó contra mí apoyándose en el abdomen dolorido sacando un siseo de dolor.

-LOLA: perdona – la besé en la frente para quitarle importancia- nadie……nadie había hecho algo así por mi…..nunca.

-YO: ahora eres mi pequeña, yo cuidare de ti. – suspiró mientras se adormecida acompasando su respiración a la mía y sintiendo mi latido fuerte tranquilizándola.

Me quedé adormilado abrazado a ella, sentía en mi estomago un profundo dolor pero algo mas, algo que no reconocía, ¿que me pasaba?, estaba dejando a mujeres por ella, había algo que me era familiar pero no atinaba a saber que, crecía en mi cabeza una idea irregular, algo que no había experimentado en mucho tiempo, casi me matan, me había jugado el tipo por esa cría que solo me tiraba desde hacia 1 mes, algo sentía, pero no lo sentía desde que vi a Ana reaparecer en mi vida, “joder, eso es amor, mierda, la quiero”, apreté su cintura contra mi, oliéndola el cabello, “¡¡¡¡Me he enamorado de Lola!!!!”

CONTINUARA…………… PARA CONTACTAR CON EL AUTOR:

poesiaerestu@outlook.es


Relato erótico: “MI DON: Lola- Tormenta (40)” (POR SAULILLO77)

$
0
0

————————————

-LIZ: ¿te quieres estar quieto? – se desesperaba al intentar limpiarme la herida del costado.

-YO: joder, que escuece……

-ELI: así recordarás que no tienes que meterte en peleas – puso cara de madre mientras me quitaba la bolsa de guisantes congelados del ojo amoratado.

-YO: ¿y que debería de haber hecho?

-ELI: pues irte, corriendo si hace falta, no te hubieran pillado – tenia razón, era rápido y de gran zancada.

-LIZ: ya, y se deja allí a la niña corriendo detrás con los taconazos – se agachaba a soplar en la herida, es increíble como aguanté varios puñetazos directos a la cara sin dolor y ahora un poco de Betadine en la herida me hacia revolverme de dolor, adrenalina supongo.

-ELI: pues si, la niña de las narices hace que casi lo maten.

-YO: no ha sido para tanto – me empujó en el pecho evitando que me levantara de la cama, llevaban 2 días sin dejarme levantarme, desde que salí del hospital.

-ELI: tú cállate y quédate aquí sin moverte o la que te va a zurrar soy yo. – sonreí con ganas de darla un beso.

-LIZ: eso, que se te va a abrir la herida – me tapó la marca de la navaja suavemente con una gasa limpia y un poco de esparadrapo.

-YO: pobre de mí, vaya enfermeras más cabezotas me he buscado.

-LIZ: lo que te mereces, ¿como se te ocurre meterte en una gresca contra 3 tíos?

-YO: y yo que se, se pusieron tontos……..

-ELI: ¿uno no iba puesto?

-LIZ: si, el tal Javi dio positivo en las muestras de sangre en “speed”, se la toman para aguantar toda la noche de fiesta

-YO: se lo vi en los ojos, y su amigo llevaba pastillas encima.

-ELI: ¿y vas y te metes con ellos?

-YO: yo no me metí en nada, fueron ellos al verme con Lola.

-ELI: ya, la niña de los cojones, esta muy “subidita”.- no le gustaba nada su presencia, puedo decir que el sentimiento era reciproco.

-YO: no digas eso, estaba muy asustada, yo solo quería protegerla………

-LIZ: ya, es lo que pasa cuando te gusta una mujer.

-ELI: aun no me creo que estés colado por ella.- había contando que me atraía, tratando de que ellas me apartaran esa idea de la cabeza.

-YO: no estoy colado por ella – no me lo creía ni yo.

-LIZ: tenías que verle la cara cuando vinieron, estaba lleno de sangre, sucio y aun así la miraba con cara de bobo.

-ELI: ¿y ella esta enamorada también? – me enfadé golpeando la cama.

-YO: que no estoy enamorado de nadie, joder – guardaron silencio unos segundos, pero sabían tan bien como yo que me estaba engañando a mi mismo.

Me ayudaron a ir al baño, podía ir solo pero tenia un dolor espantoso al mover en el vientre, los hematomas se estaban curando y pasando del morado más oscuro a un amarillento horrible, y dolían en cuanto hacia fuerza, pero necesitaba moverme, desde que volví a casa con Lola y Liz me subió a mi habitación, no me habían dejado salir de allí, Lola se quedó el fin de semana cuidándome junto a Liz, pero ya era lunes y Lola regresó al instituto por la mañana, la cara de Eli al verme fue pavorosa, con un ojo aun hinchado, el vientre marcado de puñetazos y la raja en la piel del acero. Por miedo a saltarme los puntos primero y luego cuando se cayeron, a que se reabriera, de sexo ni hablar, en 3 días seguidos, iba con un calentón que ver media teta me la ponía dura, Liz se vistió normal para no provocarme, y dormía solo por el mismo motivo, avisé a mi familia de lo ocurrido y me vinieron a ver el domingo, la bronca, por no llamarlas de inmediato, fue casi peor que la pelea en si, y la pobre Lola aguantó el chaparrón que le cayó de parte de todas, la culpaban de lo ocurrido y yo la disculpaba, el único que me miró con orgullo fue mi padre, delante de mi madre y mi hermana no podía decirlo, pero se lo leía en el rostro, el me educó en esa forma de pensar, defender a una mujer aunque sea en tu perjuicio físico, no era el hecho de haber “vencido” en la pelea contra 3 incluyendo una navaja, era haber demostrado valor y hombría al enfrentarme sin temor a aquello y actuar como el consideraba que debía de hacer un hombre, pero si llega a decir algo de esto en alto mi madre le cruza la cara. Por suerte los días fueron un trasiego de amigos y conocidos, las chicas del piso de estudiantes, Teo y Manu, y algunas chicas más, hasta mi jefa se pasó al llamar para comunicar que estaba de baja durante una semana, lo que decretó el medico para recuperarme.

Me di una ducha repasando mentalmente la pelea, tratando de limpiar con cuidado las zonas magulladas, veía el rostro de Javi enfurecido, a cerdito estallándole la nariz del codazo, el grito de dolor de escuálido al golpearle los testículos, y sobretodo siseaba al recordar la sensación y el ruido del codo de Javi partiéndose, o lo que podría haber hecho para no recibir el tajo, que estúpido había sido, pero creo que Lola estaba a salvo, el padre de Teo se ocupó de todo, como sabréis era abogado de alto copete y estaba en deuda conmigo para siempre por el tema del ex de Eleonor, presentó cargos contra los 3, el mas grave contra Javi por intento de asesinato, aparte de consumir drogas, a cerdito por agresión y posesión de drogas, a escuálido, que era menor aun, le cayeron cargos menores, pero su cara era la peor de todas en el rueda de reconocimiento a la que fui, sus padres se presentaron y me pidieron disculpas personalmente, las acepté con educación, y me dijeron que lo iban a mandar a un reformatorio en Alemania, ofreciéndose a ayudarme en lo que fuera necesario, le pedí la padre de Teo que fuera mas indulgente con el, solo era una oveja, que había aprendido a las malas lo que puede pasar si sigues a un mal pastor. Por lo que se a día de hoy, Javi sigue en la cárcel y aun le quedan unos cuantos años, cerdito salió a los 2 años con la condicional y le volvieron a pillar trapicheando con drogas, me desentendí de saber mas de ellos, lo importante es que no volví a saber nada después del juicio.

Me puse un bañador para bajar a la cocina con Liz y Eli escoltándome, al llegar Dani estaba por allí, dejó lo que estuviera haciendo y pese a que ya me había visto antes acudió a mis brazos, agarrándome la cara y dándome una ráfaga de besos en la mejilla.

-DANI: ¿tu estar bien? – sentir su cuerpo y sus brazos, rodeándola con los míos, me hizo sentir bien.

-YO: si, tranquila.

-DANI: tu asustar….me, no volver ha hacer – no se si era a mi o al sueldo lo que temía perder.

Me sentía totalmente inútil sentado en la cocina mientras ellas me daban de comer y beber, no estaba tullido, pero no me dejaban hacer ningún esfuerzo, mañana tranquila en la terraza y luego a comer, siesta a solas, y al despertarme Lola estaba hablando con Liz en la puerta, me senté en la cama, me miraba como si me hubiera quedado paralítico, la llamé sin poder evitar la ilusión en mis ojos, acudió a mi arrodillándose en mi pierna con los ojos vidriosos.

-YO: ¿que te pasa rubia?

-LOLA: que me jode verte así – la alcé la mirada con ternura.

-YO: estoy bien, dame una semanita y ni se me notará – su rostro era angelical, la senté a mi lado abrazándola con cuidado.

-LOLA: no sabes cuanto lo siento.

-YO: tienes que dejar de repetirlo, no es culpa tuya.- se frotaba los ojos sin creerme.

-LOLA: ¿entonces estas bien?

-YO: ahora que estas aquí, si – sonrió calmando su rostro.

-LOLA: que bobo eres – la abracé de nuevo besándola en la larga cabellera, olía genial, Liz me miró desde la puerta cruzándose de brazos, era evidente el cariño que la tenia, ni yo podía negarlo, suspiré preparándome para lo que venia.

-YO: he pensado una cosa.- levantó sus ojazos para mirarme y me quedé perdido en ellos.

-LOLA: ¿el que?

-YO: me resulta muy duro que estés aquí, y no poder acariciarte, quizá deberías dejar de venir unos días, hasta que me recupere – la tristeza la invadió la cara.

-LOLA: pero yo quiero estar aquí contigo, cuidarte y darte mimos – me hacia cosquillas en un hombro.

-YO: lo se rubia, pero necesito descansar.

-LOLA: ¿y Liz y las demás? ¿A ellas les has pedido lo mismo?

-YO: Liz y Eli cuidaran de mí, no te preocupes, del resto olvídate.

-LOLA: ¿y por que ellas si se pueden quedar y yo no? – “por que a ti te quiero, y a ellas no”, quise decirla.

-YO: es mejor así, te llamaré cuando ese bien, no te preocupes.

-LOLA: esta bien………si quieres me iré, pero llámame, por favor.- su suplica me punzó en el corazón.

-YO: claro que si rubia – sonreí mientras la mentía.

Me besó suavemente y se fue sollozando, Liz la acompañó y la oí hablar abajo, cuando subió me encontró llorando, no podía evitar que me cayeran lagrimas, Liz se sentó a mi lado y me abrazó con ternura.

-LIZ: ¿la vas a dejar?

-YO: no era mía como para dejarla……

-LIZ: ¿y ya esta?, ¿no la volverás a llamar?

-YO: es lo mejor para ella

-LIZ: ¿o para ti?

-YO: no soy bueno para una chica así, no ahora estando como estoy, necesita cuidados y un novio que la enderece, y yo no quiero ser ese hombre, no otra vez.

-LIZ: eres lo mejor que la ha pasado nunca, y no hablo de sexo.

-YO: es joven y guapa, encontrara a otro.

-LIZ: no otro como tu, aunque no quieras admitirlo no eres un desalmado, ningún tío se metería en una pela de navajas con las manos desnudas por un ligue de una noche, o por una entre tantas, y ella lo sabe igual que yo.

-YO: eso no fue así………..yo no quería………no pretendía……..- estaba sin palabras, me mostré débil ante Liz y me enfurecía por ello.

-LIZ: es inútil que lo niegues, la quieres.

-YO: peor no quiero quererla, soy el carbón rompe corazones, no amo a nadie, soy libre, ¿me oyes? – mi tono era brusco.

-LIZ: si es así ¿por que la alejas? – “¡¡¡POR QUE NO QUIERO QUE ME HAGAN DAÑO!!!”, pensé lleno de furia, bufé rojo de ira, con el puño cerrado.

Liz se asustó un poco pero me tranquilizó, colocando mi cabeza en su regazo mientras me atusaba el pelo, escudriñaba mi mente, que se rompía, estaba claro, pese a mis denodados esfuerzos no había superado aun lo de Ana, me había afectado mucho más profundo de lo que estaba dispuesto a admitir, ¿que estaba haciendo con mi vida?, construí un corazón de hielo y no dejaba entrar a nadie, negándome a sentir nada por alguien, y podía haber seguido así si aquella chiquilla no me hubiera derretido con su mirada y sus malas formas, era guapísima y daba mucho morbo en el sexo, nada que no tuviera o podría conseguir ¿pero por que era diferente para mi? Esa pregunta era la que me tenia perplejo, perdido, Lola era una choni, una tribu urbana con muy mala fama, en poco más de 1 mes con ella ya había tenia varias broncas y una pelea que terminó casi en desastre, era tosca, cabezota, poco refinada en su forma de ser y comportarse, hasta podía ser violenta para defender lo suyo………claro………….era eso, leal, fiel, fuerte…….era justo lo que Ana no fue. Mi mente se expandió dejando que todo el ruido que tenia fuera disipándose, lo veía claro, la quería por que reventaría la cabeza a alguna con un bate antes que traicionarme, eso me hizo esbozar una sonrisa, pero me presentaba un problema, ¿quería o no estar con Lola?, la quería, ya no podía negármelo más, pero podía dejar de quererla, si conseguía comprometerla, si se fijara en otro y me demostrara que no era tal su amor por mi, quizá dejara de quererla, si, lo supe como una verdad escondida en mi mente que ahora parecía clara. Me animé tanto que Liz notó mis besos en sus muslos, y mis dedos acariciando sus piernas, olía a hembra necesitada y eso me enervó, mi polla empezó a crecer incontrolable y Liz se arrodilló ante mi, halagada y excitada.

Succionaba con animo y jugaba con su lengua con astucia, me senté en la cama y se desnudó para seguir chupando con energía y haciéndome una cubana con sus oscuros pezones, continuaba lamiendo el glande y una explosión de semen la llenó la cara, se lo lamió con los dedos mientras lo degustaba y acarició más hasta tenerla dura otra vez, no tardó demasiado, me tumbó en la cama y se metió mi rabo por el coño, cabalgando con cuidado pero haciendo vibrar nuestros cuerpos, se empezó a correr, le acariciaba donde le llegaba y volví a descargar en su interior, sin dar tiempo a más me besaba y se puso a 4 patas, la penetré el culo mientras la azotaba y me divertía con sus orgasmos anales, de la rabia me dolía el estomago pero seguía para volver a correrme en su ano, caí roto de cansancio y dolor en la cama sudando, Liz lamió mi torso, con ojos de lujuria, besándonos con dulzura, comenzamos así mi “recuperación”, descansamos toda la noche y por la mañana me sosegó con una mamada deliciosa, al llegar Eli y verme con Liz se animó a revolcarse con nosotros, la verdad sea dicha, ellas disfrutaron más que yo, me sentí como un mero consolador para ellas, apenas me movía, y Liz hacia diabluras con su lengua en Eli, pero al menos empezaba a coger tono, fueron pasando los días y entre las 2 me devolvieron mi esplendor, apenas me dolía el cuerpo y no se notaba nada de los golpes.

Para el fin de semana llegó un aire del desierto o algo así, y en pleno diciembre estabamos a 25º grados, anunciaban un frente frío para el domingo, se me ocurrió montar un fin de semana con mis amigos en mi casa, tipo barbacoa y piscina, quiera y necesitaba a mis amigos cerca, ellos me ayudarían con mis planes, comencé a llamar, Teo accedió si llevaba a su novia, Manu también vendría, sobretodo le pedí que trajera a Lucas, un amigo nuestro, Italiano, castaño de ojos verdes y un ligón de 1º, y ya puestos las chicas del piso de estudiantes, para ellos mi casa eran unas vacaciones, y quien sabe, algún rollo podría caer. Yo mismo llamé a Alicia que habló con las demás y todas accedieron aunque ella, al saber de Teo y su novia, no quiso ir, pero era un buen plan y sabía que no faltaría si todos estaban allí. Lo hablé con Dani que aceptó ir también sábado y domingo por las mañanas a recoger lo que, sin duda, seria un desfase de fiesta.

Dani me acompañó al mercado e hicimos algo de compra, sobretodo carne fresca para la barbacoa de la terraza que no había usado nunca, llamé a todos preguntando que querrían y que cosas comprarían ellos para traerlas, encima de la casa no iba a ponerlo yo todo, Dani se quedó un rato más organizando la cocina y yo guardando todo lo valioso y frágil de la casa, éramos muy dados a romper cosas, preparé los cuartos para albergar al mayor número de personas que entraran, y eran muchas, el sofá que rompí, lo sustituí hacia unas semanas por un sofá cama muy barato que no pegaba con el resto del piso. A contar, en el dormitorio principal, la cama de 3×3 donde yo y 2 o hasta 3 podrían dormir, los 2 dormitorios del otro lado del piso de arriba con una cama cada uno pero una era de matrimonio, el dormitorio de abajo con una cama de matrimonio y los 3 sofás de abajo, 1 sofá cama y otro que no lo era pero tan amplio como para poder dormir sin problemas alguien no muy grande. Por ultimo llamé a Lola que acudió encantada, casi sorprendida de mi llamada, acudiría a buscarla al salir del instituto el viernes y pasaría el fin de semana entero con nosotros, la pobre no sospechaba que mi intención era liarla con Lucas para así demostrarme que no me quería y quitármela de la cabeza. Mandé a Liz a su casa le viernes por la mañana no sin antes un trío con Eli, y así tener vía libre y una cama más, se fueron y bajé la cocina a ver a Dani que estaba radiante con algo menos de ropa debido al calor.

-DANI: ¿yo ir ya, yo venir mañana misma hora?

-YO: si, y te pido disculpas anticipadas.

-DANI: ¿por que? tu ser bueno – me acarició la cara con una sonrisa que derretiría los casquetes polares.

-YO: te pediría perdón por las cosas que se me ocurren que podrían pasar, pero las disculpas las necesitaras por las que no se me ocurren, y van a ocurrir – torció la cabeza, creo que sin entenderme del todo, pero comprendiendo que la casa iba a ser una locura.

Cuando se fue, preparé un poco la casa para la fiesta, y se me ocurrió un cartel con esperanzas vanas, que coloqué en la puerta de cristal de la terraza

Las chicas del piso de estudiantes fueron las primeras en llegar después de comer, sobre las 17 horas, ataviadas como si fueran a una excursión, mochilas, maletas y bolsas, todas con ropas informales, Lara se me abrazó con fuerza, haciéndome sentir que se me cortaba el aire con sus senos, pero la solté al ver a Alicia entrando al ultima, detrás de Naira, la canaria, las saludé a todas pero hablé solo con ella.

-YO: al final has venido.

-ALICIA: ya, que iba a hacer si no, ¿quedarme en casa? – puso cara mustia al soltar una mochila, la abracé dándola un solo beso en la mejilla, así me gusta diferenciar al resto de mujeres con las que me importan, a las que me dan igual 2 besos de cortesía, y las que me tiro directamente en la boca, pero a las “mejores” un solo beso y abrazo, y desde que ya no tengo tantas amigas, si no amantes, el circulo se había reducido en mi madre, mi hermana, Alicia y alguna otra novia de buenos amigos a las que dejaba en paz.

-YO: pues te he echado de menos, esta es tu casa – la rodeé con un brazo girándome al resto – cuando no este yo la que manda es mi hermanita, que os quede claro a todas – sonrieron pero entendieron el sentido de mi tono, Alicia era la mas sensata que había conocido nunca, me fiaba de ella al 100%.

-ALICIA: y yo a ti cielo, mi hermana viene luego cuando salga del trabajo – me mostró su sonrisa falsa, con los años aprendí a diferenciarlas, cuando sonreía de verdad lo hacia igual, pero las arrugas en los ojos solo aparecían cuando era sincera, ahora solo quería aparentar.

-YO: genial, pues si viene antes de que vuelva la abres.

-ALICIA: ¿pero te vas? – cuando cogí las llaves del coche me miró horrorizada.

-YO: claro, estaba esperando que llegara alguien, tengo que ir a por Lola, que se quedara con nosotros – Lara soltó un “puf” desaprobándolo, las pocas veces que Lola vio a mis amigos fueron momentos fríos y tensos, en mi grupo social Lola no estaba bien vista – así que la casa es tuya, ya sabes como va el telefonillo, e id cogiendo sitio en las habitaciones, apretaros en ellas, no se cuanto vendrán al final.

Me fui a por Lola con el coche, al verla de pie con unos shorts cortos, un top abultado con el biquini ya puesto y una mochila me alegré mas de lo habitual, no sabia por que, la recogí y la besé con la fogosidad que requería, no era una mujer normal, su fuego era mayor, con decir que cada vez que la recogía o la dejaba me besaba acariciándome la polla, no hace falta decir mas. Al volver y subir ya habían llegado mas personas, Manu y el amigo suyo, Lucas, que aparte de ser alto, guapo y de cuerpo trabajado, tenia la carcajada mas contagiosa del mundo, era mucho más cercano a lo “choni” de lo que quería hacer ver, la pareja perfecta para Lola. Mara, la hermana mayor de Alicia, salió a recibirme con los brazos extendidos y dando los 2 besos como los daba, casi sin rozar los labios y apartando bien la cara, era demasiado elegante y estilizada para dar un fuerte abrazo o un beso disonante, que diferente era a mí. Lola me preguntó que donde ponía sus cosas, arriba en mi cuarto, obviamente, aunque no sabía muy bien como íbamos a dormir, mi plan era otro. Para mi sorpresa estaban todos en el salón, sentados y quietecitos, hasta parecían gente seria y formal, Alicia había cogido las cosas que trajeron de comer y lo había organizado en la cocina, sobretodo la cantidad enorme de botellas de alcohol y latas de cervezas que trajeron, cogí el mando del equipo de música.

-YO: ¿que coño os pasa? – me miraron atentos – no se su pone que esto es una…………….¡¡¡¡FIESTA!!!!- pulsé el botón del play subiendo al música hasta sentir el suelo temblar, tuve que gritar para que me oyeran. – ¡¡¡ESTAIS EN VUESTRA PUTA CASA!!!

Desde ese momento la cosa se animó, empezaron a correr los cubatas, las latas y la música, Lara sin tapujo alguno bajo de arriba con solo el biquini puesto, un conjunto de hilos con tan poca tela que no le daba para taparse los enormes pechos, al verla todos los tíos se quedaron mirándola atontados y todas las tías corrieron las habitaciones a cambiarse, Lola caminó hasta mi y la di una copa de ron que le encantaba, bailó para mi quitándome la camiseta, pasando sus dedos por mi pecho y agachándose bastante poco para besarme tiernamente en la herida ya cerrada. Cuando el resto de chicas fueron saliendo, en biquinis de mil maneras, por alguna razón esperaba ver a Alicia con alguno de los que me enseñó aquella vez con Ana, pero salió con uno blanco tipo braga y sujetador antiguos, bonita, como siempre, sus caderas eran exuberantes, pero palidecía antes las tetas de Lara, o el cuerpo fino y esbelto de Naira, la canaria, con un biquini tan escueto como brillante amarillo. La pero parada fue Mara, no tenia ni las caderas de su hermana, ni las tetas de Lara, ni el encanto canario, solo un culo prieto y unas piernas bien torneadas ayudaban a disimilar que era la que menos pecho tenia de todas, incluyendo a Lola que desde que la conocí hasta ahora le habían crecido notoriamente, Lola se quito el top y los shorts delante de todos, dejando ver un biquini rojo tan llamativo como embellecedor, su cuerpo aniñado era perfecto, y me costó no besarla al ver su larga melena rubia caer por su cuerpo.

Los tíos por su parte, todos acudieron con el bañador puesto ya, como son pantalones cortos sirven, solo se quitaron la camisa, las chicas quedaron alucinadas por mi torso, ninguno me hacia sombra pero si se llevaron su dosis de miradas, ninguno salvo Lucas, estaba mas moreno que yo y Lola se fijó en su cuerpo, todas lo hicieron, bebereon ubastante y jugamos a alguna chorrada, el calor empezaba a ser asfixiante, quité el aire acondicionado aludiendo al gasto de luz, y fui a la piscina, me siguieron varios y cuando las chicas fueron a entrar me puse en la puerta, señalando el cartel.

-YO: lo siento señoritas, son las normas – ninguno pareció haber visto el cartel ahst ese momento, se girron a leerlo.

-LOLA: “SOLO TOP LESS”, tu estas quedao¡¡!!!

-MANU: jajaja que cabron

-YO: quereis igualdad pero podeis comentrnos con lso ojos mientras vamos sn nada arriba, eso no es justo, asi que……- golpeaba el carte´l con un dedo.

-LARA: jajajja que cerdo.

-ALICIA: no hagas bromas anda……..

-MARA: ni loca…….

Todas se cerraron en banda, así que hice pasar a los chicos y cerré la puerta, saltamos al agua y gritábamos fuerte, divirtiéndonos y tentándolas, si ya estaban sudando dentro cuando las dejé, media hora mas en aquel ático dándole el sol era un infierno, la 1º en caer fue Lara, entró y ante nuestros vítores se quitó la parte de arriba del biquini, dejando sus colosales senos y sus pezones al aire, no se si pensó que así me demostraría algo, aun sentía algo por mi, pero nos dio igual, era una broma y tenia que seguir siendo, a los 30 segundos apareció Lola, sus ganas de marcar territorio se leían en su rostro, no iba a dejar que aquella pechugona la quitara lo suyo, dejando la parte de arriba enigma de la otra de Lara, algún aplauso comedido de los demás al no conocerla mucho, pero la bajé el agua con honores, ya jugando entre todos, los sonidos de diversión hacían asomarse a Naira, pero estaba atento y le negaba hasta eso, Lara gritó y Naira cedió, salió directamente sin la parte de arriba dejándome ver sus bonitos senos por 1º vez, una 90 a ojo, y bien puestos, aunque sin el biquini cayeron un poco más de lo esperado, a los 20 minutos de juegos y roces “involuntarios”, Mara apareció tirando de la mano de Alicia, discutían, Mara era demasiado orgullosa como para que las demás se atrevieran y ella no, a pesar de ser la que menos tenia que ganar, logró sacarla a la terraza y allí se quitó la parte de arriba mientras las salpicábamos agua, le pasó lo contrario que a Naira, sin biquini mejoró, quizá disimulaba bastante, si, no tenia mucho pecho, pero tenia más que el que podía pensarse, y muy, muy bien puestos, mirando con los pezones arriba y muy oscuros, apetecibles. Alicia se puso roja, dios bendiga la presión de grupo y la desinhibición del alcohol, todos jaleando y gritando, se lo soltó con vergüenza y lo dejó caer al suelo mostrando unos senos que ya conocía de vivir con ella y de aquel momento fugaz en mi cumpleaños, además estaba mas centrado en pegar a Lola a Lucas, que se mostró encantado de que en los juegos siempre le tocara a ella con el, hacer lo que fuera, Lola no tanto pero se divertía. Terminamos todos en el agua bebiendo y charlando con miradas furtivas unos a otros.

Al salir a tomar el sol ellas, nosotros jugábamos a tirarnos al agua, todos menos yo, nadie podía tirarme al agua, entre Manu y su amigo se esforzaban pero siempre terminaban en el agua, al final fueron Alicia y Lola, dejándome antes de poder hacerlas daño con algún gesto violento, las me llevaron al agua, sentí los pechos de Lola en mi espalda y los de Alicia en mi brazo al caer al agua conmigo. Pasado un rato apreció Teo con su novia, habían tardado, pero se sumaron pronto a la fiesta, Teo se animó mucho, y Alicia todo lo contrario, cuando vi a su nueva novia en biquini algo avergonzada, supe que Teo había elegido a un clon de Alicia, mejor dicho a una copia barata, era bonita y con buen cuerpo, normal al estilo de Alicia, con algo de cadera, pero sin nada de su encanto y de su naturalidad, era violento pero ya nos ocupábamos Manu y yo de que no faltaran risas, al final la novia de Teo se quitó el biquini con un par de cubatas, nada a destacar, normal, simple, del montón. Pasamos la tarde entre el agua y sol, luego hicimos una ensalada y unas hamburguesas para cenar, nos dimos unas duchas y nos vestimos para salir de fiesta unas horas, Lola se aburría un poco ante los lugares que íbamos, con lo que se llama “pachangueo”, buena música de cualquier época, nada de electrónica y flashes, esta vez con un vestido negro vaporoso con la espalda al aire, sin sujetador, pero ya se encargaba Lucas de animarla, la cosa iba bien, Lucas parecía que había fijado su presa y Lola no se mostraba esquiva. Todas más o menos arregladas, y me alegré un montón de ver a Alicia con unos jens ajustadísimos que me apartaron la vista de mis planes, los tíos de los bares se pegaban por estar con ella, no se si por fin se estaba recuperando o solo lo quería aparentar ante Teo y su nueva novia. Lara fue la que se aprovechó de la situación y se me pegaba bastante, con un escote rozando lo vulgar, mostrando como sus pechos chocaban entre si al bailar, la tuve que apartar un par de veces, no por otra cosa, si no por que Lola al verlo se estaba poniendo mala.

Una vez en el piso me llevé a Naira muy borracha al sofá de abajo, Alicia y los demás me seguían entre gritos y susurros de haber bebido de más, Manu iba con una tajada enorme, Lucas le sostenía por el hombro, tampoco es que este fuera mucho mejor, eso ayudó a que según se sentaran en los sofás de abajo, Naira y Manu se quedaran fritos, vestidos y todo, unos menos con los que discutir por las camas, Lara y Mara, algo borrachas se desnudaron quedando en tanga y saltaron al agua, me llamaban a voces, mientras yo indicaba que Lola y Lucas podían compartir mi cama y yo dormir en la individual, me esfumé para evitar replicas ante su llamada, se reían de su atrevimiento, retándome a meterme en al agua con ellas, me quedé con el slip solo ante el asombro de Mara y la sonrisa del conocimiento de Lara, zambulléndome con ellas, jugamos sensualmente, hasta que Mara se me acercó y sintió mi polla semi erecta sobre su piel en el muslo, se ruborizó tanto que salió del agua despavorida, Lara en cambio se enganchó a mi cuello y me besó, me pilló desprevenido, y no me pude contener cuando me dejó sus enormes tetas empapadas en las manos, lamí sus pezones recordando que era muy sensible en ellos y solo la aparición de Teo y su novia en la piscina evitó que la follara allí mismo, solo me la dejé enigma para tapar mi erección. Mientras Teo y su chica se acariciaban en una hamaca, Lara me suplicaba al oído.

-LARA: por favor, déjame dormir contigo.

-YO: ¿no tienes cama?

-LARA: si, Naira y yo íbamos a compartir una de las camas de arriba, pero se ha quedado frita abajo y prefiero dormir contigo.- su mirada era de petición sincera.

-YO: voy a dormir en la pequeña, si te quieres unir la cama es suficiente, pero solo dormir, tengo que descansar – sonrió mientras me abrazaba.

Tuve que decirle a Teo que estaba con la polla medio tiesa por culpa de las tetas de Lara para que se llevara a su novia, borracha, de allí, se habían quedado la habitación de invitados de abajo para ellos 2, se despidieron hasta el dia siguiente, me enfadé de golpe al recordar que pillé a Teo en esa habitación en Navidades tirándose a otra cuando aun estaba con Alicia, casi se me había olvidado aquello. Lara se subió a mi habitación solo con las bragas mojadas en la mano, entró en la cama, se tumbó notando el efecto de la bebida en sus párpados, yo me quedé de pie mirándola, boca arriba, no podía dormir hacia abajo, no con esas 2 bellas monstruosidades en el pecho, ladeada hacia un lado de la cama, con un hueco para mi, ”solo dormir, recuerda”, cuando iba a meterme en al cama oí ruidos de voces susurrando al otro lado del piso de arriba, fui a salir desnudo como iba, pero me puso unos pantalones cortos, fui a una de las habitaciones y llamé, no contestaron, al abrir vi a Lola adormilada y Lucas susurrándola al oído, Lola llevaba un pijama de lana, les dejé por si aquello iba a mas, peor yo seguía oyendo unas voces, fui a la otra habitación y llamé, abrió Mara con gesto cansado, de fondo vi a Alicia secándose unas lagrimas del rostro.

-MARA: ¿que quieres?- tono brusco.

-YO: nada, es solo que he iodo voces y vengo a ver si necesitáis algo antes de irme a dormir – ¿por que narices la daba explicaciones? Era mi casa.

-ALICIA: no gracias, estamos bien, dormiremos juntas y tenemos de todo – forzó su sonrisa falsa.

-MARA: eso, lárgate.

-YO: ¿seguro?, por que no veo a Alicia bien.

-MARA: ¿y a ti que coño te importa? – me harté de su tono y la fundí la coraza que era su rostro con una mirada volcánica.

-ALICIA: no seas brusca, solo se preocupa, anda pasa.- lo hice sin mostrar atención al gesto tedioso de Mara.

-YO: a ver hermanita ¿que te pasa?- la sacudí la rodilla con cariño al sentarme a su lado en la cama, por alguna razón Alicia lograba que fuera yo, mi yo real, Raúl, no Zeus, no el cabrón que quería ser ni el manipulador adicto al sexo que Eli me enseño, si no un amigo preocupado y cariñoso.

-MARA: pues nada, esta boba, que aun pasando tanto tiempo le duele ver a Teo con esa….- su tono era de incomprensión, cerró la puerta y se sentó a mi lado, abrazando a su hermana.

-YO: los siento, debí de………- la verdad es que no sabia que decir.

-ALICIA: no es culpa tuya cielo, bastante has hecho ya dejándonos pasar aquí el fin de semana, soy yo que soy una tonta sensible – se secaba una lagrima con un pañuelo que ya había secado unas cuantas.

-MARA: claro que si, el ya ha rehecho su vida, mírale como te lo restriega.

-ALICIA: no lo hace a posta, por que hayamos cortado no vamos a dejar de vernos, pero me siento mal cuando le veo con otra.

-YO: es normal, fue mucho tiempo, pero debes de ser fuerte y tratar de seguir adelante, hoy te he visto mas animada, tenias a medio bar babeando en tu bonito trasero – tan cierto como que mi halago no buscaba más que sacarla una sonrisa real.

-MARA: ya, si se lo he dicho yo, que se de una alegría, pero nada.

Pasaron las horas y continuamos charlando los 3, soltaba alguna broma tonta de las mías de vez en cuando para aliviar la tensión pero el tono siempre era el mismo, serio, lo que se decía importaba, descubrí a una Mara dulce y cariñosa con su hermana, y creo que ella en mi a un chico adulto y sensato, no se puede juzgar un libro por la portada, eso es solo una fachada, nos mostramos como teníamos que mostrarnos ante una Alicia que se derrumbaría si no teníamos cuidado, Mara se mostraba mas hiriente con Teo, yo le defendía por que era mi amigo, pero al recordar su infidelidad en la habitación que ahora ocupaba me costaba encontrar motivos. Teo fue un capullo desde que nos mudamos al piso de estudiantes y cuando todo parecía arreglado con mi marcha le puso los cuernos a Alicia, no le pilló por que yo me ocupé de que no se cruzaran en el piso en Navidades, le obligué a dejarla y enterré el tema por miedo ha hacerla daño.

-MARA: es que no puedes seguir así por un cabrón como Teo.

-YO: no es un cabrón, es solo que cuando bebe se pone tonto.

-ALICIA: si eso ya lo se………

-MARA: es que te llevas unos berrinches que no se mereces.

-YO: lo dejaron de mutuo acuerdo y ya esta, no hay que darle mas vueltas.

-MARA: de mutuo acuerdo las narices, la dejo por……..- se calló mordiéndose el labio ante la mirada inquisitiva de su hermana pequeña, no me hacia falta mas.

-YO: ¿lo…….lo sabéis?

-MARA: ¿que Teo se acostó con una zorra en Navidades? ¿O que tu te lo callaste?, si, lo sabemos.- no se contenía más, m e sorprendió, no sabia que eran conscientes de aquello.

-ALICIA: basta, Raúl no hizo nada malo – la cara de Mara era de no creérselo.

-YO: ¿desde cuando?

-ALICIA: me lo contó todo Teo unas semanas después de cortar, se sentía culpable – me enfadé un poco por que Teo no me lo dijera, peor al menos tuvo los cojones para decirla la verdad.

-YO: joder, no quería hacerte daño……….

-ALICIA: lo se, y te agradezco que hayas sido tan discreto, y que hayas cuidado de mi de esa forma.

-MARA: este solo cuidó a su amigo, y al final tu eras la mala por que decía que le ponías ojitos cuando él va y se tira a otra – de nuevo el recuerdo de Alicia en el piso de estudiantes desnuda con su coño en mi boca me pasó por la mente, y creo que por la de Alicia.

-YO: eso ya no importa, decidieron no seguir, y ahora tienes que hacer tu vida.

Seguimos charlando horas, Mara era un ataque de espada constante sobre mi y teo y yo un escudo de amistad que paraba los golpes a duras penas, pero sentía que estaba ayudando, Alicia avanzaba en sus razonamientos, parecía convencida cuando vi el reloj del despertador, joder, eran las 10 y media de la mañana, me despedí cortésmente dejándolas bostezar mientras se acostaban, me fui a al cuarto, un susto al cruzarme con Dani, la abracé y la pedí disculpas de nuevo, me miraba sabiendo por que, la casa estaba horrible, la terraza llena de ropa mojada y toallas, la cocina de sartenes y cacharros, en el salón 2 durmiendo con al mesa llena de cervezas y copas, y gente durmiendo en todas las habitaciones. Me acosté junto a Lara, y me aferré a las ubres de leche de Lara, al tumbarme desnudo, se abrió de piernas para dejarme meter mi polla entre sus muslos, como me gustaba, y dormí plácidamente.

El ruido de vida en la casa me despertó, había dormido apenas unas 7 horas, pero me sentía renovado, agradecí levantarme con las tetas de Lara en las manos, ella llevaría despierta un rato remoloneando, disfrutando del tacto de mis dedos, gozaba del roce de sus muslos con mi polla atrapada, eso lo aprendió de Ana, pero dándola un beso en el hombro la dejé en la cama, con los ojos hinchados y legañas enormes, en automático fui al baño a mear, oyendo como corría el agua de la ducha, al acabar de mear decidí darme una alegría y ducharme con Liz para follarla como hacia cada mañana, palpando más que viendo me metí en la ducha y acaricié su cuerpo, estaba rígida, hasta que me soltaron una bofetada, sacudí al cabeza enfocando y al ver a Naira tapándose las tetas y el coño con las manos, totalmente roja de vergüenza mirando mi empalme mañanero, me dio un susto que me resbalé y caí a 4 patas con medio cuerpo fuera de la bañera.

-YO: joder los siento, creía que eras……….- “idiota, Liz no esta”-……..Lola.

-NAIRA: Lara me dijo que podía usar la ducha.- parecía culpable de algo en su voz, asustada, gateando me salí de la ducha.

-YO: si, si, continua, lo siento – cerré la puerta por fuera con la reaparición aun agitada, Lara estaba tumbada en la cama mirándome, tapándose la boca sin cubrir una carcajada enorme.

-LARA: ¿que tal? – soltó burlona, reí con ella al rememorar el ridículo que había hecho.

-YO: ya podías haber avisado cabrona – me lancé a por ella jugando, inmovilizándola goteando el poco agua que me había rozado la piel, reíamos pero el juego era sensual, los 2 desnudos, le comía una teta como castigo hasta que salió Naira disparada cubriéndose por una toalla sin cerrar del todo, no me dejó ni disculparme.

Mientras me daba una ducha negándole el acceso a la vez a Lara, pensaba en como Naira habría entrado en el dormitorio conmigo dormido desnudo, y casi siempre boca arriba por mi rabo, ¿si me habría visto cubierto por una sabana o totalmente desnudo?, dios, ¿estaría ya empalmado o la tendría entre las piernas de Lara? ¿Por que al mear no me dijo nada? y aun más, al meterme en la ducha con ella y acariciarla, joder, le había agarrado las tetas ya cuando me abofeteó, ¿hasta donde hubiera llegado? Al salir de la ducha me puse un bañador, y desde el balcón de mi habitación vi a Manu y su amigo tomarse unas cervezas tirados al sol, les saludé, comprobé que Naira estaba bien, había bajado junto a Lara y estaban charlando en un sofá de abajo, sin llegar a abrir la puerta vi a Mara aun dormida en su habitación, solo con unas bragas negras puestas, sin una mísera sabana encima, me quedé mirándola el cuerpo unos minutos, se la veía un pecho tal como estaba, no eran grandes pero su pezón era bonito y sus torneadas piernas me alegraron la vista, me forcé a bajar y dejarla así, saludé a Teo que salía con su novia de la cocina con unas cervezas de camino a la terraza, y al entrar vi a Dani terminando de recoger con Alicia echándola una mano.

-YO: Dani, ¿que haces aquí todavía?

-DANI: señoritos ser muy guarros- me señaló con el dedo sabiendo que sus palabras no me ofenderían.

-YO: ya te pedí disculpas, pero no tenias que quedarte.

-DANI: ya saber, pero yo cumplir mi parte, ser buena.- se refería a nuestro pacto secreto, pero aun así era demasiado – si no ser por amiga yo no salir nunca – le dio un codazo amistoso a Alicia que terminaba de poner el lavavajillas.

-ALICIA: no ha sido nada, que menos después de cómo dejamos la casa, tenias que ver como estaba esta mañana – “ya lo había visto al irme a dormir, y como todos los que se habían despertado, pero solo tu te has molestado en ayudar a Dani” pensé, por esas cosas era mi hermanita, era tan incapaz como yo de ver trabajar a alguien y no ayudar.

-YO: anda déjame a mí acabar, tu tomate algo con estos – la abracé fuerte y ella me correspondió, ambos pensábamos en esas horas que habíamos pasado charlando, y me dio un beso en la mejilla agradeciéndomelo.

-ALICIA: no, podrecillo, te has pasado la noche en vela conmigo…….

-DANI: ya, señor hacer mucho eso.- Alicia me miró riendo.

-YO: no, esta vez no………- asintió con la cabeza sin creerme mientras recogía un cesto de ropa y salía de allí.

-ALICIA: bueno, pues eso, que muchas gracias – me dio otro abrazo poniéndose de puntillas sobre un solo pie con una de sus sonrisas, pero esta vez era real, el contorno de sus ojos se arrugó.

Se fue a empujones de la cocina y terminé de limpiarlo todo, mientras me preguntaba donde estaría Lola, era a la única que no había visto, así que al terminar y mandar a su casa a Dani subí a mi habitación, la de la cama grande, donde habían pasado la noche Lola y Lucas juntos, entre en la habitación y vi a Lola medio desnuda secándose el pelo con una toalla, se sobresaltó pero al ver que era yo se tranquilizó.

-YO: ¿como estas rubia?

-LOLA: con una resaca de la hostia………..

-YO: jajja si es que bebes demasiado para lo pequeña que eres.

-LOLA: puffff ya ves, menos mal que Lucas me acompañó, si no, no llego a casa.

-YO: parece que habéis congeniado……..- eso esperaba.

-LOLA: si, es muy majo y eso, pero no ha pasado nada……..- se apresuró a decir.

-YO: no me tienes que dar explicaciones Lola, lo nuestro no es una relación estable, ya lo sabes.

-LOLA: eso crees tu, si pensara mal diría que me estas tratando de liar con Lucas……- no era una premio Nobel pero tampoco era tan tonta.

-YO: solo le ayudo, parece que le gustas……- mentí para cubrirme las espaldas.

-LOLA: ¿en serio?, ya decía yo que era muy cariñoso…….pero………¿a ti no te importa?

-YO: en absoluto rubia, eres libre para hacer lo que quieras, igual que yo con Liz y las otras – asqueó el gesto.

-LOLA: ya sabes que a mi no me mola nada que andes con otras.

-YO: pero así es, y por lo tanto yo no puedo juzgarte, ni enfadarme por que tú hagas lo mismo.

-LOLA: pero no quiero, a mi me chiflas tu……- se me abrazó con cariño, casi la respondo que la quería, sus ojos brillaban en un azul intenso, y mi polla reaccionó al contacto con su piel, tenia que irme de allí.

-YO: vamos a preparar la barbacoa, baja cuando estes lista.

Salí pitando, y preparé la carne junto a Mara, que se despertó al oír ruidos en la terraza, eran Teo y Manu intentando encender la barbacoa, hicimos un buen trabajo y nos hinchamos a carne en la terraza con una humareda enorme y el olor a fuego y grasa llenándolo todo, hicieron 2 ollas de 10 litros de bebidas como sangría, y se las terminaron, volvieron a reír y bromear, los biquinis a volar y quedar todas desnudas de cintura para arriba, Lucas volvió al acecho con Lola que tonteaba sin apartar la vista de mi, creo que buscaba alguna reacción que no encontraba y seguía tentando, al terminar la comida el único sobrio, yo, y la única que no estaba demasiado borracha, Alicia, recogimos y limpiamos por encima, con las risas de fondo Alicia se mostraba más coqueta que el día anterior, con un biquini mucho más sugerente, y mis ojos se iban detrás de sus caderas, entró la novia de Teo a por unas cervezas y al verlas una al lado de la otra, como en un espejo, Teo había salido perdiendo, y mucho, con el cambio, no solo por que tenia menos curvas y era menos atractiva, si no por que encima estaba demostrando ser un sosa redomada, totalmente fuera de lugar ante la batería de bromas absurdas y risas. Al irse Alicia se apoyó en la encimera con el culo, cruzanda de brazos, con la cara angustiada.

-YO: ¿que te pasa hermanita?

-ALICIA: ya lo sabes…….- señaló la terraza.

-YO: pobre mía, no puedes seguir así…- me fui a pro ella abrazándola con ternura, ella lo necesitaba por que se apretó a mi con fuerza, sollozando.

-ALICIA: es que no se por que me resulta tan duro……..

-YO: por que le querías, es difícil dejar de querer a alguien, te lo digo yo.

-ALICIA: ¿y por que el si puede? – me pilló, la respuesta era clara, por que el te dejó de querer hace mucho.

-YO: por que es tonto, solo así se entiende que este con esa tabla de planchar sosa y aburrida, en vez de con un ángel como tu – quise ser dulce y amable pero seguro que a ella se le pasó la misma respuesta que a mi.

-ALICIA: jajaja que bobo, no es tan mala – era tan dulce que hasta mentía para ensalzar a la nueva novia de su ex.

-YO: es una estirada que no te llega ni a la suela, y te lo digo no como amigo, si no como hombre.- alzó su mirada con su sonrisa eterna, real, con su bellas arrugas en los ojos.

-ALICIA: muchas gracias, no se que haría sin ti.

-YO: tener una vida mucho menos interesante, eso seguro.- reimos los 2 a carcajadas mientras me separaba de ella.

-ALICIA: ¿pues sabes que?, voy a salir ahí fuera y voy a disfrutar del fin de semana – levantó el puño en señal de refuerzo a su comentario, riendo.

-YO: eso es, y encuentra a un príncipe azul que te merezca, aunque existen pocos con ese requisito. – sonrió torciendo el gesto apoyándose de forma tierna contra el marco de la puerta.

-ALICIA: quien sabe, quizá no tenga que buscar lejos……- sus ojos me hicieron tener un escalofrío, ¿se refería a mi?

Mientras no apartaba la mirada de su cuerpo, contoneando aquella obra maestra de caderas anchas, culo opulento y piel tersa, al irse, sacudí la cabeza, no, ahora no tenia tiempo ni ganas, y menos con ella, estaba sensible y vulnerable, seria aprovecharme de ella, y se merecía mucho más que eso, además tenia mis propios problemas, Lola seguía siendo cortejada, la luz de sol se fue apagando y los juegos de habilidad en que al perder tenias que beber o una prueba de atrevimiento, fueron sucediéndose, graciosos, estudiados o sensuales, las prendas fueron desapareciendo junto a la vergüenza, fui malvado, aunque no bebo generalmente, soporto el alcohol mejor que nadie por mi corpulencia, o por lo que sea, pero así es, tenia a todos medio borrachos y desnudos, y yo como una rosa, ponía las peores pruebas, lametones en el sobaco entre tíos, hacerlos cantar o tener que beber si no hacías tal gesto o decías x palabra, cuando la cosa cogió temperatura fui aun peor, besos entre todos, con lengua, eso me lo devolvieron y besé a todos los tíos de la partida, pero su tenacidad iba decayendo y mi ingenio aumentando, con Alicia fui bueno y hasta formamos equipo, pero con el resto de chicas fui cruel, a Naira la dejé desnuda directamente, sin prendas, tapándose el coño con las manos, para luego hacerla levantar las 2 manos cada vez que yo bebiera o serian 2 chupitos más para ella, a Mara la hice darme un baile erótico sentado en una silla, solo con la parte de debajo del biquini puesta, se movía bastante bien y Lola echaba fuego por los ojos, pero a ella la tenia constantemente acosada por Lucas, besos y lametones de uno al otro por cada rincón, y luego que cada vez que Lucas bebiera le rascara detrás de la oreja a Lola, nadie salvo ella y yo sabíamos el por que, era por que eso la ponía cachonda, y su mejillas se ponían coloradas. A la novia de Teo le tocó la peor parte, y a Lara la horrible, cada vez que cualquiera de las 2 bebiera, tenían que echarse nata en los pezones de la otra y lamerlos, la novia de Teo no quería pero accedió ante la insistencia de Teo, Lara me odiaba cuando se me ocurrió, peor después lo agradeció, sus hiper sensibles pezones y la forma dulce en que era lamidos, la tenían con un calentón enorme.

A final era un caos de reglas que todos bebían cada vez, y a todos les tocaba hacer algo, fue tan divertido y excitante que al final no salimos de fiesta a bailar, se nos hico muy tarde para prepáranos, así que hicimos un maratón de películas en el home cinema de arriba, Lara se dio un ducha, pero sabia que fue a darse un alivio, tenia los muslos brillando de placer, Naira se quedó frita, Mara y Alicia estaban canturreando canciones, Lola enfrascada entre los brazos de Lucas, casi a punto de ceder, todos fueron cayendo al sueño, alguno cenó antes de irse a la cama, fui organizando con cautela, Manu en el sofá cama de abajo, Teo y su novia en la de invitados, Alicia y Mara en la de matrimonio como la noche pasada, pero cambié los turnos, dormiría con Lara y Naira, que ya estaba dormida hacia rato, en la cama grande y dejaría la pequeña para Lucas y Lola, “logística” argumenté, pero en una cama tan estrecha no había sitio para la individualidad, lo había experimentado con Lara la noche anterior, bueno, “noche”, eran cerca de las 7 de la mañana cuando me acosté, Naira iba tan borracha que ni se molestó en ponerse unas bragas de nuevo, iba en pelotas y se había quedado frita mucho antes que todos, si sus senos empeoraban su culo mejoraba sin ropa, pero ahora estaba tumbada boca arriba sin anda encima, con un fino triángulo de bello cuidado apuntando a su coño, al verla así una Lara medio pedo la metió mano delante mía, para ver si me la ponía dura, Naira ni reaccionaba, pero mi polla si, Lara sonreía, y se desnudó del todo.

-LARA: eres un mamón, me has puesto muy cachonda con el jeugecito – se repasaba las aureolas de los pezones con los dedos.

-YO: te ha gustado – la dije mientras me bajaba el bañador sacando mi rabo medio tieso.

-LARA: me has vuelto loca – me besaba en el pecho arrodillada en la cama, conmigo de pie.

-YO: ese era el objetivo.

-LARA: ¿que te parece si acabas lo que has empezado? – me agarró del rabo masturbando con lentitud.

-YO: ten cuidado con lo que deseas, la ultima vez que te abrí de piernas te la metí por el culo hasta hacerte llorar.

-LARA: lo recuerdo muy bien, lo recuerdo cada noche al acostarme, y recordar que lloraba……….de placer – se puso a 4 patas lamiendo mi glande con presteza.

Llevaba un buen sofocón y me pareció un buen momento para retomar mi relajación sexual con ella, quizá si sus gritos se oyeran pro la casa, Lola se mostrara más dispuesta con Lucas, si es que no lo estaba ya. Lara se aferró a mi miembro con miedo a que la frenara, no seria la 1º vez, pero su lengua era una maravilla, había mejorado desde la ultima vez, y sus manos recordaban que no tenia que parar nunca, me agachaba para sostener sus enormes ubres, y al rozarla los pezones suspiraba dejando de meterse el glande en la boca por unos instantes. La di la vuelta y me arrodillé en el suelo metiendo mi cara en su coño, estando a 4 patas gemía al sentir mi lengua juguetona, lo tenia tan abierto y mojado que parecía que ya me la había tirado, así que me alcé y embestí hasta metérsela casi toda, su gritó fue intenso al inicio, de sorpresa e impresión, se fue apagando lentamente cambiando la tonalidad por la del placer y la lujuria, con un par de azotes di comienzo a las penetraciones más lentas que pude, tenia que recordar hasta donde podía metérsela sin rozarla el útero, una vez localizado arremetí con todo sacándola alaridos continuos, su pelvis se abría recordando mi verga y disfrutaba entre jadeos y palabras soeces, de la ultima embestida antes de correrme se derritió en unos orgasmos brutales cayendo tumbada sobre la cama, riéndose de pasión, la puse boca arriba y abriéndola de piernas me metí entre ellas acostándome sobre su senos, amasándolas como podía, eran enormes y bien puestas, tersas y apetitosas, sus pezones eran atacados por mis labios y su jadeos solo aumentaron, al tenerla dura otra vez la penetré de nuevo por su coño, arremetiendo fuerte hasta el punto necesario, y retirándome lentamente, acompasándolo a su exhalación, tantas veces que sus senos botaban entre ellos a ritmo, sus senos y su cuerpo, la cama y lo pechos de Naira totalmente KO, la estaba matando cuando le agarré las tetas y aceleré hasta llevarla a un carrusel de orgasmos que la hacia gritar alocada, para cuando me corrí en su interior el sudor le resbalaba entre los protuberantes pechos, y su mano buscaba el contenido de su coño para lamerlo entre sus dedos.

-LARA: ohhhhh …………dios………….eres mejor de lo que recordaba……….- sus dedos lamidos recorrían mis pectorales

-YO: soy mejor que cuando me fui.

-LARA: lo he notado……..dios………me has dejado muerta……..- sonreí al lamerle los pezones de nuevo.

-YO: ¿como que “te he dejado”? Esto aun no ha acabado, no te volverás a ir a dormir pensando en cuando te abrí el culo, si no en cuando te lo volví a abrir.- su rostro palideció pero con una sonrisa.

-LARA: no, no, no, por favor, eso no……- pero era tarde, me apretó del cabello contras su senos, los juntaba para lamerlos mejor, bajaba por su vientre mientras ella seguía acariciando levantándose una teta para chupársela.

Mis dedo hurgaron en su coño hasta mojarse y bajaron a su ano, cerrado como perno de submarino, poco a poco, entre relajaciones y caricias se fue abriendo hasta meter mis dedos en ella, su alarido al meter 3 habría despertado a toda la casa si no estuviera la puerta medio cerrada, me aseguré de ello para que Lola oyera bien, aunque al mirar de refilón juraría haber visto sombras, me dio igual mientras levantaba a Lara de la cama y a empotraba de cara a la pared, me pegué a ella alzándola una pierna, dirigí mi rabo a su ano, tuve que hacer fuerza varias veces para meterla el glande, golpeó la pared llena de dolor, o eso creía, por que al momento siguiente embestí subiéndola por la pared alejándola del suelo, media polla dentro de golpe la enseñó que era el dolor de verdad, cerró los puños mientras se mordía uno y sus senos vibraban al resbalar a contra pelo en la pared, bajando su cuerpo siendo aun más penetrado, tocó con las yemas de los dedos de los pies el suelo, y mi verga estaba entera embutida en su culo, estaba roja y me pedía que se la sacara, pero estuve quieto dejando que su ano se expandiera, podía haber atacado en cualquier momento pero a mi entender fui diligente, sus sollozos fueron apagándose, y de vez en cuando la sacaba lentamente y la metía con tal fuerza que se volvía a elevar por la pared, con un solo grito cada vez, más alto y mas agudo hasta que dejó de gritar y comenzó a gemir, a arañar la pared y babear pidiendo que no parara, la separé de su apoyo y la cogí de las tetas apretándola contra mi y contra el suelo plantándola los pies en él, arremetiendo con fuerza en su culo a tal velocidad que sus nalgas no dejaban de temblar entre choques de mi pelvis en su culo, estiró un brazo por encima de su hombro para acariciarme la nuca y la otra mano en su cabello tratando de aferrarse a algo, mi manos eran 2 tenazas bien sujetas a aquellas maravillas de la genética que eran su tetas, aunque cuando sus orgasmos anales la hacían tambalearse la tenia que sujetar de la cintura, al 3º se desplomó en mi brazos y solo jadeaba buscando con las manos donde apoyarse, sin encontrar nada, al llenarla de semen el culo di una fuertes embestidas lentas sintiendo como me derramaba en ella, que solo podía doblar la rodillas en el aire al sentir como mi leche caliente brotaba en su interior.

La dejé en la cama recostada y me tumbé entra las chicas, supongo que al sentir un cuerpo cálido a su lado Naira de forma instintiva y dormida se acurrucó en mi pecho, la rodeé con mi brazo para facilitarla el trabajo, y reposó su melena rubia sobre en mi tórax , viéndola así, Naira era una versión más esbelta, alta y de más edad que Lola, con ojos azules y un acento canario muy característico, pero por alguna razón, aquella canaria desnuda y borracha abrazada a mi cuerpo no me ponía ni la mitad que Lola, si hubiera sido ella no se hubiera librado de un par de polvos, en cambió me quedé dormido. Al despertar Lara estaba en la ducha y yo seguía tumbado boca arriba con Naira agarrada a mi, era increíble lo que la bebida lograba hacer con ella, dormía como la princesa de cuento, tenia su cabeza apoyada en mi hombro, un brazo rodeándome por el vientre y una pierna doblada y subida encima de mi, rozando con la rodilla mi polla empalmada de las mañanas, nada mal despertarse así, si no fuera por que el brazo que estaba usando como apoyo para la cabeza estaba dormido y con un tono azulado que me hacia sentir hormigas en los dedos, traté de sacar el brazo pero literalmente no me respondía, así que no había otra, acaricié su brazo llamándola, su reacción fue apretarse más contra mi, reí en silencio al sentirme un osito de peluche gigante, fui lo malo que quise y la acariciaba el cuerpo con astucia, acelerando su respiración, cogí su brazo y lo bajó a mi entrepierna y de forma casi natural al sentir mi polla la agarró como un bebe el dedo de su madre, pero no masturbas el dedo de tu madre, ella si mi verga que estaba tensa y apuntando al techo, se movió lentamente bostezando y dándome un beso en el pecho, miró hacia arriba clavando sus bellos ojos en mi.

-YO: hola canaria, ¿te levantas así de agradecida todas las mañanas? – señale abajo, cuando miró su mano se detuvo en seco.

-NAIRA: mierda, perdona – tragó saliva asustada, y aun despertándose.

-YO: no pasa nada, pero……… ¿y si me la sueltas? – lo hizo de inmediato como si yo hubiera dado la orden a su cerebro.

-NAIRA: ¡¡DIOS ¿No habremos…….?!! – se llevó la mano al coño.

-YO: no reina, si te hubiera follado no lo olvidarais.- la besé en la frente y se apartó corriendo sentándose y apretándose las sienes.

-NAIRA: joder, que dolor de cabeza, no vuelvo a beber nunca.- reí al sentir el brazo inerte, golpeando para reactivar la circulación.

Naira se rodeó el cuerpo con una sabana algo avergonzada, no por que, ya le había visto todo, se alejó de mi tapándose y sin apartar de reojo su mirada de mi polla en ristre, esta vez si, al ir a mear pregunté quien era y Lara respondió entre risas, me metí en la ducha con ella y nos acariciamos, la levanté en brazos a horcajadas y la penetré por el coño con virulencia, apoyándome en los asideros de la amplia ducha y besándonos como colegiales, sus gritos amortiguados por el sonido del agua fueron lo mejor de todo, sentir como la penetraba y ella disfrutaba, chupando el agua en sus grandes senos y sus duros pezones, conté 4 orgasmos antes de vaciarme en ella, y me fui dejándola allí, suspirando y cansada, tenia que volver a empezar a ducharse, me puse un bañador y me senté al PC.

Mi idea era ver el cuarto de Lola y Lucas, saber si había pasado algo, pero rebobinado en las cintas vi algo en la cámara del rellano de arriba, la que daba a las 3º habitaciones, eran 2 cuerpos moviéndose en la puerta de mi cuarto, y después 1, cuando desapareció y me vi entrar en el cuarto para acostarme, paré de rebobinar y dejé el play escuchando con los cascos, puse al mismo tiempo la grabación del interior con Lara y yo comenzando a retozar, avancé un poco hasta que oía a Lara gritar las primeras veces, fue cuando el 1º cuerpo fue caminando a puntillas a la puerta, hice zoom, pero la reconocí a la 1º, era Mara, la hermana de Alicia, resulta que la seria y regia señora había escuchado a Lara gozar, y fue a mirar por la rendija que había dejado, iba solo en bragas, veía su rostro sonreír y cubrirse tras la puerta, se comportaba como una cría hasta que Lara y yo comenzamos a follar en serio, sus risas cambiaron, y su pose también, es difícil mantenerla mientras tus muslos se frotan, al poco tiempo de vernos se metió la mano en entre las piernas y se acariciaba por encima de la tela, al 2º polvo ya se metía la mano por dentro de las bragas y aunque no era muy buena calidad, podría aseverar que se metía un dedo en el coño, lo sacó de bruces al oír a su espalda movimiento, y la que acudió fue su hermana, Alicia, medio dormida y preguntando con los brazos que hacia a esas horas allí, Mara la pedía silencio con el gesto en los labios y la llamaba con una mano, la curiosidad de Alicia fue más que su cautela y se puso a mirar mientras yo ya enterraba mi polla en el culo de Lara, las 2 mirando como la abría el culo y oían sus gritos, cuchicheaban en bajo entre ellas, no oía nada por que no tenia micros en esa parte, solo la cámara enfocando como Mara daba un masaje en los hombros de Alicia, sin apartar sus ojos de mi, hasta dejar a Lara en la cama y acostarme, se fueron a su habitación entre risas y comentarios, me pareció leer en los labios de Mara “que mala bestia”, no me dio tiempo a más, Lara salió de la ducha y no quería que viera que tenia cámaras, así que cerré todo y me bajé con ella a desayunar junto a Dani, que estaba preparando sus famosas tortitas para todos, arremolinados entre risas y caras de resaca, olfateando el aroma que despedía la sartén.

-YO: que bien huele eso – abracé a Dani por detrás besándole la mejilla.

-DANI: tu no tocar, 1º amigos – me amenazó con la cuchara de madera.

-ALICIA: eso, ponte a la cola…..- me golpeó en el hombro con la mano.

Fuimos comiendo y llenando de risas la cocina, las miradas entre Lara y yo no eran muy diferentes a entre Mara y Alicia, peor solo yo me daba cuenta de todas, solo me faltaba una, Lola, no había bajado, y al recoger, tras un sonoro aplauso que recibió Dani encantada, Lucas paso detrás mía.

-YO: hey, ¿que tal la noche?- con el tono que ponemos los tíos cuando sabemos que se esta preguntando.

-LUCAS: puffff una fiera salvaje, mejor no preguntes……- sonrió apretándose el paquete y posando una mano en mi hombro, luego se fue a la terraza con los demás a disfrutar de lo que quedaba de mañana en la piscina, mientras Dani recogía para irse.

Aquello era un indicio claro de que algo había pasado, y por un instante me enfadé y me puse celoso, era estúpido, era lo que buscaba, si había pasado algo era la evidencia de que Lola no me quería y podría quitármela de la cabeza, ¿pero que había pasado?, si Lucas no soltaba prenda solo tenia la otra versión, fui a por Lola, estaba en el cuarto, aun acostada, con un sabana cubriendo todo el cuerpo, me senté a su lado y mi movimiento la despertó, alzó la mirada frotándose los ojos, y al enfocarme su rostro cambió a ira, saltó sobre mi lanzando puñetazos y manotazos violentos, me reía pero me estaba costando aguantar el tipo.

-LOLA: eres un maldito cerdo asqueroso – espetaba mientras sus brazos se cansaban y los golpes descendían en numero y ferocidad.

-YO: ¿y ahora que he hecho?

-LOLA: ¿que que has hecho? – soltó otro zarpazo – ¡¡¡me dejas aquí tirada con Lucas mientras te vas a follar a la tetona, ¿y te preguntas que has hecho?!!!

-YO: rubia, ya sabes que nosotros……..- soltó otra ráfaga de golpes abalanzándose sobre mi, haciéndome caer tumbado con ella de rodillas sobre mi.

-LOLA: me da igual lo que seamos, no me gusta esto, no quiero que te folles a otras – su tono bajaba en fuerza y aumentaba en sentimientos.

-YO: pero tu y Lucas……- me abofeteó la cara, hice fuerza para quitármela de encima y dejarla tumbada sobre la cama, crucificándola al colchón con mis brazos, aun así se revolvía y soltaba patadas, iba vestida con una camiseta ancha enseñando un hombro, sin sujetador y con un tanga negro aflorando al subírsele la camiseta.

-LOLA: ¿Lucas que?, es un tío cualquiera, como el me han entrao a cientos, los conozco bien, se ha pasao media noche metiéndome mano y le decía que parara, susurrándome guarradas al oírte haciéndolo, y cuando me ha agarrao una teta le he soltado un codazo en los huevos, ¿vale?, paso de el y de niñatos como Javi, te quiero a ti, me ¿oyes?, ¡¡¡TE QUIERO!!! – sollozaba al declararme su amor, respirando agitada, con la cara roja y el cuello a punto de reventar.

La aflojé las manos donde la tenia sujeta y se frotó las muñecas donde había apretado al inmovilizarla, me senté en el borde de la cama dolorido, magullado y con el cuerpo ardiendo por los golpes, pero con una sonrisa enorme y una horrible sensación de alivio al saber que no había pasado nada entre ellos. Joder, ¿por que me pasaba aquello?, Lola no había cedido, me quería, me lo acaba de gritar y dejar mas que claro con su forma poco elegante y nada refinada, aunque yo no quiera, la amaba, quizá ahora más que antes. Mientras me debatía que hacer me rodeó con sus brazos por la espalda pegando sus senos a mi hombro y dejando caer su larga cabellera rubia sobre mi pecho, como un río dorado, mientras su rostro se pegaba a mi cuello.

-YO: esto no puede ser Lola………

-LOLA: ¿por que no?

-YO: soy un mujeriego, un cabrón y mala persona……- me abrazó con fuerza.

-LOLA: podrás tirarte a muchas y ser un mamonazo, pero no eres mal tío, créeme, de esos conozco muchos.

-YO: no me conoces, he hecho cosas malas, a muchas chicas……..

-LOLA: es cierto, no te conozco desde hace mucho, pero si tus amigos, llevo hablando con ellos todo el fin de semana, y solo hablan bien de ti, cabezón, testarudo y que no te tomas nada en serio, si eso es lo pero que tienes podría vivir con ello el resto de mi puta vida.

-YO: son mis amigos, ¿que te van a decir?

-LOLA: pude ser, pero es lo mismo que me has demostrado a mi desde que te conozco, y después de lo de Javi, se que mi lugar esta contigo.

-YO: ya, conmigo, mi casa, mi coche…….- ataqué a la línea de flotación, a la desesperada, no sentía argumentos en contra.

-LOLA: me suda el coño todo esto – alzó un brazo señalándome la habitación, luego me agarró la cara y me la giró hacia la suya, clavando su frente a la mía y sus ojos azules brillando tanto como los míos – quema esta puta casa y tira el coche por un barranco, me da igual todo ya, solo te quiero a ti – una lagrima cayó por mi mejilla.

-YO: no sabes lo que dices…..- pero era yo el que no tenía palabras.

-LOLA: mándalo todo a la mierda, pero quédate conmigo.

-YO: dios, rubia………….. te quiero……….- lo solté sin pensar.

-LOLA: lo se – sonrió levemente, pero me abalancé sobre ella asustándola, mirándola con rabia.

-YO: no, no lo sabes, no lo digo como un cumplido, ni para abrirte de piernas, no es algo que vaya diciendo a todas ni es una frase hecha, no quiero hacerlo……………. pero te amo – sus manos resbalaron por mis coloradas mejillas con las gotas saldas brotando de mis ojos, mirándome a los ojos aguantando el tipo.

-LOLA: lo se – asintió con la cabeza a punto de echar a llorar como yo – y yo a ti.

Me sentí como hacia mucho que no me sentía, libre, feliz, despejado y tranquilo, recostado sobre su pecho con ella jugando con los dedos en mi cabello, soportando mi peso con su cuerpo sin mostrar incomodidad alguna, viajé en el tiempo, me descubrí de rodillas abrazado al vientre de Ana en el ascensor el día de la mudanza, otra vez, esa misma sensación, de ser un ogro incontrolado, de ser un gigante destruyendo ciudades y al sentirla entre mis brazos, empequeñecer, ir menguando mi tamaño rendido ante ella, hasta ser poco mas que un cachorro en la palma de su mano, mi corazón latía fuerte y sereno. “Maldita sea”, pensé, era tarde, ya no quería soltarla y me flagelaba por haber querido quitármela de encima, que tarugo podía llegara a ser, y que miedo nos dan los cambios, aunque sean a mejor.

Si, Lola era una choni, no tenia aires elegantes y no era una dama, le faltaba clase y educación a raudales, pero me había enamorado de ella perdidamente pese a esos defectos, o precisamente por ellos, no lo se, era tan diferente a Ana o Irene…………..pero ahora que era mía no perdería el tiempo, la besé en los labios con la sonrisa más real desde hacia casi un año, no se cuanto tiempo había pasado, tenia mi oreja marcada en la piel del pecho.

-YO: habrá que hacerlo oficial, ¿no?

-LOLA: ¿el que? – me arrodillé al lado de la cama, tirando de su mano hasta sentarla el borde de la misma.

-YO: Mí amada Casandra, también conocida como Lola o rubia, ¿aceptáis de buen grado ser la novia de este patán y tosco caballero? Juro cuidar de vos, amaros y respetaros, defender vuestro honor y por ultimo, mi mayor presente, ante el universo entero juro que no tendré relación amorosa con cualquier otra persona o ser vivo. – soltó una carcajada enorme que me llenó el corazón de alegría, tratando de controlar su pecho alborotado.

-LOLA: esta chalao, como un puta cabra, ¡¡¡pos claro que si, imbécil!!! – saltó sobre mi con tanta fuerza que apenas pude contener la caída, rodamos por el suelo entre caricias y besos, quedó tumbada sobre mi apoyando una rodilla en el suelo.

-YO: ahora te toca a ti……- la susurré después de un beso largo y tierno, solo con los labios pero con toda mi alma.

-LOLA: jajajajaja a mi eso no me sale – la azoté el culo con energía, haciéndola abrir la boca.

-YO: sosa…..- mascullé, me soltó un puñetazo en el pecho que me hizo toser con una sonrisa.

-LOLA: esta bien…….Mi amado Raúl……..también conocido como el trípode o el hombre de tres piernas jajajaja………….¿aceptáis con gusto ser el novio de esta alocada mujer?

-YO: había más………- se sonrojó.

-LOLA: joder……..como era……..

-YO: juro……

-LOLA: juro cuidarte, quererte y respetarte, defenderte de cualquiera, y no acostarme con ningún otro tío – me miró pidiendo aprobación.

-YO: bueno……….más……… o menos……- me tiró del pelo con ira – …… au, va, me vale – me soltó otra leve bofetada para después besarme con pasión.

-LOLA: estamos mal de la olla.

-YO: no lo dudes…….- la alcé con tanta facilidad que pareció no costarme, la puse en pie y me levanté, fui corriendo a por mi móvil.

Tardé unos minutos revisando la grabación y cerciorándome de que Lola había dicho la verdad, un gesto de dolor y un bufido se me escaparon al ver su codazo golpeando en los testículos de Lucas, como a cualquier varón que lo mirara, eso me hizo amarla aun más y no sabia como. Regresé corriendo y la ataqué como un defensa de rugby, levantándola del suelo y entre risas dejarla tranquilamente en la cama, dándola el móvil y abrazándola por detrás.

-YO: toma, haznos una foto – sonreía sin entenderme, preparó el móvil y nos hizo varias hasta que 1 en la que se nos veía bien me gustó.

-LOLA: ¿y ahora?

-YO: selecciona en los mensajes enviar a varios, y marca a todas las mujeres de mi agenda.

-LOLA: ¿para que?

-YO: tú hazlo – lo hizo, y tardó bastante, más de 80 conté, quitando a familiares y otras no relevantes el caso.

-LOLA: ya esta.

-YO: carga la foto – lo hizo – y ahora escribe “lo siento chicas, tengo novia, así que dejadme en paz” – se giró escribiéndolo en automático, con una habilidad única con los pulgares, besándome en los labios, llena de felicidad.

-LOLA: ya, ¿que hago?

-YO: ¿pues que vas ha hacer?, enviarlo……- su rostro casi irradiaba luz blanca.

-LOLA: pero que es multimedia, te va a costar un pastón – (cabe decir que en esa época no había todavía el boom de los smartphones, y los envíos de archivos multimedia costaban 2€ por mensaje, si eran 80…..)

-YO: dale, “enviar” – metí mi nariz detrás de su oreja, haciéndola cosquillas de las que encienden fuegos, “click” sonó.

-LOLA: tu estas loco – se giró acariciándome el pecho con su pequeñas manos que parecían aun mas diminutas en mi cuerpo.

-YO: loco, por ti – la levanté la cara con un dedo en su barbilla, cada vez que miraba a sus ojos azules me sentía renacer – entiende que esto para mi es importante, vengo de una relación larga y que terminó muy mal…….

-LOLA: si te crees que con Javi terminé a buenas.

-YO: entiendo, pero no me falles, no me rompas el corazón, no se de que seria capaz………. – mi tono era tenso y casi me temblaba la voz, me puso la mano en el corazón, notando como latía con fuerza y desbocado.

-LOLA: no lo haré, no te fallare…- estiró un poco la espalda señalándome con el dedo-…pero tu tampoco lo hagas conmigo, parezco dura y sin sentimientos, pero también tengo miedo – la cogí de la mano en mi pecho, colocando mi otra mano en el suyo, en su corazón, sintiendo como los 2 palpitaban alterados, y como poco a poco se iban calmando, hasta casi acompasarse y parecer uno solo.

Al rato bajamos a la piscina a comer, ya andaban liados con la barbacoa de nuevo, quedaba mucha carne aun, en mitad de la comida oficialicé la relación entre Lola y yo, antes de que todas lo vieran en sus móviles, rompieron en aplausos, la única que no lo hizo fue Lara, la pobre había catado lo que ansiaba y se le volvía a escapar, aunque me daba igual, estaba fijándome en que Alicia sonrió como siempre, pero esta vez, no tenia las arrugas en los ojos, me sentí mal por un segundo, no se que le pasaba por la cabeza pero sus ojos no mentían, verme con Lola no la hacia feliz, aun así me felicitó como todos. A Lola la hice pedirle disculpas a Lucas, y luego hablé con Lara a solas, con Lola a mi lado, mis explicaciones no la convencieron, pero no éramos pareja ni nada, por una noche loca no podía pedirme más que una explicación, muchas otras se iban a quedar sin mi y llevaba 3-4 meses tirándomelas y solo tendrían el mensaje como argumento.

Pasamos la tarde jugando, algo menos atrevidos y disfrutado del poco sol que se empezaba a nublar, yo estaba en el agua junto a Lola, besándonos, con el resto alrededor entrando y saliendo, aquella ola de calor había acabado, tal como predijeron al llegar la tarde del domingo el cielo se volvió oscuro y a lo lejos los rayos llenaban el cielo de Madrid, la temperatura bajó bruscamente de los 23º grados, y cuando caían las primeras gotas todos salieron corriendo entre risas hacia dentro, todos menos Lola y yo, ella parecía inquieta pero sujetada entre mis brazos se sentía segura, oíamos de lejos los gritos del resto pidiendo que entráramos, pero yo daba vueltas lentas girando sobre mi mismo con Lola pegada a mi, acariciándonos, el agua empezó a caer con fuerza y una cortina de lluvia y viento azotaba la terraza, Lola fingía no estar asustada.

-LOLA: dios mio, como cae, vámonos – tiritaba casi, con el agua de la piscina salpicando al impactar las gotas de lluvia.

-YO: ¿por que?

-LOLA: nos vamos a mojar – solté una carcajada alzando la vista y dejando que la lluvia me cayera en el rostro.

-YO: solo es agua, y ya estamos en una piscina.

-LOLA: jajajaja pero no es lo mismo, ¿y si se desborda o me lleva el agua?

-YO: yo te sujetaría – gritó de nervios al sonar un trueno, mientras reía acurrucándose en mí pecho protegiéndose del aire y del torrencial con mi cuerpo.

Estaba en la gloria, pocas veces me ha pasado pero si podéis experimentar la sensación de estar en un pantano, un lago, una piscina o incluso en el mar, mientras cae una tromba de agua, es algo mágico, tiene un componente que me hace sentir vivo, incluso cuando solo llueve y estoy en la calle, mientras el resto se esconde bajo paraguas, tejados y portales, siempre me ha gustado ponerme en mitad de la calle y sentir el aire entre mis brazos separados del cuerpo, la ropa temblar del viento, y el agua calarme hasta los huesos, me mezclaba con el mundo y formábamos uno solo. Me costó muchos resfriados y broncas de mi madre peor pocas cosas podían hacerme sentir mejor, y en este caso era tener a una preciosidad rubia de ojos azules mirándome, alzando la vista con pánico a su alrededor, pero una firme seguridad en que yo la protegería, en que ni un huracán lleno de tornados la separaría de mi.

-LOLA: siento como si fuéramos a echar a volar… – elevó la voz ante le ruido de la tormenta, la rodeé con mis brazos aun más fuerte, y ella se agarró a mi con tal energía que sentía sus uñas en mis costados, inspiré el olor de su pelo húmedo, cerrando los ojos.

-YO: yo estoy aquí……..

CONTINUARA………..

PARA CONTACTAR CON EL AUTOR:

poesiaerestu@outlook.es

 

Relato erótico: “MI DON: Lola- Regalos (41)” (POR SAULILLO77)

$
0
0

Ya estaba hecho, no había vuelta atrás, Lola y yo éramos pareja, ese fin de semana fue una montaña rusa de sentimientos, llevaba casi 4 meses siendo el casanova más cerdo y detestable que podía ser, me lo estaba pasando bien, teniendo esclavas como Liz, amantes inexpertas como Jeni y autenticas lobas como Yasira o Eli, con un abanico amplio de mujeres, altas o bajas, delgadas o rechonchas, rubias, morenas o teñidas, iba a por todas y al menos las hacia probar mi fogosidad 1 vez, y si pasaban la prueba seguían hasta donde duraran. Si salía a comer, me tiraba a la camarera, si iba al cine, a la del puesto de palomitas, si iba a una discoteca, a la gogó mas caliente, o si tenia que comprarme ropa, a la dependienta, me daba a igual, tenia tanta ira por dentro que me arriesgue con las amigas de mi hermana, y aun así no paraba, pese a estar agotado o poder contagiarme de cualquier enfermedad venérea. Solo os he relatado las relevantes, pero a cada sitio que iba, no miraba mujeres, si no próximas víctimas, y lo había mandado todo a tomar por culo por una choni agresiva, territorial y de ira fácil, por que irónicamente, me calmaba a mi.

Al terminar el fin de semana con mis amigos y despedirlos con aquella lluvia torrencial, me quedé con Lola todo lo que pude, y pese a que seria lo normal, no tuvimos sexo, fueron solo carantoñas y caricias, me perdía en sus ojos, azules y luminosos, se ruborizaba al verme mirarla de esa forma, nos habíamos sentado en el sofá rodeados de toallas al estar empapados por la piscina y el aguacero que nos cayó encima, se sentó en mi regazo rodeándola con mis brazos y una toalla, podría acariciarla y babear en su precioso y delicado cuerpo, pero no podía apartar los ojos de aquella mirada inquieta y viva, quería ver más allá de su rostro, mi mente ágil y escarmentada trataba de pensar mil maneras en que Lola fuera un engaño, algo irreal, quizá Eleonor, Ana, o hasta Jeni y Lucy tenían motivos para querer vengarse de mi, pero tenia la sensación de que si Lola fuera un artificio, me habían ganado esa partida, estaba tan perdidamente enamorado de ella que me hubiera dado igual que en ese mismo momento entraran todas con un equipo de cámaras detrás y un muñeco enorme de “inocente”. Había construido un muralla a mi alrededor y la mujer en mis brazos, una niña sin desarrollar del todo, con un 1,60 escaso de altura y menos de 57 kilos, la había derribado a mazazos, “no, no puede ser falso”, tendría mis argumentos para pensar así, lógicamente, a Lola la conocí antes del lío del piso, y aunque la hubiera pagado después, o era la mejor actriz de la historia o no era mas que una cría que seguía las modas de una tribu urbana mal vista, no se puede disimular cierta carencia de palabras, agudeza mental o reacciones físicas, y si era capaz, cuando la dieran su 6º Oscar siempre le podría presumir ante la gente que me tiré a aquella mujer.

La acompañé a su casa y nos despedimos con un largo y lento beso, la azoté en el trasero cuando se inclinaba sobre mi pecho para alcanzarme la cara con sus labios, y me respondió con un puñetazo en el vientre, justo donde aun me dolía, mi reacción la hizo palidecer solo un instante, para luego volver a besarme, riéndonos, se comportaba más como un mejor amigo que como mi novia, y aun así me la puso medio tiesa al mirarla el culo cuando se bajaba del coche, al regresar a casa corrí a coger el móvil estaba sonando tirado en el suelo, lo había dejado en la mesita, y había vibrado tanto que estaba tirado allí.

-YO: ¿si?

-LIZ: ¡¡¡¿como que ya tienes novia pedazo de desgraciado?!!! – tuve que alejar el móvil de mi oreja de sus gritos.

-YO: ¿que te pasa?

-LIZ: ¡¡¡¿y encima lo preguntas?!!! ¡¡¿pero no ibas a cortar con ella?!!

-YO: iba……..pero que quieres que te diga, la amo.

-LIZ: a muy bonito, ¿y ahora que?, ¿vas a estar jugando con nosotras como si fuéramos peones?

-YO: en realidad no……….había pensado que…….ya que tengo una relación seria………..pues………- no encontraba un forma suave de decirlo -…….vamos que te tienes que ir de mi casa…..- los gritos que pegó fueron tantos que a los 2 minutos decidí colgar, me volvió a llamar igual y la volví a colgar, a la 3º ya parecía más despejada.

-LIZ: mira, siento todo esto, me paso por allí y lo hablamos…..

-YO: si tú quieres………pero tráete una maleta, al irte te llevas tus cosas.

-LIZ: no seas cabrón, no me hagas esto.

-YO: mira, ha sido divertido y eso, pero ya sabias lo que había, mejor que ninguna, te agradezco todo lo que has hecho por mi pero se acabó.

-LIZ: esto no va a quedar así…….no soy un pañuelo de usar y tirar – colgó con un tono amenazador.

Me pasé toda esa noche, y lo siguientes 2 días, con conversaciones y mensajes similares, tirado en la cama con 40 de fiebre y escalofríos del domingo en la piscina, con un dolor de cabeza horrible y sudando sin parar, pero sonriendo cuando Lola venia y se quedaba cuidándome por las tardes, mi cuerpo la había protegido tanto que estaba como una rosa y yo era un harapo postrado en la cama, las únicas que no montaron en collera, ni me amenazaron, ni lloraron, ni suplicaron, ni cuáquera otra cosa, fueron Ana, que me llamó para felicitarme y hablar un poco del pasado, y Eli, con un escueto mensaje con una foto suya lanzándome un beso guiñando un ojo

“Mucha suerte con tu nuevo amor”

Fue la única foto recibida que Lola no me borró, el resto eran, de eróticas y sensuales, a obscenas y grotescas, todas con el fin de hacerme cambiar de idea, pero soy tan tonto que mandé los mensajes a todas sin pensar en las consecuencias, gracias a dios quité a Eleonor del lote, ni me imagino que podría hacerme si se entera, Eli me demostró que la única que entendió lo que necesitaba y comprendió mi forma de ser fue ella, el resto no lo aceptó nunca, y se creían que tenían a un animal salvaje dominado, compartido pero enjaulado, y cuando el animal rugió y decidió irse, se echaron las manos a la cabeza. La peor fue Liz, que odio me tenia de golpe, al ser la más cercana no me la podía quitar de encima y amenazaba con ir a mi hermana, ¿pero que la iba a decir?, ¿ “tu hermano pequeño me ha tenido 2-3 meses esclavizada sexualmente por que me encantaba como me follaba con su enorme polla” ?, sin duda eso fue lo que hizo Iziar, y Liz sabía tan bien como yo que las cámaras que grabaron a Iziar, la tenían a ella grabada negándose a ponerse ropa normal, retozar en mi cama pidiendo sexo hasta que se lo daba, o teniendo festivales lesbios con las chicas que dejaba mientras yo salía de casa, estaba tan pillada que solo podía mirarme con odio.

Al 4º día me recuperé por fin del catarro que cogí, el 1º olor que notaba en mi nariz desde hacia días era el desayuno de Dani, me hizo bajar flotando por las escaleras, y abrazarla levantándola por los aires entre risas girando sin parar.

-DANI: tú para, estar malo, descansar y tomar leche caliente.

-YO: ya se me ha pasado, y estoy renovado, Dani, el amor lo cura todo – la dejé en el suelo besándola en el cuello.

-DANI: ya, yo vi mensaje en móvil, ¿tu y Lola novios?

-YO: si, así que por ahora te quedarás sin que te haga mía – sonrió ante aquella especie de broma entre nosotros, Dani me quería, y yo a ella, pero si no había pasado ya, es que no pasaría nunca, Dani estaba demasiado curtida en el sexo, y creo que me veía más como a un hijo que como a un hombre.

-DANI: oh, yo lamento, no poder dormir esta noche con marido – se colocó el dorso de la mano en la frente como una gran actriz dramática, riéndonos.

Lamenté no haberme aprovechado antes de sus ofrecimientos, pese a no ser reales, si no muestras de piedad o cariño, serian mejor que nada, la había visto en biquini cuando su marido y su hijo se pasaron por mi piscina, y era de lo más hermoso y bien colocado que había visto nunca, si teniendo un hijo estaba así, un escalofrío me entró al pensar en ella con 18 años virgen y joven, pero ahora no podía, era un hombre con pareja, y esa idea empezaba a revolotear en mi cabeza, mientras tenia orgasmos en la boca con el sabor de las tortitas con sirope.

Si, de nuevo con pareja, con Irene me fue genial hasta que llegó el sexo y se volvió una adicta hasta no querer nada más de mi, Ana había sido maravillosa, pero terminó en desastre, sin duda fuimos demasiado rápido y demasiado lejos en nuestros juegos, no me podía volver a pasar, lo 1º por que ya había tenido bastante sexo con Lola y no se le había ido la cabeza, así que solo tenia que asegurarme que lo 2º no pasara, buscando ideas me senté con Dani para que me explicara su romance con su actual marido, sin duda la historia de cómo una puta se volvía una madre de familia con trabajo seria un ejemplo, me dijo que para ella fue mi importante ir despacio, notar como su marido no era un cerdo más que solo la abría de piernas, si no una persona que la quería y la respetaba, que la ayudaba con sus problemas y que se preocupaba por ella, poco a poco iban quedando más a menudo, luego unas vacaciones, y por ultimo irse a vivir juntos.

Fue esclarecedor, no podía meter a Lola a vivir en mi casa, no de primeras, pasar demasiado tiempo juntos me llevó a experimentar con Ana, iría despacio, como en las series, cada capitulo un poco más, hasta que de forma natural fueran ocurriendo las cosas, un proceso lento y progresivo. Estaba sentado en el sofá de salón, mirando a las paredes, pensando en que solo me sentía, en que no tenia nada que hacer en todo el día mientras Lola estudiaba de mañana y se pasaba por las tardes, solo trabajaba los fines de semana por las mañanas y mi jefa se mostró muy enfadada al ver el mensaje de mi noviazgo, no me lo pondría fácil, pero aun así, tenia tanto tiempo libre y nadie con quien compartirlo. Fue cuando un velo, o un cortina nebulosa, se apartó de mis ojos, y vi mi casa como por 1º vez, enorme, con 2 plantas, 4 habitaciones 3 baños y piscina propia, “¿Qué coño hago viviendo yo solo en esta casa?, tengo 21 años y ya vivía como un cuarentón”, se me pasó por la cabeza quemar la casa, como dijo Lola, seria gracioso explicárselo al seguro, luego entré en mis cabales, podría venderla, por ese piso al menos unos 50 millones de €, ¿pero donde viviría?, ¿volver a casa de mis padres? ¿A aquel cuchitril en comparación a mi palacio, a 15 kilómetros del centro de Madrid? Y una mierda, mejor seria comprarme un piso mucho más económico por el barrio de mis amigos, o ya puestos volver al piso de estudiantes, pero ya estaban las habitaciones ocupadas, y mi opción para entrar seria acostarme con Lara, y no creo que Lola lo aprobara……………….. Tenia la solución delante y no la veía, me golpeaba la cabeza tratando de zarandear las ideas, lo hacia desde pequeño, exteriorizar mis sentimientos, me ayudaban a definirlos y hacerles frente, mi madre me regañaba a menudo por me decía que me iba a hacer daño, mi padre se reía y mi hermana me ”ayudaba”, moviéndome como una maraca, jajajjaja dios, que recuerdos………………..”eso es”, ¡¡¡¡¿como podía haber sido tan imbécil?!!!!.

Cuando llegó Lola le expliqué mi idea, el como quería llevar nuestra relación, ella vivía con sus padres y podía pasarse por mi casa todas las tardes, quedaríamos los fines de semana y esas cosas pero nada de agobios, la conciencié de que sus estudios era prioritarios, tenia que sacarse el graduado para que la admitieran en cualquier curso de peluquería, que es lo que quería hacer, la dije que si sacaba los estudios adelante yo mismo la pagaría el curso, se me abrazó llenándome de besos, pero la tranquilicé, “solo si apruebas todo”, ya tendría tiempo de bajarla de la uve, ahora no me escuchaba, al terminar de hablar subimos a mi habitación y nos desnudamos lentamente hasta quedar tumbados en la cama, conmigo encima de ella besándola por el vientre, con ella jugando con mi pelo, pasamos un buen rato rozándonos, se abrió de piernas y la fui penetrando lentamente, se le había cerrado un poco de casi 2 semanas sin hacerla el amor, por que a ella ya no la follaba, era tierno y suave, y sus gritos solo eran de placer y gozo, pocas veces la hacia sufrir, o al menos queriendo hacerlo, su rostro cuando iba metiéndola cada vez más en su interior era de locura absoluta, y yo me contenía por no destrozarla, parecía tan frágil, tan diminuta, era brutal observar como su cadera se inflaba al dejar paso a mi rabo, era glorioso meterla entera en un cuerpo tan pequeño, sus muslos solo eran el doble de grandes que mi polla, y al iniciar el vaivén lento mientras la besaba sus bonitos senos de adolescente, sus gemidos me perdían en la lujuria. Si podría estar 40 minutos con la bestia, follando de esa manera podía estar horas, sus orgasmos eran casi tan pausados como mis golpes de cadera, la puse a 4 patas y cuando la fui a meter en su coño las carcajadas al ver las dimensiones fueron ofensivas, el ancho de mi verga era 1/3 parte del ancho de sus caderas, y aun así de firmes estocadas le entraba, era un truco de magia delicioso, como volver a meter un corcho en una botella de vino, cuando la fuente de fluidos me mojó las piernas la sujeté de la cintura y fui aumentando el ritmo, el sonido de golpes en su culo era constante y sus gritos y palabras se mezclaban en lamentos de placer, a ese ritmo ya mi pene no aguantó y daba los espasmos previos a una corrida, ella lo sintió y se salió de mi, el agujero entre sus piernas era un espectáculo, girándose, me tumbó con rapidez y con sus pequeñas manos masturbó mi tronco mientras se metía el glande con trabajo, pero a estas alturas ella ya sabia que la aparte que me volvía loco de ella, eran sus ojos, los tenia abiertos y mirándome, como gotas de cielo que no se apartaban de mi rostro mientras derramaba mi semen en su boca, el dulce placer que me provocaba su lasciva precocidad me dejaba planchado, ¿Cómo una niña podía ponérmela tan dura y a la vez dejarme roto con solo 1 polvo?, por aquel entonces ni me lo plantaba, solo disfrutaba de ello.

¿Que ocurre cuando una fuerza imparable choca contra un objeto inamovible?, ambos ceden, no había otra, mientras yo la ayudaba con los estudios y trataba de refinar sus modales, ella me arrastraba al mundo de la música electrónica y la fiesta sin descanso, a su vez yo me negaba a ponerme un piercing o hacerme un tatuaje, y ella a vestirse de forma menos llamativa y mostrando menos de sus muchos encantos femeninos, era una negociación constante, llena de vida y felicidad. El trabajo fue lo más duro, mi jefa trató de convencerme con armas de mujer para que hiciera una excepción con ella, cuando me negué apartando sus manos de mi entre pierna usó sus armas de jefa, amenazando con echarme si no la obedecía, por suerte mi jugada ya estaba planeada, la enseñé un bonito vídeo del móvil con ella comiéndome la polla la 1º vez que la hice mía, cuando la dije me pasaría por la empresa a recoger mi despido dejándole aquello a los jefes se puso de todas las tonalidades de azul, fueron un par de semanas duras de trabajo, ya era tan brusca y cruel conmigo como con el resto, pero me daba igual.

Tenia tal cantidad de videos, grabaciones y fotos, de chantajes útiles, usados o posibles en un futuro, que pensé entre risas que si me quitaran aquello podrían destruirme la vida, joder, era verdad, de inmediatamente hice copia de todo, varias de hecho, y las guardé en muchos sitios diferentes, una ligera angustia que tenia por miedo a represalias se calmó dentro de mi, ya solo tenia que bregar con alguna que otra ex amante que acudía a mi portal montando escándalos.

Llegaron las fiestas y preparé junto a Dani la noche de Navidad en mi casa, con mi familia, e invité a Lola, que pasaría todas las fiestas conmigo, no creía que sus padres no la dijeran nada o no les importara eso, pero así era, fui personalmente a presentarme a sus padres y comentarles mi idea, por si se quieran venir o algo, pero me encontré la familia tipo des-estructurada, un padre que apestaba a cerveza, ni me miró a la cara cuando le saludé, con una voz ronca que apenas se entendía dando gritos por cualquier cosa. Su madre era la definición de un estado de nervios, delgada, con la cara demacrada llena de ojeras y fumando sin parar, con un temblor constante, su forma de hablar era a como si se le hubiera quedado una “g” enganchada en la campanilla, si no consumía aun, había consumido drogas duras, estaba seguro, solo unos ojos azules escondidos tras unos párpados cansados hacían ver que era su madre, y aun así eran tan tristes y apagados que no se podían comparar con los de su hija. El remate fue el hermano pequeño de Lola, un mico de 11 años que era un terremoto, se movía sin parar por la casa, golpeaba las cosas, tenia un camión de juguete con el que iba rayando las paredes y berreaba sin parar, trataba de jugar con el pero me miraba con asco, estaba claro que quería llamar la atención, no paraba de moverse y hablar, su madre le susurraba que se estuviera quieto, con la voz rota de haberse rendido. Luego mientras hablaba con su madre, ya que el padre ni se molestó en hablar conmigo, el crío pasaba por delante y pegaba con el camión en las piernas de Lola, haciendo un ruido molesto e hiriente con la boca, Lola le miraba apartándolo con suavidad con un gesto claro de que si no estuviera yo delante le haría algo peor que eso, me dieron unas ganas locas de soltarle un bofetón al crío, de los que me daba mi madre de niño cuando me ponía algo tonto, algo, no ya el bochorno que estaba protagonizando el hermanito, parecía que no le habían dado uno en su vida.

(Pese a que la violencia con los niños es un tema delicado, una buena hostia pone recto a cualquiera, eso lo sabia de propias carnes, mi madre me daba bastante, pero nunca se propasó, y mi padre me puso la mano encima 1 sola vez en toda mi vida, no se no que estaba haciendo revoloteando a su alrededor, el no paraba de decirme que me estuviera quieto, que iba a tirar algo, pero yo le sacaba la lengua y seguía jugando a su alrededor, hasta que como era normal, roce un mueble y una figura de porcelana se precipitó al suelo, del bofetón que me soltó caí al suelo, y la marca se quedó en mi mejilla más de 1 hora, mi madre se asustó y a mi pobre padre le caía un berrinche encima de órdago, pero me miraba y yo con mis 9 años entendía que no fue por romper la porcelana, si no por que me lo advirtió tantas veces antes que estaba desafiándole, saber hasta que punto podía propasarme con el, y por los cielos que me quedó claro. Eso si, a un niño no se le educa a golpes, eso son reacciones físicas inevitables ante un crío revoltoso, para zanjar el tema en un momento de rabia, entiendo que a mi me han educado bien, y no por esos golpes, si no por que después de la bofetada, los broncas, los castigos y hasta las humillaciones publicas, con clama y tiempo, se sentaban conmigo y me explicaban por que habían hecho eso, que estaba haciendo mal y como debería de comportarme en esas situaciones, eso es, a mi entender, educar bien a un hijo.)

Lola estaba roja de vergüenza y el camino de vuelta se lo pasó sollozando, puedes pasarte una hora, o un día, o años con una persona y pensar que ya la conoces, “una choni estúpida, pastillera y borracha”, seguro que eso mismo has pensado de alguna o alguno que has visto por la calle, pero la realidad de cada uno es tan diferente que atreverse a juzgar sin conocer bien los hechos se vuelve una temeridad. Me alegré mucho de haberme cruzado en su vida, y por egocéntrico y déspota que suene, sabía que podía darla una mejor vida que aquella, pienso que no es justo juzgar que mi familia educa mejor o peor, pero que sea injusto no cambia que la imagen que me dieron, sabiendo que iría a verlos, fue de una dejadez y desatención absoluta, casi un milagro que Lola no fuera ya una drogadicta, alcohólica y ya embarazada, es duro decirlo así pero era la sensación que tenia, más aun cuando sentándome con ella ha hacer los deberes, descubrí que no era ni tonta ni vaga, simplemente nadie le había dedicado tiempo, si hasta era mejor que yo en matemáticas, y me juré que desde ese día yo seria lo que necesitara. Me pasé esa noche abrazado a ella, bajo las gruesas capas de mantas a casi finales de diciembre, calmándola y dándola cariño, reconfortándola y sintiendo como se iba quedando dormida sobre mi pecho.

Por fin llegó el día de Navidad, estaba tan ansioso y nervioso que me temblaba el cuerpo, Lola fue un gran apoyo esos días, la idea que tenía en mente brusca que temí que Lola la rechazara, pero no solo lo aceptó si no que le pareció una idea genial, entre los 2 y Dani que se pasó a ayudarme a preparar todo, teníamos mi casa casi lista, quería que lo estuviera antes de que llegara mi familia, en cuanto mi madre entrara por al puerta todos seriamos peones en sus manos, mandé a Dani a su casa 1 hora antes de su turno, la había invitado a cenar con nosotros ese día y que se trajera a su familia, pero se negó agradecida, imploré de rodillas a Lola que se pusiera uno de los vestidos menos llamativos que tenia, y me lo concedió con tantos nervios como yo, el vestido en si era rojo, casi gránate, de 1 sola pieza, desde los hombros hasta por debajo de las rodillas, algo ajustado pero elegante, con una medio luna en la espalda dejando ver el final de su espada y el tatuaje, había ido a una peluquería pero se había hecho ella sola un peinado precioso, alisándoselo todo sobre un hombro, caía como una catarata de oro liquido, con unas medias finas y unos zapatos a juego, se maquilló 3 veces, y cada vez usando menos cosas, me parecía absurdo, con la cara lavada estaba preciosa, las pecas de sus mejillas eran bonitas, pero se empeñaba en cubrírselas, al final con un pinta labios gránate, algo de colorete en las mejillas y una sombra menos grande de lo habitual en los ojos salió y me desplome desmayado en el suelo, de broma, pero la visión lo merecía, me vestí en una cuarta parte del tiempo que usó ella, me miró con odio al verme con los vaqueros, con slips claro, una simple camisa, y estar alucinante, con la cara lavada y mi estudiado despeinado, me senté con ella con miedo a tocarla por estropear su belleza.

-YO: tengo que pedirte disculpas anticipadas.

-LOLA: ¿por que?

-YO: es la 1º vez que vas a ver a mi familia, y no se como va a salir esto.

-LOLA: por favor Raúl, ya viste a mis viejos, no puede ser peor – bromeé girando la cabeza y abriendo los ojos dudando de sus palabras.

-YO: no se yo……..

-LOLA: jajajaja ni que me fueran a comer o algo, no me asustes, bastante “cagá” estoy ya – taconeaba con los pies en el suelo, yo hacia lo mismo, de nervios.

-YO: no es asustarte, pero mi familia no es muy normal que digamos, cuando estamos juntos tendemos a comportarnos de forma natural y desinhibida, mi padre es un alma libre, mi madre una obsesa del control y mi hermana un ogro…….

-LOLA: no me jodas, ¿peor os lleváis mal?

-YO: que va, nos queremos con locura y son la mejor familia que podría desear tener – Lola entrecerró los ojos sin entenderme.

-LOLA: no te sigo…… ¿entonces me tengo que asustar o no? – sonreí sin saberla que decir.

-YO: solo te advierto que pase lo que pase y ocurra lo que ocurra, procura no tomarte nada demasiado en serio, presta atención al hablar con mi padre, no discutas con mi hermana y ni se te ocurra mentirle a mi madre, por lo demás se tu misma y si los astros se alinean, antes de que cenemos ya serás de la familia. – Lola reía tratando de asimilar todo aquello.

-LOLA: vale……- mascullo –……..si es solo eso………- impresionada y abrumada, la besé la mano y bajamos a recibir a mi familia, antes de que abrieran al puerta me santigüe, necesitaba que aquello funcionara.

-HERMANA: ya estamos aquí tato, baja al coche a ayudar a mama.

-YO: hola, mira esta es…….- la iba a presentar, mi hermana la miró de arriba abajo, solo con eso Lola agachó al cabeza.

-LOLA: ho….hola…

-HERMAN: buenas, la nueva amiga de mi hermano ¿no?, encantada, ahora baja a ayudar a mama, corre – me tiró del brazo y cerró la puerta tras de mi, con Lola pidiendo ayuda con la mirada antes de oír el golpe del portazo.

Bajé como el rayo y subí de golpe todas las bolsas y cosas del coche de mi padre, saludé con rapidez a mis progenitores, recordándoles que estaba Lola y que por dios no la asustaran, subí aun más rápido, “maldito ascensor”, entré sudando en casa, no escuchaba gritos ni cosas romperse, buena señal, dejé las cosas en al cocina, todo lo que había eran cosas para la cena, y aun quedaba toda la tarde por delante, mi hermana y Lola estaban en el salón, moviendo las mesas y sillas que habíamos colocado.

-YO: ¿que hacéis?

-HERMANA: que eres un inútil, lo has colocado mal y estamos arreglando esto – Lola me miró riéndose, ella misma las había colocado conmigo, pero no se lo diaria a mi hermana, cargaría yo la culpa de ese error, a Lola no se le caían los anillos por mover unos muebles, no era una flor delicada, y mostrarlo ante mi hermana era un punto para ella.

-YO: pues yo creía que así puestas………

-HERMANA: ¿y donde nos metemos si no has dejado sitio entre la mesa y el sofá ese? – gritaba sin mirarme.

-MADRE: bueno, ya vale, que se os oye desde el pasillo, no discutíais – llegaban mis padres jadeando del ritmo que les había puesto y que no habían podido seguir.

-YO: por fin, mirar, os presento a Casandra, mi novia – la rodeé con el brazo ante mis padres, a mi padre se le escapo una mirada de aprobación, sin duda la belleza de Lola era evidente para un varón.

-LOLA: Lola mejor, me gusta más – mi padre se acercó a ella y la cogió de la mano besándosela con elegancia.

-PADRE: es una pena, con un nombre tan bonito, en la mitología griega, Casandra significa “la que enreda a los hombres” era la hija de Hécuba y Príamo, los reyes de Troya. Casandra era sacerdotisa de Apolo, con quien pactó………………….- se alejó con ella de la mano contándole la historia de aquella mujer, pondría cara de incredulidad, pero mi padre era así, Lola parecía entusiasmada con la clase de historia griega.

-MADRE: ¿esta quien es? – me sobresaltó pro detrás.

-YO: ah, si, pues mi novia, ya te lo he dicho.

-MADRE: ¿pero tu novia, novia…………u otra de tus ligues?

-YO: mi novia, voy en serio con ella…….- tenia miedo a preguntar -……….¿que te parece?

-MADRE: hombre……..es monísima, aunque es algo pequeña para ti……

-YO: eso ya lo veo yo……… ¿que ves tú? – entendió mi frase, la observó, sonriendo con gracia a mi padre que aun le hablaba de la etimología de su nombre.

-MADRE: ya veremos………..- me besó en la mejilla y se alejó como una bruja antes de sus hechizos, pavoneándose al saberse con un don al que yo estaba recurriendo.

La tarde fue transcurriendo, como no, mi madre se metió en la cocina y nos tenia a todos preparando algo para la cena, yo trataba de no separarme mucho de Lola, pero no siempre era posible, mi madre la encargó preparar una ensalada bajo su más estricta supervisan, supongo que así podría estar a solas con ella para conocerla, y cuando me pasaba por allí mi madre no tardaba en sacarme a empujones, las oía hablar y reír, para bien o para mal mi madre se muestra como una persona encantadora y divertida, hace que te abras mientras te hace una análisis profundo, así que me senté junto a mi padre y charlé con el hasta que dejé de preocuparme, mi hermana andaba con el móvil liada, no entendía por que Liz no pasaba esa noche con nosotros, yo si. Para cuando empezó la cena las risas recorrían la mesa, como me solía pasar yo era el centro de todas las criticas de mi madre y mi hermana, de broma se metían conmigo para sacar unas sonrisas, mi padre seguía contándole historias a Lola cuando se le ocurría alguna de las cientos que tenia en la cabeza, y ella de forma natural se mostraba curiosa y encantada de escuchar, a mi hermana se la ganó aliándose contra mi en sus bromas, y mi madre seguía escudriñándola con la mirada, con su estudio. La cosa iba bien así que terminamos de recoger la mesa mientras los programas de TV entretenían al resto, mi madre y yo limpiábamos un poco la cocina.

-MADRE: bueno, ¿que tal estaba todo?

-YO: horrible, todo estaba malo…….- me dio una colleja.

-MADRE: mira que no vuelvo a prepararte una cena de Navidad.

-YO: ¿pues como va estar?, todo delicioso, como siempre.

-MADRE: ¿y tu como estas?

-YO: pues mejor, ya no me duele nada y la cicatriz del costado casi ni se nota – me levantó la camisa para verlo por si misma.

-MADRE: si es que…..vaya susto me diste.

-YO: no fue nada……..

-MADRE: ¿y fue por ella? – señaló con el dedo al salón, donde estaba Lola con mi padre y mi hermana.

-YO: si, aunque supongo que papá tiene cierta culpa también……

-MADRE: si, supongo……- recordaba el romance con el y las historias que me contaba de cómo la defendió de “los grises” en las manifestaciones contra la dictadura.

-YO: ¿y no tienes nada que decirme? – me armé de valor para preguntar, y el tono se entendió con facilidad.

-MADRE: la has preparado bien, se nota que a papá se lo ha metido en el bolsillo escuchando sus historias y a tu hermana, pero a mi no me la cuelas……..- aveces me daba pánico como sabía ciertas cosas.

-YO: no quería que fuera mal…..

-MADRE: da igual, a mi no se me escapa nada, se ha esforzado por mostrarse dulce y cariñosa, pero tiene genio y mucho carácter, yo no la enfadaría……..- desde luego no había perdido el olfato – ………es preciosa, no se puede negar pero es tan diferente a Ana…..y a Irene…..- mi madre seguía más enamorada de Irene que yo.

-YO: ya, deja a Irene en paz, y a Ana, necesito saber si puedo fiarme de Lola.

-MADRE: no se que decirte, con una mujer tan temperamental, puede que si o que no, lo que se es que si se ha esforzado tanto en caernos bien es que te quiere con locura.

-YO: o quiere aparentarlo……

-MADRE: tal vez….pero hay cosas que no se pueden fingir hijo mío – se acercó acariciando mi cara con su mano- te mira como a un Mesías que la ha arrancado del infierno, eso no es falso, pero la veo y no puedo evitar pensar que es una niña hosca y dura, su forma de hablar y de moverse, tan…….poco femenina, no se, a mi no me gusta, tu mereces algo mejor.

-YO: ¿habla mi madre o tu instinto?

-MADRE: ¿acaso tu madre no puede querer algo mejor para ti que una niña barrio bajera?

-YO: claro que si, pero no me interesa que te parezca más o menos apropiada para mi, eso lo tengo que decidir yo, lo que necesito es saber si ves algo en ella, algo oscuro y retorcido, como viste en Eleonor y Ana. – suspiró profundamente, mirándome a los ojos.

-MADRE: no se que puede pasar, ni veo el futuro, pero por lo que he visto…………… no, no veo maldad en ella.- una especie de luz creció en mi interior rompiendo en un sonrisa imposible de borrar, me lancé a sus brazos y la levanté del suelo un palmo besándola en la mejilla con fuerza.

-YO: gracias, es lo que necesitaba saber.

-MADRE: pero ándate con ojo, y cuídala bien. – seguía siendo una madre.

El postre que sacamos cerca de las 12 de la noche me supo a gloria, Lola me miraba sin comprender por que de golpe me brillaban los ojos al mirarla, me sujetaba de la mano y me la apretaba preguntándome por que sonreía, estaba feliz, completamente, y cuando pasó la media noche, empezamos a repartirnos los regalos, mi padre me dio un libro de la 2º guerra mundial, me encanta ese tema, mi madre ropa, como no, y mi hermanan unas cuantas películas en DVD, Lola unas zapatillas de deporte, a modo de guiño por como nos conocimos, y llegaron los míos.

A mi hermana le compré unas entradas para un musical de la Gran vía que llevaba 2 años queriendo ir a ver, a Lola un juego de pulsera pendientes y colgante de oro blanco, me puso la cara perdida de carmín al ver los zafiros incrustados, eran brillantes y llamativos pero al lado de sus ojos eran meras piedras, me costaron un dineral pero ahora sabia que lo merecía, a mi madre la di unos pendientes cortos de los que al gustaban y un perfume, y allí empecé mi obra.

-YO: bien, pues ya solo me quedan 2 regalos, el de papa y otro para loa 3 – señalé a mis familiares – pero me tenéis que jurar que los aceptareis.

-PADRE: hijo, no me gusta jurara algo sin saberlo.

-YO: ¿os fiáis de mi?

-HERMANA: no – la risa denotó la ironía, aunque me conocía lo suficiente como para sujetarse bien a la silla.

-YO: venga, ¿que puede ser tan malo?

-MADRE: esta bien, ¿pero no nos asustes? – el resto asintieron con la cabeza, Lola me apretó del brazo de tensión.

-YO: bien, pues allá vamos, 1º el de papá – metí la mano en mi bolsillo y saqué le objeto que le tiré y lo cogió con cierta habilidad, al abrir la mano vio las llaves de mi coche, el de alta gama que me regalo Eleonor.

-PADRE: no, hijo, es demasiado…….- amago con devolvérmelas pero no las acepté.

-YO: es tuyo.

-PADRE: ya tengo coche.

-YO: una tartana de hace 10 años que no deja de ir al taller y consume más que una avión, no, es tuyo.

-PADRE: ¿y tu te quedas sin coche? No

-YO: tengo coche, Teo se ha comprado uno con su sueldo, y el que compramos de 2º mano al mudarnos ya no lo necesita – técnicamente todo era cierto, aunque no había hablado con Teo nada de que me quedara ese coche.

-MADRE: hijo, es un regalo que te hicieron a ti…..

-YO: por lo tanto es mío y quiero dárselo a mi padre, por hacerme el hombre que soy, se lo debo – bastó una pizca de sentimentalismo para que nos fundiéramos en un abrazo y aceptara a regañadientes, era un gran aficionado a los coches y la carretera, pero no a la velocidad, si no a disfrutar conduciendo y llevando a su familia de viaje a conocer ciudades, castillos e historias.

-HERMANA: a mi me parece genial, es mucho coche para un renacuajo – era su forma de mostrarme su conformidad con el regalo.

-YO: bien, ya solo queda un regalo – me agaché sobre la cara de Lola y la susurré que fuera a cogerlo, dándole un ligero beso en la mejilla, sonrió levantándose a por el, regresó con una carpeta de piel – este es mi ultimo regalo de hoy, he sido un adolescente estúpido, así que os pido disculpas por no regalarles esto desde un principio, sois mi familia, me habéis cuidado desde siempre y pese a todo lo malo y lo bueno habéis estado conmigo, me habéis hecho feliz y os debo tanto que no podré pagarlo nunca, aun así aceptad este regalo como anticipo, y sobretodo, gracias.

Expendí la carpeta ante mi padres, la abrieron y como suele pasar, no entendían nada, en mi cabeza siempre se entienden estas cosas, pero la vida real es tan decepcionante.

-MADRE: no entiendo, ¿que es esto?

-PADRE: no se, parecen unos papeles, no veo bien, espera que me ponga las gafas de leer – solté una risa pegándome con la cabeza en la mesa, desesperación por romper el momento tan bonito.

-HERMAN: déjame que yo si leo bien………….- leía sin entender mucho pasando las hojas – ………parecen las escrituras de un piso.

-YO: de este piso en concreto.

-MADRE: ¿y para que me las das? ¿Quieres que las guarde? – la miraba atónito pensando que seria una broma, pero realmente no lo entendía.

-YO: ¿¡¡para que coño te iba a regalar que me guardes unos papeles?!!

-PADRE: bueno, cálmate, y dinos, ¿para que nos das esto? – me mordía la lengua por no saltar con alguna grosería.

-LOLA: Raúl no les da la carpeta, les da las escritoras de este piso, vamos, les regala esta casa.- por una vez la simplicidad de Lola fue útil y los ojos de mis familiares se abrieron a la vez, comprendiendo por fin el regalo y luego sobresaltados al entenderlo.

-MADRE: ¡¡¿pero que dices?!!

-HERMANA: ¿tu estas loco?

-PADRE: ¿nos das…..la casa?

-YO: así es, solo pido que me dejéis vivir con vosotros.

-MADRE: puedes vivir con nosotros siempre que quieras hijo, pero en nuestra casa, no aquí, esto es…….demasiado.

-PADRE: hijo, te lo agradecemos de corazón, y es muy bonito, pero es tu casa, no la nuestra.

-YO: no quiero esta casa, no sin vosotros, estoy solo todo el tiempo y os echo de menos.

-HERMANA: por mi prefecto…..

-MADRE: tu cállate – le dijo de forma severa mientras se levantaba andando hacia mi – Raúl, gracias pero no podemos aceptarlo.

-YO: ¿por que?

-PADRE: ya sabes que no somos así, nos gusta ganarnos nuestras cosas, un coche o una casa son cosas que has de aprender a apreciar, pagándolas y sufriendo para entender lo valiosas que son.

-YO: ¿Y no os lo habéis ganado ya? ¿Que más tenderíais que haber hecho? Papa lleva trabajando desde los 15 años, se ha roto la espalda trabajando toda su vida para darnos una vida, para ir de piso en alquiler a otro, o pagando las hipotecas de un coche o vuestra casa, lleváis 17 años pagándola y aun os quedan otros 12, y aun así eres el hombre que más respeto y quiero del mundo, mama se las ha ingeniando para criar a 2 hijos casi sin dinero y ha trabajado, incluso en 2 sitios a la vez, y aun así habéis educado como muy poca gente podría hacerlo, a mi y a mi hermana, que con 27 años ni siquiera se puede plantear irse a vivir con un chico por que no tendría dinero para ello por que ayuda en casa. Lleváis toda la vida sufriendo y peleando por tener un vida digna, y eso se acabó, ya esta, habéis llegado a la meta, ya no tenéis que seguir peleando, os habéis ganado esto – señalé la casa y las llaves del coche – esto y más, pero no lo tengo, si lo tuviera os lo daría y si logro tenerlo os lo daré, me he pasado casi 2 años en esta casa y no la he podio llamar hogar, jugando a ser un adulto, sin darme cuenta que lo 1º que tendría que haber hecho es daros lo que os merecéis, esta casa, sin preguntas ni condiciones, es vuestra, solo tenéis que firmar esos papeles.

El discurso lo tenia medio pensado, era obvio que no lo aceptarían sin poner objeciones, aun así una lagrima caía por mi cara y algunas partes no fueron tan bonitas como quería, pero creo que eso le dio más emoción al mensaje, no podía entender como no se me había ocurrido antes, mi familia lo era todo y los había dejado tirados en aquel agujero de extrarradio mientras yo vivía la buena vida, se lo debía. No obstante el silencio llenó la casa, Lola trataba de que no se le corriera el rímel sollozando y a mi padre le temblaba la barbilla, mi madre lloraba abiertamente, aferrada a mi pecho.

-MADRE: no es justo para ti……….- me acariciaba con los dedos en la cara.

-YO: yo soy joven y fuerte, seguiré peleando hasta ganarme mi derecho disfrutar de la vida, vosotros ya lo habéis hecho, con creces, lleváis luchando por una vida mejor desde que nacimos, ahora esta es vuestra recompensa.

-PADRE: ¿y que hacemos con nuestra casa? Los del banco querrán seguir recibiendo el dinero de la hipoteca aunque no vivamos allí, o se quedaran la casa.

-MADRE: que se la queden, estoy más que harta de ellos, podemos venderla, por menos de lo que nos queda por pagar, y así nos libramos de ellos. – mi madre ya pensaba en todo, esto arrancaba.

-HERMANA: ¿y que hacemos?

-PADRE: hombre, a mi me pilla mas cerca del trabajo aquí que allí.

-MADRE: y sin tener que pagar las malditas cuotas mensuales tendiéramos más dinero al mes.

-YO: ¿entonces…………?- miré uno por uno a mis familiares, asintiendo, mirando de reojo la casa.

-MADRE: a la mierda todo, nos mudamos – se secó las lagrimas y firmó los papales, mi padre me preguntó con la mirada si estaba seguro por ultima vez, antes de firmar.

No recordaba unas fiestas tan divertidas, nos pasamos a altas horas de la madrugada jugando a las cartas, riéndonos y bromeando, para aquel entonces Lola ya había bajado los escudos, era ella misma, y aun así parecía que nos conociéramos de toda la vida, lo astros se habían alineado, y yo estaba seguro de que había hecho lo correcto. A las 6 de la mañana ya cansados y algo tocados por la bebida, fui con Lola a comprar unos churros con chocolate, bien abrigada aferrada a mi brazo, tal como me gusta, mientras nos despachaban en la tienda hablábamos.

-LOLA: no me creo lo que has hecho…….

-YO: es mejor que quemar la casa, supongo – sonrió recordando sus palabras.

-LOLA: estas cosas no ocurren, no eres un ricachón, y lo único de dinero que tenías lo acabas de regalar como si nada. – la acaricié la cara pesando los dedos entre la cortina dorada de su pelo y la besé sin importarme mancharme de su maquillaje.

-YO: lo más caro tal vez, lo más preciado es mi familia, y ahora tú formas parte de ella. – arrugó el contorno de los labios, parecía que era lo más dulce y hermoso que le habían dicho nunca.

-LOLA: me cago en la puta, que suerte he tenio……..- se abalanzo sobre mi vientre abrazándome con tal fuerza que me hacia daño, la rodeé con los brazos.

-YO: la suerte la he tenido yo de encontrarte –parecía un cumplido simple pero si no es por ella seguiría en aquella casa solo y con una vida vacía.

Al llegar a casa desayunamos y charlábamos de la logística de cómo se harían las cosas, hacerlo durante las fiestas era lo lógico, mucho follón pero eran días libres, sentía un hormigueo en el estomago mientras debatíamos que habitación seria para cada uno, y mi madre ya planificaba cada detalle de todo, al terminar llevé a mi familia a su casa en mi coche, mi padre iba algo bebido, nunca borracho pero si tocaba control daría positivo, además así les dejaba ya el coche allí, cogí las llaves del viejo familiar de mi padre y me las vi negras para regresar con el, la dirección dura, los frenos gastados y sin muchos de los equipamientos modernos de ayuda en la conducción, mi padre me decía que si aprendías a conducir con un coche así serias capaz de conducir cualquier cosa. Iba a casa con una sonrisa se oreja a oreja y con unas ganas locas de celebrarlo con Lola, pero al subir me la encontré tumbada en el sofá totalmente dormida, me quedé sentado a su lado observándola en silencio, la di un beso y ante su remoloneo la cogí en brazos sin dificultad alguna, la subí a la cama y al desnudé lentamente, al quitarla los zapatos soltó aun exclamación de gusto inconsciente, la puse su pijama gordo de lana, arrepintiéndome de no sentir su delicada piel durante la noche ni poder seguir mirándola medio desnuda, y me acosté a su lado, solo con un pantalón de pijama algo suelto y desgastado, abrazado a ella y durmiendo, con una sensación de paz absoluta.

Me despertaron los besos de Lola en el pecho, enfoqué la vista para ver su precioso rostro junto a mi cara, con su larga cabellera rubia cayendo por su hombro hasta mi pecho, y sus imponentes ojos azules que me dejaban sin aire, aunque es probable que tenerla de rodillas encima de mi vientre ayudara a ese efecto.

-YO: hola rubia……- la besé con ternura.

-LOLA: buenos días, caballero – mordisqueó mi mentón con fuerza.

-YO: no merezco tal titulo.

-LOLA: ¿Eso crees? ¿Cuantos tíos se hubieran aprovechado de mí anoche? No se de ninguno que me desnudara en la cama y en vez de follárme me ponga el pijama y se duerma abrazado mi………a ninguno, salvo a ti.

-YO: ¿Y que iba hacerte? ¿Abrirte de piernas y metértela mientras duermes?

-LOLA: no serias el 1º que lo intenta…..- acariciaba mi pecho con su dedos.

-YO: mi pobre Lola………- giró la cabeza algo pensativa.

-LOLA: sabes, me cayó muy bien tu padre.

-YO: suele pasar, es un trozo de pan.

-LOLA: si, además me contó muchas historias y de mi nombre, Casandra, me gustó mucho esa historia.

-YO: ¿acaso no la sabias?, ¿no te has buscado en Internet o algo?

-LOLA: pues no, Lola siempre me pareció mas molón, pero no se……Casandra, tal como lo decía tu padre parecía precioso.

-YO: es precioso.

-LOLA: ¿y si me cambio el nombre?

-YO: ¿por cual?

-LOLA: amos, no cambiármelo, que si dejo de llamarme Lola, Casandra es más profundo, no se, quizá así me tomen en serio.

-YO: tú decides rubia, nunca supe por que te llamaban Lola.

-LOLA: pues porque soy pequeña parezco una niña y eso, mi madre me lo decía y se me quedó, pero ya no me gusta.

-YO: pues entonces Casandra a partir de hoy……- sonrió halagada.

-LOLA: dilo otra vez

-YO: Casandra, Casandra, mi pequeña y bonita Casandra – lo repetía por que cada vez que lo decía me besaba.

-CASANDRA: me encanta como suena.

-YO: genial, por que y también me voy a cambiar el nombre, ahora me llamare…………Eladio – me abofeteó con fuerza.

-CASANDRA: no te burles, que te pego.

-YO: ¿quizá Walter?- me soltó otro bofetón, al 4º o 5º nombre estabamos ya enzarzados en una ficticia pelea en la cama.

Mi polla dura de las mañanas resalía en el pantalón de pijama suelto y al movernos la rozaba con ella, a su vez la risas y los giros la levantaron la parte de arriba del pijama dejando su ombligo al aire, la inmovilicé con algo de dificultad, besaba y jugaba con su ombligo mientras la sacaba carcajadas de cosquillas, hasta que poco a poco mis labios iban haciendo menos cosquillas y más caricias, las risas se iban apagando y una tensión sexual enorme apareció de la nada, me sujetaba la cabeza como su fuera un balón de baloncesto mientras subía por su cuerpo y caía tumbado sobre ella besándola con pasión, sus manos acariciaban mi torso mientras yo jugaba con mi lengua en su boca, era excitante ver la habilidad y sensualidad de esa mujer con un pijama de niña pequeña, tiré de la parte de arriba hasta sacársela, con un río de cabello rubio cayendo sobre su cuerpo, se lo aparté con cuidado y mientras algunas risas flojas afloraban en su rostro yo acariciaba sus senos mientras pellizcaba sus pezones, se retorcía de gusto cuando una de mis manos la cogía de la nuca acariciándola con el pulgar detrás de las orejas, y lamía un pezón tan duro que podría rayar un diamante, los 2 suspirábamos perdidos en la pasión, poniéndome de rodillas tiré, tanto del pantalón, como del tanga que llevaba puesto y la dejé desnuda ante mi, retrocedí para caer con mi boca en su coño, que brillaba con las primeras gotas de placer, me entraba su vagina entra en la boca, y mi lengua para ella era un micro pene que la hacia vibrar, cerraba las piernas sobre mi cabeza jadeando al sentir como chupaba y lamía su clítoris y tiró de mi pelo cuando varios dedos la estaban penetrando buscando su punto G, se movía ansiosa y me costaba mantenerla quieta, elevaba su cintura apoyada en la nuca y se dejaba caer a plomo, un 1º orgasmos la llegó y no descansé hasta sacarla el 2º, allí me fue imposible sujetarla y se encogió rebotando sobre la cama con espasmos leves, cuando iba a por ella me pateó en el pecho echándome hacia atrás y saltó sobre mi, besándome y probando su propia lujuria, sus manos en mi polla acariciaban por encima de la tela y de un empujón me dejó sentado en la cama, tirando de mi pijama, al ver mi rabo saltar tieso ante ella se relamió con lascivia, fue ascendiendo por mis muslos como una serpiente hasta lamer mis testículos con esmero, luego iba subiendo por mi polla repasando toda una línea recta desde la base hasta la punta con la lengua, sin dejar de mirarme fijamente, y una vez arriba sus manos empezaron a masturbar de forma rítmica, lamiendo y succionando el glande como la copa de un helado, el morbo podía ser aun mayor al pensar en la diferencia de tamaños, pero yo ya no veía a una niña, si no a un mujer que me estaba dando una mamada de campeonato, metiéndose el glande entero en la boca y jugando con el, no tragaba mas, no podía sin romperse las mandíbulas pero era más que suficiente.

Me tumbé en la cama suspirando al sentir su lengua, a los pocos minutos no pude reprimirme, la cogí de los brazos y me la senté a horcajadas encima, por poco no la empalo en el gesto, mi polla quedó aplastada por sus labios mayores, y mientras me besaba su cintura hacía que su pelvis acariciara todo el largo de mi verga, al 5º movimiento me hizo lamerla los dedos y se los llevó a coño. Se lo abrió lubricándolo, dirigió mi polla a su entrada y fue apretando lentamente para que fuera entrando en ella, aquellos días la habían vuelto a abrir el coño lo suficiente para que entrara fácilmente, pero a partir de media polla su cara, a escasos centímetros de la mía, era un 90% y placer 10% sufrimiento, o quizá fuera al revés, pero le encantaba sufrir eso, sentir como la iba llenando, casi sacársela por la garganta, al final le di un golpe travieso de cadera que se la introdujo entera, con un leve gemido de bestia que salió de mi, ella permaneció inmóvil medio segundo, antes de volver a respirar.

-CASANDRA: oh dios………..fóllame…………fóllame por favor – arañaba con fuerza en mi pecho mientras no dejaba de repetirlo entre besos y lametones en la cara.

Ella misma estaba ya contoneándose sacándose parte mi erección y volviendo a metérsela de forma lenta, unos hilos de fluidos bajaban por mi polla mientras ella empezaba a cabalgarme a buen ritmo, la sujetaba de las caderas dando un leve empujón al final de cada estocada, y sus tetas jóvenes y tersas botaban ante mi, las lamía con gusto, apretándolas entre los dedos, era casi cómico verla querer llevar el ritmo, casi, por que pasado el tiempo estaba entrando y saliendo de ella por completo, disfrutando como un enano de sus orgasmos que no la hacían parar de subir y bajar, incluso se regodeaba con un gran movimiento de pelvis, totalmente ensartada girando la cadera con la espalda echada hacia atrás y los brazos colgando como 2 pesos muertos, me corrí dentro de ella de tal manera que sus paredes vaginales encogieron sintiendo aun más placer, cayó sobre mi pecho empapada en sudor y entre risas y besos me sentía el ser más afortunado de la tierra.

-YO: ¿que tal una ducha? – asintió.

-CASANDRA: juntos – atinó a susurrar entre jadeos, no podía quererla más.

Me puse en pie con ella aun ensartada por una polla flácida, trataba de rodearme con las piernas pero no le daban como para cruzarlas tras de mi, así que con su culo tenso bien agarrado nos metí en la ducha dejando caer el agua tibia, ver su cabello rubio mojado y sus senos joviales húmedos ya me la pusieron dura de nuevo, al apoyé contra la pared de la ducha sintiendo su escalofrío al notar los azulejos gélidos a su espalda, como no poda rodearme con las piernas la cogí una mientras ella apoyaba la otra en el asidero de la ducha, y aferrada a mi nuca sus ojos brillaban azules de deseo, la estaba empalando antes de querer pensar hacerlo, dando golpes de cintura tan fuertes que sentía sus labios mayores besando la base de mi miembro, se quedaba en estado ingrávido unas décimas de segundo, y volvía a descender para recibir de nuevo a mi falo, una y otra vez, sus gritos al correrse me excitaban más, su golpes en mi pecho no me dolían y cuando la besaba me mordía el labio inferior haciéndome daño, clavando sus largas uñas en mi espalda mientras su cuerpo temblaba, sentía una fuente de liquido cálido caer por mis piernas y no era agua, la posición cansaba y la dejé en el suelo de la bañera, pero totalmente ida a mi merced, la apoyé contra la pared de cara a los azulejos y la penetré desde atrás teniendo que bajar la cintura para entrar en buen ángulo, le dio tales golpes a la pared que una repisa de jabones se precipitó al suelo, yo estaba desatado follándome por detrás el coño de una mujer a la que casi triplicaba el volumen, metiéndola una polla descomunal sin sentir nada más que un placer indescriptible al verla gozar tanto como yo. La bestia acudió sedienta de sexo, pero tanto la dio a ella, ser follada normalmente o por la bestia, le daba igual, eran tan titánico uno como lo otro, pero su cuerpo se debilitaba a los minutos y sus gemidos se apagaban en un mar de sensaciones que la hacían desvanecerse al sentir su coño palpitar en carne viva, al correrme la separé de la pared y la daba embestidas fuertes y profundas agarrado de sus tetas, el sonido en sus nalgas era el de golpear mármol, y al llenarla de leche, de nuevo, sus músculos vaginales se apretaron regalándome unos segundos de lujuria absoluta.

Al soltarla casi se va al suelo, aun así me pidió con desesperación que la dejara un rato a solas, hacia bien, si me quedaba allí no respondía de mi, me bajé a darme un chapuzón en la piscina y cuando bajó vestida solo con un tanga y mi camisa del día anterior simplemente atada en el ombligo, casi me la voy a por ella otra vez, pero tenia el poder de perderme en su mirada, desayunamos algo de los restos de la cena de anoche, sin palabras, solo mirándonos embobados, estaba con el pelo mojado sin volumen, la cara lavada y sin maquillaje, sin artificios ni turcos, y era la cosa más bonita que había visto nuca, la hice un par de fotos pese a que ella se negaba al decir que estaba horrible, pero todas las fotos eran preciosas, como ella.

-YO: ¿estas bien?, no pretendía haberme pasado en la ducha…..

-CASANDRA: no soy ninguna mojigata – me pegó un manotazo en la espalda – me gusta que me folles así – me azotó en el culo apretando mis nalgas por encima del slips que llevaba puestos.

-YO: pues esto no es nada, cuando te pille un buen día te vas a arrepentir.

-CASANDRA: estoy desando sentir como me abres el puto coño a lo animal – me mordió en la espalda, de dolor me giré cogiéndola en brazos, sentándola en la encimera y besándola con pasión, mientras sonreíamos y ella me acariciaba la cara con su delicada mano.

-YO: como no te estés quieta te lo demuestro aquí y ahora.

-CASANDRA: seguro que si, pero hemos quedado con tus padres para comer con ellos.

-YO: joder es verdad, vamos vístete – la bajé al suelo, azotando su culo mientras la doblaba la espalda con un beso enérgico.

Lo pasé mal conduciendo otra vez la tartana de mi padre, pero era un bajo precio por su felicidad, comimos en mi casa y Lola…….bueno, Casandra, se mostraba mucho más suelta y natural, algo que a mi hermana la encantó, seguimos hablando y planificando todo lo de los próximos días, y por la tarde fuimos a cenar a casa de sus padres, o hicimos solo con su madre, su padre estaba tan borracho del día anterior que aun dormía, y el hermano pequeño me sacaba de quicio todo el rato, aun así al despedirnos les di las gracias y dejé allí a Casandra hasta unos dais después en que nos veríamos de nuevo, “con calma, no te precipites”.

Los siguientes días fueron un carrusel de viajes, llamadas, y papeleos, resulta que vender una casa que ya has pagado al banco casi la mitad de la hipoteca es muy fácil, ya tenían comprador antes del cambio de año, y en cada viaje me llevaba algo a mi casa, “a su casa” me recordaba constantemente, y cada día hablaba con Casandra o quedábamos con amigos a charlar y reír, los míos desconfiaban tanto de Casandra por sus formas que tardaron en comprender que tras la fachada mal hablada y vestida a su manera, era un chica tan normal y divertida como ellos. A Casandra le resultó gratificánte ver que se podía pasar bien el rato sin estar bailando escuchando música a todo trapo y bebiendo hasta desfallecer, con juegos de mesa y partidas de cartas, aunque en los fines de semana su alma “fiestera” era irrefrenable y teníamos que salir a bailar a cualquier sitio. En fin de año y reyes no pasó nada a destacar, salvo un encontronazo en la fiesta de fin de año que fuimos a una mega – discoteca, entre Casandra y una de mis ex amigas, la aprendiz de zorra de Rocío, de mi época del instituto, nos cruzaron el la pista de baile y la aprendiz estaba tan borracha que mientras hablábamos se me lanzó al cuello con Casandra delante, por poco la desgracia la cabeza con un zapato de tacón.

La mudanza fue larga y constante, un día Teo y Manu nos ayudaron y parte de las chicas del piso de estudiantes, e hicimos un gran avance en todo, Alicia seguía triste, pero me sonreía de verdad, con arrugas en los ojos, casi veía orgullo en su mirada al ver lo que había hecho por mi familia, pero en cuanto Casandra apareció su rostro se giró tenso y se acabó marchando, me daba mucha pena verla así, no era mi intención hacerla daño. Para después de reyes ya tenia a mi familia instalada y viviendo en mi casa, el choche de la 1º vez que mi madre se cruzó con Dani fue épico, como un duelo de pistoleros del oeste, pero en vez de pistolas sprays de lejía y en vez de cartucheras, trapos para limpiar, Dani llegó y, pese a estar avisada de todo, ver a mi madre limpiando la cocina la torció el gesto, las calmé a ambas, ya sabia que a madre, por mucha criada que la pusieras, seguiría limpiando y haciendo la casa, pero en un par de días se cuadraron las cosas y ambas parecían muy felices al tener menos trabajo que hacer, pero ser útiles, a ellas como a resto les hice ver que había llegado una nueva etapa a esa casa, una etapa diferente, en que la familia se volvió importante.

CONTINUARA……………

Relato erótico: “MI DON: Lola- la balsa (42)” (POR SAULILLO77)

$
0
0

Se me presenta un dilema, una dicotomía más bien, por un lado podría estirar y alargar esta serie de relatos contando en detalle mi relación con Casandra, antes conocida como Lola, pero he empezado 6 veces a escribir esa historia y no me gusta, me da la sensación de volverme repetitivo, predecible y una sensación de perder magia o chispa en los relatos. La verdad es que poco puedo decir de la relación con Casandra que se salga de lo habitual como para ser mentado en estos relatos, lo que es técnicamente la relación, fue de lo más normal, así que os describo por encima lo mundano.

Habíamos pasado las Navidades de forma muy jovial y ya tenia a mi familia viviendo conmigo en el ático de lujo, dividimos las habitaciones y quise quedarme con la habitación de invitados de abajo, al estar separada del resto Casandra y yo tendríamos nuestro espacio, pero las escaleras eran un sufrimiento para mis padres, así que no me quedó otra que dejarles la de abajo a ellos, y yo quedarme con la más grande de arriba, con la cama de 3×3, mi hermana se quedó con la otra habitación, al otro lado del piso de arriba, con baño, se quedó libre la 4º, pegada a la de mi hermana, y empezamos a vivir allí como la familia que recordaba que éramos, quité todas las cámaras y micros, no las necesitaba ni me interesaba nada que me pudieran ofrecer. Era increíble lo mucho que echaba de menos a mi familia, y ellos se acostumbraron a la buena vida bastante bien, fue una gran decisión regalarles el piso, casi tan buena como ir despacio con Casandra, nos veíamos todas las tardes entre semana, después del instituto, la ayudaba con los deberes y como la casa esta vacía, ya que todos trabajaban o salían, quizá para dejarnos solos, teníamos nuestros momentos, y lo fines de semana se quedaba con nosotros, íbamos a bailar, y hacer el ganso con los amigos. Poco a poco, la confianza en ella fue aumentando y en semana santa ella y yo nos fuimos ha hacer un viaje al norte del país, se le regalé por su cumpleaños y por su mejoría en las notas, no pasaba de 6 en nada, pero al menos aprobaba casi todas, en vez de suspenderlas todas.

Fue lo que supongo que era una relación normal de noviazgo, todo lo normal que podía ser con una cabra loca como yo y una mujer tan irascible como ella, yo me mostraba demasiado abierto con todo el mundo, incluyendo mujeres, y eso a ella no le gustaba del todo, de vez en cuando se enfadaba conmigo o montaba algún pollo de celos, era incapaz de verme hablando con alguna amiga o incluso camareras o recepcionistas y no agarrarme del brazo en señal de dominio, le daba igual que estuviéramos hablando Alicia y yo sobre Teo, apartados, venia y se pegaba a mi sin participar de la conversación ni nada, me resultaba gracioso y la vez excitante, la picaba tonteando con alguna solo para enfadarla, se volvía un volcán de pasión. El sexo era bueno, sin más, siempre por el coño, no se dejaba por detrás, y no por que no me dejara intentarlo, pero era demasiado dolor, cuando lo intenté con el punta de mi enrome verga en vez de con los dedos, los cuales entraban bien, lloraba descontrolada, así que dejamos de intentarlo, no me importaba, su coño era tan prieta y cálido que era un escándalo tirársela, por delante, por detrás, en brazos o en una cama, en casa o fuera, era siempre morbo y siempre sensual, salvo los días de la regla, oh dios, que días, era mejor no verla, se le ponía un dolor agudo en los ovarios que la tenían de en estado de nervios constante, me pedía que la abrazara y luego me apartaba a empujones por que le daba calor, luego me mandaba a por chocolate y al volver ya no lo quería, y el olor de mi colonia le daba arcadas.

El tiempo fue pasando y llegó el verano, usábamos bastante la piscina de casa pero los fin de semana íbamos todos a la publica, yo ya tenia el coche que compré con Teo, mucho más adecuado a mi edad que el coche de lujo que mi padre disfrutaba, se paso 2 meses llevándonos a dar vueltas por las cercanías de Madrid solo para estar conduciendo aquella maravilla alemana. En las piscinas a las que íbamos éramos la atracción, tanto por Casandra y yo, con nuestros bellos y atractivos cuerpos, si no por que con mi familia es imposible pasar desapercibidos, y allí era yo quien se mostraba algo receloso con los chulos de playa que se abalanzaban sobre Casandra cuando la dejaba sola, o simplemente se alejaba un poco, por suerte tenia mucha más templanza que ella, y la mayoría de las veces era ella la que les dejaba a cuadros con su carácter y sus contestaciones. Terminó el instituto y se sacó el graduado ante el asombro de su propia madre, su padre no fue a la graduación, tal como prometí la pagué el curso de peluquería, no era demasiado y se lo había ganado, salimos con los de su promoción de fiesta y aquella noche me regaló 4 polvos seguidos, acabó destrozada y no pudo caminar bien en 3 días, pero con una sonrisa enorme. Nos fuimos a la playa con mis amigos 15 días y mi familia nos siguió los otros 15 de ese mes, supongo que esos 15 días que pasamos sin la familia merecerían un capitulo a aparte, con Manu y Teo, y las chicas del piso de estudiantes, las mañanas en la playa, las tardes jugando y bebiendo y las noche de fiesta en los chiringuitos de la playa, bañarnos en el mar a las 6 de la mañana totalmente desnudos, como nos alejábamos del resto Casandra y yo, haciendo el amor rodeados de la oscura noche y el mar ondulante, de cómo salió del agua antes que yo y se llevó mi ropa, teniendo que regresar a pie desnudo al piso donde veraneábamos, supongo que esperaría que me avergonzara o algo, la verdad es que iba caminando tan tranquilo con las chicas haciéndome fotos o videos con los móviles, y alguna guiri borracha, o haciéndose pasar por guiri borracha, caía en mis brazos, al llegar a casa Casandra estaba en la puerta preparada con la cámara de fotos, al ver el tumulto que me seguía de adolescentes salidas dejó la cámara y salió con un mazo de amasar pan espantando a todas. Pero serian meras anécdotas que alargarían esto sin más.

Pase miedo al acercarse la fecha de mi cumpleaños, desde los 17 no había tenido uno tranquilos, y con Casandra podría pasar de todo, pero no ocurrió nada, nada destacable, fiesta, tarta, familia y sexo animal con ella, ni antes ni durante ni pasadas 2 semanas estuve tranquilo, pero tenia 22 años y una relación formal y sólida con una belleza de mujer. Llegamos ha hacer el año juntos y lo celebramos con una fiesta con amigos de todos, Casandra había hecho nuevas amistades menos problemáticas e hicieron migas rápido con los míos, no faltó la refriega de Casandra con alguna chica, no se si era ella que era muy celosa, yo que era muy afable y guapo, o una mezcla de todo, pero me estaba cansando ya de tener que dejar la fiesta para llevármela a casa a tranquilizarla, y ya no era un volcán de pasión, si no de rabia, de sobre protección, me llamaba cada hora que estaba alejado de ella, me acompañaba al trabajo y se volvía conmigo, su curso iba bien y hasta podía descansar las horas que no estaba con ella, pero tenia que medir mis palabras, si decía que en el curro una me habían ayudado a colocar cajas era sometido a un interrogatorio peor que la SS, o si la decía que Lara o Alicia me habían llamado la siguiente vez que quedábamos terminaban a gritos, aquella pasión y lealtad me estaban hartando, y lo peor es que no me callaba, se lo decía y ella me lo reprochaba, “lo que quieres es que te deje andar con zorras por ahí” me decía, pero ya era excesivo, cuando me llamaba mi madre o mi hermana exigía ponerse al teléfono para saber que eran ellas y la tenia que entregar el móvil a menudo para que leyera los mensajes, y cualquier tontería tipo “a ver si no s vemos este finde” de alguna chica, aunque tuviera novio, desataba su ira. La verdad, me estaba planteando dejarla incluso antes de querer reconocerlo, me odiaba por que ese no era el plan, ahora seria llevarla a casa y vivir juntos, pero si ya estaba así de histérica por separado, en el mismo techo no quería ni pensarlo. Buscaba excusas para alejarla e irme solo a los sitios para no discutir, pero era casi peor, mi hermana no se mordía la lengua y discutía con ella, el colmo llegó cuando me llamó Alicia.

-ALICIA: ¿hola Raúl, como va todo?

-YO: tirando.

-ALICIA: sigues a malas con ”tu churri” – bromeaba por que así me llamaba Casandra cariñosamente.

-YO: pues algo si, pero en fin…… ¿querías algo?

-ALICIA: pues si, pero me da cosa pedírtelo….

-YO: suéltalo boba.

-ALICIA: veras, ¿sabes que andamos intentado sacarnos el carnet de conducir las chicas no?

-YO: si, ¿como os va el práctico? – en alguna de las veces que me dejaban hablar con ellas me habían dicho que estaban hartas del transporte publico y se iba a sacar los carnets y comprarse un coche entre ellas, Alicia, Naira y Lara, Mara, su hermana mayor, ya tenia carnet y coche.

-ALICIA: genial, yo ya lo tengo y estas se lo sacaran en breve……veras…andábamos practicando el teórico con las clases pero…… ¿recuerdas que te dije que Mara nos enseñaba en un descampado a conducir?

-YO: si, bueno, algo recuerdo.

-ALICIA: es que tengo el practico en 2 semanas y se le ha jodido el coche a mi hermana………- era como si su voz se endulzara acercándose a la petición.

-YO: no jodas, ¿y es grabe?

-ALICIA: no, una chorrada, pero no lo tendrá hasta después de los exámenes y………….- le daba cosa pedirlo.

-YO: quieres que os deje el mío.

-ALICIA: si, jo lo siento, no quería ser tan directa pero nos vendría muy bien, ¿te importa? Si no las digo a estas que no y punto.- lo sopesé mucho, seria hacerlas un favor y despejar mi cabeza un rato, pero seria irme con 3 mujeres a un descampado, Casandra querría ir y necesitaba alejarme de ella.

-YO: a mi no me importa hermanita, ¿cuando podéis?

-ALICIA: jajaja muchas gracias Raúl, pues estabamos dando clases por las tarde, ¿mañana te parece bien? O si no cuando puedas……..

-YO: mañana perfecto ¿os paso a recoger a las…….. ?

-ALICIA: pues sobre las 5 de la tarde, y muchas gracias, sabia que no me fallarais.- lanzó un beso sonoro por el teléfono.

-YO: ya, por eso has llamado, anda lista, mañana nos vemos – al colgar me sentí usado, no podía negarle nada y lo sabia, pero no solía pedirme nada que no necesitara realmente.

Casandra salió de la ducha y al verme con el móvil ya se puso histérica, lo cogió y miró las llamadas preguntando hoscamente.

-CASANDRA: ¿con quien hablabas?

-YO: con Alicia y las chicas, necesitan que las haga un favor….- me arrepentí enseguida de esa elección de palabras.

-CASANDRA: ya…… ¿y que coño quieren?

-YO: se le has jodido el coche con el que practicaban para el carnet, y me han pedido que las ayude por las tardes, nada más.

-CASANDRA: pues que se busquen a otro pardillo, seguro que tienen a 50 a los que llamar.

-YO: no te pongas así, solo serán unan tardes, irnos a un sitio apartado y enseñarlas como va el coche – sentado la cogí de la cintura abriéndola el albornoz y besando su ombligo húmedo y fresco, estaba totalmente desnuda salvo por el albornoz.

-CASANDRA: un sitio apartado, ya……..no me gusta, dilas que no.

-YO: ¿que nos va a pasar? Ni que nos fueran a atracar o algo………- me sujetó del pelo cuando besaba entre sus senos.

-CASANDRA: no es por que os pase algo malo idiota, es que no quiero que estés con ellas a solas, por la tarde estoy en el curso y no puedo ir contigo.

-YO: tampoco es que te necesite allí para enseñarlas.

-CASANDRA: ¿así que te quieres ir a una zona apartada con 3 zorras y sin mi………? – me enfadé y la zarandeé de la cintura.

-YO: no las llames así, son amigas mías.

-CASANDRA: ya, amigas tuyas, con una te acostaste, con otra casi y a la otra le metiste mano en este baño – señaló el cuarto de donde había salido, y bajé la cabeza dándole la razón y arrepintiéndome de haberle contado todo, últimamente me arrepentía de muchas cosas.

-YO: lo de Lara era un juego, y con Alicia no pasó nada, y por el amor de dios, ni siquiera sabia que era Naira…..- empezamos a subir el volumen de la voz.

-CASANDRA: pues no me gusta, no quiero que vayas y no iras – me amenazó con el dedo, pero lo apartó rápidamente conociéndome y siendo consciente del error que había cometido, para que hiciera algo solo necesitaba que alguien me dijera que no podía hacerlo por imperativo.

-YO: oye, déjate de celos, soy tu novio y te quiero, si hubiera querido podría haber estado con 60 mujeres.

-CASANDRA: pues a mi me pasa igual, tengo a tíos babeando por mi, así que cuidado con lo que haces.

-YO: no me entiendes, no es lo que vaya a hacer, es lo que estoy haciendo desde que estoy contigo, ¿por que no te fías de mi?

-CASANDRA: me fío de ti, es de esas lagartas de las que no me fío – rebajamos un poco el tono, me levanté abrazándola por detrás y besándola en el cuello.

-YO: solo hay una lagarta que me puede alejar de ti.

-CASANDRA: ¿quien?

-YO: tú – se giró azotándome en el pecho – eres la mujer más cabezota, celosa y territorial que he conocido, y te quiero con locura – la besé.

-CASANDRA: y yo a ti churri.

-YO: pues dame algo de aire, no puedo seguir siendo tu prisionero, no puedes impedirme que salga y haga cosas, ni puedes evitar que me relacione con otras mujeres, solo te queda confiar en mí.

Pareció convencida, aunque los rescoldos de fuego en su ojos no se apagaban, lo cambié por ojos de lujuria al ir acariciando su cuerpo, sentándola a una mesa y quitándola el albornoz, sus senos ya totalmente desarrollados eran algo más grandes que mis manos, y destacaban en un cuerpo tan fino y pequeño, me comí sus pezones sintiendo su dedos jugando en mi cabello, sus manos acariciaron mi cara, y fueron bajando por mi cuello, mi pecho y mi abdomen, hasta llegar a mis pantalones y sacar mi rabo medio tieso, lo masturbaba mientras nos fundíamos en uno solo con un beso con lengua que me dejaba sin aliento, soltando uno de sus pechos y acariciando su nuca, detrás del yodo, tal y como la excitaba, me susurraba cosas húmedas y calientes, pero siempre territoriales, “¿quien te la pone así de dura mejor que yo?” o cosas por el estilo, no la escuchaba solo me perdía en su ojos azules. Cuando ya estaba empalmado sus manos no podían con mi verga apunando a su entrepierna, rozaban la parte interior de sus muslos y le producía gemidos al meter mis dedos en su húmedo y cálido coño, pero ambos sabíamos que ya no había freno, sus suplicas por que acababa de salir de la ducha fueron fugaces, y se la introduje violentamente, sacándola un ronroneo, había aprendido a sentir placer al ser penetrada así, me aferré a sus caderas y desaté a un bestia comedida, la puerta estaba cerrada pero mi padre estaba abajo, me ocupaba de tapar su gemidos con mi boca y mi lengua mientras hacia temblar su cuerpo y la mesa, la apreté contra mi con una mano firme en su trasero sacándola la cintura y otra mano en su pecho al que me agachaba a mordisquear y lamer, mientras la follaba fuerte y con decisión, llegado un punto en el que las cosas menos pesadas de la mesa ya habían ciado al suelo, ella mismo estaba separada de la mesa, colgada de mi cuello y haciendo fuerza para subir y bajar sobe mi, acompañada de embestidas continuas de mi rabo partiéndola en 2, la tenia que coger de las piernas por que no me rodeaba con ellas, pero daba igual, el sexo era brutal y morboso, verla con sus ojos azules perdidos en el deseo y sintiendo cada uno de sus largos orgasmos en sus labios mientras la besaba, siempre me mordía el labio inferior al acabar un beso después de un orgasmo, tiraba de el hasta hacerme sangre. A esas alturas ya le metía y sacaba toda en cada vaivén, la llené de esperma a la media hora, se dejó caer en la cama y me chupó la polla como mejor podía, masturbando hasta ponérmela dura otra vez, lamiendo el glande y todo los fluidos, para ponerse de rodillas a horcajadas sobre mi y volver a penetrarla de forma grotesca, le amasaba las nalgas mientras se cuerpo se vencía para lamerla los senos, plantando los pies y follándomela tan fuerte que la tenia que sujetar con cada golpe de cintura para que no saliera disparada, el sonido era claro y alto, mis huevos rebotando en su culo, solo sus lamentos ahogados y sus giros de cadera en momentos de excitación daban descanso a mi cintura, sudábamos los 2 mientras acariciada su trasero, jugando con mis dedos en su ano y cuando volvieron sus orgasmos metiendo 1, 2 o hasta 3 dedos en su culo, le gustaba esa sensación de abrirla el culo con los dedos mientras era perforada por el coño. Al rato la puse a 4 patas y le volvía a embestirla azotándola con fuerza, cada golpe la sacaba un suspiro de gusto y mordió una almohada para acallar la fricción de mi verga en el punto G, se desvaneció sin fuerzas antes de poder correrme así que los ultimas minutos fueron como tirarse a una barbie, inerte y con una sonrisa fría y carente de vida, descargué mi semen por 2º vez y caí sobre la cama con ella encima, medio ida acariciando mi pecho con los dedos.

-CASANDRA: seguro que ni esa guarra de Lara te folla mejor que y .- la acaricié la larga cabellera rubia sonriendo, no la iba a mentir, solo le dejaría que pensara así.

La verdad en que no , a Lara no le entraba toda, pero me duraba más, todas me duraban más con ese margen de tiempo, casi un año, y si pasábamos del 2º era de milagro, lo ciertos es que el morbo y el amor habían desaparecido aunque por entonces no lo veía o quería admitirlo, ya solo era sexo y respeto el uno pro el otro, y el sexo no me llenaba ya, no habíamos evolucionado mucho, aunque esa era el plan, Ana evolucionó hasta perderse y no quería eso, pero si después de tanto tiempo Casandra no aguantaba más, nunca lo haría, y eso la restaba más puntos en la balanza de mi mente.

Pasó el día siguiente y dejé a Casandra en su curso, despidiéndonos con un fuerte y largo beso, con caricias en mi verga, siempre lo hacia, luego fui al piso de estudiantes y como aun era pronto me dejaron subir a esperar, la casa olía a rosas y estaba infinitamente mejor que cuando yo vivía allí, 4 mujeres juntas y sin hombres la tenían como una casa de muñecas.

-YO: vámonos que son casi las 5 de la tarde – grité al entrar, para bromear y para indicarlas que ya estaba por allí a todas, Naira salió de su cuarto, ya vestida, como no, con un polo amarillo chillón y un pantalón vaquero ajustado que realzaba su trasero.

-NAIRA: perdona, es que hemos salido tarde de la uni y no estabamos duchando – fui y la di mi famoso único beso en la mejilla y abrazo que distingue un saludo normal a una cualquiera, de las mujeres relevantes de mi vida, Naira no era la más cercana pero si la tenia cierto aprecio.

-YO: ¿entonces ya estáis?

-NAIRA: jajajaja que va, yo acabo de salir y aun me tengo que arreglar – la miré a sus ojos azules y su cabello rubio, misma descripción que Casandra pero ni de lejos tan guapa, aun así la halagué a mi manera.

-YO: arreglar………¿ que? si estas preciosa – se sonrojó con una leve sonrisa.

-NAIRA: pues una que si no sale con una crema en la cara se siente fea – supongo que es el precio a pagar por ir mona siempre, esa mujer ya era guapa sin nada en la cara, al darse la vuelta e irse la vi con los vaqueros ajustados un culo de infarto, y lo contoneaba andando de puntillas, lo que se conoce como llenar la ropa.

Al rato de oír puertas abrirse y cerrarse, secadores, risas y peticiones de maquillaje o ropa, apareció Lara por el salón donde estaba sentado, solo con unas bragas y secándose el pelo con una toalla, sin sujetador ni nada, aparté al vista con algo de trabajo de sus pechos enormes y turgentes.

-LARA: jajaja no me digas que ahora te da vergüenza mirarme semi desnuda, cayó sentada a mi lado con sus tetas rebotando unos segundos más tarde.

-YO: no es vergüenza Lara, es que tengo novia.- se me acercó pegándome sus protuberancias al brazo, pasando sus dedos por mí pecho.

-LARA: ya, esa perra rabiosa, que diría si te viera así conmigo – de un salto se puso de rodillas sobre mi con sus muslos apoyados en mis piernas y con sus senos a la cara pero a tener el torso lejos, de forma instintiva la sujeté del culo y la espalda al tirarse hacia atrás, la cabrona sabia que la cogería antes de que se hiciera daño.

-YO: decir no diría nada, te abriría la cabeza con una silla – sonrió al sentir mis manos en su cuerpo desnudo.

-LARA: no la dejarais…….- tenia razón pero por el amor que le tenía a Casandra, no por defenderla a ella.

-YO: anda, bájate y ponte algo de ropa que ya salimos tarde.

-LARA: relájate, Alicia acaba de meterse en la ducha y aun tardará un buen rato en salir –sus manos fueron mi polla, acariciándola por encima de la tela, mi cuerpo me traicionó, no se si era la situación con Casandra, sentir sus manos y sus senos en mi o la imagen de Alicia duchándose que había proyectada en mi cabeza, una erección bastante grande empezaba, “joder tenia que haberme puesto los slips y no solo los vaqueros.”

-YO: ya basta – espeté con cierta furia, agarrándola de las muñecas con fuerza y apartando sus manos.

Lara comprendió el tono y se apartó de mi no sin regalarme un visión de su cuerpo desnudo alejándose, pero me metió en un lío, ya estaba medio empalmado y no se me bajaba, Naira apreció 5 minutos más tarde con un capa de polvos y pintalabios rosa chicle, estaba algo mejorada pero seguía lejos de Casandra, sus ojos azules eran oscuros y su rubio era apagado, charlamos un rato de cómo iba todo hasta que apreció Lara, vestida con una minifalda de cuero negro ajustada y un top azul claro, ¡¡SIN SUJETADOR!!, Casandra tenia razón al menos en parte, Lara era un zorra que iba detrás de mi sin descanso, usando sus 2 mejores armas, sus enormes tetas apretadas por una prenda fina y elástica, y la gravedad seguía sin hacer efecto, perfectamente colocadas, se sentó enfrente y jugó conmigo como quiso, me la comía con los ojos mientras ella se movía, me pareció ver que debajo de la minifalda no llevaba nada cuando se cruzaba de piernas como cierta película famosa, pero me negué a seguir mirando, más que nada por evitar que mi erección aumentara aunque creo que ya lo hacia.

El remate fue levantarme para ir al baño y echarme un poco de agua fría, que ayudó poco, pero ayudó, al volver salió Alicia en un pasillo oscuro, la pillé de espaldas y la di un pequeño susto, se volvió con su sonrisa enrome y sincera, me abrazó con fuerza, la rodeé con las brazos besándola en la mejilla, ella ya ponía la cara solo de ese lado, sabia de mi saludo especial, y para ella siempre el abrazo duraba algo más que el resto, su larga cabellera castaña estaba húmeda aun y olía a cerezas del champú, el problemas fue que el abrazo fue tan afectuoso que mi polla medio tiesa se notaría en su piel.

-YO: hola, hermanita, ¿lista ya?

-ALICIA: si……..claro, dame 5 minutos que me arreglo y nos vamos ya….- otra vez aquella tontería, si íbamos a conducir por un descampado, ¿que se tenían que arreglar? – oye, ya estas alegre eh…..- se sonrojó señalándome el bulto de la pierna.

-YO: ya, lo siento, es que Lara…..- rió sin hacer falta más.

-ALICIA: ya, me imagino…..- la seguía por el estrecho y oscuro pasillo hasta llegar al salón y verla vestida, casi rompo la bragueta y lo poco que me había ayudado el agua en la cara se desvaneció, iba con un corpiño negro sin tirantes, apretado en la cintura acrecentando aun mas su poderosas caderas y unos leggins blancos que no daban más de si en su indecible trasero, tan tenso que la parte donde se suele hundir entre las nalgas estaba tirante y se translucía un tanga negro muy fino, le debió de costar un mundo ponerse esos leggins por que apenas le subía da la cintura, hasta podía intuir el inicio de la línea de su trasero.

-YO: hostia puta…….- se me escapó.

-ALICIA: ¿que pasa?, ¿voy muy mal? – encima se giró para que la viera mejor, tuve que echar el culo hacia atrás para no evidenciarme aunque creo que era inútil.

-YO: ¿mal? depende de para que…..si vas a cuidar ancianos, no, puedes matar a mas de 1 – rieron las 3 – ¿lo que no se es por que os arregláis tanto? – quise saber por que, más que nada por si aquello era una encerrona como se temía Casandra, pocos hombre, o ninguno, se metería en un coche con esas 3 así vestidas y no haría nada.

-LARA: para ti – soltó un beso al aire.

-YO: esto………

-ALICIA: jajaja no la hagas caso, es que después hemos quedado para ir de cañas con unos chicos, ¿te importa dejarnos allí luego? – suspiré aliviado, aunque podría no ser cierto, tenia sentido.

-YO: ah…vale…..en ese caso dios se apiade de esos pobres locos, no seáis crueles con ellos, van a ir con un calentón todo el tiempo.

-LARA: ¿como tu? – susurró mientras se colocaba las tetas de forma sensual.

-ALICIA: jajaja que boba eres – se contorsionó tratando de poder respirar con semejante corpiño, y se giró a mi – ¿entonces no dejas allí luego?

-YO: mis señoras, seré su carruaje esta noche – hice una reverencia- pero antes de las 12 tienen que regresar o se romperá el hechizo.- rompieron a reír.

-LARA: jajajaja yo a las 12 voy a tener un rabo en cada mano a si que déjate de cuentos – rompieron reír mas alto, yo incluido, no había perdido es punta de socarronería que me recordaba a mi.

Alicia se retiró y a los 3 minutos salió con una leve sombra de ojos y pintalabios rojo pasión, no necesitaba más para ser la mas bonita de las 3, bajaron por el ascensor y yo por las escaleras, no me sentía con poder como para meterme en esa cabina estrecha con 3 mujeres vestidas para ir de caza, y no arrasar con ellas, nos fuimos a una zona apartada que me indicaron, Alicia fue la 1º valiente, ya tenia el practico y había dado varias clases, era lista, pero por seguridad lo haríamos de 1 en 1 por si pasaba algo que fuera solo a los del coche, la que conduciría y yo. Alicia se repetía una serie de ordenes memorizadas y no la tuve que decir casi nada, ajustó el asiento, el cinturón, los espejos y repasó su cabeza en busca de más información apretando los pedales con el coche apagado, me hizo gracia que se llevaran las 3 unas zapatillas de tela fina y suela lisa para conducir y luego unos zapatos de tacón enormes par la fiesta, Alicia fue a arrancar y la sujeté la mano de la palanca de cambios.

-YO: ¡¡espera!! – se asustó pero no retiró la mano.

-ALICIA: ¿que pasa?

-YO: el freno de mano 1º, querida mía – abrió los ojos sorprendiéndose y riéndose.

-ALICIA: puf…lo siento……….estoy muy nerviosa, me paso lo mismo con el profesor.

Solté su delicada mano, quitó el freno de mano, y arrancó sin problemas en 1º dando vueltas amplias y lentas, cogiendo confianza, la indiqué la forma mecanizada de cambiar de marchas y lo aplicó genial, a los poco minutos ya conducía sin indicaciones dando vueltas, bajando y subvenido de marchas, sonreía sin parar sintiendo esa velocidad y poder que te da el conducir, ese subida de endorfinas, hasta que 20 minutos después paramos y la felicité, salimos del coche y corrió a abrazarme besándome en la mejilla, luego me limpió el carmín de la misma con un pañuelo, Alicia lo tenia dominado, así que le tocó a Lara que apartó de forma brusca a Naira, hizo el mismo repaso mental que Alicia, pero no ajustó el asiento, nos reímos cuando al ayudarla a colocarlo a la distancia correcta sus teas tocaron el claxon, la alejé un poco mientras me reía al mirarla y ella se mordía el labio, la miré al tetas y tenia los pezones sobresaliendo ya bajo al tela.

-YO: nena, ¿ya estas cachonda?

-LARA: jajaja si, dios, es que con el roce del cinturón y el volante……- tenia razón, el cinturón de seguridad apenas podía rodearla entre los pechos así que lo tenia puestos por debajo y el rozaba en los pezones.

-YO: pues céntrate que no me quiero estrellar.

Comenzó a conducir y de forma mucho más torpe, a duras penas, pase media hora dándola consejos que desobedecía hasta que consiguió conducir de forma calmada y continuada, sin giros bruscos ni frenazos, las marchas las dejaría para otro día y solo fue en 1º. El turno de Naira que esta roja de vergüenza y aun no se había sentado al volante, tuve que enseñarla, al ser un coche nuevo, como se ajustaba el asiento y espejos, rozándome con ella, pero estaba aun más nerviosa ante la perspectiva de conducir que por mi, cuando ya estaba lista, la hice contar hasta 100 con los ojos cerrados, su respiraron se serenó y arranco sin problemas, me sorprendió gratamente su habilidad y dimos unas cuantas vueltas con ella tranquila y serena.

-YO: muy bien.

-NAIRA: gracias, es que mi padre me dejaba de pequeña me dejaba aparcar el coche jajaja.

-YO: jajaj pues nada, ahora metemos 2º y……- se tensó de nuevo y frenó en seco.

-NAIRA: perdona….es que solo aparcaba, nunca he metido una marcha.

-YO: vale, tranquila, es muy sencillo, pisas – cambias – sueltas, es solo coger el ritmo – asintió horrorizada, empezó de nuevo y cuando le di al orden repitiéndole la secuencia no se que hizo que al mover la palanca el coche crujió como aun patata frita pisada, dio 3 tirones fuertes y se caló.

-NAIRA: dios, lo siento lo siento…..- se pegaba cabezazos con el volante – ¿no me lo habré cargado?

-YO: no, tranquila, solo se ha calado, pero……..¿de que se rompió el coche de Mara?- se puso roja otra vez.

-NAIRA: fui…..fui yo…me puse nerviosa…….Mara insistía……y le rompí la caja de cambios…..

-YO: ¿¡muy bonito, y no me avisas!?

-NAIRA: lo siento, no queria decírtelo pro si te negabas…..

-YO: joder, que me conoces, no tienes que engañarme así – agachó la cabeza avergonzada, me calmé unos segundos – mira…esas cosas me las dices antes y yo puedo actuar, si no me lo dices no puedo ayudarte y me jodes el coche también.

-NAIRA: lo se…es que……Raúl, lo siento….- la besé en la frente para calmarla antes de que sollozara, “recuerda esta frágil no seas brusco con ella.”

-YO: no pasa nada, déjame pensar…….- Naira se habia frenado delante de las chicas, estaba muy nerviosa, Lara estaba de fondo con un aparato de música y el sonido del compás me dio una idea.- esta bien, vamos a probar.

Salimos del coche y me metí en el sitio del piloto, eché el asiento atrás hasta el tope me abrí de piernas y llamé a Naira.

-NAIRA: ¿que hago?

-YO: siéntate aquí – la señalé entre mis piernas – vamos no tengo todo el día – accedió con reservas, era estrecho pero por suerte el techo era amplio y se sentó entre mis piernas, su fino cuerpo quedaba aun mal colocado así que haciendo una acrobacia ajusté el asiento, quedando pegado a su espalda con su prieto culo aplastando mi verga, ella la estaba sintiendo con claramente como yo sus nalgas.

-NAIRA: no estoy muy cómoda…..

-YO: ya lo se, pero es esto o que me jodas el coche, así que calla y escucha, pon tu pies sobre los míos.

-NAIRA: ¿como?

-YO: coño, que me pises los pies con los tuyos – lo hizo palpando con la planta de los pies – coge el volante y las marchas, conduce y haz lo mismo que antes pero usa mis pies de pedales.- asintió y arranco costó con el poco espacio pero con el traqueteo del camino nuestros cuerpos se fusionaron y yo ya veía por encima de uno de sus hombros y sentía mi polla crecer de nuevo en su culo, como ella, pero estabamos a otra cosa.

-NAIRA: vale, ¿y ahora?

-YO: ahora vamos a cambiar de marchas – se tensó, la sujeté del vientre respirando con ella – cálmate, lo haré yo, tu solo sigue mis movimientos.

La cogí una mano y la llevé a la palanca de cambios sujetándola en ella, conté hasta tres y lentamente cambié a 2º moviendo el pie y ella lo seguía, sintió como apretaba el cambio y soltaba, el coche trampeó, pero no se caló, más por la lentitud del movimiento que por otra cosa.

-NAIRA: ¡¡¡¡bien, voy en 2º!!!!

-YO: ves, no es difícil, pero ahora volvamos a 1º – repetí el gesto un poco más rápido y lo siguió mal, apretaba los 2 pies a la vez, la agarré de los muslos – no, así – y usando mis manos la moví la piernas con el gesto – 123 123 123 123, los ves, es solo ritmo, como música.

-NAIRA: vale, creo que lo tengo.

-YO: bien, volvamos a 2º – esta vez ella guiaba y yo la seguía en los gestos, pero metió 2º sin problemas.

La animé a 3º, luego a bajar y subir según la marcha, siempre seguida por mis pies, poco importaba que tuviera la polla tiesa metida entre sus nalgas, lo importante era que había quitado los pies y lo hacia ella sola, me bajé y me senté a su lado, colocándome el paquete disimuladamente, pero ya conducía bien, cambiaba de marchas y con seguridad, repitiendo “123” cada vez, podía dejar de guiarla y acariciar sus piernas y su vientre, sentir mi verga rozándose en su culo, inspirándola el pelo y riéndonos. Al terminar se sacó el cinturón y saltó a mi cuello abrazándome y besándome en la cara por mil sitios, con su cadera rozándome la polla, mi maldito instinto llevó mi mano a sus mulos, muy cerca de su trasero.

-NAIRA: ¡¡¡muchas gracias, eres un sol!!! jajajaja.

-YO: un placer.

-NAIRA: no me puedo creer que ya no tenga problemas con la palanca de cambios.

-YO: pues a ver que hago yo con la mía…..- mascullé.

-NAIRA: ¿que?

-YO: nada, cosas mías.

Se bajó tan alegre que se fue a abrazar a Alicia con felicidad extrema, Lara me pilló desprevenido, se sentó de golpe sobre mí, sintiendo mi polla presionada contra su minifalda de cuero.

-LARA: yo también quiero aprender así.

-YO: tú ya sabes, quítate de encima.- se ajustó metiendo las piernas y cerrando la puerta, más bien se frotó contra mí.

-LARA: venga no seas malo, ya lo has hecho con ella, yo cambien quiero aprender las marchas.

-YO: ya se lo que tu quieres…..

-LARA: y veo que te gusta, o eso siento en mi culo – me tenia cansado y sin palabras, y algo cachondo la verdad.

-YO: no estoy de humor para jugar, anda bájate de encima – quise parecer rudo y firme, el tono que me la sacó de encima en su casa, pero simplemente no me salió, se giró dejándome sus tetas en la cara, acariciándome la cara con su espesa melena negra cayéndole por el rostro.

-LARA: por favor, solo unas vueltas y te dejo en paz.- quería negarme pero dije que si con la cabeza, aunque sabia que su promesa era vacía, no me dejaría en paz – bien, deja que me ponga más cómoda – se sentó bien pero se elevó un poco levantándose la falda de cuero dejándome ya seguro que no llevaba nada debajo, sentándose sobre mi polla a punto de estallar.

-YO: ¿que haces?

-LARA: es que la falda no me da para mover bien las piernas, ¿te molesta?

-YO: en absoluto – ¿Qué estaba haciendo?, estaba tonteando, ya no solo con Naira si no dándole cancha a la más peligrosa de todas, fue cuando percibí su olor, a vainilla, el que le había ordenado como juego cuando la tenia de esclava.

Más atenta a restregarse contra mi que a la carretera dimos una vueltas, de los botes y movimientos me estaba poniendo malo y me descubría acariciando el inicio de sus senos, vibrando por el terreno irregular, me sacudía la cabeza negándome y colocando la manos lejos de ella, pero se movía mucho, tenia que sujetarla, pasados unos minutos que me parecieron horas terminamos y aun así la cadera de Lara jugaba traviesa sobre mi, con un esfuerzo titánico cogí de su falda y se la bajé colocándosela, sintiendo en mis dedos su piel y con un fuerte olor a hembra necesitada.

-YO: se acabó por hoy – abrí la puerta y sacó solo las piernas, de forma sensual y elegante las cruzó, mi maldito instinto otra vez llevó mis manos a sus caderas, me rodeó el cuello con sus brazos, venciéndose sobre mi cuerpo, riendo y apartándose el pelo con movimientos eróticos, sintiendo sus senos aprisionados contra mí.

-LARA: muchas gracias, profesor – se tumbó sobre mi buscando mis labios, pero sin saber como, pude girar la cara y me besó la mejilla.

-YO: por favor, lárgate de aquí- sonó a una orden férrea, aunque pareció una suplica, al levantarse se apoyó en el duro acompañante de mis piernas, apareció Alicia por la puerta de al lado.

-ALICIA: ¿todo bien? – disimulé agachándome a ajustar el asiento, una erección tan obvia que con su sonrisa denotaba ser consciente.

-YO: si, todo bien ………..tu no querrás……..- temía y deseaba a la vez sentir el mejor culo que había visto nunca embutido en unos leggins blancos, dados de si, en mi polla.

-ALICIA: jajajaja no tranquilo, ya te he visto “sufrir” suficiente.

-YO: dios, hermanita, lo que se deja de hacer por amor – sonrió de forma agradable, comprendiendo que si no es por Casandra ya me hubiera follado a 2 de las 3.

-ALICIA: es el precio a pagar por el amor – se subió al lado del copiloto.

-YO: puffffff no se si compensa.

-ALICIA: tranquilo, lo hace.

-YO: ¿tengo pinta de sentir que compensa?

-ALICIA: jajajaja pobre hermanito, no se te puede culpar de ser hombre y que tu cosita se alegre, pero lo importante es lo que hace esto – me dio con un dedo en el corazón, quería ser agradable y animarme y lo estaba empeorando, lo ultimo que necesitaba era una dosis de dulzura y cariño, y de ella.

-YO: pues mi patata esta cansada ya……- se me escapó por cambiar de tema.

-ALICIA: ya se que estáis a la gresca, pero no seguirías con ella si no la quisieras.

-YO: es que últimamente ya ni se por que la quiero……

-ALICIA: jajaja, eso suele pasar, pero si no lo hicieras ya habrías saltado al cuello de alguna de estas 2 que están babeando por ti.- de Lara lo sabia ¿pero Naira?

-YO: ¿las 2?

-ALICIA: si, solo las 2, a mi no me mires….- entendió mal mi pregunta.

-YO: no, es que me sorprende lo de Naira

-ALICIA: por favor, desde el fin de semana en tu casa esta como loca contigo, pero es muy tímida.

-YO: cualquiera lo diría con ese pedazo de culo encerrado con los vaqueros y el tanga dorado sobresaliendo.

-ALICIA: oye guapo….- sonrió reafirmando su cuerpo con un leve encorvamiento de espalda.

La conversación se cortó cuando aparecieron las otras 2, y se subieron al coche, ya era tarde y las llevé a la fiesta, me invitaron a ir con ellas, pero no podía, tenia que recoger a Casandra y necesitaba alejarme de ellas, cuanto más lejos mejor, tenia un calentón enorme, no es por que Lara hiciera lo que hiciera, o por que Naira fuera tímidamente atractiva, era por Alicia, joder, me sentía cómodo hablando con ella, tranquilo, sin tener que estar alerta, lo que me pasaba con Casandra pero que hacia días, semanas, quizá meses que no sentía, me pegué en la cabeza sacando esas ideas de la cabeza, recogí a Casandra y la llevé a casa, sin decir nada.

La subí a nuestra habitación y la desnudé violentamente, ella o entendió como un juego pero no lo era, ardía por dentro y necesitaba vaciarme, me desnudé entre sus piernas mientras se tumbaba boca arriba en la cama, ataqué su pezones y con rabia la penetré de golpe toda, su grito sonó por toda la casa, di gracias a dios que habían salido todos a cenar, y mientras la estrujaba entre mis manos la follaba sin piedad, estaba sediento y solo tenia un vaso de chupito, a la media hora se corrió tantas veces que salió de mi y continuó con una mamada para poder aguantar más, la llené la boca de semen y se lo tragó con lujuria, sus ojos azules parecía sorprendidos en todo momento. Apenas se me puso blanda y ya la estaba ensartando a 4 patas, tan fuerte que se puso de rodillas para alejarse de mi un poco, pero mi pelvis la golpeaba sin piedad y sus fluidos manchaban la sabana, la empujé a 4 patas de nuevo metiendo el pulgar en su ano, masacrándola lleno de ira y vicio, descargué en su coño con fuertes golpes de cadera, ella estaba agotada ya y aun así mi polla no bajaba, me la subí encima y la empotre contra una pared follándomela de cara, colgada del aire, la pobre ya no me devolvía los gestos o besos, era una mujer siendo humillada, sobrepasada sexualmente por mi, jadeaba y se corría sin parar, apenas sosteniéndose de piernas abiertas, siempre parecía a punto de desmayarse pero un orgasmo más la devolvía a la vida, sentía sus uñas hundidas en mi espalda y la levantaba por los aires perforándola hasta correrme de nuevo, me miraba como aun desconocido, pidiendo clemencia con sus bellos ojos mientras me acariciaba el rostro torpemente, empapada en sudor. La solté sin delicadeza alguna, gateó hasta la cama medio ida, y al ver su ano se me nubló la mente, la subí como a una gata aturdida a la cama y metí mi cara entre sus nalgas, comiéndome todo lo que salía de su coño y usándolo en su ano, follándomela con la lengua, apunté mi rabo de nuevo tieso a su ano abierto con mis dedos y empujé fuerte hasta meterla el glande por el culo, sus nulas fuerzas no la dejaron ni quejarse, solo lloraba, la iba metiendo en su culo hasta sentir el roce de sus nalgas en mi cuerpo, ella quería golpear la cama pero no tenia fuerzas, solo lloraba y ni sus lastimosas quejas no las podía oír, estaba gozando del culo más estrecho que había tenido nunca, penetrando cada vez más rápido, a esas alturas a todas las mujeres que había dado por detrás ya gritaban de gusto, Casandra no, solo lloraba, veía mi polla salir llena de sangre y aun así continuaba, la azotaba el culo con cara de sádico y cada nalgada era un gemido ahogado de ella, desaté mi ira final sacando a la bestia dándola por el culo, ya no lloraba, ni gemía, ni nada, no estaba, se había ido y me la estaba follando igual o más duramente, al correrme casi me da un espasmo en la columna al sentir como la llenaba de leche hasta las entrañas, para justo después caerme rendido a su lado, estaba agotado, sudando y me dolían los músculos, pero había apagado el fuego de mi interior, la ultima imagen fueron los ojos de Casandra, aquellos pedazos de cielo azules me miraban, inertes, sin vida, abiertos y pestañeando por reflejo puro, leía algo en su mirada, era pánico, horror.

-YO: así folla una mujer de verdad.- encima la herí en su orgullo, no sabia que me había pasado, pero lo necesitaba.

A la mañana siguiente me desperté, un fuerte olor me saco de mis sueños, Casandra esta tumbada a mi lado, apenas se había movido, y lo peor, se había cagado encima, el agujero que le había hecho aun no estaba cerrado del todo, un hilo de sangre reseca caía de el, la cogí en brazos y la tumbé en la bañera con agua tibia y sales, dejándola calmada y adormecida aun, limpié la habitación y me di una ducha rápida en otro baño, me daba miedo entrar donde estaba ella, así que solo miraba de reojo, a las 2 horas oí movimientos, y salió Casandra tapada por 4 toallas y temblando, caminando de forma torpe y dolorida.

-YO: perdóname princesa – fui a abrazarla pero se apartó.

-CASDNRA: aparta pedazo de cabrón……

-YO: mira, lo siento, no se que me paso……

-CASANDRA: yo si lo se, te aprovechaste de mi, me dejaste ida y me abriste el culo hasta hacerme sangrar y cagarme encima, eso pasó.

-YO: lo se, es que pase mal día y necesitaba un desahogo…..

-CASANDRA: ¡¡pues te vas a correr, ¿pero como se te ocurre hacerme esto?!! – me golpeó en el pecho.

-YO: esta bien, perdóname……- la iba a abrazar y puso su mano en mi pecho.

-CASANDRA: no me toques, me das asco, no me toques.

-YO: vale, estas dolorida y magullada, me pasé, no volverá a pasar.

-CASANDRA: me da igual que me hicieras daño…….- suspiró agobiada-…….. lo que más me duele es lo que dijiste, “así follan las de verdad”, ¿acaso yo no lo soy?

-YO: no es eso, fue una tontería.

-CASANDRA: ¿entonces que coño es?, ¿es que necesitas más? ¿tengo que dejar que me folles mientras me metes una puta motosierra por el culo? – gritaba demasiado alto.

-YO: no es sexo, eso nunca me ha importado.

-CASANDRA; nunca, hasta ahora…….

-YO: no, ni antes, ni ahora – mentía y lo estaba viendo claro de golpe.

-CASANDRA: ¿o quizá es que ayer te zumbaste a esas zorras y te quedaste con ganas de más? ¿Es eso?- se acercó a mi acariciándome de forma lasciva – ¿y necesitas a la puta de turno para terminar el ida?- la aparté de mi.

-YO: basta ya, no es nada de eso – iba a decirla que eso era estúpido puesto que Lara follaba mejor que ella, pero me daba que eso no la calmaría.

-CASANDRA: ¿entonces que es?, dímelo – sollozaba mientras me pegaba en el pecho- ¡¡dímelo!! ¡¡¡¡DÍMELO!!!!

-YO: ¡¡¡QUE YA NO TE QUIERO!!! – me obligó a gritárselo, pero por sus ojos ya lo sabia.

-CASANDRA: ¡¡¡eres como todos, un cerdo, me has usado hasta que te has cansado!!!

-YO: no es así, te he querido, y amado, pero estoy harto ya……

-CASANDRA: ¿de mi?

-YO: ¡¡no!!, estoy cansado de sacarte de líos, de tus celos, de tu forma de tratar a los demás, de no poder salir de casa sin darte parte y si hablo con alguien tener que darte explicaciones de que se ha dicho y con quien…estoy harto rubia, harto de no tener una novia, si no un perro guardián.

-CASANDRA: yo también estoy cansada – se sentó a mi load, llorando.- no puedo dejar de pensar en ti y en lo guapo divertido, amable y buena persona que eres, y en que cualquier mujer lo ve como yo, y que cualquiera quisiera tenerte y apartarte de mi.

-YO: te lo he dicho mil veces, yo solo te quiero a ti…..

-CASANDRA: ya no, por lo visto.

-YO: nadie me ha apartado de ti.

-CASANDRA: alguien si….alguien te ha alejado de mí.

-YO: nadie, ¿quien?

-CASANDRA: yo – rompió a llorar y la abracé con fuerza.

-YO: no rubia, eres algo cabezota y brusca, pero nada más.

-CASANDRA: pero ya no me quieres, lo has dicho.

-YO: ha sido un calentón, no quería decirlo.

-CASANDRA: pero lo has dicho, ¿acaso es mentira? – me miró con sus preciosos ojos azules bañados en lagrimas y me obligué a no mentirla, se merecía eso.

-YO: no es que ya no te quiera rubia, pero algo ha cambiado, yo no me siento como antes a tu lado.

-CASANDRA: a mi…..a mi me pasa igual…..pero has sido tan bueno conmigo……

-YO: no he sido bueno……..- me cogió de la cara.

-CASANDRA: si lo has sido, te has portado bien, me has ayudado con los estudios y ahora con el curso, me has aceptado en tu familia y me has hecho feliz, solo espero haber sido lo mismo para ti – la cogí de la mano y la besé en los labios con un agrio sabor.

-YO: has sido mucho más que eso para mí, me rescataste, estaba perdido en medio del mar y fuiste una balsa.- sonrió un poco, sacerdote la cara con la manga de una toalla.

-CASANDRA: pero ya estas en tierra – tardó en responder pero no pudo ser más precisa

-YO: no se ni donde estoy rubia, pero se que es un lugar mejor que el de antes de conocerte.

-CASANDRA: ¿y ahora que hacemos?

-YO: pues no tengo ni idea…..podríamos seguir unas semanas, a ver que tal…..lo mismo remontamos – era ingenuidad falsa, ya sabía que esto se terminaba.

-CASANDRA: esto no lo levanta ni el Extasis, churri, se acabó.

-YO: ¿estas segura?, yo no quiero dejarlo así……

-CASANDRA: nadie quiere, pero pasa………te…te devolveré el dinero del curso………no se como………. pero….- la besé con un poco del dulzura.

-YO: es tuyo, te lo ganaste, por favor, aprovechado, tienes talento, busca un buen chico y aléjate de tu familia.

-CASANDRA: no es mala idea, pero no puedo aceptarlo………..es mucho dinero.

-YO: se me ocurre que puedes pagármelo de una forma……..puedes pasarte por aquí cuando quieras, las puertas estarán abiertas para ti siempre, y así les haces tus peinados a mi madre y mi hermana cuando seas una experta, con la de veces que se tiñen o cambian de look, me voy a ahorrar mas de lo que pagué por el curso.

-CASANDRA: jajajajjaa esta bien, hecho – me besó con ternura y quedamos abrazados un buen rato, charlando del anal y de lo mucho que la dolió.

Pasaron 3 dais en los que Casandra se recuperó físicamente, antes de comentarle a mi familia que cortábamos, mi madre disimuló muy mal una sonrisa, había llegado a cogerla cariño pero no la quería de nuera, nos despedimos como amigos, y la acompañé a su casa, quise ir a montarle un pollo al padre, para que se tomara más en serio a sus hijos y moviera un poco el culo, pero seria inútil, nos besamos por ultima vez en su portal, fue el más dulce y cariñoso de los besos que nos dimos esos días, ni siquiera cuando hicimos el amor en forma de despedida, gozando de algo que sabes que se termina. Regresé a casa y me senté en el sofá, mirando la TV junto a mi padre, con mi madre poniendo por las nubes a Casandra y a la vez diciéndome que había hecho bien, murmuraba cosas de fondo, fue mi padre el que me dio una palmada en la espalda y me sacó de la ensoñación en que estaba.

-PADRE: ¿como estas hijo?

-YO: bien…..demasiado bien de hecho, no ha sido nada violento como con Ana, pero me siento bien, ¿es raro no?, tendría que estar echo polvo.- mi padre sonrió rascándose la barba que se dejaba.

-PADRE: ¿te acuerdas de aquel viaje de críos que hicimos a Galicia?

-YO: si claro, nos pasamos 1 semana dando vueltas por pueblos perdidos y visitando monasterios.

-PADRE: si, fue divertido, y al final cuando nos volvíamos llorabas por que no querías volverte.

-YO: jajaja si, me lo estaba pasando pipa en aquel caserón con la granja.

-PADRE: te pasaste todo el viaje de vuelta enfadado y tu hermana, no entendíais por que nos volvíamos tan pronto.

-YO: pues ahora que lo dices, si, teníamos más días libres.

-PADRE: si, los teníamos……….pero no sabíais que Mama y yo estabamos muy cansados y hartos de aquello, necesitábamos descansar un par de días para tener vacaciones de verdad.

-YO: que jodios……….¿pero a que viene ahora?

-PADRE: me pasé todo el viaje de vuelta pensando en lo bien que me lo había pasado contigo, corriendo y jugando con los animales, comiendo en tascas perdidos, pero con una ganas locas de que aquello terminara….nos lo habíamos pasado bien pero volvíamos a casa y yo me sentía bien a pesar de que habíamos dejado aquello atrás, mientras tu llorabas y pataleabas por que nos volvíamos.

-YO: ¿y que me quieres decir con esto? – sonreía de nuevo, atusándose el pelo de la barbilla.

-PADRE: nada hijo, son tonterías de un viejo cansado, recuerdos felices de un padre..…- suspiró algo cansado-……Mamá, ¿donde tienes las maquinillas de afeitar? – se levantó apoyando en mi hombro y se fue detrás de mi madre, se llamaban así desde que tengo memoria, aunque eran marido y mujer se llamaban mama y papa entre ellos.

Me quedé sentado pensando en que a mi padre se le había ido la cabeza, te solía pasar cuando hablabas con el, usaba demasiadas metáforas y rebuscados argumentos para que fueras tu el que descubrieras que quería decir, en vez de decírtelo abiertamente, me tiré no menos de una hora buscándole sentido a sus palabras, ¿a que venia recuperar aquellas vacaciones?, hasta que me di cuenta, no eran las vacaciones, era la reacción nuestra al terminarlas, mientras yo deseaba que no terminara nunca y al hacerlo estaba hecho polvo, el estaba bien, por que en el fondo, aunque estaba disfrutando, deseaba que terminaran, era mi caso, y el de Casandra, si se había terminado pero no quería que pasara, estaría mal, echo polvo como con Ana, pero ambos estabamos bien pese a cortar, por que en el fondo, ambos deseábamos que, por bonito que fuera, aquello terminara.

CONTINUARA……………

Relato erótico: “MI DON: Raúl – Nuevo trabajo, viejas amigas (43)” (POR SAULILLO77)

$
0
0

Bueno, ¿y ahora que?, supongo que os lo estaréis preguntado, después de haber cortado con Casandra, más o menos de forma tranquila y consensuada, se presentaba ante mi de nuevo un mundo lleno de posibilidades, pero yo me preguntaba lo mismo, “¿y ahora, que?”, no tenia ni la más remota idea de que narices hacer con mi vida, habían pasado unas 2 semanas desde la ruptura, era un robot, de casa al trabajo y del trabajo a casa, salía a correr o en bicicleta de vez en cuando para despejarme y mantenerme en forma, sin rumbo ni objetivo, solo parecía descansar.

La 1º idea que se me pasó pro la cabeza era mandar un mensaje como cuando oficialicé con Casandra nuestro noviazgo, pero con una foto de mi rabo y un mensaje “estoy libre”, me parecía gracioso y sin duda unas cuantas acudirían a tener sexo, pero sentía que eso era retroceder al pasado, volver a perderme en el mar del que Casandra, para bien o para mal, me había sacado, descartado. La 2º idea fue estar soltero y sin sexo un tiempo, un periodo de luto o para aclarar mis ideas, pero fue casi tan mala decisión como la 1º, y más con las habituales clases de conducir por las tardes con mis 3 amigas, Alicia ya se había sacado el carnet, pero aun así nos acompaña, y menos mal, era una barrera psicológica, con ella allí no me atrevía a atacar a las otras 2, Lara se mostró aun más ansiosa al saber que había roto con Casandra, y a Naira aun me la tenia que meter entre las piernas para enseñarla a cambiar de marchas, ya lo hacia sola, pero “así me siento más segura”, me decía mientras apretaba su trasero contra mi polla, así que descartado también. La 3º idea fue consecuencia de la 2º, no aguantaba ni un minuto más sin follar, con un dolor de huevos enorme, y tenia erecciones imponentes viendo anuncios de colonias o cosas así, me masturbaba a diario 2 o 3 veces pero dios sabe que no era lo mismo, así que se me ocurrió que podría llamar a Eli, o a mi Leona y desfogarme con ellas, estarían encantadas. Pensé que así podría ir tirando.

El día que me decidí a llamarlas, casi escrito por un ser macabro, me llamaron del trabajo, al parecer iban a cerrar el supermercado y me mandaban a la calle, la noticia me sentó como una patada en los huevos, era un trabajo genial, pocas horas los fines de semana y buen sueldo, pero la crisis empezaba a asomar su feo rostro, me pase 1 semana de papeleos, no me jodia la vida, con el piso pagado y el sueldo del resto de mi casa vivíamos más que bien, ahorrábamos y mi sueldo era entero para mi, que salvo pagarme gasolina y el móvil, me sobraba dinero todos los meses, y de los 40.000€ que aun tenia en el banco de Madamme, había ahorrado otros 10.000€, y más que podía haber sido si no hubiera pagado las vacaciones con Casandra, además me daban un finiquito bastante amplio y el paro máximo al llevar 3 años trabajando allí. Económicamente no era un problema, pero no me podía permitir estar en casa tirado todo el día mientras los demás trabajan, aunque tuviera mi propio dinero, mi orgullo no me dejaba, así que hice lo que todo el mundo estaba haciendo últimamente, buscar trabajo. Como os decía la crisis empezaba y se notaba, apenas llamaban para entrevistas, y todo era comercial, ventas telefónicas o a puerta fría, siempre a comisión, sin sueldo base, aquello me parecía un atropello así que decía directamente que no, pero había pasado un mes desde mi despido y a mi hermana, pese a ser consciente de todo, se le empezaba a agriar el carácter y su cara al verme tirado en casa cuando se iba y volvía de trabajar era para echarse a temblar. La idea de volver con Madamme para que, aunque fuera ficticio, me diera un empleo, se me pasaba por la cabeza a diario, pero el problema era el mismo que siempre, seria rescatar a Zeus, y me daba demasiado respeto, incluso creo que la pobre Casandra soporto una fuga suya el día antes de romper, aquellas 4 veces seguidas rompiéndola el culo sin prestar atención a sus suplicas y lloros, aquel no era yo.

Estaba algo hastiado de pasar todo el día en casa y mi padre me dijo que, sin estar agobiados por el dinero, podría intentar meterme en algún trabajo de los que salían, de ventas a comisión, oído en sus labios y con su rotunda voz, no me pareció mala idea, la verdad era que en casi todas las entrevistas me habían cogido, aunque fuéramos muchos o solo 1, mi labia y desparpajo les gustaba, era yo el que los rechazaba. La siguiente llamada de un trabajo del mismo corte no les colgué al preguntar si era a comisión y me dijeron que si, concerté la entrevista y fui más o menos arreglado, no quería parecer ni muy serio ni muy descuidado, me puse 2 slips de calzoncillos para contener cualquier erección, que por esas alturas un abrazo me la ponía como una piedra, un pantalón de vestir, una camiseta y una camisa a juego, según mi madre ya que yo de eso no entiendo, y un abrigo por encima, empezca a hacer frío. No quería tampoco destacar, más de una entrevistadora se me había insinuado claramente y no quiera conseguir un trabajo a golpe de sexo, me parecía denigrante.

Acudí a la zona financiera de Madrid, la famosa Castellana, casi a la altura del estadio Bernabeu, a las 8:55 de la mañana, como me gustaba llegaría puntual, era un bloque alto de 10 pisos con oficinas, pregunté al portero y me indicó que la empresa que buscaba estaba en al 7º planta, me presenté a la recepcionista entregándole el curriculum y rellenado otro personalizado que me dieron, sentándome en un descansillo en el que había varias sillas y un sillón donde había más gente, rellené el formulario y lo entregué, pese a llegar en punto cuando me habían citado, habían dado la misma hora a por lo menos otras 20 personas, alguna ya esperaban de pie y yo le di mi asiento a una señora algo mayor, casi con edad de jubilarse. Me serené y contemplé la escena, de fondo se veía un largo pasillo y gente sentada a los lados, en habitaciones con mesas y teléfonos, llamando o charlando entre si, detrás de la recepcionista, bastante mona todo sea dicho, había 3 habitaciones pequeñas y de ellas salían y entraban según les fueran llamando, había 3 entrevistadores, un hombre muy apuesto de traje e impecablemente arreglado, una mujer baja y algo feúcha, también bien vestida y por ultimo una 3º mujer, al verla maldecía mi suerte, era una mujer con la piel blanca como la nieve, morena de pelo con un largo peinado ondulado, de al menos 1,85 con tacones negros altos, vestía de forma seria, de oficina pero muy sensual, con una falda ajustada por debajo de las rodillas que estilizaban sus cartucheras y una camisa abierta enseñando un ligero escote, con un chaleco de vestir por encima cerrado a modo de corsé que le realzaban un par de tetas muy bonitas, con el cuerpo fino y delgado, pero con curvas donde tenia que tenerlas, no me dio tiempo a fijarme más por que llamó a otro aspirante para entrevistarlo, comencé a rezar por que no me tocara ella, con el calentón que iba parecería un retrasado delante de ella, y si no me pillaba con la polla tiesa seria un milagro. Los 3 iban saliendo y cogiendo el formulario del siguiente cuando terminaban con el anterior, sin orden, el 1º del montón, trataba de hacer memoria y cuadrar cuanto tardaba cada uno, pero estaba demasiado tenso, y hasta empezaba a sudar. “Raúl” escuché de fondo, al mirar me encontré con el hombre de pie y mi formulario en la mano, con la mujer atractiva cogiendo el siguiente formulario.

-YO: si….soy yo.

-HOMBRE: pasa conmigo………..- suspiré aliviado cerrando el puño con alegría contenida, metiéndome en el cuarto que aquel hombre me señalaba – por favor, toma asiento – me dijo mientras cerraba la puerta y rodeaba una mesa para sentarse enfrente mía.

-YO: buenos días.

-HOMBRE: buenos días….soy Luis – extendió su mano y se la apreté con fuerza en el saludo – bien, vamos a empezar la entrevista…Raúl – leyó en el formulario – 1º te explico como funcionamos aquí y luego me cuentas un poco de tu experiencia laboral.

-YO: de acuerdo.

-LUIS: perfecto, te comento, somos una empresa de seguros, nos dedicamos a todo tipo de pólizas, ya sean a particulares o empresas, ya sabes como funcionan supongo, ahora mismo mucha gente esta necesitada de cubrirse las espaldas y necesitamos aprovecharnos de ello, necesitamos comerciales que hagan ventas, somos un grupo joven y relativamente nuevos por lo que tenemos que ser más agresivos, algunos no lo soportan, ¿tu como te ves?

-YO: depende de cómo se trabaje.

-LUIS: tenemos muchas formas, hay gente que solo llama por teléfono, otros que salen a la calle, o gente que hace las 2 cosas, eso como veamos que cada uno rinde mejor, como te digo aquí buscamos beneficios, somos un poco tiburones y quien no nos siga el ritmo se va fuera, no tenemos horarios, como te decía, gente que viene 4 horas y con llamar se hace el mínimo y otros que se tiran todo el día pateando las calles y no llegan, ya depende de ti como vendas, tenemos nuestros balances y nuestros mínimos, si no llegas se te agrace el esfuerzo pero no nos compensa ni a nosotros ni a ti estar aquí, si llegas te mantienes y empiezas a cobrar un tanto % de lo que ventas, dependiendo de que tipo de seguro y cuanto paga el cliente recibes más o menos.

-YO: ¿y todo es a comisión?

-LUIS: si, aunque ya te digo que no aceptamos menos de x ventas, por ejemplo, 1 a día, sea de lo que sea, eso son como mínimo 400€ si es de los seguros mas bajos, con eso podemos tirar, si no llegas a eso es que no merece la pena, a ti el transporte y a nosotros el gasto. ¿Estas de acuerdo? – aquí es donde solía salir corriendo en las otras entrevistas, pero ya puestos.

-YO: si, no hay problema aunque no se como se me dará esto de vender.

-LUIS: ¿no lo has echo antes?

-YO: no.

-LUIS: bien, vamos a ver tu experiencia laboral – leía el formulario, aunque no había mucho que leer – veo que estudios tienes el graduado, ¿solo eso o estas estudiando en la universidad?

-YO: no, solo eso, después me puse a trabajar.

-LUIS: lo decía por que tenemos varios chicos que vienen solo de tarde y estudian por la mañana, pero bueno, no tiene importancia, aquí lo que importa es……- le corté.

-YO: beneficios – sonrió al mirarme.

-LUIS: exacto, bien, después has estado en….- tragó salaba al leer el nombre de la empresa ficticia de Madamme, aunque fuera ficticia era experiencia laboral – ….Now Services.

-YO: si un mes largo nada más – no sabía si que hubiera reconocido aquello era bueno o malo.

-LUIS: y luego…….- paso del tema de puntillas.

-YO: un supermercado, los fines de semana.

-LUIS: ¿y leo que llegaste a encarado por las mañanas?

-YO: si, lo mio me costó – en concreto tirarme y chantajear a mi jefa.

-LUIS: ¿y por que lo dejaste?

-YO: la empresa cerró, no se que paso pero lo cerraron todo y nos echaron.

-LUIS: ¿y ya esta, nada más?

-YO: pues no.

-LUIS: es poca experiencia la verdad, pero como te digo esto no tiene nada que ver con la edad o la experiencia, necesito saber que vendes, ¿tú crees que podrías?

-YO: ponme a prueba – torció la cabeza sorprendido y agradado.

-LUIS muy bien, véndeme algo. – se cruzó de brazos desafiándome.

Seria muy largo e intrascendente poner como se lo vendí, pero se lo vendí, mejor dicho, me vendí bien, le hacia reír y seguir mis razonamientos, el me ponía las típicas trabas, “no tango dinero ahora”, ”no necesito eso”, ”estoy ocupado”, toda las iba saltando o esquivando, a los 5 minutos me pidió que parara por que no me callaba.

-LUIS: esta bien, esta bien, ya vale, veo que tienes madera.

-YO: no se si es madera, solo soy muy afable, y se guiar conversaciones, supongo que eso es bueno.

-LUIS: pues más te vale, aquí cuesta mucho arrancar, así que por mí, empiezas ya.

-YO: ¿me escogen?

-LUIS: tengo que hablarlo con mis compañeras, estamos buscando un numero determinado y gente muy especifica, ellas también tendrán sus opciones, pero esta tarde te llamo y te digo si o no, pero por mi , si.- me extendió su mano y se la aferré con fuerza.

-YO: gracias.

Me despedí con un sabor a victoria en los labios, no era raro dejar buena impresión pero si que casi me asegurara que me cogían, llegué a casa eufórico y justo después de comer me llamo Luis, diciéndome que me aceptaban y que empezaba un curso al día siguiente, todas las mañanas de 1 semana tenia que pasarme por allí y estudiarme los seguros que vendíamos antes de ponerme a llamar a al gente, de la alegría llame a Eli para tirármela y desahogarme, pero estaba de viaje, así que sin pensarlo llamé a mi leona.

-YO: ven a mi casa hoy a las 17 horas.

-LEONOA: si mi león – oír como casi se corre al decirlo, ilusionada por mi voz me puso dura hasta que llegó una par de horas mas tarde

Mi casa era un desierto por las tardes, mi padre volvía a la hora de cenar, mi madre salía con las amigas y mi hermana salía de trabajar tarde y se iba con Liz a cenar, muchas noches ni se pasaba por casa hasta el día siguiente, al oír la puerta casi me desnudo para recibirla desnudo, pero lo mismo venia con su crío, tendría un año medio casi, desde que la llamé y estaba dando a luz la había llamado un para de veces para saber como iba todo, pero Casandra no me dejaba verla, por suerte al verla estaba sola, de pie en la puerta con un brillo en los ojos especial.

-YO: hola preciosa.

-LEONA: hola.

-YO: pasa por favor – la acompañé a sofá y nos sentamos en el, ella parecía asustada.

-LEONA: ¿que tal……todo?

-YO: pues muy bien, estoy muy contento, sobretodo de tenerte aquí – la acaricié la rodilla y la apartó con suavidad.

-LEONA: yo también……te…..te he echado de menos.

-YO: y yo a ti – tampoco iba a mentirla diciéndola que no – ¿te ocurre algo?

-LEONA: es que…….es que hace mucho que no…..me siento rara, estoy casada y ahora tengo un crío.

-YO: ¿y que tal con el niño?

-LEONA: pues genial, es un sol y nos tiene embobados en casa – yo ni la escuchaba me importaba una mierda el crío, sus ojos de color miel me hechizaban.

-YO: ¿entonces……..todo bien en casa?

-LEONA: pues si, mi marido es un buen hombre, cuida del niño ahora – su mirada era de cierto pesar.

-YO: mira, no he pensado antes de llamar, quizá……..

-LEONA: no…….te……..te necesito.

-YO: ¿estas segura?

-LEONA: si, mi marido es cariñoso y atento, pero no es como tu, no es mi león, y desde que di a luz…no……..no me llena, se esfuerza pero no me corro con el – ahora era ella la que llevaba su mano a mi pierna.

-YO: ¿le serias infiel?

-LEONA: no es infidelidad, yo me entregué a ti antes, como tu leona – acariciaba ya mi verga a punto de estallar bajo el pantalón – ¿sigo siendo tu leona? – se incorporó sobre mi lamiéndome el cuello, con timidez, yo estaba perdido ya, iba a reventar a mi ex profesora.

-YO: siempre lo serás – alzó la mirada casi bendecida por los dioses, sacándose la blusa del hombro mostrándomelo, apartando la cinta del sujetador, dejándome ver su piel suave e impoluta, sin la antigua marca de mis dientes en ella.

-LEONA: muérdeme – se pegó a mi cuerpo acariciándome con pasión mientras yo hundía mi cabeza en su cuello, besándola y lamido con cuidado mientras ella me sujetaba la cabeza – muérdeme – suplicó entre suspiros.

Abrí la boca metiéndome su hombro casi entero, chupándola mientras sentía su cuerpo temblar ante el amago, casi se elevaba para notar mis dientes, pero los apartaba, era cruel, estaba sediento de sexo pero no debía de olvidar mi rol en aquella situación yo mandaba y decidía.

-YO: no voy a morderte – suplicó con la mirada.

-LEONA: ¿por que? – la sujeté de la cadera y de un tirón me la senté encima a horcajadas.

-YO: por que no te lo has ganado – la azoté en el culo tan fuerte que se me durmió la mano, en cambió ella gimió de gusto.

-LEONA: es cierto, mi león, llevo mucho sin merecérmelo, deja que te compense.

Comenzó a quitarse la blusa y luego el sujetador, dejando ante mi un par de tetas deliciosas, las acaricié y amasé con las manos, algo caídas por sus 38 años ya, pero atractivas.

-YO: ¿están más grandes?

-LEONA: si mi león, dar a luz me trajo este regalo – disfrutaba de ello, antes eran normales pero ahora eran algo más abombadas y sensuales.

-YO: están duras.

-LEONA: es que aun estoy lactando, están llenas de leche por que hemos empezado a darle el biberón al niño, me duelen un poco.

Ni pedí permiso, lamí sus pezones chupándoselos con fuerza y apretándolos como un pellejo de vino, sus suspiros aparecieron junto a su leche materna, brotaba un fino hilo de uno de sus pezones y chupé de el, era delicioso, agrio pero con una textura tierna, al poco de empezar gemía de gusto y sentí en la otra mano caer unas gotas, su otro pezón estaba goteando totalmente erecto, los ataqué con más fuerza aun y tragué todo lo que pude, me apretaba contra ella con sus manos mientras se retorcía entre el placer y el dolor que se desvanecía, al terminar sentía sus senos en las manos más blandos pero igual de bonitos, nos besamos con lascivia, limpiaba la leche de mis labios con su lengua y terminaba tirando de mis labios con sus dientes, pero no como Casandra, era mucho mas dulce y sensual.

-YO: ¿mejor?

-LEONA: mucho mejor, gracias mi león, déjame que te saque yo tu leche.

Resbaló su cuerpo hasta caer de rodillas al suelo, me puse en pie bajándome el pantalón y mi polla saltó endiablada ante su cara, al verla se mordió el labio, se escupió en las manos y se aferró a ella como ambas, masturbando velozmente mientras daba pequeños lametones a la punta.

-LEONA: dios santo, no la recordaba tan grande – la cogí de la nuca, quitándola la coleta del pelo y tirando de el.

-YO: no hables, chupa.

Sonrió ante aquella frase, me costaba recordar como tenia que tratarla, pero le gustó, se metió el glande entero en la boca chupándolo lentamente, casi me corro en ese momento, tenia tal atasco que me tenia que concentrar en otra cosa para no hacer el ridículo delante de ella, sus labios recorrieron todo el ancho y largo de mi rabo, de forma lenta y lujuriosa, casi deleitándose con los ojos cerrados de cada bocado, jugando con su lengua en la punta y haciéndome suspirar cada vez que pasaba sus blancos dientes por mi glande, tenia que pararla y descargaría en ella demasiado rápido, la cogí de la nuca y la senté en el sofá mal recostada, le saqué la falda larga que llevaba con tanta fuerza que sus bragas fueron detrás, al sacarlas se abrió de piernas con el coño húmedo y un línea gruesa de cabello bien cuidado, me arrodillé entre sus piernas besándola la cara interna de los muslos, lamiendo las gotas de sus fluidos que habían caído por allí, hundiendo mi boca en su coño, succionando y chupando, pasando la lengua por cada rincón haciéndola gemir de gusto, centrándome en un hinchado clítoris mientras metía 2 dedos buscando su punto G, tenia claro que si yo estaba falto de sexo ella también, se retorció sobre el sofá aferrada a un cojín mientras la metía la lengua por todos los lugares que podía, tuve que meterla 4 dedos en el coño para generar fricción, lo tenia muy abierto, así que me incorporé y apuntando a su cuño la susurré.

-YO: aquí esta tu león.

La empalé tan fuerte que se movió el sofá entero, su gritó fue una aullido que la levantó del respaldo para abrazarme hincando sus uñas en mi, volvía a sacarla y meterla lentamente y a la 5º entrada se corrió tan fuerte que temblaba entre mis brazos.

-LEONA: ¡¡ohhh dios siiiiiii!!

No me contuve esta vez y la follé salvajemente, al minuto me corrí dentro de ella mientras me gritaba que la diera más duro, provocándole otro animal orgasmos al sentir mi leche llenándola, de poco nos sirvió a ambos, a mi ni se me bajó la erección, caí sobre sus pechos y al poco de estar besándolos la estaba percutiendo otra vez, el sofá dejo de moverse al toparse con un escalón así que dejé de perseguirla de rodillas, se estaba corriendo una vez tras otra mientras yo la daba golpes de cadera que la levantaban medio palmo del sofá, lamía sus pezones tiesos mientras aun salía leche de ellos, aferrado a sus senos como un bebé, ella tiraba de mi pelo con una mano mientras me hacia largos arañazos en la espalda, gimiendo poseída, con espasmos leves al correrse, la bestia entró sin pedir permiso, me puse en pie con ella rodeándome con las piernas colgada del aire en mi cuello, aferrándome a sus enormes nalgas, besándonos con pasión, mientras seguía subiéndola y bajándola hasta sentir su bello rozándome, un manantial de fluidos goteaba en el suelo, mi 2º corrida me tensó y ella la vio venir, descabalgó y se arrodilló chupándomela con fuerza descargándome en su boca, me la dejó limpia y tiesa de nuevo, tragándose todo, por esas alturas Casandra ya estaría desvanecida, pero ella se puso a 4 patas sobre el sofá abriéndose de nalgas.

-LEONA: dame por detrás mi león.- la azoté de nuevo, fue un halago en forma de gesto, al ponerme detrás su culo era una maravilla, opulento y desbordante, pero bien formado, apenas se la veía la vagina por sus nalgas.

-YO: yo decido por donde.

La embestí por el coño sujetándola por los hombros para llegar mas profundamente, sus alaridos al sentir la fricción eran rítmicos, encorvaba la espalda haciendo fuerza contra mi, se sujetó al reposa brazos del sofá por tener algo firme a lo que sujetarse mientras la bestia la estaba matando, la azotaba cada vez que se corría, ralentizado las embestidas, para continuar cuando podía respirar de nuevo, el sudor caía de mi cara en su espalda mientras ella pedía más, había olvidado que aquella no era una mujer normal, era una hembra sedienta. Metí un dedo en su culo de forma repentina, se tensó al momento.

-LEONA: te cuidado mi león, mi ano no ha sido abierto desde la ultima vez que nos vimos.

-YO: ¿y tu marido?

-LEONA: jajajajaja mi marido apenas aguanta media hora con mi coño, esta más que feliz de su mujer, mi culo es solo tuyo.

-YO: buena leona – embestía lo más fuerte que podía mientras apretaba con la mano en el hombro en que antaño una marca morada ensangrentada cubría su piel.

Fui trabajándome su culo con los dedos abriéndolo casi de 0, sin dejar de follarla el coño y hacerla correrse, se iba dilatando antes sus lamentos ahogados por un placer descomunal, al sentirlo listo saqué mi polla de ella, lamiendo su ano para tenerlo bien lubricado, y apretando el glande con fuerza, ella tensaba los músculos mientras gritaba de dolor, estiraba los dedos de los pies mientras golpeaba con ellos en el sillón.

-LEONA: ¡¡¡¡no pares, por dios, no pares, NO PARES!!!

Era casi orgullo lo que sentía al metérsela violentamente por el culo, su esfínter se relajó un poco al sentir media polla dentro, pero palpitaba sobre mi verga, iba apretando según notaba menos presión y su cara era de dolor, pero seguía diciendo que se la metiera, casi se desencaja la mandíbula para morder el reposa brazos, mientras unas lagrimas caían por su cara, la estocada final la puso de rodillas pegando su espalda a mi pecho, la agarré las tetas para mantenerla así, mientras bajaba la cadera y volvía a subir oyendo como su respiración se entrecortaba, besándola en la zona a morder, su contoneaba lentamente dolorida, pero a los poco minutos ya estaba cabalgándola, con el sonido de mi vientre pegando en su culo, ella se apartaba las nalgas, y yo la sujetaba de los senos, pellizcándolos, al saltarla cayó de bruces y se salió de mi tirándose al suelo, gateando aturdida, el agujero en su tremendo culo era colosal, me fui detrás de ella, casi quería huir de mi, pero de cuclillas detrás de ella la volví a meter del tirón en su culo, sacando a la bestia y martirizándola, me pasé así media hora, abriéndola el culo hasta que un orgasmos anal la hizo reventar en una explosión de sensaciones, se encogía y estiraba según las corrientes eléctricas la recorrían el cuerpo, sollozando, la di la vuelta poniéndola boca arriba y abriéndola de piernas, metiéndosela por el culo de cara, me rodeó con los muslos de forma instintiva poniendo sus manos en mi pecho a modo de freno pero era inútil, estaba vencida y yo aun tenia ganas de más, la follé sacándola varios orgasmos anales mas leves, hasta que fui yo el que se corrió enérgicamente en su culo, al sentirlo sus suspiros eran casi nulos, su mirada estaba perdida, pero no en el infinito, si no en mi, me acariciaba la cara y los brazos de forma torpe, mientras termina de vaciarme en ella.

-LEONA: oh dios………..oh dios……….- lo repetía entre respiraciones, cogió fuerza y aire para decir otra cosa – …….¿ya mi león?, ¿ya me lo he ganado? – la besé lentamente mientras me recomponía.

-YO: no ha estado mal, pero esto me lo da una cualquiera, y tú eres mi leona.

-LEONA: follaje otra vez, soy tuya, hazme el amor hasta que me lo merezca – me suplicaba que continuara.

La cogí en brazos y la llevé a mi cuarto, cualquier familiar podía vernos allí al regresar, arreglé un poco el salón y me la subí en brazos, estaba casi agotada pero me lamía el cuello lentamente, poniéndomela dura otra vez, la tumbé en la cama boca abajo, totalmente estirada y me eché sobre ella metiéndosela por el coño, haciendo flexiones sobre ella mientras la penetraba bruscamente hasta que la bestia aparecía de nuevo, ella lloraba pidiendo más, sus orgasmos era casi inadvertidos, tenia el cuerpo rojo y el culo marcado de mi mano y la seguía follando, estiba algo cansado, lentamente fui bajando el ritmo hasta llenarla el coño de semen, veía como un hilo de baba caía de su rostro por las sabanas. Ahora si se lo estaba ganando, me recosté sobre ella apartándola el cabello del hombro.

-LEONA: ¿ahora si?

-YO: es un comienzo – hinqué mis dientes en su hombro mordiendo con fuerza, se retorció, no se si de placer o de dolor, o de ambos, la mordí tan fuerte que salió sangre.

-LEONA: oh mi león, soy tuya – jadeaba mientras mi polla volvía a crecer en su coño, la puse a 4 patas pero se venció de brazos dejándome el culo ofrecido, la saqué de su coño y la metí por el culo con facilidad.

Azotándola pasa saber que estaba consciente por sus gemidos, deleitándome de como hacia desaparecer mi barra de carne en ella, creo que se desmayó pero los orgasmos la devolvían a la consciencia, estaba inerte, solo jadeaba y la levanté con los brazos para pellizcarla las tetas, el remate final de 5 minutos con la bestia, que ya pedía clemencia, me dio para saborear el más absoluto desgaste. Estaba agarrotado y magullado, pero me dio para un sprint final glorioso haciéndola botar los senos y al correrme volver a morderla ferozmente, esa sensación la resucitaba, sentir mis dientes la ponían en un estado casi hipnótico. Caí rendido a su lado, se arrastró hasta mi y dándome un beso cansado, se quedó dormida, casi me duermo con ella, habían sido 5 polvos en menos de 3 horas, pero no podía dejarla dormir, si mis padres se presentaban tendría que dar explicaciones, la cogí en brazos y la metí en la ducha, el agua fría la despertó más que mis llamadas, y una vez despierta se abalanzó sobre mi besándome, me metió en la ducha con ella y me obligó a follarla el coño mientras repasaba mi cuerpo con sus manos, fue genial pegarla a la pared de la ducha y abrirla de piernas en el aire metiéndosela mientras no dejaba de mordisquearla el hombro, sus reacciones eran de lo más entretenidas, luego de espaldas la abrí el culo gozando de cómo se corría y pegaba a la pared y al llenarle de semen la mordí de nuevo, más fuerte que nuca, oí como mi mandíbula cedía y todo.

-YO: eres mi leona, ahora si.

-LEONA: soy tuya, mi león, ahora siempre – se giró para besarme tirando de mi labio con los dientes.

La dejé solo para que terminara de ducharse, se acariciaba la marca ennegrecida de un hombro, con orgullo, mientras se sujetaba a la pared de la ducha, estaba débil, se vistió torpemente y cuando lo hizo se sentó en mi regazo besándome con pasión.

-LEONA: ¿y ahora que mi león?

-YO: dios, no lo se, mi vida es un desastre pero ahora se que te quiero a mi lado – sonrió halagada.

-LEONA: mi león quizá quiera pasarse por mi casa cada tarde, mi marido se lleva a mi hijo con sus padres y yo estoy sola en casa.- me besó con lengua, casi ahogándome.

-YO: quizá, eso lo decido yo – mordía en su hombro que se había dejado descubierto, sus gemidos eran obscenos.

-LEONA: como gustes – la agarré una de sus tetas mejoradas, torciéndola el gesto.

-YO: y más te vale dejar de darle el pecho a tu hijo, estas preciosidades llenas de leche son mías a partir de ahora.

-LEONA: son tuyas, como yo – se bajó la blusa dejándome un seno descubierto, no me resistí la lamerlo y chuparlo.

La di un fuerte azote al morderla de nuevo, se terminó de vestir sin dejar de ser sobada y acariciada, y se marchó con el tiempo justo, a los 5 minutos apareció mi madre, diciéndome que se había cruzado con mi ex profesora en la calle, no dije nada para no darla pistas.

Ya tenia con quien desahogarme, pese a mostrar firmeza con ella, tenia toda la intención de ir cada tarde a follármela a su casa, que mujer, con todas mis amantes y novias ninguna soportaría 6 polvos en 3 horas, contando el de la ducha, cierto era que a partir del 3º ella solo recibía, no hacia esfuerzo alguno, pero se mantenía consciente al menos. Dormí como un lirón y me desperté renovado y con ganas de comerme el mundo.

Acudí al curso y estaba Luis, me presento a otros 7 compañeros que iban a dar el curso conmigo, me sorprendió ser tan pocos, ya que por lo menos vi a 30 personas el día anterior, y comenzó a hablarnos de los seguros, tomando notas de todo, teníamos un par de descansos donde nos conocimos los nuevos, éramos solo 2 tíos por 5 mujeres, al parecer ellas venden más, y de las 5, 4 estaban muy buenas, ya sabia por que vendían más, aparte la que no estaba buena tenia al menos una 100 de pecho, con un ligero escote tendría a cualquier tío firmando un papel sin prestar atención.

Como son muchas hago un ejercicio sencillo, símiles famosos y uso sus nombres.

Tenia a una versión de Cameron Diaz con el pelo corto y buen trasero, una Penélope Cruz con gafas y más joven casi de mi edad, Jessica Alba con un marcado acento peruano y la piel mas oscurecida, una Kate Perry de ojos verdes y alta, sin tacones estaría por el 1,80, y la tetona que era casi un calco de Pamela Anderson, pero a la actual, no a la de los vigilantes, un grupo bastante atractivo en que si no te fijabas bien hasta la tetona no desentonaba, el hombre era también agraciado, se daba un aire a Hugh Jackman, aunque con canas y mas edad, destilaba sobriedad y respeto. Ya por concluir, y por si no tenéis una idea mental de mi, el actor que más se parece a mi, aunque no es tan conocido es Joe Manganiello, menos marcado muscularmente pero la gente que me conoce y ha visto cierta serie me lo ha dicho bastante.

Charlábamos un rato, y todos bastante amigables y abiertos, del mismo perfil diría yo, creo que notaron en mi mirada como me relamía de pensar en tirármelas a todas, incluso a Pamela, tendría unos 43 años y eran evidentes ciertas operaciones, por lo poco que la saqué, era la mujer florero de algún ricachón hasta que se hartó de ella y se buscó una más joven, ahora buscaba trabajo por 1º vez en su vida. Penélope era algo más tímida y casi no habló pero tenia una sonrisa encantadora, Cameron era mucho mas jovial, me sacaría 4 años y no paraba de reírse apoyándose en el brazo de los demás ante cualquier chorrada, fue Kate la que me tenía desconcertado, mientras que hablaba y conversaba de forma fluida su rostro era impasible, casi no mostraba emociones, me estaba costando sacar conclusiones de ella, por que sus ojos verdes brillaban profundamente. Quise tomar algo con ellos al terminar el curso pero no accedieron, así que se fueron a casa cada uno por su lado, yo ya había avisado en casa que después del curso me no pasaría por casa e iría un rato de paseo, no era mentira, iba a pasear a casa de Merche, mi leona.

Al llegar me abrió la puerta con una bata demasiado corta, pasé entre caricias y al cerrar la puerta se bario la bata mostrado su cuerpo desnudo, era increíble que una mujer de 38 años y con un parto hacia un año y medio tuviera ese cuerpazo, afloraba cierta piel de naranja en su caderas y sus pechos caían ligeramente, pero era una visión muy agradable, me acerqué a ella acariciando con los dedos la zona de su hombro tonalmente morada, al rozarla siseó de dolor.

-YO: ¿te duele?

-LEONA: un poco.

-YO: es que me volviste loco ayer.

-LEONA: lo se – me acarició el pecho.

-YO: ¿que te ha dicho tu marido al verla?

-LEONA: no la ha visto, hace meses que no me toca – pasé la mano por sus hombros dejando caer la bata al suelo.

-YO: pues no sabe lo que se pierde.

-LEONA: ni lo sabrá jamas, nadie me folla como tu – me cogió de la cara besándome dulcemente.

Pues no iba a perder el tiempo, mis manos se perdieron por su cuerpo, acariciándola con suavidad, una entre sus piernas, parecía nerviosa, como la 1º vez, cuando metí mis dedos en su interior ya estaba chorreando, lo llevé a su boca y chupó como si fuera un rabo delicioso, me desnudé y me senté en el sofá, a mi llamada, y no antes, se movió, sentándose de rodillas sobre mi, a mi orden apretó sus senos contra mi cara, los chupaba comiéndome sus pezones duros y la leche materna que salía de ellos, gemía sin hacer nada que no la ordenara, al acariciarla las tetas estaba casi más duras que el día anterior.

-YO: están muy duras y sale mucha leche.

-LEONA: es que hoy no he usado el sacaleche, la he guardado para ti.

Que delicia de mujer, mamé de ellos no menos de 1 hora, dejándola seca y gimiendo de gusto, tenia los pezones sensibles y enrojecidos, y mi polla ya daba cabezazos, me masturbaba con las manos hacia tiempo, cuando dejé sus senos nos besamos, sus labios eran fuego y su lengua el diablo, me llenaba la boca con sus gestos, lentamente acariciaba la entrada a su cueva con mi rabo y cuando ella no podía más la penetré lentamente sacándole gemidos de agonía, al tenerla totalmente empalada hizo una serie de giros de cadera que fueron una maravilla, me vencía sobre ella sujetándola de su grandes nalgas, besándola el cuello, la subía y bajaba la cadera rápidamente, estaba jadeando antes de darse cuenta, era un espectáculo verla rebotar abajo del todo, cogí yo el mando con la bestia, sin delicadeza, plantando los pies y reventándola en 20 minutos que la hicieron correrse 4 veces antes de que le llenara de semen, la mordía en el hombro sintiendo el escalofrío que la recorría el cuerpo. Al instante se arrodilló comiéndomela de forma rápida y con fuerza, cuando la tuve tiesa se sentó sobe mi dándome la espalda, la penetré el coño mientras se recostaba sobre mi abierta de piernas, la cogí por los muslos y casi como a una rana, la estuve follando una hora hasta que el sudar y el cansancio me hicieron descargar sobre ella, al soltarla empezó a gatear contoneándose, fui tras ella metiendo mi cara entre sus nalgas, preparando su ano para justo después metérsela por el culo, chilló tanto que se tapó la boca para no alertar a los vecinos, aunque dentro del piso era audible hasta el “chapoteo” de su coño y los golpes de mis testículos en su piel. Aferrado a sus caderas la abrí el culo violentamente, azotándola fuerte y provocándola orgasmos anales que la hacía dar golpes al suelo con llantos ahogados, desatados los 2 la levantaba el cuerpo por los senos amasándolos y penetrándola sin descanso, hinqué los dientes de nuevo en ella sintiendo como me vaciaba con fuertes espasmos.

Paso un rato hasta que alguno reaccionó, ella se incorporó con una sonrisa enorme y besándome, se tumbó boca arriba en el suelo y me metió entre sus piernas, a base de caricias logró una erección que buscaba, la metí por el coño follándola salvajemente, aquella mujer no tenia fin, estaba 1 hora dándola tan salvajemente que me dolía la cadera, pero estaba gozando como hacia mucho que no disfrutaba, intercalando minutos de frenesí con algunos de cadencia lenta que la hacían retorcerse de placer entre orgasmos, me rodeaba con las piernas haciendo fuerza en el movimiento para llenarla, sus senos rebotaban al comas de mis acometidas y al correrme tembló al explotar en un orgasmo que me bañó la pelvis, se salió de mi de la inercia y me corrí en su vientre manchándola todo el torso, se pasó varios minutos recogiendo la mezcla de sudor, semen y fluidos de su cuerpo y chupándose el dedo, o dándomelo a mi para lamérselo, me rendí a su cuerpo, ella misma me ofreció su cuello y mordí en el como si fuera un vampiro, sus supimos al hacerlo eran indescriptibles sentía un placer depravado en ese gesto.

-YO: ¿cuando viene tu marido?

-LEONA: no lo se, ¿que hora es?

-YO: pues casi las 18 horas.

-LEAONA: dios, tan tarde, debe estar al caer.

-YO: joder, pues me largo.

Me vestí velozmente, con ella retozando por el suelo ronroneando, casi parecía que quería que la pillaran por que tiraba de mi ropa al ponérmela, se reía cuando la levanté del suelo y la hice por el aire, metiendo el dedo corazón en su coño y luego al dejarla en el suelo hacérselo lamer.

-LEONA: esta muy rico.

-YO: tu si que estas rica – la doblé la espalda de un fuerte besó agarrándola del culo y jugando con sus nalgas, tenia que decirla algo antes de irme, no era una amante normal – mañana te voy a follar solo por el culo.

-LEONA: como desees – sonrió gustándole la idea.

De un fuerte azote me fui casi corriendo, me apreció ver a su marido con el cochecito del bebé a lo lejos, pero no me iba a parar a hablar con el, me alejé con el coche pensando en que tan bien o mal estaba haciendo a esa pareja, hasta que me di cuenta que no era asunto mío, si no de ella, si quería jugar jugaríamos, por todos los dioses, como follaba, que aguanté y que lujuria. Lo que me esperaba no era mejor, acudí tarde a la cita con las chicas del apartamento para enseñarlas a conducir, Alicia ya se había ido y Naira iba a salir, la pillé saliendo en tanga y sujetador del baño, pero por 1º vez no se sonrojó ni se tapó, era estúpido, ya la haba visto, y dormido con ella, desnuda, me besó peligrosamente cerca de los labios, venciéndose sobre mi pecho, lamentando perderse la clase, y se alejó a vestirse. Entré de golpe en la habitación de Lara, estaba totalmente desnudo secándose con una toalla, al verme se asustó pero se recompuso jugando su bazas, sus enormes tetas, pero no hacia falta, iba más caliente que ella, mi sesión con la leona había sido buena ¿pero solo 3 polvos?, necesitaba más, y Lara me lo leyó en la cara.

-LARA: hoy no habrá clases, ¿no?- cerré la puerta tras de mi.

-YO: de conducir, no.

Asalté su cuerpo, me recibió de brazos abiertos, besándonos, la tumbé en la cama agarrando sus enormes tetas y lamiéndola los pezones, a los 3 minutos ya estaba con el coño mojado, y yo con el rabo fuera, me rodeó con la piernas y la penetré demasiado, rozando su útero, medí bien y ahora si comencé a follarla, su cara era de estar en el cuelo, de nuevo me tenia follándola hundiendo mi monstruosidad en ella mientras mis manos y mi lengua la atacaban las tetas, a la media hora gritaba tanto que esperaba que Naira se hubiera ido, me daba vergüenza ajena como chillaba, pero ver sus enormes y bien puestos senos vibrando como un flan me volvían loco, la besaba para acallarla, pero si lo hacia la dejaba sin aire, la levanté por el aire pegando la espalda a una pared y continuaba penetrando con cuidado de no pasarme, ella golpeaba la pared absorbiendo mi energía, sus orgasmos se perdieron en mi cabeza, a partir de 6 dejé de contar, solo con trabajarla un poco los pezones se volvía loca. Me corrí llenado de semen su interior, era increíble que aun me quedara después de los 2 días que llevaba, pero casi un mes y medio sin follar me tenían bien cargado, la dejé sobre la cama pero resbaló quedando “rezando” sobre ella, me arrodillé detrás de su cuerpo, amasando aquellas preciosidades que tenia por pechos, mi polla reaccionó y se puso dura metiéndose entre sus muslos, metí mis dedos en su coño y la acaricié el ano, jugando con el, sus suspiros se aceleraron, quería negarse pero lo deseaba, ella misma me lo dijo el fin de semana, apunté a su ano y le penetré de 3 fuertes estocadas, se aferró aun más fuerte a las sabanas con cada una, le daba palmadas en los pezones mientras no los pellizcaba, estaba roja y compungida pero ya me la estaba follando, levantándola las rodillas del suelo con cada arremetida, un volcán en erupción salió de su coño con el orgasmo anal, y gritó tan fuerte que alertó a alguien, la puerta se abrió de golpe y aluciné al ver a Mara, con los ojos en abiertos mirando como Lara chillaba al meter mi rabo en ella, no sabia que estaba en casa, o quizá ya se había hecho tarde, pero me daba igual, no iba a parar, ahora mis ojos estaban clavados en Mara, con la mano en el pomo sin saber que decir, Lara chillaba, aveces parecía pedir auxilio y otras gozar, así que se quedó allí, parada, mirando, y yo me fijaba en ella, eso me puso más bestia y me puse en pie, cogiéndola de las piernas a Lara, y tumbándome en la cama boca arriba, con ella sentada encima mía, como si fuera un juguete, follándola el culo dejando un 1º plano de mi falo enorme apareciendo y desapareciendo en Lara. Sentía que aveces Mara iba a cerrar la puerta, y en otras que se uniría a nosotros, pero no hacia nada, solo miraba, le regalé un orgasmo anal de Lara, que se quedó inmóvil respirando con dificultad, y al correrme salí de ella y Lara por instinto muscular buscó mi polla para tragársela, tenia los ojos cerrados y creo que no había visto a Mara, pero le dejó ver como me la chupaba, fue cuando me percaté de que Mara iba en bragas y una camiseta vieja encima que apenas le tapaba el vientre, por lo que sus pezones duros destacaban sin sujetador bajo la tela, y con una mano firme en el pomo, estaba acariciándose con la otra en el ombligo, cerca de la línea elástica de la prenda intima, frotándose los muslos entre si, Lara sacó mi semen y se lo tragó como bien enseñada que estaba.

La dejé acostada en la cama por que Mara había reaccionado y se había ido, Lara estaba agotada y jadeando, pero aferrada a mi, con miedo a que me fuera, me costó soltarme de ella, tenia curiosidad por Mara, ¿que estaría haciendo?, ya era al 2º vez que sabia que me había visto follar, contando la del fin de semana antes de empezar con Casandra, o si había alguien más en la casa. Fui buscando y preguntando, me puse los slip por tener algo de decoro, y me encontré a Mara en la cocina, de espaldas apoyada en la encimera, parecía temblar tomando un vaso de agua.

-YO: hey, ¿que pasa?

-MARA: ah hola…..- sonrío sin mirarme.

-YO: no te he saludado, te pregunto…… ¿que te pasa?

-MARA: a mi nada jajaja – me acerqué a ella por detrás hasta que se estremeció al sentir mi presencia a escaso espacio de ella.

-YO: nada no, no te hagas la boba, has estado mirando un buen rato.

-MARA: no seas payaso, solo he mirado por que oía gritos, pero nada más.

-YO: te has quedado mirando hasta el final……..- mis manos pasaron por sus mulos desnudos, los apartó con una mano sin darse la vuelta aun – …….y te ha gustado.

-MARA: no, para, no he visto nada – me pegué a su espalda dejando que mi polla descansara entre sus nalgas.

-YO: ya, como el fin de semana aquel, al menos hoy has tenido mejor plano – se giró sorprendida.

-MARA: yo…no….ósea….no vimos nada – me pegué tanto a ella que mi polla se rozaba con su vientre y la parte alta de sus bragas, doblando la espalda contra la encimera.

YO: ¿vimos?, ¿quien más estaba contigo?, no me digas que Alicia también miró…..- me hacia el tonto para tenerla descolocada, ya sabia por las grabaciones que habían mirado.

-MARA: no……ella no vio nada…….ni yo….vamos que…….- le aparté el poco pelo medio largo que tenia en el cuello besándoselo, estaba nerviosa y confusa, me reía por que nunca la había viso así, era un mujer fría y seria.

-YO: la próxima vez te aviso con tiempo pero que lo veas todo – me alejé de ella, dejándola aturdida y descentrada, con el vaso de agua vibrando en la mano, ya tenia sexo suficiente por hoy y a Mara la quería destrozar cuando cayera, que ahora sabia que seria pronto.

Al marcharme me fui a casa y comí algo por 1º vez en todo día que no era producido por el sexo, me di un chapuzón en la piscina climatizada y me acosté agotado y feliz.

Los días se sucedieron igual, por la mañana curso, iba a comer al piso de mi leona para follarla un par de horas, me pasaba la 1º de ellas comiéndome sus senos lactantes, luego acudía a las clases de conducir con las universitarias, la mitad de los días son había clase y me follaba a Lara degustando sus majestuosos pechos, Naira o Mara estaban en casa, si no las dos, y escuchaban gemir y gritar a Lara, pero ninguna se atrevía a mirar, le dejaba el coche a Alicia para que fuera cogiendo practica, y no tenerla en casa mientras ocurría, aunque sabia lo que pasaba, al acabar me iba a casa a descansar. El fin de semana lo pasé en casa descansando, y cogiendo fuerzas.

Llegó el lunes y ya habíamos pasado el curso, lo tenia todo más o menos memorizado, y si no, tenia los apuntes, un galimatías que solo entendía yo, Luis nos hizo un examen y todos salvo Pamela aprobaron, aun así la firmaron el contrato, entendí que no hacia falta que ella vendiera, con estar presente con otro vendedor ya tendría a todos los varones más pendiente de sus senos que de la explicación, y tenia un tono de voz agradable.

-LUIS: bien, ahora que vamos a empezar os dividiremos, vais a hacer de todo un poco con algunos de mis compañeros, y depende de cómo os vean os pondremos con teléfonos, en la calle o ambas cosas, bien os presento a los 3 superiores que os vamos a coordinar, yo llevo la centralita de teléfonos, aquí mi amiga de ira fácil –– señaló a la hermosa joven de piel blanca – se llama Alexis, lleva los mixtos, y mi bella compañera – señaló a la feúcha – es Encarnación, lleva toda la venta en la calle y a puerta fría.

Nos saludaron y nos comentaron como funcionaria todo, obviamente le presté más atención a Alexis, pasé de tenerla pánico a fijarla como objetivo, es lo que hacia descargarme a diario con mi leona y Lara. Alexis se movía de forma elegante y con clase, tendría unos 28 años, estaba de pie hablando de como harían las cosas con ella, su cuerpo era fino y delgado, podría rodear sus piernas y brazos con las manos, unos tacones altos la estilizaban la figura, con una falda ajustada negra por debajo de la rodilla y una camisa con chaqueta de vestir por encima, su ondulado y largo pelo, morena pero con reflejos rojizos, le agraciaba una cara algo rígida en los rasgos secos y con unos pómulos altos y sobresalientes, sus ojos parecían negros pero tenían una luz avellana muy bonita, y apenas iba maquillada, con ese tono de piel tan blanco se notaria mucho, solo unos labios rojos brillantes destacaban, pero la embellecían, una ligera sombra de ojos y algo de colorete para realzar los pómulos, tenia lo que se llama una cintura de avispa, para luego salir disparadas unas amplias caderas y un pecho turgente, estaba tan perdido en su figura que debió percatarse y dejó la explicación.

-ALEXIS: oye, ¿te pasa algo?

-YO: no, nada, es que es mucha información.

-ALEXIS: ya, pues espadilla – chasqueó los dedos – por que como no me rindas ahí fuera te mando a la puta calle.

-LUIS: bueno, cálmate mujer, solo se ha despistado.

-ALEXIS: no me gusta, es un novato, un crío que se cree que lo sabe todo – todos se miraron incrédulos, pero yo ya sabia que aquella mujer era una depredadora, la había visto dar voces entre los pasillos esos días.

-LUIS: ya lo veremos, esta aquí por que yo lo elegí, así que deja el tema y continua – Alexis suspiró exasperada, tenia ganas de decir más pero Luis puso un tono seco y debía de ser superior a ella en el escalafón, así que prosiguió su presentación..

Al acabar nos dividieron y yo me quedé con Pamela y Penélope, con Luis en las llamadas, nos dieron un argumentario, un listado y nos pusimos a ello, Encarnación planeaba una ruta con Hugh y Kate, mientras coordinaba todo con un grupo mayor, Alexis que estaba con Jessica y Cameron. Los de Encarnación elegían una calle y se la pateaban, a puerta fría, pisos, edificios, locales….etc, mientras que los de Alexis hacían llamadas hasta tener suficientes visitas a una zona y se iban allí a vender cara a cara, de inmediato con el paso de los días me di cuenta que el mejor grupo era el de Alexis, podías pasarte 7 horas llamando por teléfono y no conseguida nada, o ir a puerta fría por las casas y los locales y no lograr nada, como me pasaba a mi, aunque sin presiones por ser nuevos y nos dejaban de lado para que aprendiéramos, pero me jodia no empezar a vender, pero al llegar al grupo de Alexis nos pasaron a un habitación “vip”, donde al entrar parecía un club de modelos, no había una sola persona fea o mal arreglada, estaban tirados, de risas, charlando de cosas mundanas, de forma desenfadada, estaban 2 o 3 horas llamando a posibles clientes a visitar y cuando tenían varios en x zona, iban en parejas a esa zona, si tenían suerte hacían 1 o 2 ventas y ya habían cumplido el día, ni regresaban a la oficina y las 12 de la mañana ya dejaban de trabajar, tenia claro que eran la elite, los que más vendían y por lo tanto a los que dejaban trabajar a su manera.

Me desahogaba con mi leona y Lara de las tremendas broncas que me caían de Alexis, me tenia enviciado, y que no llevara ninguna venta por teléfono o pateando calles la mosqueaban, pero me mandó con otro hombre a un zona a la que tenían vistas, y al volver trajimos 3 ventas, el compañero llevaba la voz cantante en 2 de ellas pero la 3º me la hice yo solo, le debió decir algo bueno de mi a Alexis por que al día siguiente me puso con ella, “ven guapo y bien vestido, o no vengas” me dijo, acudí con el traje de Eric, que me quedaba de cine, hasta al verme sonrió complacida. Yo era una mera mascota a su lado, acompañándola mientras se contoneaba por la oficina y llamaba por teléfono, yo cogía las notas que ella me indicaba. Me deleitaba con mis compañeras, y sobretodo con Alexis, hoy iba especialmente provocativa, con un vestido rosa chicle muy ajustado y un sujetador prieto con un escote bastante elegante, mostrando lo justo de unos senos que rebotaban sobresaliendo al caminar, con la falda acabando por la mitad de sus muslos, con una chaqueta de vestir por encima.

-ALEXIS: bien, ya tengo bastantes en la zona oeste, podemos ir allí y echar la mañana, quiero ver como te mueves.

-YO: por mi perfecto.

-ALEXIS: ¿tienes coche?, por que pagarnos un taxi ida y vuelta no es rentable y con estos taconazos no puedo andar mucho – se agachó mostrándome sus senos ampliamente, cruzándose de piernas sensualmente, acariciándose los tobillos con las manos, se apartó el pelo para dejarme buena vista, sonreía al darme cuenta de que me estaba “vendiendo algo”, y esas eran sus armas, caí “inocentemente”, siendo consciente de lo que estaba haciendo.

-YO: si…… te llevo yo…..sin problemas – le añadí una pausa para parecer más hechizado de lo que estaba, se incorporó dando un bote para que sus senos tardaran en reajustarse, sonriendo de una forma agradable y dulce, falsa, “ahora ya se la cara que pone cuando logra algo que quiere”.

-ALEXIS: bien, pues en camino – reía al caminar conmigo detrás, lo mismo se pensaba que me tenía en sus manos.

Fui a por mi coche dejándola en la esquina del trabajo, con esos tacones tampoco podía caminar demasiado, y no sin que al menos 4 coches la pitaran y alguno le soltara alguna guarrada, pero no se podía quejar, estabamos a 15 grados e iba enseñando más pechuga en un pavo. Al sentarse finamente en el coche me percaté del tanga en su vestido, tan ajustado que se marcaba, y me esforcé por centrarme en la carretera y no en sus senos vibrando del movimiento del coche, o el roce de mis dedos en su pierna al cambiar de marcha. Al llegar al 1º sitio iba derecho al piso.

-ALEXIS: ¿donde vas? 1º vamos a desayunar algo, ¿no? – su tono no era una pregunta, ya se encaminaba a una cafetería, “me tengo que hacer de su grupo como sea”, pensé, no solo trabajaban cuando o como querían si no que encima se iban a desayunar en vez de trabajar.

Era increíblemente sutil, apartarse el pelo cuidadosamente, al pedir agacharse a escoger un bollo, algo dubitativa ante el dependiente, un cruce de piernas lento para el camarero, o al ir a pagar sujetarme el brazo con delicadeza diciendo un “no, pago yo” con los ojos torneados poniendo morritos. Eran detalles sutiles que para el ojo no entrenado pasaban como gestos normales, pero no lo eran, al dependiente le sacó ir a la cocina y traerla un bollo recién hecho, al camarero le sacó que no cobró más que lo mío, borrando lo que ella había tomado, y yo fingí de nuevo caer a sus pies pagando la cuenta. Al salir me empecé a reír de todo, ella me entendía, se pasó todo el desayuno estudiándome con los ojos, y ya intitula, o eso parecía, que yo no era como los demás.

-ALEXIS: bien, vamos al 1º sitio, era en ese piso, ¿no? – señaló al bloque de enfrente.

-YO: si, un señor mayor, parecía interesado en un seguro de vida – tiraba de notas, aunque los había memorizado.

-ALEXIS: perfecto, déjame hablar a mi, tu solo asiente y sígueme el rollo – se paró enfrente del portal, se metió la manos en el sujetador colocándose las tetas más rebosantes, tiró del vestido para aumentar el escote y se remangó la parte de abajo hasta ser casi una minifalda.

-YO: jajajaja ¿en serio? – me miró con desdén.

-ALEXIS: esto va así novato, beneficios y ventas, y lo que más vende es el sexo – se me puso delante y me quitó la corbata, me abrió varios botones de la camisa dejando ver el nacimiento de mi trabajado pecho y me atusó el pelo un poco.

-YO: ¿y que voy a hacer yo? – sonreía dejándola hacer.

-ALEXIS: quien sabe, lo mismo esta la mujer y podemos venderla algo, o el señor es gay, da igual, la cuestión es……

-YO: vender, ya me ha quedado claro – me cogió de la cara con una mano apretando mis carrillos, como una abisela a su nieto.

-ALEXIS: mira al novato como aprende – con tono de burla – ahora cierra la boca y déjame a mí – llamó al timbre.

Sobra decir que al abrir la puerta casi se le cae la mandíbula postiza al hombre, de un solo vistazo ya le tenia en el bote, se presentó educadamente y se identificó como la persona que le había llamado, logró que nos dejara entrar y se ofreciera a servirla algo de beber, a ella, a mi ni me preguntó, Alexis se sentó agradeciéndoselo cordialmente y se cruzó de piernas ajustándose aun más el vestido, yo estaba de pie a su lado y le iba dando papeles según se los pedía, el hombre empezó atento a lo que le decían, pero Alexis le desviaba la mirada, no puedo culparle, aun así no estaba seguro de contratarlo, al ser algo mayor le salía caro, Alexis argumentó con lógica, yo ya veía la venta perdida cuando el señor se puso en pie quejándose de que todos le cobraban mucho por ser mayor pese a tener buena salud, fue cuando Alexis le enseñó el mismo papel de antes, se sentó a mirarlo y ella se puso en pie, a su lado agachándose y señalándole el papel, pero apartándose el cabello para dejarle una 1º línea de sus tetas, al rato se sentó en el brazo del sillón del caballero, rozándole con el muslo en un brazo, la pasaba el brazo por detrás de la espalda acariciándole suavemente mientras hacia bromas sobre lo fuerte y sano que era, y le explicaba los increíbles beneficios del seguro, a los 5 minutos el hombre ya había firmado una póliza de seguro de vida bastante caro al mes, y que solo cubría fallecimiento natural, no accidentes, se pasaría al menos 10 años pagando si todo iba bien y si le atropellaba un coche, no verían un duro sus familiares y lo que hubiera pagado estaría perdido.

Me sentí mal al salir de allí, pero así son las ventas, me decía Alexis, repitió la operación con otros 4 hombres en vistas, con sus mujeres delante incluso, con más o menos coqueteo debido al interés real o no del cliente, y todos firmaron en menos de 30 minutos, incluso una mujer convenció a su marido para que firmara, con tal de sacarle a esa señora de encima, no podía competir con un albornoz largo y rulos.

-ALEXIS: ves, así se trabaja, con esto ya hemos compensado tu mierda de inicio, pero no puedo hacerte el trabajo siempre – me dijo al dejar la casa del ultimo señor que había firmado, le vendió un seguro contra incendios ¡¡para la piscina de su jardín!!

-YO: cuando me dejes alguna libre.

-ALEXIS: ah, ¿te crees listo?

-YO: no tengo tu escote pero creo que si – sonrió sin llegar a ofenderse.

-ALEXIS: muy bien, veamos que sabes hacer.

Me acompañó al siguiente piso, se colocó el vestido todo lo recatada que pudo y cerró la chaqueta, para colmo al abrir la puerta un hombre de 35 años apreció, seguí los pasos de Alexis y nos invitó a pasar para explicarle el seguro, creo que era de coche, le expliqué todo de forma sencilla y ágil, el señor lo entendió por que me hacia preguntas en caso de que ocurriera x cosa, y se lo rebatía, pero el nuestro era más caro que el que pagaba al incluirle un servicio más, cuando estaba apunto de echarme la venta abajo ataqué su virilidad con un argumento, más o menos le llamé gallina y poco hombre, con palabras dulces y de seda, explicando que ese servicio era tan vital que merecía la pena, hasta salía barato, no se como pero funcionó, firmó encantado, y al salir le di la mano con firmeza, asegurándole que un hombre cuida así de su familia.

-ALEXIS: vaya, no esta nada mal, no había pensado nunca que llamar nenaza a un tío iba a conseguir que firmara.

-YO: por que no eres hombre – reconocerlo chicos, si os dicen que no tenéis huevos para hacer algo, lo que más deseáis es hacerlo para cerrar bocas.

-ALEXIS: muy bien, creo que por hoy ya hemos terminado.

-YO: pero si aun son las 12:30 nos quedan gente en la lista…..- sonrió, regresó su mirada de “corderito”, se me acercó contoneándose, sujetándose de la solapa de mí traje.

-ALEXIS: no me voy a pasar más tiempo con estos tacones dando vueltas por ahí con un novato como tu, llevamos 6 ventas en 7 visitas, estoy cansada y dolorida, ¿no querrás hacerme sufrir? llévame a casa – de nuevo usaba sus senos rozándose contra mi pecho, se había vencido sobre mi levantando una pierna de forma erótica para mostrarme cuanto le dolían los pies y de paso frotarse contra mi, alzando la mirada como un cachorro.

Era muy buena, mi cabeza me pedía a gritos obedecerla, cogerla en brazos y llevarla a su casa en brazos si hacia falta, deseaba cuidarla, ansiaba protegerla con mi vida, y todas esas estupideces que se nos pasan por la cabeza a los tíos cuando una mujer agraciada se muestra así con nosotros, pero yo no era una venta, pensé que seria un buen momento como cualquier otro para plantarle cara.

-YO: déjate de juegos, no estoy aquí para tus tonterías de zorra presuntuosa, vengo a trabajar – casi se cae de bruces al suelo al escucharlo, se apartó de mi ofendida.

-ALEXIS: oye, a mi no me hables así.

-YO: pues céntrate y ponte a andar, nos quedan 3 casas – me importaban una mierda las casas, y las ventas, como ella decía eran suficientes para cubrir no el día, si no la semana, pero la iba a dejar claro que sus juegos no servían de nada contra mi.

-ALEXIS: no voy a ir, así que nos vamos al coche ahora, se cruzó de brazos reafirmándose.

-YO: como quieras, el coche es mío y tengo las llaves, me voy a esas casas, si quieres ven, si no quédate ahí bien quitecita – antes de poder oír su respuesta eché a andar, la escuchaba de fondo casi gritar, pero yo me reía.

No me siguió, y de las 3 casa hice 1 venta, y en una de ellas, si huebra estado a mi lado hubiera ciado otra, el tío era un baboso impresentable que con solo verla hubiera firmado su propia defunción sin enterarse, al volver la vi apoyada en mi coche sentada sobe el capó, cruzada de brazos y moviendo el pie de forma ansiosa.

-ALEXIS: ¡maldito cabrón, ¿ya estas contento? estoy congelada! – estabamos a unos 14 grados e iba muy ligera de ropa.

-YO: haberte vestido más – me reía al ver la furia en sus ojos.

-ALEXIS: ¿pero tu de que vas chaval?, voy hablar con Luis para que te eche.

-YO: perfecto, dile de paso que he vendido otra póliza más, sin ti – abrió los ojos y me arrancó la carpeta de la mano.

-ALEXIS: no jodas, ¿que has hecho? – leía atentamente el documento.

-YO: pues magia – me senté a su lado apoyado en el coche.

-ALEXIS: vaya, por lo visto no eres tan inútil. – se levantó analizando la póliza.

-YO: bonito culo – se giró con rabia, pero me vio pasando el contorno del dedo por la figura, en forma de corazón, marcada de su culo en el coche, se desvanecía en el metal.

-ALEXIS: eres un guarro.

-YO: y tú una fresca, pero vendes bien, y por lo visto yo también.

-ALEXIS: un par de pólizas tu solo no te hace buen vendedor.

-YO: dame tiempo, o si no, habla con Luis para que me eche, sin duda le gustara oír como me dejaste solo y te negaste a seguir trabajando.

-ALEXIS: jajaja no te creerá.

-YO: a mi no, pero seguro que si hablamos con los clientes y les preguntamos si estabas le dirán que no – fue a hablar pero se vio pillada.

-ALEXIS: Luis no les molestara con esta chorrada…….

-YO: ya viste como me defendió el 1º día, le caigo bien, y soy convincente – cerró al carpeta de golpe y se cruzo de brazos, no sin antes apartarse el pelo detrás de la oreja, pensativa.

-ALEXIS: esta bien, no le diré nada – camino hacia mi señalándome con el dedo – pero no me vuelvas ha dejar tirada.

-YO: hecho, si tú dejas de usar tus artimañas conmigo, tus escotes y encantos tendrán locos a estos palurdos, pero yo no soy así, ¿estamos? – extendí mi mano para dársela, me miró fingiendo sorpresa, pero ahora ya tenia conformación de que me había dado cuenta de todo.

-ALEXIS: hecho, aunque no puedo decirte que no se me escapen, los llevo dentro ya – sentí su delicada mano apretando la mía con muy poca fuerza.

-YO: podré sobrevivir – sonrió, y por 1º vez creo que fue sincera, me parecía que me había ganado su respeto, o al menos que no me despreciara.

-ALEXIS: ¿nos vamos ya?, estoy helada – me quité la chaqueta y se la puse por encima, su mirada dibujaba una hilaridad – ¿quien usa sus artimañas ahora? – aspiró el olor de mi colonia, con una mueca alegre en el rostro, si yo la tenia calada, ella a mi más, mi 1º intento de acercamiento lo había visto venir.

-YO: solo soy educado, anda sube al coche – disimulé.

Nos fuimos directos a su casa, al preguntarla por como había ido a trabajar me dijo que tenia un amigo que la acercaba a diario y la pasaba a recoger, al insinuar si era su novio dijo que no, que solo eran amigos y ella no tenia pareja, pero fue un toma y daca, la conversación aparentaba ser cordial pero indagábamos en la vida del otro. Entendí que su amigo era un imbécil que había caído en sus redes y le tenia de esclavo, me hizo gracia por que vivía a 4 calles de mi casa, se despidió con 2 besos sacando pecho acercándose peligrosamente, al instante se lo bajó con la mano disculpándose.

-ALEXIS: es que me sale solo – retrocedió sin alejarse del todo.

-YO: no pasa nada, mientras no me la juegues nos llevaremos bien. – sonrió devolviéndome la chaqueta.

-ALEXIS: pues nos vemos mañana…..- jugaba con las llaves en la mano, pensativa, luego me miró a los ojos tratando de leerme la mente – ……….le voy a pedir a Luis que te asigne a mi grupo – sonreí por dentro, le había ganado la 1º batalla.

-YO: pues será un placer – al apartarse, instintivamente observó mi pierna, y el bulto disimulado, seria reflejo pero me miró la polla.

-ALEXIS: hasta mañana – su cara mostró algo parecido a una chispa, y se bajó regalándome una visión de su trasero, de calidad.

Me fui directo a celebrarlo con mi leona, descargando la ira acumulada en su coño, su boca y su ano, más de 3 horas me tuvo follándola hasta que me cansé, me dolía la mandíbula de tanto morderla y hasta el hombro tenia mala pinta, con un color verde amarillento, me fui directo a casa a descansar, pasando de Lara, y de las niñas de ese piso, había encontrado a horma de mi zapato, Alexis era un tiburón, y yo era otro, y ahora los 2 lo sabíamos.

CONTINUARA………..

Relato erótico: “La casa en la playa.” (POR SAULILLO77)

$
0
0

LA CASA EN LA PLAYA.

Depresión post vacacional, así lo llaman ahora, es esa sensación de hastío y sopor al regresar de unas vacaciones, lo que toda la vida se ha llamado volver a tu mierda de vida, pero la gente se afana en ponerle nombres a las cosas para sentirse mejor, supongo, a mi no me ayuda. Me estoy volviendo loco, y no es por que tenga que volver a una vida rutinaria y normal en todos los aspectos, si no por el hecho de que todos a mi alrededor se comportan de forma natural, como si no hubiera pasado nada en estos 3 meses de vacaciones que me he pasado en la casa de la playa con la familia, es como si un gran dinosaurio se hubiera paseado por el centro del salón y solo yo pareciera haberlo visto, cuando trato de hablar de ello, me evitan, se hacen los locos o directamente me ignoran.

Me llamo Samuel, aunque desde cierta trilogía sobre un anillo me llaman Sam de vez en cuando, tengo 19 años, voy camino de empezar la universidad. Físicamente soy como sacado del molde de la normalidad, 1,80, 72 kilos, pelo oscuro, algo largo y ensortijado, rostro típico con una mandíbula marcada y cuerpo con tendencia a coger peso, por lo que siempre estoy cuidando lo que como no perder la figura, que pese al esfuerzo, no es nada del otro mundo. Soy un chico tranquilo, aletargado, y mucha gente podría decir que un soso, me cuesta hacer amigos o desenvolverme con otras personas, tímido y poco dado a salirme del tiesto. Describir a la gente es algo que no termino de dominar, incluso yo no soy una excepción, iré usando símiles conocidos para que podáis hacernos una idea, en mi caso, alguna vez me han dicho que me parezco a Matt Damon, pero con los ojos marrones más ordinarios posibles.

No soy virgen por que a una amiga mía del colegio, algo descocada, se le metió entre ceja y ceja que yo fuera su acompañante en la fiesta de graduación, y esa noche vi las estrellas por primera vez con una mujer, era bajita, con granos y un pelo castaño recogido casi siempre, con un kilo o dos de más. No fui el 1º que entró en ella pero fui “de lo menos decepcionante”, esas fueron sus palabras, después de aquello quedamos 2 o 3 veces pero perdimos el contacto.

Mi vida es de lo más aburrida, y en gran parte se debe a mi padre, Roberto, es un hombre adusto, taimado, serio y cuadriculado hasta decir basta, con aspecto cansado y un físico que vio muchos mejores tiempos, 1,78 y 85 kilos con barriga prominente, algo de chepa de pasarse horas trabajando sentado y el pelo blanco, donde le queda, su símil seria Bruce Willis, rechoncho y sin atreverse a afeitarse la cabeza pese a la caída del cabello. Ronda los 50 años y se ha pasado desde los 17 trabajando en una empresa de la cual ya es socio, y que ayudó a convertir en una gran compañía nacional de abogados, juristas y notarios, lo que ha ayudado a que mi familia tenga una vida holgada económicamente, no somos millonarios pero tenemos más que la mayoría. Eso si, mi padre hace que sudes para ganarte con esfuerzo lo que deseas, al menos a mi. Siendo una forma educacional muy válida, a mí ya me resulta cansado, es una reválida constante desde los 8 años que quise un juguete y me pasé 1 mes limpiando la casa de Madrid donde vivíamos desde que tengo memoria. A partir de entonces, el dinero para la escuela, la ropa, los caprichos y los favores, todo tenia un precio para mi padre, siempre encontraba algo que tuviera que hacer para ganarme lo que quería o necesitaba, y lo peor es que nunca parece suficiente, su mirada siembre me juzga, pero creo que no tiene otra, o al menos yo no se la he llegado a ver, jamás se ha puesto violento o enfadado, no es ese tipo de hombre, apenas bebe alcohol y dejó de fumar, algo que no mejoró su carácter, no le hacia falta, imponía un respeto sepulcral con su mirada y sabia hacerse respetar sin alzar la voz ni levantar la mano a nadie.

Todo ello se compensa con mi madre, Carmen, un persona exageradamente servicial, algunos dirán que una mujer florero, se desvive por hacer feliz a los demás y está totalmente dominada por mi padre, pero siempre encuentra la manera de suavizar las cosas, es dulce y atenta, es casi una niña de 7 años pero con 41. La diferencia de edad entre mis padres era de agradecer por tener diferentes formas de pensar. Mucho se dijo sobre que se casaron de penalti por mi hermana mayor, mi madre tenía 18 años recién cumplidos cuando se casaron y no llegaron a los 8 meses juntos cuando nació mi hermana. En este caso tengo que decir que mi padre fue listo, pese a su edad es una mujer bella, o eso me dicen mis amigos, y viendo fotos suyas de joven, más. Puedo sentir a algunos hombres como al verla la devoran con los ojos, cosa que muy a mi pesar he usado para hacer amistades, ningún chico decía que no a venir a mi casa si estaba ella, se los metía en el bolsillo con meriendas y juegos inocentes, tan dulce y cándida que no se daba cuenta de su efecto en los chicos. Es de 1,70 de altura y no llegará a los 67 kilos, estilizada y elegante, con la cara fina y agradable, ojos negros y una espesa melena morena, hasta la cintura, pechos erguidos aunque discretos y caderas anchas debido a parirnos a mi hermana mayor y a mi de forma natural, una figura que quedaba de escándalo con los vestidos que solía llevar, siempre recatada y sin enseñar nada, pero no hacia falta para saber que era una preciosidad. Me recuerda mucho a Mary-Louise Parker, con el pelo liso y la piel menos blanca.

Lo mejor de mi vida es mi hermana mayor, Marta, tiene 23 años y está terminando la universidad, es el rayo de sol que se cuela en mitad de las nubes de tormenta gris que es mi vida, sin saber muy bien por qué, o de donde lo aprendió, es alegre, dicharachera, cariñosa y atrevida. La envidio por que tengo la sensación de que a ella mi padre siempre la ha tratado de forma menos severa, le han permitido cosas a cambio de nada, un móvil o pagarla el piso de estudiantes, cosas por las que yo tendría que dejarme el alma, pero a la vez la adoro, es imposible no hacerlo, es de esas mujeres que te llegan al alma con su forma inocente y desprendía de ver la vida. Su aspecto físico es el de una versión joven de mi madre, misma altura y cuerpo, aunque sus caderas son menos voluptuosas, y diría que más pecho, o al menos mejor colocado por la edad, sus ojos tiran hacia la miel en una mezcla del negro de mi madre y el marrón de mi padre, que la queda genial. Lleva el pelo hasta los hombros siempre cuidado con lacas para darle un efecto ondulado y mojado. Pese a que le gusta llevar vestidos, ya que muchos los comparten mi madre y ella al tener la misma talla, también le gusta llevar alguna vez vaqueros ajustados, camisetas desgastadas y zapatillas en vez de tacones. Por lo demás, si las ves juntas parecen hermana mayor y menor, no madre e hija, creo que la magia del maquillaje ayuda en eso a mi madre, pero no creo que use demasiado. Podría usar a la misma actriz que usé con mi madre para definirla, pero diré que, por su nariz y juventud, tiene más de Anne Hathaway.

Una vez hechas las presentaciones iniciales, vamos a intentar explicar el por qué de mi frustración actual. Todo comenzó al acabar mi curso de bachillerato a finales de junio, tanto mi hermana como yo habíamos terminado nuestros estudios, yo sobresalientes para variar, otra cosa seria una decepción en mi casa, y mi hermana logró sacar el curso de su carrera, no es raro que eligiera ciencias sociales. Ambos pretendíamos que, esta vez si, por fin, nuestro padre nos dejara unas vacaciones a nuestro aire, como jóvenes que éramos queríamos ir a comernos el mundo, pero de nuevo se impuso su criterio, no había otra, así que iríamos a la casa en la playa a la afueras de Valencia que teníamos como residencia, a la que íbamos año tras año, y no solo iríamos 1 mes como solíamos hacer, no, nos íbamos a pasar los 3 meses de vacaciones allí por un “merecido descanso” que le dieron a mi padre. Algo que parece bueno, pero que no lo es, por que después de 10 años haciendo lo mismo, los días en casa haciendo trabajos de mis estudios, ir a la playa 2 o 3 veces a la playa a la semana, y si había suerte salíamos a comer a algún restaurante, mi padre entendía unas vacaciones como descanso, y no como diversión. Yo tenia ganas de ir con mis pocos amigos a una casa de un familiar en Ibiza, fue nombrar esa ciudad y a mi padre casi le estalla la cabeza, un “no” rotundo salió de sus labios, y ya no había nada que hacer, incluso a mi hermana, que tenia una idea parecida, pero para irse a un crucero, le negó toda opción. Así que me resigné a pasar otras tristes y repetitivas vacaciones con mi familia en la playa, al menos tendría a Marta para sobrellevar el aburrimiento.

Según se iba acercando las fechas para irnos, pasó lo que siempre pasa en estas cosas, a mi padre no le hacia gracia que se nos unieran “chupopteros”, así que los días eran una disputa constante sobre gente que teníamos la esperanza de llevar para hacer más ameno esas vacaciones, y mi padre rechazándolos, cual tenista, pero ocurrió el milagro. Mi tía Sara, la hermana menor de mi madre, se divorció de su marido, un capullo del que no merece la pena hablar, y mi madre, siempre tan servicial y atenta, la invitó a que se viniera con nosotros en las vacaciones para despejarse. Supongo que los años de matrimonio ayudaron a convencer a mi padre de que la dejara venirse, y según dijo que si, mi hermana entró a cuchillo y dijo que si la tía se venia, ella también quería llevarse a una amiga, creo que la dijo que si sin pensarlo, y un nombre sonó en el aire, Sonia, su mejor amiga, otra cabra loca como mi hermana, pero mucho más adulta y atrevida en su forma de ser. Fue cuando mi hermana le dijo que seria injusto que yo fuera solo, (por esos detalles la quería), por efecto dominó me dejó llevar a un amigo. Yo solo tengo 3, o al menos 3 que pasen el filtro de mi padre, y a todos les hacia ilusión pasarse las vacaciones conmigo, aunque visto ahora, creo que no era yo, y si mi cariñosa madre y mi hermana soltera, las que les atraían. Pude llevarme a Jaime, una elección difícil, pero simple ya que los otros 2 se iban a Ibiza con mi plan de vacaciones original. Jaime es un vecino de mi misma edad que venia de buena familia, y que guardaba unas apariencias de chico formal, serio y educado, pero en realidad fumaba marihuana, era un egocéntrico manipulador y un capullo integral cuando nadie le oía, pero yo no podía permitirme alejar a mis amigos.

De golpe esas tediosas vacaciones se habían convertido en casi lo más atrevido y prometedor que haría en mi vida, no era mucho, pero mi padre solo iba de la casa a la playa, y viceversa, y eso cuando no se perdía haciendo visitas a vecinos, el resto del tiempo podríamos pasarlo los demás lejos de su halo de sobriedad.

Mi tía Sara se mudó a nuestra casa unos días antes de salir, por lo visto su ya ex marido lo estaba llevando muy mal, al llegar a casa yo solo vi bolsas y maletas, tardé unos minutos en colocarlo todo en su nuevo cuarto y luego presentarme en el salón, a mi tía la había visto 2 veces en mi vida, a mi padre no le gustaba su forma de ser, (nada raro), pero creo que era como trasformaba a mi madre, juntas se alejaban mucho del canon de seriedad y cortesía que le gustaba a él. La última vez que vi a Sara tendría 12 años, y solo recuerdo regalos que me traía, me encantaban por que eran gratis, no tenía que trabajar por ellos. Al verla en el salón me sonrojé, era tan diferente y tan extravagante que me quedé mirándola más de lo aconsejable, tiene 33 años, es rubia platino, teñida, iba con un pintalabios rojo pasión adornando unos labios finos y apetecibles, rostro similar al de mi madre pero sin notarse la edad. Vestía un traje de cuero rojo tan ajustado que sonaba al caminar o sentarse, con un chaqueta de vestir del mismo color, cerrada y realzándola, dejando claro que la rama familiar de mi madre cría bellezas, pero esta era diferente, por que no solo lo era, si no que lo mostraba, un amplio escote que hacia rebosar 2 senos turgentes rozados por la cabellera rubia, con unas caderas estrechas que aún así tenían la piel del la tela tirante. Nada más verla un nombre me golpeó la cabeza, Patricia Conde, era casi un calco. Con los tacones era de mi altura, y al acercarse me cogió la cara con sus manos para darme una lluvia de besos que me dejó la cara marcada de carmín, con una sonrisa hipnótica, al verme tan embobado al mirarla, me sacudía saludándome.

-SARA: ¿y este grandullón quien es?

-CARMEN: no seas boba……es Samuel.

-SARA: ¿no me digas……..?, ¡es imposible!, la última vez que le vi no me llegaba ni al ombligo, ¡y mírale ahora, esta hecho todo un hombre! – al decirlo dejó caer su mano, resbalando por mi pecho, y con solo eso sentí mi miembro moverse.

-YO: yo……si…….es que……- si normalmente me cuesta expresarme, aquella mujer me había desmontado.

-ROBERTO: no incomodes al chico.

-SARA: no incomodo nada, solo estoy saludando – mi padre ya iba a replicar pero mi madre le cogió del brazo con gesto tierno, y calmó su temple.

-YO: encantado…..de saludarte – logré juntar valor y mirarla a los ojos unos segundos, eran de un oscuro penetrante, tras unas gafas de diseño que le daban un aire aun más arrebatador.

-SARA: espero no importunar con mi presencia, solo quiero pasar pagina.

-CARMEN: no digas tonterías, nos lo vamos a pasar genial de nuevo juntas – al decirlo ambas se cogieron de la mano y rieron de forma histriónica, los dientes de mi padre rechinaron, solo por eso merecía la pena tener a mi tía allí.

La instalamos en el cuarto de invitados y esperamos a mi hermana para cenar, no recordaba una cena más alegre jamás, ni en mi cumpleaños, entre mi hermana y mi tía lograron arrancar a mi madre de la fachada de sobriedad, y juro que vi algo similar a una sonrisa en mi padre con algún comentario. Después de cenar nos quedamos charlando, no quería que aquello acabara nunca, me sentía un rebelde escuchándolas hablar, era emocionante, y no podía apartar la vista de mi tía, fue tan evidente que cruzamos las mirada unas cuantas veces, y en vez de fingir no darse cuenta, como cuando mi madre o mi hermana me pillaban mirándolas, sonreía y me apretaba con su mano en el brazo. Se hizo tarde, y ayudé a mi tía, a petición suya, a organizar su cuarto por la cantidad de cosas que traía, más que unos días parecía que se venia a vivir, tardé 1 hora en colocarlo todo, hubiera tardado menos si ella no estuviera por allí, su sola presencia me erizaba la piel, y al acabar me dio un abrazo, algo libio y suave, pero me llevó al paraíso, eran tan poco habitual los gestos de cariño en mi casa que la apreté tan fuerte que gimió con una sonrisa, y no se separó de mi hasta que me di cuenta de que casi la tenia en vilo en el aire.

-YO: lo….lo siento……..no……- al soltarla sus pechos votaron ante mi y me quedé mirándolos otra vez, me puso un dedo en la barbilla para alzarme al vista.

-SARA: no pasa nada, se agradece un buen abrazo, parece que lo necesitabas.

-YO: es que…mi padre……..ya sabes……

-SARA: ya, es un buen hombre, pero….- se acercó a susurrarme al oído – …es un poco estirado – la sola idea de reírse de mi padre me puso colorado, o fue que sus labios me rozaran la mejilla, ya no lo sabia.

-YO: un….un poco – se me debió notar en la cara mi propia sorpresa al decirlo.

-SARA: jajaja no pasa nada, será nuestro secreto, pero me tienes que hacer un favor…. – alarmado por la bronca que me podía caer por faltarle al respeto a mi padre, asentí con la cabeza -…estos tacones me están matando, necesito un buen masaje y tú tienes buenas manos.

-YO: yo……no sé…..dar masajes.

-SARA: tranquilo, yo te enseño – me cogió de la mano y me arrastró a la cama donde se dejó caer con cierta elegancia, me senté a su lado tratando de disimular que no miraba la parte baja de su falda, puso sus pies en mi muslo y se sacó los zapatos con los dedos, soltando un bufido de placer.

-YO: ¿que hago?

-SARA: poner las manos en lo pies es un comienzo…..- su forma de hablar y moverse era como si yo fuera tonto, pero no lo soy, era ella quien me retraía, su fragancia a rosas me llenaba la nariz y el movimiento de sus dedos de los pies me recordaba a un oleaje suave.

Rocé sus pies con mis dedos y al poco me cogió de las manos y me fue adiestrando, hasta que se recostó de gusto sobre la cama disfrutando de aquel masaje. Descuido o no, podía verla serpentear sobre el somier, y la falda se abría lo justo como para dejarme ver la cara interna de sus muslos. Al rato se puso en pie y me dio un sonoro y largo beso en la frente como agradecimiento, regalándome un 1º plano de su escote, y se metió en el baño desprendiendo un contoneo dulce mientras se quitaba la chaqueta y veía la figura marcada bajo el cuero. No es que fuera más guapa, o tuviera mejores curvas que nadie, es que no había visto a nadie ser tan abierta conmigo, nadie salvo Marta.

Me fui directo a mi cuarto y me hice la mejor paja de mi vida, y no andaría lejos de lo que sentí al practicar sexo, la tenia tan dura y grande como nunca la había visto, en 4 sacudidas mal dadas me vacié, o eso creía, por que no se me bajó el empalme y me tuve que hacer otra. Para que engañar, me pasé la noche entera soñando con follarme a mi tía, y el hecho de saber que pasaríamos 3 meses en la misma casa no ayudaba a disipar esa idea de mi cabeza.

Los siguientes días hasta irnos de vacaciones solo confirmaron que aquello no fue fugaz, mi tía era así de abierta, no creo que pensara en mi de forma sexual, simplemente se mostraba tal como era, y eso enfurecía a mi padre a la vez que me absorbía a mi, en 3 dais ya había logrado que mi madre sonriera más que en los últimos 10 años de matrimonio, y mi hermana se sumaba a esa ola creciente de diversión. Antes de partir mi padre ya se arrepentía.

La mañana del viaje fue algo caótica, Marta me pidió que recogiera a Sonia, su amiga, en mi motocicleta, que me había pagado yo trabajando por las tardes en un bar junto con el remolque para llevarla en el coche a la playa. Las cosas de Sonia ya estaban en nuestra casa, pero la noche anterior se fue a “dormir” a casa de un “amigo”, por lo que sabia era un pobre diablo que se la tiraba cuando ella quería. Al ir a recogerla y verme me saludó como siempre, dando saltos a gritos como si no la viera, el “amigo” estaba detrás con ojos llenos de tristeza, seguro de que Sonia se iba 3 meses, no la tendría cerca y que ella no le iba a esperar siendo una niña buena. Al llegar se estaban dando el lote con lengua delante de mí, a modo de despedida. Pude ver como Sonia seguía igual, pelo largo hasta el trasero, color caoba, liso y suelto, con la cara llena de pecas bonitas y nariz respingona, ojos verdes esmeralda y tez blanca. Su cuerpo era el pecado, de 1,65, a ella le gusta alardear de sus pechos, según algún sujetador que me he “encontrado” suyo en el baño de mi casa cuando se quedaba a dormir, tenia una 110 y la copa más grande que se podía encontrar en las tiendas juveniles, eran como melones maduros, tenia el culo firme y bien puesto por su edad, pero a mi nunca me gustó como le quedaba por que sobresalían unas cartucheras prominentes, escuchaba en casa que no le vendría mal perder unos kilos, pero no puedo a decir de donde, era voluptuosa y rebosante, pero no le sobraba nada, kelly brook es la mujer que más se le acerca físicamente.

Dejó al chico aún con los ojos cerrados del sabor de su lengua y se montó en la moto detrás de mi como paquete, del saltó que pegó sentí sus senos ondular en mi espalda y se agarró a mi torso gritando como una loca. El camino fue difícil por tener que centrarme en lo que tenia delante y no detrás, pero al llegar a casa y aparcar me dio uno de sus típicos besos en el cuello, tengo cosquillas ahí, me conocía demasiado bien, siempre lo hacia y me gustaba, para que negarlo.

-SONIA: ¡vamos, que se nos hace tarde, verás que bien nos lo vamos a pasar!

-YO: eso espero, me alegro de que puedas venir.

-SONIA: y yo de poder ir, me voy a beber hasta los charcos ….- era capaz, una vez tras otra la he visto borracha.

-YO: ten cuidado con lo que dices, mi padre puede………

-SONIA: a tu padre que le den por culo, yo me voy a divertir, y no va a quedar un solo tío allí que no me folle – le encantaba ser así de brusca por que me hacia ruborizarme, aunque, como con el alcohol, tampoco es que no fuera capaz.

Al subir ya estabamos todos, Jaime, al vivir en el mismo bloque, ya se encontraba en mi casa siendo objeto de alabanzas por parte de mi padre, por su exquisita educación, tenia ganas de gritar que era un fumeta y un estúpido, pero no ganaría nada con ello, quedaría como un descortés a ojos de mi padre, perdería a uno de mis pocos amigos y encima me quedaría sin compañía para las vacaciones. Jaime era guapo, todas lo decían, pelo castaño claro, con media melena que se engominaba para dar la sensación de chico refinado, ojos azul oscuro, una incipiente barba descuidada, y rostro casi angelical, su cuerpo era bastante esmirriado, flaco, con 1,82 de altura no llegaba a los 65 kilos, brazos y piernas esqueléticos con tendencia a arrastrar los pies. Cuando salió una película romántica de un diario, todas le decían que se parecía a Ryan Gosling, yo bromeaba que quizá si engordaba 10 kilos.

-JAIME: menos mal que habéis llegado bien, temía que os hubiera pasado algo – sonreía mirando a Sonia, no a mi, pero sus palabras siempre eran educadas en presencia de otros.

-YO: todo bien, no voy a estropear el viaje.

-SONIA: ¿donde está Marta?

-CARMEN: en su cuarto tratando de elegir que ropa llevar – Sonia salió disparada para ayudarla en tan ardua tarea.

-SARA: ¿y este chico quien es? – saludó como siempre, acercándose a dar unos besos, Jaime sonrío por dentro al verla, con un traje amplio de estampados y con un generoso escote.

-JAIME: encantado de conocerla señorita, soy Jaime amigo de Sam – le cogió la mano y se la besó cual caballero.

-SARA: ¿señorita?, que educado, muchas gracias, yo soy su tía, Sara.

-JAIME: dígame que nos acompañará en este viaje, no podría soportar no poder seguir admirando su belleza – la carcajada general enterró la verdad oculta tras esa galantería.

-SARA: jajaja que amable, pues si, pero no te preocupes, no molestaré a los jóvenes – Jaime ya iba a soltar otra perla, le conocía demasiado bien.

-YO: Jaime, ¿me ayudas a enganchar el remolque y poner la moto? – me miró perdonándome la vida.

-JAIME: claro, como no – al bajar me iba dando golpecitos en la espalda y al llegar abajo me revolví.

-YO: ¡para ya, ¿no?!

-JAIME: que calladito te lo tenías, ¡vaya cuerpazo tiene tu tía!

-YO; no hables así de ella – era ira, pero no le faltaba razón.

-JAIME: solo digo la verdad, ¿y me voy a pasar 3 meses con ella, tu madre, tu hermana y con Sonia?, pufffff

-YO: ni que fueras a ligártelas – fue una chanza.

-JAIME: ya veremos……….¿te imaginas? jajajaja ¿a tu tía comiéndomela mientras lamo las tetas de Sonia? – fue grosero, pero no puedo decir que no se me hubiera ocurrido a mi antes.

-YO: deja de decir tonterías, como te pases de la raya te mando a casa.

-JAIME: me comportaré como un caballero, pero si me dan pie……..

-YO: no te lo darán – quise ser tajante, Jaime se había llevado a la cama a todas las que había querido, era mono y un cabrón, y por lo visto eso gusta a las chicas. Pero lo que quería decir era que deseaba que mi tía diera pie, si, pero a mí.

Ibamos a ser solo 4 en el viaje, y al final éramos 7, por suerte mi tía también conducía y tenía coche, así que nos dividimos en el de mi padre y el suyo. Obviamente todos quieran ir con mi tía, así que me tocó ir con mi padre y mi madre, mientras que a mi hermana, su amiga y Jaime fueron todos en el de Sara. Mi hermana me iba mandando mensajes de ánimo sabiendo la tortura que estaba pasando, 4 horas de viaje con mi padre en silencio, mi madre adormilada por unas pastillas contra el mareo, y un poco de música clásica de fondo. Me mandaba fotos de cómo se reían, y de las ocurrencias de Jaime o Sonia, fue una agonía hasta que llegamos a la entrada de la casa. Habíamos llegado más tarde que Sara, ya que mi padre no pasaba el limite de velocidad ni por error, y nos estaban esperando en la calle entre risas y diversión, al llegar no pude evitar ir a abrazar a mi hermana, que me acarició el pelo como solo ella sabia.

-MARTA: ¡ya estamos aquí!, no ha sido para tanto jajajaja

-YO: a la vuelta te vas tu con ellos – al alzar la vista vi a Jaime tonteando con Sara, mi tía, que se comportaba igual que conmigo, pero Jaime no era yo, él se aprovechaba, o lo haría, y eso me enfurecía.

-ROBERTO: subir a la calzada, que os van a atropellar, y un poco de calma – “siempre tan divertido, eh padre”, era un barrio residencial y no había un alma a medio día y pleno sol.

-CARMEN: pues aquí está, nuestro hogar los próximos 3 meses – señaló a un dúplex enorme que tenia delante.

Al entrar la casa entera olía a cerrado, abrieron todas las puertas y ventanas, un profundo olor a mar lo invadió todo. La casa estaba a medio kilometro de una playa no muy conocida, pero si limpia, estaba construida en una calle que era una curva del residencial, con la entrada principal a todas las casas en la parte interior, y que por la curva exterior tenían amplias parcelas con piscina, jardín, barbacoas y acceso a la playa. La casa eran 3 pisos, a todos se podían acceder desde fuera por unas escaleras de piedra por el exterior, que daban a los balcones de uno de los lados. Por dentro, el bajo era un amplio salón y cocina tipo americana, con un baño completo, el garaje y un porche orientado al mar, el 2º eran 3 habitaciones y otros 2 baños, con varios balcones, en el 3º piso otras 2 habitaciones con 1 baño, y una terraza de 10 metros cuadrados. La verdad es que si no fuera por lo aburrido que se me hacia aquello con mi padre, el lugar era paradisiaco, tenia un super mercado no muy lejos, un mercadillo cada 2 días o fiestas de pueblos cercanos cada semana, incluido un largo paseo marítimo lleno de restaurantes, chiringuitos, heladerías y tiendas de verano, el paseo terminaba en una macro discoteca que montaban en periodo estival, sin techo y con la música tan alta que se oía por las noches desde mi casa, mi padre la odiaba por que de jueves a domingo no le dejaban dormir.

Por no andar mucho escaleras abajo y arriba, los más adultos se quedaron con las habitaciones del 2º piso, una para mis padres y otra para mi tía, quedaba una libre pero preferimos dormir juntos todos arriba, por intimidad en una habitación las chicas y en otra nosotros, así que nos pasamos medio día instalándonos y moviendo camas, pero para la cena ya teníamos todo montado.

Salimos a comer a un restaurante cercano y pese a mi padre aquello iba bien, me divertía, me lo pasaba bien y me reía, luego dimos un largo paseo por la playa, mi tía se colgó del brazo de Jaime, que era tan encantador como repulsivo a mis ojos. Mi hermana se abrazó del mío, obligando a Sonia a cogerme del otro, por cortesía o por querer hacerme sentir bien, pero no por ello las aparté. Supongo que todos estabamos cansados, así que nos fuimos a dormir pronto a casa, allí Jaime me dejó ver media bolsa de marihuana, y se lío varios porros, fumándose uno en la terraza antes de acostarse.

A la mañana siguiente me desperté solo en la habitación, al mirar por la ventana vi a Jaime metido en la piscina, salpicando agua a mi tía y mi madre que andaban con unas limonadas por el borde de la piscina, iban con camisones frescos de verano, tan sencillas y tan guapas, sonriendo al mojarse los pies. Jaime era tan escuálido que parecía que iba a romperse, pero tenía esa capacidad de divertir a la gente que yo ansiaba y no tenia. Me puse el bañador y bajé corriendo para no perder el paso, pero mi padre me llamó en la terraza, estaba sentado con bermudas y una camisa abierta, me puse a su lado y me habló de la familia y de lo unida que debe estar, que tenia que ser responsable y cuidar de todos ya que él no podría vigilarnos a todos, bufé cansado, yo quería ir de vacaciones, no ser el perro guardián de nadie, pese a pensarlo me callé, asentí y le dije que no se preocupara.

Salté al agua con fuerza dando un susto a Jaime y empapando los pies de mi tía, que reía sin parar, al emerger, Jaime me cogió por detrás y trató de hundirme de nuevo al agua, pero era como si una hoja quisiera derribar a un árbol, le sacaba bastantes kilos.

-YO: ¿y mi hermana y Sonia?

-CARMEN: Sonia fue a comprar algo de pan esta mañana y ha hecho amigos……- “poco ha tardado” – … han ido a charlar con ellos un rato hasta la hora de comer.

-JAIME: ellas se lo pierden, ¿y si vamos a la playa?

-SARA: si, por favor, estoy ansiosa.

-CARMEN: no se, sin ellas………Roberto ¿que dices?

-ROBERTO: yo estoy de vacaciones, me quedaré un rato aquí y luego iré si me apetece – eso, en su idioma, era un no, se quedaría bebiendo alguna cerveza, o se daría un chapuzón en la piscina, quizá luego se quedara viendo la TV hasta la hora de comer.

-JAIME: pues estos 2 caballeros, si les parece bien, os van a llevar a la playa, mis señoras – hizo un reverencia hacia las sonrisas de mi madre y mi tía.

-SARA: pues vamos ya, que se hace tarde – se agachó para extender su mano y ayudarme a salir de la piscina, por un segundo estuve tentado de lanzarla al agua, pero no pude, quien si pudo fue Jaime, que tiró a mi madre al agua en idénticas circunstancias, me quedé blanco, y se hizo el silencio, hasta que mi madre salió del agua a carcajada limpia.

-CARMEN: ¡mira que eres bruto! jajajajajaja

-JAIME: jajaja lo siento, ¿está bien? No quería hacerla daño, pero no he podio resistirme – se le acercó rozándole la espalda y un brazo con cara de autentica preocupación, mi madre puso su cara de mala leche, o lo que es lo mismo, se mordió el labio, y zarandeo el dedo índice con una sonrisa amplia y tierna.

-SARA: a mi no me tires eh…….. – se agachó a decírmelo.

-YO: yo….yo…….yo es……es que….- me acarició la cara con dulcera.

-SARA: ¿vamos a la playa o no?, que necesito recuperar un tono de piel decente.

Jaime salió del agua con rapidez y ayudó a mi madre a salir, fue la 1º vez que vi en mi madre, algo más que a mi madre, el camisón amplio estaba pegado a su piel y me descubrí pensando que estaba buena. Ella, con inocencia, se escurrió el agua de los senos apretándoselos ante la mirada incisiva de Jaime, y se pasó las manos por la cabeza para apartar la melena negra húmeda de su cara.

-CARMEN: jo, mira como estoy……..

-JAIME: preciosa……- mi madre se sonrojó.

-YO: ¿nos vamos? – iracundo, cogí a mi madre de la mano y la separé de Jaime.

Mi madre y mi tía se fueron dentro y salieron a los minutos con todo el equipo, sombrilla, nevera, toallas y alfombrillas, dejamos móviles y todo lo de valor, los chicos solo íbamos con los bañadores, ellas con una camiseta ancha encima del bañador y sombreros de ala ancha de mimbre con gafas de sol. Fueron 20 minutos de paseo tranquilo en los que por pura física yo tenia que llevar la nevera, nadie más podía con ella, así que me retrasaba mientras Jaime iba haciendo sonreír a mi madre o mi tía. Al llegar no había mucha gente, eran apenas 50 metros de playa escondida entre unas rocas y un acantilado, no era privada pero tenia difícil acceso si no vivías cerca, así que estaban los vecinos de casi siempre, saludos de protocolo y clavé la sombrilla para crear algo de sombra en una playa a 40 grados, mi madre se metió debajo medio mareada ya por el sol, las pamemas que llevaban no servían de mucho, así que se las quitaron dejando caer sus melenas, el rubio platino de bote de mi tía brillaba, pero la espesa mata larga de cabello negro azabache de mi madre ondulaba grácilmente.

-JAIME: bueno, pues ya estamos aquí, ahora al agua.

-CARMEN: no, antes crema, que si no nos pasamos 2 semanas quemados sin poder salir.

-SARA: no es mala idea.

Mi madre me dio la vuelta cual maniquí y me echó de un bote grande de una bolsa que había llevado, me puso tanta crema que creía que se iba a terminar el bote, pero no, incluso dándome en la cara y hombros, cuando me di la vuelta mi tía hacia lo mismo con Jaime.

-JAIME: bien, ahora vosotras – ayudó a empezar a quitarse la camiseta ancha a Sara.

-CARMEN: no hace falta, ya nos la damos nosotras, vosotros id a jugar…..- “mi madre sigue pensando que tengo 13 años”, se cogió el dobladillo de su camiseta tratando de bajárselo, ¿la daba vergüenza desnudarse delante de mi, o de Jaime?, no lo sabia.

-SARA: no seas antigua mujer……- y se quitó su camiseta del todo, dejando su cuerpo al aire y el sol, apenas cubierto, por un biquini minúsculo, rojo, con poca tela en el culo y solo unos triángulos muy certeros en los pezones, se echó la melena a un lado y Jaime se apresuró a embadurnarla con cara de salido, mientras Sara me miraba con una medio sonrisa burlona.

-CARMEN: pues nada, échamela tú, hijo.

Siguió los pasos de su hermana y se quitó la camiseta, mi madre iba con un bañador de cuerpo entero azul marino, le pasaba como con los vestidos, no enseñaba nada, pero no hacia falta, se le marcaban los pezones bajo la tela, con el culo firme y duro. Se bajó los hombros del bañador sujetándose por los senos, aparté su melena con delicadeza y me dediqué a darle crema tratando de no parecer un baboso. Tenía la espalda tan suave y delicada que seguía pasando mi mano después de que la piel absorbiera la crema. Llegado un punto mi madre se dio la vuelta y me dio un beso en la mejilla mientras se colocaba los hombros del bañador usándome de biombo, vi sus mejillas coloradas del sol, luego se extendió crema por la cara, los brazos y las piernas, igual que hacia Sara ante nuestras miradas.

-JAIME: tengo que decir que para nada aparentan su edad, son 2 mujeres muy agraciadas.

-SARA: jajaja mira al don Juan.

-CARMEN: se agradece mucho viniendo de un chico tan joven y apuesto – ambas se sonrieron.

-JAIME: es un placer.

-YO: vamos al agua, ¡te echo una carrera! – quería alejarle de ellas.

Gané sin dificultad, y me metí en el agua queriendo perderme, el sabor a sal y el movimiento de las olas me envolvió y por un segundo me creí un pez, hasta que recordé que necesitaba aire, al salir Jaime cayó sobre mi de bruces, jugando hasta que se quedó a mi lado flotando.

-JAIME: ¿que coño haces?

-YO: ¿que?

-JAIME: no paras de joderme con tus tonterías, tengo a tu tía a punto de caramelo……..

-YO: tú alucinas.

-JAIME: eso crees, pero a esa me lo follo, te lo digo yo, dios, míralas como se mojan las piernas entrando lentamente en el agua……mira como se le mueven esas tetas a tu tía, ya la tengo como una piedra.

-YO: deja de hacer el tonto, si la asustas…….- me quedé congelado, “si la asustas se cerrará a mi”, iba a decir.

-JAIME: tú también te la quieres tirar eh………si te portas bien te dejaré que te la folles cuando termine con ella – quise replicarle de mil maneras, desde pegarle o decírselo a mi padre, pero no salió de mi boca nada, salvo un….

-YO: ¿como?

-JAIME: jajaja lo sabia, tú déjame a mi….ahora haz lo mismo que yo, pero con tu madre.

Se sumergió en el agua y le seguí, nadamos hasta ponernos detrás de ellas, que ya estaban a media cintura en el mar, nos acercamos con cuidado, Jaime asaltó a mi tía abrazándola por detrás y pegando su pelvis a su trasero, a un 1º grito de susto surgió otro de risas, fue cuando hice lo mismo con mi madre, ambas sonreían mientras se querían librar, pero las teníamos sujetas, a mi me costaba menos doblegar a mi madre, Jaime casi no podía con mi tía, pero al final la levantó en el aire y la hundió en el agua, hice lo mismo con un celo enorme de hacer daño a mi madre, que me miró sorprendida y riéndose, tapándose la nariz. Lo hicimos tantas veces, sacándolas del agua y volviendo a hundirlas, que ya estabamos casi con el agua por los hombros, en una de las salidas, vi como Jaime le tenia cogida una teta a Sara, que trataba de apartársela sin mucho esfuerzo, así que yo hice lo mismo y el cogí una teta a mi madre, fue como si un millón de agujas se clavaran en mi cerebro por atreverme a ello, me temí una reprimenda, pero solo encontré risas y miradas cómplices, sentí el pezón duro y firme bajo la tela húmeda de licra, y sin saber como, apretaba y soltaba masajeando, mientras la alzaba por el aire y la dejaba caer lo justo para darle con mi miembro en la cadera.

-SARA: ¡jajaja para ya, que me ahogo!

-JAIME: no hasta que me des un beso.

-SARA: jajaja que golfo eres, ¡para o me enfadaré! – la hundía otra vez, y si bien el agua lo cubría, la forma del levantarla indicaba que la otra mano estaba entre sus muslos por detrás.

-CARMEN: jajaja para Jaime, o la vas ha hacer daño.

-JAIME: solo pido un beso.

-SARA: esta bien, uno solo….- al decirlo la soltó y cuando recobró el aliento se acercó a Jaime, que ponía la mejilla, Sara fue a besarle allí, y Jaime se giró dándola un pico rápido, alejándose antes de recibir el impacto de un manotazo tibio.

-CARMEN: ¡jajajajaja que golfo!

-SARA: ¡será renacuajo!, ven aquí, que te voy a dar lo tuyo – le perseguía, Jaime fingió huir, pero se dejó atrapar, cuando le cogió Sara, le hico varias hundidas.

-YO: pobre Jaime – tan anonado estaba que llevaba 2 minutos con mi madre entre los brazos, cogiéndola una teta sin decir nada, y del movimiento del mar mi polla creció en su culo sin control, entre eso y que veía los pechos de Sara luchando por salir libres, mi madre lo notó.

-CARMEN: anda, déjame que la ayude – me cogió de la mano de su pecho y me apartó con delicadeza, acudiendo a ayudar a Sara.

Lo que se veía era a 2 maduras jugando con un crío, lo que sentía era a un cerdo ligándose a 2 mujeres. Mi madre empezó a buscarle cosquillas a Jaime, demasiado cerca del ombligo, y la pelvis.

-JAIEM: ¡¿que haces hay parado?, quítame a Sara de encima!

Acudí veloz, y ataqué por la espalda a Sara, que al sentir mi erección en su espalda se dejó llevar, la levanté sacándola del agua casi por completo, soltó un suspiro de asombro justo antes de que la dejarla caer, la di con mi verga en el culo hasta meterla entre su piel y la tela del bañador entre las nalgas, como no dijo nada, lo volví ha hacer, y esta vez la cogí una teta como había visto, y repetí la operación hasta que me cansé. Las risas de Sara solo eran tapadas por las de mi madre, que estaba asediada por Jaime, cara a cara, siendo hundida sin remisión en el agua, la tenia rodeada por la cintura mientras ella manoteaba fútilmente. Si Jaime estaba como yo, mi madre tenia que sentir su polla en el vientre, y no decía nada, solo reía y trataba de huir de una mirada directa a esos ojos azules de Jaime, que estaban inyectados en sangre, lo comprendí, Jaime iba a por todas, no solo a por mi tía, mi madre, Sonia, y hasta mi hermana estaban en peligro.

-SARA: no te preocupes, solo estamos jugando.

-YO: esto…..yo es que…..- se dio la vuelta rodeándome por el cuello con una mano, mientras se metía una teta dentro del biquini, sin ninguna celeridad, sentía mi miembro palpitar en su cadera y no podía dejar de mirar sus ojos profundos.

-SARA: ¿tú que? – me quedé blanco, y todavía más cuando me dio un beso dulce en la cara, tan cerca de mis labios que por un segundo creí que probaría su boca. Pero casi fue peor, tan largo y sentido que me ardía la cara allí donde sus labios se posaron.

Se alejó para ayudar a su hermana, y entre las dos agotaron a Jaime, yo solo pude alejarme y masturbarme en el mar, tenia miedo de que alguien me viera, pero no podía seguir así de empalmado al salir del agua, no hizo falta mucho para descargarme. Al regresar estaban saliendo ya del agua, Sara se colocaba el biquini totalmente descolocado, y mi madre se sacaba la goma del bañador del culo. “¿Que acabo de hacer a mi tía y a mi madre?, ¿y por que se han dejado?”, estaba tan excitado como confuso, así que salí tras ellos en silencio. Todos se reían, y nos tumbamos al sol, yo me quedé mirando la espalda de mi tía, se había desabrochado el biquini y se le veían los laterales de los senos, Jaime le dio otra capa de crema a cada mujer y me tiró el bote a la cara mientras le daba un masaje a mi madre con cautela.

-CARMEN: hacia mucho que no me divertía tanto.

-SARA: pues no queda nada hermana.

-JAIME: son muy duras de roer, voy a tener que esforzarme más.

-SARA: si…mucho más – le guiñó un ojo.

Busqué a mi madre con la mirada, pero estaba adormilada boca abajo, se había bajado de nuevo los hombros del biquini, Jaime estaba muy ocupado dándole una 3º capa de crema a Sara, que ronroneaba como una gata.

-YO: mama, ¿tú no tienes biquini? – “¿pero que haces?”

-CARMEN: si, tengo alguno, ¿por que?

-YO: nada, por que así te pondrás más morena, digo…..por enseñar más…..al sol…..quiero decir – Jaime me miró sorprendido, no más de lo que estaba yo.

-CARMEN: ¡pues si!, me traeré biquinis mejor, aunque están viejos, tendré que comprarme algunos.

-SARA: es que vas muy recatada, de verdad, ¡con el cuerpo que tienes!, te puedo dejar algunos.

-CARMEN: habló la otra….con los tuyos parecería una……..- se cayó a tiempo.

-JAIME: ¿y ahora que hacemos?

-CARMEN: vamos a casa a comer, y esta tarde nos vamos a un mercadillo que hay en el pueblo, cenamos y a casa.

-SARA: ¿a casa? Mujer vámonos de fiesta, algún chiringuito habrá……

-JAIME: eso es, Sara, muy buena idea.

Transcurrió tal como dijo mi madre, comimos, y mi padre se echó la sienta, mi hermana apareció con Sonia, y otros 3 tíos que habían conocido en el paseo marítimo, lo que se conocía como 3 chulos de playa, altos, guapos, bronceados y musculosos, casi siempre sin camisa. Nos acompañaron durante las compras, Jaime le regaló unos pareos transparentes a Sara mientras que mi madre se compró unos biquinis más juveniles y bonitos que los que tenía. Al cenar, Marta dijo que iban a salir con los chicos a tomar algo, y Sara se sumó al carro, tras ella Jaime, y tras Jaime yo, mi madre decidió quedarse con mi padre, por no dejarle solo tanto tiempo.

Jaime y yo, con unas bermudas y unas camisetas íbamos bien, mientras las chicas estaban con camisetas rotas a la moda, siempre con el biquini debajo por si acaso tocaba un baño, Marta iba con unos shorts vaqueros que llenaba y lucia un tipazo, mientras que Sonia escogió una mini falda elástica que la hacia vulgar, pero llamativa, con sus rebosantes senos asomando por un escote abrumador. Sara en cambio escogió un bañador largo y uno de los pareos nuevos a modo de falda, con un leve recogido en el pelo y tacones, eso le agraciaba. Acudimos a un chiringuito típico, con barra y música de fondo en la playa, Jaime siguió su acoso a Sara, yo ya no sabia quien jugaba con quien, y después de lo ocurrido en el mar me daba miendo acercarme a ella. Mi hermana se esforzaba por integrarme con los jóvenes, pero no bebo alcohol y si mi conversión es limitada de por si, más con chicos de playa, que poco o nada tienen en común conmigo, así que me alejaba a ver el mar, distinguía a unos chicos jugando alrededor de una hoguera, Sonia apreció por detrás de mi, dándome su beso en el cuello, apestaba a ron y tenia una copa vacía en la mano.

-SONIA: ¿que haces aquí tan solo?

-YO: no quiero aburrir a nadie.

-SONIA: has venido a divertirte, ¡mira donde estás!….. – señaló la fiesta y la oscuridad de la noche -…. no puedes quedarte aquí solo.

-YO: ¿y que hago?

-SONIA: vamos a bailar, anda……- me daba pánico, pero la bebida la insuflaba fuerzas, me arrastró a la pista.

Se movía como hacían todas, contoneando sus caderas sin seguir ningún ritmo, y jugando a acercarse a mí y separarse, sin duda la enviaba mi hermana para animarme, pero eso no evitaba que disfrutara del roce de su piel, o de sus piernas coronadas en la mini falda, casi sin querer me lo estaba pasando bien, sentía el roce de sus protuberantes pechos y su melena se mecía con cada gesto como una cascada de sangre, sus ojos verdes brillaban con las luces y su desinhibición natural era exponencialmente acrecentada por la bebida, me cogía las manos y se las ponía en la espalda, la nuca o la cadera, llegando a sentir su pelvis frotándose contra mi, tuve que agradecerle el esfuerzo y me separé de nuevo acalorado, como poco, otros chicos se ocuparon de que a Sonia no le faltara alcohol y compañía.

Vi como Jaime tonteaba con alguna otra chica mientras caía un porro tras otro, y como mi hermana estaba sentada en unas sillas charlando con unas chicas. Busqué a Sara con la mirada, preocupado, me costó verla, en la barra con 2 tíos rodeándola, sonreía con afabilidad pero leí pedir ayuda en su mirada, la invitaban a una copa a tras otra, así que al rato me pasé por allí, y fue ella la que saltó a mi encuentro.

-SARA: ¡aquí estás amor!, menos mal…- y me soltó otro beso peligrosamente cerca de los labios -…. ya está chicos, le encontré – la nube de moscones se disipó.

-YO: ¿que……..

-SARA: puffff que agotador es esto, no lo recordaba así, menos mal que has aparecido, otra copa más y termino en la cama de alguno de esos….- su aliento también olía a copas de más, se tambaleaba con los tacones y se me agarraba para sujetarse, tenia ese hipo tonto que se te pone y arrastraba las erres al hablar.

-YO: ¿harías el amor con uno de ellos?

-SARA: puf……amor, de eso ya he tenido con mi marido……..ex marido……hablo de follar salvajemente – al decirlo se apoyó en mi hombro y casi me provoca otra erección.

-YO: ¿pero tú…..

-SARA: soy mujer Samuel, y llevo mucho sin nadie que calme mi fuego, ¡oh dios!, y te aseguro que estoy ardiendo, a todas nos pasa, incluso a tu madre.

-YO: no, ella……- me cerró los labios con su dedo índice de forma torpe.

-SARA: shhhhh no seas bobo, ¿te crees que a tu madre le preocupa la soledad de tu padre?, Están follando ahora mismo, y como animales según me dice tu madre – casi exploto al oír eso.

-YO: ¡imposible!, son…….

-SARA: marido y mujer, y se la mete hasta el fondo, y si no me crees, ven.

Me cogió de la mano y me llevó hasta casa, no sin dificultades, la costaba andar y apuraba una copa entera al salir de la fiesta, que al llegar a casa, 10 minutos andando, estaba vacía. Fuimos a hurtadillas por detrás, subimos por la escalera y entramos en silencio, se quitó los tacones y fuimos al 2º piso, donde los ruidos empezaron a sonar, Sara iba envalentonada por la bebida y yo la ayudaba a no tropezar, con miedo a que hiciera ruido. Nos pegamos a la puerta y escuchaba a mi madre gritar poseída, Sara sonreía sin soltarme una mano, y cada grito apretaba más contra mis dedos, me llevó abajo de nuevo, y subimos por fuera asomados al balcón que daba a su cuarto, vimos a mi padre boca arriba desnudo, y mi madre montándolo como nunca creí posible, desnuda y con sus tetas vibrando al son del ritmo de sus caderas, no eran tan grandes como para botar, pero eran hipnóticas. Mi padre no hacia nada, estaba quieto mirando a su mujer gritando a pleno pulmón. Tan agachados estabamos para verlos, que tenia a mi tía delante de mí, acuclillada y yo rodeándola por detrás, con un brazo en su cintura, y su culo en mi verga, que estaba dura de ver a mi madre moverse.

-SARA: mira como rebota, la condenada esta gozando como una perra.

-YO: pero es mi madre……

-SARA: es una mujer, y necesita lo que todas, un polvo de vez en cuando.

-YO: parece que gozan – se me ocurrió decir.

-SARA: normal, según me dice tu madre, tu padre la tiene bien gorda…. – una revelación que me dejó pasmado – …algo hereditario por lo visto – tardé 20 segundos en entenderla.

-YO: ¿dices que yo?

-SARA: por lo que siento……… no vas mal armado, ¿eres virgen? – era como si no estuviéramos hablando de mi polla dura en su culo, sin apartar ninguno la vista del recital que estaban dando mis padres, aunque la verdad es que lo daba mi madre.

-YO: NO……..hubo una chica…..

-SARA: zorra afortunada.

-CARMEN: ¡OHHHH SI, OHHHHH SI, FOLLAME PAPÁ, FOLLAME! – era increíble como se movía, sus giros de cadera eran espectaculares, mi padre levantaba la mano para acariciarla un seno, pero se cansaba y la bajaba.

Mi madre se retorció en un alarido y se bajo de él, que la puso boca abajo ladeándola un poco y doblando una pierna, para penetrarla desde arriba, fue cuando vi la polla de mi padre, era oscura y parecía pesada, tenia un grosor considerable, y al metérselo varias veces obligó a mi madre a agarrarse a la pared, mi padre fue acelerando hasta gruñir como un cerdo y hacer temblar toda la cama, mi madre soltaba un gemido agudo con cada ida y cogía aire a la vuelta, soltaba soeces, inconcebibles para mi en sus labios, “mi padre la está matando”.

-SARA: dios………la está haciendo polvo jajajaja.

-YO: ¿que hago?

-SARA: con ellos nada, en cambio yo……… no se con quien, pero necesito sexo…… – cogió mi mano y la bajó entre sus muslos, sentía un calor abrasador por encima del bañador, y mientras mirábamos a mis padre fornicar, acariciaba el coño de mi tía.

Mi madre estaba berreando como una vulgar zorra, y mi padre sudaba a chorros, pasaron unos minutos interminables en que al final mi padre dio 4 fuertes embestidas y se dejó caer, su rabo hizo un arco hasta golpearse el vientre, flácido y brillante, mi madre se dio la vuelta buscándole con los labios por un rato, pero mi padre estaba agotado y se durmió, dejando a mi madre una cara mustia.

-YO: yo……

-SARA: ven.

Me llevó a la playa de nuevo, medio camino de la mano, al llegar estaba desierta, me desnudó sin más, y se puso a chupármela, casi me caigo al suelo, medio borracha en la oscuridad acertó de pleno, se me puso tan dura que me parecía que explotaría, sus manos en la base de mi miembro sujetaban la barra que engullía con unos labios tan carnosos que me hacían doblarme de placer, al sentir su lengua bufé, y a los 2 minutos me corrí en su boca.

-SARA: ¡no me jodas, y yo con este calentón!

-YO: yo…yo……….es que……….- me moría de vergüenza, me senté en la arena y me retraía hasta hacerme una bola, ella me acarició con ternura.

-SARA: no pasa nada…….anda…..ponte la ropa – obedecí cual cachorro.

Al regresar llamamos a la puerta para avisar, ayudé a Sara a llegar a su cuarto, por que le daba vueltas todo, la acosté y me quedé mirándola sin saber que hacer, según la dejé se durmió. Al rato me fui a mi cuarto, pasé media noche queriendo llorar, así que me levanté a beber algo, la casa estaba en silencio, hacia unas horas había escuchado ruido de puertas, quizá mi hermana y Sonia hubieran regresado, pero Jaime no estaba en mi cuarto, al ir a la cocina escuché sonidos de fondo en la terraza, me asomé para ver a Sonia en la piscina dándose el lote con un chico, y a Jaime con otra chica, con aspecto de ir tan borracha como los demás, no me creía la facilidad con la que Jaime la susurraba al oído, y la hacia abrirse de piernas mientras su mano se perdía por dentro de sus bragas, fue un alivio saber que Jaime al menos estaría ocupado con esa chica, y dejaría a mi tía en paz.

Regresé asqueado a mi cuarto, “ese podría haber sido yo si te hubieras quedado en la fiesta”, me tumbé, y a los minutos apareció Jaime sonriendo, no dijo nada y se acostó. Yo seguía sin poder dormir así que bajé al cuarto de mi tía, la puerta abierta que había dejado me dejó verla, ahora desnuda en la cama con la piel brillando con la luz de la noche, tenía el culo en pompa y un seno fuera de las mantas.

-MARTA: tú también les has oído, ¿no? – sobresaltado me di la vuelta y vi la figura de mi hermana en camisón.

-YO: yo no…….es que……….

-MARTA: siento si Sonia y Jaime te han despertado.

-YO: ah…no pasa nada…..¿cuando has vuelto?

-MARTA: he llegado con Sonia, pero me he ido a la cama mientras ella jugaba con ese tío, ahora está arriba durmiendo, dios, cuando está borracha Sonia ronca como un oso.

-YO: ¿no se lo ha follado? – se me escapó, era una pregunta sincera, pero Marta interpretó como una broma.

-MARTA: no, era un mierda, no lo veras más, pero yo estoy cansada y necesito dormir, con ella en mi cuarto es imposible.

-YO: yo también tengo sueño, pero no consigo cerrar los ojos

-MARTA: jajajaja como de críos, eres un vampiro, de noche no dormías y te ponías a mi regazo hecho un bola jajaja.

-YO: no me acuerdo……

-MARTA: yo si, tendrías 6 o 7 años, me gustaba acariciarte el pelo mientras te dormías, si quieres podemos probar.

Asentí perdido, no sabia que pensar, estaban pasando demasiadas cosas en poco tiempo, nos metimos en el cuarto libre del 2º piso y me tumbé en la cama, Marta se puso como un buda y dejó recostar mi cabeza en sus piernas, se pasó 1 hora jugando con mi pelo hasta que me dormí. Al despertar estaba solo en la cama, no sabía ni que hora era, al llamar a alguien solo contestó Sonia, que estaba despidiéndose de un tipo, en la puerta.

-YO: ¿quien era?

-SONIA: nadie………un chico que conocí ayer, nos quieren invitar a una fiesta.

-YO: ¿donde están todos?

-SONIA: tus padres y Jaime han ido a la playa con tu tía, tú hermana esta dándose una ducha, ¿que tal ayer? Me lo pasé genial pero te perdí la pista.

-YO: no sabría que decirte……- nunca mejor expresado.

-SONIA: déjate de ir de puntillas, ve y disfruta de lo que quieras, para eso son las vacaciones – se acercó de frente y me besó en el cuello haciéndome reír, antes de alejarse piso arriba.

Me di una ducha y desayuné, no sabia a donde ir así que esperé a mi hermana, que bajó envuelta en una toalla y secándose el pelo, Sonia estaba esperándola para salir de nuevo, me invitaron a ir con ellas, pero no hubo manera, me sentía tonto en compañía de aquellos chicos, así que me quedé en casa solo unas horas, hasta saqué los libros de texto de algunos trabajos que tenia que hacer, me fui abajo al salón ya que, pese al lujo, solo hay aire acondicionado allí, el resto de la casa dependía de la brisa del mar, y a determinadas horas era insoportable estar en los cuartos de los pisos superiores, al igual que a otras el aire y la falta de protección dejaba helada la casa. Pasadas unas horas escuché ruido en la puerta y por algún motivo me escondí.

-SARA: ¿HOLA? ¿HAY ALGUIEN EN CASA? – gritaba repetidamente.

-SEÑOR: vamos, necesito tomarte.

-SARA: espera que miro – repasó cada cuarto, todo menos los balcones, donde me encontraba.

Subieron a su cuarto y pude ver con cuidado como un tipo alto y fornido, de unos 40 años y demasiado bronceado, la seguía por el cuarto. Ya estaban desnudos cuando me “instalé”, Sara sonreía mientras se dejaba acariciar, la polla del tipo, con la luz de sol y totalmente dura, resaltaba, aunque tenía la impresión de que no era tan grande como la mía o la de mi padre. Mi tía se tumbó en la cama abriéndose de piernas, una leve mata de pelo moreno apareció, tumbó al hombre en la cama y comenzó una felación como la que me hizo a mi, pero duró más de 4 minutos, de hecho su polla pareció endurecerse hasta que Sara lo cabalgó, casi sentí su polla atravesar su coño, y el alarido de Sara lo denotó.

-SARA: ¡vamos imbécil, fóllame de una vez ¿o lo tengo que hacer yo todo?!

-SEÑOR: jajaja eres una guarra de cuidado, te voy a follar tanto que te vas a volver loca.

-SARA: ¡ohhhh si……..fóllame…………dios! – el hombre se movía y mi tía vibraba con él.

-SEÑOR: ¿sabes?, me encanta follarme a desconocidas

-SARA: ¡cállate y dame fuerte, ayer me quedé con ganas! – eso me dolió más que verla montando a otro.

Pasaron muchos minutos en que el hombre se deleitó con mi tía, cambiaron a la postura del perrito, y luego mi tía se recostó abierta de piernas con ángulo de 180º, dejándose perforar mientras se pellizcaba los pezones, el hombre no aguantó tanto y se corrió dentro de mi tía de forma salvaje, ella cogía su semen de dentro y lo lamía de sus dedos, mientras jugaban a acariciarse, yo terminé de vaciarme de la brutal paja que me había hecho.

-SEÑOR: dios, me vuelves loco.

-SARA: no ha estado mal, ahora vístete y vete.

-SEÑOR: dame un segundo y te haré gozar – la estaba chupando un pezón con habilidad.

-SARA: he dicho que te largues, puede venir alguien y verte, no quiero dar explicaciones.

El hombre la soltó una palmada en una teta y se fue jurando en palabras inaudibles, me pasé otra hora escondido, como me sentía, invisible, perdido. Me fui a la piscina y nadé un rato, apareció Sara con gesto serio y se sentó en la orilla con los pies en el agua, con un camisón azul claro y amplio.

-SARA: ¿que tal estás?

-YO: bien.

-SARA: oye………lo de ayer…..siento si……….es que estaba muy borracha, no me acuerdo de mucho, pero te debo una disculpa.

-YO: no pasó nada……

-SARA: no es nada personal, desde lo de mi ex ando algo……..estúpida.

-YO: te entiendo, no te preocupes.

-SARA: eres un sol de chico.

-YO: gracias…..pero ya soy un hombre, no un chico.

-SARA: claro que si – su sonrisa dulce me enamoraba a cada segundo, pero su tono fue condescendiente.

Mi madre y mi padre aparecieron por detrás saludando, y entraron en casa sin acercarse.

-SARA: no les digas nada a ellos, no se como se tomarían que bebiera de más.

-YO: descuida…..- el sonido de un chapuzón sonó detrás de mí y Jaime salió entre Sara y yo.

-JAIME: ¿que es lo que no quieres que sepan? – Sara me miró con gesto cómplice.

-YO: nada que te importe.

-SARA: eso, jajajajaja.

-JAIME: así que esas tenemos, eh…..- se acercó a Sara y la cogió por la cintura echándosela encima, cayendo los 2 al agua, de nuevo Jaime la tenia empapada entre sus brazos, y riéndose.

-SARA: ¡que manía tienes de tirarnos al agua! – se alejó unos pasos.

-JAIME: es que estáis preciosas con el pelo mojado, tú pareces una sirena – el camisón se empapó al instante pegándose a su piel y la parte baja flotaba subiéndose.

-SARA: eres un encanto…… – se volverían juntar.

-JAIME: ¿sabes que hacen las sirenas?, bucear……..- Sara soltó un grito corto al verse por el aire y hundirse en el agua por el empujón de Jaime, que luego al agarró dejándola bajo el agua unos segundos, mientras ponía su pelvis en su trasero –….. mira como la gusta.

-YO: suéltala, la vas a ahogar.

-JAIME: no, déjala así, quiero ver como reacciona, si sale riendo es mía, si no, que la den por culo y me busco a otra.

Esperé ansioso, los segundos parecían horas, Sara pataleaba y la sensación era de peligro, quería actuar pero también saber, Jaime se mostraba firme y casi pasado un minuto la soltó, Sara salió cogiendo aire en una bocanada enorme, y los 2 nos quedamos mirándola expectantes, se sujetó el pecho con una mano recuperando el aire, y miró a Jaime…….

-SARA: ¡eres un animal……..! – y le sonrió, Jaime casi salta de alegría, pero lo que hizo fue ir a por ella, que huyó a esconderse detrás de mí.

-JAIME: ¡ven aquí, sirena mía!

-SARA: ¡por favor, Samuel!, ayúdame…..- sus suplicas no escondían la broma, yo estaba perdido viendo como el camisón se le pegaba a los senos.

-JAIME: ¿y quien te ha dicho que él te protege?, ¿y no sea otro cazador de sirenas? – la pillé al vuelo, cogí a Sara, que se vio atrapada entre los dos, la sujeté de los brazos echándoselos hacia atrás mientras Jaime se pegaba a su pecho, de frente.

-SARA: jajaja que malos sois, 2 contra una, ¡ya podréis!

-JAIME: solo estamos jugando….. – la cogió de la nuca y la dobló por el estómago metiéndola bajo el agua, sentí su culo apretarse contra mi erección creciente, y luego Jaime se puso la cabeza de Sara entre la piernas, Sara estaba inmovilizada y moviéndose desesperada, la iba a soltar cuando Jaime me cogió del brazo – ….espera unos segundos, si te sonríe al salir te aseguro que te la follas tú también.

-YO: ayer me la chupó…… – Jaime se sorprendió –…. no duré casi nada, estaba borracha, dice que no se acuerda…….

-JAIME: ya…….está más necesitada que una monja……anda suéltala.

Lo hice y Sara sacó la cabeza de entre las piernas de Jaime, escupiendo agua, doblada con mi polla en su culo y la cabeza a poca distancia de la cintura de Jaime.

-SARA: ¡joder, casi me ahogáis! jajajaja – se giró y se apoyó en mi pecho para coger aire.

-YO: yo……- iba a disculparme cuando Sara saltó sobre mi, caí de espaldas y metí mi cabeza entre sus senos, me pilló desprevenido, no se apartaba y me tenia bajo el agua agarrado, vi como su cuerpo se movía, como una teta amenazaba con salírsele del escote, y como Jaime se colocaba detrás de ella, tratando de “ayudarme” sin perder la oportunidad de pegarse a ella, en tantos gestos que vi como su miembro se le salía de la pernera y se frotaba con los muslos de Sara.

Pasé un milenio allí debajo, hasta que me harté, quise subir pero no me dejaba, así que casi por instinto la mordí una teta, al salir al aire las risas eran dominantes, Sara se sujetaba el pecho, asombrada, y Jaime sonreía.

-SARA: ¡que bruto, me ha mordido……!

-YO: lo siento…..yo…….me ahogaba…y……- me dio un manotazo suave con su sonrisa picara.

-JAIME: me encanta jugar a esto.

-SARA: jaja y a mi, sois unos piratas muy duros, yo soy débil, una flor delicada……- sus susurros casi me conmueven, se pegó a mi pecho cual mujer desvalida y la abracé, me daba igual que mi polla se doblara por la presión de su cuerpo, y a ella igual. En un descuido trató de volver a asaltarme, pero esta vez la cogí de la cintura y la hundí de espaldas, me rodeó, con las piernas, y la vi manotear sobre mi pecho.

La tenia sujeta de la cintura y con una mano la hundía por el vientre, el pecho o el cuello, pasaron muchos segundos y sus gestos se volvían feroces, hasta que sentí un golpe en los testículos, del dolor la solté, y me doblé sobre mi mismo, Jaime se reía mientras Sara, esta vez, vomitaba agua, para luego sonreír.

-YO: ¡me has…….!

-SARA: tú me has mordido una teta………¡en el mar no hay normas, marinero!

Al ir eso, Jaime al atacó, literalmente, la cogió de las muñecas y la arrodilló hundiéndola en el agua, según la postura, la cara de Sara tenia que estar a la altura de su miembro, fue hábil y no la dejó respirar hasta que sin otro remedio tuvo que darle un mordisco a su pene, salió huyendo entre risas y la perseguí, fue cuando mi madre apareció en escena, con los brazos cruzados se reía al borde de la piscina, con el biquini de la playa puesto, de los nuevos más juveniles y atractivos, era naranja y de corte deportivo, con un pareo en la cintura.

-SARA: ¡por dios, hermana!, ayuda, yo sola no puedo con estos 2.

-CARMEN: déjenla muchachos….

-SARA: ¡no seas tonta, no quiero que paren, quiero ganar! – salió del agua mostrando medio seno y con el camisón tan levantado que se le vio un tanga color naranja, la cogió de la mano y la tiró al agua.

-CARMEN: ¡nooooooooo, el pareo!

-SARA: jajaja – se tiró al agua y emergió atacando a Jaime, era una lucha equilibrada, Jaime solo podía con ella, si ella lo permitía, y lo hacia.

-CARMEN: tú, ven aquí ……- nadó hasta mi y trató de hundirme, su pareo era largo, y mojado le impedía moverse, así que se lo quitó, dejándome ver a mi madre en su esplendor, esos biquinis diseñados para jovenzuelas le quedaban de escándalo, tenia menos pecho que mi tía, pero aun así era preciosa, ahora me daba cuenta, antes lo sabia, pero en ese momento me fijaba en ello.

Al atacarme la dejé ganar muchas veces, hasta que a la 5º la pillé de espaldas, y mi miembro la atravesó entre los muslos, metí mi mano entre sus piernas y la alcé tan alto que la saqué del agua, sonrió, la hundí he hice lo mismo que con Sara, la dejaba hundida mucho tiempo, tanto como quería, hasta que la dejaba salir, y como su hermana, sonreía y volvía a por más. Perdí la cuenta del número de veces que sentí sus senos y su culo sobre mi piel, y la de las veces que mi polla se rozaba con ella, se me salía por la pernera de lo dura que estaba, y aun así mi madre no paraba, yo menos.

-SARA: ahora vas a saber lo que es bueno – al girarme vi a Jaime salir del agua y a Sara atacarme, mientras soltaba a mi madre.

-CAMREN: ¡jajaja verás ahora!

Se lanzaron contra mi, no sabía que hacer y aprovecharon para hundirme, tanto tiempo que el agua estaba calmada y pude ver como medio labio del coño de mi tía se había salido del tanga, y como el biquini de mi madre se había movido tanto que se le veía medio pezón. Aquello era demasiado, logré coger impulso de un tirón levanté a las 2 del suelo, las apreté una contra la otra y las hundí a la vez, dejándolas entre mis piernas, mi madre estaba debajo y Sara de espaldas a mi a 4 patas bajo el agua, mi polla la rozaba la piel entre las nalgas, y el movimiento por querer salir no ayudaba, comencé de forma inconsciente a masturbarme contra ella, hasta que sentí la corriente eléctrica y me corrí encima de ellas bajo el agua, las solté asfixiado, y al emerger ambas escupían agua, y se reían, fueron a por mi, pero no podía más.

-YO: tiempo…………no puedo…..estoy muerto……

-CARMEN: ¡ohhh! con lo bien que nos lo estamos pasando……- “y yo”, pero no era solo físico, me sentía mal, avergonzado, ni mi madre ni mi tía parecieron darse cuenta de lo que había pasado.

-SARA: jajaja creo que por hoy hemos ganado hermanita – chocaron sus manos mientras se recolocaban todo.

-CARMEN: vamos a comer.

Era asombroso como Jaime había logrado ganarse tal confianza en menos de 2 días, en una situación normal jamás habría logrado meterle mano a esas mujeres, pero con un simple juego de hundirse que parecía tan inocente, podías cogerlas una teta o que te dieran un mordisco al pene, y que todo fuera normal.

Continuará………

Relato erótico: “La casa en la playa 2.” (POR SAULILLO77)

$
0
0

La siguiente semanas fue un calco, daba igual en la piscina o en el mar, los 4, Jaime, Sara, mi madre y yo, jugábamos a hundirnos, y la temperatura subía cada vez más, me sorprendió que mi madre fuera tan extrovertida, mi padre tenia razón, Sara la cambiaba, nunca pensé que fuera capaz de retorcerle los huevos a Jaime para que la soltara, ni de usar sus pechos como arma asfixiante contra mi. Por suerte, mi Padre estaba perdido, no salía de casa, y si lo hacia era solo para ir a ver a los vecinos. Un día al volver de la playa nos fuimos a duchar y nos quedamos hablando Jaime y yo, mientras el se fumaba un porro.

-JAIME: ¡dios, ¿has visto como se ha puesto Sara?!, le importa una mierda que se la meta entre las piernas, se deja hacer lo que sea, me ha pegado tantos mordiscos en la polla para coger aire que tengo marcas.

-YO: estaba liado…..

-JAIME: ¡ya, tú madre no se queda corta!, me ha bajado el bañador para ver si la soltaba, y al no hacerlo, ¡te juro que me ha besado la polla!

-YO: ¿estás mal de la cabeza?, solo jugamos a sus ojos.

-JAIME: pues que juegue conmigo cuanto quiera.

-YO: ¡no seas brusco!, es mi madre.

-JAIME: a la que tú también la metes mano, no creas que no me fijo……- me puse rojo de la verdad que era, me masturbaba a diario, varias veces, por culpa de los juegos con mi madre y mi tía.

-YO: ¿y que vamos a hacer? – a estas alturas era un títere en manos de Jaime, quería sexo con mi tía, y la idea de hacerlo con mi madre no me era extraña.

-JAIME: tenemos que ser listos, tengo que pillar a tu tía vulnerable.

-YO: ¿y por que tú, y no yo?

-JAIME: por que la vas a cagar, deja que la dome primero, pero tu madre no se aparta de ella.

-YO: puedo distraerla un rato.

-JAIME: no basta, tiene que estar KO, mete pastillas del mareo en su bebida al cenar, tu padre se va a dormir pronto, y las chicas se van con los de la playa, nos vamos a quedar los 4 solos.

-YO: ¡no voy a drogar a mi madre!

-JAIME: hazlo, o te vas a pasar 3 meses matándote a pajas como hasta ahora, solo serán una o dos para que se adormezca, yo me ocuparé de Sara.

Busqué las pastillas y obedecí, en parte por que tenía miedo de Jaime, o de que me dejara solo y perdiera aquella diversión tan rara que sentía. Pasó el día de lo más normal, y a la cena mi madre se bebió su limonada de un trago, y nos quedamos abajo viendo la TV un rato. Todo ocurrió como dijo Jaime, mi padre se fue a dormir nada más cenar, y su sueño era profundo, nos quedamos los 4 solos en el salón de abajo, sentados en los sofás, mi madre y yo en uno, Jaime y Sara en otro. Mi madre empezó a dar cabezazos, se acurrucó a mi buscando calor y acomodo, y se apoyó en mi pecho para quedar KO, iba con un suéter largo de fina tela que la cubría poco más allá de los muslos, me recosté de lado y ella se venció sobre mi, usándome de colchón, la zarandeaba de vez en cuando pero estaba ya dormida. Jaime me miró y le leí en la mirada que yo me tenía que “dormir” igual, como si pudiera con el peso del cuerpo de mi madre pegado a mí, con sus pechos golpeándome con cada respiración.

Jaime era un genio, o me parecía, al sentarse se puso de tal forma que a Sara no le quedó otra que sentarse entre sus piernas, al pasar el tiempo ella se cansaba de mantenerse erguida y se iba ladeando hasta que estaban los 2 sentados con el pecho de Jaime pegado a la espalda de Sara, aprovechando para darla un masaje lento y calmado, Jaime iba solo con unas bermudas mientras que Sara llevaba una corta falda con vuelo y una camiseta de un solo hombro, de remate cogió unas mantas del sofá y la tapó cubriéndola desde las rodillas hasta el pecho, y tan relajada del masaje, que se dejó recostar sobre Jaime, que la rodeó con los brazos por el vientre, y la iba susurrando cosas inaudibles, la hacían sonrojarse y mirarlo hacia atrás con descaro, mientras de vez en cuando la besaba en el hombro libre de tela y de la melena rubia que le había acomodado al otro costado

-JAIME: odio estas de películas románticas, endulzan el amor y lo hacen irreal.

-SARA: no lo sabes tú bien……….y baja la voz, o los vas a despertar.

-JAIME: vale, pero es que no me imagino a hombres así, ¿su marido es tan romántico? – ahora susurraban los 2.

-SARA: mi ex marido, y si lo fuera, no seria mi ex…..

-JAIME: si no es indiscreción, ¿por que lo dejaron?

-SARA: pues por cosas de adultos…..

-JAIME: yo soy un adulto.

-SARA: verás…….es que……el tiempo…los roces……al final la pasión se apaga y te das cuenta de que ese hombre no te hace feliz – sorbió por la nariz disimulando su tristeza.

-JAIME: no creo que un hombre no sea feliz con usted a su lado, es una belleza de mujer.

-SARA: jajaja gracias, pero era yo quien no era feliz.

-JAIME: pues era un idiota, es usted hermosa y muy divertida.

-SARA: jajaja eres muy amable, pero no me llames de usted, que me siento vieja.

-JAIME: nada más lejos de mi intención, seria un insulto – la apretó contra si, y Sara le devolvió el gesto con una mirada de refilón por encima del hombro que derretiría a cualquiera.

-SARA: eres un cielo, me estoy divirtiendo mucho, y gracias a ti se me pasan los pesares – la acarició la cara y Jaime se quedó mirándola atónito.

-JAIME: pídame lo que sea, y la complaceré como pueda.

-SARA: por favor…¿me darías un fuerte abrazo? – se giró sobre si misma y extendió los brazos, se fundieron unos segundos, al separarse Jaime ya no se alejó, estaban tan cerca que Sara tuvo que levantar las piernas y pasarlas por encima de la de Jaime, para ponerse cómoda.

-JAIME: si puedo ayudarla en lo que sea, dígamelo, soy su fiel servidor.

-SARA: ya haces mucho – le estaba acariciando la nuca jugando con el pelo de Jaime, que empezó a vencerse hacia Sara, que sonreía dulcemente.

-JAIME: ¿puedo pedirla yo una cosa?… – Sara asintió con una sonrisa alegre – ….me gustaría besarla.

-SARA: jajaja, claro – puso la mejilla.

-JAIME: no, no me lo tome a mal, pero me gustaría besarla……..en los labios, desde el 1º día que la besé no me quito de la cabeza su sabor – Sara sonrió halagada, pero algo confusa.

-SARA: eres un encanto de niño, pero no se si….- no la dio tiempo y se lanzó a besarla, ella sonrió sorprendía, pero no se apartó mientras Jaime apretaba los labios contra ella, para justo después devolverle el beso, y cuando me quise dar cuenta sus lenguas se fundían en una.

-JAIME: dios, eres preciosa, y besas como un ángel.

-SARA: jajaja que bobo, para……pueden vernos – se había echado hacia atrás, por no se si para alejarse de Jaime, o para sentarse de frente y recibirle mejor.

-JAIME: están durmiendo, y tu sobrino es un capullo que aunque oyera algo no se atrevería a decirlo, te deseo Sara, y se que me deseas – se volvieron a besar, y esta vez ella le cogió del cuello y abrió tanto la boca para dejarse “violar” por la lengua de Jaime que al final un sonoro beso la cerró los ojos.

-SARA: jaja que bribón, me tienes cachonda perdida con estos juegos……. – acarició su pecho mientras le besaba el cuello.

-JAIME: pues juguemos.

La manta se bajó hasta las cinturas y pude ver lo que ocultaba, Jaime tenía una mano metida por dentro de la camiseta de Sara y amasaba un seno con delicadeza, mientras que la otra mano estaba metida por debajo del vuelo de la falda. Le quitó la parte de arriba y se dedicó a besarla las tetas que rebosaban en un sujetador azul de licra, lamió hasta oír gemidos de Sara que apretaba su cabeza contra sus tetas, mientras alguna vez nos miraba de reojo, por si nos despertábamos, pero mi madre estaba KO, y yo escondido detrás de ella, lo veía todo desde la seguridad. Entones Sara se volvió a poner de espaldas a Jaime, y se tapó de nuevo, solo veía sus cabezas y sus pies, el resto era un movimiento aleatorio bajo la manta, pero tenían las cabezas tan pegadas y los gestos eran tan rítmicos que podía adivinar que Jaime la estaba masajeando un pecho con una mano, mientras la otra hurgaba entre las piernas de Sara, que en un momento dado sacó su camiseta, y después el sujetador de debajo de la manta, Jaime la susurraba cosas y besuqueaba la piel de su espalda y hombro, ella giraba la cara buscando sus caricias. Pagaría por tener rayos x, me conformaba con estar usando a mi madre para frotarme de forma sibilina, la sujetaba de la cintura para que no se moviera, y apretar su culo hacia mi, que hacia de dique para mi brutal erección.

-SARA: ohhhh dios……..sigue…….- murmuraba con pausa.

La mano entre las piernas ya era rápida, y el ángulo de lo pies era amplio, Sara hacia fuerza para subir y bajar por el cuerpo de Jaime, mi idea fue rezar por que no se la estuviera follando ya, se le arqueaba la espalda de tal forma que la manta parecía hincharse, para luego caer a plomo, de forma que la manta cayó de nuevo, y vi a Jaime sonreír, una mano estaba pellizcándola un pezón rosado, magullado, totalmente duro y saliente, mientras que vi como la falda estaba del revés, y Jaime tenia la otra mano metida por dentro de las bragas, masturbando, ella estaba apoyada con ambas manos en las piernas de él, subiendo y bajando frotando su trasero con ritmo.

-JAIME: ¿te gusta?

-SARA: ¡oh. Dios….si…..me encanta…..no pares! – Jaime la besó en el cuello y apretó tan fuerte que sonó el vacío, y tras unos segundos se separó dejando una marca clara que duró días, eso solo hizo que Sara gimiera y se retorciera de placer.

-JAIME: vamos, córrete de una vez, yo también necesito de tus caricias – aceleró tanto la mano que Sara abrió los ojos y la boca, de la sorpresa casi ni respiraba, luego sentí como se tensaba hasta que unos minutos después su cadera dio fuertes latigazos.

-SARA: ¡madre mía, que gusto joder!

-JAIME: te toca, chúpamela – Sara soltó un bufido y le miró absorta.

-SARA: no seas grosero, te lo agradezco, pero no soy una cualquiera.

-JAIME: mujer, no me puedes dejar así – la apartó para dejar ver su miembro totalmente duro fuera del bañador, al verla, Sara palideció ruborizándose.

-SARA: jaja, está bien, pero una paja y punto.

Le cogió la polla y volvió a taparse, mientras se besaban con pasión, la manta revelaban un gesto repetitivo, de vez en cuando se bajaba, y al final veía como Sara le masturbaba a 2 manos mientras Jaime la pellizcaba los pezones con fuerza.

-SARA: jajaja estoy cansada, ¿puedes seguir tú?

-JAIME: yo no he parado, es injusto…..no se por que se la chupas a ese imbécil y a mi no….- me señaló con la cabeza, quise matarlo.

-SARA: ¿te lo ha dicho?, ¡dios que vergüenza!, por favor no lo digas, estaba borracha……..- borracha si, pero se acordaba, me había mentido.

-JAIME: claro que si, es un mierda, en cambio yo te doy lo que necesitas, pero solo si me correspondes.

-SARA: jajajaa vale, pero ni una palabra.

Se dejó caer hasta ponerse de rodillas y lamió su glande un par de veces, Jaime se recostó como el líder de una manada y dejó que empezara a comérsela, Sara usó la manta de escudo y se tapó ella sola, aunque era ridículo ver el bulto de su cabeza subir y bajar en la pelvis de él, cualquier a que mirara sabia que pasaba, con manta o sin ella. Jaime me chistó y me asomé, su gesto de OK con el pulgar me enfureció, luego me dijo que mirara bien.

Le quitó la manta de la cabeza, y le ayudó apartándola el pelo rubio, haciéndola una coleta con la mano, no hacia falta guiarla, se la comía con devoción, hasta que Jaime le cogió la cabeza con ambas manos y se puso en pie, sin sacarla de su boca empezó a follársela, tal cual, usaba su cabeza como un melón al que embestía, el sonido de ahogarse era claro, y la saliva brotaba de su miembro, poco pudo hacer Sara salvo dejarse penetrar la boca como si fuera su coño, y al rato Jaime se vació en su boca, sin pedirla permiso o avisar, , se sentó en el sofá sonriendo, mirando a Sara, de rodillas con la cara llena de babas y semen, pero no sonriendo menos.

-JAIME: eres un regalo del cielo.

-SARA: jajaja que bestia eres, me has hecho daño – le limpiaba la barbilla con el dorso de la mano.

-JAIME: lo siento, es que me pones a 100.

-SARA: no pasa nada, pero tienes que tranquilizarte, esto no puede pasar más.

-JAIEM: ¿como?

-SARA: si, ha sido peligroso, pueden vernos.

-JAIME: el único que tendría huevos a decir algo seria tu cuñado, si tenemos cuidado de que no nos vea podemos hacer lo que queramos.

-SARA: no es solo él, mi hermana y el pobre Samuel…..

-JAIME: no hemos hecho nada malo, pero si lo deseas no volveré a tocarte.

-SARA: NO, no es eso…- gateó hasta su regazo.

-JAIME: pues no soy de piedra, si te tengo cerca pasará esto, y lo sabes.

-SARA: está bien…..pero ten cuidado – Jaime sonreía de forma diferente cuando lograba que alguien hiciera lo que él quería, pensando que era idea suya.

-JAIME: ven aquí, mi sirena – la cogió de la mano y se la subió de rodillas encima, besándose con lentitud, mientras Sara se quitaba los restos de la cara.

-SARA: vístete, se van a despertar y no me pueden ver así.

Lo hicieron y se fueron a ducharse, yo solo pude quedarme abrazado a mi madre y rogar por que no le hubiera manchado la blusa con mi semen de tanto rozarme, al par de horas mi madre se despertó algo desorientada, y la tuve que ayudar a acostarse, al ir a mi cuarto Jaime estaba en la terraza, fumando un porro.

JAEIM: ¿has visto? Dios, es más puta de lo que pensaba.

-YO: está deprimida y se siente sola.

-JAIME: como quieras………ya está en mi mano, solo es cuestión de tiempo que me la folle.

-YO: ¿y yo?

-JAIME: tú cierra la boca y espera, no hagas nada ni digas nada, como si no hubiera pasado, como lo jodas te mato, ¿me oyes?

-YO: no me gusta que me faltes al respeto, le dices que soy imbécil y un mierda.

-JAIME: por que lo eres, la tienes en tu casa y no haces nada, menos mal que he venido, le hacia falta una buena polla y un hombre de verdad, tú no lo eres.

-YO: eres un capullo – me fui de allí ignorando sus palabras, al bajar vi a mi tía metida en la piscina, y me acerqué con curiosidad, estaba metida en el agua apoyada en la pared, con un biquini negro y diminuto.

-SARA: hola Samuel, ¿has ……dormido bien?, la película era horrible…….

-YO: yo……….como un tronco……

-SARA: me alegro, yo estaba algo acalorada y me he salido a refrescarme.

-YO: ¿estás bien?

-SARA: genial, mejor que en mucho tiempo…….- su sonrisa picara me acaloró las mejillas – ….ha sido una gran idea venir.

-YO: si puedo ayudarte en algo…..- metí ficha.

-SARA: muchas gracias amor, pero no necesito nada ahora mismo, salvo tu compañía, si me haces el honor – con un gesto me invitó a meterme en el agua, lo hice con calma, nadó hasta mi y me abrazó con dulzura, sentí sus pezones en mi piel y su olor a cloro y mujer saciada.

-YO: ¿a que viene esto?

-SARA: eres un gran chico, y quiero que lo sepas, se que Jaime está acaparando mi tiempo, pero siempre serás mi favorito – era un crío a sus ojos, me pellizcó la mejilla y me besó tantas veces en el carrillo que me dio vergüenza ajena.

Nos pasamos media hora haciendo el bobo en el agua, pera luego volver a casa, me metí en la cama y soñé con que era yo quien destrozaba la boca de Sara a golpes con mi pelvis, pero no lo era, y el amanecer me dio de bruces con la realidad, Jaime me azuzaba para ir a la playa con mi madre y mi tía, mi padre dormía, así que los 4 de siempre fuimos al mar. Mi tía seguía levantando pasiones con un biquini anaranjado y de medio culo, pero era mi madre la que me sorprendía, se presentó con un biquini rojo pasión, tan escueto que apenas le tapaba nada, Jaime le dedicó mucho tiempo en dar crema y luego en el agua jugamos un rato a hundirnos, hasta que Sara y Jaime se separaron, y mi madre tiró de mi un poco para alejarnos de ellos.

-CARMEN: déjales un rato a solas.

-YO: ¿por que?

-CARMEN: Sara está recuperando su sonrisa, Jaime la está ayudando, y no quiero que se estropee.

-YO: pero Jaime es …….- mi madre me acarició la cara – ….mamá, tengo que decirte algo, pero…….no se si………

-CARMEN: cariño, soy tu madre, y te quiero, puedes decirme lo que sea.

-YO: es que Jaime…..

-CARMEN: ya lo sé, es un poco bala perdida, pero es bueno que esté aquí, te hace ser mas abierto a ti también.

-YO: ya, pero es que mi tía…..y él……..

-CARMEN: no tienes que tener envidia de sus atenciones, Sara lo está pasando mal y solo coquetea con él…..

-YO: no es solo eso……..han estado ……ya sabes……antes – me miró confusa.

-CARMEN: seguro que son cosas tuyas…….no te preocupes, todo va bien.

-YO: pero mamá……

-CARMEN: tienes que dejar de pensar así, y divertirte tú, como cuando jugamos – increíble, tan abnegada era que se cegaba ante la evidencia.

-YO: pero es que estos juegos…….yo………

-CARMEN: ¿te refieres a los roces y eso?

-YO: es que…….alguna vez……..

-CARMEN: son cosas normales hijo, eres ya un hombre y esas cosas pasan, una erección no es nada malo – me alegraba que lo dijera ella, a mi no me salían las palabras.

-YO: pero no por que esté jugando contigo – me cogió de la cara, estaba rojo y su biquini minúsculo me la estaba poniendo dura.

-CARMEN: no pasa nada amor mío, hasta me siento halagada, que tú y Jaime, tan jóvenes, os pongáis…….contentos con nosotras, es dulce.

-YO: es raro….

-CARMEN: puede, pero es un precio bajo por verte reír, creo que te cuesta demasiado tener interacciones con los demás.

-YO: no soy muy afable, lo sé – me dio otro abrazo y apretó contra mí, sentí sus senos pegados a mí y sus labios besándome en la cara.

Quise insistir, buscar apoyo contra Jaime, pero si mi madre no venia maldad en aquello, ¿por que iba ha hacerlo yo?, Jaime y Sara jugaban a algo, se les veía de lejos, pero no a hundirse, aunque parecían divertirse, por la postura casi diría que la estaba masturbando en mitad del mar, al salir del agua Jaime le soltó varias cachetes en el culo a Sara, cada uno más fuerte que el anterior, Sara se reía después de sisear con cada golpe, al juntarnos mi madre les preguntaba.

-CARMEN: ¿que tal el baño?

-SARA: muy relajante…….- dio un golpe de cadera a Jaime que volvió a azotarla, tan fuerte que sonó un eco y Sara gimió.

-CARMEN: ¡que bruto jajaja! – Jaime la sonrió, mientras Sara se frotaba el culo escocida, y le soltó un cachete a mi madre, que dio un saltó, y sonrío coqueta, sorprendida.

-JAIME: tengo dos manos, tenga cuidado……

-CARMEN: ¡jajaja que trasto! – se retorció para ver la marca de la mano de Jaime en su nalga, y Sara tenia otras cuantas, al tumbarse boca abajo las vi bien, y Jaime me dio un palmada tan fuerte en la espalda que del dolor me doblé.

-JAIME: no seas nenaza, y ayuda a tu madre a echarse crema – deshizo el nudo de la espalda del biquini de Sara y se pasó 10 minutas frotándola con calma, yo hice lo mismo con mi madre, que ni se inmutó al soltarla las lazadas.

-CARMEN: uffff, que buenas manos tienes hijo…….deberías darme masajes más a menudo.

-SARA: te dije que hace maravillas con las manos – desde el principio me pedía masajes en los pies y la espalda.

-JAIME: no es el único – Sara tosió ante su osadía, pero mi madre, cándida, lo entendió mal.

-CARMEN: ¿ah si? Prueba tú, a ver si le mejoras…..

Le faltó tiempo para apartarme de mi madre y ponerse de rodillas en sus muslos, con el culo en 1º plano, y empezar a frotarla, mi madre ronroneaba pasados unos minutos, sin darse cuenta de cómo Jaime amasaba su culo con la pelvis con cada vaivén.

-CARMEN: la verdad es que tampoco lo haces mal jajaja.

-JAIME: será un placer darle un masaje siempre que quiera – hasta eso me quería arrebatar.

-SARA: ¿me tengo que poner celosa? – la sorna llevaba algo de certeza.

-JAIME: como he dicho, tengo 2 manos……..- y el muy cabrón le dio otro azote a mi madre en la otra nalga, hizo moverse su piel en una marea hipnótica, mi madre se sobresaltó alzando el cuerpo y dejándome ver sus pezones, eran diminutos y oscurecidos.

-CARMEN: ¡ah bestia!, jajajaja ten cuidado – se tapó con rapidez los senos con una mano mientras con la otra se frotaba con energía el culo.

-JAIME: jajaja lo siento, es que tiene un cuerpo increíble.

-CARMEN: eres un zalamero, anda y échate crema, que te vas a quemar.

No obedeció, pese a los 45º del medio día, hasta parecía querer quemarse. Una vez secos, regresamos a casa a comer, Jaime y yo caminábamos por detrás viendo a las 2 mujeres caminar en biquini y con la marca de las manos de Jaime en sus traseros. Sonia y mi hermana seguían perdidas con el grupo de amigos que habían hecho. La presencia de mi padre nos tranquilizaba a todos, Jaime dejaba de ser el “bribón o trasto” y se convertía en el yerno perfecto, creo que mi padre preferiría tenerle a él como hijo. Por la tarde nos quedamos en la piscina mientras mi padre y mi madre se echaban la sienta, pero algo me decía que podrían estar follando. Sara y Jaime compartían asiento mientras yo leía un libro.

-SARA: jajaja de verdad que me duele el culo, ¡eres un animal!, mira las marcas que me has dejado……- se ponía en pie, levantando el camisón y mostrando su culo enrojecido.

-JAIME: lo siento, es que los porros me ponen un poco tonto.

-SARA: ¿fumas porros?

-JAIME: marihuana, de hecho me fumo ahora uno – y de un petate sacó uno bien largo, ante la mirada de Sara, lo encendió y le dio varias caladas, echándole el humo a la cara para hacerla rabiar.

-SARA: que bien huele, hace tanto que no la pruebo…….

-JAIME: ¿fumabas?

-SARA: claro, en el instituto, lo dejé al casarme…………..¿me darías una calada? – Jaime sonrío y le ofreció el porro, lo cogió con elegancia y mirando de reojo, le dio varias caladas.

-JAIME: hey, más despacio, que es mierda de la buena….- Sara tosió al echar el humo, con una medio carcajada.

-SARA: jajaja es fuerte, ¿tú fumas Samuel?

-YO: no.

-JAIME: no paro de ofrecerle, pero se niega, se cree mejor que yo…….

-SARA: haces bien Samuel, esto no es bueno…..- y le quitó el porro de nuevo a Jaime para darle varias caladas.

-YO: ya veo…..- apartó la nube de humo con la mano con rapidez, no supe por qué hasta que mi madre apreció de la nada.

-CARMEN: ¿que hacen? – Sara sonreía y Jaime pretendía esconder el porro.

-JAIME: nada, charlando……..

-SARA: y fumando………marihuana……..- Jaime soltó un chorro de aire y la situación se pauso por un instante.

-CARMEN: pues que no se entere mi marido, que nos ahorca a todos – se sentó a mi lado y le rozo la pierna a Sara.

-SARA: ya se que lo dejé, por unas caladas no pasa nada….

-CARMEN: estabas muy rara cuando fumabas.

-JAIME: ¿y usted fumaba?

-CARMEN: ¿yo? jaja ni loca, algún cigarro – Jaime le ofreció el porro a mi madre, se quedó mirando curiosa.

-JAIME: pruébalo.

-CARMEN: no se si está bien…….

-SARA: venga mujer, que estamos de vacaciones…..

Timorata lo cogió y le dio una calada, puso cara de asco, y le dio otra antes de devolvérselo a Jaime, una serie de sonrisas fueron subiendo de nivel hasta que los 3 se reían sin un motivo, se pasaban el porro, y luego otro, hasta que se hico casi de noche.

-CARMEN: me mareo un poco…..

-JAIME: esa es la idea, me tira la espalda y así se me pasa.

-CARMEN: normal, te habrás quemado, por no ponerte crema.

-JAIME: ¿alguna buena samaritana que me ayude a echarme crema?

-SARA: yo misma, pásate por mi cuarto luego……….y te ayudo – de nuevo Jaime y su golpe de genio, ya tenia excusa para meterse en su cuarto.

-CARMEN: la verdad es que me viene bien, me duele el culo jajajaja.

-SARA: ¿a ti también? Mira como me ha puesto este bruto – se quitó el camisón quedándose en biquini, girándose mostrando el culo, las marcas eran menos visibles, pero allí estaban.

-CARMEN: pues mira yo – hizo lo mismo, pero solo levantó el camisón, mostrando el trasero, y apartando la nalga de sus bragas, la 1º mano casi no se veía, pero la 2º era como un calco perfecto, las 2 se tocaban y se frotaban con alegría ante mis ojos.

-JAIME: es que no puedo evitarlo – se puso en pie y azotó a Sara otra vez, apretando sin apartar la mano en su culo y besándola en la mejilla.

-CARMEN: jajaja, se agradece – al oírlo, con la otra mano, la giró y la dio tal azote que mi madre se puso de puntillas arqueando la espalda.

-SARA: ¡que la vas ha hacer daño! – mi madre se giró boquiabierta, le dio un manotazo tierno en el hombro mientras se apretaba la nalga al rojo vivo.

-CARMEN: no pasa nada boba, estoy bien – lo aparentaría, pero se apretaba tan fuerte el culo que debía de dolerla.

-JAIME: ¿nos vamos al agua? – y cogiendo de la cintura a Sara la alzó hasta tirarse a la piscina, y comenzaron a retozar, mi madre me cogió de la mano y me llevó al borde de la piscina, quitándose el camisón, me rodeó con sus brazos y nos dejó caer al agua.

Nos pasamos 2 horas jugando a calentarnos, Sara ya ni venia a por mi, Jaime la tenía colmada de todos los mimos que necesitara. Mi madre en cambio se mostraba atrevida y osada, sentía sus muslos en mi miembro y sus pechos en la cara de forma constante, la veía frotarse el culo y con un gesto hábil se lo agarré masajeando, cosa que agradeció con una sonrisa amable.

Al cenar las chicas aparecieron, apenas una hora, se ducharon y salieron vestidas con trajes de noche, Sonia destacaba con un escote que se sostenida de milagro con un vestido azul claro, mi hermana estaba vestida de blanco con una diadema de flores, parecía un hada del bosque. Al irse, mi padre y mi madre se fueron a pasear, y yo me quedé en casa, Sara se subió a su cuarto y al rato Jaime la siguió, no había que ser un letrado para saber que pasaría algo, salí corriendo a ver que pasaba por la escalera exterior.

Era de noche, subí a hurtadillas y vi como Jaime se estaba quitando la camiseta, estaba algo rojo pero nada que un día de cremas no subsanara, se tumbó boca abajo y Sara le repasó el cuerpo entero, luego se tumbó a su lado y jugueteaban a acariciarse, se fumaron otro porro y las caricias subieron de nivel, hasta que Jaime metía su mano entre los muslos de Sara, la comía la oreja hasta que asintió, y la desnudó en un abrir y cerrar de ojos, mientras Sara apuraba el porro, Jaime se metió entre sus piernas, lamía y besaba su coño, se retorcía cuando besaba su clítoris, pasados unos minutos Jaime subió por el cuerpo de Sara, lamiéndole las tetas y la susurró algo al oído, ella asintió otra vez, mientras le daba la última calada a Jaime, que embistió con la cadera y penetró a Sara, se dobló de gusto, mis temores fueron realidad, Jaime se estaba cepillado a Sara. Yo buscaba como masturbarme sin delatarme, mientras no apartaba la vista del cuerpo vibrante de Sara, recibiendo golpe tras golpe rebotando con más energía cada vez, eso me mató y me saqué la polla para machacármela fuertemente, mientras Jaime la pellizcaba los pezones, ella se masturbaba el clítoris durante el asedio, se abrió de piernas hasta rodearle con ellas y aferrarse a su nuca para gritar en silencio. Me corrí apenas 5 minutos después, Jaime duró unos minutos más, con mucho mejor ritmo que el desconocido que se la cepillo el 2º día, luego dejaba que Sara hiciera el trabajo con giros de cadera mientras él no se movía.

-SARA: ¡vamos cabrón, fóllame!

-JAIME: ruégalo.

-SARA: no seas crío, ¡fóllame ya!

-JAIME: o lo ruegas o te quedas como estás.

-SARA: ¡fóllame, te lo ruego, métemela y hazme vibrar, por favor!

-JAIME: si lo pides así……

Embistió, de nuevo, y hasta la cama se movió, al hacerlo Sara se alzó abrazándolo y dejó que él llevara el ritmo de cada acometida, una y otra vez, hasta que el sonido de sus sexos era atronador, se besaban y se daban cachetes o bofetadas leves. Jaime se separó y se sentó en el borde de la cama, Sara acudió dócil y le montó de rodillas, esta vez ella dominó y Jaime gozó lamiéndola un pezón cuando el vaivén se lo permitía, le metió un par de dedos en la boca, y ella los chupó, luego bajó la mano a su ano y lo acarició, apretando hasta que entraron un dedo tras otro, eso hizo a Sara gemir y gritar poseída, le daba igual todo, ya estaba vibrando como deseaba, Jaime y no yo la había llevado allí, ya era suya, y a fe que durante 10 minutos follaron como animales. Jaime se corrió tan fuerte que Sara salió disparada, acudiendo a chupar el semen caliente que aun brotaba, guiada por una mano de Jaime en la nuca.

-JAIME: ¡dios, follas como una diosa!

-SARA: para ser tan joven, no lo haces mal – un forma suave de decir que la había vuelto loca.

-JAIME: aún no has visto nada, me gusta tu culo, ponte a 4 patas.

-SARA: jajaja ¿serás capaz?……- otro azote la sumió en la lujuria, se puso sobre la cama a 4 patas y Jaime hundió su lengua en su coño, y su ano, se pasó unos minutos haciéndola gemir mientras ella se acariciaba el clítoris.

Para entonces, Jaime ya la tenia como una piedra, de nuevo una buena visión me dejó ver que aunque el acompañante de mi tía iba bien armado, pero la mía era mejor, o eso me parecía, más ancho al menos, aunque el escuálido cuerpo de Jaime resaltaba su miembro y no ayudaba a la comparación. Jaime apretaba contra su ano, y se la metió lentamente por el culo a mi tía, yo ya iba por mi 2º paja, y no podría creerme como rebotaba la piel de su culo ante cada golpe. Sara mordió una almohada para acallar unos gritos que se oían pese a ello, y cuando estaba dándole más fuerte, mi tía se dobló, arqueó la espalda y soltó un alarido animal, Jaime se separó y metido 3 dedos en el coño, con una velocidad terrible, vi como un chorro salía de Sara, que de inmediato echó el culo hacia atrás para volver a ser empalada. Jaime la azotaba tan fuerte que tenia la mano roja, la cogió del pelo como las crines de un caballo, hasta que se corrió dentro de su culo y se venció sudando sobre la espalda de Sara, que estaba jadeando y riéndose.

-JAIME: ¡madre mía, que culo, que animalada, que mujer!

-SARA: jajaja, gracias, echaba de menos buen sexo anal, gracias, te compensaré con creces.

-JAIME: guarda tus compensaciones, vamos a follar a diario, ¿me oyes?, ni loco te dejo escapar.

-SARA: es peligroso, si se enteran…….

-JAIME: no lo harán, somos listos, podemos hacerlo sin que se enteren – la metía una mano entre la piernas y cogió restos de mil cosas, se los hizo chupar cuando se dio la vuelta, y quedaron cara a cara, el rostro de mi tía era un puzzle desecho, pelo alocado, restos de rímel corrido y pintalabios por la cara.

-SARA: jajaja como negarme……

Los dejé jugando a besarse y vestirse, al bajar vi a mi madre dormida como un tronco en el sofá de abajo, no pude evitarlo y me tumbé a su lado, de forma inconsciente se abrazó a mi y me dejó su culo ofrecido, lo cogí con firmeza mientras me frotaba con ella, Jaime apareció y me vio, susurrando me decía que todo iba bien, y se fue a darse una ducha, a los pocos segundos vi la sombra de mi tía, y fingí dormir separándome de mi madre, debió de asomarse para asegurarse que no habíamos oído nada, y se fue. Me quedé dormido y fue mi madre la que me despertó por la mañana.

-CARMEN: ¿que haces aquí?

-YO: nada, te quedaste dormida abajo, y aquí me he quedado, ¿y tú?

-CARMEN: puf…..que sopor……..no se que me ha pasado, estaba tan cansada…….- evadía la respuesta, no era la 1º vez que mi madre dormía lejos de la cama de mi padre por alguna bronca de las que nunca hablaban.

-YO: ¿ya estás mejor?

-CARMEN: como nueva, ¿vamos a la piscina?, me apetece jugar…..- me dio un beso en el pecho y se levantó, no podía dejar de mirar el culo de mi madre, era increíblemente bonito.

-YO: ahora voy – subí a mi cuarto a ponerme el bañador, donde Jaime estaba tumbado cogiendo aire.

-JAIME: me ha dejado seco, ¡que mujer!

-YO: lo he visto todo.

-JAIME: jajaja vicioso, pues ya ves, ahora tu tía es mi puta.

-YO: no es tu puta, te aprovechas de ella……

-JAIME: y ella de mi.

-YO: me dijiste…..

-JAIME: me da igual, imbécil, voy a follármela hasta que me canse.

-YO: eres un desgraciado, no tendría que haberte traído.

-JAIME: pues estoy aquí, mala suerte, ahora vete, necesito descansar para follarme a tu tía.

Lograba echarme del cuarto de mi casa, tenía tal poder sobre mí con sus promesas vacías que le dejaba dominarme, o puede que simplemente fuera un cobarde. Mi tía ni me respondió cuando llamé a la puerta. Al salir a la piscina mi madre estaba en el agua chapoteando.

-CARMEN: ¿y los demás?

-YO: están cansados dicen – “seguro que lo están………de follar”

-CARMEN: jaja pues tú y yo, contra el mundo.

Me metí en el agua y nos abrazamos, mi madre me leía en la cara cuando necesitaba su cariño, y lo necesitaba. No jugamos a nada, solo nadamos, pero no por ello los roces pararon, mi madre estaba buena, ya era plenamente consciente, con sus biquinis ya no escondía nada, y todo lo que le podría faltar de pecho lo compensaba con un culo de cine, se movía con una elegancia increíble, colocándose el escote o sacándose la goma del bañador del culo, cosas poco refinadas lograba que parecieron estudiadas.

-CARMEN: ya estás triste de nuevo……..

-YO: no puedo evitarlo, Sara está muy……….centrada en Jaime.

-CARMEN: se que la quieres, por eso debes apartarte un poco, no pienses en ti, si no en lo bien que le va ha venir a ella estas vacaciones.

-YO: pero quiero ser yo quien juegue con ella….- sus caricias en mi cara me hacían sentir aún más crío de lo que me veía.

-CARMEN: pues juega conmigo – era su solución para todo, ser ella quien se desvivía por los demás.

Luchamos un rato a hundirnos, al estar solos no me cortaba, ni ella, roces, caricias, apretones y sentir nuestras pieles me puso como una piedra, y ella lo debía de sentir, pero no paraba. Una de las veces la hundí tanto tiempo que me bajó el bañador, me puse rojo, ella se rió al atacarme a traición, así que me enfurecí y la levanté por el aire, de un tirón la arranqué la parte de arriba del biquini y se quedó blanca tapándose las tetas, tiré la prenda tan lejos que golpeó la pared de la casa en la terraza, y la boca de mi madre se abrió tanto que temí haberme propasado.

-CARMEN: ¡ve a por ella, ahora! jajajajja – estaba atónito, mi madre con el agua por la cintura y el torso desnudo apretándose las tetas con las manos.

-YO: has empezado tú…..

-CARMEN: Samuel, no puedo quedarme así jajja por favor, ¿y si me ven?

-YO: yo te veo, eres preciosa mamá, deberías ir así a la playa – se puso colorada.

-CARMEN: ya, y tu padre me mata jajaja

-YO: la mitad de las veces no viene, por favor, me haría feliz……vértelas – puso ojos tiernos, y se soltó los pechos, dejándome grabar en la retina aquella imagen.

-CARMEN: ..…son horribles, se me han caído un poco y no es bonito, anda déjame que me ponga algo……

-YO: no, mamá, estás genial, de verdad, eres la mejor – la abracé, no me creía que aquella mujer, con tal de agradar, estuviera enseñándome las tetas.

-CARMEN: está bien, pero ni palabra, y menos a tu padre

Como si me fuera a creer, nos pasamos otra hora jugando, y ahora si, mordí, besé y lamí las tetas de mi madre, sin pudor, al igual que ella, se reía y se dejaba, creo que la rebeldía de aquello la atraía tanto como a mi, salimos al sol y se tumbó boca abajo, yo boca arriba con una erección tan clara que mi madre no apartaba la vista de ella.

-CARMEN: veo que has heredado cosas de tu padre.

-YO: ¿eso crees?

-CARMEN: también la tiene gordita – se tapó la boca como sin creerse decirlo en alto.

-YO: pues para lo que me sirve……..

-CARMEN: ¿puedo verla?, tengo curiosidad……- ¿me estaba volviendo loco yo, o mi madre?, pero al momento tenia la polla fuera, tiesa y dura.

-YO: ¿como la………?

-CARMEN: jajaja es una buena herramienta hijo, vas ha hacer feliz a unas cuantas….deberías irte con Marta y Sonia, alguna amiga podrá aliviarte – hacia esfuerzos por apartar la vista.

-YO: no sabría ni como hacerlo, me da pánico hablar con ellas, menos ligar, aquí solo hay tontas que no me gustan.

-CARMEN: no seas brusco, estamos de vacaciones y no todos somos cerebritos como tú, también se desinhiben y parecen menos de lo que son, deberías conocer mejor a la gente antes de juzgarlas.

Esa idea rebotó en mi cabeza unas horas, en las que tomamos el sol casi desnudos, podía tener razón pero yo solo deseaba a mi tía. Sara apareció un rato después, y me pidió que la llevara en moto al pueblo, ya que necesita ir a la farmacia, sentir sus senos en mi espalda valía la pena el viaje, quiso quedarse sola pero no la dejé, tenia curiosidad por ver que compraba, crema depilatoria, cuchillas, y con algo de disimulo la pastilla anti beby, por lo visto a Jaime le gustaban rasuradas y correrse dentro. Ella obedecía a Jaime, lo peor fue verla comprar otra caja de pastillas contra el mareo de mi madre, tenían intención de dejarla KO más a menudo.

Al llegar la noche todo se repitió, Jaime era tan educado con mi padre delante como fanfarrón sin él, empezó a azotar el culo de Sara a menudo, y el de mi madre, sin motivo, al cruzarse por la casa o al estar en la terraza o piscina, Sara jugaba, mi madre se reía, y ambas coqueteaban con descaro con aquel chico. Nos pasamos un buen rato en la terraza, Sara se sentó directamente encima de Jaime, mientras se fumaban un porro, sin muchos prejuicios por la presencia de mi madre, que les miraba con gesto alegre. Al final Jaime logró quedarse a solas con Sara, nos fuimos todos a la cama menos él, que se fue a la de ella, y follaron, les oía por que su habitación estaba debajo de la mía, y al par de horas Jaime subió exultante.

Relato erótico: “La casa en la playa 3.” (POR SAULILLO77)

$
0
0

A partir de entonces, y durante 3 semanas, fue lo mismo, mi madre tratando de compensar la ausencia de Sara en nuestros juegos, mientras se dormía a menudo por las pastillas que la metían en la comida, y así mi tía follaba a todas horas cuando Jaime quería, fumaban porros y se dedicaban a buscar momentos para gozar, al principio les espiaba, llegado un punto me cansé, Jaime se ocupaba de describirme a posteriori cada detalle de sus encuentros. Mi tía parecía en una nube, para ella era un juego inocente, por raro que fuera, mientras que Jaime se aprovechaba, la mitad de las noches dormían juntos.

Los demás iban cada uno a sus cosas, llegando al mes de vacaciones ya tenia todos mis trabajos hechos, Sonia tenia un noviete de verano al que se tiraba alguna que otra vez en casa, le costó pasarse por la piedra, por lo menos, a 4 chicos antes de dar con uno de su agrado, era increíblemente escandalosa, pero por lo visto nadie decía nada de aquello, Marta se iba al piso de abajo a dormir en la cama libre cuando Sonia estaba con él, o cuando iba tan borracha que roncaba como un marinero curtido, yo la acompañaba para dormir como hermanos. Mi padre no se enteraba de nada, solo dormía, comía y alguna que otra vez escuchaba como hacia gozar a mi madre, cuando se ponían serios temblaba la casa. Marta era la única que parecía mostrar interés por mí, pero se cansó de querer animarme, y empezó a disfrutar por su cuenta junto a Sonia, con chicos y fiestas. Mi madre se ocupó de que no me faltara diversión en el agua, pero por muy excitante que fuera, era mi madre.

Una de esas mañanas, en que Jame volvía del cuarto de Sara, se me presentó enfurecido.

-JAIME: estoy hasta la polla de tu tía, dios, me estoy cansando de ella…….

-YO: pues déjala….

-JAIME: no digas jilipolleces, no la voy ha dejar…………no sin otro chocho que follarme.

-YO: pero mi tía……

-JAIME: folla bien, pero hasta el mejor plato de comida te cansa si te lo ponen a diario.

-YO: pues búscate alguna jovenzuela……

-JAIME: ya he pensado algo así, pero Sonia está con ese tipo y tú hermana…..- cambio el rictus al verme la cara – ….tranquilízate capullo, tu hermana está buena, pero no creo que sea su tipo.

-YO: más te vale, ella no, por favor – le rogaba.

-JAIME: dios, si no fuera por tu padre me follaba a tu madre………..- sentí una punzada en el corazón.

-YO: ¡ella no, es mi madre!

-JAIME: y la otra tu tía, y ya me he hartado de llenarla de semen, menos mal que se tomó la pastilla, si no ya tendrías un sobrino de camino jajajaja pero es que tu madre…….

-YO: mientras esté mi padre no te atreverás – era casi un alivio.

-JAIME: ni de coña, jajaja ese hombre me acojona, y tu madre es tan dócil que seguro que se lo dice nada más metérsela.

Como suelen decir las desgracias no viene solas, 4 días después una fuerte discusión en el cuarto de mis padres nos llamó la atención de todos, que en el salón esperábamos, escuché bajar a mi padre, y verle con el traje de oficina me dio pánico.

-ROBERTO: lo siento chicos, pero os tengo que dejar, me necesitan en el trabajo.

-YO: NO – mi padre me abrazó, creía que era por que le echaría de menos, y no por que, sin él, Jaime no mantendría las distancias con mi madre.

-ROBERTO: lo siento hijo, pero son cosas de adultos, pórtate bien y cuida de todos.

-MARTA: jope papa, eres increíble, nos obligas a venir aquí, para irte……

-ROBERTO: tu madre ya me ha dejado claro ese punto, lo siento – se fundieron en un abrazo largo, de esos que me daban envidia no recibir por parte de mi padre, pero estaba mirando a Jaime, y como se frotaba las manos.

Mi padre se despidió de todos, vendría a buscarnos cuando termináramos las vacaciones ya que nosotros nos podíamos quedar allí esos 2 meses que faltaban. Al hablar con mi madre se la notaban las lágrimas en los ojos, y una semana entera la pasó triste y llorando cuando creía que nadie la veía. Ni los esfuerzos de Jaime por consolarla la sacaron de su apatía. Pasado ese tiempo mi hermana logró hacerla salir de fiesta con ellas, irían a la macro discoteca, con música moderna y alcohol fuerte, mi madre accedió solo por complacer a mi hermana, Jaime, Sara y yo nos sumamos en tropel.

Al salir y pasear pude deleitarme, mi hermana iba con un vestido de licra azul claro con zonas oscuras a los lados, tan ajustado como corto, y mostrando gran parte de la espalda, sin escote, apenas maquillada y con su pelo bien cuidado. Sonia no pudo evitarlo y salió sin sujetador, una osadía con aquellas tetas, con un vestido amarillo chillón, un escotazo de infarto acabado en el ombligo y vuelo hasta las rodillas, tenia que recolocarse la prenda todo el tiempo para no enseñar más de lo que se pretendía, mucho más maquillada que mi hermana, cuando a mi entender, con un colorete resaltando sus ojos verdes quitaba el hipo a cualquiera. Mi tía eligió un vestido de rallas descocado, enseñando espalda con escote en palabra de honor, tan corto que al andar se le veían las nalgas, ceñido y con una melena rubia bien lisa, con sus gafas de diseño. Todas con tacones y arregladas, una delicia mejor la una que la otra.

Mi madre salió la 1º vez al salón con un vestido amplio y recatado, el abucheo general la hizo sonreír, y volver a vestirse, esta vez con un traje negro de tela elástica, un traje serio y sobrio, pero más actual, sin escote ni enseñando nada, solo un poco de caderas hacían que por la goma del vestido se le subiera la falda por los muslos, con unas botas altas de tacón. Cualquier hombre mataría por esa compañía, y estabamos solo Jaime y yo, con el otro “amigo” de Sonia. Los 3 con camiseta y bermudas, es injusto para todo el esfuerzo que habían hecho ellas por estar preciosas, pero que le vamos ha hacer.

Como esperaba, al llegar, era una macro discoteca hecha en la playa, apenas 4 verjas y una barra hasta arriba de jóvenes, música alta y un calor agobiante, no era el estilo que más podía encajar en mi madre, se pegó a mí, que tampoco era mi hábitat. Mi madre pidió una copa de vino y el camarero se rió en su cara, se tuvo que conformar con un mojito que habían hecho en toneles y del que, menos el ron, parecía que se habían olvidado de poner el resto de ingredientes, incitada por Sara bebió rápido, para cuando mi madre iba por la mitad, Sara ya llevaba 2, Jaime no se separaba mucho de mi madre, pero se cortaba, tenia trabajo con Sara, y Marta le huía como de la peste, que no tardó en estar acompañada por 2 chicos.

Pasaron los minutos y mientras Sara daba un recital con Jaime de vulgaridad al bailar, mi madre y yo estabamos en un lateral charlando y riéndonos, un chico tras otro venían a sacarla a bailar, y ella se negaba cortésmente, sin darse cuenta de que nadie la oía por el volumen de la música.

-CARMEN: vamos a tener que salir a bailar o no me dejaran en paz – me gritó al oído.

-YO: no se me da bien…….si me ven – me miró acariciándome la barbilla con sus dedos.

-CARMEN: míralos como bailan, si es que eso es bailar, ¿crees que les importa algo como te muevas?

El argumentó era irrefutable, así que, como si tuviera 8 años, mi madre me sacó a bailar, y para mi sorpresa se movía alegre y resulta, era raro por que la música electrónica no casaba con sus gestos de baile clásicos, ¿pero que baile logra casar con un “chunda, chunda”?, así que la seguía con cierto ánimo, hasta que Jaime apreció en escena y me tiró a Sara encima para cambiar de parejas, Sara iba borracha, y no poco, apenas se tenia en pie y tuve que bajarla el vestido para no ir enseñando un tanga fino de seda, se movía aletargada pero pasándome el culo por el miembro, y llevándome las manos a su cadera y su vientre.

Estaba perdido buscando a mi madre, Jaime la estaba animando más de lo que yo pude, y empezó a sonreír, le trajo otra copa y se la bebió de un trago. A la hora, y otros 3 mojitos, mi madre parecía otra guarra más, buscando con su cadera a Jaime y dejándose sobar, Jaime llevaba media hora con su mano en el culo de mi madre, masajeando y dándola azotes sin parar, pero no contó con los demás hombres del lugar, y uno tras otro empezaron a pedir un baile con ella, y cada uno se atrevía a más que el anterior, una copa, un roce en el brazo, una mano en la cadera, otra en el estomago, hasta que uno la agarró del busto, mi madre sonreía halagada, o ida por la bebida, no sabría que decir. Un mulato musculoso emergió, sin camiseta marcando músculos de ébano, me recordó a Ibaka el jugador de baloncesto aunque no tan alto, la cogió de ambas nalgas y comenzó a golpearla con la pelvis cara a cara, ella acarició con sus manos en sus hombros hasta el pecho de aquel hombre, y le dejó hacer lo que quiso. Terminó mi madre con un pierna cogida en el aire, una mano en el culo y otra cerca del pecho, los gestos eran lentos, largos y amplios, sin separar las caderas, casi parecía que la estuviera follando, su pelo botaba y el mulato la tenía en el aire casi colgando. Los ritmos latinos empezaron, el calor y las bebidas hicieron efecto, donde miraras había chicas siendo igual de acosadas, y un par de parejas teniendo sexo a plena vista. Sara me buscaba con los labios, creo que buscaba a Jaime, pero solo me tenía a mí, estaba tan embriagada que se caía, así que la cogí del culo sin escuchar una sola queja. Sonia estaba encajonada contra su chico siendo manoseada, y Marta no aparecía. Jaime estaba resignado sin mi madre, pero no por ello le faltó una chica bajita y con buen culo, montándole cual caballo al bailar.

Aproveché y metí mi mano entre los muslos de Sara, que reaccionó abriéndose de piernas y dejándome palpar su vulva, caliente y húmeda, me quería susurrar algo pero no salía nada de su boca salvo el olor a ron, a la 4º canción me dio la espalda y me dejó masturbarla apretando la tela del tanga, sentí un escalofrío al tocar sus labios mayores y ella se retorció buscando con su culo mi miembro, como una estaca clavase en su carne. Cogí uno de sus pechos y lo estrujé hasta hacerla gemir para luego darse la vuelta y besarme en el cuello, al alzar la vista Sara no podía ni abrir lo ojos, me buscó con los labios y cedí, la besé, y el agrio alcohol no turbó que sus labios se abrieron para sentir recibir su lengua, mi mano se perdió en su culo apartando el tanga y hurgando en ella, que contestó buscando mi polla y acariciándola por encima de la ropa.

-SARA: eres un cerdo……

-YO: y tú una guarra – me enfadé con ella.

-SARA: ¡Jaime!, no me hables así……- la solté y cayó al suelo, ¡creía que era Jaime!

Busqué a mi madre, encontré a 4 chicas siendo folladas por uno, o varios hombres, cada una, y no a mi madre, me volví loco hasta que la encontré, el mulato la seguía desmenuzando, la tenia en volandas cogida del culo subida a su torso, abierta de piernas con sus tacones mirando al cielo, y con un gesto muy similar al sexo, si el tío estaba tieso estaría rozándose con la prenda intima de mi madre, que se aferraba a su cuello como de una rama, se le había subido el vestido y se le veían unas bragas de encaje preciosas, me acerqué a separarlos, pero no me atreví a hacer nada ante aquel bigardo de piel oscura. Media hora viendo como el mulato casi la folla, pero en un momento mi madre me vio, y se zarandeó hasta llegar a mí.

-CARMEN: dios…….que calor…….estoy ardiendo….- el mulato la siguió.

-MULATO: perdona brother, pero la mujer está conmigo….

-YO: pero………. es que……- me callé cuando la cogió del brazo y se la llevaba, mi madre reía, pero se paró a tiempo.

-CARMEN: no, no……..que es mi hijo……. – volvió a mi, la abracé bajándola la falda y oliendo como apestaba a desvergüenza y sudor.

-YO: ¿estás bien? – el mulato se alejaba con mirada furtiva.

-CAMRNE: si, como nunca…….necesito……..necesito otra copa……..

-YO: ya basta de copas, vamos a casa.

Asintió, si la digo que íbamos a la luna lo hubiera hecho igual, me costó un mundo hacerla caminar, y el último tramo lo hizo a mis espaldas montada a caballito, con las botas en las manos, al llegar a casa la dejé en la cama, pero me pidió que la desnudara, así que le quité el vestido, quedando en bragas y sujetador a juego, la arropé y me quedé dormido a su lado.

A la mañana siguiente estaba despierto con mi madre dormida sobre mi pecho, olía a la fiesta y a hembra, y mi erección era clara. No quería despertarla, parecía sonreír en sueños, un rato después vi a Jaime salir del cuarto de Sara, que de refilón la vi en la cama despatarrada y con agujero en el culo como un melocotón, Jaime se asomó y me pidió que habláramos. Salí en silencio y le vi fumándose un porro en la terraza.

-JAIME: pufffffffff, que nochecita niño……..

-YO: ¿trajiste a Sara a casa?

-JAIME: me trajo ella, me la encontré en el suelo de la disco chupándosela a un tipo, cuando le dije que no era yo, me arrastró hasta aquí, y me ha tenido toda la noche follándola. ¿y tú?

-YO: traje a mi madre, estaba muy mal, un mulato casi se la lleva……….

-JAIME: ya jajaja vaya mostrenco, luego le vi zumbándose a una, la tenia de medio metro el cabrón, pilla a tu madre y la parte en dos.

-YO: pobrecilla, casi no bebe…..

-JAIME: ¿y te la has follado?

-YO: ¿a quien?

-JAIME: a mi tía del pueblo………. ¿a quien coño va a ser?, ¡a tu madre!

-YO: ¡que va!, solo la acosté, y me quedé sopa en su cama.

-JAIME: definitivamente eres imbécil, podrías haberla hecho lo que te diera la gana.

-YO: ella no es así.

-JAIME: mira, está resentida y cachonda perdida, lo sabes como yo, ya la viste ayer de mano en mano, necesita polla, y si no se las das tú, se la voy a dar yo, mejor que un mulato desconocido………

-YO: para, ya estás con Sara, deja a las demás o……..

-JAIME: ¿o que?, ahora no está papaito, eres un payaso que no moverá un dedo aunque le parta el culo a tu madre en tu puta cara, me la voy a follar, y pronto, asúmelo.

Quise hacer tantas codas, pegarle, insultarle, echarle de casa, pero al final, agaché las orejas y me limité ha hacer el desayuno, al subir a buscar a la gente me encontré a mi hermana durmiendo sola con el vestido aún puesto, y a Sara dándose una ducha, Sonia estaba dormida, totalmente desnuda, su amigo no estaba pero se olía que había pasado la noche allí, olía a sudor y sexo. Sonia tenía una teta fuera de las sabanas y de solo verla se me endureció, era bestialmente grande, con un pezón enorme, negro y granulado como una galleta campestre, con todo el largo de su melena caoba rozándole la figura. Abrió un ojo y me vio de pie a su lado.

-SONIA: hola renacuajo, ¿que haces?

-YO: nada…..yo solo venia……el desayuno, ¿quieres algo?

-SONIA: dios……me da vueltas todo, algo que meter en el estómago……por favor – se puso en pie sin importar ir totalmente desnuda, vi como iba rasurada y como se metía en la ducha sin cerrar la puerta.

Bajé a terminar el desayuno, la casa parecía una residencia de universitarios un sábado por la mañana, caras largas, cansadas y sonrisas leves, y como cuenta gotas aparecieron todos, comieron y salieron a la terraza, mi madre fue la última, ya casi al medio día, bajó con una bata de seda, mostrando el sujetador, sin apenas cerrar en una lazada en la cintura, al verme sonrió y se abrazó a mi espalda, devorando media tostada y un zumo.

-YO: ¿como estás?

-CARMEN: bien, uffff algo abrumada, pero me divertí mucho ayer……aunque espero no haberme pasado, no recuerdo volver a casa, solo estar acostada contigo.

-YO: ya….es que….bueno…..estabas muy mareada, y te traje a casa, y me dormí a tu lado……espero no haberte molestado.

-CARMEN: ni mucho menos hijo, eres todo un caballero, si hasta me quitaste el vestido, eres un sol, pero podrías haberme quitado el sostén, es incomodo dormir con él, además agradezco una cama cálida a una solitaria…..…ahora que no está tu padre…….necesito alguien a quien abrazar, me siento un poco sola sin él.

-YO: claro….pero te divertiste, ¿no?

CARMEN: jajaja si, muchas gracias, y tengo un hijo que es un santo – su dulce abrazo me reconfortó, pero Jaime era implacable, no me concedía nada, apareció detrás de mi madre, y la levantó la bata para azotarla el culo.

-JAIME: hola Carmen, ¿como se encuentra? Ayer la vi muy alegre……. – mi madre se giró sonriendo y dejándose caer sobre su pecho.

-CARMEN: uf……..es que hacia mucho que no salía.

-JAIME: pues se mueve de cine, me quedé con ganas de bailar con usted…….- “por que el mulato te la quitó”

-CARMEN: ¿de verdad? no me acuerdo de mucho, pero la próxima te reservo un baile – se puso de puntillas para besarle la mejilla, y Jaime la volvió a azotar.

-JAIME: será un placer.

Mi madre se alejó con un medio salto de alegría hacia la terraza, Jaime se lamía la mano con que golpeó el culo de mi madre, estaba solo con el bañador y me miró con sorna.

-YO: déjala en paz.

-JAIEM: jajaja esto no ha hecho más que empezar.

Salimos a la terraza, estaban todos, sentados en las hamacas o en el césped, con caras de agotamiento y sopor, Jaime se sentó con Sara, que estaba tomando el sol y yo al lado de mi madre, escoltándola.

-MARTA: puf…….no vuelvo a beber en mi vida, ¿que mierda nos dieron ayer?

-SONIA: no lo se, pero no me acuerdo de nada jjajjaa

-SARA: el mojito es malísimo, no veas como sube.

-JAIME: pues yo me lo pase bien…….

-CARMEN: y yo, me gustó mucho, ¿sabéis si van a volver ha hacer alguna de esas fiestas este verano? – la miramos casi todos confundidos.

-MARTA: mamá, esas fiestas son todas las semanas, de jueves a domingo, cada día ……- mi madre soltó una carcajada enorme.

-CARMEN: ¿entonces hoy hay otra?

-SONIA: y mañana, y la semana que viene……más.

-CARMEN: ¿y podemos ir?

-SARA: jajajaja ¿te quedaste con ganas de más, hermana?

-CARMEN: un poco, me sentí bien y me gustaría……

-MARTA: míranos mamá, estamos rotos.

-CARMEN: está bien, descansemos – la tristeza en su cara era clara, pero mi madre nunca discutía con nadie, ella se amoldaba a los demás, Marta me miró, y ambos sabíamos que ella quería ir.

-MARTA: no se, podemos ir……….si quieres……

-JAIME: eso, ¡a romper la noche!

-SARA: estáis locos.

-SONIA: puffffff yo, si vais, me apunto.

-CARMEN: ¡bien, pues esta noche fiesta!…– se puso en pie y abrazó a Marta –…. voy a hacer la comida, tenemos que coger fuerzas…..- salió disparada hacia casa.

-SARA: no sabéis lo que habéis hecho, ahí donde la veis es un peligro en las fiestas….de joven no se perdía una.

-SONIA: por favor………- la condescendencia y su incredulidad eran claras.

-JAIME: entonces vamos todos, ¿no?

-YO: claro – no pensaba dejarla sola visto su comportamiento.

La comida fue copiosa, cuando mi madre estaba feliz se convertía en una cocinitas, nos pasamos gran parte de la tarde durmiendo para cargar las pilas, aunque a las 5 de la tarde ya estabamos todos en pie, en el salón, con ganas de marcha.

-SONIA: ¿y que hacemos hasta las 10 que empiezan?

-JAIME: podemos jugar en la playa.

-SARA: ¡si, que gran idea! – todo lo que hacia, decía o pensaba Jaime, era oro para ella.

-CARMEN: por mi perfecto, siempre que vengamos con tiempo para arreglarnos, quiero ir bien mona.

-MARTA: vale, ¿pero a que jugamos?

-JAIME: de eso nos ocupamos nosotros… – me cogió del hombro –… id a la playa, en un rato vamos.

Me arrastró hasta el supermercado del pueblo, donde compro 4 packs de 24 latas de cervezas, hielo y una baraja de cartas, al llegar a la playa estaban todas esperándonos, todas en biquini, mi madre y Sara con un camisón, Sonia con unos shorts vaqueros desabrochados y una camiseta blanca desgastada encima, Marta en cambio solo iba con la parte de arriba del biquini y una minifalda blanca, Jaime y yo con bañador y camiseta. Pese a preguntarle Jaime no me dijo nada del juego, nos sentamos en circulo dejando la nevera cerca, hasta arriba de hielos y latas.

-JAIME: bien, esto va así, repartimos 1 carta a cada persona, quien tenga la de menor valor, tiene que pagar bebiéndose de un tirón una lata de cerveza, y luego puede elegir verdad, atrevimiento o una prenda.

-SARA: ¡jajaja que divertido!.

-MARTA: ¡que cabrón!, podrías haber avisado…….- se habría puesto más ropa de saberlo, su biquini era una obra de ingeniería que contenía sus senos de forma perfecta.

-SONIA: no me voy a despelotar…..

-JAIME: eso es solo si pierdes, además puedes elegir, pero tenemos que jugar bien, tienes que elegir que quieres antes de que se te diga nada, pagas prenda y te libras, pero si eliges atrevimiento, no te puedes negar a lo que digamos, y si es verdad, tienes que ser sincera.

-CARMEN: ¡por mi bien!

-YO: esto…….- me dio una palmada que me dejó mudo, el resto asintió.

-JAIME: comencemos – repartió cartas y perdió Jaime, que cogió un lata del revoltijo de hielos en la nevera portátil y se la bebió de un trago – ahora decido, y elijo verdad.

-SARA: ¿y que te preguntamos?

-MARTA: ya sé, ¿fumas marihuana?

-JAIME: si, y mucha jajaja – el resto se lamentó, era algo casi de dominio publico, volvió a repartir, y perdió Sonia, que se bebió una lata sin pestañear.

-SONIA: elijo atrevimiento.

-YO: puedo….

-JAIME: quiero que te bañes en el mar tal como estás – Sonia le miró confusa, y ante la apatía del resto, lo hizo, regresó calada marcando sus enormes tetas bajo la camiseta y los pezones duros. Otra mano y perdí yo, no bebo, pero cumplí mi parte con la cerveza.

-YO: elijo…– con Jaime allí tenia que tener cuidado – ….atrevimiento.

-CARMEN: pobre mío……

-MARTA: ¿y si nos haces el baile del pato que hacías de pequeño? – me salvó la vida por que el brillo en los ojos de Jaime me heló la sangre, me sentía ridículo pero menos de lo que podría parecer, de golpe era un pato de unos dibujos animados que veía de crío, moviéndome y haciendo ruidos, empezaron a reírse y todo se volvió fugaz.

Una mano tras otra iban cayendo las cervezas, todos bebieron y jugaron, cosas bobas y tontas, pero nos divertíamos, casi parecía que aquello no era nada más que una familia feliz, hasta que la cerveza empezó a hacer su efecto, Sara estaba melosa con Jaime, Sonia tenia hipo y se trababa al hablar, Marta iba con un globo de alegría enorme y mi madre parecía exultante.

-JAIME: bien, pierde Marta, así que bebe.

-MARTA: puf….como sube esto…..- de 2 tragos cayó su 8º lata – elijo….atrevimiento.

-JAIME: bien, pues…..- a esas alturas se había erigido director del juego, se hacia su voluntad – …quiero que te des el lote con Sonia, y con lengua…….- mi madre soltó un bufido y Sara aplaudió.

-MARTA: yo……..no…….

-SONIA: vega tonta, ven aquí…..- la cogió de la cara y vi como se besaban, 2 o 3 cortos hasta que Sonia abrió la boca y le metió la lengua hasta la laringe, Marta la siguió, y pasados unos minutos se separaron, con las mejillas rojas y una sonrisa cómplice.

-JAIME: otra mano… – perdió él y tras beber se quitó la camiseta – ….empieza a hacer calor aquí – otra mano y perdió Sara.

-SARA: verdad – mientras bebía.

-JAIME: ¿has follado en la última semana?, y si es así, ¿te ha gustado? – casi se le sale la cerveza por la nariz.

-CARMEN: ¡que grosero jajjajaa!

-SARA: pues mira, si, me follo a un chico y me deja destrozada cada vez – una sonora risa salió de todos, que se olían que era Jaime, que la besó en el hombro y la azotó en el culo, había empezado su show. Otra mano y perdió mi madre, que se quitó el camisón viendo como se ponía el juego, iba con un biquini rojo tan pequeño que se le salían los pezones.

-JAIME: bufffffff Carmen, está usted buenísima.

-CARMEN: muchas gracias cielo – otra mano y perdió Sonia, que eligió atrevimiento.

-JAIME: vete delante de aquel tipo de allí, y enséñale las tetas – Sonia miró a un hombre paseando a un perro, apuró la cerveza y se fue a él, mostrándole las tetas levantando la camiseta empapada, sacándoselas del biquini y jugueteando con ellas, al volver un aplauso la esperaba. Otra mano, perdió Jaime, que eligió verdad, traté de desenmascararle.

-YO: ¿te gustaría tener sexo con alguna de las presentes? – pretendía que se viera pillado.

-JAIME: ¡con todas y cada una de ellas!, tendría que ser imbécil para no desear a ninguna – en vez de caer en la trampa sacó un suspiro de todas. Otra mano, perdí yo, y elegí prenda, quitándome la camiseta, Jaime me miraba desando pillarme.

-CARMEN: ¡que divertido! – otra mano, perdió mi madre, que eligió atrevimiento.

-JAIME: ya que le gusta bailar, háganos un baile erótico, aquí en medio – mi madre su puso en pie y sin dar quejas se movió, Jaime puso música en su móvil y la aplaudía mientras mi madre movía el culo como una stripper, todos reían y yo me ponía como una piedra viendo como mi madre se puso a 4 patas y se retorcía como una profesional.

-CARMEN: ¡ya está! – al sentarse estaba roja, acalorada y sudando, ruborizada por los aplausos y risas. Otra mano, perdí yo, que tras otra cerveza no podía pensar, verdad elegí.

-JAIME: ¿te la ha puesto dura tu madre?

-YO: esto….yo……….no.

-JAIME: ponte en pie……- me vi pillado, al hacerlo mi erección era clara – ¡MENTIROSO!, por mentir otra cerveza.

-CARMEN: no hagas trampas, hijo – ¿acaso pretendía que lo admitiera?, mi hermana estaba colorada de vergüenza y Sonia se había fijado en mi abultado paquete. Otra mano, perdió Sara.

-SARA: puf……tal como está esto……me quito prenda – ya estaba solo con el biquini y se soltó la parte de arriba, dejándolo a un lado y regalando la visión de sus tetas, no es que no las tuviera vistas, pero de cerca eran casi perfectas, con unos pezones rosados y marcas de dientes de Jaime.

MARTA: jajajaja ¡pero tía!

-SARA: que mire quien quiera, reparte – otras 3 manos perdías seguidas por Sonia, que llevada por la competitividad, y 3 cervezas del tirón, se quitó la camiseta, luego los shorts, y después la parte de arriba del biquini, provocó que Jaime y yo soltamos una exclamación similar, sus pechos eran grandes y protuberantes con sus pezones enormes y oscurecidos, apenas cayeron aunque el peso era considerable.

-SONIA: a esto te gano Sara ………jajajja – de golpe entendí que se habían picado en un momento dado, no sabia cual, quizá cuando Jaime se dio el lote con Sonia en una partida anterior. Otra mano, esta vez perdió mi madre, que eligió verdad.

-JAIME: ¿le ha puesto los cuernos a su marido alguna vez?

-CARMEN: jajajaja pues…………no…..técnicamente – Marta y yo nos miramos.

-JAIME: ¿como que ………técnicamente?

-CARMEN: a ver….mi marido no lo sabe, así que no se lo digáis, pero una vez el chico que traía la compra pasó a ayudarme a colocar las cosas, me había pillado saliendo de la ducha e iba solo con una toalla anudada, y en un momento se me echó encima y nos besamos, me quedé quieta mientras su mano acariciaba mis piernas por debajo de la toalla, que se me escurrió dejando mis pechos al aire, el tipo los lamió mientras le rogaba que parara, gracias a dios me hizo caso y me dejó acalorada, si no para lo mismo me toma allí mismo…….pero no pasó nada, me despedí con cordialidad, pero fue raro.

-JAIME: eso no cuenta mujer, digo si se ha follado a alguien que no sea su marido.

-CARMEN: ¡ah….no!, y ni falta con la polla que gasta jajajajjja…..- la bebida empezaba a afectarnos a todos, la anécdota seria el mayor secreto de mi madre, y aquel comentario sobre el miembro de mi padre sacó a Marta de sitio, se quería enterrar bajo la arena –… no te pongas así hija, es mi marido, y sin él tengo que decir que le hecho de menos…….

-JAIME: jajaja seguimos – ya tenia la información que quería, mi madre estaba deseando ser follada, mi padre estaba lejos y Carmen no se oponía mucho a ser tomada, según su historia. Otra mano y perdió Jaime, sin más se sacó el bañador y se dejó el rabo colgando medio tieso.

-CARMEN: ¡pero Jaime! jajajajajaja

-MARTA: ¡por dios, tápate……!

-JAIME: son las reglas…..- otra mano y perdió mi madre, que se quitó la parte de arriba, sus pechos ya los tenia vistos, pero no Jaime, que se los quedó mirando – …siento si la incomodo, pero reitero, está usted tremenda.

-CARMEN: ya veo….- miraba de reojo la polla creciendo de Jaime. Otra mano y perdió Marta, eligió verdad.

-JAIME: ¿te has acostado con alguien estas vacaciones?

-MARTA: pues no, imbécil…- furiosa no era la palabra, la pregunta la incomodó más que ver el rabo de Jaime o ver a las demás con las tetas al aire.

-JAIME: recuerda que tienes que decir la verdad……

-MARTA: ¡y la he dicho!

-CARMEN: venga, otra mano – esta vez perdió Sonia, que eligió atrevimiento.

-JAIME: quiero comerme tus tetas.

-MARTA: no.

-SARA: ni de coña……- fue suficiente para picar el orgullo de Sonia.

-SONIA: decido yo – se puso en pie y se dejó caer sobre Jaime, que se recostó de cara a ella, iba masajeando y lamiendo los pezones de Sonia, que a su vez se abría de piernas para dejar sobresalir su miembro erecto, seguimos jugando unas partidas más en que no participaron, se estaba dando un festín de ubres, al regresar la cara de Sara era de celos, y la de Sonia de suficiencia, pero ruborizada.

-JAIME: seguimos – otra mano y perdió Marta, que viendo el percal se quitó el biquini de arriba, no pude evitar acomodarme el miembro ante la visión de sus senos, eran como los de mi madre, pero más redondos y subidos, como debió tenerlos Carmen a su edad, con unos pezones heredados diminutos, pero rosas y erectos apuntando al cielo.

-CARMEN: ¡hija, estás como un tren!

-MARTA: calla y sigamos – otra mano, la cerveza corría perdieras o no, mi madre palmó y se quitó la parte de abajo del biquini, estaba ida, el coño de mi madre era fino y elegante, como ella, con una ligera línea de bello cuidado.

-CARMEN: ¡a la mierda!

-JAIME: jajaajajaja – otra mano, apenas quedaba luz y se terminaba la cerveza, Sara perdió, atrevimiento.

-CARMEN: ¿puedo elegir yo?

-JAIME: claro.

-CARMEN: quiero que mi hermanita le de un buen beso de tornillo a mi hijo – eso seria inconcebible en circunstancias normales, pero el globo de cerveza hacia posible todo, Sara se puso en pie y se tumbó a mi lado, caí sobre ella, Sara dedicó una mirada traviesa a Jaime, para luego dejarme besarla, me cogió la nuca y me apretó tan fuerte que su lengua casi me ahoga, nos pasamos 4 manos luchando por invadir la boca del otro “gracias mamá”

-JAIME: bien, últimas manos – casi sin luz y solos, solo yo y Marta conservábamos ropa puesta abajo, el resto estaba desnudo, y por lo tanto, sin posibilidad de escapar, perdió Jaime, atrevimiento.

-SARA: ¡quiero que me comas el coño! – Marta escupió cerveza con babas en una carcajada y Jaime se apresuró a abrirla de piernas y comerle el coño recién rasurado antes de que nadie objetara, Sara le cogió del cabello mientras miraba fijamente a Sonia, gemía de placer, nos quedamos todos mirando y al final Jaime la metía varios dedos, no era una sorpresa, casi todos se olían que Jaime se follaba a Sara a estas alturas, y sin mi padre, no tenían mucho cuidado a la hora de follar en casa, independientemente de quien estuviera, se les escuchaba gritar durante varias horas.

-CARMEN: ¡ya basta, que tensemos que terminar! – señaló el reloj de pulsera, su única prenda.

-SARA: así se juega…- Sonia la miraba rivalizando, mientras Jaime lamía un par de veces su clítoris inflado. Otra mano, predio mi madre y me temí cualquier locura.

-JAIME: pufffff ya solo quedan 2 cervezas, bébase la suya – le costó agarrar la lata y beberla.

CARMEN:………… verdad.

-JAIME: ¿estás cachonda o salida ahora?

-CARMEN: puf…….como el pico de una plancha – la última mano, perdió Sara, que estúpidamente eligió atrevimiento, Jaime miró a todas, y sonrió.

-JAIME: quiero follármela aquí, delante de todos.

-CARMEN: no, aquí no, en casa…..- aquel comentario me hubiera vuelto loco si no llevara 12 cervezas encima, y era el que menos bebió.

-JAIME: aquí y ahora, no puede negarse.

-MARTA: pero…puf………..es que….- no hubo tiempo, Sara se tumbó boca arriba y se abrió de piernas, lamiéndose unos dedos y preparándose el coño a conciencia, Jaime la penetró con tanta facilidad que se notó que no era la 1º vez, y se besaron mientras todos veíamos como se la follaba.

-SARA: ¡ohhhh dios……..fóllame…….si……….dios! — no le rodeó con las piernas como solía, supongo que abrumada de cerveza, simplemente las dejó colgadas en el aire bien abiertas, mientras se pellizcaba un pezón y se frotaba el clítoris.

Todos les rodeamos, y con mayor o menor disimulo, disfrutamos de aquello, Jaime se dio la vuelta boca arriba y Sara le montó de cara a 4 patas, el plano desde atrás era brutal, verlo tras un cristal a oscuras no era lo mismo que aquel espectáculo, Jaime la cogió del culo azotándola, cada golpe provocaba un suspiro en mi madre, y empezó a penetrarla tan fuerte y tan rápido que parecían profesionales, Sonia no aguanto más y se sentó a masturbarse, aquella imagen me partió en dos, tiró a Marta al suelo y la hizo lamerla las tetas, le costó convencerla, pero Jaime se estaba gustando y provocó una ola de lujuria que llegó hasta mi, mi madre me bajó el bañador.

-CARMEN: vamos, hijo, que te va a dar algo, llevas con esto duro 1 hora – había estado pendiente de ello.

-YO: es que, yo………- me la cogió entre sus manos, casi la admiraba.

-CARMEN: es tan ancha como la de tu padre, pero creo que más larga, aunque quizá solo sea que tienes menos bello – y me empezó a hacer una paja que me dejó helado.

La imagen debía de ser un escándalo, Jaime bombeando a Sara, cuyos lamentos se oían por toda la playa, Sonia metiéndose 2 dedos en el coño mientras Marta la dejaba los pezones duros como rocas con los dedos y sus labios, y mi madre masturbándome con brío, totalmente desnudos todos menos mi hermana, que solo levaba las bragas del bañador. Pasados unos minutos llegó la visión de mi hermana a 4 patas comiéndose aquellas ubres y su culo en pompa viendo sus propios dedos abultar por dentro de la parte de abajo del bañador, eso me hizo correrme en el vientre de mi madre, que del esfuerzo cayó al suelo. Sonia me siguió rompiendo a gritar, y Sara terminó haciendo el puente boca arriba siendo perforada por el culo, Jaime la azotó hasta ponerla los ojos en blanco y seguir dándola por detrás mientras la estrujaba los pezones. Pasados 10 minutos de locura Jaime salió de su ano y se la hizo chupar hasta llenarla de semen la boca, la tapó la nariz y la cerró la mandíbula.

-JAIME: traga – Sara hizo gestos negativos, pero poco más resistencia ponía mientras se frotaba el pubis.

-CARMEN: traga mujer, que no sabe mal….- creo que dijo algo así, estaba mareado, la veía de refilón repasar su vientre con los dedos cogiendo mi semilla y llevándosela a la boca.

-JAIME: ¡que tragues! – Sara cerró los ojos, hizo un esfuerzo y tragó repetidamente, la bola de su garganta bajó y al soltarla Jaime, cayó de bruces a la arena.

-SONIA: ¡dios…..como la ha dejado!

-JAIME: jajajaja esto no es nada, solo jugamos, se acercó a Sonia y la puso en pie, la sacudió la arena del culo a manotazos.

-SONIA: por que es una vieja, a mi no me dejas así….

-CARMEN: tenemos que volver, cenar algo para que la cerveza no nos afecte, y prepáranos para la discoteca – Jaime la miró asombrado al ponerse en pie tambaleándose.

-JAIME: claro….. – ahora se fue a por ella, mi madre, de forma clara, se giró y le puso el culo ofrecido esperando su cachete, Jaime sonrío y en vez de azotarla se lo agarró con ambas manos, con firmeza haciendo botar sus nalgas a la vez , para luego pegar el rabo flácido a su culo y rodearla por la cintura –… la noche es joven – y ante la sonrisa boba de mi madre, ahora si, la azotó, pero fue una barbaridad, cogió un arco enorme y la golpeó con su alma, mi madre cayó al suelo, sonó tan fuerte que pareció un obús que cayó del cielo, Jaime siseó al cogerse la mano y mi madre se retorcía en la arena frotándose el culo.

-CARMEN: ¡DIOS, QUE ANIMAL! – tardó 2 minutos en poder recomponerse.

-JAIME: es que vaya culo.

-CARMEN: jajaja que cabrón, me vas a dejar marca para varios días.

-JAIME: me gusta marcar lo mío – le oí susurrar, si era cierto, Sara, mi madre y Sonia, ya eran suyas.

CARMEN: antes de volver, y ya que estamos todos desnudos, ¿un baño a la luz de la luna? La idea le encantó a todos, que torpemente y tropezando nos metimos en el mar, a las 9 de la noche, solos y desnudos, hasta Marta, una vez en el agua, se quitó la parte de abajo.

A Sara Jaime se la volvió a follar en el agua, creo que liberados de esconderse, Sonia y Marta estaban pegadas cuchicheando al ver las tetas de Sara salir y entrar del mar por las embestidas de Jaime. Mi madre casi ni se sostenía, se me pegó como una lapa por no perderse en el mar.

-CARMEN: madre mía, si tu padre se moviera así……

-YO: le oigo hacterte disfrutar.

-CARMEN: bueno…..ahora me deja satisfecha, pero antes……..dios, tu padre de joven era una barbaridad, me dejaba sin aliento durante horas……..Jaime se mueve como lo hacia él.

-YO: mamá, Jaime es un mierda, no quiere nada más que follaros a todas……

-CARMEN: como todos los críos, no pasa nada, es natural.

-YO: pero él….- me besó en la mejilla.

-CARMEN: soy adulta Samuel, puedo manejar esto – su aliento a cerveza y mi mano notando el calor de su nalga magullada decían lo contrario.

-YO: vale mamá.

Cuando Jaime terminó con Sara salimos del agua, nos vestimos, más o menos, el paseo y el aire fresco nos templaron los nervios, cenamos y las chicas desaparecieron en una habitación donde se oía un jaleo enorme de duchas, cambios de ropa y maquillaje. Jaime y yo estabamos sentados abajo, estaba mareado de las cervezas, pero Jaime parecía entero.

-JAIME: jajjjajaja, que fauna, yo me vuelvo loco aquí, no se a quien follarme antes, si a Sonia o a tu madre, no sabia que Sonia tenia ese punto de orgullo jajaja.

-YO: no quiero…….mi madre…..

-JAIME: míralo, si ahora eres un santo, he visto como te ha hecho una paja, está tan necesitada de sexo como todas, ya has visto como se han puesto al vernos a Sara y a mi.

-YO: la bebida……

-JAIME: ayuda……pero los instintos son reales, anda, date una ducha y despéjate, puede que te necesite para que me ayudes a abrir de piernas a tu madre.

-YO: no lo haré – se sentó cerca y me abofeteó.

-JAIME: escucha niñato, me vas ayudar o te vas a pasar lo que queda de verano encerrado en tu cuarto mientras yo hago dios sabe que con ellas, me voy a follar a todas, a tu madre, a Sonia y ya encontraré la manera de tirarme a tu hermana – al decirlo me puse en pie, y él detrás, me encaró, era ridículo, le sacaba 16 kilos y media cabeza, pero al levantar la mano me achanté.

-YO: no me pegues……..

-JAIME: ¿me vas a ayudar o no? – al no contestar me pegó otra vez, y otra, hasta que era una bola en el suelo.

-YO: ¡vale! , lo haré……- dejó de pegarme y me ayudó a ponerme en pie.

-JAIME: así me gusta, ahora dúchate, y vístete bien.

Le odiaba, no sabéis cuanto, pero me tenia entre la espalda y la pared, si no obedecía haría lo que quisiera sin mi vigilancia, pero conmigo tampoco es que pudiera pararlo, las tenia a todas comiendo de su mano, el show de la playa lo había dejado claro, y si alguna no pensaba en él de esa manera, tras verle reventar a Sara en vivo, seguro que hasta a mi hermana se le pasaba por la cabeza ser penetrada por él.


Relato erótico: “La casa en la playa 4.” (POR SAULILLO77)

$
0
0

La aguja en el pajar.

La cena y el agua tibia me despertaron del sopor de la cerveza, me hice 2 pajas en la ducha al empezar a ser consciente de todo lo que había pasado en la playa, Sara me había besado y me había dejado un regusto a fresas de su pintalabios en la boca, mi hermana se lo había montado con Sonia en plan lésbico y mi madre me había hecho una paja.

Me vestí con unos vaqueros, y una camisa, me afeité y me perfume, con unos zapatos náuticos, al bajar Jaime iba arreglado, se había duchado y estaba con la melena rubia bien peinada, sus ojos azules brillaban y vestido con un pantalón de vestir azul marino y una camiseta, en zapatillas.

-JAIME: joder, me voy a tener que poner algo mejor, estás muy bien.

-YO: gracias – su aprobación me resultó un insulto, pero no tuvo tiempo de cambiarse, las chicas bajaron en fila.

La 1º fue Sonia, se había echado todo el pelo caoba a un lado dejándolo caer hasta su cintura, una sombra de ojos leve destacaba sus ojos verdes, y vestida con un traje de noche blanco, palabra de honor con sus enormes senos rebosando, sin sujetador, el vestido era largo hasta las rodillas, con aspecto vaporoso y unos tacones a juego.

Luego bajó Sara, que casi se tropieza aún perjudicada, un vestido largo amarillo con un agujero enorme entre los senos a modo de escote, también sin sujetador, era ceñido y la realzaba con gracia, la espalda al aire y peinada con todo el cabello rubio hacia atrás con laca, dándole aspecto de recién salido del agua.

Pasó un rato hasta que Marta apareció, iba con una falda de tubo negra ajustada hasta los muslos, elástica y de tiro bajo en la cadera, una camiseta corta blanca enseñando todo el ombligo, sin mangas, y su peinado de siempre, ondulado y caído hacia los hombros, sin maquillaje alguno, o sus rosadas mejillas parecían naturales, con unos botines de tacón.

La última fue mi madre, que tras unos minutos de indecisiones, bajó vestida con ropa de Marta, todo lo que tenia mi madre era demasiado serio según dijeron, así que escogió un vestido de flores con pinta de bata de seda, con un lazo cerrado en sus riñones, un generoso escote hasta por debajo de sus pechos, sin sujetador marcando pezones en la tela y minifalda muy por encima del muslo, con unos taconazos de vértigo, y como Marta, sin apenas maquillar, o no se notaba al menos. Se había hecho un recogido del pelo en el flequillo a modo de diadema mientras el resto caía a su espalda. Un par de porros pasaron por muchas manos.

-JAIME: señoras, son las mujeres más preciosas que haya visto nunca.

-CARMEN: muchas gracias, no sé si es demasiado atrevido para mi.

-MARTA: no digas tonterías mamá, estás increíble.

-YO: es verdad.

-CARMEN: jajaja sois muy amables, vosotras no estáis nada mal tampoco…..- las adulaba.

-SONIA: ¡hoy arrasamos el local!

-JAIME: que nadie vuelva a casa sin alguien a quien follarse jajajajaja

-CARMEN: ojalá, pero tengan cuidado, usen protección.

-SARA: tengo condones, y si quieren pastillas anti baby….- en 4 minutos todos teníamos condones para ese día y se habían tomado la pastilla, incluida mi Madre.

-CARMEN: vienen muy bien para regular mi cuerpo, pero yo estoy casada……- sostuvo incómoda.

-JAIME: no se preocupe, usted se libra, pero recuerde que esta noche es mía, me debe unos bailes – según se acercó a mi madre, se ladeó y se dejó azotar en el culo, Jaime ya no solo azotaba, se agarraba y dejaba la mano allí.

-CARMEN: de acuerdo, pero cuida de mí, por que voy algo mareada – para decir que iba pedo, sonó leve.

-JAIME: no se preocupe – y empezamos a salir, con Jame sin soltar el culo de mi madre.

Mi hermana se agarró a mi brazo, creo que buscando equilibrio, la situación se había enfriado pero la cerveza seguía presente.

-MARTA: vas muy guapo hermano, hoy te llevas a alguna a casa.

-YO: ya me conoces…….no creo que pueda.

-MARTA: yo te ayudo, pero no te cortes, o no servirá de nada – al menos ella me ayudaría de verdad.

Mi madre caminaba del brazo de Jaime, que la sobaba descaradamente ante sus sonrisas, mientras Sonia se ayudaba en Sara, que no iban una mejor que la otra. Al llegar y vernos, los chicos de la calle las decían burradas, y ellas reían felices, eran 4 hembras como 4 diosas, e iban con aspecto de pedir guerra. Nada más llegar ronda de chupitos para todos y un mojito infernal para cada uno, eso revivió la cerveza, y empezamos a bailar en la pista. Jaime se encontró con 3 encima, mi madre era su objetivo, pero Sara y Sonia hacían pareja y se iban rifando el sitio cuando Jaime se separaba de mi madre. Marta se quedó conmigo, y bailamos de forma distendida, nada grosero, solo dábamos vueltas.

-MARTA: ¿que te parece esa de ahí? – me señaló hacia una pelirroja de pelo corto, sentada sola en un lado con pinta de aburrirse, vestida con unos vaqueros azules y una camiseta de rayas blancas y negras.

-YO: no sé……

-MARTA: ¿y esa? – vi a una rubia de ojos azules, en un vestido elástico de cuerpo entero azul claro.

-YO: pues no se….

-MARTA: pues aquella no para de mirarte – al girarme vi a 2 chicas juntas, mientras una estaba de espaldas, la otra me miró fugazmente 2 veces, era una morena de pelo largo y rizado, con un vestido negro de un solo hombro y grandes gafas.

-YO: ¿tú crees?

-MARTA: joder hermanito, colabora un poco – me costaba mirar a otras mientras mi hermana movía su cuerpo ante mi, aquella falda de tubo la hacia unas caderas muy bonitas, y la camiseta era tan corta que no se pegaba a su piel en el vientre, caía de sus pechos.

-YO: es que no se como entrarlas…..o que decir.

-MARTA: ya te las presento yo, luego solo tienes que ser tú, pero el tú que yo conozco, no ese soso que presentas a todas.

Me cogió de la mano y me llevó una por una a las 3 chicas, la 1º pelirroja en el suelo estaba allí por que había vomitado hacia poco, la 2º rubia ya estaba liada con alguno, la 3º chica en cambio empezó a hablar con mi hermana, y luego se presentó, Vanesa.

-YO: encantado de conocerte….- la di la mano, mi hermana me empujó y casi me caigo encima de ella, que me dio 2 besos poniéndose de puntillas, era de 1,65 como mucho.

-VANESA: un placer, me han dicho que estás estudiando ¿no? – y con aquella simple estupidez, me pasé 1 hora hablando con ella.

La invité a copas hasta emborracharla, o al menos ponerla a mi nivel, pero descubrí a una mujer lista y divertida, coqueta pero firme, que entendía mis estudios, ella estudiaba otro curso, se la veía despierta y activa, fue agradable y dulce, pero de un forma inteligente, con un tono de voz agudo. Luego bailamos un rato, muchas veces vi su sujetador sin hombros por el lado sin hombro del vestido al moverse, y pese a ello parecía una mujer hecha y derecha, era 1 año mayor que yo. No volví a ver a la chica que la acompañaba a ella, ni a mi hermana, así que estabamos solos ella y yo, tan pedos que me dejaba meterla mano en bailes calientes, sentí mi miembro atrapado entre sus nalgas, y alguna vez la cogí una teta, eran menos grandes que las de Sonia, pero eran voluminosas, el vestido la escondía una barbaridad, parecía una mujer del montón, pero tenia un pecho exagerado para la espalda y torso tan pequeños que tenia, al igual que brazos y piernas finas, con un culo duro y bien puesto. Estaba tan embobado en ella que perdí la pista a todos, me entró miedo de cualquier cosa, y me fui a buscar a alguien, Vanesa me siguió de la mano, no pensaba soltarla, y no es que opusiera resistencia alguna, 2 mojitos de allí dejaban tocado a cualquiera.

La 1º que encontré fue a Marta, sonreí triste al verla en una barra sentada con un chico muy mono susurrándola al oído y rozándole las piernas con los dedos, “se merece un desahogo si es verdad que no ha follado con nadie desde que está aquí”, me llegó a ver de la mano con Vanesa, y levantó la copa en señal de cariño. La 2º fue Sonia, apareció colgada de su noviete de playa, iba tan ciega que no se sostenía en pie, constataba continuamente que sus tetas seguían bajo la tela y no se habían salido del vestido blanco, apenas se movía mientras que el tipo la magreaba. La 3º fue a Sara, besándose con un hombre, tenía una teta saliendo por el agujero del vestido, estaba abstraída de su entorno, el tipo la tenia sujeta de la cintura mientras daban pequeños golpes de cintura uno contra el otro.

Estaba preocupado, Jaime y mi madre no aparecían, y si él no estaba con Sara…….Di varias vueltas hasta que di con ellos. Mi madre estaba perdida, totalmente, era una cascara vacía, se meneaba, pegando su pelvis a la de Jaime, al son de las manos de él, que las tenía bajo las faldas agarrándola del culo, no paraba de buscarla con sus labios, se dejaba besar en la cara y el cuello, pero se apartaba cuando intentaba besarla en la boca, lo justo para no besarse pero no lo suficiente como para resultar grosera. Jaime la hablaba la oído y la sacaba los colores, mientras con ritmos lentos apretaba y soltaba el trasero, que en círculos masajeaba con calma. “Mientras solo sea eso”. Me quedé bailando con Vanesa, muy cerca, tranquilizándome, y ella me buscó con los labios, me derretí al sabor de cereza de su boca, sus gafas eran un obstáculo delicioso. Seguíamos charlando de cosas de las que pensaba que nunca hablaría con una mujer en un sitió así, y llegado un momento me bajó las manos a su culo, era como sus pechos, a la vista no se notaba, pero tenia unas posaderas dignas de mi madre, la apreté contra mi como veía a Jaime hacer, y sus pechos me cortaron el aire, verla a milímetros de mi cara, riéndose y mordiéndose el labio, me llevaban al paraíso. Sentí una mano en mi hombro, era Jaime.

-YO: ¿y mi madre?

-JAIME: hemos estado un rato bailando, jajaja como se mueve, pero ha venido el mulato y se la ha llevado hacia la pista – se me bajó la borrachera de golpe.

Busqué desesperado entre la multitud, había un chica chupándosela a 4 tíos a la vez, otra pareja follando y un grupo a su alrededor masturbándose, pasé entre ellos con Vanesa de la mano, y llegué al punto donde encontré a mi madre la noche previa. Estaba en manos de 2 mulatos, uno por delante y otro por detrás, Carmen estaba con cara de no darse cuenta de nada, el de delante era el de ayer, con el mismo torso desnudo y musculoso, tan pegado a ella que sus pelvis eran una sola, y sobándola las tetas por encima de la tela, el 2º era un poco más bajo y rechoncho, estaba levantándola el vuelo de la falta y cogiendo el culo a mi madre, nunca se lo había visto a mi madre en tanga, era blanco y pequeño, y dejaba que se lo cogieran con mimo.

-VANESA: ¿esa es tu madre? – se me puso delante pegándome su cintura a la mía.

-YO: si, es que mi padre se ha ido y está algo sola…….- quise justificarla, sin atreverme ha hacer nada, esta vez no fue cobardía, me temía perder a Vanesa si la soltaba, su pelo negro y enroscado me hacia cosquillas en la barbilla, olía a melocotón, y la rodeé por el vientre apretándola contra mi.

-VANESA: y tan sola, jajajaja esos 2 se han follado a media discoteca, el grandullón la tiene como el brazo de un bebé.

-YO: eso he oído, ¿tú……..?

-VANESA: ¡que va!……ojalá, llevo un calentón desde que llegué aquí hace 2 semanas……- me cogió la mano y me la llevó a un pecho, sentí el pezón duro y estrujé con cariño.

-YO: yo……podría…..si me dejas…..claro….- se giró para besarme, su aliento sabía a menta del mojito, a cereza de sus labios, y a deseo. Su lengua me dejó ardiendo, apreté su culo hasta ponerla de puntillas, y sin saber por qué, la azoté, soltó un gemido dulce al sonreír.

Me pasé 20 minutos viendo como a mi madre la hacían de todo, le habían abierto el vestido y se frotaban contra ella, el grandullón la susurraba cosas y mi madre abría la boca ofendida, pero luego le devolvía el comentario al oído, el grandullón hizo un gesto y el de detrás se fue a por otra chica que había medio ida, en 5 minutos estaban ambos desnudos y el tío la estaba follando en mitad de la discoteca, la chica en cuestión iba con una falda rosa dada la vuelta, y rebotaba contra él.

-YO: vaya tranca.

-VANESA: jajaja pues la del otro es más grande.

-YO: ¿el que tiene a mi madre cogida del culo, elevándola sobre su pecho, mientras la besa en el cuello después de cada caliente giro de caderas? – soltó una carcajada.

-VANESA: el mismo, ayer le vi con una aquí, la chica gritaba tanto que tapaba la música, y se corrió tantas veces que casi se desmaya, la tuvo que coger en el aire y follarla como si fuera una muñeca rota.

-YO: ¿y si mi madre……- “al menos no seria con Jaime”, fue mi pensamiento.

Una copa tras otra, mi madre se dejaba un poco más, ahora el mulato la elevaba y le cogía un seno mientras que una copa más tarde la chupaba un pezón, los tenia como estalactitas y apretaba su cabeza contra ellos, luego metió su mano entre las nalgas de mi madre tirando del tanga, cada vez más fuerte hasta que, ruborizada, soltaba gemidos audibles. El vestido cayó al suelo y mi madre estaba solo en tanga en mitad de una macro discoteca siendo ultrajada por un mulato enorme y con una tranca descomunal, según todos. Aquello era demasiado, cogí a Vanesa de ambas tetas y comencé a darla golpes de cintura, se recostó sobre mi dejándome hacer lo que quisiera, no sé si era yo, la bebida, o el mulato, pero Vanesa estaba tan cachonda que se subió la falda del vestido y se metió la mano en las bragas para frotarse, mientras, se sacó un seno por el lateral y se bajó el sostén poniéndome a pellizcarla el pezón.

-VANESA: um…..por favor……… sigue.

Me sentía extrañamente bien, pese a lo que veía, o precisamente por ello, pero no perdería la oportunidad, Vanesa iba a ser mía esa noche.

El mulato le susurró algo a mi madre, y esta primero negó con la cabeza y luego asintió, al momento le desabrochó el pantalón y le sacó la polla, no mentían, eran una barbaridad, de largo seria más que la mía, pero como todas las que había visto, me seguía pareciendo menos ancha que la mía, según me comentó mi madre yo la tenia gorda, como mi padre, y eso era importante según me dijo. Mi madre cogió asombrada aquella salchicha negra, y tiró de la piel hacia atrás mientras el tío la empujaba de la nuca para arrodillarla, mi madre se negó a chupársela, le susurró al oído y al momento se vistieron, bueno, el mulato se abrochó el pantalón y mi madre se puso el vestido de flores sin cerrar.

-YO: vamos con ellos.

-VANESA: ¿a donde?

-YO: creo que van a mi casa….¿vienes? – la iba a dejar si decía que no, pero me besó, guardándose el pecho que yo llevaba un buen rato amasando, y bajándose el vestido.

-VANESA: vamos.

El camino fue raro, dejé atrás a todos, vi a Jaime con Sara otra vez pero poco más, y seguíamos a 20 metros al mulato y mi madre, la llevaba colgada del brazo, le temblaban los tobillos al caminar con los tacones y el alcohol, así que el paso era lento, y alguna que otra vez se paraban a acariciarse, cosa que repetía con Vanesa. Con algo más de luz vi que tenia un montón de pecas y los ojos azules, su cara era algo redonda pero agradable, con una nariz respingona, y su figura ya muy buena. Me dijo que tenía una 100 de pecho, pero no la creí, me parecía poco para lo que había tenido en las manos, así que me explicó que tenia muy poca espalda pero mucho busto, y lo importante para el tamaño del pecho son la letra de las copas, no el número, ya que eso solo mide el contorno del tórax, y la letra el del busto, ella gastaba una D, o una E, según las marcas, en torno a 22 centímetros, y que la costaba un mundo encontrar sujetadores de su talla bonitos, me lo decía como si me hablara del numero de sus pies. Paseábamos y la veía andas, coronada con unas caderas exageradas y una minúscula cintura, era como si hubieran cogido a una chica flacucha y bajita, y le hubieran puesto las tetas y culo de una diosa, por decir alguien, Pilar Rubio encajaba con su forma física, pero con un pelo rizado contundente y unas gafas de secretaria sexys.

Al llegar a casa el mulato cogió en brazos a mi madre y la subió a su cuarto, nosotros subimos por la escalera exterior y nos sentamos en el balcón en el sitio que sabia que se veía todo desde la barrera, con Vanesa entre mis piernas frotando su culo contra mí.

-VANESA: ¿vamos a espiar a tu madre mientras ese morlaco se la folla?

-YO: es que…….mi padre no está…….

-VANESA: ¿y quieres describirle bien como le pone los cuernos?

-YO: no……… yo solo cuido de que no lo pase mal……

-VANESA: jajja tranquilo, mal no lo va a pasar – giró mi cara y la suya para besarnos, su legua era viva y se subió el vestido para abrirse de piernas y llevar mi mano a su mojado tanga, se quitó el hombro del vestido y se sacó el sujetador del todo, así que mientras con una mano la frotaba por encima de la tela en el coño, la otra la pellizcaba y estrujaba los senos.

-YO: ¿te parece…raro?

-VANESA: jajaja reconozco que para una primera cita es raro, pero me encanta.

Ambos vimos como mi madre se echó a los brazos del mulato nada más aparecer, que la cogió del culo y se la subió encima, mi madre le rodeó con las piernas y se fundieron en un beso cálido y húmedo, hasta la lengua de aquel mulato parecía enorme, dejó su boca y le cogió una teta oprimiéndola hasta apretarla el pezón y lamerlo, chuparlo y al final, darla un mordisco, mi madre arqueó la espalda ofreciendo el otro seno, que sufrió el mismo destino.

-MULATO: ¡mamacita que rica está!

-CARMEN: gracias, eres muy dulce – hasta borracha, en brazos de un hombre que no era su marido, y medio desnuda, era agradecida.

El vestido de flores cayó al suelo, y vi como el hombre tenia la mano hurgando dentro del tanga de mi madre, al rato la dejó bajar y se derrumbó en la cama, al bajarse los pantalones su miembro apareció imponente, mi madre se tapó la boca con ambas manos al verla, y quedó de piedra de pie a su lado.

-MULATO: venga….que no muerde….- la cogió de la cintura y la pegó a él, mi madre buscó su polla y al cogerla pajeó suavemente, mientras devoraban sus pezones, estaban tan salidos que parecían estallar.

-CARMEN: jajaja es que es muy larga.

-MULATO: te va a hacer gozar mami.

-CARMEN: la de mi marido es más ancha, y la de mi hijo igual, pero la tuya es más larga – al oír eso Vanesa soltó un bufido, y yo me llené de orgullo extraño, bueno era saberlo, pero que se lo dijera mi madre a un desconocido……..

-VANESA: ¿es verdad? – se giró y me sacó la camisa y me bajó los pantalones, al vérmela totalmente dura sonrió.

-YO: ¿tú que opinas? – quería saberlo.

-VANESA: ¡jajaja que me vas a romper!, es menos larga que la suya, creo, pero desde luego más ancha, no puedo rodearla con los dedos – sentir sus manos pajeando con lentitud me calentaron, se dio la vuelta para seguir mirando mientras una mano a su espalda me masturbaba, yo seguía agarrándola del coño y una teta, pero esta vez metí mi mano por dentro y sentí sus labios mayores con una pelambrera enorme cubriéndolos.

Mi madre se dejó bajar el tanga, y el mulato la cogió de una pierna y se la puso en el hombro, cogiéndola de la cintura y hundiendo su boca en la intimidad de mi madre, que se aferró a su cabeza con firmeza, la lengua enorme hizo vibrar su cuerpo, que se retorcía, y al final se venció sobre el mulato, que se tumbó con mi madre de rodillas en su cara, tardó unos minutos pero Carmen se dejó caer a 4 patas y entonces vi como la comía el coño, tenia la lengua tan larga que pareció tener un micro pene y la follaba con él. Cada lametón era una onda expansiva en la espalda de mi madre, que gimió poseída hasta temblar, entonces la giró y siguió comiéndola el coño mientras mi madre cogía su rabo como mástil, entendió la idea aunque le costaba llevarla a cabo, pajeaba con calma mientras cerraba los ojos y abrió la boca de placer, el mulato empezó a usar sus dedos, y mi madre se movía como si la penetraran, al comérsela sus ojos destilaban descaro, chupó el glande varias veces para luego meterse media barra en la garganta.

-MULATO: ¡oh, si mamacita, que bien la chupa!

-CARMEN: jajaja es fácil, la de mi marido es menos fina – era raro oírla mencionar a mi padre tantas veces en esa situación.

-MULATO: ¡siga chupando, cómasela entera!

-CARMEN: no puedo metérmela entera jajajajaja

Eso dijo, pero pareció intentarlo, de vez en cuando se dejaba ¾ dentro y el tipo daba un golpe de cadera que la hacia toser, pero solo respondía con una sonrisa y un lametón al glande. Vanesa se quitó el tanga y se estaba masturbando ferozmente, metiéndose dedos enteros en ella, sobe con celeridad sus dos pechos, pese a tener manos grandes se me salían, rebosaban y no podía con ellos, luego me dejó seguir con mi mano sobre la suya en su pubis, era un calor abrasador y terminé metiéndola los dedos yo, mientras lamía su cuello, pero ninguno dejaba de mirar.

Mi madre reventó, literalmente, salió dispara rondado por la cama en un momento en que se guardó silencio, se hizo una bola cogiéndose de entre los muslos, y el mulato la azotó el culo con la cara brillante de los fluidos que habían caído sobre él, la cogió de la mano y la dejó boca arriba, casi crucificada, mi madre no opuso resistencia alguna, al soltarla quedó igual, pero esta vez el hombre la abrió de piernas, escupió en su coño y jugó con el glande unos minutos hasta que apretó, mi madre soltó un alarido leve de travesura, y cuando el glande la penetró, se abrió de piernas hasta casi romperse, dejó que el miembro de ese hombre la abriera poco a poco, llegando un punto en que mi madre ya si que dio un pequeño respingo, seria hasta donde llegaba mi padre, y allí se aferró a las sabanas y gritó.

-CARMEN: ¡por el amor de dios, que pedazo de polla, fóllame cabrón, destrózame! – y daba golpes de cadera para meterse más dentro de ella.

-MULATO: ¡jajaja mamasota que aguante, que hembra! – dio un empujón final y hasta Vanesa sintió como algo se rompía en mi madre.

Poco duró aquella cara desencajada, el mulato cogió posición y la sacaba y metía con ritmo, mi madre recuperó su propia conciencia y le abrazó buscando sus besos, el tipo la sujetaba para que no cerrara las piernas, que era lo único que podía hacer para tratar de gozar menos, pero no la dejaba, sus bellos se rozaban al chocar los sexos y mi madre cogía inercia. El mulato aguantó unos minutos a un ritmo animal, tanto que mi madre explotó en un orgasmo que la hizo frotarse el clítoris y bañarlo con un chorro enorme, se dejó caer boca arriba.

-MULATO: ¡mamita, que coño, que rica está!

-CARMEN: jajaja eres una bestia, mira como me has dejado…. – y al momento lo montó de rodillas cara a cara, y se penetró de nuevo, dando giros leves de cadera, casi regodeándose –… esto no termina así – y le dio un bofetón con gesto divertido

El mulato respondió cogiéndola de los brazos y llevándoselos a la espalda, apoyando lo pies empezó un rimo de caderas brutal, mi madre soltó un alarido de sorpresa y su cara era de disfrutar de forma absoluta, solo cada golpe cortaba un gemido continuo que se te metía en los tímpanos, ver aquello era demencial. Vanesa se corrió en mi mano, y yo en su espalda, su paja me mató, o era mi madre siendo salvajemente follada lo que me volvía loco. Otro orgasmo dobló a mi madre, que para su desgracia sirvió para que sus pechos fueran lamidos y mordisqueados, aún con las manos a la espalda.

-CARMEN: ¡ah, si, ah, sigue! – soltaba pequeños gritos agudos mientras no dejaba de sonreír.

Al rato mi madre ya dominaba con la cadera, era imposible mantener ese ritmo, el mulato estaba roto y sudando, y mi madre se movía con virulencia, le pedía más y el tipo no podía, era increíble, mi madre era una insaciable maquina de follar. Se pasó media hora rebotando hasta que se tumbó de lado y se lamió los dedos, el tipo la fue a buscar a su espalda, y cuando iba a penetrar el coño, mi madre preparó su ano, casi me da algo verla meter varios dedos en aquel culo, el tipo debió pensar lo mismo, así que la dejó actuar, hasta que apuntó su miembro al culo y apretaron ambos. Mi madre se acomodó varias veces, pero al final le entró media butifarra negra antes de sisear, luego la cogió de las caderas y la empezó a follar como antes, el tipo gastó su reserva para hacer que mi madre se corriera otra vez, pero cuando lo hizo no dejó de pedir más y girar su cadera, así que el mulato se contuvo, pero era tarde, ella movía su pelvis tan rápido que él ni se movía, y la llenó de semen entre bufidos, vi los latigazos que recorrían sus cuerpos y mi madre brillando de perlas de sudor, buscando con su culo algo de acción en una polla flácida. Pasaron unos minutos y ambos se durmieron.

-VANESA: por favor, vamos a tu cuarto, ¡necesito que me folles!

-YO: es que……..yo……- se puso en pie y se desnudó del todo, no hubo argumento mejor.

Me la llevé a escondidas a mi cuarto, al entrar pasamos por todas las habitaciones, me encontré a Jaime follándose a Sara en su cama, al verle me miró con cara mustia, Sara iba tan borracha que no se movía, seguro que el cabrón quería a mi madre, pero ella estaba descansando de un polvo criminal. Me fui antes de que viera a Vanesa, en el cuarto libre de abajo estaba Marta, la oía susurrar y gemir, pero no abrí la puerta más que para ver su melena moviéndose al compás del sexo. En la habitación de Sonia salían ronquidos, al mirar estaba tumbada sobre su noviete, desnuda y con su polla dentro, ambos dormidos.

-YO: ¡joder, ¿es que aquí follan todos menos yo?!

-VANESA: dame una cama y arreglo eso.

Nos metimos en mi cuarto y la dejé en la cama, se abrió de piernas y me metió entre ellas, sus besos eran largos y sensuales, me puso a 100, Vanesa buscó mi miembro y lo apuntó a su entrada, apreté tan fuerte que al entrar gritó como un gorrino, pero sentía placer en aquello, seguí apretando y cogiendo espacio hasta que por fin la tenia dentro, su cara era de presión, pura, me clavó las uñas a la espalda y me rodeó con las piernas, comenzó a moverse sin mi permiso, lamí sus tetas y sus pezones carnosos, eran grandes y rojos, los lamí hasta dejarlos húmedos y salientes.

-VANESA: ¡jajaja si que es ancha, madre de dios, me estás matando!

-YO: gracias.

-VANESA: ¡no me des las gracias, y fóllame!

Entendí que debía ser como Jaime, como el mulato, destrozarla, así que cogí impulso y di 4 fuertes empujones hasta que Vanesa se estiró de placer, temblando, al sacarla y meterla rápidamente la presión casi me hacia daño, sentía el roce decrecer, pero nunca desaparecer. Ella se sujetaba de los pezones con una mano para evitar el dolor del movimiento de sus senos, trataba de frotarse el clítoris pero cada embestida la hacia sujetarse a la cama, una y otra vez sin parar. Cansado, me dejé caer de lado, y ella me montó, como había visto hacer, buscó mi rabo y se penetró, dándome una bofetada, su sonrisa me confundió, quería que fuera su mulato, pues lo seria, la cogí de los brazos y de igual forma planté lo pies, me pasé 3 minutos follándola todo lo fuerte que podía, y sus ojos se pusieron blancos echando la cabeza hacia atrás, soltaba un bramido con cada penetración y sus tetas botaban aleatoriamente al no poder sujetárselas, sus gafas grandes, que hasta ahora habían aguantado en su sitio, salieron volando. Luego empecé a azotarla, una teta, el culo o a cogerla del cuello y apretar fuerte mientras la abría en dos, todo la hacia vibrar, y pude sentir un hilo de fluidos bajar de su sexo por el mío, lo que más me encendía, por raro que fuera, era su pelo, una maraña de cabello suelto y rizado, eran muelles negros saltando sin parar.

-VANESA: ¡sigue, por dios, sigue, me vuelves loca, sigue!

Sus gritos eran fuertes, pero yo no podía más, la cadera ya no me respondía. De refilón vi a Jaime en la puerta, el cabrón estaba fumándose un porro mientras me venia follar, los gritos de nuestro encuentro sexual le habrían alertado, casi pierdo el ritmo por su culpa, pero esa vez ganaría yo, puse a Vanesa a 4 patas de cara a él, y la penetré tan fuerte que se me salió al 2º golpe, al meterla otra vez entró limpia hasta la base, Vanesa soltó un alarido de película de terror, dejó caer el pecho y se convirtió en un potro con un agujero, la estaba destrozando, podía hacerlo, fui consciente de ello, y Jaime lo estaba viendo.

No se cuanto pasó, minutos o horas, solo se que Vanesa se corrió y yo también, pero ninguno parábamos, vi las primeras luces del alba cuando me tumbé al limite del desfallecimiento, sin un gramo de energía, Vanesa estaba a mi lado con gesto descompuesto, parecía que iba a echarse a reír en cualquier momento, pero no podía por que se le salía el corazón por la boca.

Me quedé dormido abrazado a ella, daba igual cuantas veces follé con mi amiga en el instituto, aquello fue jugar, esto fue sexo de verdad. Me despertó Vanesa al moverse sobre mi pecho, adormecida se acunó en mi, quise quedarme así de por vida, pero la resaca me había dejado un gran dolor de cabeza, y una serie de ruidos durante los siguientes minutos me hacían abrir los ojos, todas las mujeres de casa se pasaron por la puerta para ver si de verdad estaba con una chica, luego Jaime me llamó con un dedo al entrar al cuarto, y me sacó a la terraza, mirando de lejos a Vanesa, fumando otro porro.

-JAIME: joder con el imbécil, vaya jaca te has buscado.

-YO: se llama Vanesa, es muy maja – estaba ilusionado.

-JAIME: y vaya tetas, aunque las de Sonia son mejores, follará bien, ¿no?

-YO: oh…….si…..me……me ha dejado roto.

-JAIME: bueno es saberlo, me gustan que sepan moverse – le miré asustado.

-YO: no, Vanesa es mía, déjala en paz.

-JAIME: ¿otra vez?, y si no lo hago, ¿que? – enfurecido le cogí del cuello y le saqué medio cuerpo por el balcón del 3º piso.

-YO: ¡te juro que como la toques un pelo te tiro por la puta ventana, ¿me oyes?! – su cara era de miedo, y no por que estuviera levitando a 15 metros del suelo, si no por mis ojos, estaban inyectados en sangre, nunca me había visto así, ni él…….ni nadie.

-JAIME: vale, tranquilo, tengo coños de sobra en casa – le solté lentamente, me temblaban las manos.

-YO: pues mi madre se ha buscado un mulato, el de la disco, ayer la dejó medio ida, pero creo que mi madre es un poco…….

-JAIME: ¿ancha de caderas?, si, lo he pensado, si tu padre la tiene ancha, tiene que hacerla ver las estrellas, por muy mulato que seas, es un hueco que solo tu padre puede cubrir, espero poder ser su suplente.

-YO: folla con mi madre si quieres, pero deja a Vanesa en paz – de golpe aquella desconocida era mi 1º prioridad.

-JAIME: no necesitaba tu permiso, pero gracias.

Eran cerca de las 3 de la tarde cuando la vida regresó a la casa, fuimos bajando según nos encontrábamos, a todos les dolía la cabeza o estaban hechos puré, mi hermana sacó por detrás a un chico, regresó sola y avergonzada, Sara estaba en los brazos de Jaime, como siempre, y Sonia estaba casi dormida, se les había oído follar de fondo a ella y su noviete por la mañana, pero a nadie le pareció oportuno decir nada sobre eso. Mi madre bajó sola y con la cara demacrada, pidió que no gritáramos, pese a que nadie lo hacia, y se tomó un par de cafés.

-JAIME: bueno, que tal ayer, ¿fue bien no?

-CARMEN: puffffff todo me da vueltas……dios……ya no tengo edad.

-SARA: jajaja pues bien que te divertiste.

-CARMEN: la verdad es que si, ¿podemos ir a la disco hoy también? – todos la miramos absortos.

-MARTA: ¡por dios mamá!, míranos, no podemos con nuestra alma.

-JAIME: yo voy si Carmen va.

-SARA: pues si ellos van, yo también.

-SONIA: voy seguro.

-MARTA: yo no puedo…….estoy molida.

-CARMEN: si no puedes no vengas, pero me gustaría mucho.

-JAIME: es verdad, vamos a darla el gustazo a la mujer, que aun me debe esos bailes, que ayer se me escurrió entre los dedos.

-CARMEN: jajaja es verdad – yo esperaba alguna noticia del mulato, pero no apareció, le habría echado en cuanto se despertó mi madre, y no la borracha salida que fue aquellas noches.

-JAIME: además, así este hombre nos presenta a su chica…..- me golpeó en el hombro, todas fingieron sorpresa y curiosidad.

-CARMEN: ¿ah si…? Cuéntanos hijo……

-MARTA: que golfo….- “¿yo?” Aquella noche habían follando todos, mi mejor amigo con mi tía, mi madre con un mulato, y mi hermana y su amiga con 2 pseudo desconocidos, ¿y yo era el golfo?, supongo que era por lo raro de aquello.

-YO: es una chica que conocí ayer, se llama Vanesa, y es muy maja, no es una imbécil de playa, es lista, y divertida, y……- me cortó Jaime.

-JAIME: y te deja meterte entre sus piernas jajajajajaa – la carcajada general fue gloriosa, estaba rojo de vergüenza, o de orgullo.

-CARMEN: ah, pues quiero conocerla, podríamos jugar esta tarde como ayer, y así la vemos, invítala a quedarse, está arriba ¿no? – sabia que estaba, no había bajado.

Obedecí y subí a buscarla, estaba dormida, desnuda con una sabana blanca cubriéndola partes del cuerpo aleatoriamente, y con una sonrisa de ojera a oreja, me fijé en sus labios, eran gordos y brillantes, tenia una ligera separación entre los paletos de los dientes, algo que me pareció arrebatadamente sexy. El olor a café recién hecho que le llevé la despertó, estaba algo desorientada, al verme me regaló su sonrisa, se frotó con desgana la mata de pelo rizado que tenia como una leona, con un gesto de cansancio y agotamiento.

-YO: buenos días, ¿quieres café?

-VANESA: ¡oh dios, si!…..me duele la cabeza…. – se incorporó dándome un beso tierno y dulce, para abrazarme después con calidez, me enamoré de ella por solo ese gesto, temía que al despertar y verme, saliera corriendo. Cogió la taza y bebió un sorbo.

-YO: ¿puedo traerte alguna pastilla o algo?

-VANESA: no gracias, jaja eres un cielo, pero no hace falta, en un par de horas se me pasa.

-YO: ¿y…..como estás? – no sabia que decir.

-VANESA: muy bien……..ha sido maravilloso, aunque lo tengo todo borroso, me caí muerta cuando…..terminamos.

-YO: nos dormimos.

-VANESA: jajaja ya decía yo, pues te agradezco mucho esto, lo necesitaba…. – dio otro sorbo y sonreía al verme mirarla, totalmente enajenado – ….. ¿que? – ladeó su cabeza tocándose un hombro con la barbilla, y casi me tiro encima de ella.

-YO: es que eres preciosa, ayer, de noche y con lo que bebí, no pude darme cuenta, pero ahora……….eres hermosa.

-VANESA: jajajaja tú tampoco estás nada mal, y me caes genial.

-YO: y tu a mi….pero nos conocemos muy poco – me apresuré a decir.

-VANESA: ya he visto a tu madre ser montada como una yegua y me has llevado al paraíso esta noche, creo que podemos decir que nos conocemos un poco jajaja – se acordaba, y me alegré por ello.

-YO: supongo……. – no me salía nada más de mi cabeza, bastó para hacerla girar la cara con cariño.

-VANESA: necesito una buena ducha, ¡dios!, tengo que tomarme la pastilla, ¿lo hicimos a pelo? – asentí preocupado de golpe.

Vanesa empezó a reírse y se hizo un vestido con la sabana, se bebió el café y se fue a ducharse, yo estaba sentado en la cama expectante, fui a buscar su ropa que estaba por el balcón de mi madre, al salir Vanesa estaba solo con una toalla, se vistió ante mí, con movimientos claros de malestar corporal, sobretodo al caminar.

-YO: ¿y ahora, que hacemos?

-VANESA: yo me tengo que ir a casa de mis amigas, estamos al final de la calle de vacaciones todo el verano, estarán preocupadas, o supongo, si es que están despiertas.

-YO: ah….- se me notó mi tristeza, se sentó a mi lado y me cogió la cara besándome como si fuera mi novia desde hacia décadas.

-VANESA: no te preocupes, podemos quedar, se que soy un poco directa……….. pero me gustas de verdad.

-YO: claro, como no, de hecho esta noche vamos a volver a ir a la disco, y esta tarde jugamos a algo, aquí en casa, ¿si te quieres venir……?- la miré implorando algo, no se si que viniera o no, por Jaime.

-VANESA: bueno……más violento que lo de tu madre no puede ser…

-YO: por favor, la situación es muy rara en casa, trato de que Jaime no se lleve por delante a todas, no hables del tema de mi madre.

-VANESA: ¿ese rubio escuálido que vi ayer?

-YO: si, ya se folla a mi tía, y ahora va a por mi madre………. y las demás – se lo decía sin pensar en como la afectaría

-VANESA: no diré nada, pero no podré venir hoy, vamos a irnos mis amigas y yo unos días a ver a unos familiares suyos, ¡joder que pena!…..¿la semana que viene? …….si no te parece mal – “¡que coño me iba parecer mal!”, aunque sin ella me sentiría ínfimo en aquella casa, se recostó apoyándose sobre mi pecho, me iba dando una serie de largos y divertidos besos mientras metía su número de teléfono en mi móvil, y se hizo una foto lanzando un beso para ponerla de perfil cuando me llamara, y otras cuantas a los dos juntos, una de ellas mordiéndome el mentón de forma traviesa, me pareció la mejor foto de toda mi vida.

Al bajar la presenté a mi hermana y las demás, Jaime la sonrió y quiso darla 2 besos cogiéndola de la cintura, pero Vanesa la apartó con descaro y salero, esa tontería me hizo quererla más. Al irse me dio un beso de tornillo delante de todos, que miraban en completo silencio, me dejó sin aire, y me costó soltarla la mano cuando amagaba irse, con una sonrisa encantadora.

-CARMEN: ¡jajaja mírale que cara de enamorado tiene!

-MARTA: ¡que don Juan! jajaja – me abrazaron por detrás, yo sonreía abrumado.

-JAIME: una buena pieza, si señor – lo dijo como el que queda 2º en una carrera.

-SONIA: parece un poco rara – lo parecía.

-YO: no, es perfecta – “es como yo necesito que sea”.

-CARMEN: jajaja como la defiendes, estás colado por ella jajajaja, ¿vendrá luego?

-YO: no….sale unos días, pero quedaremos.

-MARTA: me alegro un montón hermanito.

-JAIME: a mi me parece bien.

Una vez lo dijo él, todas asintieron, las tenía en su mano, tenia que estar atento con Vanesa o caería en sus redes. Comí algo mientras todos iban a la piscina. Jaime se dio un festín, cuando llegué tenia a todas sin la parte de arriba y tratando de ahogarle, supongo que lo logró con facilidad, ya que el juego del día anterior había subido en nivel de confianza de todos. Mi madre salió a por mi y me tiró al agua, fue un escándalo de tetas, pellizcos, roces, y desvergüenza, pese a pensar en Vanesa no pude evitar pegarme a Sonia, que estaba preciosa con todo su pelo mojado y suelto, lo tenia tan largo que si arqueaba la espalda podía llegarse a rozar los muslos por detrás con las puntas del cabello, y sus pechos mojados era acariciados sin disimulo. Jaime iba a por mi madre, la cogía del culo o la cintura y la daba golpes de cintura mientras la doblaba el cuerpo, pero no se arriesgaba a más mientras estuvieran sobrias. Al salir a tomar el sol Jaime y Sara trajeron unas cuantas copas de vino, y se tumbaron juntos, Sara estaba boca arriba, él la acariciaba como si no estuviéramos allí, por el vientre, los senos y luego metió su mano dentro del biquini, ella se abrió de piernas y le dejó masturbarla, todos mirábamos de reojo, era raro oírla gemir sin que nadie pusiera un pero, bebiendo copa tras copa.

Mi madre me pidió que le echara crema cuando iba por la 3º de vino, se puso en pie a trompicones, pero Jaime salió disparado soltando un azote a Sara, cuando llegó, mi madre se dio la vuelta, esperó su azote sonoro con agarre de nalga por parte de Jaime, y luego se tumbó boca abajo, Jaime se sentó en su culo y la dio un largo masaje calmado, mientras Marta y Sonia hablaban demasiado bajo, mirando a Jaime. Yo no podía apartar la vista de las tetas de Sonia, pese a ir todas en top less, era única, arrasaba, y me miraba burlona cada vez que me veía mirándoselas, me gustaba mirarlas, pero ahora trataba de decidir si las de Vanesa eran mejores.

-SONIA: parece que Vanesa no te ha quitado el apetito de un buen par de tetas….- me dijo al tumbarse a mi lado.

-YO:….. es que las tienes muy bonitas.

-SONIA: jajaja Marta, tu hermano dice que tengo tetas bonitas jajaja ¿que te parece?

-MARTA: que se está espabilando mucho jajajaja.

-JAIME: y que tiene razón, no es tonto el chaval.

El masaje de Jaime subió de temperatura, metió las nalgas del bañador de mi madre a modo de tanga y tiró con fuerza hasta sonrosarla las mejillas, luego la dio la vuelta y sin preguntar le dio otro masaje de frente, se pasó 5 minutos manoseándola las tetas hasta que mi madre le dijo que ya era suficiente, la puso en pie y mi madre, bien adiestrada, le dio un golpe de cadera pidiendo su cachete, Jaime la sonrío y la cogió del culo a dos manos dedicándole un chupetón en el cuello.

-CARMEN: jajajaja ¡no seas bruto!

-JAIME: como usted me pone – esa fue la reprimenda, pero no se apartó, se quedó unos diez minutos amasándola las nalgas apretándola contra su polla, seguramente dura, y chupándola el cuello, mi madre apartaba su melena, y se ladeaba alzándose para ofrecer más piel a sus labios.

-SONIA: ¡para por dios!, que la vas a dejar una marca enorme – Jaime se separó con la polla bien marcada, y mi madre abrió los ojos traspuesta.

-JAIME: envidia es lo que tienes, pero eso se soluciona ya mismo – soltó a mi madre, que casi se vence hacia delante al dejar de sentirle. Jaime se tumbó encima de Sonia, que jugó a evitarle hasta que le cogió de las tetas y se las comía, jamás había visto hacerle un chupetón a una teta, pues vi varios en pocos minutos, y como siempre, Jaime logró que la mujer facilitara su labor, en este caso Sonia le apretaba la cabeza contra sus senos, soltando ligeros gemidos burlones.

-SONIA: ummmmmm la verdad es no lo haces mal – le rodeó con una pierna y pude ver como el bulto de Jaime se frotaba contra su pubis.

-JAIME: ¡dios!, nunca me canso de unas tetas así – chupaba y tiraba hasta que la piel no daba más de si, y soltaba dejando caer el seno con un sonido de vacío característico, la carne tierna tardaba unos segundos en dejar de temblar.

-SARA: vale ya con las tetas de Sonia – estaba cruzada de brazos, Jaime la miró con calidez.

-JAIME: a ti ya te follo, así que cierra la boca – y fue lo que pasó, un silencio mudo con Jaime succionando los enormes senos de Sonia, mientras todos mirábamos, y alguna se ponía otra copa.

-CARMEN: Samuel, son las 5, deberías ir a por cervezas para jugar esta tarde antes de ir a la discoteca.

-JAIME: cierto, ve a por ellas, tengo ganas de jugar.

Relato erótico: “La casa en la playa 5.” (POR SAULILLO77)

$
0
0

Tercer día de fiesta.

Fui a buscar las putas cervezas, tenía la sensación de que en cuanto salí de casa, Jaime ya se estaba follando a Sonia, y si tardaba mucho mi madre iba detrás. Así que en 5 minutos regresé con otros 4 packs de 24 latas a los pies de la moto, al entrar temía ver a Jaime ya en acción, pero estaban todos en la puerta esperándome, se habían puesto el biquini y mi madre era la única con un camisón fino, Jaime solo con el bañador. Yo me puse una camiseta por tener una prenda más. Mientras las chicas se turnaban en hacer manitas con Jaime camino de la playa, solo mi hermana me ayudó con las cervezas y la nevera hasta arriba de hielos. Al llegar hicimos un círculo y comenzamos.

Seria repetitivo decir que ocurrió, resumiré en que la 1º hora fue inocente, a partir de ahí Jaime se volvió osado, y ya tenia a mi madre sin ropa, a Sonia con las tetas fuera y mi hermana tuvo que dejarse meter mano, a mi me hacia tonterías para humillarme, hacer verme con un crío, para minimizarme ante las demás. Al par de horas estabamos todos desnudos y con un subidón de cerveza notable, por suerte era una playa apartada y en esas horas no pasaba mucha gente. A estas alturas Jaime se había cebado con mi madre, le había comida la tetas, le había hecho hacerle una paja, y se dieron el lote unos 5 minutos, eso me dejó cierta libertad con las demás, y Sonia fue asediada, bailes, caricias, y llegué a pedirla una cuabana que me dejó muerto, mi polla desaparecía entre aquellas montañas. Mi hermana y Sara fueron castigadas por elegir verdad, descubrimos que mi hermana había probado el sexo anal, y cual de sus ex follaba mejor, un tal Pedro, mientras que Sara relató como perdió su virginidad con el hijo del carnicero a los 16 años, y que tuvo líos lésbicos en la universidad.

-JAIME: pierde Carmen – que se bebía las cervezas como chupitos.

-CARMEN: verdad jajaja

-JAIME: ¿te follaste al mulato de anoche? – se puso azul de congestión, pero ante la mirada atónita de Marta, asintió.

-CARMEN: ¡si, jajajaja dios!, es que tenia un calentón…….

-MARTA: ¡pero mamá, ¿y papá?! – la cogió de la mano con dulzura.

-CARMEN: hija, tu padre no está, y estoy harta de dormir sola, no es nada, solo me divierto, como tú.

-JAIME: quedan pocas latas – quería pasar rápido para evitar discusiones morales. Perdió Sara, y aproveché que mi madre distraía a Jaime.

-YO: quiero que me a la chupes, tía – sonó tan decidido que gateó hasta mi y comenzó a chupar el glande, aquello abrió los ojos de todos, le costaba horrores metérsela pasado el capullo, pero lo compensaba con una lengua viva.

-JAIME: mira como le comen la polla a tu hijo – apretó a mi madre contra él, pegando su culo a su erección sin que mi madre apartara la vista de mí.

-CARMEN: jajaja es que es hijo de su padre, casi no puede tragársela jajajaja.

Me hizo hundir los dedos en la arena de placer, y en 5 minutos me vacié en su boca, la mayor parte se lo tragó. La siguiente mano perdió mi madre, que seguía eligiendo atrevimiento pese a todo.

-JAIME: ummmmmm ¿que se me ocurre….?

-CARMEN: poco se me ocurre ya, golfo, me has hecho de todo……jajajajaja

-JAIME: cierto, háztelo tu misma, hazte un dedo.

Se tumbó en mitad del circulo y se abrió de piernas mirando a Jaime, chupó varios dedos y empezó a jugar con sus labios mayores, los separó y frotó su clítoris mordiéndose el labio, para terminar metiéndose 3 dedos, se martirizaba ella sola con un ritmo animal, se arqueaba mostrando unos pezones que rayarían diamantes, comenzó a pellizcarse uno, y luego a suspirar rápido dando golpes con el culo contra la arena, hasta que tembló de gusto y se hico un bola.

-JAIME: espectacular, dios…. ¡que mujer! – recibió un aplauso tímido. Otra mano, perdió Marta, que ya estaba colorada como una fresa, eligió verdad.

-JAIME: ayer te follaste a uno, ¿te dejó satisfecha?

-MARTA: jajaja ¡que cerdo eres!…… ¡pues no!……se quedó dormido y no me gustó – terminó su cerveza.

-YO: solo queda una lata.

-JAIME: tengo una idea, pero no se si os gustará, sois demasiado remilgadas……- aquello fue justo lo que era, una trampa.

-SARA: claro, míranos que recatadas, aquí desnudas y chupando pollas……..dilo.

-CARMEN: eso, podemos con todo ajjajaja.

-SONIA: yo hago lo que sea…….

-JAIME: me gustó mucho terminar follando con Sara, y creo que a todos verlo, ¿que tal si la última lata siempre sea el colofón con sexo? El que pierda tiene que dejarse follar, pero puede escoger con quien, tienen que ser hombre y mujer, nada de rollos gay, ¿que os parece?

-MARTA: un poco fuerte…..pero…… ¡que coño!

-CARMEN: claro que si, reparte jajajjaa – parecía ansiosa por que le tocara.

-SONIA: ¡madre mía!, estamos locos….

-SARA: pues no juegues, niña…- seguían picadas.

Jaime era un genio, si tenían que ser hombre y mujer, siempre ganaba, de las 4 mujeres, una era madre, otra mi hermana, y la 3º mi tía, a la que ya se tiraba, las 3 le elegirían a él de cabeza, aparte de que si perdía él podía follarse a cualquiera, y si perdía yo solo podría ir a por Sonia. Al repartir estaba nervioso, dimos la vuelta a la carta a la vez, y la matemática no fallaba, perdió Jaime.

-JAIME: jajajaja que bien – se frotaba las manos mientras abrió la última cerveza que le se bebió mirando a las 4 mujeres, Sara casi parecía ya dispuesta cuando – ….me follo a Marta – me quedé de piedra, “mi pobre hermana”, pero tenia sentido, Jaime ya tenia a mi tía, mi madre estaba cerca, y había empezado a camelarse a Sonia, mi hermana era la única que no caía en su juego, y no perdió la oportunidad.

-MARTA: ¿en serio,? es que……..

-CARMEN: ¡no seas boba, ¿no ves que guapo es Jaime?! tendrías que estar agradecida – no seria real decir que eso fue el alcohol, mi padre había enseñado a pensar de esa forma a mi madre. La mujer estaba para complacer, el mulato podía dar fe.

-JAIME: yo decido, así que……ven aquí – Marta se puso en pie, ruborizada, borracha y avergonzada, pero seguía preciosa.

Se acercó a él sin saber que hacer, Jaime la cogió de la mano y se la puso de rodillas encima, se besaron un poco, de forma torpe, Marta estaba incomoda, mientras Jaime repasaba sus nalgas. Pasaron unos minutos largos en que Marta se excitó, ya estaba metiéndole la lengua buscando la suya. Jaime se recostó en la arena y mi hermana cogió su pene, apuntó y bajó la cintura con cuidado, soltó un par de gemidos agudos hasta meter medio miembro.

-JAIME: es la más grande que te han metido, ¿verdad? – mi hermana no dijo nada, pero su cara roja decía que si. Por un momento pensé que si la de Jaime la hacia gozar, siendo un miembro ligeramente por encima de las medidas estándar, la mía debería hacerla ver las estrellas.

-CARMEN: jajajaja pobre hija mía, mírala como disfruta – lo hacia, tenia sus reparos pero el movimiento lento de sube y baja la estaba llevando al cielo.

-JAIME: dime, ¿te gusta como te follo?

-MARTA: si…..- susurró tímidamente.

-JAIME: ¿mejor que el de ayer?

-MARTA: ¡ohhhhhhh si!, mucho mejor….. – apretaba los labios para no gemir cuando Jaime ya embestía con fuerza haciendo temblar los senos y las nalgas de mi hermana.

-JAIME: ¿y mejor que Pedro? – el que nos había dicho que fue su mejor polvo, mi hermana guardó silencio y aguantó la respiraron unos segundos mientras la estaban matando.

-MARTA: ¡DIOS, SI, MEJOR, JODER, COMO ME GUSTA! – estaba gozando mucho más de lo que admitió nunca.

-JAIME: ¡pues muévete un poco, no voy a hacerlo yo todo! – y la soltó uno de sus azotes, lo que provocó que mi hermana se soltara, se puso a 4 patas sobre él y movió su cadera con energía.

-SARA: joder como se mueve la niña…..

-CARMEN: es hija mía, seguro jajajajaja

Marta dio un recital, hasta Jaime la paraba alguna vez entre besos, tuvo que darla la vuelta para dominar, la abrió de piernas, de espaldas contra la arena, y la folló como mejor sabia, mi hermana cerró los ojos y se frotaba su cuerpo de adolescente terminándose de desarrollar, sintiendo cada penetración. Jaime cayó sobre ella y le rodeó con los muslos, lamía sus senos que estaban tensos y firmes. Sonia estaba a su lado masturbándose al ver aquello, mi madre no perdía detalle y mi tía estaba furiosa, quería haber sido ella. Jaime duró bastante, la estaba llevando a disfrutar de aquello, la puso de lado y la estaba penetrando desde atrás acariciando su clítoris, Marta golpeaba la arena al sentir como una oleada de calor la llenaba, y estalló soltando lo que seguro fue su 1º orgasmo vaginal, hasta para mi fue reconocible en su cara esa sensación de sorpresa o confusión al sentir algo nuevo y placentero. Poco después la llenó de esperma caliente, mi hermana había cogido cierto ritmo y aún se movía mientras la polla que la había encendido se desinflaba.

-JAIME: ¡puf…….madre mía…….me vais a matar!

-CARMEN: como las gasta mi niña eh…..

-JAIME: solo espero que su madre sea mejor – se puso en pie y azotó el culo de mi madre, que le miró con ojos lujuriosos.

-CARMEN: ya lo probarás…

-MARTA: ¡dios…..se me ha corrido dentro…..estoy llena de…..! – se colocaba en pie mientras se tocaba el pubis manchado de semen y sus propios fluidos.

-JAIME: de mi, princesita – se fue a por ella, que le recibió de brazos abiertos medio ida, se besaron con calma y la azotó el culo varias veces.

-MARTA: ¡joder, me haces daño!, dame más suave – ya era suya, fue dándola azotes hasta que dio con la intensidad que a mi hermana le pareció idónea.

Regresamos desnudos a casa, nos dimos una ducha, al rato cenamos, para vestirnos e ir de fiesta, nada había cambiado los planes. Jaime y yo nos pusimos algo decentes en pocos minutos, ellas se pasaban media hora cambiándose de ropa, y maquillándose, pero merecía la pena.

Todas bajaron con una capa de maquillaje extra, y a mi entender innecesaria, iban muy borrachas como para hacerlo bien. Mi madre eligió un vestido blanco con tirantes, largo hasta lo pies y vaporoso, a contra luz se le marcaba una figura apoteósica, y casi se intuían sus pezones al ir sin sujetador. Mi hermana la siguió con una camiseta blanca enseñando un hombro y el biquini, con unos shorts negros elásticos del que sobresalían los lazos de las bragas del bañador. Sonia arrasó con un top de flores elástico marcando un sujetador al límite de su capacidad en un escote tan vulgar como atrayente, y unos shors blancos sin abrochar del todo. Mi tía Sara esta vez jugó fuerte, con solo un corsé negro arriba, que le realzaban los senos hasta el punto de que al caminar vibraban como flanes, con un pantalón largo de cuero negro pegado a su piel. Todas con las bragas del biquini “por si acaso” se daban un chapuzón, pero solo mi hermana llevaba el sujetador arriba.

Fue como volver al pasado un día entero, ronda de chupitos al comenzar, y mojitos infernales, a la 2º copa ya estabamos con la cabeza perdida. Sara tuvo que buscarse un maromo, no le faltarían pretendientes, por que Jaime se quedó pegado a mi madre, sobándola por encima del vestido. Sonia se encontró a su noviete, y me quedé con mi hermana bailando de forma graciosa, pero no me miraba a los ojos.

-YO: ¿que te pasa?

-MARTA: nada……es que…lo de Jaime….me ha dejado traspuesta.

-YO: folla bien……- dije triste.

-MARTA: puffff joder que si……bueno, si…… pero no es eso….es que….me has visto……. y mamá.

-YO: es algo raro, pero……me gusta este rollo, así conocí a Vanesa – me miró por fin, con un halo de la luz que era de mi vida.

-MARTA: ¡es verdad!, una lastima que no pudiera venir, te puedo buscar a otra…….- sopesé si seria acertado, había demostrado tener buen ojo.

-YO: no, creo que Vanesa será mi chica este verano…….si es que no la cago…….

-MARTA: bobadas, es una afortunada, eres un cielo, no se que haría yo sin ti……. pero es que Jaime está desmadrando todo un poco….

-YO: ¿un poco?

-MARTA: si, pero estamos de vacaciones, y no vengo a pasarlo mal, que sea lo que dios quiera, por que necesitaba un buen polvo y me lo ha dado.

-YO: es un cerdo…..

-MARTA: lo sé, y mamá o la tía, hasta Sonia, pero de vez en cuando las mujeres necesitamos un hombre así, han idealizado el amor, y no siempre buscamos a un chico bueno, dulce y tímido como tú – no supe como sentirme, si eso era bueno o malo para mi.

Nos pasamos una hora riéndonos, me usaba para espantar a algún moscón que la pretendida, luego vimos a Sonia sin el top de flores, subida a hombros de un chico gritando a pleno pulmón, y a Sara como una reina mora con 4 tíos a su alrededor regalándole los oídos.

-MARTA: a quien no veo es a mamá…….

-YO: estaba con Jaime, o eso espero.

-MARTA: ¿oíste lo que dijo jugando?……..¿lo del mulato?

-YO: si……les vi ayer tonteando.

-MARTA: y yo, pero no pensé que…….ya sabes, es mamá.

-YO: ¿por que para ti está bien liarte con Jaime pero no ella con un mulato? – se me había bajado un poco el pedo y fue un pregunta demasiado sesuda.

-MARTA: por que yo no estoy casada.

-YO: ella también ha venido a pasárselo bien, fue papá el que se fue y la dejó aquí, nos dejó a todos, y a mamá le gusta el sexo bastante, y si es duro mejor, yo creo que papá la templaba y la deja saciada.

-MARTA: ¿si?

-YO: bueno, no deja de decir que la tiene muy ancha, que la encanta……..siempre que ha estado con papá se comporta como una novicia, pero lleva una semana larga sin él, y mírala…….

-MARTA: ahora que lo dices, no recuerdo nunca que papá se haya ido más de unos días de casa, pufff pues aún quedan 2 meses……me preguntó…¿como lo hará mamá?

-YO: pues es muy animal, se mueve como una tigresa……- me miró extrañada.

-MARTA: ¿como lo sabes?

-YO: bueno…..es que la he visto un par de veces en casa, la 1º con papá la primera semana…..y ayer….la vigilaba……la vi con el mulato, con lo de Vanesa……… les seguimos a casa y los vimos……

-MARTA: ¿de verdad?, ¿y como fue?

-YO: pues la verdad es que parecía que mamá estaba un poco perdida, el mulato la llevaba de la manita, la tiene grande el cabrón, pero cuando empezaron de verdad……. mamá le sobrepasó, me quedé de piedra.

-MARTA: ¡que fuerte!, ¿crees que estarán ahora por aquí?

-YO: no lo sé, ¿les buscamos?

Me cogió de la mano y como niños traviesos correteamos, la llevé a la zona de los mulatos, eran fácilmente reconocibles, había un corrillo de mujeres buscando a un varón disponible para “bailar”, la fama latina es merecida, verlos moverse era mágico, o al menos tenia a las mujeres absortas y con ganas de ser las elegidas, estaba el mulato grandullón, se lo señalé a Marta que se rió al verlo de cerca, le estaba metiendo tal meneo a una chica que la tenia cogida de las tetas sacadas de su top y le daba golpe tras golpe en el culo con la cadera, tan fuertes que la chica se quejaba entre sonrisas.

-MARTA: ¡madre mía, pobre mamá, mira que mostrenco!

-YO: y ese otro de la rubia pegada al cuello también la metió mano.

-MARTA: es mas bajito pero tiene aspecto de fortachón jajajaja, que golfa es mamá jajajajja.

-YO: si…….- tuve que reconocer – …. pero aquí no está.

-MARTA: ¿no es esa de la plataforma? – al girarme la vi subida a una tarima que había en mitad de la discoteca, junto a otras chicas, nos acercamos lo que pudimos ya que se formó un pelotón de gente.

-DJ: ¡MUY BIEN, HA LLEGADO LA HORA, CAAAAAAAAAAAAAAAAAAMISETAS MOJADAS!, la vencedora se lleva una copa gratis – Marta y yo nos miramos asombrados, mientras Jaime cuchicheaba al oído del DJ.

Fue de película americana, había 5 chicas, todas de entre 18 y 25 años, jóvenes y guapas, 2 con pechos tan grandes como Sonia o Vanesa, se quitaron los sostenes, las que lo llevaban, dejándose los top o camisetas, y una a una las fueron presentando, entrevistando y tirado cubos de agua encima, mientras se movían o contoneaban, fue divertido. Mi madre era la última, solo por su edad madura evidente en su rostro, pero hermosa, fue aplaudida y piropeada ante su atrevimiento, se reía a carcajadas mientras la preguntaban cosas picantes, y 2 tipos terminaron volcando un barreño en su cabeza, mi madre no bailó, al sentir el agua taconeó de frío e impresión, echándose la melena hacia atrás mientras el agua no dejaba de caer, luego se tuvo que sujetar el vestido por que se le salió un tirante. Pasado el mal trago dejó que la empaparan moviendo las caderas, al acabar toda la discoteca retumbaba de aplausos, gritos de ánimo y silbidos, mi madre estaba para follársela allí mismo, todo el pelo mojado goteando con un flequillo travieso cayendo por su frente hasta sus senos, una sonrisa divina mientras se apartaba el agua del rostro con gestos elegantes, ya fuera frotándose las mejillas hacia fuera o apretándose la nariz con los dedos índice y pulgar, es colmo era un vestido que la envasaba al vacío, se marcaban sus pezones duros y las bragas del biquini, su figura era un escándalo y ganó de calle el concurso, dando una lección de sensualidad y erotismo a las otras chicas.

Jaime la abrazó y la alzó en el aire, y la dejarla caer la dio tantos azotes en el culo que salían volando gotas de agua con cada impacto, la gente se reía ante aquello, pero mi madre se mordió a un dedo juguetona, le cogió la cara a Jaime y le besó metiéndole la lengua, Jaime respondió con gusto y la temperatura de la discoteca subió 5 grados, la cogió del culo y se la montó encima bajándola de la plataforma. Les seguimos hasta la barra, donde mi madre sonreía con la mano de Jaime en su trasero, la susurraba cosas que la hacían sacar la cintura con ritmo sobre su mano, y pidió su premio, otro mojito que se bebió del tirón, apoyada de espaldas a la barra, Jaime la besaba sin parar, mi madre se los devolvía y se dejaba hacer con un brillo en los ojos anti natural, pero que ya vi la noche anterior al llevarse al mulato a casa.

-YO: se la va a follar.

-MARTA: puffff ya ves…..mamá me ha puesto cachonda hasta a mi………

-YO: ¿que hacemos? – pretendía que me ayudara a impedirlo.

-MARTA: quiero verlo…. – me cogió del brazo con fuerza –…. necesito verlo.

Jaime estaba desesperado, tiraba de mi madre para sacarla de allí mientras ella bailoteaba sin parar, ni nos vieron pasar a su lado, salieron como almas que persiguiera el diablo y les seguimos, Marta se apoyaba en mi muy perjudicada, pero segura de querer ver aquello. Esta vez mi madre no paró por el paseo marítimo a jugar, llevaba de la mano a Jaime a toda velocidad, al llegar a casa dimos un rodeo para ir por la escalera exterior, vi de refilón como en el sofá de abajo estaba Sara, sin el corsé y a 4 patas con le pantalón y las bragas a medio muslo, siendo follada por un completo desconocido, de fondo entraron mi madre y Jaime, que pasaron sin prestar atención, subimos antes que ellos y le enseñé a Marta el “rincón de la lujuria”, una zona de un balcón del cuarto de mi madre desde el que se veía todo, pero no te veían.

-MARTA: ¡dios…esto es muy fuerte!

-YO: no tenemos por que verlo.

-MARTA: pero quiero hacerlo…..ese cerdo casi me mata en la playa.

La luz se encendió y entraron a trompicones en la habitación, Jaime acosaba a mi madre que se reía ante su ímpetu, recostó a mi madre en la cama boca arriba y se tumbó encima dándola un fuerte chupetón en el cuello mientras amasaba sus senos bajo la tela mojada, Jaime estaba loco de lujuria, la cogió del escote y rasgó la tela que, vaporosa y húmeda, cedió hasta el ombligo sin problemas, le cogió de los pezones y los chupó con dureza, mi madre gimió y le apretó contra ella.

-JAIME: ¡dios, llevo semanas deseando follarte!

-CARMEN: pues haberlo hecho – le quitó la camiseta a Jaime y le besó por todo el pecho, llegando a morderle en el vientre un poco marcado abdominal.

-JAIME: tu hijo no me dejaba, pero lo voy ha hacer ahora – le rompió de todo el vestido quedando hecho jirones, le levantó las piernas y sacó las bragas con firmeza, la abrió de piernas y se regaló la vista con el coño de mi madre.

-CARMEN: ¿me lo comes? – Jaime obedeció, se sintió en la cara de mi madre como le gustaba cierto gesto de su boca ente sus muslos, aunque no adiviné cual era.

-JAIME: ¡que buena estás! – y hundía su lengua en sus labios mayores, tirando con la boca de ellos.

Pasados unos minutos mi madre gemía con cierta vibración en el vientre, Jaime se desnudó por completo, tumbándose boca arriba, mi madre acudió a su pene y le devolvió el favor con un mamada que le costaría hacer a muchas profesionales, se la metía entera y se la llenaba de babas para luego dejarla seca.

-MARTA: joder con mamá, ¡como la chupa!

-YO: si papá la tiene grande, esta le resultará fácil.

-MARTA: ya, pero aún así……- disimulaba, pero se había metido la mano dentro del short y se estaba acariciando.

Jaime la cogió de la cabeza a mi madre y la subía hasta besarse de nuevo, mi madre pasó una pierna por encima para montarlo y buscar su miembro.

-CARMEN: la verdad es que no la tienes tan grande como el mulato o mi marido.

-JAIME: ya sabe lo que dicen, no importa el tamaño del barco, si no el movimiento de la marea…..- una carcajada sonora se el escapó a madre, que al instante ejerció fuerza y se la metió entera de golpe, entrenada por el mulato el día anterior, era normal.

Mi madre sonreía mientras Jaime casi estaba en una nube, fue la 1º vez que le vi perder el control de la situación, mi madre movía la cadera como un oleaje, se apoyó en la cabecera de la cama con la manos, y rompía con la cintura en aquella verga que la abría, Jaime probó azotándola el culo, eso solo la aceleró más, a cama parecía dar saltos con cada gesto y Jaime trataba de contenerse, fueron 10 minutos en que Jaime logró sacarla de rueda, y antes de poder hacer nada mi madre tembló varias veces y se dejó caer de lado.

-JAIME: ¡puffffff como se mueve!

-CARMEN: jajaja muchas gracias, pero no hemos terminado, a mi no me dejas a medias – le comió la polla hasta recuperar el aliento, Jaime la miraba asombrado.

La puso a 4 patas, y lamió sus dedos para acariciarla entre los muslos, mi madre había cogido ritmo, no dejaba de mover la cintura, hasta que la empaló, soltó un par de gritos leves y luego sintió cada azote en las nalgas hasta el fondo de su ser. Marta se corrió delante de mí, pero no por ello dejó de mover su mano entre sus piernas, yo me estaba pajeando sin remedio. Marta estaba cachonda, seguramente recordando como la había hecho gozar Jaime hacia unas cuantas horas.

-CARMEN: ¡vamos, dame fuerte, necesito correrme! – Jaime la miraba atónito, estaba sudando y dejándose la piel y mi madre le empujaba hacia atrás buscándole con la cadera.

-JAIME: ¡dios, que mujer, que loba, folla como una diosa!

Mi madre clavó las 20 uñas en un sprin final quedándose quieta, y rompió a gritar con una explosión de sensaciones que bañó las sabanas, Jaime la azotó tanto que se hizo daño en un dedo acabó de a descargar dentro de mi madre. Ambos cayeron de lado a la cama, mi madre sonreía con diversión mientras Jaime cogía aire a bocanadas.

-JAIME: ¡joder!…me ha pillado con la guardia baja….puedo hacerlo mejor…..- lo había dado todo y estaba exhausto.

-CARMEN: no, ha sido increíble…..mejor que el de ayer – era cortés hasta mintiendo, el mulato la dio más trabajo y no creo que ella se quedara contenta del todo – …..te mueves muy bien, verte con Sara, y hoy con mi hija me hizo pensar y mojar mis muslos jajajajaja soy insaciable.

Lo decía de forma dulce, sin darle importancia, se acurrucó a su pecho, se quedaron riendo y susurrando. Marta me cogió de la mano y me llevó a la piscina, con la boca abierta y a carcajadas.

-MARTA: ¡jajajaja le ha dejad seco!

-YO: ya te lo dije…….

-MARTA: ¡pero si Jaime me ha follado como en mi vida!, ¡y mamá en media hora lo ha matado!

-YO: ya lo dijo Sara, mamá ha despertado.

Nos dimos un necesario chapuzón en la piscina, tenia que rebajar el calor de mi cuerpo, y Marta también, chapoteamos rememorando lo visto. Al rato vimos a Sonia con su noviete entrando a hurtadillas en casa, y unos minutos la oíamos gritar desde la piscina.

-MARTA: pufff con lo borracha que va, y follando, esta noche no duermo, ¿puedes dormir conmigo? me ayuda.

-YO: claro – me revolvió el pelo con ternura.

Nos dimos una buena ducha antes de meternos en la cama libre, yo me quedé en calzoncillos, y ella se fue a cambiarse, se duchó y volvió con un camisón de satén dorado de tirantes hasta medio muslo, sin sujetador y con el pelo así estaba para comérsela, se tumbó, y de forma natural se hizo un bola sobre mi pecho, obligándome a abrazarla.

Dormimos una barbaridad, nos habíamos pasado 3 dais de fiesta, más tiempo borrachos que sobrios, o desnudos y jugando, que vestidos. Me desperté con Marta apoyada en mi hombro, con su cara pegada a mi cuello y su olor en el pelo a limpio y manzana del champú. Me dolía el brazo del peso de su cuerpo y tenia los dedos entumecidos, pero me negaba a si quiera moverme, parecía tan inocente y dulce así dormida, que no quería despertarla. Escuché algún ruido de vida pasadas las 5 de la tarde y no antes. El ruido y el olor de la cocina por fin despertaron a Marta media hora después, me pilló mirándola a los ojos, y al reconocerme sonrío, me rozó con la nariz en la barbilla con una de esas sonrisas tan naturales que derretirían los polos.

-MARTA: ¡dios!……que bien he dormido, ¿y tú?

-YO: he dormido con un ángel, creo que bien – torneaba los ojos y me ponía morritos cuando le decía esas cosas.

-MARTA: tienes que decirle eso a Vanesa, te la llevarás de calle.

-YO: si me atreviera……

-MARTA: eres duro de roer, pero un sol de chico jajaja – se me abrazó más fuerte, sentí sus senos en mi piel, y una pierna suya sobre mi, la estruje con fuerza hasta que gritó con dulzura y la solté.

Recuperé mi brazo cuando se puso en pie, pude llegar a ver medio culo de mi hermana, que iba en tanga, antes de que se colocara el camisón, me fui a dar una ducha y ella también, al salir del baño estaba Jaime sentado en una silla, fumando en el balcón un porro.

-YO: hola…….- al verme siseó.

-JAIME: hola………

-YO: ¿que tal ayer?

-JAIME: pues me folle a tu madre, si es lo que quieres saber, guarro, ¡y no vas que bien folla!, me dejó tiritando la muy puta.

-YO: creo que esta buscando sustituir a papá, y tú no das la talla – le solté como respuesta a sus comentarios groseros.

-JAIME: jajaja está comiendo de mi mano, solo me pilló cansado, ¡que tres días niño!…….no puedo con mi alma – sonó a excusa, pero tampoco puedo decir que mintiera, yo había “jugado” mucho menos que él, y estaba roto, con las piernas rígidas y como si tuviera unas obras en la cabeza.

Bajamos a comer algo, mi madre estaba preparando una ensalada mientras Sara la hablaba del tipo de anoche, al vernos cambiaron de tema, y charlamos mientras comíamos, Marta y Sonia bajaron después, y nos volvimos todos a las camas para dormir hasta tarde, cenamos ligero y ya, algo más enteros, y vimos un par de películas para reírnos, fue como si de golpe esos 3 días se hubieran esfumado, y todos fuéramos una gran familia feliz y normal. Llegó a ser raro acostarse a la 1 de la mañana, y no a las 6 o 7, pero nuestros cuerpos pedían descanso a gritos.

-MARTA: ¿puedes dormir conmigo esta noche Samuel? Te juro que eres como un somnífero…..

-YO: claro, como hoy jajaja

-CARMEN: eh, yo también tengo la cama fría.

-JAIME: ya me acuesto yo con usted – Sara echaba chispas al ver como Jaime azotaba a mi madre y esta le daba golpecitos con la cadera, pero se mantenía callada.

-CARMEN: vale, pero sin cosas raras, que te conozco jajaja – fingían que no habían follado ya, sin convencer a nadie, Jaime la cogió de la mano y subieron juntos con el sonido de un azote tras otro de fondo.

-SARA: pues yo también quiero dormir con alguien……

-SONIA: a mi no me mires, estoy destrozada, y necesito mi espacio.

-MARTA: bueno, podríamos dormir los 3 en tu cama tía, que es más grande…..- su solución me encantó.

Subimos a su cuarto, Marta fue a cambiarse para dormir, y Sara me invitó a quedarme mientras hacia lo mismo, se desnudó por completo y se puso un tanga tan diminuto que apenas se veía, se tumbó en la cama llamándome, me recosté sobre ella por detrás y la abracé con fuerza.

-SARA: sabes…….estoy harta de Jaime, es un niñato.

-YO: ¿y por que le has dejado…….tomarte? – no supe decirlo más suave.

-SARA: no se, al principio me gustaba jugar con él, pero ahora, está detrás de todas, y me ignora – “mientras eras tú la que jugaba te parecía bien”.

-YO: es un cerdo, y seguro que se ha metido en la cama de mi madre para tirársela.

-SARA: eso ya lo hicieron anoche, me la dicho tu madre, jajaja la muy loca dice que le gustó, que la tiene como un fideo pero la divierte, puf, lo que le ha hecho tu padre no tiene cura, Jaime a mi me vuelve loca, veo las estrellas y me desvanezco, y a ella “le divierte”, no se, quizá es que hacia mucho que no me tomaba nadie.

-YO: ¿y el de ayer?, te vi abajo al llegar……

-SARA: un cualquiera, ni me acuerdo de su nombre o su cara, fue amable conmigo y me folló bastante bien.

-YO: se me hace raro hablar de esto………así.

-SARA: mi niño, a estas alturas las cosas están claras, vamos a disfrutar mientras dure – se giró y me dio un tierno y cariñoso beso en los labios, me recordó a la 1º vez que la vi en casa, aquella mujer de bandera fuerte y sensual.

Marta entró traspuesta, iba con otro camisón idéntico al de la noche anterior, pero blanco, al verla Sara la sonrió con amabilidad, y al instó a quitarse el camisón, algo avergonzada accedió quedando como mi tía, solo con un tanga blanco, algo más grande que el de Sara. Me recosté y por unos minutos las tuve a las dos en mis brazos, sentía sus pechos en mi y su respiración calmándose al son del ritmo de mi corazón, hasta que se durmieron. Pasados unos minutos comencé a escuchar a mi madre gemir, sonidos de azotes uno tras otro seguidos de risas, y Jaime soltando improperios, estaban follando de nuevo, y ahora sin poder culpar a la bebida, pero el sopor y el calor corporal de mis 2 acompañantes me vencieron, y caí dormido junto a ellas.

Relato erótico: “La casa en la playa 6.” (POR SAULILLO77)

$
0
0

3 dias con mi tia.

Un calor agobiante me despertó, era el sol pegando fuerte por la ventana, al ubicarme sentí mi miembro duro presionado, estaba en forma de cuchara pegado a la espalda de mi tía, y con un seno en la mano, Marta estaba pegada a mi, con sus pechos en mis omóplatos y un brazo por encima mía. Me quedé quieto como una estatua, sin saber que hacer, quizá mi tía se molestara por la erección, así que traté de moverme.

-SARA: shhhh quieto – se abrió de piernas y sentí mi miembro caer entre ellas.

-YO: tía……- cerró los muslos, me creí desvanecer.

Pasó un largo rato hasta que Marta se movió tumbándose hacia el otro lado, entonces pude separarme y sentir como salía de su prisión cárnica, pero al momento se giró sobre mi, apoyada en mi pecho con su barbilla en mi cuello.

-SARA: tienes una buena polla, lo sabes, ¿no?

-YO: bueno……eso dice mamá.

-SARA: y yo, y cualquier mujer, he visto algunas más largas, pero no más anchas, debes dejarlas rotas de placer, a mi me duele la mandíbula de chupártela ayer – bebidos se hacían unas cosas que, luego al mencionarlas, resultaban incomodas, al menos a mi.

-YO: pues no se, Vanesa parecía feliz…..- sorbió por la nariz con un sonrisa muda, mi comentario fue tan inocente que no me di cuenta.

-SARA: normal – Marta se movió y gimió entre dientes.

-MARTA: callaos leche, quiero quedarme aquí para siempre, no salir de esta cama nunca…….- Sara me puso un dedo en los labios y sonrió traviesa, extendió su mano y la pellizcó el culo, Marta se sobre saltó y se giró, pero vio a Sara sonriendo, frunció el ceño con cariño y se giró a seguir durmiendo, Sara empezó a rozarle el contorno del cuerpo, que a contra luz del sol anaranjado parecía de cobre pulido.

Al hacerlo me ponía un pecho en la cara, no hice nada por miedo, solo miraba como Marta soltaba zarpazos queriendo apartar aquellos dedos que la acariciaban, le hacían reírse y erizarla la piel, hasta que se revolvió con una sonrisa enorme y atacó a Sara con la almohada, que ofendida, se puso de rodillas y jugaron a pelearse conmigo en medio.

-MARTA: ¡serás pesada, Sam, ayúdame! – me incorporé y cogí a Sara de la cintura pegándola a la cama, se reía mientras luchaba por liberarse y Marta la hacia cosquillas en el vientre.

SARA: ¡no por dios, cosquillas no, que me muero! – eso solo azuzó a Marta, que empezó a hacerla “pedorretas” en el estómago doblándola de risas.

Ninguna pareció percatarse de mi erección, hasta yo me olvidaba de ella, aquello empezó como un juego inocente, Sara se liberó y logró coger del abrazo a Marta, buscándola cosquillas hasta encontrarlas en las costillas, Marta se revolvió como una loca entre carcajadas y gritos.

-SARA: ¡ayúdame con ella, Sam!

-MARTA: ¡ni se te ocurra!, que te busco el cuello….. – solo con decirlo traté de esconderlo, y Sara me atacó, es algo superior a mi, la solté y huía de ella mientras me pegaba los pechos a la nuca y me hurgaba con los dedos en la garganta, estaba rojo y me reía tanto que me ahogaba.

-YO: ¡para…..por favor jajajja para! – no lo hacia.

-MARTA: ahí os quedáis, huyo cual cobarde a darme una ducha – la imploré ayuda pero me revolvió el pelo y se fue.

-SARA: jajaja ahora estamos solos tú y yo – trataba de alejarme, pero lograba llegar a mi cuello.

YO: ¡para………para…….. o…..o …..!- seguía

Me hinché de orgullo y la cogí de la cintura elevándola medio metro, ante un grito de sorpresa la dejé caer a la cama boca abajo, subiéndome encima de ella, aprisionándola y haciéndola cosquillas por los costados, se movía como una culebra, tanto que se me salió la polla del calzoncillo y la estaba pegando con ella en el culo, se sintió el cambio de tono en las risas de Sara, creí que era otra cosa, se giró como pudo, se alzó buscándome el cuello, tan fuerte que caí sobre ella, que estaba de medio lado, me apretó contra su cara y clavamos nuestras miradas.

-SARA: ¿si te pido una locura la haces?

-YO: ¿que puede ser?

-SARA: bésame…. – y alzó sus labios, volví a sentir un sabor a frambuesa reconocible, y al 3º beso, su lengua me invadió, y se lo devolví.

-YO: tía…yo……..una cosa es cuando jugamos…pero Vanesa….- me acarició la cara con ternura.

-SARA: faltan unos días para que vuelva, podemos divertiremos mientras, tú y yo – sacó una de sus piernas de entre las mías y me rodeó con ella.

-YO: ¿y Jaime?

-SARA: jajja soy mujer de sobra para 2 – fue lo mejor que pude sacarla, así que la azoté con fuerza, se sorprendió gratamente, tanto que lo volví ha hacer, y entonces me apretó contra su seno, lo lamí con fuerza y pude notar su dureza en los labios.

-YO: ¡que buena estás tía! – alardeó con un gesto coqueto, y me alejó de sus senos besándome, ella se reía ante mis torpes conocimientos.

-SARA: calma potrillo, tenemos tiempo, ahora a desayunar – me seguía dando besos cortos y tenia las mejillas coloradas, pero la solté.

Algo decepcionado y esperanzado a la vez, me fui al baño a aliviarme, al bajar estaban todos desayunado con caras renovadas, decidimos por 1º vez ir todos a la playa como familia, y pasar la mañana allí para comer en un restaurante cercano. Con mucha más gente a esas horas, Jaime y yo fuimos precavidos, aparte de que el noviete de Sonia, Jony según dijo llamarse él mismo, estaba por allí, un chico alto y musculoso, rapado al cero y un pendiente en una ceja, Vin Diesel pero con acento de paleto Valenciano. Eso no cambió que mi madre seguía el juego a Jaime, le gustara como la follaba, o no, le atraía el morbo, y un par de cachetes en su trasero siempre la dejaban dócil y mansa.

Sara se pegó a mi, no soy imbécil, sabia que estaba resentida y que yo era una opción de celos a Jaime, pero no por ello no me aprovecharía de ello, si no fuera conmigo buscaría a otro con quien intentarlo. Además Sara había ido con un diminuto biquini de tanga, que le quedaba de fábula, y me pasé media mañana en el agua frotándome contra su trasero.

Al salir al sol, una por una se quitaron la parte de arriba y se quedaron así, a Jony casi le sale la sangre por la nariz de verlas los pechos. Todas tenían ya las marcas del biquini del sol y no las querían, teníamos un moreno ya marcado pasado 1 mes y pico allí. Pese a ello Jaime se dedicó a darle cremas a todas, menos a Sara, que me eligió a mí ante su sorpresa. Me esmeré en dejarla relajada y recorrer su espalda con cuidado.

-SARA: ¡que gusto de hijo hermana!, que manos tiene…….- lo decía bien alto para los oídos de Jaime.

-CARMEN: no es lo único en que destaca mi niño jajajaja.

-MARTA: ¡MAMÁ! JAJAJAJA – se puso colorada, no menos que yo, todas sabían que se referían a mi miembro.

-SONIA: ¿tenemos algún plan estos días? – se habría cansado de salir con los de su edad y hablaba en plural con nosotros.

-MARTA: yo tengo que descansar, estoy magullada del fin de semana……

-JAIME: jajaja si es que eres una floja……- la dio un buen azote que la dejó enrojecida la zona del glúteo.

-CARMEN: no lo es, yo también tengo que relajarme un poco, ya no tengo edad.

-SONIA: quien lo diría….- si raro era que mi madre tuviera ese aguante, más lo era que Jaime se hubiera follado ya a mi madre, mi tía y mi hermana, y la más ligera de cascos de todas, Sonia, siguiera sin catarlo.

-SARA: vosotros haced de lo que queráis, yo me voy al mercadillo del pueblo de al lado, y no me apetece coger el coche, ¿me llevas con la moto Samuel?

-YO: si……bueno….si no os importa…..

-JAIME: pensaba que podríamos volver a jugar esta tarde todos……quédate.

-SARA: no gracias, tu te has quedado sin derecho a decirme que hacer……..- un frío cortante cruzó la playa, pero Sonia y Marta relajaron el ambiente repasando las cosas menos lascivas del fin de semana.

Pasamos un par de horas en la playa y comimos una paella exquisita, para regresar a casa y echarnos una gloriosa siesta, Sara me llevó a su cuarto a dormir y se quedó en bragas como de noche, Marta se subió a su cuarto pero se bajó a nuestra cama pasado un rato.

-MARTA: ¿puedo quedarme aquí? es que Sonia y Jony…….- no hacia falta que dijera nada, se les escuchaba bien. Marta iba en tanga y sujetador sin más.

-SARA: claro bonita, ven aquí – le hizo un hueco entre los 2 para ella.

-MARTA: me sienta a cuerno quemado que Sonia se porte así, le da igual que esté al lado.

-YO: es tu amiga.

-MARTA: ya……y Jaime el tuyo, pero duerme con mamá….vaya par de idiotas nos hemos traído.

-SARA: jajaja no te preocupes, mi cama está siempre disponible para vosotros – Marta la abrazó y luego se quitó el sujetador para estar más cómoda.

Nos abrazamos de forma cariñosa, quedando soporíferamente traspuestos. No puedo decir que no fuera una gozada dormir con ellas 2, casi desnudas, no fue raro despertarme con mi hermana pegada a mi y una erección colosal, raro fue ver a mi tía besando un seno a Marta, lo hacia con una delicadeza sobrenatural, casi sin tocarlo, pero tenia su pezón bien duro.

-YO: ¿que haces?

-SARA: shhhh que la vas a despertar.

Poco a poco fue subiendo la intensidad de sus besos y el calor de Marta aumentó, lo sentí en mi cuerpo, gemía ahogada en sueños, Sara se acomodó y le cogió de ambos senos jugando a lamerlos y besarlos, daba pequeños rodeos con la lengua sobre sus pezones justo antes de chuparlos. La respiración de Marta se aceleró y terminó despertándose acalorada.

-MARTA: jajaaja ¿que haces tía? – su casi nula reacción negativa me confundió.

-SARA: vengarme por dejarme sola ayer con este animal después de las cosquillas.

-MARTA: que mala soy….- y en vez de apártala la apretó contra su pecho, mordiéndose el labio y sacando el culo al sentir mi erección.

-SARA: tienes unos pechos preciosos, me gustaría tenerlos así – los acariciaba con delicadeza.

-MARTA: los tuyos no están mal…..

-SARA: antes, a los 25, me sentía orgullosa de ellos, pero ahora….te veo a ti, no digamos a Sonia, y me da cosa…..

-MARTA: no digas bobadas, míralos……- se los cogió con cariño – …seguro que Jaime goza con ellos.

-SARA: no se……¿tú que opinas Sam? – de golpe me habían metido en la conversación.

-YO: bueno, es que compararse con Sonia es un error…….tienes unas tetas muy bonitas tía.

-SARA: gracias…….¿te gustaría tocármelas? – asentí ansioso, se alzó de medio lado sobre Marta y me las puso cerca, las cogí con rudeza, casi sopesándolas.

-MARTA: jajaj así no, tonto, tienes que hacerlo con suavidad – se puso detrás de mi y me fue guiando con cuidado, Sara tenia una medio sonrisa boba mientras veía como mi hermana me enseñaba a tocar unos pechos con sensualidad, me quedé estupefacto al sentir como se ponían duros y firmes, y jugar con sus aureolas fue delicioso.

-SARA: jajaja una mujer sabe como tocar a otra mujer eh……- Marta volvió en medio y acarició sus senos lentamente, dándole pequeños besos tiernos a cada pecho.

-MARTA: puf….me estoy acalorando mucho eh…..me tengo que ir a dar una buena ducha.

Tardó uso segundos en dejar de besar sonoramente los pechos de Sara, y luego me besó en la mejilla revolviéndome el pelo, se fue echándose aire con la mano al cuello y Sara se dejó caer boca arriba tirando de mi, que seguí chupando sus senos como la había visto hacer a mi hermana.

-SARA: ¡dios…..como me pone Marta!, me recuerda a tu madre de joven.

-YO: se parecen mucho – dije al sacarme un pecho de la boca.

-SARA: ¿te cuento un secreto? Tu madre y yo tuvimos nuestro momento……yo tenia 17 años, y se quedó en mi casa unos días para verme, se puso tan borracha que jugamos toda la noche la una con la otra, siempre me gusta una buena polla, pero aquellos días me iba un poco de todo, me dejé llevar y creo que a ella le gustó.

-YO: ¿y luego que hicisteis?

-SARA: nada, como si no hubiera pasado, eso me dejó triste, tu madre volvió a casa y no se habló del tema jamás …..- sonó melancólica y me apartó de sus pechos, para meter la lengua a jugar en mi boca – …deberíamos darnos una ducha para irnos al mercadillo.

Esa mujer me ponía enfermo, me llevaba al limite del paraíso para arrebatármelo, cayeron 3 pajas como 3 soles en la ducha, salí con el brazo cansado, con un bañador y una camiseta, Sara escogió una falda negra de tubo hasta los muslos y un top dorado, no se veía sujetador aunque luego vi que llevaba uno de esos sin tirantes, tampoco es que necesitara realzarlos, seguro que antes habían estado mejor colocados, pero no la deslucían para nada, y con unos tacones grandes con un leve recogido de pelo estaba sencilla e increíble.

Se abrazó a mi espalda al subirse a la moto y tuvo que remangarse la falda con esmero para abrirse de piernas y sentarse, sentí sus manos en mi tórax, no como sujeción, sintiendo mi cuerpo. Los botes de los badenes eran divertidos y aceleré un poco de más para sacarla un suspiro de nervios, al llegar me dio un par de besos cálidos de emoción y se cogió de mi brazo paseando por el mercadillo. Fueron 2 horas en que fui su novio, es la mejor forma de describirlo, me preguntaba como le quedaba tal cosa, me ofrecía cosas a mí, señalaba con emoción y no se separa de mí, dándome tórridos besos de vez en cuando. Tomamos un helado mientras nos sentamos en la playa, se puso entre mis piernas y me hizo rodearla con los brazos por el vientre, tumbada sobre mi pecho con las piernas juntas dobladas de lado, respirando el mar y apretándome contra ella.

-SARA: echaba de menos un día así…….gracias.

-YO: pensé que Jaime te hacia feliz……

-SARA: me divertía con él, Samuel, ha hecho que me sienta joven y viva de nuevo, pero solo quiere sexo, y ya no conmigo, es normal a su edad, las hormonas están locas, pero tú me has hecho feliz sin necesidad de ser grosero, descortés o meterme mano más allá de lo que te pida, eres un buen chico.

-YO: ¿y por que le elegiste a él?, sabias que me gustabas…..

-SARA: desde el 1º día que te vi en Madrid, por como me mirabas era demasiado evidente, quizá si no fueras mi sobrino, sin tu padre al principio y si alguno hubiera dado un paso en esa dirección..….Jaime era menos complicado……..pero eso ahora da igual – se giró hundiendo su rostro en mi cuello, inspirando con dulzura y chupándome haciéndome reír, sin llegar ha hacerme cosquillas.

-YO: deberíamos volver, no me fío de Jaime solo en casa……

-SARA: bien que haces, a tu madre ya se la ventila sin cuidado alguno de que les oigan.

-YO: pues démonos prisa – me puse en pie y de un tirón la puse a ella, se sacudía arena de la falda, y me miró comiéndola con los ojos.

-SARA: ¿me ayudas? …– me cogió de la mano y se la puso en el culo, estaba tan duro como imaginaba, y tan tierno como deseaba, pasé la mano unas cuantas veces hasta sacudirla toda la arena, la miré con ganas de azotarla -…..hazlo.

Lo hice una vez, ante su sonrisa otra, y al final daba igual si tenía arena o no, solo importaba la sensación de piel botando en mis dedos, me dio tal beso que me la puso dura, y tardamos 1 hora en llegar a la moto, aparcada a 100 metros, de tantas carantoñas.

-SARA: ¿puedo pedirte una tontería?

-YO: claro – ese día podría pedirme mi cabeza en una bandeja, que yo mismo me la cortaría.

-SARA: me apetece conducir la moto, ¿me dejas?

-YO: no se, ¿sabes llevarla? – negó con la cabeza.

-SARA: no he cogido una nunca, aunque si he ido de paquete muchas veces – se apoyó medio palmo sobre mí, mirándome con ojos de corderito.

-YO: está bien, pero con cuidado – un beso fugaz en los labios me lo agradeció, casi rutinario.

Me subí a la moto y me pasé a la parte de atrás, Sara metió su culo entre mis piernas y sentí mi polla a reventar contra ella, que de forma traviesa contoneó la cadera hasta encontrar una pose cómoda, con mi miembro entre sus nalgas. La rodeé con los brazos cogiendo el manillar y explicándole todo lentamente, metí mi cabeza por encima de su hombro y ella atendía mientras alguna vez giraba su cara para darme un beso en la mejilla, su pelo me rozaba en la cara y me ponía nervioso.

Arranqué la moto y desde detrás nos alejé del mercadillo y posibles daños colaterales, nos metí en una carretera secundaria poco transitada y allí subí de velocidad, con ella siguiendo mis manos, gritaba al sentir el aire en la cara y reía nerviosa, hasta que solté el manillar poco a poco y ella se hizo cargo, soltó un alarido de diversión mientras guiaba la moto con celo, no pasamos de 30 por hora y aún así la sensación era agradable, siguiendo el contorno de la orilla del mar al atardecer.

Fue media hora en que daba pequeños tumbos y la corregía siempre atento, en el último casi nos vamos al suelo, así que cogí el mando definitivamente camino a casa, pero sin cambiar de postura.

-SARA: ¡jajaja que divertido!

-YO: no es para tanto…….

-SARA: ¿a cuanto lo puedes poner?

-YO: he llegado a ponerla a 110 por hora cuesta abajo, pero normalmente no paso de 70, por precaución.

-SARA: ¿y si le metemos caña? solo hasta casa, ¡dale gas hasta el tope!

-YO: no sé si es buena idea…..

-SARA: por fi, por mi…..- una travesura más de verano.

-YO: agárrate bien.

Aceleré fuerte, y la moto hizo un poco de caballito, eso bastó para cortarle la respiración a Sara, a partir de ahí fui cogiendo velocidad, llegamos a 86 sin problemas, pero éramos 2 personas y en llano, no subiría más. Pese a ello la sensación era genial, divertida y distendida, Sara daba pequeños gritos con cada bache o curva cerrada, se aferró a mis brazos en vez del manillar y sentía sus uñas clavadas en mi, luego extendió los brazos hacia arriba, gritando como una loca, fue una sensación rara de libertad. Al llegar a casa había arena en el asfaltó y al frenar la moto derrapó unos pocos metros, fue un colofón genial, Sara se giró para darme tantos besos largos y húmedos que parecían uno solo.

-SARA: ¡jajja ha sido genial!

-YO: si, un poco.

-SARA: ¿un poco?, ¡casi nos levamos a un pobre gato por delante! jajajaja dios, eres un encanto…..- cogió el par de bolsas de las compras y la vi contonear su culo con salero al entrar en casa.

Estaban todos abajo, Jaime en el suelo con mi madre sentada encima, Jony y Sonia en un sofá y Marta estudiando de fondo, al vernos nos saludaron y se pasaron unos minutos hablando de lo que Sara había visto allí para que las demás compraran.

-SARA: sabéis, estoy harta de las marcas del biquini, quedan horribles, así que he visto unos bañadores muy monos y os he comprado unos cuantos.

-CARMEN: ¡que peligro! – pero todas acudieron a las bolsas, sacaron unos, groseramente, diminutos biquinis, eran de colores vivos y de tanga de hilo, apenas un triángulo no más grande que la palma de una mano en la zona del pubis, y otros de menor tamaño aún en los senos, si superaban a una patata frita “tipo nacho”, era por poco.

-MARTA: ¡por dios tía!, donde nos metemos esto, es minúsculo.

-SARA: esa es la idea, ya nos ha visto media playa con las tetas al aire, ¿que más da?

-CARMEN: jaja parecen juveniles.

-SONIA: ¿y donde pretendes que meta yo a estas? – se amasó los pechos de forma devastadora – si esos triángulos no me tapan ni los pezones jajajaja.

-JAIME: pues probar……..venga..….y nos damos un chapuzón en la piscina, que llevamos aquí toda la tarde – bastó un azote a cada una para que le obedecieran, aunque Sara ya se estaba desnudando y poniéndose uno amarillo fosforito.

-SARA: ¿como me queda? – se me puso dura, era brutal y groseramente obsceno, se le marcaban los labios vaginales.

-JAIME: ¡de cine!, me muero por ver como le queda a Sonia jajajjaa – si a Sara, que tenia aun pecho normal, se le salían…..

-CARMEN: ¡me encantan! – mi madre se puso uno azul cielo, era igual de obsceno pero ella lograba que quedara menos grosero, marcaba labios igual, y hasta la línea de bello, pero al darse la vuelta su culo merecía una trilogía de películas.

-MARTA: es ridículo… – escogió uno rosa fucsia, fue mejor que a mi madre, ya que sus pechos hacían que tuviera una forma mucho más sensual y firme –…. además, se me salen los pelos de….ahí – me fije mejor y tenia 4 cabellos sobresaliendo.

-SARA: tengo para depilarte hija mía, es que tienes una mata ahí que ni la jungla…….- Marta se puso azul de vergüenza.

-SONIA: ¡esto es imposible! – apareció con solo la parte de abajo, de un verde pistacho que le quedaba de cine con sus ojos, pero la parte de arriba en la mano -…esto no me tapa una mierda, mejor voy sin ello – eso nadie pudo negarlo, le quedaba la parte de abajo tan tirante, al ser elásticos, que se tenia que acomodar la tela por que se le metía por dentro de sus labios mayores. Entre las chicas quisieron ayudarla a ponerse la parte de arriba, pero eran incapaces, el diseñador no pensó en mujeres con senos de ese volumen.

-JAIME: estáis de fábula – se pasó unos minutos azotando nalgas al aire sin parar, supongo que quería convencerlas de que no usaran otro bañador.

-SARA: jajaja no tan rápido que también tengo unos para vosotros………- Jaime se quedó banco, y yo más, sacó unos tangas morado y blanco, de hombres.

-JAIME: ¡ni de coña me pongo yo eso!

-CARMEN: jajaja por favor, solo para ver como queda jajajaja.

-MARTA: nosotras hemos cumplido, os toca.

-YO: pero si son diminutos, ahí no me cabe la……….- Sara lo miró de reojo.

-SARA: solo se puede saber de una forma.

-MARTA: venga por fi, jajajaja.

Cuando cogí el blanco rompieron a aplaudir, me di la vuelta y me bajé el bañador, para luego ponerme aquello, la sensación de meterse por el culo fue rarísima, y traté de meterme la polla en aquella tela, pero no había manera. Jaime me siguió por no quedarse atrás, pero su aspecto era peor que el mío, tan escuálido y sin terminar de llenarlo.

-CARMEN: ¡a ver!, dad la vuelta……

-YO: no, mamá, no valen.

-SONIA: deja que decidamos nosotras jajaja.

-SARA: eso, venga chicos.

Jaime se dio la vuelta y sonaron carcajadas, el se lo tomó a bien con su salero natural, pero al darme la vuelta yo se callaron de golpe.

-SONIA: ¡joder con el chaval!

-SARA: jajaja si sale así le detienen seguro jajaja.

-CARMEN: si ya os decía, como su padre……- hizo un gesto agarrándose el antebrazo esclarecedor, luego se acercó y trató de colocármelo de otra manera, pero no había forma, si me metía la polla se me salían los huevos y si los metía a ellos, me quedaba cruzada y saliéndose por encima.

-SARA: pues nada, mañana iremos a buscar algo más…….de tu talla – estaba abochornado, si, pero me gustó las miradas de todas.

Por lo visto los 2 tangas se los quedó Jony, al que le quedaban bien, y nos pusimos unos bañadores normales para salir a la piscina casi de noche, Marta y Sara tardaron un poco, la iba a rasurar mientras el resto nos dimos un chapuzón en el que en cuanto tocaron el agua, los biquinis se convirtieron en una 2º piel allí donde había tela, los pezones se marcaban hasta las aureolas, y que decir de los labios mayores. Al rato apareció Sara dando carantoñas a Marta, que estaba algo sobrepasada, al verla de cerca era claro que se había rasurado al 0, ahora si, se la veía como una de esas modelos de biquinis de calendario, tan preciosa y sensual que parecía haber nacido y desarrollado para llevar ese biquini. Mientras, Sonia se daba el lote con Jony, Jaime acosaba a Marta nada más entrar en el agua, de lejos a la que mejor le quedaba en conjunto, mientras mi madre y Sara trataban de hundirme, pero solo lograban que se les salieran los pechos y la parte de abajo las apretara, se pasaban más tiempo recolocándoselos que jugando, pero parecían encantadas con sus nuevas prendas.

Nos vestimos y cenamos entre risas, Jony se iba a quedar por lo visto con Sonia a dormir, así que Marta, que estaba harta de sus gemidos, se mudó a mi cuarto, total, yo dormiría con Sara y Jaime con mi madre. Sara se volvió a vestir con la falda de tubo y el top dorado, pero sin el sujetador, y pasadas las 2 de la mañana nos íbamos retirando a la cama, los últimos Sara y yo, que al rato escuchamos a mi madre y Jaime con ruidos de sexo, me llevó de la mano a la puerta, y me pegó a su espalda mientras abría la puerta en silencio, y vimos a Jaime boca arriba dándole tal velocidad a las embestidas por el culo de mi madre, que estaba haciendo el puente de espaldas a él, que su miembro no termina de verse nítidamente al salir y entrar. Nos pasamos 10 minutos mirando como Jaime demostraba que de verdad le pilló cansado aquel 3º día de fiesta, mi madre estaba en la gloria sintiendo como la follaba.

-SARA: jajaja parece que si que la divierte……

-YO: Jaime se mueve muy bien, sabe que hacer con una mujer.

-SARA: si, pero eso es solo practica, cualquiera puede hacer vibrar a una mujer si sabe donde tocar o como acariciar, esta mañana Marta te ha enseñado un poco como tocar unos pechos bien.

-YO: ojalá aprendiera, con Vanesa me sentí algo perdido.

-SARA: pues menos mal, por que la oí gemir y gritar como a una perra……..

Un cambio de posición de mi madre, montando ahora de rodillas dándole la espalda a Jaime, nos obligó a dejar de curiosear, y Sara me llevó de la mano a su habitación, con un andar exagerado en su movimiento de caderas bajo la falda, y contoneando su cuerpo entero con alegría, al entrar caminó hacia la cama, sentándose y destilando sensualidad.

-SARA: ha sido un buen día……

-YO: si….y sin resaca jajajajaja

-SARA: como colofón me gustaría que me dieras un masaje en la espalda, todo el día de pie me ha dejado cansada, ¿te importa?

-YO: no, claro……- sonrío feliz.

Se giró sobre la cama tumbándose boca abajo, me puse a su lado y estuve un rato dándola un manejase tranquilo, pero no llegaba a toda la espalda, así que me hizo ponerme encima suya de rodillas, sentí su culo aplastado por mi peso y fui aumentando las caricias.

-SARA: jajaja y no sabias darlos…….me estás dejando muy relajada.

-YO: por que tú me enseñaste.

-SARA: te podría enseñar un par de cosas más…..

-YO: ¿como que?

-SARA: a dar un buen masaje en el culo, por ejemplo…..- se llevó la mano a los riñones y abrió la cremallera de la falda, dejando ver un tanga amplio y negro, me cogió de las manos y me las puso en su trasero, indicándome como ir dando apretones, soltar, como estirar y donde tocar.

-YO: puffff tienes un culo genial, está duro.

-SARA: antes hacia mucho ejercicio jajajaja me está gustando mucho, aprendes rápido.

-YO: cuando algo me gusta presto atención y se me queda – fue pensando en como aprendí historia, o sacarme el carnet, pero ella se giró agradecida.

-SARA: eres todo un hombre ya – me cogió de la nuca y en vez de cosquillas sentí una corriente eléctrica que me tumbó sobre ella, y la besé, el 2º beso fue lento y con lengua, puede saborear sus labios con calma.

-YO: no, para, no quiero que me dejes como esta mañana……

-SARA: no, cielo, ahora iremos hasta el final.

-YO: ¿para dar celos a Jaime? No, gracias…..- me disponía a salir.

-SARA: no es por Jaime, o no del todo, amor, si quieres irte, vete, lo entenderé, pero quiero que sepas que cambiaría todo lo que va de verano con él, por el día de hoy contigo.

Se giró quitándose el top, dejándolo en el suelo, luego se puso en pie bajándose la falda, y al verla allí de pie, solo en tanga, no pude contenerme, “¡a la mierda mi orgullo y mi amor proprio!”, deseaba follarme a esa mujer, así que la cogí de la cintura de cara y la besé con furia, casi la dobló la espina dorsal, jadeó sorprendida y luego me cogió de la cabeza calmando mis ansias, al 4º beso ya iba a su ritmo, uno cauto y lento, pero más excitante. Se dejó caer a la cama y yo tras ella, al soltarse el recogido su melena rubia me dejó sin aliento, y la besé por el cuello tras la oreja, se reía al rozarla allí, mientras me sacaba la camiseta a tirones, luego metió sus 2 manos en mi bañador y sentí sus manos acariciándome el miembro, pase unos minutos sin creérmelo hasta que me dio un empujón y quedé de pie, se sentó delante de mi y me bajó el bañador, mi polla saltó viva y dura.

-SARA: jajaja estaba deseando tenerla de nuevo ante mí sin ir medio borracha.

La cogió con ambas manos y besó el glande con ternura, no le daba para cerrar los dedos en torno a ella, pero si para pajear con gracia, luego se metió el glande con esfuerzo en la boca y lo chupaba como un huevo duro entero, se me puso como nunca, quizá por que estabamos los 2 allí de propia voluntad y sin bebidas de por medio, al verla en su esplendor soltó un risa muda, y volvió a la carga, teniendo que lamer y besar de lado aquel tronco de árbol

-SARA: es de lejos la más gorda que he visto nunca, es espectacular.

-YO: ¿podrás con ella? – fue una suplica.

-SARA: jajaja claro cielo mío, o al menos lo intentaré……

Se pasó unos minutos dejándomela brillante de babas, luego fue subiendo por mi pecho dando lentos besos hasta llegar a mis labios, me dio reparo besarla pero lo hice, y terminé cogiéndola del culo y subiéndomela encima abierta de piernas, sonrío feliz al sentir mi miembro cabeceando entre sus muslos, lamí sus senos como me habían enseñado esa mañana y la oí gemir levemente, buscó a tientas mi falo a su espaldas y lo acariciaba con cuidado, hasta que apuntó a su coño, sentí su calor en el glande antes de notar la presión inicial, Sara soltó un “JODER”, al ver que no entraba, pero siguió apretando hasta que lo hizo, fue doloroso y dulce a la vez. Esperamos a estar bien colocados, se dejó caer retorciéndose, y mirándome a los ojos con ternura, creo que era por que estaba gozando mucho, y sabia que yo no era consciente de lo que estaba disfrutando por mi culpa.

-SARA: ¡madre mía Samuel, es que no me pasa de la mitad, me matas!

-YO: lo siento – se me escapó tras un beso.

-SARA: jajaja no te disculpes por nada cariño, solo estoy un poco cerrada, dame unos minutos, sepárame bien las piernas y bésame el cuello con suavidad.

Era una esponja, todo aquello se me quedaba grabado, ella se dedicó a subir sobre mi como si fuera una pared, y dejarse caer lentamente, cada vez sentía menos presión, pero notaba más en ella, así que no lo pude evitar, rememorando lo que había visto hacer al mulato y a Jaime, di 3 golpes de cintura, seguidos de 3 gritos roncos y fuertes que salieron de los pulmones de Sara.

-SARA: ¡POR DIOS! – siseó con el cuello hinchado a punto de explotar.

-YO: es que…..

-SARA: ¡calla!, bésame y vuelve hacerlo, pero de una sola vez, ¡mátame Samuel, dámela toda!

La agarré del culo con fuerza, la besé, y di un bote que aproveché, al caer su cuerpo embestí con tanta fuerza que casi me caigo. Es inútil intentar reproducir lo que salió de la boca de Sara, una mezcla de pánico, horror, dolor, placer, lujuria, y autodeterminación.

-YO: ¡¿estás bien?!

-SARA: ¡dios, como nunca Samuel!, me siento como en mi vida jajaja, ¡vaya joya!, túmbame, ¡por todos los cielos! me mareo……

La recosté con cuidado sobre la cama sin sacarla de ella, me dediqué a chuparle los pezones mientras ella seguía tratando de asimilar lo que la tenia abierta de piernas mucho más de lo que necesitaba. Empezó a moverse con cuidado, lentitud y excitación, tardaba un mundo en sacársela y metérsela, pero cada vez un escalofrío nacía en mi espalda.

-SARA: ¡ve despacio por favor!, fóllame con cuidado, otros necesitan mucho ritmo para hacer gozar a una mujer rápidamente, pero tú no puedes empezar así, ve despacio al principio.

Lo hice lentamente, y Sara se puso colorada, había cogido las sabanas con fuerza y no las soltaba, totalmente tumbada y ofrecida en la cama, cogí su cadera con cuidado y fui penetrándola con una calma que no sentía, quería destrozarla, pero me guiaba por sus consejos. Iba dando pequeños aumentos de velocidad a su petición, Sara gemía de forma diferente en cada uno de ellos, hasta que al final sus senos se movían al son de mi cadera, y pude empezar a desatarme. Sara se tapaba la cara cuando nuestras pelvis chocaban y daba igual como se pusiera, por que se le hinchaban las venas del cuello, terminando gritando con cada golpe, tan fuertes que seguro que estaban escuchándola por toda la casa, gritaba mí nombre. Con cada embestida de mi cintura bufaba de placer al verla gozar gracias a mí, hasta que tembló entera y me mojó la cadera al salir de ella, vi un agujero enorme y un chorro caer como si se le hubiera roto una tubería. Sara se puso a chupármela poseída, pero luego ponerse a 4 patas y volver a metérsela, gimió sin control sobre su propio cuerpo, hasta que me corrí azotándola duramente en el culo, sentí que podrían llegar a salirle por la boca cada chorro de semen, con un bramido animal, y Sara terminó doblándose de placer, quedando abrazados sin motivo alguno.

-YO: ¿tía……..como estás? – roja y compungida diría yo.

-SARA: ¡en la gloria Samuel!, con un par de trucos serás espectacular, apenas te has movido y me has hecho papilla…..jajajajja – no la entendía, estaba sudando y agotado, ¿y se supone que no me había movido?

-YO: ¡eres la mejor, tía!

-SARA: gracias cielo, casi lamento que hayas conocido a Vanesa…..- de golpe pensé en ella, y me sentí terriblemente mal.

-YO: ¿y si se entera?

-SARA: ¿sois novios o algo?, la conoces de una noche, no son cuernos.

-YO: ¿pero y si se entera y me deja?

-SARA: no le diremos nada si no quieres, aunque si nos ve jugando a las cartas no le parecerá tan malo, si es lista lo dejará pasar, pocas veces se encuentra a un buen chico como tú, listo y dulce, y con una traca así……

Me pasé media hora con la cabeza pegada al costado de Sara, que jugaba con mi pelo, viendo como su pecho subía y bajaba con menos ritmo paulatinamente, quedando con una respiración profunda, me cogió de la cara y con un beso largo y sonoro fue a ducharse, yo me di otra ducha rápida y me puse un calzoncillo para dormir, mientras que Sara regresó completamente desnuda y se metió en la cama, hundiéndose en mi pecho cobijándose del resto del universo. Marta llamó a la puerta, y se asomó con calma.

-MARTA: ¿puedo entrar?

-SARA: claro princesa, ¿que te pasa?

-MARTA: nada…….que quiero dormir….

-YO: ¿ya está Sonia haciendo ruidos arriba?

-MARTA: si…bueno….antes no, pero os han debido de oír y se han puesto a follar como cerdos……¿habéis terminado? si no, puedo irme y dormir sola, pero…..

-SARA: no digas tonterías, ven aquí, ya te dije que mi cama es tu cama – yo me moría de vergüenza, si ella lo había oído, toda la casa lo escuchó, mi madre incluida, y allí estaba Marta, mirando al suelo siendo consciente de lo que había pasado.

-MARTA: muchas gracias – sonrió por 1º vez con su candidez natural.

Se quitó el camisón que llevaba dejándose solo unas bragas de lana blancas, y se tumbó a mi lado, revolviéndome el pelo y mirándome con gesto de aprobación, la abracé y la besé en la espalda mientras Sara se pegó a mi cuerpo. Me costó dormirme, estaba acelerado pese al transcurrir del tiempo, pero caí dormido y feliz.

Por la mañana me despertó Sara, que regresaba del baño, se había puesto un tanga y se tumbó cogiéndome del brazo y rodeándose con él, la apreté con firmeza y la besé en el cuello, me lo agradeció contoneando su culo sobre mí. Me quedé así, perdido, con un miedo irreal a salir de esa cama y enfrentarme a la mirada de mi madre, o de Jaime, me daba pánico pensar en que haría si se sentía ofendido o traicionado por follarme a su chica, hasta que pensé que no menos que yo por saber que hacia lo mismo con mi madre. Unos dedos aparecieron sobre mí, buscado el ombligo de Sara que se retorció entre risas, a Marta le gustó aquel juego y de golpe estabamos los 3 de nuevo luchando hacer cosquillas a los otros 2, había un componente erótico en todo ello, innegable, pero era divertido a rabiar.

-CARMEN: ¡ya basta estruendosos!, que se os oye reír desde la piscina jajajajaja – mi madre estaba en la puerta mirándonos con ojos maternales, iba con solo el biquini minúsculo recién comprado.

-MARTA: ¡jajja jo mamá!, es que la tía me hace cosquillas.

-SARA: hoy has empezado tú, jajajaja ¡no te quejes!

-YO: ¡mamá socorro! – y fui a abrazarla totalmente rojo de cada vez que me tocaban el cuello, me abrazó con cariño y la levanté del suelo medio palmo ante su sorpresa, me besó en la mejilla y se quedó mirándome a los ojos, con orgullo.

-CARMEN: deprisa chicas, que nos vamos a estrenar los biquinis a la playa.

-MARTA: jajaja ¿en serio vamos a ir así?

-SARA: mujer, para eso los compré…..- Marta sonrió nerviosa y se la notó un “¿por que no?” en la cara.

Fueron a darse una ducha y ponerse los biquinis, con una camiseta o un vestido ligero por encima, Sonia salió con la parte de arriba de uno de los viejos, diría que más recatado pero con sus pechos no lo era, solo que no hacia el ridículo como le pasaba con el nuevo, pero si iba con la parte de abajo. Al llegar les costó desvestirse, pero al final lo hicieron, y juro que hasta el aire y el mar se detuvieron unos segundos. Camino del agua algún que otro hombre soltó piropos, y las miradas de las mujeres eran asesinas.

En el agua fue como siempre, jugar a hundirnos, pero entre todos, Jaime con mi madre y mi hermana, yo con Sara, y Sonia con Jony, que no se creía todo lo que veía, todas eran preciosas a su manera, destacando más o menos en algo, con una desinhibición que nuca imaginé ni en mis mejores sueños eróticos, eran 4 hembras de bandera divirtiéndose sin pensar en consecuencias ni convencionalismos.

Al salir del agua hubo casi una pasarela, las pararon varios grupos de chicos para pedirlas fotos y números de teléfono, Marta fue la única que le dio el suyo a un chico, bastante mono, que la hizo sonreír con 4 frases estudiadas, tardamos un mundo en volver a nuestras toallas, y sin mucho esfuerzo terminaron todas en top less, tanto Sara como Marta se negaron a dejarse embadurnar por Jaime, y casi me obligaron ha dársela yo, que no me resultó para nada desagradable, sobretodo sentir la piel de Marta, era tan fina y delicada que me puso los pelos de punta.

-MARTA: ¿hoy hacemos algo? ayer nos aburrimos en casa.

-SARA: yo vuelvo al mercdillo con Samuel.

-CARMEN: si te apetece coger el coche, vamos todas, así miramos algo más.

-SONIA: vale.

Tomaron el sol tostándose de tal manera que casi desaparecieron las marcas del biquini, en unos días ni se notarían, volvimos a casa y ayudé a mi madre ha hacer la comida, me miraba queriendo preguntarme algo, seguro que sobre Sara, pero no decía nada. Jaime estaba fuera fumando un porro y hablando acaloradamente con Sara, trató de darla unos azotes y esta le apartó la mano con suficiencia, fue una pequeña victoria para mí, aunque no sabia cual era el motivo concreto.

Sonia pidió que, si no le importaba a nadie, Jony se quedaría por casa unos días, mi madre la dijo que si sin poner una sola objeción, era un chico callado y que entretenía a Sonia, casi no molestaba ni hablaba, no parecía muy listo pero tampoco demostraba ser tonto, no era un incordio tenerlo por allí, y así habría un hombre más, ya solo faltaba Marta por “emparejar”.

Nos fuimos a echarnos una siesta después de comer, a las 3/4 de la tarde era un infierno salir a la calle rozando los 45ª. En vez de dormir Sara, Marta y yo, al escuchar follar a mi madre con Jaime, nos quedamos charlando, bueno, ellas charlaban, yo oía, veía y aprendía, decían cosas muy útiles, como trucos que hacia Jaime al comerla el coño, o como a Marta la tocó una pierna un chicho de tal forma que la gustó. Sara terminó detallando como me la había tirado aquella noche, Marta sonreía sorprendida ante algunas cosas que oía y que preferiría que no supiera. Marta sonreía mientras sus pezones se pusieron duros al escuchar como había hecho correrse a mi tía, y no supe si fue por el frío de ir solo con el biquini de tanga de abajo, o por que la excitó la cantidad detallada de cosas que Sara mencionó.

Llegada la hora, otra ducha para ir frescos al mercadillo, Sara y mi madre con vestidos de verano con estampados, Marta con camiseta ceñida y falda con vuelo hasta las rodillas, Sonia con un top escandalosamente sexy y unos shorts vaqueros, mientras que los chicos como siempre, bañador y camiseta. Como éramos 7 personas y solo había un coche con mi moto, nos apretamos, Sara querría ir conmigo, quise pensar, pero era la única que conducía, así que Marta se pegó a mi espalda, mientras que los demás iban en el coche, pero no era tan grande como para llevar a 5 personas, así que Sonia se sentó encima de Jony con mucho descaro.

Al llegar, las chicas se fueron de la mano a ver todo, mientras que los 3 chicos las seguíamos a cierta distancia, Jony se separó por una llamada y nos quedamos Jaime y yo solos.

-YO: bueno……¿y como va todo?

-JAIME: de fábula, tu madre es más guarra de lo que nunca pensé…..- le di un manotazo en el hombro.

-YO: deja de llamarla así, es mucha mujer para ti, es lo que pasa – sonrió meditando si provocarme.

-JAIME: tranquilo, solo bromeo, pero es que no veas como se mueve, de tu tía me harté, pero es que con tu madre no puedo……ahora, en la siesta, me ha tenido 1 hora comiéndoselo, para luego montarme otra hora más – le gustaba detallármelo.

-YO: ¿y que dice ella?

-JAIEM: ¿de que?

-YO: no se……sin ir bebida pensaba que…….

-AIME: te dije que el alcohol ayuda, pero el sentimiento es real, tu madre estaba sola, y yo le doy lo que necesita, así se juega, busca que quiere una mujer y dáselo.

-YO: ¿y de mi, y….Sara?

-JAIME: puffff anoche habíamos terminado de follar, o eso me creía, y empezamos a oír como gritaba Sara, se me tiró encima hasta ponérmela dura de nuevo por 3º vez, y estuve abriéndola el culo tanto tiempo que me quedé reventado.

-YO: no os oí.

-JAIME: ¡como para oírme, cabronazo!, Sara gritaba como una leona, ¿que coño la hiciese?

-YO: follármela – dije firme y orgulloso.

-JAIME: jajaja no te vengas arriba, es normal, en cuanto dejo de lado a una se buscan al 1º imbécil que las consuele…..- le dejé pensando eso, aunque quizá fuera cierto, Sara estaba conmigo por no podía estar con él, saberlo no cambiaba que me gustara aquel juego, pero lo sabia.

Las chicas se pasaron media tarde probándose todo, creo que no hubo un puesto que al menos no miraran, y Marta regresó con un tatuaje de una mariposa en la espalda, era de esos que duraban 2 semanas y se iban, mientras que Sonia se compró una pulsera con su nombre y Sara una tobillera de caracolas muy bonita. Luego nos acercamos al puesto de biquinis donde Sara compró todo lo del día anterior, y se compraron otra media docena más, luego se pusieron a buscar algo para mi, ya que Jaime se negaba a volver ha hacer el ridículo, pero yo era una marioneta en sus manos, buscaban algo que cuadrara, y en un probador, (que era una cortina mal puesta), me dieron varios bañadores que me quedaban de formas raras, eran diferentes a las bermudas habituales, cortos, estrechos, de licra, a cada cual más atrevido, unos parecían calzoncillos de señor mayor, lo llamaron turbo paquete, me negué a llevar puesto esas bobadas, hasta que apreció Marta con uno tipo slips, de licra azul oscuro, al ponérmelo me sentí extrañamente agraciado, y al abrir la cortina sin pudor alguno todas abrieron la boca sonriendo.

-CARMEN: ¡jefe, póngame 3 de estos de diferente color para mi niño! – le gritó a pleno pulmón al tendedero, lo que provocó que me mirara medio mercadillo.

Eran de no más de 15 centímetros de largo, de tela elástica y apretada, mi pene caía hacia un lado marcándose con claridad, pero sin parecer vulgar ni quedar mal, y con mi bronceado me veía de cine. Me gustaba como me quedaba pero más me gustaba como me miraban, no solo mi madre o las chicas, si no toda las mujeres de por allí, una le tapó los ojos a su hija y se la llevó lejos, y por 1º vez en mi vida me sentí atractivo, guapo, o al menos destacable, alejándome de la sensación ordinaria y común que me acompañaba siempre.

Nos tomamos unas bebidas frías en una terraza, y mientras Jaime sentó a mi madre en su regazo, Sara lo hizo encima de mi, sin ningún reparo me rodeó con un brazo por la nuca, y de vez en cuando me daba un beso en los labios, el 1º me puso tan acalorado que me bebí la Horchata del tirón, lo hizo delante de todos y nadie puso mala cara o dijo algo. Lo seguía haciendo hasta que perdí la vergüenza y se los devolvía, mirando a mi madre, que dejaba de lado a Jaime por ver a su hijo juguetear con su hermana.

-CARMEN: ¿y tú que? – miró a Marta.

-MARTA: ¿yo que, de que?

-CARMEN: ¿para cuando un chulazo? El de la playa de esta mañana parecía mono…….- Marta se ruborizó.

-MARTA: no sé…….es que para una noche vale, pero ninguno me llena a nivel personal.

-JAIME: estás de vacaciones, no busques un novio, busca un tipo al que follarte y pasar el rato…….- señaló con cuidado a Jony, que no se enteraba de nada, perdido en el escote de Sonia.

-SARA: jajaja no sufras, pronto volverá Vanesa y mi galante sobrino dejara mis atenciones para mejor momento.

-CARMEN: es verdad, ¿cuando regresa? Quiero conocerla.

-YO: creo que mañana, quedó en llamarme, es solo una amiga, la conozco de una noche……- quería minimizarla, pero me mentía a mi mismo, aún son Sara a mi lado, pensaba en ella, en su cuerpo vibrando ante mi empuje, en sus senos y culo engañosamente grandes bajo el vestido, en como se comportó conmigo y al ver a mi madre con el mulato, y en aquellos ojos azules vivos escondidos tras unas grandes gafas de pasta, y sobretodo su espeso cabello rizado, aquella mujer me había hechizado con algo.

-SARA: ya…….tendremos que ir a buscar chulazos Marta y yo jajajaja – sonó a broma pero tenia parte de verdad. Regresamos al coche paseando y me quedé atrasado con Sara.

-YO: siento si con Vanesa me alejo de ti, y más ahora que……

-SARA: ya sabia lo que había cariño, ojalá te vaya de cine con ella, pero si no…..ven a verme cuando quieras, al menos esta noche serás mío, ¿verdad?

-YO: si, todo yo – me abrazó con ternura, me dejó besarla en el escote.

Al volver a casa me sentía nervioso, ¿que aprendería esa noche en su cama?, ¿y que me esperaría cuando volviera Vanesa?, quizá se había olvidado de mi, fue solo una noche, quizá me dio un número de móvil falso y ahora estaba en la cama de algún otro bobo enamoradizo, hechizándolo. Lo pensaba, o quería que fuera verdad, y así podría quedarme con Sara sin sentirme culpable, en cualquier caso, necesitaba imperiosamente volver a ver a Vanesa.

En casa descansamos mientras cenábamos, y montamos una pequeña sala de cine en que vimos algunas películas, poco a poco la sala de cine quedó vacía, solo quedábamos Marta, Sara y yo abajo, mientras que se oía a Sonia de fondo gimotear del polvo que seguro que se estaba echando con Jony. Mi madre salió con Jaime a la piscina y se les veía tontear en el agua, ya me daba igual mirar o no, pero creo que estaban ambos desnudos. Marta se había quedado frita en mi hombro, casi parecía que solo dormía bien cuando estaba a mi lado, pero yo tenia unas ganas locas de separarme y follarme a Sara, que llevaba media película con su mano por dentro de mi bañador.

-SARA: deberíamos ir arriba, tengo ganas de otro masaje……

-YO: me da cosa Marta, la pobre está sola y parece tan dulce durmiendo.

-SARA: jajaja es verdad, pero te necesito arriba – acarició la cara de Marta y luego la besó en los labios lentamente, Marta se despertó con ternura, y miró a Sara al sonrojarse.

-MARTA: tía…….no me haga s eso.

-SARA: jajaja era solo para despertarte….- y echó la cabeza hacia mí con gesto claro, Marta tardó unos segundos en comprenderlo.

-MARTA: jo, ¿otra vez?…….vale, pero avisar al acabar, si no es con Samuel no duermo…. – me besó en la mejilla la apartarse – ….. disfruta hermanito.

Sara me cogió de la mano y me alejó de Marta, que se quedó hecha un bola en el sofá con un manta por encima, la naturalidad, y aceptación, de todos en una situación así me dejaba descolocado, mi hermana me dejaba irme a follarme a nuestra tía, para que la avisara al acabar y meterse en la cama con nosotros, de locos.

Fui siguiendo el culo de Sara que se contoneaba en la escalera como mejor sabia, iba con el bañador de los nuevos y un pareo a la cintura, mientras que yo ya solo iba con un bañador antiguo, al subir la seguí hasta el balcón, el aire frío de la noche la uso la piel de gallina y se apoyó en la barandilla mirando a la piscina, donde Jaime parecía penetrar a mi madre por detrás, desde lejos no se veía bien.

-SARA: míralos, ya están liados…….- me pegué a su espalda, y se estremeció al sentirme los brazos rodeándola la cintura.

-YO: pensaba que ya te daban igual.

-SARA: no puedo evitar tenerla envidia, siempre ha sido la niña bonita de tus abuelos, siempre tenia lo mejor, la más dulce, la que mejor se comportaba, la que sentó la cabeza antes, la que escogió mejor marido y la que tuvo hijos buenos y educados, y ahora me quita a Jaime…..

-YO: hasta ahora pensaba que mi madre era una mujer…..trivial, sosa, no pensaba que nadie pudiera envidiar su vida.

-SARA: es mi hermana, pero algunas veces la ahoga en la puta piscina, la mujer que has conocido toda tu vida se la que ha moldeado tu padre, la que ves ahí arqueándose para besar a un crío de 19 años mientras se la folla, esa es la que yo conozco, pero esta se la voy a devolver – echó el culo hacia atrás y se quito el pareo, jugó a frotarse hasta sentirme duro y se desnudó sin darse la vuelta, me bajó las bermudas y se lamió la mano preparándose el coño con delicadeza.

-YO: ¿que haces?

-SARA: vengarme jajajaja, fóllame, métemela de golpe, se fuerte y rudo, destrózame aquí, en el balcón, donde mis gritos puedan alertarla, y nos vea tener el sexo más salvaje que recuerde, ¡HAZLO! POR FAVOR – “encuentra lo que necesita y dáselo”.

Apunté a su húmedo coño que se abría con los dedos, y la cogí de la cintura con energía, apretaba tanto que se me doblaba, pero a los pocos intentos mi glande se guarecía en ella, soltó un bufido largo y sensual, echó el brazo atrás para cogerme de la nuca y pegarme a ella, mientras la iba penetrando, fue mucho más sencillo meterla que el día anterior, o al menos eso me pareció, por que ella vibraba con cada golpe de cintura hasta que la di los 3 o 4 empujones finales, seguidos de sus alaridos correspondientes. No pude ni mirar a la piscina para ver si la habían odio, tenia que centrarme en la mujer que tenia delante, que daba pequeños tirones apoyada en el balcón mientras la ensartaba.

-SARA: ¡AHHH, madre mía, que gusto, es como si me ardiera todo!

-YO: como me pones tía – solté abrumado al sentir como la tenia entera dentro, y como ella se recostaba contra mí con fuerza.

-SARA: pufffff, y tu a mi cariño, por favor, dame despacio, espera a que me acostumbre, pero después haz lo que quieras conmigo, disfruta cuanto desees, por que y haré lo mismo.

Casi me corro solo de orla decir eso, la saqué entera notando cierto alivio en la tensión de Sara, que regresó junto a mi embestida pausada y larga, lo iba haciendo tan lentamente que podía respirar varias veces entre ida y vuelta, Sara permanecía casi en silencio, solo gemía nasalmente cuando se la metía toda. Luego me pareció oír risas y ver a mi madre apoyada al borde de la piscina con la cabeza de Jaime entre sus muslos, esa imagen me enfureció, y lo pagó Sara.

Di 4 empujones sacándola entera cada vez, de tal magnitud que Sara se puso de puntillas con la boca abierta, la cogí de los senos y comencé a darle tan fuerte que pensaba que la iba a hacer atravesar la barandilla, Sara comenzó a gritar como creo que pretendía lograr, puede que exagerara para su venganza, ¿quien sabe?, lo que sé, es que me estaba desatando, no dejaba de subir el ritmo, Sara se retorcía tratando de aguantar aquello, pero a los 5 minutos cayó de cuclillas frotándose el clítoris saliendo de ella un manantial, cuando dejó de temblar me cogió la polla chupándola con prisa, para luego sentarse en la barandilla, la cogí del culo para no dejarla caer y me rodeó con las piernas, esta vez al metérsela fue como hundir los dedos en un bizcocho tierno, entró limpia y seguí bombeando fuera de mi, le gustaba tanto que me daba tirones en el pelo y me besaba o mordía en el hombro soltando gemidos audibles. Yo estaba a punto de correrme y di un sprint en que lo di todo, Sara echó al cabeza hacia atrás tanto que creí que se caía, con el cuello alineado con su cuerpo y gritando fuerte.

-SARA: ¡OHHH DIOS, FOLLAME SAMUEL, DESTRÓZAME DIOS, COMO ME ABRES! – la azoté un pecho por que no dejaba de moverse y se lo lamí antes de vaciarme con 5 o 6 largos latigazos que la hicieron abrazarme con sonidos agudos hundidos en mi pecho.

-YO: ¡tía, eres espectacular! – quise ser cortés, pero estaba cansado, la ayudé a bajar de la barandilla y me senté en una silla cercana, Sara estaba de pie confundida, se acariciaba su intimidad con celo y me miraba traviesa.

-SARA: escúchalos…- de fondo Jaime y mi madre estaban gritando poseídos, no los había oído por que Sara los tapaba, pero ahora eran claros.

-YO: ¿les hemos provocado?

-SARA: jajaja si quieren guerra, la tendrán – se arrodilló ante mi, me hizo tal mamada que en 4 minutos ya la tenia como una estaca, se montó de rodillas encima de mi y se penetró tan fácil que ya la tenia rebotando encima mía antes de poder cogerla de la cintura.

Apartó su pelo pegado a su piel del pecho por el sudor, y lamí sus pezones, con el mismo tacto y cuidado que me habían enseñado, pero dando golpes de cadera cada vez que Sara bajaba su cuerpo, eso se lo vi a alguien hacia poco, pero me costaba recordar a quien o cuando. Solo gozaba de follarme a esa mujer, me daba igual que fuera mi tía y lo hiciera para ganar una batalla de sexo a su hermana, a fin de cuentas mi madre, que se follaba a mi amigo.

Mis manos bajaron a sus nalgas y la amasé como me dijo Sara la noche previa, pero seguí penetrándola con virulencia, Sara se reía de reconocer sus enseñanzas, y de vez en cuando me sacaba su pecho de la boca para darme largos besos cálidos con lengua.

-SARA: jajajaja eres un gran alumno, me estás llevando al paraíso.

-YO: es que….dios……me gusta esto….- no atinaba a poder hablar, bastante tenia con recordar como masajear un culo, comerse unas tetas y besar, a la vez que mantener un ritmo de caderas bueno, “esto tendría que ser disciplina olímpica” me dije a mi mismo.

-SARA: mereces otra lección – me chupó varios dedos con calma y luego se los llevó al ano, sentir aquella textura me puso a 1000, su sonrisa era malévola, me guiaba el dedo, acariciaba mientras apretaba un poco, y luego entró en su ano con facilidad, Jaime la había dejado un buen entrenamiento, un dedo no seria problema.

-YO: es una sensación rara.

-SARA: mi niño, es primordial preparar bien a una mujer antes de un anal, la tienes muy ancha, y si no tienes cuidado puedes hacerme daño, con calma mete un dedo, y fóllame el culo con él, cuando lo veas listo, otro y así hasta que te lo pida.

Era divertido y didáctico a la vez, lo hice según sus indicaciones, el ritmo era de sexo era lento peor continuo. Al sentir el 2º y 3º dedos se acarició el clítoris con fuerza, y terminó corriéndose antes de lo que esperaba, salió de mi rondado por el suelo, llenando todo de fluidos.

-SARA: ¡DIOS! Joder, en mi vida me había corrido si – se puso en pie se me sentó de espaldas, frotando su culo contra mi verga – me cago en la puta, ¡ábreme el culo Samuel, me vas ha hacer polvo, pero lo necesito!

Apoyó sus dos pies en mis rodillas y elevó la cadera mientras que la sujetaba del culo, cogió mi miembro y dejó caer un río de saliva hasta él, embadurnándolo para luego apuntárselo al ano, fue como mi 1º vez, era tan cerrado y prieto que me dolía el glande, pero aguanté mordiéndome el labio. Sara se quejaba de que no acertaba, pero logró subir el trasero y de golpe sentí que le entraba media barra, su boca estaba abierta con ganas de soltar otro grito colosal, pero no salió nada de sus labios, se quedó quieta más de un minuto, en que casi pareció no respirar, hasta que soltó todo el aire de golpe.

-SARA: ¡Y YO QUE ME LO QUERIA PERDER, JODER, QUE POLLA, ME DUELE COMO EN MI VIDA!

-YO: ¡a mi también! – pero era un dolo cálido, más bien un malestar, como cuando se te resiente una articulación justo antes de sonar el crujir de huesos.

-SARA: cariño, por favor, muy despacio, me duele mucho, deja que sea yo, no des empujones y te juro que terminamos en el hospital.

-YO: si quieres la saco…..- me daba un miedo enorme terminar en esa misma posición, pero en una camilla en el hospital.

-SARA: ¡NI DE PUTA BROMA, TU ME VAS A FOLLAR COMO DIOS MANDA! – y se dejó caer un poco más, lo justo para sentir sus nalgas en mi pelvis.

-YO: ¡AHH TIA….ME ….ME GSUTA! – era como si la tuviera aprisionada debajo de mil almohadas.

-SARA: ¡Y A MI, JODER, ME ESTOY VOLVIENDO LOCA! – y soltó todos sus agarres, sentí como la abría algo, aunque no se el qué, pero la tenia entera dentro de su ano, se retorció sobre mi, con alaridos de mezcla de dolor y placer.

Se pasó 3 minutos acomodándose, hasta que vivió a apoyar sus pies en mis rodillas y empezó a subir y bajar, aumentando el ritmo, la ayudaba con la manos aunque solo a subir, al bajar se dejaba caer a plomo y un sonido rarísimo me llamó la atención, era como un “chop chop”, eran los fluidos de Sara cayendo de su coño a su ano, y bañando la zona donen neutros cuerpos se golpeaban. Me encolericé, la subí el culo y planté lo pies con firmeza, dejando que mi cadera cobrara vida, nunca creí que podría moverme así, veía meterle ni tranca en su trasero a una velocidad espectacular, y ella se pellizcaba un pezón o se acariciaba el clítoris, pero tenia que agarrarse a los antebrazos de la silla para no caerse de tanto vaivén, me decía o bien que lo hacia y lo mucho que estaba gozando, y ahora no parecía ser cara a la galería.

Me desfondé pasado 10 minutos en que no pude más, y me senté sin poder moverme, sentía clamares en los gemelos, y mi tía se fundió sobre mi, me usó de cama mientras se contoneaba aún con mi miembro duro dentro de ella, no me había corrido, me había quedado sin fuerzas.

-SARA: jjajajaja me encantas, eres como un conejito, tienes que aprender a controlarte, das mucho muy rapado, y te casas, no tienes fondo, tienes que ser listo, e ir creciendo lentamente, aumentando poco a poco, para llegar al clímax cuando lo estés dando todo.

-YO: gracias tía, eres muy buena conmigo….peor es que ahora no puedo…no tengo energía.

-SARA: déjame a mí.

Bajó su pies al suelo con las piernas juntas entre las mías y se puso en pie, la visión de su culo en pompa medio agachada me encantó. Ella solo subía y bajaba sobre mi como un turco de magia en el que lo que desaprecia era mi miembro, y empezó un “twerking” en que la carne de sus nalgas iba en contra de la dirección de las caderas, de vez en cuando dejaba de moverse y se recostaba para descansar, la frotaba el clítoris sin descanso, me cogió de la mano y me guió para hacerlo bien, era como un oso tratando de abrir un caramelo, pero me enseñó a ser un fino estilista.

-SARA: ves, así es más placentero, y si metes los dedos así, encontrarás el punto G de las mujeres, no es un mito, y es un muy buen truco para lograr que aun mujer se vuelva loca sin gastar energías – había seguido sus dedos y los tenia dentro, buscando con cuidado.

-YO: está muy caliente.

-SARA: jajajaja es que estoy ardiendo – se sacó mi miembro del ano, y cogiéndolo de la base se golpeó repetidamente el coño con ella, como si fuera un bola de demolición, para luego metérsela entera hasta rozar neutros sexos.

Allí saqué de donde no tenia, y fui aumentando lentamente un ritmo pausado, eso la gustó y sorprendió a la vez, pero se pasó al ponerse como un tomate y romper en otro orgasmo del que salió mucha menos cantidad de fluidos que antes.

-SARA: ¡madre mía!, como no pares me vas a dejar seca jajajaja.

-YO: estoy durando mucho, ¿verdad? – me pareció importante recalcarlo.

-SARA: claro que si, cielo, es que la 1º siempre es la más rápida, según vayas mejorando la 2º, o hasta la 3º, serán más tardías.

-YO: ¿cuantas veces puedo correrme?

-SARA: depende del hombre, a mi ex marido con 1 ya no se le levantaba, pero a Jaime he llegado a 4 veces, por la juventud supongo.

Mi ritmo lento la estaba derritiendo, hablaba y sonreía, pero buscaba apretar contra mi, ya no la sacaba, solo giraba su cadera en círculos y terminé llenándola de semen con un chorro que sentí rebotar dentro de ella .Nos quedamos así unos minutos, en que el sudor y aire frío hacían un mezcla rara.

-SARA: mi niño, como te voy a echar de menos…..

-YO: tal vez Vanesa se haya olvidado de mí.

-SARA: jajaja ojalá, pero no, esa chica tiene algo raro, algo que encaja contigo, se lo vi en los ojos, te miraba como miraba yo a mi ex, esta coladita por ti, te lo digo yo.

Eso me desconcertó, que yo me enamorara era normal, me había pasado toda mi vida con cada mujer o chica que había sido mínimamente amable o cariñosa, me enamoraba, pero que alguien se colara por mi era nuevo.

Al recuperar algo de fuerzas nos dimos una buena ducha, y mientras Sara se acostaba desnuda, con un olor a crema entre sus muslos, fui a buscar a Marta en bermudas, estaba en el sofá, y si bien no puedo saberlo, olía a hembra, el mismo olor que había notado en los dedos de tenerlos dentro de Sara.

-YO: Marta…….ya hemos…….si quieres…..

-MARTA: si que has durado jajajajaja – me puse rojo cuando me acarició el pelo.

-YO: no se que hacer, la tía me esta ayudando mucho, pero Vanesa…..- me abrazó con dulzura.

-MARTA: ni si quería se que hacer con mi vida, no te diré que tienes que hacer con la tuya, solo quiero que seas feliz.

-YO: y yo que tú lo seas también, no me gusta que te sientas sola, ¿que puedo hacer? – me pellizcó en la mejilla.

-MARTA: pues vamos a dormir, que estoy molida, así seré feliz unas horas jajaja.

Al subir Marta se desnudó quedado en tanga azul cuelo, y le hizo un pedorreta en la cadera a Sara, que se río adormilada, me acosté de lado y abrazando a Marta, odiaba verla triste, cuando era una mujer alegre y risueña, al sentirme rodeándola sonrió, y se volvió para enterrarse entre el colchón y mi pecho, usando mi brazo de almohada, me resigné a despertar sin brazo y me dormí feliz.

Relato erótico: “La casa en la playa 7.” (POR SAULILLO77)

$
0
0

la metamorfosis y sus complejos pasos

No se muy bien como explicarlo, al despertarme esa mañana no era el mismo chico que se acostó, o mejor dicho, se acostó un niño y se despertó un hombre, no pensé en mi miembro duro pegado a mi tía, ni en mi hermana escondida entre los brazos de Sara, no se que pasó de noche pero estaban las 2 en un lado y yo al otro, cuando al dormir estaba en medio, no pensé en apartarme para no molestar, ni en lo bien o mal que estaba acostarme con mi tía, y menos dormir con ella y mi hermana juntas y desnudas, por que el tanga de Marta no se podía considerar ir vestida.

El sol pegaba fuerte a esas horas y calentaba la habitación, y sin pensarlo mucho acaricié el culo de Sara con mimo, mientras la daba pequeños besos en el hombro y el cuello, ronroneaba al sentir me rozando en su culo y giró su cara para mirarme aún traspuesta.

-SARA: jajaja que alegre te has levantado…..- se sorprendió al lanzarme a sus labios, y me respondió con lengua pasados unos instantes.

-YO: tía, lo de ayer……me encantó.

-SARA: jajajaja y a mi, jajaja levaba mucho sin que nadie me dejara así, estás aprendiendo, con unos trucos más vas a dejar tiritando a cualquier mujer.

-YO: ahora solo quiero dejarte tiritando a ti – sonrió con una carcajada que despertó a Marta.

-MARTA: shhh quiero dormir….- Sara la pellizcó el culo y luego se lo azotó.

-SAR: arriba dormilona.

-MARTA: ¿por que?

-SARA: vamos a la playa, y no querrás ir con esas piernas llenas de pelos….- Marta se miró sorprendida.

-MARTA: ¿si?, podría darme un repaso…….supongo….- se levantó, no si antes jugar unos minutos con Sara a hacerse cosquillas, y se fue.

-YO: yo no la veo pelos en las piernas.

-SARA: ni los tiene…….era para quedarnos solos – y se aferró a mi cuello, me hacia reírme tanto que casi me dolía.

Trató de montarme para inmovilizarme, la cogía una mano pero se liberaba la otra y me acariciaba el cuello, hasta que la di la vuelta dejándola boca arriba en la cama, sujeta, el juego había subido nuestra temperatura y la besé con energía, Sara sonreía lujuriosa al sentir mi miembro dando cabezazos por salir, hasta que dejó de intentar liberarse cuando lamí su pezones, me apretaba la cabeza contra su cuerpo y remoloneaba con gracia y sensualidad bajo mi cuerpo. Entonces me bajó el calzoncillo y la penetré con dulzura, lentamente, daba respingos seguidos de cortos gritos agudos, pero le entró sin dificultades, me abrazó agarrándose a mi espalda mientras sentía como la iba abriendo con gestos lentos y pausados.

-SARA: cielo, que bien lo haces ya.

-YO: ¿así bien o más rápido?

-SARA: jajaja eso no se pregunta, lo sientes, como con la moto, te lo pide el cuerpo.

Embestí tan fuerte que se dio con la cabeza en la mesa de noche, sonrió tapándose la cabeza dolorida, pero gratamente complacida, para cuando quise darme cuenta la estaba follando salvajemente, o me lo pareció, me rodeó con las piernas y gritaba descontrolada, era increíble ver como toda la piel, desde sus senos hasta su barbilla, se ponía roja y tensa, se le marcaban las venas y pareciera de un momento a otro que su cabeza saldría disparada como el corcho de una botella. Rebajé el ritmo un poco, pretendía durar, así que Sara se relajó un poco y pudimos estar devorándonos un buen rato, hasta que se separó para chupármela con avidez lo que podía meterse en la boca, que no era mucho.

-SARA: ¿te gustaría aprender a comerte un coño?

-YO: claro, pero me da cosa…….- metió sus dedos en su húmedo interior y los sacó bañados.

-SARA: no es nada malo, ni repugnante, es algo amargo nada más, pruébalo – olí sus dedos asqueado, y ante su insistencia los lamí, esperaba un sabor mucho peor, fue agrio pero con un potente aroma sensual.

-YO: enséñame.

Sonrió y se abrió de piernas de cara a mi, comenzó a explicar como tocar bien, cosas que ya me había dicho, y otras nuevas, como el clítoris, un bultito que se debía tratar con manos de seda, y chupar o lamer con cuidado, luego me acercó a su entre pierna y me dijo que unos besos tenues en la cara interna de los muslos encienden a muchas mujeres, y lo constaté.

Salía un olor potente y un calor profundo de ella, al besarla en la vulva sentí como se estremecía, luego lamí un par de veces intrigado, y guiado por sus consejos ya me lo comía, se reía hasta que en un momento dado dejó de hacerlo, se tumbó y se dejó llevar, se amasaba los pechos con erotismo mientras le separaba los labios mayores y veía su rosado interior. Terminé metiéndole la lengua como su fuera una boca que besara. Sara se descompuso, sin llegar a bañarme pero tuvo un orgasmo intenso y lento, soltaba gemidos largos con la boca cerrada.

La volví a penetrar por sorpresa sacándola una tos entre el sobresalto y el disfrute, en 15 minutos me perdí entre sus caricias y besos, cambiamos a cuchara y luego de medio lado, hasta que aumenté tanto el ritmo que me creí desvanecer al llegar al orgasmo y sentir como la llenaba, lo que la hizo, esta vez si, correrse manchando las sabanas con un chorro fuerte y casi interminable, se quedó temblado con una gran sonrisa dibujada en la cara.

-SARA: jajajaja así, mucho mejor, te voy a dejar tan bien enseñado que Vanesa me tendrá que poner un monumento.

-YO: si es que me llama……

Sara retozaba a mi lado riendo y besando mi cuerpo, mordiéndose el labio traviesa y acariciándome con delicadeza. Más tarde me quedé en la cama descansando mientras Sara se duchaba y salía con uno de los biquinis nuevos, yo me di otra ducha y al bajar a desayunar todos nos miraban curiosos, notaba que mi madre miraba cómplice a Sara, esta se lo devolvía con cariño, y Jaime me miraba con aires de grandeza.

-JAIME: bueno, ¿fiesta?

-CARMEN: ¡si!, pero abrían la discoteca el mañana ¿no? – Marta y yo nos miramos.

-MARTA: si, ¿quieres ir?

-CARMEN: si, por fi, la semana pasada fue una locura pero me lo pasé genial, quiero repetir todo lo que pueda.

-SONIA: ¿y hoy jugamos a las cartas? – todas tenían ganas de fiesta.

-JAIME: claro.

-YO: a mi la cerveza me siente fatal – era verdad, y no era al único.

-SARA: a mi tampoco me gusta, ¿y si lo probamos con otras cosas?

-JAIME: decidme que os gusta y esta tarde vamos a comprarlo, ¿cuantos seremos?

-CAMREN: todos, aquí nadie se libra, eh Jony….- la miraba sin atreverse a hablar.

-MARTA: ¿y Vanesa se vendrá hermanito? – la miré sin saber que responder.

-YO: dijo que me llamaría, pero no he oído el móvil.

-MARTA: por que lo tienes en el suelo del cuarto de arriba, melón, se habrá caído de tanto vibrar cuando te estaba llamando Vanesa jajajaja – lo dijo de broma pero me sentí estúpido.

Mi móvil era para emergencias, no tenía amigos con los que mandarme mensajes constantes, y los únicos que me llamaban eran mi madre o mi hermana, que estaban allí conmigo, así que lo tenía por ahí perdido, pero ahora esperaba la llamada de Vanesa y se me había pasado por completo. Subí como el rayo a por el móvil entre risas de todos, lo encontré en el suelo al lado de la mesa de noche donde lo dejé, estaba apagado, y descargado, lo tuve que enchufar y pasarme 2 minutos viendo como cargaba para poder encenderlo, al hacerlo sonó varias veces, lo 1º fueron unos mensajes de mis otros amigos en Ibiza, chinchando con lo bien que se lo estaban pasando, la idea de que lo podría estar pasando yo mejor me hizo reír. El 2º mensaje fueron 2 llamadas pérdidas de mi padre, al que llamé al momento.

-YO: hola papá, siento no habértelo cogido, estabamos…..liados.

-ROBERTO: no pasa nada, solo quería saber como van las cosas por allí, hablo con tu madre pero me parece que sigue molesta, ¿se comporta de forma rara?

-YO: bueno…….- decirle algo era hundirnos a todos – ….. un poco, pero ya la conoces, siempre tan dispuesta a agradar a los demás…..- fue lo mejor que se me ocurrió sin mentirle.

-ROBERTO: ¿y tú y tu hermana?, siento haberme ido pero nos ha caído un caso gordo en la policía de Madrid, sale en las noticias a todas horas……..

-YO: no vemos mucho la televisión, estamos en la playa y divirtiéndonos, no te preocupes por irte.

-ROBERTO: está bien, confío en ti hijo, se que soy duro contigo pero se que harás lo que sea por cuidar de tu familia, dale un abrazo a tu hermana…….- como no, las últimas palabras dedicadas a Marta.

Me quedé mirando el móvil esperando más mensajes, pero no saltaban, así que lo dejé cargando desalentado, lo tenia en la mano con el número de Vanesa marcado, sin atreverme a llamar, casi perdiendo toda esperanza. Hasta que lo vi sonar, al mirar la pantalla era la foto lanzando un beso de Vanesa que puso de perfil al llamarme, se me aceleró el corazón llegando el punto en que no me atrevía a coger la llamada, quizá no lo hubiera hecho antes de todo aquello..

-YO: ¿si?

-VANESA: hola, soy yo………Vanesa…..ya sabes, del fin de semana……- “como si pudiera haberte olvidado”

-YO: si, se quien eres, estaba ansioso por ver si me llamabas.

-VANESA: ¿acaso no te fiabas de que lo hiciera?

-YO: pues un poco la verdad……..¿que tal el viaje?

-VANESA: un tostón, compañeras fingiendo ser niñas buenas, con familias pedantes y aburridas, ¿y tú, alguna aventura nueva?

-YO: alguna…….pero me gustaría contártelas en persona – eso no hubiera salido de mis labios en toda mi vida si no fuera por la locura transitoria que atravesaba.

-VANESA: ¿así que tienes ganas de verme?….- sonó ilusionada – … yo también, y no pocas, me lo pasé genial contigo.

-YO: ¿cuando puedo verte? – se me notó desesperado.

-VANESA: cuando quieras, ¿después de comer salimos a dar una vuelta…?

-YO: bueno……..en mi casa van a jugar a algo…..

-VANESA: estoy algo cansada de familias…. – “no creo que de la mía se pueda cansar nadie ahora” pensé –…. me gustaría pasar la tarde contigo, ya sabes, a solas, conocernos un poco mejor, sin tanto jaleo ¿te apetece? – de golpe dejar a Jaime solo en mi casa con todas me pareció aceptable.

-YO: si, desde luego……. me paso a buscarte en moto, y vamos donde quieras, ¿a que hora?

-VANESA: jajaja, pues a las 5 o así, que así no nos morimos de calor.

-YO: pues………. hasta luego, un beso…..

-VANESA: dámelo luego, MUUUUAK – me sacó una carcajada al lanzar el beso y la oí sonreír al colgar, sentí un hormigueo en mi vientre y me quedé con la oreja pegada al teléfono unos instantes.

Estaba enajenado, una noche y una llamada de teléfono, y ya pensaba en quien llevar de padrino a nuestra boda. Sara llamó a la puerta y me miró, torció el gesto leyendo mi cara como un cartel de carretea, y se sentó a mi lado.

SARA: era ella…….¿va a venir?

-YO: si….bueno, no, nos vamos ella y yo esta tarde a dar un paseo.

-SARA: jo…..en fin……cuidaré el fuerte por ti.

-YO: lo siento de verdad, pero………- no sabia que decir, “Vanesa es la mujer de mi vida” sonaba muy fuerte como para decirlo en alto, pero pensarlo era fácil.

-SARA: no pasa nada, te lo mereces, trátala con cariño y será tuya esta misma noche.

-YO: no se si querrá acostarse conmigo – me acarició la cara con calidez.

-SARA: no me refería a eso, cielo – un suave beso en los labios me supo a despedida.

Nos preparamos y fuimos a la playa, esta vez era yo quien no se atrevía a desnudarse, iba con el bañador nuevo, pero jaleado por las chicas me quité la camiseta y de nuevo noté esa sensación de poder, rara y extraña, muchas chicas me miraban al ir al mar, allí jugamos a hundirnos, con Sara muy melosa, supongo que quería aprovechar el tiempo que pudiera, si no hubiera tanta gente creo que me la hubiera follado en el agua, pero solo nos acariciamos con ternura. Salimos a tomar el sol y se quedaron con los senos al aire, eran un espectáculo boca arriba o boca abajo. Sentí de todas formas que su presencia espantaba a algunas chicas que se paseaban cerca de mi, quizá sin ellas hubiera regresado a casa con unos números de teléfono. En cambio lo que hice fue ir a comprar al supermercado con Jaime unas cuantas botellas de ron, tequila y vodka, para sus juegos.

-JAIME: ¿te vas y me dejas con ellas?

-YO: si.

-JAIME: jajaja muchas gracias, quizá me vuelva a follar a Sara y le recuerde quien es el que manda.

-YO: más te vale tratarlas con cuidado, como las pase algo……..

-JAIME: ya sabes lo que va a pasar – lo sabia, pero me daba igual, ¿que más daba? conmigo, o sin mi, no podía dominar sobre lo que ocurría.

Regresamos a casa y comimos entre risas, para echarnos una buena siesta, acostarme con Sara y mi hermana era una pequeña delicia, más con diminutos tangas. Me sonó el móvil varias veces, del que ahora no me despegaba, eran mensajes de Vanesa, tonterías como “no se que ponerme”, “estoy nerviosa”, “tengo ganas de verte”, apenas la contestaba con miedo a meter la pata. Al llegar la hora Sara jugó a no dejarme irme, pero me di una ducha concienzuda y me puse un pantalón de vestir y una camiseta, me pareció que iba bien y me preparé para todo, despidiéndome de mi madre, que me miró con curiosidad y salió a despedirme cuando cogí la moto.

Me fui a casa de Vanesa, era una idéntica a la nuestra, pero había 5 coches tuneados y una fiesta ya montada, con unas 30 personas fuera, al llegar a la puerta, la vi, de pie, hablando con una chica. Iba con un vestido de rayas horizontales negras y blancas, de tirantes con escote recatado y hasta medio muslo, elástico pegado a su contorno, con su melena rizada negra y las gafas de pasta, seguro que con tacones iría tremenda, pero con unas simples zapatillas sin calcetines estaba para comérsela. Al verme se le puso una sonrisa enorme y le susurró algo a la chica que me miró incrédula, le frotó el brazo con cariño y la dejó sola, se acercaba apartándose el pelo detrás de la oreja. Al tratar de aparcar estaba tan nervioso que no daba con el pie de cabra para dejar la moto apoyada, así que fingí quedarme montado por gusto.

-YO: ho…hola.

-VANESA: ¡hola! – se apoyó en mi hombro y me dio un dulce beso en la mejilla con su sonrisa llena de dientes blancos como perlas, y esa ligera separación entre los paletos.

-YO: vaya fiesta…….- miré detrás de ella para llamar su atención, por que no tenía otra forma de poder hablar, sus ojos azules brillaban por el sol y sentía que me llegaban al alma.

-VANESA: ¿has visto?, llevan así 2 semanas, estoy harta de tonterías de críos y sus fiestas de pacotilla.

-YO: ¿y por que viniste si no te gusta esto? – no necesitaba explicaciones, solo no parecer idiota.

-VANESA: por que quedarme en casa es más triste que no salir de vacaciones, la casa es del padre de una de mi clase, que nos la han dejado, era gratis y pensé que seria algo divertido, pero aquí todos se transforman, tengo amigas de matricula chupando pollas por una copa de 8€, estoy por volver a casa.

-YO: ¡no!, por favor, quédate…….- me abrazó girando su cabeza de forma alegre.

-VANESA: si no llegas a aparecer tú, lo mismo me voy, pero ahora tengo un motivo por el que quedarme – se me subió toda la sangre a la cara.

-YO: ¿solo por una noche?

-VANESA: ¡pero que noche……jajajaja!, venga, que no quiero que te vean las cotillas de mis amigas.

-YO: ¿y donde vamos?

-VANESA: me da igual, solo quiero alejarme de esta casa…..¿subo? – amagó con acercarse a la moto.

-YO: claro, pero…….ponte el casco…..- saqué uno del cajetín.

-VANESA: ¿y tú no llevas? Que alocado jajajaja – sentí su pecho cuando se pegó a mi al reírse, se lo puso con estilo, y su cabeza pareció más pequeña, el pelo el abultaba un montón.

Se subió atrás remangándose un poco el vestido y se me abrazó a la cintura, sus senos se aplastaron contra mi espalda y arranqué la moto, sin saber que dirección o donde ir, solo conducía y llegamos al pueblo del mercadillo, me lo señaló y allí paramos, nos sentamos a charlar tomando un refresco, y el tiempo me pasó volando. Era tan fácil hablar con ella, de los estudios, de un futuro trabajo, de un padre autoritario, todo encajaba y todo era divertido a su lado. Dimos un largo paseo y terminamos sentados en unas rocas viendo el atardecer, mientras se tomaba un helado de leche merengada.

-VANESA: ¿seguro que tú no quieres un helado?

-YO: no, trato de cuidarme un poco, cojo peso enseguida.

-VANESA: ya, yo también debería, pero es que no puedo controlarme jejjeje – verla darle lengüetazos al helado era hipnótico, y me miraba siendo consciente de cómo la admiraba.

-YO: eres preciosa…. – alzó la vista con las mejillas sonrosadas – ….quiero decir, que no tienes por que cuidarte, que estás muy buena… – creí meter la mata aún más- …perdona.

-VANESA: jajja no pasa nada, muchas gracias, así me sentiré menos culpable por tomarme el helado jajaja, ¿seguro que no quieres un poco del mío? Lo miras mucho – a quien miraba era a ella.

-YO: un poco – me lo ofreció sin reservas y lamí por un borde, era tan dulce que empalagaba.

-VANESA: ¿y que tal en tu casa?

-YO: puffff la verdad es que es una locura.

-VANESA: ¿pero buena o mala?

-YO: no se que decir……pasan cosas muy raras pero todos actúan de forma normal….

-VANESA: ¿tu madre sigue llevándose mulatos a casa?

-YO: no, ahora se acuesta con Jaime, mi amigo.

-VANESA: ¿y tú? Has estado con alguien…….- sonó terriblemente mal siendo aun pregunta inocente.

-YO: es que….bueno…..no se si ……tú….- me cogió la mano y la apretó.

-VANESA: tranquilo, si has estado me lo puedes decir, no soy una loca celosa.

-YO: bueno, es que si he estado con alguien……….mi tía – casi se le cae el helado.

-VANESA: jajaja ¿en serio?……… ¿y que tal?

-YO: bien…….bueno….raro…pero bien….creo que necesitaba reafirmarse ahora que Jaime pasa de ella……¿te molesta?

-VANESA: para nada, es más, me parece de lo más entretenido, y me gusta que seas tan sincero, ¿lo saben los demás?

-YO: si, como todo, parece que es normal, aunque no lo sea, ayer me pase media noche en una batalla de sexo, lo hicimos en el balcón mientras mi madre y Jaime lo hacían en la piscina, fue una locura.

-VANESA: allí no se aburre uno eh……- me dio con el hombro en el pecho recostándose sobre mi, fue tan raro verla aceptarlo, que pensé que estaba mal de la cabeza. Eso pensaba, pero mi mano bajó a su muslo y estaba acariciándola con los dedos, sin una sola muestra de desagrado.

-YO: eres muy extraña……- me miró a los ojos -….y me gustas mucho – sonrió feliz y sentí el sabor del helado de sus labios.

-VANESA: es raro, a mi me pasa lo mismo contigo, pareces un chico normal, pero estás lleno de sorpresas – y de un giro puso sus dos piernas juntas por encima de las mías, con mi mano apretando su piel, y tan cerca que sentía sus rizos acariciándome la cara.

La rodeé la cintura y me quedé abrazado tanto tiempo que se terminó el helado, y se acurrucó en mi pecho, mirando como el sol desaparecía en el horizonte. No sabia que hacer, así que no hacia nada, solo sentía su respiración sobre mí, creo que la gustaba escuchar mi corazón latir acelerado por su culpa.

-VANESA: te voy a parecer una chocha, pero..…tengo hambre, ¿cenamos? – como el tiempo se aceleraba a su lado no sabia si el helado se lo terminó hacia 10 minutos o una hora.

-YO: ¡claro!, si quieres…..

-VANESA: he visto un puesto de kebab ahí a lado, me vuelvan loca – me cogió de la mano y la seguí hasta puesto, donde el bullicio de la gente nos mezclaba con los demás, pero yo solo la veía a ella.

Se lo comió una con ansia, se reía cuando la salsa le manchaba un dedo al morder y después se lo chupaba, la miraba sin creerme como devoraba aquello, pensaba en la cantidad de chicas finas y educadas que comen como periquitos, dando pequeños bocados de una ensalada, y la vi a ella, dando mordiscos voraces a un panecillo lleno de carne y salsa, tan grande como su cara. Terminó antes que yo, y acabó comiéndose lo que me quedaba del mío. Charlábamos entre risas y me pasé otra hora paseando con ella cogida de la mano, para bajar la comida, después nos sentamos en el borde del paseo un marítimo, en un bloque de cemento, donde Vanesa se reía de si mima por no llegar al suelo con los pies allí sentada.

-VANESA: si es que soy enana……..- puso su pies en alto encima de mi regazo y se pegó a mi cuerpo buscando algo de calor corporal, olí su pelo.

-YO: los mejores perfumes vienen en frascos pequeños……- se mordió el labio al sonrosarse las mejillas.

-VANESA: eso dicen…..y los peores venenos – un mechón rizado cayó sobre su cara, y no pude evitar apartárselo con cariño, me miró tan profundamente que quise besarla.

-YO: aunque fueras el peor de todos los venenos, te volvería a besar sabiendo que moriría – me sentí tremendamente estúpido y bobalicón al decirlo, pero lo supe, sabia que si no lo decía, moriría a los 90 años en una cama, y mi último pensamiento seria aquel momento en que no lo dije a esa extraña mujer que la quería.

-VANESA: ohhhhhh que dulce… – creo que toda mujer aspira a que un hombre la diga algo así para poner “esa” cara entre el romanticismo y el amor, y allí la tenia delante de mi – …por suerte no soy venenosa.

Hizo fuerza para sentarse en mi regazo cruzándose de piernas de forma sensual, y apoyó sus manos en mis hombros, tan cerca que podía notar el aire salir de su boca, la cogí de la cadera para que no se cayera, o para meterla mano, y me buscó una primera vez con los labios, a la segunda no fallé, y nos fundimos en un beso de película. Arqueaba la espalda de forma generosa mostrándome sus pechos mientras que sus gafas incordiaban de forma divertida, repasaba el contorno de su pierna con una mano mientras que sentía sus labios tirar de los míos tras cada beso largo. Luego su lengua se abrió paso con delicadeza en mi boca, y al enlazarla con la mía se separó medio centímetro mordiéndose la lengua y apretando los ojos en una sonrisa que me derritió por completo.

-VANESA: besas muy bien, me gusta que me dejes llevar el ritmo – si la decía que era casi inexperto no me creería.

-YO: me gustas mucho Vanesa.

-VANESA: jajaja y tú a mi más, nunca había sentido nada tan fuerte por alguien al que casi no conozco.

-YO: ¿y por qué? no he hecho nada

-VANESA: puede que sea eso, que no eres un moscón que trata de lucirse, o que va tonteando con niñatas por un polvo rápido, no se…..

-YO: no me conoces tanto, quizá sea un cabrón, o un cerdo, solo nos hemos visto 2 veces.

-VANESA: puede, pero soy un poco bruja, y cuando veo a tío de esos los calo a la 1º, en cambio a ti…….eres raro, desde que te presente tu hermana, como hablas, o como bailas, como tocas, todo es diferente…..extraño, y me atrae – la pellizqué en la mejilla y sonrió un poco. La abracé y ya pensaba donde ir nuestra noche de bodas.

Eran las 2 de la mañana y aún no querría despedirme de ella, ni ella de mi creo, pero la vi gesto cansado, sin duda de volver de viaje, había hecho un esfuerzo para quedar conmigo, así que se agarró de mi brazo como una gran señora y volvimos a la moto, me daba miedo que se quedara dormida detrás de mi y se cayera, así que la senté delante y me puse detrás sujetándola, y me pase media hora conduciendo lentamente con ella adormecida sobre mi pecho, la rodeaba la cintura con una mano mientras conducía con la otra por la noche, y sentía su cuerpo tibio sobre mi. Al llegar a su casa y parar se despertó.

-VANESA: ¿ya estamos en tú casa?

-YO: no….bueno, pensé….querrás descansar…..estamos en la tuya.

-VANESA: ah….vale…gracias, la verdad es que no he sido bueno compañía al final, pero estoy muy cansada, lo siento.

-YO: ¡no, por dios!, ha sido perfecto, tú eres perfecta – la apreté del estomago y se río ante al presión.

-VANESA: como sigas diciéndome esas cosas al final me voy a enamorar – giró su cara y me dio un pico, largo y tenue.

Se quitó el casco, su melena negra brilló con la luz de la luna y sus rizos botaron alegres, lamenté no haberla llevado a mi casa. Me dio el casco y me cogió de la cara para volver a besarme, tantas veces que acabó adormeciéndose de nuevo en mis brazos. La cogí de la cintura y las piernas, como si fuera mi mujer en la noche de bodas, y la metí en su casa, se agarró de mi cuello y me iba diciendo donde era, la casa estaba llena de gente riendo, hablando y algunos dándose el lote, la dejé en su cuarto con un cuidado excesivo y se quedó hecha un bola sobre la almohada sin llegar a despedirse. Medité si quedarme a dormir con ella, pero simplemente la arropé le quité las zapatillas, las gafas, y me fui dándola un beso en la frente apartándola lo rizos.

-YO: hasta mañana princesa – solo recibí un mugido como respuesta.

Volví a mi casa diciéndome que no podía ser real, olía su perfume en el casco mientras pensaba que esa mujer era demasiado perfecta, encajábamos como 2 piezas de puzzles diferentes, pero encajábamos. Al llegar a casa se me pasaron los pensamientos de Vanesa, había un ruido estruendoso, mucha luz y gente gritando, “¡Jaime!”.

Al entrar era peor de lo que esperaba, todos desnudos. Sonia estaba en el sofá follando con Jaime, le montaba como a un caballo mientas él amasaba como podía sus senos. Mi madre se la estaba comiendo a Jony, que estaba tumbado inconsciente en el suelo, y Marta estaba haciendo la tijera con Sara, que la acariciaba el clítoris con el pulgar. Al verme, Sara se levantó dejando a Marta con ganas de más.

-SARA: ho, hola …..sooooobrino……- apestaba a alcohol y tenia el cuerpo pegajoso.

-YO: estas pringosa…….

-SARA: ya…ya.es que….. pedi atrevimiento y ……hip, me han usado como vaso, para beberse los chupitos de tequila, ja, me echaban la sal en el vientre, el limón en los pezones, y bebían de mi ombligo jajajajjaa.

-YO: ¿pero que ha pasado?

Y se pasó media hora repitiéndome lo mismo, por lo visto jugando a lo mismo de siempre, pero con chupitos de vodka, tequila y ron, se habían pasado desde la 7 de la tarde hasta ahora bebiendo sin parar, mano tras mano, hasta pulirse 6 botellas entre todos, a palo seco sin mezclar. Sonia había logrado mantenerse con ropa hasta el final, pero el resto no, y cuando Jony se sacó el rabo empezaron los problemas. Sonia tuvo que masturbarse con un pepino, mi hermana chupársela a Jony, mi madre comerse el coño de Sara, y Jaime masturbó a las 4 con las manos y se comió el culo de Marta. Mi madre reconoció que estaba deseando encontrarse con el mulato, Marta que se había cepillado a un profesor de la universidad, y Sara que Marta la ponía cachonda, lo que incitó a que Jaime hiciera a Marta comerse el coño de Sara. La sorpresa llegó en la última mano, la del sexo, perdió Sonia, y en vez de elegir a su noviete, escogió a Jaime, que la estaba follando desde entonces, y los demás estaban a su alrededor tratando de divertirse.

-SONIA: ¡JODER, QUE BIEN FOLLAS!

-JAIME: ¡me cago en dios, que par de tetas! – las aplastaba y luego las azotaba.

-SONIA: ¡quiero que me folles a partir de ahora, que gusto joder!

-JAIME: ¿y Jony?

-SONIA: que le den por el culo, ¡míralo!, una mamada de Carmen y se desmaya, tú si que sabes hacerme sentir mujer – se agachó y casi logró asfixiar a Jaime con sus pechos, él la separaba las nalgas mientras la destrozaba su coño con un ritmo que la tenía chorreando.

-SARA: ¿y tú que tal? – lo dijo mientras se abría de piernas sentándose en el sofá, y Marta acudía a seguir lamiéndola.

-YO: bien……..es un cielo de mujer.

-SARA: que lastima, por que Marta es hábil, pero no tiene polla, ¿esta noche puedes ayudarme?

-YO: no sé, tía, quiero tomarme en serio lo de Vanesa.

-JAIME: no te preocupes Sara, cuando termine con esta vaca, me voy a por ti – Sara sonrió, supongo que quería volver a sus brazos.

-SARA: pues date prisa.

Se la dio, sacó su miembro de Sonia y se la hizo chupar, recogiéndola toda la larga melena caoba, y luego follándola por a boca hasta llenarla de esperma hasta mancharla los senos. Luego cogió a Sara de la mano y se la llevó arriba, donde al rato ya se les oía follar.

-MARTA: tranquilo……la tía va como un cuba…….- lo decía como si ella no lo estuviera, de rodillas reposando los brazos en donde había estado Sara.

-YO: no me preocupa…..- sabía que quería volver con Jaime, y ya lo tenía.

-MARTA: es mamá la que me preocupa, lleva 1 hora chupándosela a un tío desmayado.

-YO: mamá, para – alzó la vista con los ojos entre cerrados.

-CARMEN: ¡ah……hola hijo!…..¿cuando has llegado? – casi se cae al ponerse en pie.

-YO: hace un rato, creo que deberías acostarte.

-CARMEN: estoy bien, solo necesito sentarme un rato…….- se derrumbó en el sofá, y antes de acercarme se quedó frita, tanto que ni zarandeándola se despertó.

-MARTA: tenemos que llevarla a la cama……

Lo dijo pero la realidad es que la llevé yo solo, y ella iba detrás tratando de no vomitar por el esfuerzo de cada escalón, no fue como con Vanesa, mi madre era un peso muerto, y por indicaciones de mi hermana la mojé la cabeza en la ducha, antes de ponerla un camisón y dejarla en la cama como un saco de patatas, pese a ponerla de lado pro si vomitaba, parecía tirada.

-MARTA: puffffff no vuelvas a faltar……esto se nos ha ido de madre…..

-YO: ya se iba de madre conmigo aquí.

-MARTA: no es lo mismo…….el puto Jaime me ha comido el culo, me ha puesto a mil con su lengua, es un cerdo, pero como sabe moverse el condenado.

-YO: deberías darte aun ducha.

-MARTA: si….pero me da miedo caerme………¿me ayudas? – no pude negárselo, no fue un treta sexual, casi se resbala al ponerse una zapatilla, en una bañera de cerámica era un desastre en potencia.

La metí en la bañera y la dejé sentada, como si fuera una bebé de 1 año, la mojaba la cabeza y frotaba la espalda con gel, me tiraba espuma a la cara y se reía, la di un aclarado y se puso como pudo unas bragas que la busqué, no eran ni suyas creo. Sonia se fue arriba a trompicones a dormír dejando da Jony en el suelo abajo, y mi hermana y yo nos acostamos en una habitación libre, se me abrazó y se durmió. Me pasé media noche tratando de saber que hacer con Jaime, si es que podía hacer algo, pero me dormí pensando en Vanesa, y sus rizos ocultando sus ojos azules.

Me despertó el peso de Sara acostándose a mi espalda, apartó a Marta y me obligó a abrazarla, su hedor de la noche dio paso a un fresco aroma a frutas en la piel y el cabello, se habría dado una ducha y estaba con el tanga biquini ya puesto abajo y los senos al aire.

-SARA: hola, ¿que tal ayer?

-YO: bien, llegué a las 2 pasadas, se os fue de las manos……..

-SARA: ¡ya te digo!, traté de que Jaime no se pasara, pero es listo el cabrón, usó a Marta para sacarme de quicio,

-YO: ¿has visto a mi madre?, estaba muy mal……..

-SARA: está bien, en la cama tirada como si la hubieran dejado caer …– entonces seguía como yo la dejé –… ¿y tu damisela?

-YO: bien, te lo dije anoche……

-SARA: cielo, no me acuerdo ni si cenamos…….

-YO: pues fue increíble, fuimos en moto, dimos un paseo, tomamos un helado, cenamos, y nos besamos durante mucho tiempo, al volver se quedó tan adormilada que tuve que llevarla a la cama.

-SARA: jajaj el viejo truco no falla, ¿bebisteis alcohol?

-YO: no, ¿que truco?

-SARA: cariño, somos mujeres, no marmotas, sobrias podemos despertarnos y acostarnos solas, pero de vez en cuando queremos que un apuesto hombre nos lleve en brazos a la cama, y que sea lo que dios quiera….- me sentí tonto al no quedarme con Vanesa.

-YO: ¿crees que lo hizo?

-SARA: si la cita fue bien, si.

-YO: no era una cita…

-SARA: jajaja ¿no? ¿Toda una tarde/noche de paseo por la playa, tomando helados, dando besos y cenando juntos? Claro que era una cita, pequeñín.

-YO: pero ella no lo dijo.

-SARA: que inocente eres, que lo diga es diferente a que lo sea, ¿iba mona?

-YO: ¡si!, con un vestido a rayas muy bonito…….- el gesto de Sara dándose la razón hizo que en mi cabeza se cayera un muro de estupidez.

-SARA: jajaja lo bueno es que le gustas de verdad, y si fuiste todo un caballero, ahora mismo estará pensando en ti, en tus fuertes brazos subiéndola por las escaleras, en el calor de tu cuerpo en contacto con el suyo, y el ritmo de tu corazón latiendo en tu pecho – lo decía mientras recorría con sus dedos mi cuerpo.

-YO: te follaste a Jaime – solté de golpe, eso la descolocó.

-SARA: bueno……..si…..estaba muy borracha…..pero si.

-YO: ¿ya no estás harta de él?

-SARA: no es eso, cielo, es solo que llevaba media tarde cachonda perdida, necesitaba apagarme, y tú me dijiste que no – en eso tenía razón.

-YO: es que quiero…….necesito que lo de Vanesa salga bien.

-SARA: ¿le dijiste algo? ¿de nosotros?

-YO: todo.

-SARA pues si lo sabe y continua, no sueltes a esa chica …– no pensaba hacerlo –… por cierto, toma tu móvil, no para de sonar.

Me lo dio y tenia 20 mensajes de Vanesa, todos eran sonrisas y guiños, palabras dulces y cariñosas, incluso me mandó una foto de ella despertado en la cama, parecía recién levantada pero no podía ser si ella misma se hacia la foto, aún así me gustó el detalle. Al responderla con un saludo me dijo que sus amigas iban a la playa, preguntando si iba a ir yo, dije que si con los ojos cerrados, y la mencioné donde solíamos ir. Me puse en pie y me di una buena ducha, la casa cogía vida y Jaime salió del cuarto de Sonia, a la que se había vuelto a tirar por la mañana. Nos encontramos a Jony en el sofá de abajo, ido, Sonia le sacó de casa a patadas y le dijo que no se molestara en buscarla más. Mi madre fue la última en salir, iba con una resaca enorme, me dio un abrazo y me preguntó por Vanesa, sonrió alegre al escucharme hablar de ella, y al saber que la vería en la paya apresuró a todos a prepararse.

-CARMEN: vamos chicos, que es un día largo, desayunen bien.

-YO: ¿largo?

-CARMEN: es jueves, ¡hoy abre la discoteca!

-MARTA: ¡jajaja eres insaciable mamá!, ¿quieres ir de verdad?

-CARMEN: ¡pues claro!, y esta tarde más juegos, quiero divertirme.

-SARA: jajaja os lo dije.

-JAIME: por mi vale.

-SONIA: pues ir buscando maromos, por que Jaime es mío esta noche, lo de ayer me dejó muerta.

-JAIME: jajaja, todo tuyo – la azotó con fuerza varias veces, fue como un ficha de dominó, y las 3 mujeres suspiraron al escuchar los azotes, ya se las había follado a las 4 y las tenia en su mano.

-YO: yo con Vanesa no sé si me quedaré….

-CARMEN: tráetela, no pasa anda.

-MARTA: claro, si quiere que venga.

-YO: no se si nuestros juegos la gustarán.

-JAIME: solo nos divertimos, tú tráemela – de la mirada que le eché achantó la cabeza.

-YO: vendrá si ella y yo queremos venir…- mi madre me cogió del brazo, como hacia con mi padre cuando sabia que estaba enfurecido – …se lo preguntaré.

Fuimos a la playa y me pasé un rato buscando a Vanesa, mientras que Jaime se daba un festín con Sonia, todas con sus relucientes biquinis diminutos de tanga, hasta que en horizonte vi a un grupo de chicas, y a un lado a Vanesa, con una camiseta grande enseñando un hombro y tapándola hasta las rodillas.

-CARMEN: ¿es esa?, es mona.

-YO: es muy guapa.

-MARTA: jajaja tú tranquilo …– me frotó la cabeza, sabia que yo necesitaba que funcionara. Al verme Vanesa, correteó y dio un salto para llegar hasta mí, que me adelanté, me cogió de la nuca y me dio un beso corto y suave.

-VANESA: ¡hola! – se apoyó en mi pecho y levantando un pie de la arena.

-YO: hola, ¿has descansado?

-VANESA: si, fue muy dulce que me acostaras, deberías haberte quedado a dormí…….- “Sara tenia razón”.

-YO: es que estabas tan tranquila que no quería molestar.

-VANESA: tú nunca me molestas…….- me dio otro beso y vi como alguna de sus amigas la miraban sorprendidas, supongo que igual que mi madre y mi hermana nos miraban, detrás de mi.

-CARMEN: hola bonita, encantada, soy la madre de Samuel…….- le dio la mano.

-VANESA: jajaja si, ya la vi en la discoteca el otro día.

-CARMEN: espero que no hiciera el ridículo, hace mucho que no salgo jajajaja

-VANESA: nada mujer, yo tampoco, pero ese día mereció la pena salir……- me cogió de la mano y mi madre suspiró emocionada.

-CARMEN: jajja si, mi niño es especial.

-MARTA: hola, soy su hermana, Marta.

-VANESA: ¡ah, si! jajaja no para de hablar de ti, te pone por las nubes.

-MARTA: es muy amable, y un buen chico, no me gustara que le hicieran daño…….- salió la vena protectora de una hermana mayor.

-VANESA: Samuel es mucho más fuerte de lo que parece – no sabia si la cosa iba bien o mal, pero al menos Vanesa no se achantaba.

-CARMEN: pues un placer conocerte, y si no te parece muy osado, esta tarde vamos a jugara un rato en casa antes de ir a la discoteca, si te quieres venir, estás invitada – quería habérselo dicho yo antes.

-MARTA: no te sientas obligada, pero para ir conociéndonos y eso…….

-VANESA: claro….- me miró a los ojos buscando aprobación – …si no molesto – la abracé con dulzura.

-YO: tú nunca molestas – sonrió y me perdí en sus ojos.

-CARMEN: pues nada, nos vamos a dar un chapuzón, aquí os quedáis, “tortolitos” – se separaron y me quedé con Vanesa.

-YO: lo siento, quería decírtelo antes, pero……

-VANESA: no pasa nada.

-YO: si pasa, en esos juegos…..se bebe mucho, y Jaime se aprovecha, ayer se folló a Sonia, la tetona de ahí, la única que le quedaba sin estrenar, para luego tirarse a mi tía, la rubia de la lado, se las señalé

-VANESA: ¿esa es la que estos días te has…….? … – asentí – ….me voy a tener que poner celosa, es muy guapa jajajaja

-YO: si……parecía ir en serio con lo de hartarse de Jaime, pero cuando llegué me pidió que la tomara, y al decirla que no, se lío con Jaime.

-VANESA: ¿y por que le dijiste que no?

-YO: pues…….por ti…….¿no? – me cogió de la cara poniendo morritos, como si hubiera dicho el poema más hermoso jamás escrito.

-VANESA: jajaja no somos novios, y ayer ya te dije que no me molestaba.

-YO: pues me gustaría…..- giró la cabeza confusa.

-VANESA: ¿que me molestara?

-YO: no………..ya sabes….lo otro…….- estaba rojo de vergüenza, para ser una petición de noviazgo fue pobre, pero era a mi 1º vez.

-VANESA: ¡¿quieres que seamos novios?! – lo dijo tan ilusionada que me pareció irreal.

-YO: pues…….no se….ayer lo pasé muy bien….eres genial, y……..pensé que….- me cogió de la mano y se frotó la mejilla con el dorso.

-VANESA: ¡pues claro que si, bobo!, ¡me gustaría un montón jajaja! – se aferró a mi cuello y se estiró para besarme un par de veces.

Nos sentamos apartados bajo una sombrilla y hablamos un buen rato, me divertía mucho como hundía los pies en la arena y jugaba con los dedos mientras caía, luego se quitó las gafas y vi que era tan guapa con ellas como sin ellas, pero con ellas tenia un morbo especial. Se puso en pie y se sacó la camiseta, dejándose en biquini, era de colores vivos a rayas, con lazadas a los costados, la nuca y la espalda, amplio sostén para guardar la mayor parte de 2 pechos grandes y salientes, un culo firme, redondo y bien puesto, con un vientre fino y cintura diminuta, con buenos muslos pero el resto de piernas o brazos finos y esbeltos.

-VANESA: jajaja no me mires así, que me da vergüenza…..- “¿de qué?” quise saber.

-YO: lo siento…….es que……eres espectacular.

-VANESA: ¿de verdad lo crees?, yo me veo un poco rara, muy delgada por unas partes y ancha por otras…..- no mentía ni decían nada raro.

-YO: lo digo en serio.

-VANESA: ¡pues me has alegrado la mañana! jajjaja, ¿vamos al agua?, me estay asando aquí.

Al quitarme la camiseta creo que me sentí como ella, iba con el bañador nuevo y me veía arrebatador al observar como me comía con los ojos, como creí que nadie haría nunca. Me cogió de la mano y nos metimos en el agua, pensé en jugar a hundirnos con ella, pero antes de que pudiera hacer nada, se me echó encima, se subió a mi espalda, y entre risas nos hundía a los 2. Al rato, la vi con todo su pelo mojado, y sus indestructibles rizos, le daban un aire salvaje que me encantaba, pero creo que revolcada de mierda también me gustaría. Se acercó a mí contoneándose, escurriéndose el pelo con las manos en un hombro, y se me subió a pecho pegando sus senos a mi cara, la abracé con ganas de no volver a soltarla nunca, y nos quedamos flotando como nenúfares dejado que el oleaje nos meciera.

-VANESA: si no quieres, no iré esta tarde.

-YO: no es que no quiera, me da miedo.

-VANESA: ¿por lo que pueda ver? Ya vi a tu madre muy suelta…..

-YO: mientras solo sea ver….pero si juega Jaime se aprovechará, siempre lo hace.

-VANESA: ¿y tan malo es?

-YO: ¿y si te enamoras de él como ha hecho con todas?

-VANESA: jajaja no seas crédulo, no las tiene enamoradas, las tiene encoñadas, no las conozco así que no juzgaré, pero me suena a un chulo playa y 4 salidas.

-YO: tal vez……..eso querría pensar……pero el resultado es el mismo, se las folla a todas, y no quiero que te toque.

-VANESA: pues no iré, pero tarde o temprano tendré que acercarme tu casa si vamos a ser novios, no puedes evitarlo siempre.

-YO: ¿y que hago?

-VANESA: confiar en mi, como yo confío en ti, te has acostado con tu tía y no me afecta, tal vez haga alguna locura, y si bebo más, pero solo quiero estar a tu lado, y si para ello tengo que pasar un mal trago, lo haré.

-YO: ¿y si lo que pasas es un buen rato…..con él? – pasó sus dedos por mi cara.

-VANESA: lo disfrutaré, y volveré a tus brazos.

Quise abrazarla tan fuerte que nos convirtiéramos en un solo ser, lo notó y se dejó caer sobre mis brazos, nos dimos una serie de besos cariñosos antes de volver a la orilla, allí nos tumbamos, apartados, a tomar el solo. Me quedaba mirando su piel, las gotas de agua salada resbalar por su costado y el sol iluminando su espalda, a la 4º vez que me pilló, me cogió de la mano y pasamos media hora jugando a entrelazar los dedos.

-YO: ven…….contigo me siento firme y seguro.

-VANESA: iré, pero solo por ti, recuérdalo cuando pero lo estés pasando.

-YO: lo haré – rodé a su lado y me recibió de costado, dándonos besos y carantoñas un buen rato, hasta que sus amigas la avisaron, se iban ya, Vanesa las miró con ganas de mandarla a la mierda y quedarse conmigo, pero se puso la camiseta y me abrazó tanto tiempo que sus amigas ya si iban, corrió tras ellas, a saltos alegres, y gritando.

-VANESA: luego nos vemos.

Al volver con mi madre, estaban todas con los senos al aire, y Sonia besándose con Jaime, que le estrujaba de los pezones con descaro. Marta estaba escuchando música mientras Sara y mi madre estaban sentadas charlando, al decirlas que Vanesa venia se alegraron más que yo, y me frieron a preguntas sobre ella. Regresamos a casa, durante la comida no dejaba de recibir mensajes de Vanesa, de golpe entendía a todos esos que van con el móvil en la mano a todas horas, tonteábamos diciéndonos chorradas, y descubrí que en vez de mandar emoticonos con caritas, mandaba fotos de ella poniendo caras, me resultó tan originalmente divertido, que hacia lo mismo.

Me acosté con Sara y Marta, para echarme una siesta, y escuchar de fondo a Sonia gritar como una cerda siendo sacrificada mientras Jaime le destrozaba. Para cuando llegó la hora de ir a buscar a Vanesa, mi hermana y Sara ya estaban con sus juegos medio inocentes de hacerse cosquillas, siempre conmigo de por medio. Fui en la moto a buscar a Vanesa, eran pocas calles pero el asfalto abrasaba, al llegar había otra fiesta montada, y Vanesa me dijo que entrara ya que aún no estaba lista, con un mensaje. Había como 50 personas dentro, todos adolescentes exaltados, y subí a su cuarto, la pillé saliendo de la ducha con una toalla sin cerrar a su espalda, al verme saltó a mis brazos con un lluvia de besos tiernos, y se fue vistiendo, el biquini de por la mañana y la camiseta.

-YO: deberías ir con más ropa…….

-VANESA: ¿voy mal?

-YO: no…….es que…….

-VANESA: ¿tu madre es muy puritana?…..– la sorna era evidente – …por que las he visto esta mañana con sus mini biquinis jajaja

-YO: no…..es que….si vamos a jugar a algo…y si es lo siempre…..pagas prendas, es mejor llevar mucha ropa, o Jaime te tendrá desnuda antes de que te des cuenta.

-VANESA: ¡joder con el Jaime…..! – se quitó la camiseta y se puso una falda corta, una camiseta de tirantes con una camisa abierta y sudadera por encima, al cambiarse la vi en biquini, el sujetador era con refuerzos en el pecho, espectacular, con su melena rizada alborotada y sus gafas de pasta, estaba para comérsela.

-YO: ¿eres real? – me abrazó y luego me besó con ternura.

-VANESA: ¿tú que crees? jajaja eres muy dulce – “que ojos más azules”, la 1º noche no lo vi, pero ahora con la luz del sol eran 2 piedras cristalinas de cielo. Dimos un paseo de vuelta.

-YO: ¿y como es que no tienes novio?

-VANESA: ¿y tú novia?

-YO: pero tú eres mucho más guapa que yo – me cogió de la mano y me dio con el hombro con una sonrisa en los labios.

-VANESA: eres un encanto, pero no debes pensar así, eres mono, y de los pocos que saben como empieza el numero Pi por aquí….jajajaja además, tengo un síndrome raro, me gustan los chicos algo tímidos y retraídos, es como sacarlos del cascaron.

-YO: visto así……pero no entiendo por que estás sola, tendrías al hombre que quisieras.

-VANESA: y lo tengo………..cogido de la mano – me paré en seco, me quedé mirándola perplejo, llevó el dorso de mi la mano entre sus pechos y besó mis dedos, cerrando los ojos.

-YO: ¿donde has estado toda mi vida?

-VANESA: jajajaja buscándote – “Alberto, si, creo que es un buen nombre para nuestro 1º hijo varón”.

-YO: espero que no te asustes por lo que pueda pasar, pasan cosas muy locas con Jaime.

-VANESA: ese tal Jaime es un pieza, si no quieres no abriré la boca, pero me parece increíble que le dejes hacer esas cosas.

-YO: no le dejo, pero no puedo con él, sabe mucho de mujeres, las tiene a todas a su merced, mi hermana se había librado pero usó el juego para tomarla, se folla a mi tía, a mi madre y ahora al irme estaba machacando a Sonia, era cuestión de tiempo que cayeran una tras otra.

-VANESA: bueno, si lo desean, no soy nadie para criticarlas.

-YO: tú ten cuidado, Jaime también me ha dicho cosas de ti……..- “y casi le tiro por un balcón por ello”.

-VANESA: me empieza a caer mal el chico jajajaja – otra cosa que teníamos en común.

Llegamos, ya estaban todos sentados en una gran mesa en el salón, con una nevera llena de cervezas heladas, y 7 botellas de todo lo que se les ocurrió. Jaime comandando a las demás, por muy fuerte y grotesco que fuera el día anterior, las 4 mujeres estaban dispuestas a volver a jugar a aquello, pero iban preparadas.

Mi madre y Sara, camisón y falda, para sumar una prenda más, Sonia iba igual pero con medias, 2 prendas más. Mi hermana la siguió con las medias, sumando una gorra, y esta vez poniéndose una camiseta y una chaqueta fina, todas con el biquini minúsculo debajo. Jaime iba solo con el bañador, yo iba con uno también y una camiseta, pero me puse otra camisa abierta por encima, además de 2 calcetines. Charlamos un rato en el que Vanesa se mostró dulce y tierna con mi familia, pero tocaba jugar. Vanesa me dio otro beso que me dejó sin habla un buen rato, como para coger, o dar, fuerzas, y me acariciaba en el brazo.

-JAIME: bien, las reglas son las mismas, por deferencia a nuestra nueva amiga las repetiré, se reparten cartas, 1 por persona, la de menos valor pierde, una lata de cerveza o un chupito a palo seco, del tirón, y elige verdad o atrevimiento, puedes librarte de hacer nada quitándote una prenda, pero antes de decidir, nunca después, luego no puedes mentir ni negarte a nada, ¿entendido? – asintieron y empezamos de nuevo.

Mano tras manos el juego era algo inocente, como siempre al inicio, solo pasadas 2 horas Jaime empezó a hacer de las suyas, la bebida subía y la ropa bajaba. Antes de darnos cuenta mí madre estaba en biquini y Sara solo con la parte de abajo, Sonia había tenido que darse un par de chapuzones en la piscina marcando tetas, Marta había dicho que perdió la virginidad a los 15 con un mayor de edad, y yo había tenido que llamar a mi padre y gastarle una broma telefónica. Todos con un globo descomunal, hasta Vanesa sonreía sin motivo, aún tenia todo puesto menos la sudadera, y casi todas sus pruebas fueron besarme o hacerme cosas a mi, incitadas por mi madre o mi hermana, protegiéndola mientras eran capaces. Si las decisiones se tomaban en grupo, era inocente, pero en un momento dado Jaime volvió tomar el poder.

-JAIME: pierde Carmen – bebió la cerveza de turno con sonrisa tímida, luego eligió atrevimiento – necesito unos pechos normales jajaja los de Sonia me matan , ahora me comeré las suyas – mi madre se puso en pie ante el asombro de Vanesa, y se quitó la parte de arriba, sentándose en sus rodillas, Jaime le apretó los pezones y se los chupó, fue el disparo de salida, después de dejarle los pezones como pitorros de carretera la dio un azote y la dejó irse, se le olvidó volver a ponerse el biquini de arriba como prenda a poder pagar.

-CARMEN: uff…….voy a subir el aire acondicionado, que tengo calor…..- al repartir perdió Jaime, que pagó prenda y se quitó el bañador dejando su rabo tieso al aire, ya empezaba su show, pero de golpe Vanesa se rió a carcajadas, cosa que dejó descolocado a Jaime, que esperaba que se quedara perpleja, como las demás.

-YO: otra mano – quise pasar rápido, pero me gustaba como Vanesa le desmontó desde lejos, perdí yo.

-JAIME: quiero que….

-VANESA: ¡cómele las tetas a Sonia ..…!– soltó como sin querer, Sonia se levantó y, como mi madre, se quitó la parte de arriba del biquini, no me creía que grandes eran, las amasé como pude y lamí sus pechos con calma, se veían las marcas de dientes de Jaime.

Me pasé 3 manos sin jugar chupando sus pezones y mi polla golpeaba entre sus mulos sujeta por el bañador. Al volver a jugar, Sonia si se puso la parte de arriba, le di un beso de agradecimiento a Vanesa, que lejos de mostrarse celosa vi travesura en sus ojos. Siguiente mano, Jaime repartió para pasar a más. Perdí, tuve que hacerle un baile erótico…… ¡a Marta!, sentada en una silla, como iba medio empalmado y algo mareado, intentaba no tocarla pero la daba golpes con mi polla de vez en cuando, Marta se tapaba roja como un tomate, pero luego empezó a moverse y reír. La siguiente mano palmó Vanesa, que ya perjudicada, eligió atrevimiento.

-JAIME: bien, ¿que tal un buen morreo con tu futura suegra? – mi madre se fue a por ella, la puso en pie y la cogió de la cara, juntaron sus labios, una vez, y otra, hasta que abrió la boca y vi como mi madre le metía la lengua a una total desconocida, que yo me había follado, y conocía solo de haca 3 días. La respuesta de Vanesa fue cogerla el culo y devolverle el beso con lujuria.

-YO: ya basta, ¿no?

-JAIME: pero si te está gustando…..- era verdad, estéticamente era digno de admirar, pero no por ello dejaba de ser raro. Un par de últimos besos sonoros las separaron, al pasar por detrás de Jaime, azotó el trasero de mi madre con brío –… esa es mi chica.

-VANESA: ¡joder, tu madre besa de cine!, me ha puesto cachonda y todo – me susurraba.

-YO: ten cuidado, Jaime está al acecho – me guiñó un ojo en señal de confianza, esta vez perdió Jaime, que ya desnudo tuvo que elegir verdad.

-VANESA: ¿la tienes más grande que Samuel? – casi me caigo al suelo.

-JAIME: pues no lo sé, no las he medido……. – sabia que si.

-VANESA: ¡pues pollas a la mesa!…. – las chicas aplaudieron y yo obedecí sonrojado –…. pero tienen que estar bien duras, para saberlo, ¿una ayudita? – se arrodilló a mis pies, y comenzó una paja suave, para luego besar y chupar el glande. Al verlo, Sara se dedicó a lo mismo con Jaime, una vez duras nos pegamos junto a la mesa y las pusimos a lo largo, gané, y por goleada, no solo era ligeramente más larga, si no mucho más ancha.

-CARMEN: ¡vaya pedazo de polla gasta mi niño jajaja!

-SARA: ya te digo hermana…….. ¡Vanesa, eres afortunada! – Vanesa sonreía, veía algo en ella que yo no alcanza a divisar.

-VANESA: lo sé – me besó y me dio vueltas todo, pero pasado un rato entendí su jugada, todas las chicas dejaban de mirar a Jaime, y me miraban a mi. Otra mano, y perdió Sara, que desnuda eligió atrevimiento.

-JAIME: pufff yo después de la mamada no me quedo así, una cubana ahora mismo – Sara se sentó a sus pies, y Jaime se lucio apretando sus senos contra su miembro, le había dolido en el orgullo la comparación, y se cebó con Sara mientras los demás mirábamos. Sonia se masturbaba sin descaro, mi madre con disimulo y Vanesa se sentó en mi regazo y nos dábamos el lote a la espera de acabar, Jaime duró unos 15 minutos hasta que la llenó de semen el pecho, la dio tantos azotes que tenia el culo rojo, las chicas estaban de nuevo perdidas con Jaime, pero bastó una simple frase.

-VANESA: bueno…..no esta mal…..- cogiéndome de la mano y dedicándome un mirada perturbadora, una serie de sonrisas en todas subió el ambiente, comprendí que daba a entender que yo lo hacia mejor y ella lo sabia por propia experiencia, cuando no era así. Otra mano y perdió Vanesa, que se quito la parte de arriba y mostró sus tetas aprisionadas y rebosando en el biquini.

-JAIME: puffffff vaya par.

-VANESA: muy amable, Samuel dice que son perfectas – la miré confuso, ¿lo pensaba? ¿se lo había dicho?

-SONIA: bueno……..- los senos grandes era su terreno, y ahora tenia competencia. Otra mano y esta vez perdió Sonia que se quito la parte de arriba y se lució mostrando su pecho desnudo ante Vanesa, que la siguiente mano se la devolvió y quedaron la 2 enseñando 4 pechos que ni un Miguel Ángel salido.

-CARMEN: ¡por dios, ¿que os dan de comer ahora? jajaja! – perdí yo, y la verdad fue confesar que me había hecho pajas pensando en mi madre, o viendo a mi madre.

-JAIME: ¡es que es normal, con esa madre……! – otra mano y perdió Marta, que se quitó la parte de arriba, todas enseñando las tetas ya.

-MARTA: pufff es que con estas 2 cualquiera luce pecho aquí… jajajajaja – aún así, mientras que Vanesa y Sonia eran voluptuosas, el pecho de mi hermana era precioso. La siguiente mano perdió Sonia, que se vbebio su 10º chupito de ron.

-SONIA: atrevimiento.

-JAIME: jajja me parece que todos queremos ver esto, un masaje tuyo a Vanesa en sus pechos, usando aceité, y solo usando tus pechos jajajaja – hasta a mí me pareció una gran idea.

El espectáculo fue una autentica barbaridad, Sonia se sentó en su regazo y vació un bote de aceite corporal entre ambas, para, con las manos atrás, empezar a estrujarse las tetas de una contra la otra, Jaime no se cortó y se masturbaba ante aquello, y a mi me faltó poco.

-VANESA: pufff…..que calor……- estaba cachonda pedida, lo que buscaba Jaime, que en un par de manos mas tarde la pilló, perdió y pidió atrevimiento.

-JAIME: lo siento Samuel, pero quiero comerme las tetas de tu chica – sin 10 cervezas y 3/4 de Vodka a palo seco, le hubiera matado, solo decía que no con la mano.

-CARMEN: ¡jajaja que grosero, no, otra cosa!

-VANESA: no puedo negarme…..- me dio un beso largo y se subió a la mesa, sentando delante de él, abriéndose de piernas, Jaime se pasó 5 minutos lamiéndola y jugando con ella, yo estaba rojo de furia. Vanesa no era de piedra y gemía mientras se apretaba los senos, Jaime repasaba sus pezones con la lengua y lo chupaba hasta hacerla sonreír, en un completo silencio incómodo.

-JAIME: ¡dios, que bien sabes! – cogió de la nuca a Vanesa y la metió media lengua hasta el esófago, pero ella se apartó con una mano en su pecho.

-VANESA: ¡quieto!, eso no era parte de la prueba……. uffff……..buena lengua, eso si tengo que reconocerlo – temía haberla perdido, al volver me dio otra serie de besos, para cogerme de la mano por debajo de la mesa, cosa que me tranquilizó un poco. Otra mano y perdió Marta, que se quedó desnuda, después mi madre, y luego yo, a estas alturas todos elegimos quedarnos desnudos.

-CARMEN: ¡esto es divertidísimo! – la tocó palmar, atrevimiento.

-JAIME: tengo un idea pero es una burrada, pero si la digo no te puedes negar.

-CARMEN: jajaja dila.

-JAIME: ¿seguro?

-CARMEN: si, bobo.

-JAIME: cómale el coño a su hija mientras ella se lo come a usted – me puse en pie furioso, pero mi madre me chitó.

-CARMEN: son las normas…..no voy a ser menos que las demás……- Marta estaba tan perdida que, cuando la cogió en brazos y la subió a la mesa, metió su lengua en el coño del que nació sin pensarlo, mi madre en cambió tuvo algún reparo, pero al final separó los labios mayores y se lo comió, fue brutal, hasta para Jaime que ya estaba pajeándose de nuevo. Marta se corrió enseguida, pero mi madre tardó unos 5 minutos, en los que Marta se tuvo que esforzar.

JAIME: da gusto jugar con gente así……- perdió Sara, y en atrevimiento no pudo más.

-SARA: cómemelo Jaime – se recosto sobre la mesa arriendes de nalgas ofreciéndose, y Jaime acudió presto a meter su cabeza tras ella, la dejó rota en 10 minutos animales en que se corrió 3 veces, mi madre se masturbaba y Sonia le estaba regalando un dedo a Marta.

-VANESA: ¿y esto es así todos los días? – me susurró.

-YO: si, y me temo que en adelante seguirá,……- sonrió y me empezó a pajear.

-VANESA: me voy a tener que venir a vivir aquí jajajajaja – y se hundió mi miembro en la boca, lo que pudo, todo era una nube de sudor sexo y descontrol, gozaba de sus labios en mi glande y de sentir sus senos aplastados contra mi muslo. Me vacié en su boca y me dejo estupefacto verla tragárselo. Para entonces todos tenían un subidón de escándalo.

-JAIME: ¡bien, últimas 3 manos, cenamos y a la discoteca! – perdió Marta, que aún no se había recuperado de lo de antes, y escogió comérselo a Sonia.

-CARMEN: va a coger practica jajajajajja – la penúltima la palmó Vanesa, que en verdad reconoció cuantos hombres se habían acostado con ella, nombre y apellidos con el número de veces, fueron pocos la verdad, esperaba que muchos hombre se hubieran fijado en ella.

-JAIME:! la última la del sexo seguro!, quien pierda tiene que follar con quien elija del otro sexo – eran casi las 9 y media, y al darle la vuelta a las cartas, palmó mi hermana

-MARTA: ¡joder!………vamos Jaime….

-CARMEN: lo dices como si te costara jajajajaja

-MARTA: ¿y que hago? ¿me tiro a mi hermano? – fue retórica pero resonó en mi mente, Jaime sonreía, aquella jugada de la última mano le iba reportar muchos polvos.

Él se puso en pie y recostó a Marta sobre la mesa de espaldas, al abrió de piernas y la acarició hasta tenerla lista, la penetró con fuerza sacando un bramido dulce, y la cogió de los senos mientras comenzaba a ponerse serio con ella, Marta gemía y se ponía roja de pasión. Vanesa sonrió y me dedicó una mirada libidinosa, me besaba con lengua mientras la magreaba las tetas, y mi madre, a su ritmo, trataba de engullir los senos de Sonia.

Jaime hacia temblar la mesa y a Marta, mientras que Vanesa se dedicó a chupármela con vicio, se trababa por que sus labios no deban de si, pero pasaba del glande. Me corrí como un animal, di 4 latigazos largos y la manché la cara, la boca y el pecho, justo cuando Marta tuvo su un orgasmo. La dio la vuelta dejándola colgada de la cintura en la mesa y la embistió por detrás haciendo vibrar y gozar de sus movimientos de cadera a Marta. Para cuando Jaime se corrió mi hermana ya le pedía que no parara, metió sus dedos en ella y la llevó a otro orgasmo que encharcó el suelo, un aplauso general lo llenó todo.

Jaime se pasó unos minutos sobando y azotando a Marta, mientras los demás cenábamos, y por turnos nos duchamos y nos preparamos para la fiesta, esta vez fui menos arreglado, pero me sentía mucho más confiado, mientras que Jaime fue al revés, salió como un pincel, y creo que con la sensación de que había fallado un tiro claro con Vanesa.

Las chicas se vistieron para arrasar de nuevo, mi madre y mi hermana escogieron el mismo estilo, falda corta negra con vuelto, tacones y top llamativo, casi eran gemelas. Sara escogió un vestido rojo que era un rectángulo desde lo pechos hasta los muslos, con 2 ligeros tirantes en los hombros y toda la espalda al aire. El remate fue que Vanesa no tenia ganas, o fuerzas, para volver a cambiarse a su casa, y se puso ropa de Sonia, que si bien tenían tallas similares de busto, las caderas eran otra historia, así que Sonia salió con un vestido verde ceñido y ajustado a su piel, sin hombros, con solo un capa de tela a modo de collar bajando por su garganta hasta el resto del vestido, sus senos rebosaban por los lados. Vanesa salió con un vestido azul de tela brillante, sin sujetador y un escote hasta el ombligo dejando ver sus tetas en gran parte, con falda a las rodillas, pero con su cadera le subía hasta el muslo alto, resaltado su figura en forma de 8.

-YO: ¡madre mía, estás increíble! – quizá algo vulgar por el escote tan amplio, pero arrolladora.

-VANESA: jajaja gracias, ¡esta noche quemamos el local chicas!

-CARMEN: ¡si!

Se repitió el guión, chupitos nada más llegar, probamos la absenta y del pelotazo casi perdemos a Sonia. Teníamos a 5 mujeres y éramos 2 hombres, por suerte mi hermana encontró a unas amigas de la playa y se quedó con ellas, eso nos dejó un 2 vs 1, me quedé con Vanesa y Sara, mientras Jaime con mi madre y mi Sonia. No se quien salió ganando o perdiendo, se que estaba gozando. Mientras me centraba en Vanesa, Sonia se afanaba en frotar sus protuberancias contra mí.

-VANESA: creo que esta quiere montarte……

-YO: ¿Sara? Que va, ya la has visto con Jaime.

-VANESA: te toca mucho.

-YO: lo hace siempre, me hace cosquillas, no es raro…..

-VANESA: pues te mira con deseo, me voy a tener que esforzar, ahora eres mi chico, y te buscan muchas en esa casa.

-YO: ninguna quiere conmigo, quieren a Jaime.

-VANESA: después de lo de hoy, no, ¿has visto como te han mirado cuando habéis comparado trancas? jajaja y si no me crees, besa a Sara, hazme caso, cuando lo hagas la tendrás encima siempre que quieras.

-YO: pero a mi me gustas tú – me acarició la cara con torpeza.

-VANESA: y tú a mi, mucho jajajaja tienes que pensar que estoy un poco loca, pero me gusta la marcha, y tu casa es una locura, me encanta, pero Jaime…… puedo ayudarte contra él, si quieres – aquello me dejó pensativo, pero ya hablaríamos de eso sobrios.

Los mojitos aparecieron, y luego el “wish-cola” de toda la vida, iban tan cargados que parecía que les regalaban las botellas, Sara se bebió 3 y Vanesa 2. Pasado cierto tiempo las dejé retozando una con la otra y busqué a mi madre o mi Sonia. Encontré a Sonia, sin ropa, a 4 patas siendo follada desde atrás por Jaime, estaban en mitad de la discoteca, y de remate Sonia se la chupaba a otro tipo.

-YO: ¿que coño pasa?

-JAIME: aquí la niña, me ha dicho que quería follar como una puta, y aquí estoy, cobrando 10€ por mamada mientras me la tiro jajajaja – me fije y había una cola de 20 hombres, en el tiempo que estuve se la comió a 4, y cuando Jaime se corrió, Sonia terminó en el suelo en plan profesional con el vestido por la cintura, tenia una polla en cada mano, se la chupaba a otro y uno se follaba sus tetas. Según creo recordar, Jaime ganó 140€ aquel día, cubriendo las copas….al menos tuvo la decencia de que solo podían los que usaran condón.

-YO: ¿y mi madre?

-JAIME: adivina……

-YO: ¡el puto mulato!

-JAIME: te juro que he tratado que se quedara conmigo, tenia ganas de darle su merecido esta noche……pero ella misma se ha ido con él.

Me fui a buscarla, y la encontré con los 2 mismos del otro día, el grandullón estaba sujetándola de frente, pero el de atrás estaba con la polla fuera pajeándose usando el culo en tanga de mi madre, el grandullón le había bajado los tirantes del top y le comía los pezones.

-VANESA: ¡joder con tu madre!- me pilló alucinando.

-YO: ¡no me lo creo!

-VANESA: pues créetelo, por que está pasando – se puso pegada a mi, sentí su culo en mi miembro duro y mis manos buscaron sus senos, abrió el escote del vestido con facilidad, y acariciaba sus pezones con fuerza.

Mi madre estaba ida, se ponía de puntillas para ayudar al de atrás a frotarse su buena polla negra contra sus nalgas, mientras que ascendía por el otro, que intercambiaba los pezones con su boca al besar. El de atrás se corrió llenándola el culo de semen a mi madre, se lo azotó y se alejó, mientras que el grandullón la susurró al oído algo y ella asintió traviesa, al darse la vuelta me vio con Vanesa.

-CARMEN: hijo…..estoy mareada, este hombre me lleva a casa – señaló al mulato y sin más se fue.

-VANESA: ¿quieres que les sigamos como la otra vez?

-YO: ya se lo que harán, ahora te deseo a ti – busqué su entrepierna con la mano y sonrió halagada, froté su húmedo interior y lamí su pechos con mis nuevos conocimientos adquiridos.

-VANESA: ¿nos vamos a tu casa o me follas aquí mismo? Por que yo no puedo más….te necesito – dudé, no quería ir a casa, pero tampoco hacerlo allí.

-YO: vamos a la playa.

Me siguió alegre, nos separamos unos 400 metros y nos tumbamos en la oscuridad, Vanesa se quito el vestido y el tanga, me desnudó tumbándome boca arriba, me montó de rodillas, si pajeaba mi tranca ya como una barra candente, mientras acariciaba sus aureolas sacándola leves gemidos. Alzó la cadera y buscó la penetración dirigiendo con su mano, le costó horrores coordinarlo, al meterme en ella casi sentía su dolor y esfuerzo inicial, se apoyó en mi pecho y empezó a subir y bajar lentamente. Verla de fondo con las estrellas y la luna, sus ojos azules y sus gafas de pasta tras los rizos meciéndose, me volvieron loco, la cogí del culo y desaté un infierno entre sus piernas olvidándome de dosificarme. Vanesa gimió, maldijo, lloró, río, y gozó todo a la vez, cayó de lado en un orgasmo tenue, y la puse boca arriba de piernas abiertas apoyando su espalda en al arena, embistiendo furioso, una y otra vez, haciéndola levitar medio segundo entre cada golpe y amansando sus pechos.

-VANESA: ¡oh dios, que gusto, no pares, que polla, dios!

-YO: te quiero, te quiero – repetía cual estúpido, pero era verdad, la tomaba y la amaba.

Se dio la vuelta quedando tumbada boca abajo, la metí buscando su coño desde atrás, hundió las uñas en la arena al sentir como la fundía en su interior, se corrió como si la matara y luego se dejó llevar hasta que me vacié en ella, dándola 2 sonoros azotes en el culo, se giró con gesto de alivio, y me besó tan fuerte que se incorporó sobre mi.

-YO: jajaja mira la arena – estaba la marca de ella y sus pechos.

-VANESA: ¡casi me entierras jajaja! – me abrazó mientras repasaba su cuerpo con las manos sacándola la arena pegada a su piel por el sudor.

(Siento si no soy muy detallado en estas partes, pero la verdad, iba con un ciego como una catedral).

Nos vestimos y regresamos a la fiesta, Jaime seguía con Sonia y su “negocio”, Marta se despidió pronto y se fue a casa con un chico, si prestaba atención le esperaba una sorpresa en el cuarto de mi madre, y nos quedamos con Sara, que iba pero que nosotros inclusive.

-SARA: no voy borracha, solo tengo el puntillo…. – decía mientras no veía como su vestido se había girado y tenia una teta fuera, se lo coloqué demorando en colocárselas.

-YO: así está bien.

-SARA: gracias cielo ¿vamos a por otra copa?

-VANESA: ya vale por hoy, ¿no crees? Te has ventilado medio bar….jajajajaja

-SARA: jajaja pues si, necesito apagar mi fuego, estoy ardiendo y ha sido tu chico, me ha dejado que Jaime no me colma – eso me extrañó, Jaime follaba bien.

-VANESA: ya me ha dicho… – me abrazó para hablarme al oído – …está muy mal, como no te la lleves a casa le va a pasar algo.

-YO: venga tía, vamos a casa y descansamos.

-SARA: no, jajaja otra copa por fi, y luego en casa jugamos…..- puso su índice en mi pecho y se pegó a mi cuerpo.

-YO: no tía, otro día, ahora te llevo a casa

-SARA: jo, eres siempre tan bueno…..pero no me voy sin premio – miré a Vanesa que me la señaló con la cabeza, entre dándose razón y concediendo permiso, así que atrevido le cogí del culo a Sara hasta alzarla y darla un soberbio beso con lengua, no hubo fases, desde el 1º beso me lo devolvió y la degusté con mis labios, me cogió de la cara y se aferró sin soltarme.

-YO: dios, sabe a ron.

-VANESA: te lo dije, esta quiere mambo, y se lo vamos a dar – me la quitó de los brazos juntándose de forma sensual, Sara sonreía al notar como la acariciaba Vanesa, y la besó, que tampoco mostró resentimiento al sentir en las tetas las manos de la otra tocar con la maestría, ambas estaban rojas y deseando salir de allí.

-YO: vamos a casa.

El camino de vuelta lo hice con una en cada lado, cogiéndolas del culo, me sentí gigante por un momento y al llegar a casa las azoté hasta que subieron a mi cuarto, como hacia Jaime, se desnudaron torpemente y empezaron sin mí un festín lésbico memorable. Vanesa guiaba un títere que era Sara, la tenia abierta de piernas de cara y lamiéndola todo, yo me arrodillé detrás de Vanesa y se lo comía despacio chupando su clítoris. Al mirar, Vanesa masturbaba metiendo 2 dedos en mi tía, sin separar sus labios de su vulva, Sara se pellizcaba ofuscada en los senos, y gemía perdida, mientras Vanesa paraba a coger aire cuando sentía entre sus muslos una corriente eléctrica provocada por mi.

Me harté del juego y apunté mi miembro a la entrada de Vanesa, golpeé con mi tranca a lo largo de su coño, y arañó a Sara en las piernas al sentir como la penetraba lentamente, comencé un lento aviven para sacarla rueda, de manera que cada embestida repercutía en Sonia, fue colosal ver los senos de Vanesa rebotar sin que perdiera ritmo su lengua, y Sara explotó en un pequeño orgasmo en que cogió de la nuca a mi flamante novia y se la apretó contra su vulva. Sara al verme follándome a Vanesa se activó, apartó a Vanesa y me dejó caer sobre ella, la besé y lamía sus tetas mientras buscaba ser penetrada, al final sentí su calor y empujé letalmente, su cara cambió a todos los registros, y terminó cerrado los ojos y aguantando como una jabata hasta metérsela toda.

.SARA: ¡joder que polla, me mata, me abres mamón, fóllame, destrózame!

-VANESA: ya ha oído a la señorita.

Comente un violento ritmo que la sacó del universo, agarró un puñado de sabana con cada mano y su cara era su boca abierta de par en par, gritando, se la tapó Vanesa con sus senos, sabía como manejar tan tremendas tetas, Vanesa se puso encima de Sonia a 4 patas, mientras Sara la comía sus senos, yo acariciaba y masturbaba a Vanesa como me adiestró la que tenia debajo, y a la vez percutía en Sara, que no dejaba de gritar con cada inserción. Fue subiendo decibelios hasta reventar en un orgasmo que la sacó de mi frotándose posesa hasta vaciarse en unos chorros que mancharon media cama.

-VANESA: jaja mi turno – según lo dijo la penetré tal como estaba a 4 aptas, agarré su tetas y la pegue la espalda a mi pecho, podía apretárselos para llegar a lamerlos por encima de hombro desde atrás, mientras ella se frotaba el clítoris y gemía de forma descontrolada.

-YO: ¡que bien follas, me encantas, eres una diosa, eres mi diosa!

-ANESA: ¡si, lo soy, soy tu diosa, fóllame, dios, me encanta, ábreme! – daba largos suspiros de placer y volvía a repetirlo.

Todo era raro y nuevo, me gustaba, no obstante era mi 1º trío, probaba a acelerar a un buen ritmo mientras sentía sus senos rebotar en mis manos, era como tener un kilo de flanes en cada mano, y me llevó a dar tales golpes de cadera que sentía su trasero vibrar en mi pelvis. Sara estaba tumbada, casi cardiaca y reventada, acariciando a Vanesa sin alzarse, aguanté tanto que logré que Vanesa explotara en un orgasmo antes de llenarla de semen. Caí fundido a la cama con las 2 mujeres rotas, fue cuando vi a mi hermana en la cama del lado, desnuda y masturbándose.

-YO: ¿desde cuando estas aquí? – me tapé, aún hoy, no se por que.

-MARTA: desde que he escuchado a Sara gritar, ¡dios, como follas hermanito!

-YO: yo….es que…….verás…..

-MARTA: jajaja, a mi no tienes que explicarme nada, disfruta, te lo mereces

-YO: ¿y el chico de la disco?

-MARTA: me lo he tirado jajaja pero después de lo de Jaime en el juego, me ha sabido a poco…. – había subido a ver si era Jaime quien hacia gritar a Sara, y tirárselo, pero en cambio se pasó un buen rato frotándose ante mi, hasta correrse.

Al verla se me puso dura, y tomé a Sara de nuevo, estaba ida, pero mejor que Vanesa, hecha una bola temblando desde que la había follado. Sara no gemía ni nada, solo estaba roja y reía, ni cuando me corrí en sus tetas, a la par que en las de Vanesa, mostró sensación alguna más que tensión y placer.

Me di un ducha rápida para darlas paso a ellas, que una a una se asearon, nos acostamos abrazados los 4, y nos dormimos, caí en un sueño dulce y tranquilo sintiendo el calor del cuerpo de aquellas mujeres y un nuevo renacer en mi interior.

PARA CONTACTAR CON EL AUTOR

poesiaerestu@outlook.es

Relato erótico: “La casa en la playa 8.” (POR SAULILLO77)

$
0
0

Inevitable.

Ya era de día cuando nos despertamos, Sara tenia un dolor de cabeza descomunal, y al verme desnudo a su lado con Vanesa en mis brazos, sonrió como si se hubiera enterado en ese momento de lo que pasó esa noche. Vanesa estaba jugando con sus dedos en mis labios y mi hermana se había acostado a nuestro lado, los 4 en una sola cama, Jaime apareció, y al ver el percal bufó hastiado, y se durmió. Encontré a Sonia desnuda en la cama de Jaime y con un aspecto horrible, y lo peor fue al bajar al salón, estaba mi madre cocinando, y el puto mulato estaba allí.

-YO: hola.

-CARMEN: hola hijo, ¿que tal?

-YO: bien……..¿y este quien es? – el mulato se puso en pie mostrando que iba solo con unos calzoncillos nada disimuladores, y me saludó.

-MULATO: soy Joel.

-CARMEN: si, es…… un amigo que hecho……. no tenia donde pasar la noche, así que ha dormido aquí….pero ya se iba….. ¡¿verdad?!

-JOEL: claro mami, gracias por….su hospitalidad – se dieron un abrazo extrañamente incomodo.

-CARMEN: adiós, nos vemos……. esta noche…..- le acompañó a la puerta y se dieron un largo beso con lengua tratando de que no les viera. Al volver mi madre estaba roja, y no se atrevía a mirarme.

-YO: no pasa nada mamá, no tienes por que andar a escondidas.

-CARMEN: no se de que me hablas…….- la cogí de la mano y la abracé.

-YO: si lo sabes, igual que yo, ayer me acosté con mi tía haciéndome un trío con, desde hace menos de 24 horas, mi primera novia, no creo que sirva de nada avergonzarnos por lo que está pasando, que te traigas a un mulato de polla enorme y te des unas alegrías es de lo más normal que ha pasado por aquí – me miró abochornada.

-CARMEN: hijo……es que yo……hacia mucho que no me comportaba así….tu padre es muy estricto….y por 1º vez en mucho tiempo me estoy divirtiendo como nunca pensé que volviera a sentirme….¿hago mal?

-YO: no lo sé, pero ¿por que el mulato teniendo a Jaime?

-CARMEN: bueno…….es que Jaime se mueve bien, es divertido y me entretiene…….pero Joel…….ufff, me recuerda a tu padre de joven…. no solo es grande y fuerte, se maneja bien y me deja sin aliento – bajaba la cabeza algo abrumada.

-YO: solo te pido que tengas cuidado, no quiero que termines en líos de los que no puedas salir…no hace falta ir borrachos, ya no – me abrazó llena de felicidad al ver mi comprensión.

-CARMEN: gracias.

Vanesa bajó y desayunó con una naturalidad y desparpajo que me dejó helado, hablando con mi madre, o con Sara cuando bajó, de lo que había pasado y de cómo se había divertido. Acompañé a Vanesa a su casa, por el camino nos cuestionábamos un poco todo, aunque la verdad es que nos besamos más que hablar.

-VANESA: así que tu madre se tiró al mulato otra vez jajajaja.

-YO: es tan impropio de ella, pero creo que ella era así de cría, a nuestra edad, mi padre la ha encerrado estos años, y ahora se ha liberado la fiera.

-VANESA: pues como haya disfrutado la mitad que yo…….- al despedirnos sentí pena, pero quedamos más tarde, teníamos que descansar, era viernes y tocaba más fiesta.

Acelerando la historia, nos pasamos viernes y sábado de igual manera, Vanesa regresó a mi casa a las 7 del viernes ya con una mochila con ropa y sus cosas, no volvió a su casa hasta el domingo de tarde. Por la mañana algo de playa o piscina antes de comer. De tarde siesta con Vanesa y Marta, que seguía buscándome para dormir.

Luego jugábamos a las cartas, aunque rebajamos un poco el ritmo del alcohol, algo que en principio solo nos desinhibía, pero eso ya no parecía necesario. Pasó de todo, aunque con ciertos limites, no dejé que Jaime se aprovechara de Vanesa, aunque lo correcto seria decir que ella se defendía sola, Jaime trataba de llevarla a su terreno, la volvió a comer las tetas y la hizo hacerle una paja y al día siguiente una cubana, pero cuando trató de propasarse….Como ejemplo mencionaré que el sábado, mientras jugábamos, Vanesa se vengó de una jugarreta pidiéndole que la dejara darle un puñetazo en los huevos, Jaime se tuvo que dejar, acabó tirado en el suelo entre gruñidos de dolor, y juró venganza en la siguiente mano que pillara a Vanesa. Vanesa, sin casi mencionarlo, preguntó si para la siguiente prueba que le tocara a Jaime, teníamos pepinos o berenjenas en la nevera, y vaselina…Fue suficiente para que Jaime jugara con las demás y la dejara de lado. El 1º día perdió mi madre la última mano, que tardando un poco, escogió a Jaime, verles follar me la puso tan dura que me follé las tetas de Vanesa sin ningún problema delante de todos. El 2º día perdió Vanesa, que ni dudó y la tuve que montar encima de la mesa, creo que luciéndome, por que Jaime no daba abasto de follarse a Sonia y mi madre, Marta recibió una comida de coño por parte de Vanesa, mientras la destrozaba a su espalda.

Por la noche salíamos a la discoteca, y los 2 días mi madre se llevó a Joel a casa, el 1º día fueron los últimos en volver, y les oímos durante 2 horas, el 2º día fueron los primeros en regresar, y pasadas 3 horas, volvimos a casa los demás y todavía se les oía gritar como auténticas bestias. Escuchábamos a mi madre gemir y jadear por toda la casa, Joel era un buen amante, y me bajaba junto a Vanesa a ver turcos para ponerlos en practica, siempre desde el balcón para no cortar el rollo. Mi madre necesitaba a un hombre así en su vida, ni el mejor día de Jaime le vi hacerla correrse tantas veces como esos días, y aún así, siempre al terminar me quedaba la sensación de que mi madre no terminaba de disfrutar con él, pese a su larga tranca.

Por mi parte diría que me harté de tirarme a Vanesa, pero mentiría, era imposible cansarme de ella, disfrutamos como adolescentes que éramos, solos o con Sara uniéndose alguna vez, pero mis atenciones eran para Vanesa, mientras ella se ocupaba de Sara, que relevaba a Vanesa cuando la hacia correrse 2 o 3 veces seguidas y no podía continuar. Se podría decir que fue un curso acelerado de sexo, en el que saqué mi nota media en los estudios, un sobresaliente, perdí el miedo a tocar a una mujer de esa forma, y gané confianza en mi mismo, (algo que casi no tenia), al verme colosal en una cama junto a 2 mujeres de bandera, satisfechas y remoloneado del placer que yo las daba. Lo mejor era que cuando no estabamos teniendo sexo, Vanesa era tan…..no se cual es la palabra, “tan Vanesa”, pizpireta, alegre, risueña, y a la vez tan fuerte, decidida y segura.

Marta en cambió un día regresó sola a casa, al siguiente se acostó a mi lado al volver a escoger a un amante poco dignno y rápido. Jaime en contra de todo, se pasó 2 días haciendo de todo a Sonia, creo que llegó a estrenarle el ano, según dijeron. Sonia si que no paraba de beber y podías hacerle cualquier cosa, pero sentía que Jaime en la discoteca miraba mucho a mi madre, con ganas de volver a tenerla para él solo, y al verla con el mulato le hervía la sangre.

Por la mañana del domingo…….vamos, a partir de las 12 que era cuando nos podíamos levantar, me desperté con Vanesa abrazada de cara a mi, y Marta en mi cama, Sara se habría ido a la suya después de que esa noche volviera a probar el sexo anal con ella, creo que terminó desmayándose, al tener un orgasmo 4 veces seguidas en menos de 5 minutos, pero estaba muy ocupado con Vanesa como para percatarme de ello. Hice el desayuno por que mi madre tardaba mucho en levantarse, y fueron bajando todos, nos reíamos y comíamos algo, la última en bajar fue mi madre que se abrazaba con Joel mientras se dependían, al regresar, mi madre andaba con aires de superioridad disimulando un ligero escozor entre sus piernas.

-MARTA: ¿que tal mamá? jajaja

-CARMEN: en la gloria, hija…….ese hombre es una maquina….

-JAIME: al menos te dejará libre hasta el próximo jueves.

-SONIA: ¿ya te has cansado de mi o que?

-SARA: le pasa a menudo…..

-CARMEN: lo siento, pero esta noche salgo a cenar con Joel – Jaime se acercó con su chulería natural y la metió mano por detrás.

-JAIME: pensaba que me echarías de menos.

-CARMEN: claro que si, pero no puede hacerle un feo después de darle mi palabra.

-VANESA: claro que si, disfrute jajaja – la tenia entre mis brazos y la besaba en el hombro, sintiendo sus rizos en mi mejilla.

-JAIME: pues no me apetece pasarme otro ida sin follarte – la azotó el culo y sonrió perversamente.

-CARMEN: bueno, si quieres ahora en la sienta podemos subir un rato, y luego me voy a cenar con Joel.

-JAIME: ¿que pasa? ¿ya no me quieres? – sonó lastimero, mi madre se dio la vuelta y le besó con dulzura.

-CARMEN: claro que si, ya sabes que me diviertes mucho, pero siempre que pueda, Joel será mi 1º opción…..- aquello sonó como una bofetada a Jaime, que se le borró la sonrisa de golpe.

-JAIME: no soy el 2º plato de nadie… – la azotó – ….así que, que te quede claro, que aquí mando yo …– la volvió a azotar más fuerte –…. ¿queda claro? – mi madre le cogió de la cara y le dio un beso que me la puso dura hasta a mi, luego le acariciaba la cara con ternura.

-CARMEN: como tu digas, cielo, pero por mucho que me azotes no te va a crecer la polla – si lo de antes fue una bofetada eso fue un torpedo a la línea de flotación que hundió el barco.

-JAIME: pero yo….penaba que…..- mi madre le abrazó.

-CARMEN: no te preocupes, siempre tendré un rato para ti – y se fue a darse un ducha, Jaime se quedó petrificado, yo me reía por debajo ocultándome tras a mata de pelo de Vanesa, mientras Sara tenia una sonrisa enorme en su cara.

-MARTA: no te preocupes Jaime, está divirtiéndose un poco, déjala…..

-JAIME: no lo entiendo, creía que era mía…….- Sara se levantó y le dio un pico cogiéndole de los morros.

-SARA: tú eras suyo, mi pequeño idiota……… se habrá cansado de ti…….- se giró con suficiencia y Vanesa no pudo más que chocar las manos con Sara al pasar a nuestro lado. Jaime se quedó con la misma cara que se te tiene que quedar cuando te roban el coche en la cara, y luego se giró a Marta.

-MARTA: ¡a mi no me mires!, mi hermano ya me calienta la cama….- y se fue bebiendo un café humeante y revolviéndome el pelo.

-VANESA: ánimo, que al menos tienes a Sonia – me cogió de la mano y salí tras ella al porche, a tomar el sol un rato con los demás.

Pasados unos minutos escuchábamos a Sonia berrear en las habitaciones con Jaime azotándola, creo que quería asegurarse al menos tenerla a ella, pero de golpe, y sin saber como, Jaime no me parecía tan listo, ni tan sabio, y empecé a verle como lo que era, un juguete que habían usado. Nos pasamos la siesta jugando Vanesa y yo en la cama, y la acompañé a su casa, donde me quedé unas horas junto a ella, no quería separarme nunca de ella.

Una semana pasó, fue un calco, pero Vanesa y yo quedamos a diario, fue dulce y tierno salir a tomar helados o pasear sin más, pero al volver a casa montábamos un escándalo mayor que nadie, casi siempre empezábamos nosotros, junto a Sara cuando se terciaba, y luego terminaba follando toda la casa al oírnos, Joel era muy atento en eso con mi madre. Sonia había convencido a Marta para unirse a Jaime en sus sesiones de sexo a modo de apoyo lésbico, y sin estar seguro, creo que Jaime se follaba a mi hermana también. Pasado ese tiempo, fue inevitable que Vanesa quisiera venir a vivir conmigo, se pasaba más tiempo en mi casa que en la suya, así que nos acomodamos como pudimos, ya con las cartas sobre la mesa. Vanesa y yo en un cuarto, mi madre y Joel en otro, Sonia y Jaime en el 3º con Marta, a la que no entendía, podía tener a 3 o 4 chicos viviendo con ella, era preciosa, lista, divertida y alegre, pero fue mucho más recatada en ese aspecto, solo en alguna fiesta se cansaba de Jaime y se llevaba a casa algún chico, pero se los tiraba y los echaba por la mañana.

Era la tarde del sábado, y estabamos preparando la cena para luego ir a la disco, bueno, ellos, yo estaba con Vanesa en la piscina calentándonos hasta llevar el agua a punto de ebullición, se quitaba el biquini y me dejaba comérselas durante horas, creo que la divertía verme como un bebé al que alimentaba, entrelazaba sus dedos con mi pelo y me apretaba contra sus senos. Habíamos estado la tarde jugando, pasaron muchas cosas pero nada que no hubiera pasado antes, solo que cuando palmó Sara la última mano, me eligió a mi y no a Jaime para el sexo. Me la estuve follando, tirada sobre la mesa, tan fuerte que todo lo que había encima cayó al suelo, mi madre tuvo que pedirle a Jaime que dejara a Sonia y la tomara allí mismo para calmar su cuerpo, mientras Vanesa se apartó con mi hermana, las veía de fondo, Marta abierta de piernas y gozando como una recién liberada de la cárcel, la masturbación y la lengua de mi novia fue tal, que la locura me nubló, di la vuelta a Sara y la destrocé el ano haciéndola correrse 3 veces, se quedó tiritando sobre la mesa, con convulsiones lentas en su cadera la sentir como me vaciaba dentro de su esfínter. Fue natural que tuviera que salir a la piscina, me ardía todo.

-YO: no se que ha pasado, Jaime me parecía tan……..y míralo ahora – era como un cachorro apaleado.

-VANESA: es un cerdo, no dudes que se volverá a meter en la cama de todas, ahora usa la lastima, es su juego, y mientras ellas quieran jugar, tendrá ventaja.

-YO: pero mi madre…- caí de golpe, pero sonó a táctica desesperada de Jaime – ….no se si es buena idea intercambiar a Jaime por el mulato….

-VANESA: eso lo decide tu madre.

-YO: me gustaría tanto que todo se tranquilizara, esto ha perdido su gracia.

-VANESA: no puede tranquilizarse, esto está desmadrado, o metes mano dura o seguirá así.

-YO: ¿yo?

-VANESA: ¿quien si no?, Jaime es un crío comparado con el mulato, él lleva jugando a esto mucho tiempo, lo he visto antes, uno del grupo se la gana, y se la terminan follando todos sus amigos, se te meten en casa y se aprovechan de la gente, luego se cansarán de esperar turno y se follaran a Sonia o Sara, y cuando se aburran, Marta será la siguiente.

-YO: exageras…….

-VANESA: con su tranca es solo cuestión de tiempo que tu madre meta a Joel en casa a vivir, ¿cuanto tardó Jaime en ganárselas?, ¿y cuanto crees que tardará Joel en ventilarse a todas?

-YO: ¡no!, eso si que no, ya he soportado suficientes vejaciones por parte de Jaime, no pienso pasar por ello otra vez.

-VANESA: pues solo queda una opción…….

-YO: ¿cual?

-VANESA: está claro que todas necesitan a alguien que las de lo que piden, Jaime ha tratado de serlo, pero se ha visto superado, y ahora Joel ocupará ese lugar…..si no lo ocupa otro antes….

-YO: ¿quien…….- se me encendió la bombilla – ….¿dices que yo….? – asintió.

-VANESA: es lo mejor, si quieres cortar de raíz tanta locura, haz una locura mayor, no podrás impedir que busquen a un líder, así que solo te queda convertirte en uno.

-YO: pero no lo soy….ya me conoces……

-VANESA: por que te conozco se que lo eres, pero aún no lo quieres admitir.

-YO: no podría……..son mi familia…

-VANESA: Sara parece contenta y es tu tía, tu madre no para de decir que la tienes como tu padre, el cual la domina, y tu hermana, medio desnuda, pasa más tiempo en tu cama que en la suya……muy preocupadas por la moralidad del asunto no parecen.

-YO: yo no soy así, no sabría ni por donde empezar.

-VANESA: como te dije, puedo ayudarte.

-YO: ¿y por que lo harías? Eres mi novia, tendrías que estar muerta de celos o conmocionada……

-VANESA: por un reto, por divertirme, por la emoción, y sobre todo por que soy tu novia y quiero hacerte feliz de todas las formas posibles, soy tuya, Samuel, te quiero – me besó con tanta delicadez que cerré los ojos y quise morir en ese momento.

-YO: te amo, y soy tan tuyo como puedo serlo, pero Vanesa, me resultaría muy difícil.

-VANESA: ¿acaso son orcos?

-YO: no, son preciosas, ya las ves, pero…..

-VANESA: ¿nunca has tenido la fantasía de acostarte con tu madre o tu hermana?

-YO: ¡no!……….bueno…….si…claro….pero eso son jugarretas de la mente, el complejo de Edipo si quieres llamarlo, pero de ahí a acostarme con ellas….

-VANESA: tú sabrás, tampoco quiero obligarte, pero ¿que pasará cuando acabe el verano? Tu madre, quieras o no, pensará en volver a su rutinaria vida, o quedarse con Joel en una juerga sin fin….y puede decidir no volver a casa.

-YO: ¿crees que nos haría eso?

-VANESA: antes no, pero ahora, tiene a sus 2 hijos ya criados, y ninguna obligación más que con su marido, ¿y si encuentra a otro hombre que la dé lo que tu padre ya no le da? ¿No preferirías ser tú ese hombre y volver a casa con ella? – me acariciaba el rostro para mirarme a los ojos, la evitaba por que no pensaba con claridad si la miraba.

-YO: ¿estás disfrutando torturándome? – sonrió al verse un poco pillada.

-VANESA: soy traviesa por naturaleza, pero eso no cambia que pueda ser verdad.

-YO: no, me niego, yo no seria capaz, y aunque lo fuera, está mal, yo te quiero a ti, y a nadie más – la cogí con fuerza de la cintura y la pegué a mi pecho.

-VANESA: si es lo que quieres, así será.

Cenamos y nos vestimos de fiesta, para el caso vale con describir solo a mi madre, iba con un mini falda de licra negra y un top ceñido sin sujetador, mientras que los demás íbamos como casi siempre, arreglados sin más. Pasé media noche con Vanesa pegada a mí, y con Jaime comiéndole la oreja a mi hermana, que jugaba a no dejarse engatusar pero caía en sus brazos, con Sonia roja de furia al ver como le quitaban a su chico. Sara danzaba a nuestro alrededor con 4 tontos persiguiéndola por ver quien se la llevaba a casa. Mi madre, que ya iba algo tocada del juego en casa, se bebió 3 cubatas y 2 mojitos, con 2 chupitos de tequila y absenta respectivamente, iba con tal ciego que no se tenia en pie sola, pero Joel fue tan “amable” de tenerla sujeta todo el tiempo, del culo y la entrepierna en concreto. Llegado un momento la perdí la pista, Vanesa me centraba demasiado la atención.

-VANESA: oye, ¿y tu madre donde está?

-YO: con Joel, seguro……

-VANESA: ¿vamos a ver que hacen? – me cogió de la mano y me llevó con ella, tardamos poco, estaba con el grupo de mulatos.

Era tan fácil localizarlos, con buscar un corrillo de salidas esperando turno, pero hoy había invitada especial, mi madre. Estaba subida a horcajadas sobre un mulato nuevo, abierta de piernas y siendo follada delante de todos, tenía el tanga metido en la boca, y botaba sin parar, casi me acerco para decir algo, pero no sabía que decir o hacer. El tipo bajaba la cadera y embestía tan fuerte que quedaba suspendida en el aire gritando de placer, terminó levantando el culo al sentir como la llenaban, el mulato la cogió con las manos a la espalda y se dedicó 15 minutos a montarla, mi madre seguía sin soltar el tanga ente los dientes y coceaba de rabia, hasta que se le vaciaron dentro. Al soltarla fue a los brazos de Joel, que se la subió encima, la abrió de piernas y la perforó de cara, soltó 3 alaridos histriónicos antes de besarlo, para luego rebotar contra él como contra un muro, pero partiéndola en 2. Pasado ese tiempo un 3º mulato se puso detrás de mi madre, la preparó el ano, y se la folló por el culo a la vez que Joel la martirizaba, mi madre se arqueó y se retorció entre la suplica y la lujuria más absoluta, se puso de medio lado apoyando un brazo en cada mulato, subiendo y bajando sin cesar, su cara era descompuesta y casi parecía perder el conocimiento, pero no lo hacia, volvía a subir y bajar, con la gente alrededor masturbándose, hombres y mujeres, algunos lo grababan con el móvil, y otros 2 mulatos esperaban turno.

-YO: ¿que hago?

-VANESA: pufff te diría que follarme, me están poniendo a 100, pero si te refieres a ella, nada, no puedes hacer nada a menos que seas capaz de tumbar a 4 mulatos.

-YO: ¡esto es injusto, no, no tendría que pasar!

-VANESA: te lo dije……esto pasaría, y más tarde o más temprano alguna la dejará satisfecha, y no tendrá motivos para volver a casa.

El mulato de detrás la llenó el culo de un semen espeso y brillante, se apartó y uno de los que estaban a la espera la metió antes de que empezara a cerrarse el agujero, eso mató a mi madre que empezó a soltar chorros como un grifo abierto, Joel se reía y seguía abriéndola, el de atrás se corrió y el 4º en discordia iba al relevo, pero Joel la dio la vuelta en el aire, la cogió de la cintura y se la metió por el culo hasta hacerla desmayarse, el relevo la abrió de piernas igual y se la metió por el coño haciendo un emparedado con el cuerpo inerte de mi madre.

-VANESA: yo ya estaría rota….bastante ha durado.

-YO: ¡por favor, ¿que hago?!

-VANESA: ya sabes lo que tienes que hacer, o eso, o llamar a tu padre y decírselo todo.

-YO: ¿pero tú los has visto? ¿Como voy a competir con ellos?

-VANESA: diría que eres el único que puede, no conozco a gente por aquí que la tenga tan gorda como tú, ninguna de esas butifarras de ébano lo son, pero son negros, altos, fuertes y con buenas pollas, las chicas se derriten, pero tú…….eres dulce, sensible y cariñoso, tú puedes hacerla ver las estrellas sin necesidad de emborracharse y follarse a 4.

Mi madre permanecía casi inconsciente mientras Joel y el otro la llenaron de más semen, al acabar la dejaron en el suelo, desorientada, todos se reían y la metían mano, hasta que Joel la cogió y se la subió al hombro como un cadáver.

-JOEL: me voy a terminar la fiesta con esta mami guarra a su casa.

Y se la llevó, le seguí junto a Vanesa, me preocupé mucho del estado de mi madre, pero a medio camino reaccionó, y pudo caminar, o algo parecido, hasta casa. Nos subimos al balcón y allí vimos como la tumbó en la cama, la abrió de piernas y la penetró tan fuerte que creo que la hizo daño, pero se acomodaron y comenzó a reventarla de nuevo, tan fuerte y tan salvajemente que mi madre ni pudo plantear batalla, tampoco es que pudiera debido a su estado, era un trozo de carne siendo acribillado, pero su cuerpo si que respondía, y se corrió varias veces. Vanesa se desnudó y me pegó a su espalda, la penetré en cuanto pude y estuve media hora follándomela de forma tan animal como estaba viendo que hacían a mi madre, Vanesa no pudo evitar jadear pero nadie nos oía, la cogí de los senos y la daba tales golpes que sentía la piel de la pelvis arder en su trasero.

Joel le dio la vuelta a mi madre, que de medio lado sacó el culo, él apretó contra su ano y la perforó como quien pincha un pavo muerto, la azotaba sin recibir más que un gemido ahogado, y se pasó 10 minutos gustándose con ella. Vanesa se corrió tantes veces que perdí la cuenta, y yo al vaciarme la puse de cara a mi, la acaricié hasta volver a tenerla dura, para subírmela encima y volver a metérsela sin descanso. Me besó de forma airada, y botando con sus rizos alegres y sus ojos azules perdidos en mí, lamía y chupaba sus pezones con arte y le llevé a otra serie de orgasmos seguidos que acabaron eclosionando de tal forma que sentí como las contracciones internas de Vanesa me rodeaban el miembro. Mi madre soportó su propia tortura hasta que Joel quiso, y se derrumbó con 5 latigazos que sentía mi madre cerrando los ojos con satisfacción por terminar.

-YO: vamos arriba, estoy cansado y borracho, tengo……….tengo que pensar.

-VANESA: si, mi amor – me cogió del cuello y la subí en brazos a la cama.

Pasado un buen rato escuché a mi hermana meterse en mi cama con nosotros, y a Sonia y Sara follándose a Jaime a la vez, “la lastima fusiona”. Por la mañana estaba abrazado a Marta, que dormitaba en mi brazo, Vanesa estaba despierta, a mi espalda acariciando mi piel, dando besos en algunas partes y lamiendo lentamente otras.

-YO: no puedo hacerlo, Vanesa.

-VANESA: si puedes, y debes.

-YO: mírala, aunque mi madre cayera y la alejara de Joel, no podría hacerlo con Marta.

-VANESA: piensa en lo que viste anoche, aunque te libraras de Joel, ¿cuanto tardarán en meterse otros entre sus piernas, y que le hagan lo mismo a Marta? – cerré el puño lleno de ira solo de imaginármelo.

-YO: no, eso no, antes llamó a mi padre.

-VANESA: o puedes convertirte en el macho alfa, Samuel, toma control.

-YO: ¿y si solo es a mi madre?

-VANESA: puede funcionar, pero Marta querrá lo mismo que todas, creo que ya lo quiere, por eso no busca chicos, ni se aferra a nadie, y está ahí, durmiendo a tu lado, noche tras noche, inconscientemente está esperando que pase algo…..te espera a ti, pero no esperará eternamente, y alguien le dará lo que quiere.

-YO: lo haré, ¿como? – me abrazó con ternura, como sin estar segura de algo, o escuchármelo decir la hubiera dolido.

-VANESA: déjame eso a mí.

Al levantarnos y darnos unas duchas pensé en que si iba ha hacerlo, tenia que darme prisa, tenia 1 mes escaso para doblegar a mi madre y a Marta, de tal forma que se olvidaran de líos de playa o de mulatos, y solo existiera yo. No me convencía el plan, no me gustaba ni deseaba hacerlo, no lo necesitaba, las fantasías o los pensamientos lujuriosos se habían desvanecido con Vanesa, ella era todo lo que yo siempre quise encontrar en una mujer, y lo tenía entre mis brazos. Pero no dejaría que mi familia se descompusiera, y que Marta terminara medio muerta en la cama con 2 mulatos y mi madre nos abandonara por seguir como una perra adiestrada a Joel, por duro que fuera admitirlo, habían demostrado que eran personas sugestionables. Lo haría por un absurdo sentimiento de culpa, por que me sentía responsable de todo, y si yo no lo arreglaba, nadie lo haría.

Me pasé toda la mañana en la playa con Vanesa, hablando de cómo proceder, se cabreaba por que no la prestaba atención y me quedaba embobado repasando el contorno de su espalda con mis dedos, y estirando de sus rizos hasta dejarlos largos, si tiraba de su pelo seria casi tan largo como el de Sonia, pero al soltarlo volvía a su lugar.

-VANESA: ¡¿quieres estarte quieto y dejarme el pelo?!… – se lo atusaba con fuerza –… tendría que alisármelo como suelo hacer, pero con esta humedad me duraría 2 días….

-YO: me encanta como te queda.

-VANESA: ¿en serio? siempre lo llevaba así antes, pero un chico con el que salí me dijo que me lo alisara, y desde entonces siempre lo he llevado liso.

-YO: no te lo alises, estás preciosa con el pelo así de natural – me miró agradecida.

-VANESA: jope, no me despistes con tus tonterías …..– se sujetó un mechón y se lo llevó a la nariz para olérselo, en un gesto dulce y sensual – ….tenemos que trazar un plan que te lleve a dominar esa casa.

-YO: creía que bastaba con mí……..

-VANESA: no seas crédulo Samuel, si eso fuera suficiente las mujeres gobernarían el mundo con un consolador enorme en su cajón…… no, tienes que convertirte en tu padre, pero de una forma mucho más sórdida, imponer un respeto con tu presencia que solo se gana con mano dura y firmeza.

-YO: yo no soy así.

-VANESA: pues tendrás que serlo, piensa que es una fachada, una careta, o un escudo, algo que enseñas para ocultar lo que ahí detrás.

-YO: ¿y como lo hago?

-VANESA: para empezar tienes que ir a por Sonia.

-YO: está enamorada de Jaime.

-VANESA: ¡deja de usar ese verbo!… – pareció enfadarla – …aquí nadie se ha enamorado de nadie, Jaime ofrece solo diversión, travesura y algo de buen sexo, y si él se lo da, tú puedes dar más.

-YO: ¿y que gano?

-VANESA: lo 1º es que demuestres que eres mejor que Jaime, Sara ayuda en eso, pero arrebatarle a la única que se tira de la casa es dejarle en evidencia, y todas te verán superior a él.

-YO: en cuanto lo haga, si es que puedo, irá a por Marta, creo que ya se la tira.

-VANESA: por falta de opciones, solo estás tú y Jaime, por eso no puedes dejar que Joel se meta en casa, Jaime con poco la tiene desbordada, imagina que le haría a Joel o sus “amigotes”, tu hermana es muy inexperta

-YO: yo lo soy…….

-VANESA: cualquiera lo diría…- su gesto al girar medio centímetro la cabeza arqueando las cejas, me hizo sonreír -……en fin, una vez que tengas a Sonia, le dará la patada a Jaime tal como se la dio al tal Jony que me dijiste, él tratará de ir a por Marta o a por a Sara, si, pero ahí es cuando tienes que ser rápido, actuar antes de que pueda pillar a alguna con la guardia baja, y ponerte firme, lograr que no se gane a ninguna. Marta es fuerte y si no es con 5 copas no se lo tira, y Sara está resentida por que se cansó de ella, podemos lograr que Jaime se quedé solo, y si tenemos suerte le echemos de casa.

-YO: ¿echarle? ¿y donde va a ir?

-VANESA: conozco a unas cuantas en la casa de mi amiga que le darían cobijo, en su cuarto, y entre sus piernas, si es listo se pasará todo lo que queda de mes jugando con universitarias, y lo más importante, lejos de tu casa.

-YO: ¿y después?

-VANESA: vayamos por partes, 1º Sonia, y luego ya veremos… – me miró con cariño al verme admirándola el pelo, había enrollado un dedo en sus rizos – … ¡y deja de tirarme del pelo jajajajjaa! – y se abalanzó sobre mi retozado en la arena entre risas.

El plan parecía tener una lógica rara y extraña, pero lógica al menos, así que me pasé 2 días tonteando de más con Sonia, con Jaime atento a lo que ocurría. No era nada, una carantoña en la cintura al pasar a su lado, una mención a su bonito pelo, quedarme mirándola a los ojos verdes, o hacerla alguna foto, todo guiado por Vanesa. Bastó para que se alejara de Jaime lo suficiente como para quedarme a solas un par de veces con ella, eso, y que Vanesa se dejaba llevar por Jaime lo justo para que se olvidara de Sonia, y de paso darla celos. Supongo que Jaime pensaría que si yo iba a por su chica, el iría a por la mía, pero no contaba con que, todo eso, ya se le había pasado por la cabeza a Vanesa. Estabamos jugando a eso y me quedé en la piscina a solas con Sonia, yo iba ya acostumbrado a mi bañador marca/paquete, y ella a ir en top less y la parte de abajo del biquini minúsculo de tanga, estaba boca arriba mirándola mientras ella estaba igual, mirando al cielo tomando el sol. Fuera de maquinaciones, su tetas eran un espectáculo digno de ver y admirar, así que no me resultó difícil quedarme mirándoselas, me pillaba a menudo pero antes apartaba la vista avergonzado, ahora dejaba que me observara hacerlo.

-YO: joder……- me di la vuelta tumbándome boca abajo.

-SONIA: ¿que te pasa?

-YO: nada…..

-SONIA: dime renacuajo……

-YO: es que……tus……..me ponen algo contento….- sonrió mientras se las miraba.

-SONIA: ¿mis tetas? jajaja gracias, y tranquilo, no eres el único….

-YO: te debe doler la espalda un montón.

-SONIA: pues si, un poco, son tan grandes…..

-YO: no es solo eso, además las tienes bien puestas, no caen las cabronas, deben estar tan tirantes que cargar con su peso debe ser un martirio.

-SONIA: jajajja nada que no pueda soportar, y tienen su ventajas….

-YO: ¿por ejemplo?

-SONIA: estas 2 me han invitado a más copas de las que puedas imaginar, además me siento muy a gusto con ellas, me hacen sentir muy mujer.

-YO: es que lo eres, estás muy buena.

–SONIA: ¡mira al mocoso! jajaja no deberías decirme esas cosas o Vanesa se enfadará.

-YO: no es una novia al uso.

-SONIA: puede que no la moleste que me sueltes piropos, pero si la dices eso de mis pechos se puede ofender, ella no va nada mal cargada tampoco…

-YO: si, es cierto, pero las tuyas……….puffff son una barbaridad de bonitas.

Con eso era suficiente, pasarme era descarado, hasta yo lo sentía, según Vanesa planté una semilla, una idea, y con los días Sonia me vería de otra forma. Llegó el Jueves y nos pasamos la tarde entera jugando a las cartas, pese a querer beber menos todos íbamos con un punto alegre de más. Jaime seguía tratando de reconquistar a mi madre o a Sara, y como pensábamos, daba a Sonia de lado, esta se la devolvió en la última mano, perdió Sonia y me eligió a mi.

-SONIA: ¡quiero que me folle Samuel!, por lo visto mis tetas le vuelven un poco loco.

-VANESA: bonita, las tendrás más grandes, pero a mi chico solo le gusto yo…….- era lista hasta medio borracha, la había picado en el orgullo.

-SONIA: ¿ah si? Ven aquí Sam, que te voy a pegar el polvo de tu vida – cogí aire, y Vanesa me dio la mano para darme ánimos, no es que fuera un calvario, pero necesitaba de su aprobación.

Me levanté y caminé hacia Sonia, que se sentó en la mesa totalmente desnuda abriéndose de piernas, me encajé allí y la cogí de la cadera, sentí sus manos en mi pecho desnudo y me agarró la nuca para besarme, fue raro, la conocía desde crío, y sabia de sus muchas andanzas, pero sentir su lengua entrando en mi boca me dejó confuso. Me cogió de las manos y se las puso en el pecho, fue como querer agarrar 2 globos de agua del tamaño de un balón de baloncesto, sentí sus oscuros y granulados pezones endurecerse al tacto y luego me rodeó con la piernas para empujarme y caer sobre ella, que se estiró como una serpiente por la mesa. Lamí apretando uno de sus senos mientras el otro se me salía de la mano, y al alzarla vi sus ojos verdes escondidos tras una cara colorada y viva, con el largo pelo caoba puesto en forma de abanico que la coronaba. Busqué sus labios y esta vez sentí su pasión, abría la boca tanto que parecía que se le iba a salir la mandíbula, para cerrarla lentamente sobre la mía. Sentí sus manos acariciar mis hombros y mi espalda mientras regresaba a sus senos, y luego las bajó a mi cintura para quitarme el bañador, mi única prenda.

-SONIA: eres una caja de sorpresas, me tienes cachonda perdida…..- los trucos aprendidos eso días la hacían efecto.

-YO: te voy a dejar que no vas a querer que te folle nadie más – sentí su escalofrío en la piel y lamí su cuello con delicadeza mientras mi miembro daba cabezazos en sus muslos.

-SONIA: ¡fóllame ya cabrón, me vuelves loca! – antes hubiera bajado entre sus muslos a masturbarla o comérselo, pero eso ya lo había hecho durante la partida, así que froté mi glande contra sus labios un rato, y acerté contra su entrada.

Soltó un gemido travieso al sentir como la penetraba, pero llegado cierto punto noté como mi tranca se abría paso con dificultades, y la casa de Sonia cambió a un grata sorpresa, no la dejé pensar y embestí hasta metérsela hasta la base, gritó descontrolada tratando de sacarme de ella, era un rodeo conmigo tratando de montarla sin caerme.

-SONIA: ¡DIOS QUE GRANDE, JODER, SÁCAMELA CABRÓN, ME HACES POLVO! – en vez de eso, sin mover mi cadera me pasé 3 minutos lamiendo, o chupando, con lentitud y tranquilidad sus pechos, lo que la hacia gritar menos, y jadear más.

No tenia ojos para nadie, creo que mi madre se estaba masturbando junto a Sara, y Vanesa se ocupaba de mi hermana mientras Jaime miraba de reojo .Cuando Sonia volvió a abrazarme, entendí que ya estaba lista y comencé un movimiento lento y cauto de caderas, que ella acompañaba para no sentir otro espasmo al enterrarla de golpe, se generó un movimiento constante que la hacia delirar mordiéndose le labio. Me alcé sobre ella y la abrí de piernas hasta el máximo, sujetándolas con las manos y empezando a subir el ritmo rápidamente, quería ir despacio pero ver sus senos ondular me desquiciaron, y para cuando quise parar no pude, embestía de tal forma que sus pechos le daban en la cara, así que se los agarró pellizcándoselos, y tratando de cerrar las pierans a cada penetración, pero se lo prohibía, y en unos 3 minutos que me hicieron sudar, Sonia guardo silencio absoluto con la cara desencajada, y explotó sacándome de ella, frotándose los labios mayores y manchando la mesa y el suelo.

-SONIA: ¡JODER QUE PUTO GUSTO, MÁS, DAME MÁS!

Me pegó a su cadera de nuevo y la ensarté con facilidad, no sin rozarme y sentir sus interior ardiendo, esta vez la cogí de las caderas y mantuve un ritmo acelerado pero sin esforzarme, fueron al menos 10minutos en que Sonia se retorcía como un hierro candente en el agua y la llevó a otro orgasmos que la hizo resbalar de la mesa y caer al suelo. La cogí de la cabeza y me la chupó con ansia y devoción. Como a todas, no le pasaba demasiado del glande, pero me gustó la forma en que lamía la base. Se puso en pie y se acarició el coño por detrás para recostarse sobre la mesa y ofrecerme su culo, lo amasé y solté algún azote, golpeaba con mi miembro entre sus mulos como castigo, y la penetré otra vez, se resbalaba sobre la mesa, tuve que cogerla de los hombros para tirar de ella hacía atrás y dejarla empalada totalmente, me fundió con un movimiento de caderas en círculos, y no podía permitirlo, tenia que dejarla ida, así que la cogí del pelo haciendo un nudo en mi mano como las crines de un caballo y empecé a darla rápidos y potentes golpes de cadera, al 4º ya a tenia sollozando, con la cabeza echada hacia atrás de tirarla del pelo y las manos dobladas, como colocándose unas gafas imaginarias, con sus senos mojados se sus propios fluidos aplastados bajo su propio peso en la mesa. Fue colosal, así lo sentí, la estaba matando como nunca nadie lo habría hecho, lo sentía en el fondo de de mi ser, daba cortos gritos agudos y golpeaba la mesa con las plasmas de las manos tratando de aliviarse.

-YO: ¿te gusta?

-SONIA: ¡ME ENCANTA, DIOS, ME MATAS, LA TIENES GORDÍSIMA, ME ARDE TODO Y ME ENCANTA! – me tumbe sobre su espalda oprimiendola sin dejar de dar golpes de cintura aferrado a la mesa con las manos , la arqueé al espalda para llegar a su ido.

-YO: dilo…….joder….dilo…..dilo que te gusta como te follo yo.

-SONIA: ¡OHHHHHH DIOS….SI….ME ENCANTA COMO ME FOLLAS…..QUE LES DEN POR EL CULO A TODOS……A JONY, A PEDRO, A LORENZO Y A MI ENTRENADOR PERSONAL, JODER, HASTA AL PUTO JAIME, ME ESTÁS DESTROZNADO MALDITO CABRÓN! – la levante de los senos para ponerla de pie, y sin separarnos, percutir con energía, ahora con la gravedad de mi lado, ella caía clavándosela entera y se giraba besándome desesperada.

Yo ya no podía más, sentir sus senos rebosando y temblando por mis acometidas animales, me hizo explotar en su interior, pata cerciorame, llevé mi mano a su clítoris y se lo frotaba con delicadeza mientras terminaba de cabecear en su interior, cosa que llegado a tal punto, hizo a Sonia vaciarse por completo en el suelo. Me quedé de pie, sudando y agitado, con ella entre mis brazos, una teta en la mano y su coño rezumando de todo en la otra, sintiendo como me deshinchaba,

-YO: ¡joder!

-SONIA: ¡si!……..uf…..si……esto es joder como dios manda…..jajajajaja….que pena que no me haya dado cuenta antes….. ¡Me matas Sam!, dios….estoy rota.

-CARMEN: madre mía Samuel, Vanesa te ha enseñado unos trucos…..

-YO: no ha sido la única – guiñé un ojo a Sara, que se estaba recuperando de aquella visión de mí machacando a Sonia.

-VANESA: es un hombre con todas las letras ya, a mi me deja igual cada día.

-SONIA: ¡pues que suerte zorra de mierda! jajajajaa – pese al insulto todas se rieron mientras Jaime estaba cruzado de brazos.

-JAIME: ¿suéltala ya, no?, tenemos que ir a ducharnos para la discoteca – miré a Vanesa buscado su señal.

-YO: yo me quedó hoy, estoy molido, Sonia me ha dejado doblado.

-SONIA: ¿ah si? Pues yo estoy igual, me quedo a descansar.

-JAIME: pues no quedamos entonces…..

-CARMEN: ¡no!, yo, después de esto, me voy a por Joel…….

-SARA: te sigo hermana, a ver si me presentas a alguno de sus amigos jajajajaja – “tengo que darme prisa o serán 2 mulatos en casa”.

-VANESA; pues yo tengo ganas de bailar, ¿me acompañas Marta?

-MARTA: claro, un placer…….

-VANESA: pero 2 chicas solas………Jaime, ¿nos acompañas? – Jaime sonrió, supongo que pensando que era una ventana abierta.

-JAIME: claro, como podría rechazarlo.

Se vistieron y se fueron de fiesta, yo me quedé con el bañador en la piscina, al rato Sonia apareció completamente desnuda, se metió en el agua y se acercaba peligrosamente, sabia que estabamos solos, Vanesa se ocupó de ello, como planeamos.

-YO: perdona lo de antes……creo que me he pasado….

-SONIA: nada que perdonar tonto, me ha encantado, si te digo la verdad, ha sido el mejor de mi vida.

-YO: ¿de verdad? creía que tenías mucha….experiencia.

-SONIA: y la tengo, tiene su mérito jajajaja, y por eso me ha encantado, si hasta creo que me ha crecido la cadera, me he intentado poner unas bragas y no me entraban – como excusa era pésima.

-YO: pufffff como sea verdad vas a terminar siendo perfecta – se pegó a mi pecho con una sonrisa malvada en los labios.

-SONIA: ¿puedo preguntarte una cosa?

-YO: claro

-SONIA: ¿follo mejor que Vanesa? – una alerta saltó en mi cabeza, Vanesa me dijo que podía pasar.

-YO: no……..vamos….no se….contigo ha sido medio borracha en un juego…..a ella en cambio la dedico horas, y me saca de mis casillas.

-SONIA: ¿y que opinaría ella de que nos acostáramos…….ya sabes……. fuera del juego?

-YO: no creo que la molestara…….es extrañamente liberal…..¿por que? – se pegó a mi presionándome con los senos y besándome en la oreja.

-SONIA: por que quiero demostrarte que se hacerlo mejor, aquí y ahora – sus ojos verdes brillaban con fulgor al separarse un poco, y sus labios se relamieron.

Me besó con fuerza, y la cogí del culo, que al sentir mis manos se abrió de piernas montándome, con el agua hasta media cintura no pesaba nada, así que di vueltas, con ella besándome y su lengua jugando a encontrar todos mis dientes. Ya la tenia dura cuando me puso sus senos en la cara, mojados y con la piel tierna del agua y la noche, lamí uno de ello, succioné con fuerza tirando de él, hasta que cayó rebotando. Con una habilidad anti natural, al bajarse de mi, me quitó el bañador, y me la cogió arrastrándome, me llevó al borde de la piscina y me pidió que la penetrará por detrás, como antes. Fue embestirla y se tuvo que apoyar en el borde para no salirse del agua, la cogí una pierna para levantarla de medio lado y empecé un ritmo que estaba aprendiendo a controlar, ella arrancaba briznas de hierba con cada golpe y sin dame cuenta tuvo un orgasmo, supongo que aún estaba a “punto de nieve”, del polvo de antes.

-SONIA: ¡joder Samuel, me corro, me corro y me encanta!

-YO: eres una mujer espectacular – “si, pero Vanesa es LA mujer.”

Se dio la vuelta y me sentó en el borde de la piscina, cogió mi tranca con ambas manos y la dio lametones con besos hasta dejarla seca, se agachó mojarse los senos y plantó mi polla entre ellos, mi ancha herramienta se vio ridiculizada por aquellas tetas, que la devoraban sin piedad, las movía como sacos de arena, levantándolas y dejándolas caer, no pude evitar correrme como un cerdo y llenarla de semen desde los pechos hasta el pelo.

-YO: ¡madre mia, que pedazo de tetas!

-SONIA: jajaja ¿a que son geniales?

Me bajé al agua y la cogí de los costados sentándola en mi lugar, la abrí de piernas y estuve 10 minutos comiéndoselo con descaro, metiendo dedos y chupando su clítoris, se retorció como un culebra mientras se “sintonizaba” los pezones Cuando ya la tenia dura, la volví a penetrar y no dejé de cabalgarla hasta que media hora más tarde le metí el esperma tan dentro que lo escuché rebotar en la pared de su útero, Sonia se había corrido tantas veces que solo aguantaba la respiración entre cada explosión de sensaciones.

-SONIA: ¡joder con el hermanito, me vas a dejar muerta!

-YO: una pena que Jaime te acapare.

-SONIA: le mando a la mierda a la de ya…..

-YO: hazlo – era lo que buscaba, y me resultó más fácil de lo que pensaba……. bueno, más simple, fácil para nada, me había desfondado con Sonia.

Nos dimos una ducha y nos quedamos en el salón viendo la TV. Regresó mi madre, con Joel, iba pedo y se subieron a follar como mejor sabían, la oírles, Sonia se masturbaba delante mía, y me daba con le pie para que me percatara, al 3º orgasmo de mi madre, claramente identificables según al tonalidad de sus alaridos, Sonia me saltó al cuello y se abrió de piernas montándome de rodillas, se penetró ella sola y se pasó un cuarto de hora botando a diferente rimo que sus senos, hasta que la llegó su orgasmo final, la cogí del culo y planté lo pies destrozándola y sacando mi reserva. Sonia gemía y se frotaba la cabeza de compresión, empezó a tener convulsiones, tembló como una hoja al viento, sacudiendo las manos como si se hubiera quemado, cayendo a mi pecho sin fuerzas, tardé unos minutos más en lograr llenarla de un par de chorros de semen casi trasparente, al sacarla mi polla aún estaba a tensa, y la golpeaba entre las piernas con ella.

-SONIA: ¡puffff me matas, es increíble, 4 en una noche!

-YO: me pasaría el día follándote.

-SONIA: jajaja yo no puedo más, me he mareado esta última vez, otra y me tienen que llevar a urgencias.

-YO: dame unos días y me vas a durar toda la noche – se arqueó posando sus senos en mi barbilla, a los que daba pequeños besos y lamidas.

-SONIA: iba en serio lo de Jaime, le mando a paseo en cuanto vuelva, ¿y tú que harás con Vanesa?

-YO: ¿que voy ha hacer? Es mi novia….

-SONIA: pero después de esto……..yo pensaba…..- la besé.

-YO: ¿que la iba a deja por ti? jajajaja, si quieres eso tendrás que ganártelo en la cama, y por ahora Vanesa te lleva mucha ventaja.

-SONIA: puffff es que ella lleva 3 semanas contigo, dame tiempo.

-YO: tienes 1 mes, hasta la vuelta, si no soy tuyo para entonces, se acabó.

-SONIA: trato hecho – y me extendió la mano, se la di, sin soltarla el culo.

“Una menos”, pensé, Sonia era demasiado orgullosa y terca como para creerse inferior a nadie, y se pasaría el mes entero a mi disposición solo por demostrarlo, antes de darse cuenta de que la había embaucado, o eso me dijo Vanesa. Al rato apareció Sara colgada del brazo de otro mulato, y se subieron a sumarse a los gritos de mi madre y Joel. Al llegar Jaime con mi hermana y mi novia, y vernos en el sofá desnudos y el olor a sexo, ellas sonrieron medio idas, pero Jaime me miró cabreado.

-JAIME: ¿que pasa aquí?

-SONIA: ¡que te dejó!, vete a tomar por culo, ahora Samuel se ocupará de mis orgasmos jajaja – Jaime parecía muy furioso.

-MARTA: ¡joder Sonia!, mira como has puesto el sofá jajajaja – estaba empapado.

-SONIA: ¡tu puto hermano!, que me ha follado 4 veces ya, y no puedo con él…- miró a Vanesa y no mostró arrepentimiento alguno – …perdona Vanesa.

-VANESA: jajaja no pasa nada, mi chico es fuerte como un toro, seguro que ahora subimos y me deja sin aire.

-JAIME: ¡esto es la polla, se folla a Sonia 4 veces y en vez de molestarte te lo quieres subir arriba ¿a él?! ¡¿Cuando llevo toda la noche detrás de ti?! ¡NO ME JODAS! – me saqué a Sonia de encima, y le di un morreo a Vanesa que la dejó saboreando mis labios en el aire con los ojos cerrados.

-YO: ¿hablamos fuera Jaime? así te fumas un porro y te tranquillas – me miró odiándome, seguro que como yo le miraba a él no hacia mucho. Al salir a la terraza me cogió del brazo zarandeándome.

-JAIME: ¿se puede saber que haces? Sonia es mía.

-YO: suéltame……..ella se me ha echado encima…….ya la has visto en el juego de cartas.

-JAIME: ¡a mi no me la pegas!, llevas 2 días tras ella, si Vanesa no es suficiente me la follo yo y tú quédate con Sonia – le aparté el brazo con un monotazo airado.

-YO: te dije que como toques Vanesa te tiro por el balcón, ella es mía por que quiere serlo, no por manipulaciones de críos como tú, si Sonia ha abierto los ojos no es culpa mía, es mayorcita para decidir por si sola.

-JAIME: ¡a mi no me hables así, o te parto la cara! – alzó la mano.

-YO: ya no me das miedo……..eres un niñato, engreído y superficial, y me das lastima – me soltó un bofetón que me dio de lleno en el labio, pero me rehice.

-JAIME: ¡escúchame mierdecilla, estoy hasta la polla de que se rían de mi en esta casa, me vas a respetar! – alzó la mano, y cuando caía, sin pensar, le cogí de la muñeca parando el golpe, fue como si creciera medio metro de golpe ante sus ojos.

-YO: si estás harto de estar aquí, en la casa de las amigas de Vanesa tienen una habitación libre, una llena de fiestas con universitarias salidas, seguro que es tu ambiente, aquí ya no tienes sitio, ya no eres mi amigo, no sé si alguna vez lo fuiste, pero se que no te necesito en mi vida, así que pasa el mes queda aquí encerrado, o lárgate a otra casa, me da igual, pero ya no eres nadie – esta vez él se soltó la mano de un manotazo, y se frotó la muñeca sintiendo el dolor de cómo se la había apretado.

-JAIME: ¿me echas?, ¡¿como tienes los santos cojones?!, desde que estás con la puta de tu novia no hay quien te soporte.

-YO: ¿como la has llamado?

-JAIME: ¡PUTA! ¡Si, a esa guarra que se te ha metido en el coco, se pasa aquí todo el día jodiéndome la vida, y ahora mírate, todo gallito, seguro que por que vas lamiéndola el culo te crees especial, pero ya me ocuparé de ella, que sepas que me la voy a follar tanto que me la va a desgastar, son todas unas zorras, Sonia no era más que un calentamiento, me las he follado a todas, a tu tía, a tu madre y hasta a tu querida hermanita, y entérate bien de esto, como a ellas, ME VOY A FOLLAR A LA PUTA DE TU NOVIA! – según lo dijo mi puño se cerró justo antes de impactar en la boca de su estómago, del golpe se dobló dando un brinco de medio palmo y cayó de rodillas al suelo, escupiendo babas y tratando de coger aire.

-YO: te quiero fuera de esta casa mañana, ya no es opcional, no quiero volver a verte hasta el día de vuelta, y como se te ocurra volver a insultar a nadie de esta casa, incluida mi novia, te juro que te parto el cuello como una rama seca – fue sin gritar, pero mi voz salió del mismo infierno.

Jaime estaba con una mano en alto protegiéndose de mi airada postura, amenazaba con golpearle de nuevo, tenia ganas de darle más puñetazos, tantos como me había guardado todos estos años, pero ante mi solo había un chico patético y asustado, lloriqueando postrado en el suelo, tratando de no ahogarse del poco oxigeno que lograba pasar por la garganta.

Al volver dentro me temblaba el cuerpo entero, sentía que me fallaban las rodillas y que el corazón hacia un agujero en mi pecho a cada latido para salir disparado, me miraba el puño, aún cerrado, magullado y como si vibrara, el cerebro daba la orden de que se abrieran los dedos y dejaran de hacer presión contra mi palma, pero no obedecían los músculos, “adrenalina, es la adrenalina, tienes que calmarte”. No me percaté de que tenia a Vanesa hablándome delante de mi hasta que me cogió de la cara y me la levantó, al ver tras las gafas sus ojos azules escondidos bajo los rizos recordé que tenia que respirar, solté 4 bufidos nerviosos e intermitentes por la boca antes de caer de rodillas ante ella, me abracé a su cintura y ella me envolvió la cabeza con sus brazos.

-VANESA: calma……..ya pasó.

-YO: ¡lo……lo siento…no se que……no debería!- sentía sus dedos acariciar mi pelo.

-VANESA: shhhh tu tranquilízate, respira profundo y céntrate en mi voz, piensa en el mar, en las olas y sus movimientos constantes, piensa en una huella en la arena que se va borrando con el paso de la marea, poco a poco, una y otra vez, céntrate en como se desvanece lentamente, y acompasa tu respiración con la espuma de mar, lentamente – lo hice, vi esa orilla y me pasé unos minutos enfocándola en mi mente, hasta que dejé de temblar, alcé la mirada y vi la cara de Vanesa, era casi maternal, jugaba a peinarme con sus dedos, con un brillo inusitado en sus ojos azules.

-YO: te quiero – y la apreté tanto que la doblé..

-VANESA: jajja para que me vas a romper, ¿estás mejor?

-YO: si………..no…….no lo sé……quiero irme.

-VANESA: vamos arriba mi amor – me cogió de la mano y la seguí sin importarme la dirección, nos tumbamos en mi cama, y me aferré como un niño de 5 años a su madre tras un susto. Marta no apareció esa anoche en mi cama, ni nadie, por un momento toda la casa se paralizó, y solo existamos Vanesa y yo.

-YO: no he debido hacerlo.

-VANESA: no creo que nadie te culpe por lo que has hecho, alguno hasta te aplaudiría.

-YO: pero mañana se enfadará conmigo y …..- me besó tiernamente, tan dulce y livianamente que fue como si me besara por 1º vez, pero nunca la había sentido así.

-VANESA: si sabe lo que le conviene mañana se irá a casa de mis amigas como le has ordenado.

-YO: ¿lo habéis oido?

-VANESA: no hemos podido evitar pegarnos al cristal de la terraza, Sonia, tu hermana y yo lo hemos visto, hasta Sara ha bajado a ver que eran esos gritos, ¿no nos has visto?

-YO: no….yo…….estaba…….furioso, no se si estaban cuando he vuelto, ¿que pensaran de mi?

-VANESA: pues que tienes unos cojones como el caballo de Espartero……- fue su apreciación inicial, luego recapacitó – ….has dado un paso de gigante de cara a nuestros objetivos.

-YO: ¡me dan igual!, ahora solo quiero tenerte entre mis brazos.

-VANESA: cariño, me……me gustara que esta noche no…… hiciéramos nada…..¿te importa?

-YO: claro que no, no me refería a eso – la rodeé la cintura y apoyé mi cabeza en su pecho, acostados de lado mirándonos el uno al otro, con ella cogiéndome de la cabeza, y la acariciaba como un ente diferente a mi, sintiendo como me atusaba con los dedos el cabello, me estaba quedando dormido sintiendo su corazón latir acelerado y el ritmo de su respiración.

-VANESA: gracias.

-YO: ¿por que? – dije cansado.

-VANESA: nadie nunca me había defendido así – solo obtuvo un gemido ronco de mi parte, estaba cansado y abrumado, solo quería perderme y me quedé profanamente dormido.

Por la mañana seguíamos igual, estaba abrazado a su pecho, al mirarla la vi dormida, casi como un ángel con el pelo revuelto y sus rizos tapándola medio rostro, le aparté los mechones y la di un tierno beso en la frente. Eso la desperezó, estiró los brazos y abrió la boca en un bostezo descomunal, al abrir los ojos me vio, y se le escapó una sonrisa arrebatadora, me acarició la cara con los dedos y sentí que nuestro amor duraría milenios.

-YO: hola.

-VANESA: hola, mi galante caballero de blanca armadura – se me enrojecieron las mejillas.

-YO: no digas eso, no estuvo bien.

-VANESA: pues la sensación que tengo es que te quedaste bien a gusto – eso seria si le hubiera reventado la cabeza de Jaime el 1º día que me pidió ir a mi casa para “ver como meneaba el culo mi madre”, a gusto no, pero si obtuve una satisfacción nueva para mi al hacerlo, me habían enseñado a ser un chico formal y educado, nadie me dijo que placentero, o cuan satisfactorio podía llegar a ser darle un puñetazo a un pedazo de gilipollas.

-YO: ¿que hora es? – me cogió del brazo para mirar mi reloj de pulsera.

-VANESA: las 12:15…. – al girar mi mano vio mis nudillos amoratado, con una ligera capa de piel levantada en uno de ellos, con restos de sangre reseca –…. ¡joder si que le diste bien!, ¿te duele?

-YO: no.

-VANESA: deja que te limpie la herida, no se te infecte…. – me miró a la cara y rozó mi labio con un dedo, lo noté abombado –…además tendré que poner hielo en ese labio, está hinchado – antes de levantarse me dio un corto beso, se quiso separar pero la apreté y nos dimos 3 o 4, sonreía alegre cuando la solté.

Regresó con una pomada y unos hielos de la nevera dentro de un paño, me senté en la cama, ella me montó de cara, yo solo iba con el bañador y ella en bragas blancas de libra con un camisón amplío sin sostén. Me puso a sujetar el hielo en el labio y luego, con un pañuelo húmedo, limpió mi mano, echó alcohol etílico y se rió al verme quejándome por el escozor, juntó sus labios y sopló con dulzura aliviándome, para acabar extendiendo delicadamente la pomada en los nudillos.

-VANESA: ya está mi hombretón jajajaja – apoyó sus manos en mi cuello y me frotaba las mejillas con las yemas de sus dedos, todo su proceso lo hice mirándola a los ojos, y ella se daba cuenta pero me huía la mirada abochornada.

-YO: ¿que pasará con nosotros al final del verano?

-VANESA: ¿a que te refieres?

-YO: lo sabes bien, hablamos de que pasará con mi madre pero no de nosotros, tú empezarás el 2º año en la universidad, encima en Madrid, yo empiezo el 1º año, podríamos vernos…quedar……seguir siendo….novios……..y eso….- apretó los ojos con ternura.

-VANESA: nada me gustaría más que eso, pero no puede ser, esto es uno de esos amores de verano, es mejor que queden bonitos y bellos en nuestros recuerdos, que descubramos la realidad del día a día.

-YO: no creo que pueda apagarme como un interruptor, te quiero, y se que pensaré en ti cada día del resto de mi vida – me huyó los ojos y esta vez fue de forma cansada.

-VANESA: Samuel, créeme, no te gustaría saber como soy en realidad, si lo supieras me tendrías asco, y todas estas palabras dulces y todo este cariño se desvanecería, no quiero que eso te pase a ti, prefiero que este sueño sea bonito y se quede así para siempre.

-YO: lo dices como si fueras una asesina en serie o algo.

-VANESA: no, pero si que te mentí.

-YO: ¿en que?

-VANESA: en que si soy venenosa……..dejémoslo así, no quiero hablar de ello ahora……..- se reactivó cambiando de tema -……..¿que tal ayer con Sonia?

-YO: bien……- la seguí el juego, pero me dejó preocupado – ….fue como dijiste, paso a paso.

-VANESA: lo que no esperaba era lo de Jaime, ahora estaba abajo con las maletas hechas, se va con mis amigas, me ha pedido que las avise.

-YO: ni siquiera se ha despedido.

-VANESA: algunos tienen mal perder…….ahora es importante jugar rápido, queda menos de un mes para terminar esto, Sonia ya es nuestra, unos días en la cama con los 2 y no podrá escapar, Sara ayer se zumbó a un mulato, pero por lo visto la dejó insatisfecha, así que es tu oportunidad, me llevaré a Sonia al pueblo y esta tarde házselo como mejor sepas, y será un más.

-YO: ¿y después?

-VANESA: eso ya depende de tu hermana y de tu madre, una de las 2 se ofrecerá, más tarde o más temprano, pero con Joel por medio apuesto por tu hermana.

-YO: Vanesa, contigo y Sonia ya me costará, si le sumas a Sara……..no voy a poder con todas.

-VANESA: no aprendes……esto no es solo sexo, con Sonia bastará, con su orgullo solo con oírte con otras querrá superarlas, pero con las demás no. Lo de ayer con Jaime te ha hecho ganar puntos, he escuchado a Marta relatárselo a tu madre y a Sara, que llegó tarde y solo te vio asestarle el puñetazo, Carmen ni se lo creía….ahora mismo no hay nadie en esta casa que no te vea como un hombre firme y duro, así que no pierdas ese escudo, deja que se maravillen con él.

Relato erótico: “La casa en la playa 9.” (POR SAULILLO77)

$
0
0

El hombre de la casa.

Respiraba hondo, una y otra vez, preparado para continuar con el plan, estaba en la puerta de mi habitación, de pie, apretando y soltando mis puños, nervioso y expectante. Hacia un rato Vanesa había bajado a desayunar después de curarme la mano con la que había erradicado el cáncer que era Jaime de mi vida, de un solo golpe, en concreto del puñetazo que le di cuando me enfureció más allá de mi límite. Antes hubiera dejado que me gritara, antes hubiera dejado que me pegara, hubiera dejado que tomara todo lo que él deseaba, y me hubiera quedado mirando, pero eso fue antes, ahora era otra persona, ahora tenía a Vanesa, y con ella me sentía capaz de todo. No es que mi personalidad cambiara, es que ahora tenia valor para exteriorizar lo que sentía, y entre pensar en actuar, y actuar, hay un universo de diferencia.

Cuando me sentí listo, bajé a desayunar, tenia un hambre voraz, al llegar al salón estaban todas allí, y se detuvieron medio segundo para mirarme, sentí sus ojos clavados en mi al acercarme a Vanesa por detrás, rodearla con mis brazos para darla un beso en la mejilla, y sentarme a su lado. Empecé a comer, una tostada, un vaso de zumo de naranja frío, y unos bollos de crema que vendían en un puesto ambulante de la urbanización. No se cuanto tiempo pasó hasta que alguna se atrevió ha hablar, lo mediré en que iba por media tostada.

-CARMEN: ¿como estás hijo?

-YO: bien, ¿por qué?

-MARTA: por nada………es que…..Jaime se ha ido…….

-YO: no se fue él, lo eché yo.

-SARA: eso he oído.

-SONIA: ¡menuda hostia le diste!

-YO: se la merecía.

-CARMEN: ¿pero que ha ocurrido?, es tu amigo.

-YO: ya no, era un imbécil al que nunca he aguantado – mi madre dio la vuelta a la mesa y me cogió de la mano.

-CARMEN: hijo, Jaime puede haber comentado algún error, pero no debes de ser duro con él, quizá si le pides disculpas decida volver a……- di un golpe sonoro en la mesa que hizo saltar los cubiertos.

-YO: ¿Disculparme? ¿Yo? ¿Por que debería?, se ha pasado 2 meses haciendo lo que le daba la gana, ha estado en la cama de todas, y en vez de dar gracias al cielo por ese regalo, se reía de vosotras, os faltaba al respeto y os ultrajaba en vuestra cara, mientras poníais sonrisas y el culo para que os azotara, ¿y ahora pretendes que me disculpe, por defenderos cuando amenazaba a Vanesa con que la iba a destrozar a pollazos como os había follado a las 4? ¡VOSOTRAS SOIS LAS QUE TENDRÍAIS QUE PEDIRME DISCULPAS A MI!, en esta casa se me ha tratado como a un crío, he soportado cosas que no me gustan solo por no atreverme ha hablar, pero eso se acabó, a partir de ahora voy a hablar claro, y a quien no le guste, ahí está la puerta – fue mucho más fácil decir las palabras que Vanesa me dijo, por que lo sentía, eso no cambió que me ardía la cara.

-MARTA: solo estabamos jugando……

-YO: pues se terminó jugar, somos adultos, no críos borrachos.

-SARA: ¿y donde va a ir Jaime?

-YO: mirar lo mucho que os quería que se ha ido a la casa de las amigas de Vanesa a cepillarse todo lo que pille.

-CARMEN: lo siento………yo pensaba que no te importaba…….. que lo veías bien.

-YO: ¿como voy a ver bien que mi madre se deje meter mano de esa forma por un mierda como él? – aquella frase la lapidó, como la dejaba mi padre con solo mirarla.

-SARA: bueno, vamos a calmarnos todos un poco.

-YO: si, será lo mejor, yo me voy a la playa, ¿quien se viene? – Vanesa me cogido de la mano.

-VANESA: yo misma.

-SARA: y yo, estoy acalorada.

-MARTA: yo me quedo, estoy molida de ayer.

-SONIA: pues no te digo yo…- me guiñó un ojo, para hacerme recordar la noche entera que me pasé tomándola – ….te haré compañía Marta.

-CARMEN: dame un minuto y me visto hijo.

-YO: vale, pero usar biquinis normales, estoy harto de ver a tíos babeando encima vuestra, os esperamos fuera – arrastré a Vanesa a la piscina, y la abracé rendido, mostrar rudeza era agotador, apoyé mi cabeza en su hombro.

-VANESA: jajaja las has dejado a cuadros, me encanta.

-YO: ¿lo he hecho bien?

-VANESA: de fábula, una semana así y no cagarán si pedirte permiso.

-YO: ¿y ahora que hacemos?

-VANESA: a la paya, y como si fuera el 1º día, seriedad, bañarse calmamente sin roces, salir a tomar el sol, y vuelta a casa, si no las hablas casi mejor – la cogí de la nuca y la besé, queriendo reafirmarme en ella para saber si hacia lo correcto.

-YO: mi madre no me dejará dominarla así.

-VANESA: ¿tú la has visto? tu madre es una tigresa que se ha pasado casi 20 años encerrada, y la han dejado corretear por la jungla, pero ahora quiere volver a su jaula, supongo que está buscando a un domador que la devuelva a ella, por eso Joel es tan peligroso, si se da cuenta será tarde, tienes que ser tú el que tenga el látigo en la mano.

Su lógica parecía no tener fisuras, así que fuimos a la playa todos en silencio, plantamos la sombrilla y nos llevamos refrescos para tomar algo frío, en pleno agosto era infernal quedarse al aire sin bebidas. Cuando yo me levanté, y no antes, mi hermana y mi madre se quitaron la camiseta y dejaron sus bellos cuerpos tapados por unos biquinis de lo más ordinarios, Sonia en cambio siguió con el de tanga abajo y arriba uno de los suyos, mientras que Sara escogió un termino medio, no se puso los diminutos, pero si unos más estilizados, de los que usaba al principio. Vanesa iba con uno azul claro que le quedaba de escándalo con sus ojos y el tono de su piel adquirido por el sol, ni que decir de sus curvas de carretera de montaña.

Fue el baño más tranquilo del verano, Sara y mi madre por un lado charlando, Sonia y Marta por otro, y Vanesa y yo cerca de ellas, pero por separado, unos juegos inocentes a dejarse arrastrar por las olas, y de regreso a las toallas, la única que se atrevió a quedarse con los pechos al aire era Sonia, y no creo que fuera algo que no se atreviera ha hacer antes de aquel verano. Yo las respondía con monosílabos cada pregunta, y solo dejaba que se me acercara Vanesa, creo que me mostraba más cariñoso con ella de lo que estipulaba mi personaje o escudo, pero no podía evitarlo, tenerla reposando entre mis piernas y brazos, mordisqueándose un dedo mientras su pelo me acariciaba el pecho y se tapaba el rostro del sol con una mano, era demasiado para no rozar su ombligo con mis dedos, o apoyar mi cabeza en la suya para besarla en la nuca. Regreso sepulcral a casa, y comida tranquila, parecía que todas esperaran un “ta – chán” y aparecieran cámaras ocultas, y todo aquello fuera una broma, pero no, se miraban y hablaban sin alzar la voz.

Pasamos 3 días igual, en los que era seco, frío, distante e hiriente en mis comentarios, reprochaba sus actitudes, y todas, en mayor o menor medida, se avergonzaban de su comportamiento previo. Descubrí cierta adición ha hacer daño con mis palabras, y fue liberador expresar en alto lo que sentía, Vanesa llegó a pedirme que fuera con más calma o me pasaría, y una figura autoritaria se convertiría en un enemigo, y no en un líder. En esos días no me acosté más que con Vanesa, bueno, técnicamente solo tuve sexo con ella, ya que Marta seguía metiéndose en mi cama. Estabamos comiendo después de una mañana apacible, tranquila y aburrida en la piscina.

-CARMEN: ¿y que haremos esta tarde? Es jueves…….- la discoteca abría y Jaime no estaba para usar sus juegos de cartas.

-YO: yo me voy a quedar en casa, no me apetece hacer nada ni ver a nadie – Sonia me miró confundida.

-VANESA: pues yo me voy al paseo marítimo a dar un paseo, ¿os apuntáis?

-MARTA: ¡si, por dios!, necesito salir de aquí un poco.

-VANESA: ¿y tú, Sonia?

-SONIA: claro……si Sam no…….

-CARMEN: yo he quedado con Joel, teníamos que halar de una cosa …….pero no se si es el mejor momento.

-MARTA: ¿de que?

-CARMEN: nada………es que…..había pensado que…………vamos……nos vemos tanto que………pensé que podría quedarse unos días aquí – Vanesa me miró con condescendencia, y aquello me pilló en frío.

-YO: ¿quedarse?

-CARMEN: si……….no sé……es que están de obras en la casa en que se estaba quedando…….. y me lo pidió – “ya, de obras”

-YO: ni de broma metes a ese en nuestra casa …- Vanesa me apretó la mano -…en mi casa.

-MARTA: seria raro mamá.

-CARMEN: tengo que hablar con él y decirle algo………- la veía tal como era, mi madre preguntaba al aire, estaba buscando a alguien que la dijera que hacer, ese era mi padre, pero él no estaba.

-YO: dile que no puede ser, ya se ha aprovechado de ti suficiente.

-CARMEN: ¿tú crees? – era tan evidente ahora su necesidad de obedecer, que no darme cuenta antes me resultó desesperante.

-YO: y además, e n la medida de lo posible, me gustara que dejaras de verlo – alzó la mirada confundida.

-CARMEN: ¿pero entonces que voy a ha hacer yo?

-YO: cerrar las piernas, lo que tendrías que haber hecho desde el principio – aquello la cayó como un jarro de agua fría, agachó la cabeza mirando al plato, y no volvió a hablar en toda la comida. Pasó un buen rato hasta que alguien abrió la boca.

-VANESA: ¿entones nos vamos todas?

-MARTA: si.

-CARMEN: claro, necesito despejarme.

-SARA: bueno, si salís todas……- la cogí de la mano.

-YO: no te veas obligada, si te quieres quedar……..agradeceré tu compañía.

-SARA: vale……pero solo si nos echamos la siesta juntos, que hace mucho que no duermes conmigo – fue un regalo del cielo.

-YO: como quieras, estoy roto y necesito dormir – aproveché el regalo y de paso mantuve mi escudo de frialdad.

Tal cual planeamos, Vanesa se llevó a las chicas toda la tarde, así que se ducharon y se vistieron con ropas amplias o vaporosas para aguantar el sopor del sol y se despidieron. Sara se quedó en el sofá de abajo conmigo una media hora, hasta que bostezó y se subió a la cama, dejé pasar unos minutos y subí tras ella dispuesto a todo. Al llegar ella estaba sentada en la cama, con el biquini puesto, y me vio entrar, con solo el bañador.

-YO: espero no importunar.

-SARA: nada tonto, ya te dije que mi cama estará siempre para ti y tu hermana – extendió su mano y me senté a su lado.

-YO: te lo agradezco.

-SARA: debo confesar que me has sorprendido, parece que hayas madurado 10 años de golpe.

-YO: solo trato de poner orden en mi casa.

-SARA: ¿quieres ser como tu padre?

-YO: mi padre no se acostaría contigo ahora – me tumbé a su espalda y la cogí de la cintura con un brazo, sonrío al verse como una maniquí sin vida siendo acomodada de espaldas a mí, pegándome a ella.

-SARA: jajajaja no, él no lo haría.

-YO: te agradezco mucho de nuevo que me dejes dormir aquí, ahora mismo no soy capaz de dormir sin sentir el cuerpo cálido de una mujer hermosa – apreté rodeándola por el vientre hasta sentir en mi pecho su espalda, su pelo en mi cara, y su culo en mi polla.

-SARA: jajaja un placer.

Se acomodó el cuerpo a mi, y sin querer me dormí unos minutos, me despertó el movimiento de sus caderas, con un gesto leve y amplio, restregaba su glúteos contra mi, provocándome una erección incontrolada, al sentirla, desabrochó su parte de arriba del biquini y se la quitó. Comencé a frotar con mis dedos en su vientre, ya que aún la rodeaba con el brazo, y sonrió sonoramente. El juego fue subiendo de temperatura, se recogió el pelo hacia la almohada, dejándome ver su cara de perfil por encima del hombro, y su culo empezó a masturbarme con habilidad, soltó un gemido de sorpresa al cogerla un pecho, y acariciar con los dedos sus pezones, apoyé mi barbilla en su hombro y me miró meriendes el labio de forma traviesa a escasos centímetros de mi cara.

-SARA: pensaba que te habías olvidado de mí…….

-YO: solo un imbécil como Jaime lo haría, follas como una diosa.

-SARA: jajjaa que bruto, ¿y Vanesa?

-YO: la tengo contenta, como a Sonia.

-SARA: ya lo vi el otro día, jajaja pobrecilla, la dejaste muerta.

-YO: ¿y ti como te dejé?

-SARA: puffff desde aquellos días me he vuelto loca buscando a uno como tú, pero ni los mulatos me llenan……

-YO: he pensado mucho en aquellos días, fue una locura, estaba pasando un mal momento y me aproveché de ti.

-SARA: nada de eso cielo, soy yo la que debía de haber puesto unos límites, soy adulta y lo pasaba mal, necesitaba caricias y las busqué en ti.

-YO: no es que me arrepienta de que ocurriera, pero me planteo lo bien o mal que fue hacerlo.

-SARA: yo también……………no…….miento….la verdad es que no me había parado a pensarlo, fue fugaz, intenso y rápido, y si soy sincera, me encantó, no solo por ti, si no ese sentimiento de travesura o rebeldía.

-YO: fue emocionante.

-SARA: lo fue……..a menudo sueño contigo, me levanto acalorada y con la mano entre mis piernas, sintiendo mis braguitas húmedas…..¿por que está mal que un hombre y una mujer adultos disfruten del sexo? – era la señal, me consideraba un hombre adulto.

-YO: es verdad, es mezquino e hipócrita que por unos simples lazos de sangre se convierta en algo malvado….– bajé mi mano del vientre a su entre pierna, estaba tan caliente que me ardían los dedos, pero apreté hasta meter mi mano por dentro de la tela de las bragas del biquini, al sentirlo, Sara cerró los ojos y ayudó abriéndose de piernas lo justo.

-SARA: por que es tan excitante que la gente le da miedo…….- se giró sobre si misma quedando boca arriba, acariciando mi cara con sus manos al sentir mis caricias en su piel -….me vuelves loca Samuel.

Se arqueó al sentir mis dedos penetrarla, y pasó un brazo por encima de mi cabeza, lo que me dio acceso a lamerla un pecho, me costó muy poco dejarle el pezón duro y tieso con los labios, el tiempo que tardó en mojarme la mano que la acariciaba como ella misma me había enseñado. Debí de lograr acelerarla, por que me empujó con fuerza y me tumbó boca arriba, se puso a mis pies y tiró de mi bañador con los dientes, ayudándose con las manos para sacármelo, al ver mi polla dura sonrió con lujuria, la agarró con las manos y la besó en la punta con calidez.

-SARA: pufff casi no recordaba como era de ancha – al metérsela en la boca me costó no derrumbarme y echarme a llorar de felicidad, su forma de chupar el glande era única.

Se pasó un buen rato pajeando lentamente mientras su boca hacia maravillas con mi miembro, le dedicaba lametones largos desde la base hasta arriba, y luego pasaba su lengua por el capullo antes de metérsela en la boca y usarla como si fuera un “chupa-chups” enorme. Me di cuenta que al soltarla Sara, el propio peso de mi tranca la hacia caer sobre mi vientre, y ella lo aprovechó estrujándomela entre sus senos, para subir y bajar lentamente sobre ella. La cara que ponía era de niña traviesa estudiada sabiendo que estaba comportándose mal, a la 6º vez que subió, la cogí de los hombros y la alcé hasta besarla, metí mi lengua en ella y la devoré con fuerza. La volví a poner de lado dándome la espalda, desaté el nudo del biquini en su cintura, mientras la besaba el hombro, y tiré de él con tanta fuerza que lo rompí por el lado no desatado, su gemido de susto lo tapó mi boca al alzarme para buscar posición a su espalda. Ladeándola la cadera acaricié su clítoris para localizar la entrada a su cuerpo, apunté mi polla y embestí de un solo tirón, se quedó ronca y se apoyó en el colchón al no poder hacer otro cosa a al vez que la tenia aferrada, la sacaba y metía con lentitud, noté como se le había cerrado algo, pero enseguida se acostumbró de nuevo a mi presencia, para entonces soltaba gemidos ahogados con cada vaivén, y ella sacó el culo para facilitarme las cosas.

Fueron unos 20 minutas en que no paraba el ritmo, de vez en cuando al cogía del vientre y la pegaba a mi, por que según la iba embistiendo ella se alejaba acercándose al borde de la cama. Cuando la separé las piernas, y a la vez que la follaba, la acariciaba el clítoris, se derrumbó, dejó de devolverme los golpes de cadera y se tensó hasta eclosionar, con 4 gritos rápidos.

-SARA: ¡DIOS………..JODER………SIIIIIIII……..ME MATA! – me tumbé boca arriba conmigo dentro de ella aún, quedando sentada en mi pelvis, de espaldas a mi.

En esa postura había cogido cierta practica gracias a Vanesa, así que la cogí de los muslo para ponerla como una rana, y comencé ha hundírsela tan rápido y fuerte como podía, ella se mantenía rígida sonriendo, hacia contracciones para ayudar la penetración, balanceándose sobre el eje de su trasero sobre mi, aguantó un buen rato pero pasados unos instantes se derritió sobre mi cuerpo, la cogí de los senos una vez que ella ya no cerraba las piernas y no paré hasta arrancarla un 2º orgasmo, en el que esta vez si, que sentí como se mojaban nuestros cuerpos. Iba a por todas, seguí sin descanso sintiendo un calor y una humedad indescriptibles al introducírsela, su espalda chocaba con mi cara y terminé besando su piel y dando pequeños mordiscos que la hacían reír, soporté aquel martirio divino hasta vaciarme dentro de ella, da tales golpes de cintura que Sara tardaba en caer a plomo sobre mi erección.

-SARA: ¡jaajajaja, madre mía, si que te enseñé bien!

De un giró rápido, la tenia tumbada boca abajo sobre mi, la cogí del culo y nos besamos hasta perder la noción del tiempo. Mi polla regresó, dura y firme, lo que buscaba con su bamboleo corporal, y se abrió de piernas montándome de rodillas, busqué sus pelvis y la golpeaba con mi miembro, aquello la producía escalofríos, se abrió los labios mayores y de una estocada limpia la enterré en ella, se agarró el pelo de tensión unos instantes antes de caer a 4 patas sobre mi, comenzando un movimiento rítmico de caderas.

Fue tremendo verla destrozarse ella sola contra mí, que casi ni me movía, así que la ayudé plantando los pies y organizando un rodeo, siendo yo el toro bravo y ella la jinete. Se tuvo que apoyar en la pared de la cabeza de la cama para no vencerse, y luego ponerse rígida para contener su cuerpo, sus pechos temblaban sobre mi cara y era besados, lamidos y mordidos, el sonido del choque de sexos empezó a taladrarme el cerebro, con un canto meloso, casi celestial, saliendo de la boca de Sara, que aumentaba cada poco sus decibelios, fui aguantando el ritmo hasta reventarla, soltó 4 chorros saliendo de mi, que me salpicaron hasta la cara, para bajar y hundírsela otra vez, de cuclillas rebotaba como una poseída, sin ritmo ni cadencia, solo se dejaba caer. La cogí del cuello y la tumbé para besarla, luego comenzó a chuparme los dedos, y una vez húmedos fueron guiados a su ano, al sentir uno dentro de ella se calmó por unos instantes, cerrando los ojos y queriendo gritar, pero sin hacerlo. No paraba mi cadera, aunque a ritmo lento, y unos minutos después la estaba metiendo 2 dedos por el culo mientras la perforaba con mi tranca.

Elevó su cadera rogando que me la follara por el culo, la saqué de su coño y jugué a no metérsela, ella me arañaba el pecho como suplica, y al sentirme acertando en su ano, dejó resbalar hasta sentirla dentro de varios intentos, eso la hizo tiritar de nervios, la rodeé por los riñones con los brazos pegándola a mi y regresó el ritmo a mi cintura, sabia que allí terminaría hasta el final. Si ya estaba abrumada, cuando me pasé 15 minutos dándola por el culo se desquició, soltaba chorros leves de vez en cuando sin dejar de frotarse el clítoris, peor no dejaba de hacer círculos con la cadera buscado más penetraciones. Alguna vez se me salía de su cuerpo, pero sin usar la manos me buscaba ella y se lo volvía a meter, era tan fácil pasado un rato que Sara dejó de parecer congestionada, y lo disfruta de verdad. Se puso a 4 patas gateando tras un orgasmo que la provocó espasmos en los riñones, la seguí de rodillas y se la metí por el agujero descomunal que tenia entre sus nalgas, hasta que hizo tope con mi pelvis, se mantuvo en el aire medio segundo antes de caer rota, y me dediqué a matarla entre alaridos que no reconocía en mi idioma, balbuceos calientes y risas sobrepasadas, terminé sudando hasta el punto de que me goteaba de la nariz, y cayendo a su espalda con una corriente eléctrica atravesándome la columna cuando solté todo mi cargamento de semen en su trasero. Caí tumbado a la cama, tratando de recuperar el aliento, mientras Sara se tensaba y destentaba por momentos.

-YO: ¡puffffffff no puedo más……!

-SARA: no….más no por favor……no puedo……- se dejó caer rodando hasta acabar a mi lado, tenia los ojos bien abiertos y su cara irradiaba felicidad – ….. jajajaja se nota que practicas a diario, jajaja has mejorado un montón en duración y la forma de llevar el ritmo.

-YO: ayuda entrenarme con mujeres de verdad, como tú.

-SARA: jajaja me has dejado como nueva…….

-YO: eso espero, puede que te venga a ver alguna que otra vez.

-SARA: será un lujo para mí.

-YO: pero deja de buscar a otros, ya sabes que ninguno te dará esto.

-SARA: ¿y pretendes que me quede sola en la cama mientras tú estás con Vanesa?

-YO: si.

-SARA: ¿y te parece justo?

-YO: no, pero si veo a otro mulato o mierdecilla en tu cama, el que no vuelve soy yo.

-SARA: que cruel……….

-YO: si quieres te mando con Jaime, él sabrá darte placer, hasta que se canse y se busque a otra de nuevo…..

-SARA: no, por favor, no hace falta, solo que me parece injusto, soy adulta y puedo tomar mis decisiones.

-YO: me parece bien, busca a un buen hombre, mereces más que ser una borracha salida en busca de una buena polla, me duele verte tan rebajada, así que tu eliges, o te buscas novio de verdad o yo te vengo a ver para calmar tu fuego, pero nada de líos bajo mi techo.

-SARA: quizá tengas razón, llevo como una gata en celo desde que estoy aquí………¿pero donde voy a encontrar marido ahora? – casi como un bofetón, lo vi, Sara estaba descontrolada por que tenia miedo de volver a empezar una relación, su divorcio le había afectado bastante más de lo que pensaba.

-YO: aquí no creo que encuentres a ningún hombre decente, pero seguro que hay cientos de hombres que matarían por estar contigo.

-SARA: eres un cielo…..- me abrazó y nos quedamos así una media hora.

Sara se duchó, y yo detrás, fue refrescante, terminamos acostados y vestidos como si no hubiéramos estado follando como animales. Pese a tenerla abrazada, y haber disfrutado del sexo, mis pensamientos no eran para ella, o para mi propio ensalzamiento, eran que ya tenia la 2º pieza del puzzle, pero esas habían sido las fáciles, ahora tocaban mi hermana y mi madre, y eso seria un suplicio.

Al regresar las chicas, menos mi madre que había quedado con Joel, se pasaron media hora hablando y riéndose de lo que se habían divertido en el paseo marítimo, me tenia que mantener firme así que no las prestaba atención, pese a que mostraban prendas que se habían comprado, alguna subida de tono, pero me alejaba de ellas. Sonia se me acercó pasado un buen rato en que las demás hacían la cena, iba vestida como le gustaba, top ceñido marcando pecho y shorts abiertos.

-SONIA: hola, ¿que haces aquí tan solo? – sonó a burla.

-YO: estudiar un poco – me besó en la mejilla inclinándose sobre mi.

-SONIA: ¿y no te apetecería estudiarme a mi?… – se hizo una coleta con las manos encima de un hombro jugando con su larga cabellera –…me he comprado una cosita para ti, ven a mi cuarto luego – me cogió de la nuca y se esmeró en aplastarme sus senos al besarme en el cuello, luego se giró y caminó siendo consciente de que la miraba.

-VANESA: ¿competencia? – me pilló de sopetón a mi espalda.

-YO: quiere que vaya a su cuarto…….a enseñarme una cosa……

-VANESA: ya……vas a tener que tirártela otra vez, se huele que te has acostado con Sara, y quiere revancha.

-YO: yo quiero estar contigo.

-VANESA: luego, tu hermana y yo te estaremos esperando en la cama, pero tienes que cumplir con ella o se buscará a otro imbécil, y si la pierdes a ella, las pierdes a todas, tu escudo se vendrá abajo.

Asentí abrazándola, y besándola, su olor a champú de manzana en el pelo me transportaba a un bosque y sus ojos azules eran el cielo, me acostaría con Sonia, como hice con Sara, y como intentaría con las demás, pero solo la quería a ella.

Cenamos con algo de cháchara, fue divertido unos instantes, al terminar decidieron darse un baño en la piscina, como no, Vanesa se las llevó y dejó que Sonia se quedara conmigo, no tardó en apretarse contra mí en el sofá, y mis ojos se perdían en su escote, era imposible no mirar por que ella lo ofrecía encantada. Al rato ya la tenía cogida de una teta y la acariciaba con delicadeza, alzó sus ojos verdes y me clavó un beso de tornillo que casi me ahoga.

-SONIA: vamos arriba – me cogió de la mano y la seguí aceptando mi destino, jamás un hombre sabiendo que iba a follar con semejante hembra……. fue tan infeliz.

Al llegar a su cuarto me empujó a besos a su cama y me sentó, cogió una bolsa diminuta y se metió en el baño, se dio una ducha y tardó unos minutos en salir, avisó antes de sacar una pierna con unos buenos tacones y usó el móvil para poner música sensual. Lo siguiente que vi fue a Sonia salir vestida con una bata de encaje trasparente sin anudar, con un conjunto de ropa interior, negra y con lazos rojos, a juego, tan sexy como exuberante, con todo su pelo caoba recién mojado y una leve sombra en los párpados que hacían verla como si tuviera 2 esmeraldas en los ojos, la parte de arriba era un wonderbra de dimensiones épicas, se las ponía tan arriba y tan apretadas que rebosaban y temblaban al caminar, al darse una vuelta la bata se elevó mostrando su trasero en un tanga de hilo fino, con un lazo carmesí en parte delantera.

-SONIA: ¿te gusta?

-YO: estás como un tren de mercancías – “basta, si, pero arrolladora”

-SONIA: jajaja he pensado que un hombre como tu tendría unos gustos más refinados, así que según lo he visto lo he comprado, es una talla menos que la mía de pecho, pero es que no tenían nada más grande.

-YO: normal, si es que vaya tetas…..

-SONIA: hombre, gracias jajajajajaja…….y ahora tu sorpresa.

Se cuadró con la música y empezó un movimiento lento y suave de caderas, de lado a lado, tan amplio como le permitían aquellos taconazos, seguido de un par de giros de cuello regalando una estampa que ni las marcas de champú, con su pelo tan largo como brillante. Cada vez que hacia que su pelo se moviera como un látigo, lo acompañaba de una ola en su cuerpo, fue tan burdo como excitante, logró ponérmela dura con solo agacharse ante mi y mostrar su escote, se dio la vuelta dejándose caer sobre mi, frotando su trasero contra mi pelvis, apoyando su cabeza en mi hombro y mirándonos fijamente, usándome de apoyo para subir por mi cuerpo y dejarse resbalar por él. Aparté la bata de su hombro y la besé, aquello la encendió, su cadera cogió vida propia y me estaba masturbando con su culo antes de sacarme la ropa. Mis manos fueron a sus senos, eso ya no podía evitarse, al acariciarlas sentí la aspereza de la tela y quise tirar de él para sacarle los pechos.

-SONIA: ¡ah, no!, que me lo rompes y es nuevo……deja que me lo quite…..- se puso en pie recolocándose, no tardé ni medio segundo en pegarme a su espalda y bajarla la bata hasta casi atarla de las muñecas.

-YO: déjatelo, te voy a follar con él conjunto puesto – se le estremeció la piel, y sentí el escalofrío pasar por su espalda, una mano fue a su pecho y la otra comenzó a acariciarla por encima del tanga, pegando su culo a mí…..desde atrás la visión era tremenda.

-SONIA: hazlo.

Mis dedos se metieron por dentro de sus muslos, y acariciaba con lentitud, pero ella ya estaba mojada, sentirlo me éxito, y metí un dedo haciéndola suspirar, besándola en el cuello y amasando a duras penas un pecho que se mantenía de milagro dentro del sujetador. La mano entre sus piernas se fue acelerando, había encontrado su punto G y la penetraba con rapidez, logrado sacarla gemidos muy pronto, se quejaba incluso, dando pequeños golpes sacando el culo, hasta que empezó a decir palabrotas, allí la solté, se giró rabia y me empujó a la cama para montarme a 4 patas, nos dimos una serie de largos besos en los que ella terminó recostada sobre mi pecho, en los últimos besos sentí si mano acariciando mi abultada entre pierna. Me besó en el cuello y fue bajando hasta sacarme el bañador, sonrió al masturbarme, mordiéndose el labio y terminar chupándome el glande con rudeza, Sara era mucho más dulce, pero sabia lo que se hacia.

Estuvo unos 10 minutos comiéndomela, y me contenía a duras penas, quería follármela pero parecía tan entregada que me daba apuro, Sonia tosía y se ahogaba la tratar de meterse más de la que podía albergar, con una mano sin parar de masturbar, la pedí que dejara de hacer eso y me montara de una puta vez, estaba sediento de sexo y no es que Sara me hubiera dejado con ganas por la tarde, es que Sonia estaba tremenda, se apartó el tanga a un lado antes de sentir como la penetraba, fue tan diferente y tan parecido a la vez, le costó un mundo metérsela entera y se quedó petrificada unos segundos, en los que la aparté la bata hecha una bola. El sujetador brillaba con una especie de cristales reflectantes diminutos, y la acariciaba los senos por encima de ellos. Su cadera ya se movía cuando logré sacarle un pecho, su pezón estaba tan duro y tenso que sobresalía con orgullo, la tumbé para poder chupárselo y a la vez ganar espacio para apoyar los pies, soltó una serie de alaridos al sentir como la penetraba fuerte y con rapidez, apoyó sus manos una a cada lado de mi cabeza y empezó a hacer fuerza contra mis embestidas, verla con sus tetas oprimidas y temblando ante mis ojos me llevó a perder el control, subí hasta donde mejor ritmo pude dar y no bajé en un buen rato, sin preocuparme de desfondarme.

Sonia puso los ojos en blanco y se perdió por el 2º orgasmo, allí cayó fulminada, y dejó de tener gracia follársela, así que la tumbé boca arriba sentándome en su vientre, desabroché el sujetador liberando sus senos como si se rompiera una presa y el agua fluyera libre, besé y lamí sus pechos para después poner mi rabo entre ellos, no hacia falta ni que los apretara uno contra otro, eran tan bien puestas que con solo frotarme ya sentía placer, tardó unos minutos en entender que ocurría y se las agarró para dejarme hacerme la mejor cubana de mi vida, mi ancho miembro palidecía ante aquellas montañas, fui aumentando la velocidad hasta que el cuerpo entero de Sonia botaba al ritmo de sus pechos, tuve que contenerme por no correrme en su pecho sin dejarla rota de nuevo. La abrí de piernas metiéndome entre ellas y de un empujón certero volvió a poner los ojos en blanco, arqueó su espalda mostrando aún mas sus tetas, que lamí y chupé extasiado, cogiéndolas como ancla y llegando un punto en el que no terminaba de salir de ella y ya estaba entrando de nuevo, una vez y otra tras otra, ella trató de rodearme con las piernas pero no podía, de la inercia se abría retorciéndose, aguantando la respiración y logrando llevarla a otro par de orgasmos que coronaron un chorro que casi me saltó por encima del hombro, eso me mató, y dando un pequeño descanso, seguí hasta vaciarme dentro de ella, que casi pedía a gritos terminar con sus ojos. Me pasé media hora encima de ella comiéndome sus senos empapados de sudor y fluidos de ambos.

-SONIA: yo no puedo contigo……. ¡me matas Sam!

-YO: vas mejorando.

-SONIA: es que haces delirar, la tienes tan gorda que me roza todo el rato, y cuando coges velocidad es como si volara.

-YO: tú sigue así – me puse en pie, y me vestí.

-SONIA: ¿te vas?

-YO: mi novia me espera en mi cama.

-SONIA: zorra afortunada……..

-YO: más sorpresas como esta, y me meteré en la tuya más a menudo – me tumbé a su lado en la cama, besándonos, al sentir mis dedos en su interior cerró los ojos sobrepasada y se lo di a chupar, cosa que hizo con gusto, sonriendo.

-SONIA: gracias.

Me fui sin saber por que me las dio, si por el polvo, o por darle de probar su propia esencia, y me quedé pensado en cuantas veces había soñado con acostarme a Sonia antes de aquel verano, y de que una vez mía, resultaba que no la quería a ella. Al llegar a mi cuarto ya estaban Vanesa y Marta acostadas, Vanesa iba solo en bragas, mostrando sus preciosos y turgentes senos, mientras que Marta iba en tanga y un camisón amplio, desde mi cambio de actitud siempre iba así al dormir.

-VANESA: ¿ya la has dejado satisfecha?

-YO: eso espero……..no puedo con mi alma – me acosté entre medias.

-VANESA: tu hermana estaba muerta, se ha dormido enseguida abrazada a mí.

-YO: espero lograr lo mismo.

-VANESA: ¿entonces no quieres jugar conmigo? – la miré suplicando perdón.

-YO: claro que quiero, pero no puedo….- pasó su dedo índice desde mi frente a mi barbilla, juntando con su uña a rascarme el mentón.

-VANESA: tranquilo, solo bromeaba, anda, ven aquí y descansa.

Me apretó a su pecho y me dejé llevar, me sentía muy raro al seguir las instrucciones de Vanesa, que a fin de cuentas era mi novia, y me hacia ganarme una a una a las mujeres de la casa, según ella, por mi bien y el de mi familia, algo no me cuadraba, pero estaba muy cansado como para ver que era. Por la mañana me desperté abrazado a mi hermana de cara, estaba despierta y me acariciaba el pelo, al verme mirarla sonrió.

-MARTA: me encanta cuando te despiertas y me miras así…….

-YO: ¿como?

-MARTA: como si vieras a un ángel….

-YO: no se aleja mucho de la realidad.

-MARTA: jajaja que bobo.

-YO: es la verdad Marta, sin ti mi vida hubiera sido un infierno, eres alegre feliz y divertida, hasta ahora eras la única luz de mi vida.

-MARTA: gracias Samuel, te lo agradezco de corazón ….– me besó en la frente – …oye ¿Cómo que hasta ahora?

-YO: bueno……yo…….- soltó una carcajada y me frotó la cabeza de nuevo.

-MARTA: tendré que acostumbrarme a que tienes novia….ya no eres solo mi hombrecito – se levantó y se fue con sus andares felices.

-VANESA: muy bien jugado…….- la tenia a mi espalda.

-YO: ¿jugado el que? – Vanesa me miro confundida al darme la vuelta hacia ella.

-VANESA: lo que la has dicho, ha sido muy bonito, seguro que se pasa media mañana pensando en ti.

-YO: no le he dicho por eso…….- o si, ya no lo sabia.

-VANESA: pues mejor aún, dame un beso y vete a ducharte que tenemos unos dais difíciles por delante – se lo di, un par en realidad, antes de alejarme de sus brazos.

Me pasé 1 semana en un ciclo mortal, rebotando de cama en cama, de la mía a la de Sara, y de la suya a la de Sonia, Vanesa siempre lograba que me quedara a solas con alguna, y aunque todas sabían lo que ocurría, nadie hablaba de ello, supongo que fue un paso atrás a cuando Jaime se las follaba en “secreto”. Fue suficiente para comprender que ninguna de las 2 supondría un problema mayor, mi tía necesitaba afecto y Sonia reafirmarse, con esas tonterías y un poco de encanto estuve más tiempo tumbado que de pie.

El plan funcionaba pero se acababa el tiempo, 3 semanas hasta la fecha de regreso, y no estaba más cerca de mi madre o de mi hermana, empezaba a pensar que Marta no quería nada, así que me centré en mi madre, que salía muchas veces “a dar una vuelta” decía, pero Joel esperaba cerca siempre, ahora tenia reparos en admitirlo, y mentía para encubrirse, otro logro al lote. Un día regresó de cenar bastante tarde, con Joel del brazo y muy perjudicada, su tono de voz era muy agudo cuando bebía y se la notaba enseguida, les escuchamos follar una hora y media. Vanesa no pudo evitar bajar a mirar, la acompañé, y mientras la tomaba de forma animal, Vanesa se reía sorprendida de mi atrevimiento creciente, le gustaba como estaba evolucionando en el sexo, donde ya no me veía tan desigual con ningún hombre, y aquella noche lo constaté llegando a durar mas que el Joel. El cabrón llegó a poner a mi madre contra el cristal, desnuda, aplastando sus pechos en el vidrio cuando se la metía por detrás, si no nos vieron en el balcón fue de milagro. Cuando terminamos las 2 parejas, me quedé abrazado a Vanesa durante horas sentados en el césped del jardín junto a la piscina, nos reíamos y charlábamos sin dejar de acariciarnos, recorría su espalda con mis dedos tirando de sus rizos, a la vez que ella jugueteaba con mi rodilla.

-VANESA: jajaja deja de enredar los dedos en mi pelo, dios…….

-YO: me encantan tus rizos, creo que me enamoré de ti solo por el pelo – me miro con una sonrisa brillante que se desvaneció al instante.

-VANESA: no estás enamorado de mí, recuerda que es solo un amor de verano.

-YO: para ti…..pero no para mí.

-VANESA: ya hemos hablado de ello…..no soy buena para ti.

-YO: ¿eso no debería decidirlo yo? Al menos dámela oportunidad de demostrártelo hasta final del verano.

-VANESA: no hay nada que puedas hacer salvo asegurarte de que tu familia vuelva a casa……tienes que ponerte duro con Joel, o en un par más de noches le mete en casa – tenia mucha habilidad para desviar la conversación.

-YO: ¿que más puedo hacer?

-VANESA: no se me ocurren más cosas, te has impuesto en casa, pero el aún la domina con el sexo, tienes que quitárselo.

-YO: ¿y como?

-VANESA: no lo sé, en las tribus de gorilas una muestra de fuerza ante el grupo te hace digno de ser el líder, quizá si te enfrentas a Joel…..

-YO: ¡me matará!, me saca una cabeza y tiene más músculos que una enciclopedia de medicina.

-VANESA: si…..quizá, pero la otra opción es apelar a amor maternal, enfréntate a él y al perder, tu madre te defenderá y le echará para siempre, aunque perderás tu posición de ventaja, no te verá como al líder y si como una pájaro herido al que cuidar, pero podemos jugar con eso más adelante, en cualquiera de los casos tienes que provocar un enfrentamiento directo, con ella delante.

Por si no era suficiente, ahora tenia que hacerme el gallito contra un tipo que podría ser medallista olímpico en muchas disciplinas, “todo fuera por mi familia”. Nos fuimos a dormir, tratando de pensar en que forma dar un golpe de autoridad sin terminar en el hospital. Nos despertamos pronto, para pillar a mi madre con Joel, y tracé un plan para conservarme de una pieza, tardaron un buen rato en bajar mientras hacia el desayuno, al verme mi madre trató de sacarlo por detrás.

-YO: no, por favor……….venid – mi madre me miró conmocionada, pero se acercó con Joel.

-CARMEN: ho…..hola.

-YO: hola mama……… Joel.

-JOEL: hola…… brother.

-YO: estaba preparando el desayuno, ¿queréis comer algo?

-CARMEN: no…….Joel ya se iba……- la rodeé con un brazo y la senté en una silla.

-YO: no pasa nada mujer, vamos a comer algo, seguro que estaréis famélicos……Joel, ¿nos acompañas?, quiero hablar un segundo contigo.

-JOEL: claro – se sentó al lado de mi madre, mirándola totalmente perdido.

-YO: verás……el otro día vi un vídeo, de esos vírales de Internet, de bromas que les hacen amigos a sus amigos mientras duermen, ya sabes, pintarles la cara, echarles espuma, tirarle de la cama, esas cosas……..- saqué un par de butifarras de la sartén dejándolas en la mesa ante ellos, encima de un taba de cortar – ….me parece increíble la de cosas que pueden lograr hacerse unos a otros, deben tenerse un resentimiento enorme ….- comencé cortar por la mitad una de las butifarras con un cuchillo grande de cocina -… me parece de muy mal gusto hacerle eso a alguien mientras duerme profundamente, seguramente no se enteran de nada hasta el día siguiente….- troceaba la butifarra de forma lenta y sonora al golpear con el cuchillo sobre la tabla de madera.

-CARMEN: pues si, pero a que viene…..- chité un poco.

-YO: tsh déjame acabar…..- estaba haciendo dados de la butifarra -….verás Joel, en ese estado en el que alguien tiene que esperar a que te quedes dormido para poder hacerte algo así, creo que una persona tiene que estar muy al limite, y quiero pensar que si alquilen les ofreciera la oportunidad de elegir, cambiaran las cosas para evitar que les hagan esas bromas…..- puse los dados encima de un plato y la otra butifarra entera en otro -…..en fin….cosas mías…..por favor, desayunar…..Joel, ¿a ti como te gusta la butifarra? ….– puse los 2 platos a su lado – …¿entera o en trocitos? Tú eliges – clavé el cuchillo en la tabla de cortar de madera, se quedó temblando unos segundos, y cogí un dado de carne que me comí –….me salgo fuera….hasta la vista.

Fue glorioso ver el cuello musculoso de Joel tragar saliva, esperé fuera con Vanesa, el móvil en la mano y el número de emergencias marcado, esperando que saliera a matarme, lo que escuché fue una serie de gritos, una discusión y un portazo de Joel gritando “que ten den por culo, no vuelvo, tu hijo está pa´allá”. Vanesa se reía a carcajadas, y yo trataba de dejar de estar tenso, me tumbé en el suelo para centrarme, hubo un momento en el que el cielo girara a mí alrededor, pero la cabeza de Vanesa apareció.

-VANESA: jajajaja ¿estás bien?

-YO: estoy loco, no queda otra, no se ni como me ha salido la voz.

-VANESA: por que eres un autentico líder, eso ha sido descomunal, ¡te dije provocar, no acojonar! jajajaja

-YO: ganar la batalla antes de empezar, me ha parecido una opción válida, el sabe que soy su hijo, y a mi no me puede alejar, algún día se dormiría en mi casa, ahora sabe que no puede permitírselo.

-VANESA: pueden quedar lejos de aquí….

-YO: tal vez, pero me sigue pareciendo mejor opción que dejar que me parta la cara.

-VANESA: eso no lo niego……tienes que ir a hablar con tu madre, ya, intenta ocupar su vacío, no sé, llévala a dar una vuelta.

La di un beso para ganar confianza, y me metí de nuevo en casa teniendo algunos reparos al saber como actuar, al ir a la cocina allí estaba mi madre sentada, con cara triste y algo enrojecida, al verme me dedicó una primera mirada de odio, tragué con eso y me senté a su lado, poniéndome el escudo.

-YO: ¿y Joel?

-CARMEN: se ha marchado…….no se si volveré a verle – sonó a reproche.

-YO: mejor para ti, era un aprovechado, estás mejor sin él.

-CARMEN: ¿tú crees?

-YO: por supuesto, ya te dije que no me gustaba.

-CARMEN: lo sé, pero me divertía……..has sido muy…..tajante al hablarle así.

-YO: tanto como he tenido que serlo, no le necesitas para pasarlo bien..…. ¿que te parece si salimos a dar una vuelta tú y yo? – abrió los ojos entre sorprendida y agradecida por el ofrecimiento.

-CARMEN: si tú quieres….- me levanté a darla un besó en al mejilla.

-YO: claro……. y ponte guapa, quiero presumir – aquella bobada hizo que se le iluminara la cara, me acarició la cara y me abrazó poniéndose de pie.

-CARMEN: dame unos minutos.

Salió disparada al piso de arriba a vestirse, y me quedé con cara de imbécil al ver lo fácil que me había resultado aquello, esperando un rato hasta que bajara. Subió una madre recién levantada de una noche de infidelidad con una bata larga desgastada y despeinada, bajó una top model. Con el pelo negro ligeramente ondulado suelto y dejándolo caer a los lados de su cabeza, con un flequillo suave, no sé si el colorete de sus mejillas era real o no, pero no parecía serlo, y salvo eso no tenia maquillaje, con un colgante largo fino acabado en una cascabel en su pecho, una blusa sin mangas de estampada de flores, ceñida hasta el punto de dejar claro que iba sin sujetador, con amplio escote generoso, una falda hasta las rodillas, vaporosa y con vuelo realzando sus caderas y su espectacular trasero, ayudada por unos tacones no muy exagerados que la estilizaban la figura.

-CARMEN: ¿que tal voy? – se dio una vuelta dejando que la falda atrajera mi mirada.

-YO: espectacular.

-CARMEN: ¿salimos ya o esperamos a las demás?

-YO: no, solos tú y yo, hoy soy tu hombre – esa frase la hizo sonreír y apartarse el pelo de la cara detrás de la oreja.

Le ofrecí mi brazo al que se agarró, y salimos a pasear sorprendentemente pronto, casi a las 9 de la mañana, a esas horas el sol no apretaba tanto y el paseo marítimo estaba abriéndose, sonidos de cerrojos y verjas, camiones entregando mercancías y tenderos colocando sus puestos. Dimos un largo paseo, al principio sin hablar, solo respirando el aire saldado. Según andábamos pensé que podría dar un paso más y la rodeé por la cintura apoyándome en ella, ese gesto la enterneció e hizo lo mismo, metiendo su mano en el bolsillo trasero de mis bermudas, dedicándome usa sonrisa cálida, nos íbamos acercando a los puestos y mirábamos, charlábamos y seguíamos al siguiente, fue extrañamente tierno, ya que era mi madre, las carantoñas en el brazo, sentir su mano moverse junto a mi culo, la mía apretándola en la cintura cuando se giraba a ver algo, o verla probarse collares con el sol reflejado en su pelo y sus ojos. Llegamos hasta la macro discoteca, lugar que no habíamos pisado en casi 2 semanas, después de ir casi a diario durante un mes, al llegar había un cartel enorme en la entrada.

-CARMEN: ¡mira!, dice que harán una fiesta la semana que viene.

-YO: como todos lo días.

-CARMEN: no, ¡será de disfraces por carnaval!

-YO: no es carnaval.

-CARMEN: supongo que lo sabrán……….!¿podríamos ir?!

-YO: no, estoy harto de fiestas.

-CARMEN: ¡por favor!, me gustara mucho acudir, disfrazare y salir un día……

-YO: ¿no estás cansada de tanta fiesta?

-CARMEN: un poco…..supongo….pero seria como despedida….ya queda poco para volver a casa…..y sin Joel temo aburrirme, piénsalo, por mi, las chicas también lo agradecerán, llevamos una semana larga encerrados en casa…..

-YO: está bien, lo pensaré, no te prometo nada, pero tendrás que ser una niña buena en casa si no……- no sabia si terminar la frase, pero bastó para que me abrazara.

-CARMEN: ¡gracias!, seré quien quieras que sea – su forma de apretarse en mi pecho, la forma de hablar, y aquellas palabras, me sentí como mi padre por 1 momento, la dominaba.

Si hasta ahora la tenia impresionada por mi actitud, el numerito de la mañana con Joel la había demostrado que yo mandaba, y ahora obtenía resultados, aunque de igual forma, usó sus encantos para ir a la fiesta, tal como hubiera hecho con mi padre cuando quería algo, podría haberme negado a ir de inicio, pero pensé que seria una gran oportunidad de acometerla, tendría que hablarlo con Vanesa.

Me cogió de la mano entrelazando los dedos y se pasó todo el camino de vuelta frotándome con la otra mano, ya fuera mi brazo o mi pecho. Ya era medio día y el bullicio del paseo marítimo era enorme, estaba lleno de chavales, parejas, o familias, y sentí celos al ver como la miraban, ella creo que se daba cuenta, por que les sonría cuando alguno se la quedaba mirando y luego me apretaba la mano tirando de ella. Decidí ir por la playa para alejarla de eso, así que se quitó los zapatos llevándolos en la mano, la arena ya quemaba del sol, y para cerrar el paseo, la cogí en brazos hasta llevarla a casa, pero era un largo trecho, me cansé y me la subí al hombro, tal como había visto a Joel llevársela a casa borracha, pero esta vez iba sobria, se reía al colgarse de mi hombro sin decir absolutamente nada de que la tuviera cogida del culo para que no se cayera. La sensación de cogérselo fue terriblemente placentera, era firme y dura para su edad, sus nalgas bailaban en mis manos, sin duda iba en tanga. Se oían sus carcajadas cuando llegamos al jardín de casa, la hice resbalar por mi pecho y quedó pegada a mí entre mis brazos.

-CARMEN: jajaja estás muy fuerte – me apretaba los antebrazos.

-YO: gracias.

-CARMEN: ¡uffff! estoy algo acalorada, como pega el sol – cierto, pero también podría ser por que la había puesto cachonda, fue algo que no deseé pensar.

-YO: pues ahí tenemos una piscina…..- la cogí de la cintura elevándola medio palmo del suelo.

-CARMEN: ¡jajaja no por favor, no estoy vestida! – braceaba un poco pero soltaba unas carcajadas que me recordaban mucho a las que le dedicaba a Jaime cuando la metía mano, nos acerqué al borde y la baje hasta dejarla en vilo.

-YO: has dicho que tenías calor….

-CARMEN: jajaja ya lo sé jjajajaja pero no, por favor….jajajajajaja – la sentí nerviosa, quería que lo hiciera, se lo leía en la cara, y no pude evitar darla un beso en la frente, la quité los zapatos para después empujar, soltó un leve grito agudo y sonó el chapuzón. La falda se le quedó frotando y al emerger una sirena preciosa apareció, entendí a Jaime al verla así.

-YO: ¿mejor? – me salpicó agua sin perder su sonrisa.

-CARMEN: ¡si jajajaja pero eres malo, mira como me has puesto, y tú hay tan seco! – se echó todo el pelo hacia atrás y trataba de separarse la tela sintética mojada de su piel, pero no podía, se le pegaba marcando unos pezones duros y pequeños.

-YO: pues hazme sitio – y salté a su lado, dejando su bolso, mis zapatillas y mi móvil en el césped, la salpiqué de arriba abajo, y cuando me puse en pie me miró con lujuria, ya era evidente, la camiseta empapada pegada a mi cuerpo la atraía la los ojos.

-CARMEN: ¡alaaaaaaaa jajaja! estás empapado, quítate la camiseta anda…..- se acercó tirando de mi camiseta y sacándomela por la cabeza, dejando sus manos en mi pecho.

-YO: no es justo, tú también estás mojada – y sin pensarlo hice lo mismo y se la quité, se sonrojó tanto que casi ni se movió al quedar, no solo sin la blusa, si no que la quité la falda tardado en abrir la cremallera de su falda colocada en su costado.

-CARMEN: ¡jajaja mira como me tienes aquí medio desnuda…..jajajaja! – medio no, estaba con un mísero tanga.

-YO: me gusta verte así, pero solo para mí, me enfado cuando otro hombre te ve así, no me gusta que te deseen.

-CARMEN: pero eso es natural, los hombres sois así.

-YO: pues no me gustó nada que Jaime y Joel te vieran así, y menos que te tomaran.

-CARMEN: fue jugando, solo quería distraerme un poco, beber y divertirme…

-YO: pues mira que bien o lo hemos pasado tú y yo sin tener que beber.

-CARMEN: ¡es verdad!, me he comportado como una cría con las hormonas aceleradas, pero ahora lo veo, se que tendría que haberme comportado por ti, pero tu padre no estaba y me sentía un poco perdida.

-YO: y yo no te he ayudado, pero ahora cuidaré de ti, como de todas – la abracé y alzo su mirada como un naufrago al ver una playa.

-CARMEN: lo sé, estoy orgullosa de ti y de cómo has cambiado estos meses, eres el hombre que siempre sabia que eras, no solo tienes a Vanesa, si no que has sabido alejarme de Joel, lo necesitaba, ese hombre me estaba volviendo loca, casi……. ¡casi lo meto en casa, dios!, y pensaba……..pensaba hasta en quedarme con él….lo siento….soy una estúpida – estaba abriéndose a mi, como hacia con mi padre, me había costado unas semanas lo que él lograba con una mirada, pero ya había ocupado su lugar.

-YO: ahora eres mía, eso quedó atrás. Nos quedamos abrazados durante más de 20 minutos, en los que la escuché llorar.

Se calmó y nos secamos al sol un buen rato, antes de vestirnos y meternos en casa, allí esperaban todas como niñas buenas en el sofá, mi madre se fue a dar una ducha y me senté entre Sara y Sonia, mientras que Vanesa me miraba con unos ojos que no supe leer, creía que me estaba felicitando pero sentía un profundo dolor en la forma en que me observaba. Comimos con tranquilidad y la tarde la pasamos en la piscina, me costó un mundo estar solo con aquellas 5 mujeres y no centrarme demasiado en una más que en la otra, yo solo quería ir con Vanesa, pero ella me susurraba que jugara con Sara, le hiciera aun carantoña a mi madre, o besara en el cuello a Sonia mientras que hablaba con Marta.

En la cena mi madre me montó una emboscada, y comentó lo de la fiesta de disfraces, tan ilusionada que las demás se sumaron a su entusiasmo, me mantuve firme en que me lo pensaría, por mucho que me multiplicara, ¿solo 1 hombre para 5 mueres en una discoteca? Era carnaza para los buitres de la discoteca. Nos fuimos a acostar, y estaba tumbado en la cama con Vanesa acariciándonos mientras esperábamos a mi hermana. Vanesa dormía solo con un tanga, lo que me provocaba erecciones constantes, algunas las calmaba con ella, y otras me mandaba a calmar a Sara o Sonia, según su parecer. Yo, con mi bañador abultado, la rodeaba de cara por la cintura acariciándola las piernas a lo largo del muslo.

-VANESA: ha ido bien con tu madre por lo que veo.

-YO: si, demasiado, esta mañana estaba con Joel y a medio día ya me ha contado todo, tenias razón, Joel la había hecho pensar en quedarse con él.

-VANESA: te lo dije, pero ahora no importa, ya es tuya, solo tienes que seguir así hasta la fiesta, Sonia mantendrá tu posición, Sara la sostendrá, y te digo yo que tu madre estará tan salida después de 1 semana sin tener a Joel ni nadie, oyéndote con las de la casa, que te saltará al cuello a la mínima.

-YO: ojalá, y así termine esta pesadilla.

-VANESA: ¡¿pesadilla?! ¿sabes cuantos hombres matarían por tener a una de las 5 mujeres bajo este techo? No te digo ya varias a la vez…..

-YO: estoy harto de juegos mentales, y de manipulaciones, sabes que no lo hago pro que lo quiera, lo hago por que mi familia lo necesita, pero no pienso en nadie más que en ti – me besó tiernamente acariciándome la cara.

-VANESA: ¡eres tan ……- irritante iba a decir – ……. Raro! ¡¿tan difícil te resulta cumplir una fantasía inherente al hombre, que es el incesto, con mujeres tan guapas?! Es casi de relato erótico.

-YO: puede ser, pero quiero que lo sepas, no lo deseo, ni ansió que ocurra, ya no, puede que antes, pero llegaste tú y pusiste mi vida patas arriba…….- esta vez la besé yo, sentí su lengua en mi garganta, la acaricié su piel en las nalgas y la apreté contra mi.

-VANESA: para….ummmmmm….para……no puedo….tienes que ir con Sonia …..- lo decía, pero me daba cortos besos -…te ha visto con tu madre, y necesita tenerte cerca hoy.

-YO: me da igual, quiero estar contigo esta noche – la cogí de un seno y lamí su pezón con delicadeza, suspiró de forma alargada, y se dejó hacer unos minutos, sentía su mano queriendo alejarme pero no lograba separarme de ella.

-VANESA: por favor, te lo ruego..…..ve con Sonia….tu hermana está al llegar – logró apartarme la cabeza de sus pechos, que tenían los pezones duros y firmes de mis labios, se mordió le labio y me dio un largo beso húmedo y sensual -… vete…..te lo pido…. por tu bien.

Me levanté, no sin antes acariciar su pelo, sus rizos me dejaban hipnotizado. Al acudir a la puerta de Sonia, y verme, me asaltó encima y no tardé ni 2 minutos en estar follándola de forma salvaje, de todas era la que más violentamente se movía, creo que exageraba sus movimientos para tratar de ganarme a su causa, con sus voluptuosos senos saltando en mi cara, pero la pobre sufrió mi ira, a quien quiera estar penetrando no era a ella, y sin embargo allí estaba, amasando sus senos con ambas manos, chupándolos mientras daba golpes de cadera uno tras otro, provocándolas alaridos y orgasmos uno tras otro, hasta que la metí mi semilla hasta el fondo de su ser. Sonia se quedó ronroneando en la cama cuando me fui, y regresé a mi cama.

Ya estaba harto, casi más furioso que al irme a ver a Sonia, y al ver a Vanesa sola allí tumbada con mirada triste y melancólica, me encendí otra vez, evitó mirarme de forma directa al acercarme, mosqueada, me vencí encima suya y casi diría que la forcé, aunque no fue así, la acariciaba y me huía los gestos. Entre besos fuertes y caricias brutas, hubo un momento en que ella cedió dejándome tomar el control, resignándose a lo inevitable y preparándose a disfrutar de ello, sentí que su deseo superó algún tipo de barrera mental, más que física. Casi diría, si no la conociera, que estaba enfadada por haberme ido con Sonia, pese a que fue ella la que me mandó con ella.

Se abrió de piernas y la arranqué el tanga de un tirón, me recibió cálida y húmeda como siempre, y quise castigarla por algo, aunque no tenia claro que era. Durante 20 minutos la penetré con fuerza hasta hacerla delirar, su cuerpo rebotaba de mis embestidas, tumbada boca arriba en la cama, se retorcía al sentirme morderla en los senos, pegándome a su cuerpo con sus brazos, gritando como una poseída que era suyo al sentir varios orgasmos seguidos. Me vencí encima de ella, sudando y derramándome en su interior con ganas de morirme en ese instante. Pasó un buen rato hasta que la puerta se abrió, no me sorprendió ver a Marta.

-MARTA: perdón…….no quiero molestar….pero si habéis terminado…..- cogí aire apoyando la cabeza en el pecho de Vanesa, que se rió, estabamos aún desnudos y no podía vernos así.

-YO: ¿hemos terminado? – Vanesa me miró con gesto alegre.

-VANESA: eso espero jajajajaja, Marta deja que nos pongamos algo…….- Marta asintió saliendo unos minutos, aparté los rizos de la cara Vanesa, tenia el pelo revuelto y una cara de felicidad extraña, sonrojada y riendo.

-YO: hola preciosa.

-VANESA: hola… jajajajaja….pufffffff estoy molida

-YO: lo siento, no se que me pasó…….- me besó en la barbilla.

-VANESA: no pasa nada, estabas enfadado……

-YO: no es excusa.

-VANESA: eres muy duro contigo mismo, no debes culparte, es culpa mía…..se que no te gusta el plan, y me olvido de que me…… me quieres.

-YO: pues no lo olvides, por que eso no va a cambiar.

-VANESA: ¡para de decir esas cosas!, tendría que………… esto es un error, tendría que irme….

-YO: te seguiría.

-VANESA: ¡¿por que?! Está tu familia, tu vida, eres un buen chico, conocerás a una mujer buena y dulce que será afortunada por tenerte, tu sitio no está a mi lado.

-YO: ¿Y donde iba a ir si no? ¿Con Sonia? ¿Con alguna chica normal y aburrida? No, te veo Vanesa, no sabré…. “eso” que temes decirme, pero si sé quien eres….y te quiero – por primera vez vi que se le humedecían sus bonitos ojos azules mientras me acariciaba la cara.

-VANESA: eres un tozudo y un cabezota, te dije que soy venenosa, si te quedas a mi lado terminaré haciéndote daño.

-YO: acepto – bufó cansada con una sonrisa leve.

-VANESA: no puedo contigo…….

-YO: ¿entonces……..todo bien? – me miró de forma extraña, casi agotada.

-VANESA: claro jajajaja …- no me dejó nada convencido -…… es más, si jugamos nuestras bazas esta noche Marta es tuya, podría irse con Sara o tu madre, nos ha tenido que oír, y aún así vuelve a tu cama, tiene que estar deseando que la tomes.

-YO: no, hoy ya he tenido suficiente, esta noche solo te quiero a ti.

-VANESA: vale jajajaja – asintió feliz de oírlo, o eso me pareció, apretando los labios para evitar las lagrimas, me abrazó durante un buen rato, me apretaba tanto que me hacia un daño dulce y cálido.

Nos fuimos a dar una ducha y nos pusimos algo de ropa encima, yo busqué a Marta, y me disculpe por hacerla esperar, me revolvió el pelo y me sonrió diciéndome que no pasaba nada, que estaba contenta de verme así de feliz con Vanesa, tramposo me convenció. Nos acostamos los 3 como siempre, y me abracé a Vanesa como si fuera un peluche y yo un crío asustado.

Desde ese día fue una rutina mecanizada. Por el día mi fachada era fría y distante con todas. En la mañana iba a dar paseos con mi madre, y algunas veces nos acompañaba mi hermana, al volver íbamos a la playa o la piscina un rato y regresábamos a comer. En la siesta era el momento de Sara, iba a buscarla como su bombero particular a calmar su fuego, no todos los días, ya se ocupaba ella de que estuviera sola. Después de cenar tocaba ir con Sonia, que empezaba a saberme a poco. Para terminar acostándome junto a Vanesa, de noche era otra historia, mientras que sentía como un trabajo el sexo con Sara o Sonia, al sentir la piel de Vanesa cambiaba el chip, con ella era diferente, más dulce, cariñoso y tierno, ello lo sentía, y ya no dedicaba aquellas miradas de reproche que había aprendido a descifrar en su rostro, cuando terminábamos aparecía Marta para dormir; por ahora la cosa iba tranquila en casa.

En una de esas noches bajé a por agua, por que por mucho que quisiera ser cariñoso y atento con Vanesa, me dejaba sin aire, y al pasar por el cuarto de Sara, vi desnudas a mi tía y mi hermana, con un festival lésbico e incestuoso, Sara estaba de rodillas con su cabeza entre las piernas de mi hermana, que la apretaba contra su pubis y jadeaba llevada por el placer. Fue una imagen impactante, que yo supiera no habían bebido nada, y ninguna parecía avergonzada de lo que estaba pasando, Sara había declarado muchas veces que Marta la ponía cachonda, y que no le hacia asco a las mujeres, en cambio mi hermana se dejaba llevar, puede que así hiciera tiempo hasta que Vanesa y yo termináramos, o puede que solo estuviera hablando con ella y al oír como lo hacíamos se encendieran. Pero en el fondo me dio igual, por raro que fuera, no me quedé ni a mirar, podría haber entrado en ese momento, sorprenderlas y aprovecharme para montármelo con mi hermana, que esos días me miraba de forma muy ardiente, seguro que por que Sonia y Sara le contaban lo que les hacia, hubiera sido tan fácil. Pero no, simplemente pensé que si mi tía y ella eran felices así, nos ahorrábamos tener que jugar con ellas para evitar la intrusión de más imbéciles de playa, y me fui a beber agua.

El plan iba bien, muchas noches, al acostarme entre Vanesa y mi hermana, decidía vengarme de mi novia, y me abrazaba a Marta, pese a que yo sabia que todo lo que hacia era por los consejos de Vanesa para ayudarme con la familia, me sentaba mal que me obligara ha hacerlo, por que así lo sentía, ella me obligaba a acostarme con ellas, eso si, usando una lógica irrefutable. Si dejaba de ir a la cama de Sonia, me mostraría débil, y si dejaba a Sara, no se resignaría a tener sus líos con Marta, se buscaría a otro bombero. Pese a que todo estaba encauzado, dependía de que siguiera siendo frío, distante, dominante y agresivo en determinadas acciones en casa, mientras que no podía dejar que nadie ocupara ni un centímetro del terreno ganado, pese a que me quedaba aún territorio por explorar.

Durante una semana fue como había pensado y planeado, y mi madre se comportó como la mujer que siempre había conocido, una devota esposa y madre atenta, no bebió ni una gota del alcohol más allá de alguna copa de vino en las comidas, y casi retrocedió hasta el punto del inicio del verano. Solo que esta vez era yo quien la mantenía firme, y no mi padre, y aún así diría que aquellos paseos matutinos y los chapuzones en el agua era mucho más de lo que mi padre la concedería, y eso la hacia sonreír como casi nunca lograba él. No tuve otra que acceder, debido a su buen comportamiento, e ir a la fiesta de disfraces, todas había sido justo lo que pretendía que fueran, y si me negaba podría perderlas. Al preguntarme todas guardaron un silencio expectante, y al decir que si saltaron de alegría, fue raro tener ese control sobre ellas, siendo el más joven de los presentes. Se pasaron 2 días de tiendas, y buscando disfraces, o donde hacerse arreglos a su ropa para ir lo más monas y divertidas posibles. Yo me fui una tarde con Vanesa, que también tenia su disfraz, para ver que me ponía yo.

-VANESA: sabes que esta fiesta va ser el día en que tienes que ir a por tu madre, ¿no?

-YO: tal vez, yo la veo muy tranquila.

-VANESA: lo ha estado por que quería ir a la fiesta, si no la disfruta, te pedirá otra al día siguiente, y así hasta que obtenga lo que quiere, que según el paquete del sex shop que compró ayer, es una buena polla.

-YO: ¿se ha compadro un consolador?

-VANESA: y de los grandes, decía que necesitaba algo de allí para su disfraz, pero vi la bolsa al regresar.

-YO: quizá le baste….

-VANESA: no, o tal vez si, todo depende de esta noche, tienes que pegarte a ella, por que si no le vale su amigo del cajón, buscará a alguien que si le valga, y ese tienes que ser tú.

-YO: ¿y las demás? Si me centro en mi madre otro puede tentarlas.

-VANESA: de Sara y de Marta olvídate, pégale un buen polvo a tu tía por la tarde y Marta se ocupará de su noche.

-YO: ¿y Sonia?

-VANESA: no hay remedio, de esa me ocupo yo – la sola imagen mental de las 2 juntas, desnudas, besándose me la puso dura.

-YO: y me lo voy a perder……- me cogió del brazo con ternura.

-VANESA: si no cae Carmen te guardaré un sitio a nuestro lado jajajaja, hasta te diría que si te quedas con ganas después de tu madre, te unieras, pero si pasa, ya sabemos como es, la vimos con el mulato y con Jaime, vas a tener que darlo todo.

-YO: ¿y que hago?

-VANESA: no dejes que beba mucho, pero si una copa o dos, así su moral se irá al traste, tampoco es que tenga mucha, la tienes en tu mano, solo hay que verla como te mira, ocúpate de no dejarla sola, de que se ría, guía si te da paso, la conversaron puede ir por mil sitios, pero se corto y conciso, la música no permitirá más y así te mostrarás firme y rudo, lo que le gusta.

-YO: ¿y en la cama?

-VANESA: reza jajajajaja, y procura atrasar la penetración cuanto tiempo puedas, has mejorado mucho pero ni el mulato podía con ella, usa muchos preliminares, y cuando se la metas, ritmos lentos y pausados, no dejes de acariciarla el clítoris, y aunque le guste el anal, evítalo, cuesta llegar a un orgasmo mucho más.

-YO: cuando pase todo eso, y nos despertemos, ¿que la digo?

-VANESA: no lo sé, la verdad, eres su hijo, puede asustarse, o que le encante, o puede que olvide quien eres y solo seas su hombre, en cualquier caso has de quedarte a su lado, si no, cualquier barrera moral se irá al traste, ya se ha follado a su hijo, si te rechaza ¿que más le da irse a buscar a Joel?

Solo tenia un disparo y no podía fallar, para algo que yo no quería hacer, pero podría funcionar, esos días vi muchas veces en los ojos de mi madre que empezaba a verme de forma diferente, sin otro hombre, jugaba conmigo a excitarme, en la piscina, el mar o en casa, seria inconsciente, pero lo notaba. Me compré un disfraz y me preparé para lo que fuera a pasar.

Por la mañana del aquel día fue como siempre, me costó separarme de los arrumacos mañaneros con Vanesa, y me fui con mi madre a dar una vuelta, esta vez en moto, con un top blanco ceñido y unos shorts de Marta negros y elásticos que la hacían una figura espléndida, tan juvenil como seductora. Al abrazarme por detrás sentí algo más que sujeción, y me pasé media hora bordeando la costa, con en el amanecer brillante reflejado en el mar. Llegamos a una colina que se alzaba, y se veía a lo lejos la cuidad de Valencia, donde nos sentamos uno al lado del otro.

-CARMEN: hacia mucho que montaba en moto.

-YO: conmigo nunca.

-CARMEN: ya, pero de joven…….antes de tu padre había un chico con moto que me volvía loca.

-YO: eras un poco traviesa de joven ¿no?

-CARMEN: ¡jajajaja no lo sabes tú bien!, menos mal que conocí a Roberto, si no, hubiera terminado muy mal.

-YO: tengo curiosidad, ¿como te enamoraste de papá? No es que coincidierais ene una fiesta o algo…..

-CARMEN: jajaja pues si, o algo parecido, yo tenia 17 recién cumplidos, y estuve toda la noche con unas amigas en un concierto, pero el local era ocupa, así que a las 6 de la mañana la policía asaltó el lugar, mis amigas huyeron pero yo iba muy mal como para moverme, me detuvieron y pasé 1 día en la cárcel, hasta que apareció un gallardo y apuesto hombre, y se presentó como mi abogado, me sacó de allí y me llevó a casa, fue tan firme y tan seguro conmigo que me quedé mirándole como una tonta. Le vi un par de veces antes de un juicio de allanamiento, logró que no me imputaran y ni siquiera tuviera antecedentes, y antes de despedirnos me pidió mi número, por si me metía en líos. A las 2 semanas le tuve que llamar por otro asunto, una pelea con una amiga, no se ni por qué, creo que solo quería volverle a ver, y desde entonces soy su mujer.

-YO: te cambió.

-CARMEN: lo necesitaba, aquella vida no era para mi, si no es por él no hubiera tardado en caer en las drogas o algo peor, fue como lo que hiciste con Joel, me salvaste de mi misma jajajaja no soy una mujer fuerte, necesito a alguien que me protegía y me haga sentir segura – al abrazarme supe que se refería a mi.

Al regresar a casa nos dimos un buen chapuzón en la piscina todos juntos, comimos con ansias y ganas de coger energía, incluido yo, tenia ganas de salir de fiesta después de 2 semanas largas de “encierro voluntario”. Como me dijo Vanesa, en la siesta me metí entre las piernas de Sara, y la dejé extasiada, follarla por el culo era demencial para ella. Luego me echaron con mi disfraz al salón, y se quedaron unas 2 horas vistiéndose y preparándose.

Mi disfraz era tan simple como idóneo, de salva vidas, con un bañador rojo a juego con una chaqueta abierta del mismo color, con solapa, muñequeras y cintura de color azul oscuro, y la palabra socorrista en el culo. Entre mi aspecto, el tono moreno de mi piel y un físico mejorado de 2 meses de sexo descontrolado, hasta me veía guapo, además el bañador era ceñido e iba marcando paquete, cosa que ahora me gustaba, y me compré una lata de rescate como las que llevaban en la famosa serie de vigilantes de la playa . Empezó el carrusel, no me habían dejado ver sus disfraces, esperaba algo descocado, tampoco es que se pudieran poner 20 capas de ropa y complementos con el calor que hacia, rondábamos los 25 grados de noche, así que iban a ser ligeros y alegres, pero no me esperaba aquello.

La 1º en bajar fue Sara, iba disfrazada de militar, obviamente sexy, no de campaña, con un vestido palabra de honor ajustado, de largo hasta las rodillas de forma recta, color caqui, y una chaquetilla del mismo color, abierta y corta en los hombros, con manga larga, como un sombrero ovoide coronando un recogido serio en su pelo rubio, y zapatos negros, con los tacones color rojo, del mismo rojo que finas líneas en el vestido, chaquetilla y sombrero, con 3 estrellas doradas en línea vertical desde su pecho a su ombligo y otras 2 horizontales en el sombrero. Destacaba su cadera y se pegaba bien a su trasero, con un escote agradable pero no exagerado. Y solo con un pintalabios rojo fuego.

La 2º en aparecer fue Sonia, iba de Jasmine, con un conjunto azul cielo de 2 piezas, la parte de arriba era un desafío a sus senos, apenas un ocupaba el espacio de un sostén, salvo por unas tiras transparentes en los hombros, con la tela apretada sujetando sus pechos y un escote avasallador, una línea amarilla rodeándola por debajo de las tetas con chapitas doradas. Ya no había más tela hasta muy por debajo de su cintura, un pantalón de tiro bajo por sus caderas, de azul cielo igual pero totalmente vaporoso y transparente, dejando ver que iba con un culotte del mismo color y todas sus piernas de forma clara, con un cinturón fino de chapitas de la danza del vientre que le caía de forma diagonal, y tacones amarillos. Se hizo un leve recogido por detrás pero el resto del pelo largo caoba caía llegando a su cintura. Apenas una sombra de ojos resaltado su color verde, un pintalabios rosa pastel, y se había comprado una lamparilla de aceite de juguete.

La 3º en discordia fue Marta, iba de policía, o como nos gustaría a los hombres que fueran las policías, con un vestido negro de 1 sola pieza palabra de honor, casi un corsé que terminaba en una serie de minifaldas una encima de la otra ondulantes, con líneas amarillas, con una placa de policía en un pecho, y gorra de policía encima de un peinado simple, se había despejado un lado de la cara echándolo todo para su espalda y el otro lado, con medias de rejilla de “putón” hasta medio muslo dejando unos 15 centímetros de distancia con la minifalda, y zapatos dorados con algo de tacón. Solo se había perfilado los labios ligeramente y un poco de sombra de ojos apenas perceptible. Se compró unas esposas de atrezzo que llevaba en una muñeca, y una porra de plástico.

La 4º me dejó en el sitio, fue Vanesa, iba de marinera, por decir algo, con un disfraz de 2 piezas, arriba era apenas un top deportivo azul reflectante con mangas hasta el inicio del antebrazo y anudado en el escote con un lazo rojo, solapa blanca a juego con un sombrero típico del mar encima de su espesa cabellera llena de rizos, y unos zapatos de tacón igual de blancos. Con un escote estudiado al milímetro, apretado y rebosante sin resultar estridente, también sin nada de tela desde debajo de los senos hasta la parte de abajo, que era un short azul del mismo tono que arriba, pero ni siquiera llegaba a ello, era tan ajustado y pegado a su piel que estaba a caballo entre un pantalón corto y una prenda intima, con 4 botones metálicos formando un cuadrado en la parte delantera. Sin nada de maquillaje con sus gafas de pasta y sus ojos azules penetrantes.

No pude evitar acercarme ella y besarla mientras recorría su cuerpo, si llegamos a estar solos la arranco esos 2 trapos y me hubiera vuelto loco con ella, lo mejor es que me lo leyó en los ojos, se ruborizó de cómo la miraba, y ella no se ruborizaba con nada.

Por fin bajó la 5º, mi madre, que eligió algo en principio inocente, la caperucita roja, con su caperuza con capucha y capa larga hasta al suelo anudada al cuello, de un color rojo brillante, un corsé negro transparente salvo los senos, dejando brazos, hombros, espalda y escote al aire, una falda con vuelo negra que comenzaba en su cintura apretada pero se holgaba hasta caer como una minifalda, con medias de rejilla menos llamativas que las de Marta, pero a medio muslo igual, dejando esa divina separación hasta el final de la falda, pero ligueros visibles, con zapatos negros de tacón de aguja. Un rojo fuego pasión en los labios y colorete en las mejillas, sin esmerarse en su peinado ya que con la caperuza se le estropearía.

-CARMEN: jajaja que monas vais todas.

-SONIA: gracias, espero ver si froto mucho me lleve a algún genio a casa jajaja

-MARTA: que burra jajajaa

-SARA: déjala que disfrute.

-VANESA: de eso me ocupo yo, tengo ganas de bailar y Samuel me ha dicho que Sonia se mueve muy bien.

-SONIA: jajaja pues será genial, si 2 tetas tiran más que 2 carretas, imagina estas 4 jajajaja – le cogió del pecho a Vanesa que hizo lo mismo con ella, la cosa se desmadraba, me acerqué a mi madre y la rodeé con el abrazo por los hombros, no la tuve ni que decir nada.

-CARMEN: será divertido, peor tengan cuidado.

-YO: eso es, vamos a bailar, y reírnos, pero no quiero borrachas salidas ni capullos que salgan a escondidas en mi casa, que quede claro, eso se acabó – hubo alguna cara de lastima, pero con las ganas que tenían de salir aquello no las iba a detener.

Me pasé lo que tardamos en cenar pegado a Vanesa, recibiendo consejos que no escuchaba por que me perdía entre su escote apretado, sus cruces de piernas y sus ojos azules, lo único que entendí es que no me separara de mi madre, tal como iban todas eran peligroso dejar sola a ninguna, pero mi madre tenia prioridad.

Nada más salir a la calle y echar ha andar ya las silbaron un par de veces, y según nos acercábamos a la discoteca el fluido de gente era continuo, muchos disfrazados ya que así te ahorrabas la entrada. Cogí a mi madre de un brazo y a Vanesa de otro con miedo a que me las quitaran, dejando que Sonia, mi hermana y mi tía andarán delante de nosotros, alegrándome la vista, al igual que todos los que nos miraban, incluso Sara, que por decirlo de una forma, iba la más formal, se paraba a saludar como una soldado profesional a otros que iban de militares, lo que la ganó varios seguidores que se pasaron todo el camino haciéndola reír.

Llegamos a la discoteca, que estaba a rebosar, tardamos media hora en pasar la cola, y ya era la 1 cuando llegamos a la barra, pedimos una copa que pagué a cada una, ninguna tenia donde llevar cartera y solo llevaban el móvil haciéndose fotos unas a otras, solo yo llevaba dinero, así me aseguraba que no bebieran de más, aunque ya había 3 tíos invitando a Sonia y Marta, que de una sola mirada que me echaron, les dijeron que no y volvieron a mi lado, formamos un corrillo en un lateral y nos pusimos a bailar de forma escueta, la cantidad de gente no permitía más. Trataba de darle su parte de protagonismo a cada una, para no desmerecer a ninguna, me puse en el centro e iba rebotando de una en otra.

Pasó el tiempo y entre risas y bailes la cosa se iba calentando, Vanesa cumplió su parte y se estaba ganando a Sonia, no se separaba de ella, bailaban de forma caliente y sensual, como un juego, pero de vez en cuando Vanesa la susurraba algo que lograba que Sonia se estremeciera, verlas con tan poca ropa una contra la otra llamaba la atención, y no solo la mía, un grupo de 3 chicos a su lado se las comían con los ojos. Si bien ellas me preocupaban, por Sara y Marta no tenia motivos, ambas habían formado su pareja sin necesidad de echarlas una mano, de echó Marta se esposó con Sara, y jugaba detenerla, golpeándola en el culo con la porra de plástico, empecé a pensar si mi hermana era lesbiana, pero eso ya lo dejaría para más adelante. Por ahora me centraba en mi madre, en no separarme de ella lo más mínimo.

Mi madre estaba feliz de tenerme para ella, se movía con ritmo jugando con la capa, regalando poses que encenderían a cualquiera, se bebió la copa en nada, y se dedicó durante una hora a trastear conmigo, a acariciar mi torso con sus manos, ha dejar que el vuelo de su falda me hipnotizara, o abrazándome mientras no dejaba de mover sus caderas. La rodeé por la cintura para atraerla a mí, y le daba besos en la mejilla, largos y sonoros.

-YO: ¿te lo estás pasando bien?

-CARMEN: si jajajaja ¡bailas mejor de lo que esperaba!

-YO: ¡pues anda que tú!, mueves el culo que da gusto – abrió la boca sorprendida del piropo.

-CARMEN: ¡jaja muchas gracias!, aunque mirando como se mueve Vanesa con Sonia……. me siento en desventaja jajaja – no era para menos, estaban dando un espectáculo que no pasaba desapercibido para cualquier varón, algunos se acercaban pero Vanesa les daba calabazas.

-YO: para nada, eres preciosa, y te mueves muy bien, cualquier hombre soñaría estar contigo y papá es un imbécil por irse – sonrió abrumada.

-CARMEN: jajaja que osado, no hable así de él, es que es de otra época, y estas cosas no le gustan.

-YO: pero a ti si, y debería hacerte feliz.

-CARMEN: tal vez….me alegro de que se fuera, así puedo divertirme contigo, hijo.

-YO: hoy no soy tu hijo, soy tu hombre – se sonrojó al rodearla por la cadera y pegarla a mi, sintiendo mis manos peligrosamente cerca de su trasero y mis labios rozándole la oreja al besarla en el cuello, me rodeó con los brazos por la nuca y por instante la sentí aguantar la respiración.

La cosa marchaba, mi madre no mostraba ningún desprecio por aquellas caricias, y cada vez que la hacia sonreír se acercaba más a mi. Había perdido un poco de vista a las demás para que se sintiera segura en mis brazos, fue un error, y desencadenó todo.

Pasado un buen rato en que la invité a la 2º, y última, copa, se la estaba bebiendo cuando escuché un tumulto, ese cambió de entonación en los gritos tan evidente que diferencia la fiesta de un problema, cogí de la mano a mi madre y nos aceramos, al apartar a la gente vi a los 3 chicos de antes acosando a Sonia y Vanesa, esta vez ni las palabras tajantes de Vanesa les alejaban, 1 de los chicos estaba muy borracho, se le veía al moverse, y se pegaban metiéndolas mano, mientras Sonia se resistía levemente al borracho, Vanesa soltaba zarpazos cuando una mano bajaba a su trasero, o le hacia la cobra a otro que intentaba besarla.

-VANESA: oye guapo, por que vas a meter mano a tu padre – otro manotazo.

-CHICO1: eres tú la que has venido así vestida, ¿y esperas que me crea que no quieres que te metan mano? – la volvió a coger del culo.

-SONIA: déjala, tiene novio – huía como podía las manos del otro chico, que buscaba sus senos con las manos, se las cogía y las bajaba a la cintura.

-CHICO2: ¿y te deja salir así de guarra? ¿Donde está ese calzonazos? jajajaja

-VANESA: ¡que me sueltes, joder! – le dio un empujón que no bastó para sacarse sus manos de encima.

-CHICO1: ¡mira como pelea la marinera!, ven aquí que te voy a dar un buen remo para que agarres – la cogió de una mano y se le llevó al paquete, Vanesa le debió coger de los huevos y estrujarlos por que el tío se retorció y la soltó doblándose.

-VANESA: ¡con esa mierda de remo no llego ni al agua! jajjajajaja – Sonia se reía y el orgullo del chico se vio herido, la cogió de una muñeca para pegarla a él y levantó la mano con ánimo de pegarla, pero no llegó ha hacerlo, se la cogí en el aire.

-YO: ya estáis soltándolas, son mías.

-CHICO1: ¿y tú quien coño te crees que eres?

-VANESA: ¡es mi novio, pedazo de gilipollas!

-CHICO2: ¡coño, el calzonazos!

-SONIA: ya quisieras tú ser tan calzonazos como él jajajaja

-YO: suéltala de una vez –la dejó de agarrar la muñeca pero no la soltaba del trasero, pese a los esfuerzos de Vanesa.

-VANESA: ¡suéltame el culo! – en uno de los manotazos le dio en la cara, lo que no le gustó nada, pero una vez libre se puso detrás de mi y de un tirón rápido Sonia se puso a mi lado.

-CHICO1: ¡eh! quédate a tu novia, pero la rubia lo estaba pasando bien ¿verdad? – miré a Sonia que se reía diciendo que no.

-YO: creo que os tenéis que ir a buscar a otras – le solté el brazo que tenia agarrado.

-CHICO2: está bien, no pasa nada, ya nos vamos….- por un instante pensé que se había acabado, se iban.

-CHICO1: si……pero controla a la guarra de tu novia, no la dejes ir así vestida o te la podrías encontrar follando con 4 jajajajajaja – ya me había dado la vuelta pero me paré en seco.

-VANESA: ¡no!, déjalo, no pasa nada es solo un bocazas….- tiraba de mi brazo pero no podía moverme.

-SONIA: ya está, ¡son unos capullos!, no vale la pena.

-YO: retira eso – al darme la vuelta se quedaron petrificados.

-CHICO1: ¡mira al calzonazos!, ¿te crees que estamos en el medievo? ¿Vas a defender su honor o algo así?, ¡si va como una guarra se dice y no pasa nada!

-YO: va como quiera ir, y no por ello tienes derecho a meterla mano o insultarla, así que pídela perdón – sentía las manos de Vanesa en mi brazo apretándose fuerte.

-CHICO2: no pasa nada tío, vámonos….- el trataba de llevarse a los otros 2, pero el tipo no cedía, y ninguno apartábamos la mirada.

-YO: ¡no os vais hasta que la pida disculpas!

-CHICO1: ¡pues espera sentado! – me acerqué de un paso largo y me encaré con él.

-YO: prefiero partirte la cara ahora – apretaba con un puño la lata de rescate de socorrista, a punto de estrellársela en la cabeza, quizá lo hubiera a hecho si no aparece Vanesa.

-VANESA: ¡no, por favor, déjalo, otra vez no, al último le mandaste al hospital! – al oír eso me confundí, pero mantuve mi pose, la que se derrumbó fue la del chico, que la miró tratando de saber si decía la verdad, y luego a mi, que tenia fuego en los ojos.

-CHICO: ¡vale!, mira…- se acercó a Vanesa – ….he bebido de más, te pido perdón….. ¡¿vale, ya está?! – alzó la manos y se alejó con sus 2 amigos, no aparté la vista de ellos hasta que se fueron bien lejos, Vanesa me cogió de la cara y me serenó, estaba igual de tenso que el día que pegué a Jaime.

-VANESA: ya…….respira……recuerda la orilla y el mar…….respira y suelta el aire……- la miré a los ojos y el azul fue templándome los nervios.

-YO: ¿estás bien? – me miró con un leve sonrisa rara.

-VANESA: claro bobo, no es la 1º vez que un listo se pasa de la raya conmigo….no puedes ponerte así cada vez que algún imbécil me insulte.

-YO: no voy a permitir que nadie hable así de ti.

-VANESA: mira que eres anticuado, no puedes ir de caballero de reluciente armadura, podrías salir herido, y menos por mí.

-YO: me da igual, eres mi chica, y si no te defiendo yo, ¿quien lo hará?

-VANESA: ¡DIOS! ¡Eres un……..cabezota! – me besó con ternura después de agitar las manos de los nervios, la abracé serenándome, y quedándome con ella unos minutos.

-YO: ¿por que has dicho lo del hospital?, Jaime no fue…..

-VANESA: pero eso él no lo sabia, “ganar la batalla antes de que empiece”, ¿recuerdas? – la acaricié el rostro con su bella sonrisa traviesa.

-YO: no sabes cuanto te quiero.

Fue como encerrar a un perro rabioso, el tacto de su piel, sus caricias y jugar con su pelo rizado me devolvían a un estado de tranquilidad que no conocía sin ella. Me movía a su ritmo mientras bailábamos de forma pausada, con Sonia a mi espalda sin separase demasiado.

-VANESA: hey, ¿y tu madre?

-YO: no sé, ¡mierda!, no la he visto desde hace un rato.

-VANESA: ¡joder Samuel!, no tendrías que haberla dejado sola……vamos a buscarla.

Tardamos unos minutos en encontrarla, de hecho vimos a Marta y Sara pegándose el lote ellas solas, pero no había tiempo para pensar en ellas, vimos a mi madre en la barra, siendo cortejada por un moreno alto y guapo, Vanesa me besó y me dijo que me llevara a casa, a la fuerza si era necesario, y me enfadara con ella, que ella ya se ocupaba de Sonia y las demás. No seria difícil, apenas 10 minutos sola y ya se estaba buscando a otro, me acerqué furioso y cogí de la mano a mi madre, que al verme se le esfumó la sonrisa.

-YO: ¿que haces?

-CARMEN: nada…es solo que este chico me ha visto con la copa vacía…..y me quería invitar a una…….

-YO: ¡dios mujer!, ¿es que no puedes evitarlo? Nos vamos a casa – de un tirón ya la tenia siguiéndome.

-CAMRNE: perdona, no quería ofenderte, solo es que……- no la escuchaba, salimos de la discoteca y todo el camino a casa lo hicimos en silencio, con ella tratando de seguirme los pasos con sus tacones de aguja, y la capa al aire de la velocidad.

Al llegar a casa la dejé en el salón, se quedó de pie con la mirada baja y huyéndome la vista, me crucé de brazos delante de ella, solo dejaba que la vergüenza la minimizara.

-YO: ¿se puede saber que te pasa?

-CARMEN: nada…..es que te fuiste con Vanesa……el chico apareció……y….. ¡Dios!….- casi se echa a llorar.

-YO: tenía que defender a mi novia, te dejo sola 10 minutos y ya estabas buscándote un polla que montar ¡¿Es que no tienes limite? ¡

-CARMEN: lo siento…….llevaba mucho sin beber y….- la encaré silenciándola.

-YO: te has bebido 2 copas de mierda, te he visto meterte botellas enteras, no estás borracha, ¡estás salida!

-CARMEN: ¡pues claro que lo estoy! Tu padre no está, has echado a Jaime y asustaste a Joel, estoy…….. sola, escuchando como noche tras noche le haces el amor a Vanesa, y como Marta ha caído a los encantos de Sara, como caí yo…..encima tu te comportas así, y yo no puedo más, estoy ardiendo y no puedo calmarme, lo he intentado pero…..

-YO: ¿el consolador que te compraste? – se puso roja, todavía más.

-CARMEN: si…..lo vi tan grande y tan llamativo que pensé que…….pero ni así, yo necesito un hombre en mi cama Samuel, sentir su piel, su aliento y su calor, sus caricias y su miembro duro dentro de mi, si no me…. me vuelvo loca….me has ayudado a quitarme a esos hombres de encima pero no me puedes darme lo que necesito.

-YO: ¡estás enferma! – del gritó retrocedió hasta casi tropezar, pegándose a un pared de espaldas, la apuntaba con un dedo a la cara, pegándome a ella.

-CARMEN: ¡no!….solo ……..solo soy una mujer que necesita un hombre Samuel, por favor…..no me mires así…..- trataba de cogerme la cara para clamarme, pero no se atrevía a tocarme.

-YO: ¿necesitas?, ¿es lo que necesitas? ¿Es esto lo que necesitas? – metí mi mano por debajo de su falda y sentir la tela de su tanga.

-CARMEN: ¡NO! ¡Para Samuel, soy tu madre! – se bajó la falda apartando mi mano.

-YO: acabas de decir que eres una mujer, y necesitas un hombre – volví a meter mi mano y la empujé contra la pared.

-CARMEN: ¡pero no a ti! – hacíamos fuerza uno en el brazo del otro, yo para acariciarla y ella para sacar mi mano de entre sus piernas.

-YO: no finjas que ahora te importa, desde que empezó el verano te he estado metiendo mano, y tú a mi, hemos jugado a autenticas barbaridades, me has hecho pajas y me he comido cada centímetro de tu piel, te he visto follarte a Jaime y a Joel, y tu mi con Vanesa o Sonia, y Sara te habrá dicho como la hago vibrar.

-CARMEN: ¡no era eso!…solo jugábamos, por favor no me hagas esto – mis dedos apretaban su tela intima y notaba su calor y su humedad, sus manotazos seguían firmes, pero sentía que realmente necesitaba caricias.

-YO: ¿juegos? Aquí se acabaron los juegos, soy tu hombre de aquí en adelante, y si necesitas un polvo….. te lo voy a dar – tembló al oírlo, posó sus manos en mi pecho alejándome, mordiéndose el labio excitada.

-CARMEN: Samuel, para…….me……..me estas haciendo polvo…….te comportas así y me asustas…..no está bien….- comencé a besarla por el cuello cuando ya le acariciaba con toda la palma en su interior.

-YO: no voy a dejar que nadie más se meta entre tus piernas, y no puedo vigilarte 24 horas, así que esto ha de ocurrir – la cogí del culo con la otra mano, y la besaba por el pecho sintiendo como se apartaba, entre la negación y el deseo.

-CARMEN: no…….suéltame….por favor……- la daba besos cortos en la cara mientras ya no forcejeaba tanto, en uno de esos manotazos me acarició la nuca y me besó en la mejilla -… déjame, déjame o no podré parar…..- la solté el culo y la cogí del pelo, llevado por la excitaron la besé en la boca, sentí su repulso inicial, pero según mi mano la acariciaba comenzó a devolveremos, a gustarle como la tocaba y a darle igual todo.

-YO: te deseo, eres preciosa y se que tú me deseas.

-CARMEN: pero no está bien…….- levantó una pierna para que se la cogiera mientras cerró los ojos y me apretaba contra ella.

-YO: tu cuerpo me dice otra cosa……- se abrió de piernas para dejarme apartarla el tanga y sentir sus labios mayores quemándome los dedos -… pero dejaré que decidas, me voy a tu cuarto a hacer una paja, por que yo no puedo más, te quiero allí en 3 minutos, si no vas lo entenderé, pero quiero que sepas que no tendrás a nadie más, me voy a pegar a ti día y noche.

Al separarme se venció sobrepasada, se bajó la falda y se recolocó todo en su sitio algo mareada, me fui a su cuarto y me desnudé, la tenia tan gorda que pensé que me iba reventar, con las venas tan marcadas que eran estrías, me estuve masturbando tan fuerte que me dolía, quería acabar y evitar que mi madre apareciera, o estaba muy excitado, no lo sé, confundido esperaba que no ocurriera nada, pero mi madre entró por la puerta con la mirada en el suelo.

-CARMEN: estoy aquí.

-YO: ya te veo – me puse en pie y me miró acalorada, me acerqué con mi rabo tieso cabeceando y desaté el nudo de su caperuza, que cayó al suelo a plomo.

-CARMEN: estoy loca, pero lo……… necesito que me folles………no lo soporto más – la separé las manos y la hice abrazarme, mientras la cogí del culo levantándola la falda.

-YO: yo tampoco.

De un tirón me la subí encima, me rodeó con las piernas y me acarició la cara unos instantes antes de besarme, fue extremadamente excitante probar sus labios de esa forma, daba cortos tirones con sus dientes al separase, y metía su lengua con firmeza. Mis manos amaban su trasero, mientras mi miembro se balanceaba en sus muslos, me giré recostándola en la cama y cayendo sobre ella.

CARMEN: ¡dios…quítame esta mierda, que me está ahogando! – trataba de desabrocharse el corsé, la deshice los nudos a su espalda, tirando de su escote se lo saqué dejándola con sus pechos al aire, y sus pequeños pezones a mi disposición, los lamí y gimió acariciándome el pelo.

Mi mano levantó su falda y ella se abrió con las rodillas encogidas para dejarme meter la mano por dentro del tanga, al sentir mis dedos se estremeció y cerró las piernas en un último gesto de repulsa, pero se separé de nuevo, y ya no hubo nada que pudiera pararnos.

No se cuanto me pasé masturbándola y siento como mojaba mis dedos mientras no dejaba de besarla en el cuello, el pecho y sus senos, su temperatura subió, sentí su piel ardiendo y quise penetrarla, pero recordé a Jaime su 1º día y como se quedó, debía atrasarlo, así que la dejé de masturbar y me puse a su pies, levantándola las piernas y tirando de su tanga, abriéndola al máximo, besé sus piernas lentamente hasta llegar a la cara interna de sus muslos, y poco a poco alcancé la abertura por la que nací, fue raro pensar en eso antes de chupar uno de sus labios mayores y oler su necesidad.

-YO: ¡que buena estás!

-CARMEN: hijo mío……..por favor – no se que pedía, pero hundí mi legua en ella, soltó un gemido dulce apretando sus muslos contra mi cara.

Me cogió del pelo apretándome hasta hacerme daño, lamía y chupaba jugando con mi lengua en su clítoris, se tensaba por momentos, llegando el instante en que metí un dedo en ella, y se retorció acariciándose los senos. Sin dejar de penetrar con el dedo, lamía sin descanso su clítoris, llegó a temblar antes de gritar descontrolada en un orgasmo rápido que la cambio de posición.

-CARMEN: uffffffffff, si que te ha enseñado bien la tía, joder, uffffffff ven aquí – me tumbo boca arriba y me montó a 4 patas besándome desenfrenada, dejando que mi miembro duro se frotaba con su ombligo y su falda colgando.

Se pasó un minuto sacándome el aire de los pulmones y cogiendo mi polla entre sus manos, masturbando lentamente, me descabalgó tumbándose de lado encima mía dándome al espalda, agarrándomela con ambas manos. No iba a darla ventaja, la abrí de piernas para acariciarla su pubis, cosa que agradeció con cortos lametones a mi miembro, se reía ante de tratar de metérsela en la boca, comenzó dando pequeños besos hasta que abrió la boca chupando la punta del glande, midiendo el punto máximo donde podía alcanzar, sentí la tensión en sus labios al abrirse, y como ladeaba la cabeza para hacer fuerza y llegar a meterse el capullo entero y parte del tronco, dejando resbalar sus labios al separarse, lo hizo unas cuantas veces, sin dejar de sentir mis dedos en ella.

-CARMEN: ¡MADRE MIA! jajaja es más ancha que la de Roberto, o al menos a él no se le pone así desde antes de que nacieras, me duele la comisura de los labios jajajajaja.

Empezó a masturbar con ritmo mientras lamía de lado aquella monstruosidad que por lo visto tenia entre las piernas, se giró para meterse entre las mías, y tuve un 1º plano de mi madre comiéndome la polla, pajeando con una mano mientras me la llenaba de babas y las sobria de nuevo. Me gustó que se la sacara de la boca y se golpeaba la cara con ella, fue un detalle muy profesional, y cuando se dedicó a chuparme la base y lamer mis huevos casi me desmayo, tenia que pararla. Me alcé para tumbarla boca arriba, le rompí el cierre de la falda al sacársela y le quité las medias de rejilla junto con los zapatos, quedó desnuda ante mi, rogándome que la penetrara, se lamió los dedos y se masturbaba preparándose.

-CARMEN: no esperes, necesito que me folles, demuéstrame que eres mejor que tu padre – me confundió su frase, pero no era suficiente como para descentrarme.

La aparté su mano y masturbaba yo, metiendo ahora 2 dedos buscando su punto G, acelerando al escuchar un chapoteo claro al verla gemir y revolcarse al sentir otro orgasmo que la dejó medio ida. Entonces apunté a su entrada, y golpeaba con mi tranca en su pubis, antes de apretar la punta y sentir como iba penetrándola lentamente. La realidad es que fue sencillo, la que más de todas de aquel verano, sin darme cuenta ya tenia la mitad dentro y solo unos gemidos leves salían de ella, me acerqué con cuidado y di una estocada final, eso si lo sintió, se alzó abrazándome con un grito apasionado, aquello la dejó mansa, la cogí del culo y la tenia en el aire apoyada en mis piernas con sus muslos y la sacaba despacio para ir dando fuertes golpes de cadera que la hacían volver a gritar, uno vez tras otra hasta que ya no gritaba, gemía.

-CARMEN: ¡JODER…SI……..ASI SI……QUE GRANDE…….DIOS, FÓLLAME!

No la hablaba por no estropearlo, pero ansiaba decirla unas cuantas cosas, algunas buenas, y otras malas. Lo que hice fue dejarla en la cama otra vez y vencerme sobre ella para besarla, sin dejar de mover la cadera con gesto amplio, me rodeó con una pierna y la otra se la sujeté para tenerla de agarre, aumentando el ritmo paulatinamente hasta verla moverse a mi compás. Fue glorioso para que negarlo, le entraba y le salía con facilidad pero notaba que no bajara su excitación, me clavó sus uñas en la espalda y se contraía con cada penetración.

Estaba cansado y veía que ni había empezado, me giré sobre la cama para ponérmela encima, y tomar un respiro, dejando que ella cogiera el timón, lo que fue un desastre, empezó a cabalgarme como no había sentido a nadie, su cadera iba a una velocidad que me mató, percibía su culo en mis manos temblar del velocidad. Comencé a dar golpes de cintura cuando bajaba la suya para compensar su arranque de pasión, la hizo ponerse a 4 patas y mirarme con gesto de perversión, le estaba encantando como la follaba su hijo, planté lo pies y fue un pelea demencial entre ella y yo. Había momentos en que parecía que la ganaba la mano, peor otros en que ella me mataba, la sacaba de ella y frotaba su clítoris con mi glande, mientras lamía uno de sus pechos, cuando podía la volvía a penetrar retomando el pulso y en una de esas hacer que se corriera arqueándose con gestos cortos y rápidos de cadera.

-CARMEN: ¡que bien lo haces!, ni el maldito Joel me dejaba así.

-YO: puffff me voy a correr…- sonrío y me besó con dulzura, para quedar a la altura de mi oído.

-CARMEN: méteme tu leche caliente hasta que me salga por la boca – la solté una azote furioso de lo caliente que me puso, escuchar a la timorata de tu madre decirte eso deja huella.

Arranqué la moto y di todo durante unos 5 minutos en que no hubo pelea, fue una masacre, mi madre se derritió otra vez antes de sentir como soltaba mi cargamento en su interior. Se quedó tumbada encima mía extasiada, sin aire, sonriendo y sin levantar la mirada, la abracé con ternura, sintiendo como me deshinchaba, y como de ella salía un goteo constante de fluidos. No sabia que hacer, así que dejé que ella decidiera.

-CARMEN: ¡eres increíble!, jajajaja sabes que hacer con un mujer en la cama jajaja.

-YO: eso me han dicho.

-CARMEN: puffffff no ha estado nada mal jajaja, pero yo necesito más – se puso a comérmela un buen rato, no tardó en ponerse como una estaca y volver a montarme como antes.

-YO: ¡joder, eres insaciable!

-CARMEN: ¡lo sé, pero tú me llenas, maldita sea, me vuelves loca!

Apretó el ritmo de su cadera y dio un festival, se movía sin parar deleitándome con su cuerpo, cada vez que bajaba ella daba un giro de cadera rápido antes de subir, me sentí estúpido y sobrepasado por unos instantes, me rehice y la cogí de los senos, se los besaba y chupaba, tirando de sus pezones con los dedos y haciéndola sonreír agradecida. Terminó provocándose ella sola otro orgasmos de cómo me estaba montando, se derrumbó de lado dándome la espalda y me pegué a ella, abriéndola de una piernas y penetrándola desde atrás. La acaricia el clítoris sin descanso mientras el vaivén la estaba matando, me arrodillé para tener mejor posición sin cambiar su postura y ahora si la oía soltar gritos cortos agudos apretando las sabanas con sus manos, la atraía hacia mí al dar cada golpe de pelvis, sin dejar de acariciarla, eso lo tenía claro. Fueron 1 o 2 orgasmos los que la sacudieron, extasiada rodó hasta ponerse encima mía de espaldas, conmigo tumbado boca arriba, sentada en mi vientre, se abrió de piernas y me la cogió para penetrarse otra vez, puso sus pies en el colchón, subía y bajaba con velocidad, con una mano la ayudaba en el culo pero la otra seguía masturbándola sin cesar.

Lo sentía en su cuerpo, la estaba sacando de quicio, y al siguiente orgasmo gateó por la cama echa un harapo, pero no iba a dejarla respirar, era un todo o nada, la tumbé boca abajo y me arrodillé en sus piernas, metiéndosela de un tirón abriéndola las nalgas. Estaba implorando que siguiera cuando la sacudieron otros orgasmos cortos y continuados. Estaba haciendo flexiones encima suya para metérsela hasta el fondo, me sentía mareado y sin fuerzas, sin saber como seguía percutiéndola. Mi madre estaba mordiendo la almohada cuando bajé el ritmo, y pudo salir de debajo de mi cuerpo.

La cogí de la cadera y la hice abrazarme de cara, montándomela encima, estando de rodillas sobre la cama, me rodeó con brazos y piernas el sentir como me introducía en ella, y mis dedos jugaban en su ano, uno de ellos entró en aquel apretado agujero cuando ya se le metía entera, se descolgó un brazo de mi nuca y su cuerpo ondulaba usándome como una barra a la que se agarraba. Sus alaridos y gritos eran escandalosos cuando se acercaban aquellas pequeñas explosiones de sensaciones que sentía en su interior, y que la llegar la hacían vibrar pegándose a mi pecho, una tras otra se hacían menos espaciadas en el tiempo, llegando el momento en que iba casi a 1 por minuto y no lo soportó más.

-CARMEN: ¡JODER, SIIIIII, ME CORRO, DIOS MIO, ME CORRO, DIOS MIO, JODER! – lo repetía sin parar, soltaba un río de fluidos echando la cabeza hacia atrás, y continuaba gritando haciendo fuerza contra cada embestida hasta la siguiente vez que se vaciaba.

Me costó aguantar su ritmo, casi me desmayo y la cabeza me daba vueltas, pero logré correrme de forma tan animal, dando botes altos haciéndola caer a plomo, que mi madre tuvo otro orgasmo final al sentir como le volvía a llenar de semen, uno leve y cansando. Me derrumbé encima de ella sin aliento, de forma que solo pudo acomodarse y soportar mi peso, sentía mi pecho chocando con el suyo para respirar, notando pequeñas convulsiones en su cuerpo. Con mi último gramo de energía, me aparté tumbándome a su lado, y mi madre serpenteó para llegar a mi pecho. Me quedé dormido con su cabeza apoyada en mí, y pensando que mi padre era un cerdo afortunado, ni cuando me lo montaba con tríos junto a Vanesa y Sara me habían dejado así de roto, y él había disfrutado de mi madre en exclusiva desde los 17 hasta los 41 años.

Dormimos mucho tiempo, y al despertarme seguíamos tal como me había dormido, la vi acurrucada sobre mi, con una mano en mi pecho y su cabeza en mi costado, su melena cayendo con gracia y con sus ojos cerrados, sonriendo sin parar. Empecé a ser consciente de donde me encontraba y lo que había pasado, era importante que cuando ella se despertara viera aquello normal. La cogí de la barbilla y la besé en los labios con cariño, se desperezó devolviéndomelos, y cuando abrió los ojos me miró un segundo sin moverse, temí una espantada, pero solo sonrió fascinada pegando su mentón al hombro.

-YO: buenos días.

-CARMEN: jajaja buenos días – la apreté contra mí hasta subírmela encima y quedar tumbada sobre mí, cogiéndola de culo, y besándola con lengua.

-YO: me has dejado agotado.

-CARMEN: jaja, y tú a mi, no me acuerdo de la última vez que alguien me sacó de quicio, puffff la cama entera apesta a sexo salvaje.

-YO: ahora ya sabes a lo que estoy dispuesto por hacerte feliz.

-CARMEN: ¡no esperaba que fueras capaz!, pero llevo desde el 1º día que te la he visto dura deseando que me follaras así.

-YO: pues no solo eso, siempre que lo necesites avísame, y te dejaré igual, no quiero que toque a otro hombre que no sea yo, ¿me has oído?

-CARMEN: ¿por que voy a molestarme? Tal y como haces el amor no necesito ni a tu padre, madre mía……. ¡que locura!

-YO: voy a darme una ducha y ver donde están las demás, tú haz el desayuno, estoy famélico – la cogí de la nuca y nos dimos un largo y pausado beso con lengua.

-CARMEN: vale.

Se rió cuando la di la vuelta y la besé en el cuello, se quedó en la cama retozando en una sabana arrugada, descolocada, manchada de fluidos y que desprendía un profundo olor a sexo. La ducha me sentó genial, y cuando salí, ella entró detrás, dándome otro beso húmedo y cálido.

Al pasar por el cuarto de Sara, la vi a ella y a mi hermana desnudas, al igual que al subir a mi cuarto y ver a Sonia boca arriba roncando, y Vanesa a un lado despierta, riéndose de los ronquidos, al verme se puso en pie y salió conmigo a la terraza, no le importó ir desnuda y que la abrazara por detrás rodeándola la cintura, oliendo sus rizos al pasar la cabeza por uno de sus hombros.

-YO: hola amor mío.

-VANESA: jajaja hola campeón.

-YO: estoy que no puedo con mi alma.

-VANESA: pues no te creas que yo estoy mejor, me costó una hora en la disco bailando que Sonia no se llevara a casa a ninguno, y luego en la cama me ha tenido media noche entre sus pechos, ¡madre mía, que pedazo de tetas!, casi me ahogo jajjajaja

-YO: ¿y mi tía y mi hermana?

-VANESA: nos siguieron, pero ellas van a su bola, creo que a tu hermana le está gustando mucho pasar las noches con tu tía………¿tú?

-YO: una bestia parda, ¡que mujer……!

-VANESA: ¿y esta mañana?

-YO: bien, lo he normalizado todo, he evitado mencionar lazos de sangre ni nada, como dijiste, y parecía encantada, me ha dicho que no recordaba la última vez que la habían dejado así…..

-VANESA: ¿lo hace mejor que yo? – sonrió dándole un tono travieso.

-YO: no lo sé, tal vez si…….pero a ella no la quiero…..solo te quiero a ti – la apreté con fuerza y se rió girando su cara para besarme en la frente.

-VANESA: ya te olvidarás de mi cuando regreses a casa y tengas a tu tía, tu madre y a Sonia, y si no tardas mucho a tu hermana también.

-YO: ¿hace falta? Si mi tía la mantiene contenta……

-VANESA: ya veremos como reacciona a lo de tu madre y tú, pero muy a mi pesar creo que si.

-YO: ¿a tu pesar?

-VANESA: si…….bueno…….las demás ha sido una partida de ajedrez, pero tu hermana, a ella la quieres de verdad.

-YO: no la quiero.

-VANESA: si la quieres, y un amor mucho más tierno, cariñoso y fuerte que el que sientes por mi, la adoras.

-YO: pero por que es mi hermana mayor, es una chica dulce y agradable, me ha ayudado mucho.

-VANESA: por eso es a mi pesar, de ella……de ella si que siento celos.

-YO: no lo entiendo.

-VANESA: ni yo…..no debería……pero si no hay más remedio……- me cogió de las manos y entrelazó sus dedos con los míos, nos quedamos un buen rato así.

Al bajar a desayunar todo manteníamos una facha de hipocresía y falsedad, todos sabíamos que pasaba y decidimos actuar como si nada. Nos dimos un paseo hasta la playa y disfrutamos del día, por 1 segundo me olvidé de todo y disfruté de Vanesa y su compañía. Por la tarde repasamos las fotos, se veía a los 3 chicos molestándolas, al verlas Vanesa se hizo un bola en mi pecho.

Y desde ese día pasé 2 semanas como un loco, por las mañanas iba a la cama de mi madre, y si quería dar un paseo lo dábamos, pero varios días deseaba sexo, y se lo daba, esos días no tenia para nadie más, nos pasamos en torno a unas 2 horas haciendo el amor de una forma salvaje y animal. Si no era uno de esos días le dedicaba ese tiempo a Sonia o Sara, que eran mucho menos……. voraces en ese aspecto. Por la noche me acostaba con Vanesa si teníamos ganas, pero me gustaba quedarme horas tumbados, de cara, mirándonos y acariciándonos, la divertía verme jugando con sus rizos, sin hacer nada más, hasta que Marta aparecía y nos dormíamos.

Quedaba una semana escasa para volver a casa y pensaba que todo había acabado, mi tía y mi hermana juntas, Sonia feliz de poder tener replica algunas veces, y mi madre encantada de poder desfondarse cuando lo necesitaba. Pero Vanesa me citó en la piscina, acudí presto, pensaba que solo me quería a mi, pero al verla sentada en el bordillo con los pies en el agua, y su mirada triste que sabia esconder, supe que iba algo mal. Me metí en el agua y acaricié sus piernas para abrazarla y besarla, sus ojos azules a medio día podrían ser ventanas al paraíso, y esa vez estaban oscurecidos.

-YO: no me gusta tu cara.

-VANESA: que bien me conoces ya…..- me acarició la mejilla.

-YO: ¿que pasa? dímelo.

-VANESA: pensaba que ya se había terminado…….pero me equivocaba……tu hermana está pensando en no volver a casa.

-YO: ¿como? – eso no me lo esperaba.

-VANESA: lo he elido en su diario…..

-YO: ¿se lo lees?

-VANESA: claro…ya me conoces, no puedo evitar ser traviesa…….da igual……..lo he leído y se que está confusa con su sexualidad, quiere aclararse las ideas y no puede hacerlo en tu casa, bajo la supervisión de tu padre.

-YO: ¿confusa en que?

-VANESA: ¿tú que crees? Lleva 3 semanas acostándose a diario con tu tía, se de buena tinta que Sonia también se acostaba con ella antes de todo esto, y cree que es lesbiana.

-YO: bueno……..no es algo tan raro….

-VANESA: para ti, pero piensa en tu padre…..y en como se lo tomaría, tiene miedo y quiere alejarse hasta tenerlo claro.

-YO: pues que lo haga, es mayor y puede tomar sus decisiones.

-VANESA: NO, tiene que volver a casa.

-YO: ¿por que?

-VANESA: por que si……….si no…….nada de esto servirá – sonó a excusa.

-YO: ¿y que puedo hacer para convencerla?

-VANESA: lo que ya temía……un hombre como tú puede………..despejar sus dudas.

-YO: no voy a acostarme con mi hermana para evitar que se haga lesbiana, ya tengo controlada la situación, hablaré con ella.

-VANESA: no será suficiente tienes…tienes que hacerlo – torció el gesto.

-YO: no pienso hacerlo, y menos sabiendo que te duele tanto.

-VANESA: ¡No me duele! ¿Por que debería? ¡Solo somos amores de verano, tenlo presente! – por lo que la conocía, que se enfadara así significa que tenia razón.

-YO: ¡ya basta Vanesa!, deja de fingir que no me quieres……- quiso apartar mi mano pero me dejó acariciarla la mejilla, sentí una gota caer en mis dedos, era una lágrima.

-VANESA: ¿por que me haces esto?………. ¡esto no tendría que ocurrir!

-YO: pero ha pasado, es real, y ya no quiero seguir siendo ese chico asustado que no dice lo que piensa, te amo Vanesa, y nada de lo que ha ocurrido, o de lo que pase va a cambiar eso….- soltó un bufido rápido.

-VANESA: eso dices ahora……….tú sabrás, si quieres regresar a casa con toda tu familia tienes que acostarte con tu hermana, no hay otra, en su diario no solo dice eso, si no que te menciona mucho, tú crees que ella es tu luz, pero tú eres tierra firme para ella, sin ti se siente perdida.

-YO: ahora tengo un sol entero delante de mí, no necesito rayos de luz, si mi hermana ha decidido……- me cogió de la cabeza amagando hacerlo un par de veces, mi tozudez la sacaba de sus casillas, pegó su frente a la mía, Vanesa estaba llorando y no quería hacerlo, pero no podía evitarlo, así que la abracé queriendo tranquilizarla.

-VANESA: no lo hagas más difícil de lo que es, hazlo, y pronto – me besó, con un sabor salado, y se alejó.

La discusión se repitió varios días, ella insistía y yo me negaba, discutíamos y ella lloraba por que me negaba, no la comprendía y eso me frustraba. Tanto que al final, no se como, accedí ha hacerlo, odiándome por ello, pero parecía que era lo único que la tranquilizaba. Diría que Vanesa quería que lo hiciera para que la demostrara algo, pero no sabia el qué, a esas alturas ya sabia que ella no se la convencía con palabras, si no con hechos, y no me dejaba otra salida. Me armé de valor para hacer lo que me pedía, con la esperanza de que eso me hiciera ganar puntos de cara a su marcha inminente, al final del verano, y así ganármela de una vez y para siempre. Me acompañó hasta la puerta de Sara, donde estaban ella y Marta, era el mejoro momento para meterme en su cama y acostarme con ambas, y por ende, con Marta.

-YO: no quiero hacerlo.

-VANESA: por favor……no lo compliques…….tú solo…..hazlo.

-YO: no lo haré si no quieres que lo haga.

-VANESA: ¡no quiero que lo hagas, joder!………lo…..lo necesito….. ¿vale?……tú hazme caso, entra ahí y déjala feliz, regresa a casa con tu familia y olvida que todo esto pasó – tenia que cogerla de la cabeza para que me mirara.

-YO: soy tuyo, me da igual lo que ocurra, el tiempo que pase y las circunstancias……te amo….y si necesitas que pase esto lo haré, por ti….- asintió con lágrimas en los ojos, y rostro firme.

-VANESA: por favor…..- me señaló la puerta, la besé antes de que hiciera un puchero y se alejó unos pasos.

Llamé a la puerta y me quedé mirando a Vanesa, que escondida en las sombras me miraba de forma tan triste y solitaria que me conmovió, al abrir al puerta entré, y al perder de vista a Vanesa sentí un enorme vacío en sus ojos. Sara me hizo pasar, iba en tanga y tenia a Marta en la cama tumbada solo con un camisón de los suyos.

-YO: hola chicas, ¿que hacéis?

-SARA: nada…….aquí charlando….

-YO: ¿puedo unirme?

-MARTA: ¡NO!- miró a Sara.

-SARA: mujer no seas así, mi cama siempre os recibirá a ambos.

-MARTA: pero es que es “él”……si se entera…..- lo dijo muy bajo, como si no lo fuera a oír.

-YO: ¿que pasa?, Marta, puedes decirme lo que sea…….- Sara me acompañó hasta la cama y me senté cogiendo de la mano a Marta, Sara se tumbó en la cama con gesto sensual.

-MARTA: si quieres estar con Sara puedo irme…..

-YO: no, hoy he venido a por ti.

-SARA: ummmmm se pone interesante.

-YO: no es eso………te noto distinta Marta, no solo por lo de Sara, te veo agobiada y pensativa, y tu no eres así, eres alegre y dicharachera, me duele verte así.

-MARTA: jope…….lo sé, y lo siento….pero tengo la cabeza hecha un lío – la besé la mano.

-SARA: díselo…..- Marta la miró asustada.

-YO: no la mires a ella, yo soy tu hermano, ¿si no me lo puedes decir a mí, a quien se lo vas a decir?

-MARTA: mi hermano no eres tú, tú eres una versión joven y potente de papá, si me da miedo decírselo a él, a ti me da pánico.

-YO: se que mi comportamiento ha sido raro y extraño, pero he tenido que ponerme así o esta casa se volvía una locura, pero eso ya ha pasado, en unos días volveremos a casa y esto quedará atrás.

-MARTA: es que….no se si voy a volver a casa – fingí no saberlo.

-YO: ¿Por que?

-MARTA: ¡por que si!… ¿vale?……..no estoy muy segura de lo que quiero, y si voy a casa terminaré haciendo lo que diga papá.

-YO: ¿pero que es eso que te tiene confusa? – no me lo decía, guardó silencio tirando con los dedos de la sabana.

-SARA: hija mía……pues que le gustan las mujeres…..- Marta la miró odiándola y sorprendida.

-MARTA: ¡TIA!

-SARA: merece saberlo, es tu hermano y sabes que te quiere, antes de darle la espalda tiene que saber por qué.

-YO: no pasa nada……..te gusta acostarte con Sara, estás experimentado, doy fe de lo buena que es en la cama.

-MARTA: no es solo ella Samuel, Sonia también, y hace un mes me traje a una pareja y me pasé más tiempo con ella que con él, ya no es una travesura…….siento que me atraen más, y no puedo evitarlo…….me meto en tu cama por que eres el único hombre que quiero, con las esperanza de que se me pase, de que sea un fase……pero no ocurre nada y yo…….yo pienso que seria mejor no volver a casa.

-YO: ¿y que pretendías que pasara en mi cama? – tragué saliva.

-MARTA: no lo sé…….te he visto con Sonia, con Sara, con Vanesa…….. y ahora con mamá, creía que no te importaría, que seria una más de tu harén particular, y así me demostraría que no era cierto….pero yo no soy suficiente para ti….- verla llorar era tan raro como enternecedor, la abracé con cariño.

-YO: eres la mujer más maravillosa que he conocido, eres guapa, lista, dulce, cariñosa y buena persona, eres la única persona que quería en mi vida, un rayo de luz en mitad de mi caos, y no iba a mancillar eso por un mal polvo.

-MARTA: ¿iba? ¿y ahora si? – la besé en la mejilla, y cogí aire varias veces, tomando la decisión que lo cambiaría todo, la tenia delante de mi pidiéndome que lo hiciera, algo dentro de mi me pedía a gritos que lo hiciera.

-YO: no………….Marta, no, ahora tampoco…….te quiero, eres mi hermana y te apoyaré en todo lo que decidas hacer, pero vuelve a casa conmigo, estaré a tu lado cuando hables con papá, no dejaré que te avasalle ni te intimide.

-MARTA: ¿harías eso por mí?

-YO: si, ya es hora de que maduremos, no podemos seguir siendo niños bajo su cinturón, papá ya no me da miedo.

-MARTA: eso es fácil decirlo sin él delante.

-SARA: yo también estaré a tu lado pequeña.

-YO: y mamá nos ayudará, sabe como manejarle, no te apartes de mi lado, no podría soportar mi vida sin ti, pero no voy a decirte que hacer, eso haría papá, ahora haz lo que creas que debes hacer, y te apoyaré en todo, tú decides.

-MARTA: no sé…….necesito pensar, pero me alegro un montón de que lo entiendas…- la sonrisa de mi hermana regresó -….. ¿me dejas a solas con Sara? – la besé la mano y la acaricié la cabeza.

Me arrepentiré el resto de mi vida salir por el balcón, fue un momento muy emotivo y me apetecía dar un paseo hasta la playa a solas, pensar en mi vida y en que todo había cambiado, nunca pensé que aquellas vacaciones terminarían así, pero ocurrió. El niño asustando y tímido que fue a unas aburridas vacaciones familiares había muerto, renació como un hombre fuerte y decidido.

Tenia que decírselo a Vanesa, tenia que decirla que no ocurrió nada, eso la alegraría, aunque no lo iba a reconocer, es posible que se enfadara conmigo incluso, pero en el fondo le gustaría saber que salve es parte de mi, y que lo hice por que la amaba, si le decía todo eso seguro que se olvidaría de eso del “amor de verano” y me querría tanto como yo la quería a ella.

Al volver a casa la busqué, había pasados unas horas, pero no la encontré, subí a mi cuarto y todas sus cosas habían desapareció, aquello me aceleró el corazón, la llamé a gritos, y luego a su móvil, sonó en la mesa del salón, allí estaba el móvil, encima de una nota en papel.

“Lo siento mucho Samuel, pero esto es más de lo que puedo soportar, ha sido irritantemente sorprendente, y gratificaste, como has logrado llegarme al corazón, y no quiero que descubras que tipo de persona soy en realidad, así que me voy. Eres feliz con tu familia unida, y eso debo respetarlo, no sabes cuanto deseo quedarme a tu lado, te quiero aunque me cueste y me odie admitirlo, pero……. ¡Dios, te he mentido tanto!…….lo justo es que me vaya sin una despedida, no la merezco. Te pediría que me olvidaras, pero se que me dirías que no puedes, y terminarías diciendo alguna frase de las tuyas, de esas que me encantan y que me derriten por dentro, acabaría quedándome a tu lado, y te mereces algo mejor que yo, lo nuestro no puede funcionar. Así que prefiero que me recuerdes tal como me has conocido, y espero que añores este verano con cariño, por que yo pensaré en ti cada día de mi vida.

Por favor, no me busques, ni vayas detrás de mi, no me sigas, es mejor así.

Dale un beso dulce y tierno a ese chico bueno, gentil y amable que conocí. Por favor, no cambies, por que quedan pocos hombres como tú en este triste y amargo mundo…….Adiós y Gracias de corazón por este verano.”

Me eché a llorar a mitad de carta, las lágrimas cayeron al papel, volqué la mesa y empecé a gritar, bajaron todas a verme pero llegaron tarde, yo ya iba camino de la moto, y casi atropello a una persona al ir a la casa donde estaba Jaime, solté la moto, que se quedó dando vueltas, y entré llamándola a viva voz, Jaime apareció con una en cada brazo y le cogí de la pechera.

-YO: ¿DONDE ESTÁ VANESA?

-JAIME: ehhhhhhh tranquilo, ha venido hace una hora.

-YO: ¿donde ha ido?

-JAIME: ha sido rarísimo, se ha quedado fuera, estaba llorando, no se por qué, con las maletas y todo, ha pasado un coche negro de lujo de 5 puertas, y se la ha llevado, no se ha donde….. ¡te lo juro!

-YO: ¡JODER! ¿QUIEN LA CONOCE AQUÍ, DONDE VIVE, ALGUIEN TIENE NUMERO DE TELEFONO? – repetí aquellas preguntas por todas las habitaciones, pero no encontré a nadie que la conociera, incluso las chicas con las que la había visto se habían ido hacia una semana, solo quedaban unas 10 personas y a ninguna le sonaba de nada Vanesa.

Cogí la moto, llevado por la rabia y la desesperación, me metí con un ciclomotor de 49 caballos en la autovía, algo prohibido, y le di gas hasta recorrer 60 kilómetros, buscando un coche negro de lujo de 5 puertas, pero me llevaban media hora de ventaja y ellos llegaban a más de 80 por hora. Inconsciente de ello no paré hasta quedarme sin gasolina, y aún así empujé la moto otros 3 kilómetros hasta la siguiente gasolinera, pero al llegar me di cuenta que no llevaba la cartera, no llevaba nada, ni el móvil….me tiré al suelo y seguí llorando, no había parado de hacerlo desde que leí la maldita nota, que también me había dejado en casa, quería echar a correr por la carretera tras ella, pero no podía sin dejar la moto, y tenia calambres ya de empujarla. Iba a causar un accidente, casi me mato 3 veces al pasar con algo tan liviano al lado de un camión grande, no sabio que hacer y sentía una punzada en el corazón que me estaba matando.

Al verme allí tirado varios conductores creyeron que me había caído de la moto, y se mostraron amables para ayudarme, uno me dejó el móvil, y llamé a Vanesa, pero lo cogió Sara en mi casa, ni me acordaba de que también se había dejado el móvil, la dije donde estaba y me pidió que no me moviera, que vendrían a por mi. Una señora se quedó conmigo y le conté lo que ocurría, se conmovió al oírlo, y se quedó conmigo hasta que Sara apareció con el coche, con todas, me abracé a Marta y no la solté. Quería ir con el coche de Sara a seguir la búsqueda, pero ya era inútil, había pasado otra hora larga, me metieron en el coche y me eché en el regazo de Marta, llorando sin comprender nada, “¿que más podría haber hecho?”. Ni los dedos de Marta jugando con mi pelo me calmaron, se quedó a dormir conmigo esa noche, y todas. De golpe di 4 pasos atrás y volvía a ser un niño asustado y débil, me trataban como un jarrón a punto de romperse, sin saber que ya estaba roto. Marta me decía que no podía dejarme así, y que volvería a casa, como si eso me importara en ese momento, pero se lo agradecí.

De los últimos días no recuerdo haber salido de la cama, y no hablaba con nadie que no fuera Marta. Cuando regresó mi padre para recogernos en el coche, me miró con desprecio al verme tan mal, pero me daba igual, mi hermana trató de animarme haciendo el viaje de vuelta con ella, Sara y Jaime, pero no hubo manera. Estaba sentado atrás con Jaime, que no habló en casi todo el camino.

-JAIME: esa chica te gustaba de verdad, ¿no? lo siento de verdad tío.

-YO: tú que vas a sentir…….

-JAIME: lo sé, se que he sido un capullo este verano, pero te miro, y veo que esa chica era especial para ti, la traté mal, y tampoco es que me haya comportado mucho mejor con las demás, te pido disculpas.

-YO: gracias, pero llegan tarde, y no me ayuda en nada.

-JAIME: joder….ha sido duro….. ¿sabes que hasta llamé a tu padre cuando me echaste? Le dije unas cuantas cosas y dijo que el se ocupaba……supongo que al final todo sigue su curso…

No le presté atención, fui un cadáver todo el camino, y al llegar a casa me pasé 2 días en la cama. Solo dormía y comía algo, tampoco mucho, me quedaba horas mirando el móvil de Vanesa, las fotos que nos hicimos, los mensajes y recordando cada instante a su lado, anotándolo, y aquí os lo he dejado.

——————————–
Depresión post vacacional, así lo llaman ahora, es esa sensación de hastío y sopor al regresar de unas vacaciones, lo que toda la vida se ha llamado volver a tu mierda de vida, pero la gente se afana en ponerle nombres a las cosas para sentirse mejor, supongo, a mi no me ayuda. Me estoy volviendo loco, y no es por que tenga que volver a una vida rutinaria y normal en todos los aspectos, si no por el hecho de que todos a mi alrededor se comportan de forma natural, como si no hubiera pasado nada en estos 3 meses de vacaciones que me he pasado en la casa de la playa con la familia, es como si un gran dinosaurio se hubiera paseado por el centro del salón y solo yo pareciera haberlo visto, cuando trato de hablar de ello, me evitan, se hacen los locos o directamente me ignoran.

Mi madre volvió a ser la misma mujer servicial en cuanto entró por la puerta, tratando a mi padre como a un dios, supongo que si consiguió que Sara se quedara en casa hasta que encontrara donde ir. Marta mantuvo su compostura hasta que al 2 día me dijo que iba a hablar con papá de su sexualidad, no estaba para tonterías, pero se lo prometí, y estaba harto de auto compadecerme. Esperamos a que regresara del trabajo y nos sentamos, me puse al lado de Marta cogiéndola de la mano.

-MARTA: mira papá, esto me resulta muy duro, pero tengo que decirte algo.

-ROBERTO: adelante, hija mía.

-MARTA: este verano me he dado cuenta de algo, o mejor dicho, me ha ayudado a convencerme de algo……….siempre te estás quejando por que no tengo novio formal, …pues bien…- cogió aire- …..creo que soy homosexual.

-ROBERTO: ¡¿como?! – solo con su tono de voz Marta me clavó la uñas.

-MARTA: si……bueno…..que me gustan las mujeres.

-ROBERTO: ya se lo que significa, no soy estúpido, ¿como puedes hacer esto?, te vas a arruinar la vida.

-MARTA: me siento así, y no puedo cambiarlo.

-ROBERTO: eso son cosas de críos, os pasa a todas, tu olvídate de líos, ya encontrarás a un hombre que te haga feliz y te de hijos.

-MARTA: pero papá….- la lanzó su mirada, esa que según todos sus compañeros hacia temblar hasta a los jueces.

-ROBERTO: se acabó la conversación – se puso en pié y se disponía a irse, como siempre, con al última palabra y nadie tenia derecho a decir nada, y se hubiera ido como siempre.

-YO: no…………..papá, no se ha acabado – me puse en pie, él se giró dedicándome su mirada a mi, casi me vuelvo a sentar, antes lo hubiera hecho, antes.

-MARTA: no, déjalo……….- la acaricié el pelo.

-ROBERTO: ¿como dices?

-YO: Marta está tratando de decirte como se siente, y eso no lo vas a cambiar zanjando la conversación.

-ROBERTO: ¿y pretendes que sonría y asienta ante esa desfachatez? – de golpe mi madre, que andaba por allí fingiendo no prestar atención, desapreció, como solía hacer cuando mi padre se ponía así, deseé que Sara no hubiera salido, y sobretodo, tener a Vanesa a mi lado, pero allí estaba solo delante de él.

-YO: lo que pretendo es que dejes que Marta sea libre de hace lo que quiere, somos adultos y tenemos que tomar nuestras propias decisiones, Marta no está aquí para pedirte tu opinión, te lo está diciendo, esperando que la apoyes, por que no es nada fácil decirte esto.

-ROBERTO: ¿y lo tiene que ser para mi?, Samuel, basta, esto no va a ir a ningún sitio, Marta está confundida, ya sabia yo que no era buena idea llevar a tu tía, Sara logra que las mujeres pierdan el norte, lo se bien, pero mi niña no es una burda bollera, no la he educado para que se pase su vida comiendo coños de camioneras – su forma de acercarse imponía un respeto brutal.

-MARTA: papá, eso no es así…..- se puso en pie a mi lado, casi se vuelve a sentar al mirarle a la cara, pero tiré de su mano.

-ROBERTO: ¿y como es? ¿acaso piensas en como me va a afectar esto? imagina las risas si se enteran en mi trabajo ¿sabes cuanto daño puedes hacer a esta familia si se difunde?

-YO: eres un retrogrado y un hipócrita de mierda…. – me salió del alma, y al oírmelo decir hasta él se sorprendió más que yo –…. ¿te importa una mierda tu hija, a la que has tratado con mimo y cariño toda su vida, ahora que se abre a ti? solo te importa tu trabajo y la opinión de unos completos desconocidos.

-ROBERTO: esos desconocidos me ayudan a mantener a esta familia, ¡así que tenlo muy presente antes de faltarme al respeto de esa forma bajo mi techo! – oírle gritar no daba tanto pavor como que fuera al 1º vez que le veía fuera de si.

-YO: ¿y debemos que ser tus marionetas toda nuestra vida a cambio?

-ROBERTO: mira calmémonos…………..Samuel, antes de hacer o decir alguna barbaridad más, espero que recapacites, no se que demonios a pasado estos 2 meses allí, pero se tiene que terminar, ahora estáis en mi casa, vamos a comportarnos todos como siempre y dejar pasar todo esto…….

-MARTA: no papá, estoy harta, harta de tus apariencias y de tus mentiras, de cómo nos tratas.

-ROBERTO: maldita desagradecida, ¿acaso te he tratado mal?

-MARTA: a mi no, me lo has dado todo, mientras fuera tu niña bonita, pero ahora te necesito no me capetas como soy, en cambio a Samuel le has hecho la vida imposible, y a mamá la has minimizado hasta ser tu criada.

-ROBERTO: por que me dan lastima, vuestra madre necesita mano dura, y Samuel…………. es débil y un cobarde, me deja a cuadros que tengo los arrestos de hablarme así, solo pretendía forjarle un poco de carácter.

-YO: pues enhorabuena, ya tienes al hijo que siempre has querido, y no ha sido gracias a ti….con una esposa sumisa y un hija a la que has querido moldear a tu gusto…………así que no te debemos nada.

-ROBERTO: me estáis empezando a enfadar.

-YO: pues acostúmbrate, por que las cosas van a cambiar.

Cogí de la mano a mi hermana y nos fuimos a su cuarto, de fondo escuchábamos a mi padre enervado con mi madre, mientras trataba de calmar a Marta, que parecía a punto de derrumbarse, temblando sin control, la pedía que visualizara una playa, con la olas, y respirar al ritmo de aquel oleaje tranquilo. No nos hablamos durante toda la noche, y cenamos en su cuarto, dormí con Marta, para no dejarla sola, aunque en realidad solo ella durmió, yo estaba despierto a su lado, no pegué ojo en toda la noche.

Me sentía con fuerzas, como un gigante, por enfrentarme a mi padre, y aquello empezó a darme vueltas a la cabeza, había algo, lo notaba, sentía que se me escapaba algo, pero no sabia que era, todo se mezclaba en mi cabeza, Vanesa, mi familia, aquel verano…………. tenia una imagen borrosa en la cabeza y necesitaba enfocarla, me faltaba una pieza enorme del puzzle, y no la tenia.

“Vanesa, tengo que encontrar a Vanesa.”

FIN.

Relato erótico: “La casa en la playa 10.” (POR SAULILLO77)

$
0
0

Huida.

“Vanesa, Vanesa, Vanesa, me llamo Vanesa”, me lo repetía una y otra vez, me lo llevaba repitiendo desde que me fui de la casa en la playa de Samuel, me lo repetí todo el camino a Madrid, me lo repetía al llegar a mi casa y me lo repito cada vez que pienso en él. Me siento estúpida al recordar un momento a su lado y echarme a llorar, incluso me sorprendo llorando sin motivo alguno, simplemente estoy sentada en la cama, y las lagrimas surcan mis mejillas, allí donde él me besaba o me acariciaba.

Y lo peor es al mirarme en el espejo, al ver mi pelo rizado me derrumbo, aquellos rizos que había llegado a detestar tener, y ahora los odiaba todavía más, me recuerdan a él, a mi tozudo y cabezota caballero de reluciente armadura, a ese maldito imbécil que se ha colado en mi corazón sin pedir permiso. He tratado de alisarme el pelo unas 6 veces, para volver a ser Vanesa, alejarme de este verano y de Samuel, pero no puedo, es superior a mí, me quedó mirándome en el reflejo, con la plancha del pelo en el armario del baño, jugando con mis dedos enredándolos en mis rizos. Huelo el champú de manzana y noto como me reconforta, esa bobada me transporta a la playa con Samuel, a esas largas horas tumbados acariciándonos sin hacer nada más que mirarnos y sonreír. ¿Como he permitido que esto ocurra? No soy una niña tonta enamoradiza, soy una mujer fuerte, independiente y solitaria, ni siquiera mis compañeras de piso de estudiantes saben quien soy, apenas hablo con ellas, no me gusta la gente ni relacionarme, no confío en nadie y creo que el amor es una fantasía, una reacción química del cerebro tan real como la ira, el dolor o la felicidad, y por lo tanto, controlables por el cerebro consciente, y aún así no he podido evitarlo.

Llevo 5 días sin salir de mi casa, no tengo ganas de salir, ni de hablar con nadie, no como y solo apenas bebo agua, me siento como si estuviera colgando en mitad de un precipicio y algo tirara de mi, estoy desesperada pidiendo ayuda a gritos, mientras que a la vez, no dejo que nadie se acerque. Noto un peso incesante oprimiéndome, no hablo de una sensación o una idea, si no que siento un dolor agudo y constante en mi pecho, algo real, y no lo soporto más, no se como hacer que pare, no me veo capaz de hacer nada, mucho menos volver a mi vida, tengo que irme. Llamé a mi trabajo para dejarlo, el que me había buscado para pagarme los estudios de la universidad de psicología donde iba a empezar mi 2º año, a la que también llamé para abandonar, estoy harta del trabajo, del piso, de los estudios, de mi vida y de todo lo que me rodea, me doy asco a mi misma por lo que he hecho, necesito alejarme, pienso que si pongo distancia con todo me sentiré mejor, o al menos eso espero.

Estoy cayendo, mi vida entera ha sido un descenso descontrolado, he aprendido a sobrellevarlo y moverme sin apego a nada ni a ha nadie. Soy huérfana, mi padre nos abandonó, ni lo recuerdo bien, y mi madre murió de cáncer cuando yo tenia 11 años, he ido rebotando de una casa en acogida a otra hasta ser mayor de edad, nadie se ha preocupado por mi, ni me han demostrado el más mínimo interés o cariño, no importa, se vivir de esa forma, lo he hecho siempre, me he forjado una careta, un escudo que me protege ante todo, estoy acostumbrada a ser así, pero ahora………..Por fin había encontrado a “esa” persona, que paró mi descenso, me cogió la mano y me hizo sentir segura por primera vez en mi vida, vio a través de mi mascara y no se asustó, sentía en su mirada que no me fallaría jamás, que me quería y que me amaría para siempre, que estaría dispuesto a darlo todo por mi, y fui tan estúpida que solté su mano, por miedo, tenia pánico a que descubriera quien era y dejara de quererme, no me quedó otro remedio, tuve que obligarle ha hacer algo tan sórdido que me convenciera a mi misma, y a él, de que no me quería, y así tener una excusa para marcharme.

Podría haberlo aguantado todo, desde como le conocí hasta que le obligara a acostarse con su madre, pero lo de Marta…….verle entrar por esa puerta fue más doloroso de lo que nunca pude imaginar, me quedé en la puerta oyéndolos hablar, quise darme la vuelta y salir corriendo para ver que ocurría desde el balcón, pero no me atrevía, solo escuchaba sus voces, ni les entendía. Mi cuerpo y me mente me pedían a gritos que abriera la puerta, le pidiera que parara y dejarme caer en sus brazos, decírselo todo y que ocurriera lo que tuviera que ocurrir, pero no lo hice. Pasados unos minutos comencé a escuchar a Sara y a Marta gemir, y la sola idea de ver a Samuel con Marta me volvió loca. Me fui, auto convenciéndome que era lo correcto para él, avisé y me vinieron a buscar, le dejé una nota y mi móvil, así tendría algo con lo que recordar a esa tonta de los rizos que tanto le gustaba, y no al monstruo que lo abandonó.

Pero el pasado es implacable, hace un rato me llamó mi jefa, por lo visto ya tiene preparado todo lo que le pedí para irme, y necesita que vaya en una hora a las oficinas, así que aquí estoy, delante del espejo un maldita vez más, con la plancha del pelo en la mano, tratando de recomponer los trozos de mi vida que me quedan para no parecer el ser asustado, débil y angustiado que soy. Logro plancharme el pelo, y eso me da cierto confort, dejo de llorar y me visto para ir por última vez a mi trabajo, decido ir con unos vaqueros y una camiseta a rayas blancas y azules debajo de una chaqueta negra por encima, con unos zapatos sencillos y elegantes sin mucho tacón, por un instante me pongo las gafas de pasta, y me vuelvo a echar a llorar, las dejo en su sitio y me maquillo de forma grosera, quiero ocultar quien soy al mundo. Vienen a buscarme con un coche de lujo, el mismo que me trajo sollozando de Valencia, respiró hondo al llegar y ver a mi jefa abajo esperando, hago acopio de fuerzas y me bajo a saludarla.

-YO: hola…………. Madamme.

-MADAMME: ¡hola bonita!, me tienes preocupada – extiende su mano como si fuera una reina, como hacia siempre, se la cojo y la dedico una falsa sonrisa.

-YO: lo siento……es que estoy algo cansada.

-MADAMME: no solo es eso querida, ¿seguro que quieres dejarnos? Eres de las chicas más prometedoras que he tenido, en este año has ganado mucho dinero, y me lo has hecho ganar.

-YO: si…….de verdad que la pido disculpas, pero necesito alejarme de todo.

-MADAMME: como desees, aunque quiero que sepas que siempre tendrás un lugar aquí.

-YO: gracias, pero no tengo intención de volver……- pretendo mostrarme firme pero esa mujer te lee el alma.

-MADEMME: mi dulce niña, este último trabajo te ha afectado más de lo que pensaba….. ¿que ha ocurrido?

-YO: que he cometido el mayor error que se puede cometer en este trabajo, por favor, solo necesito mis cosas, y me marcharé.

-MADAMME: como quieras, lo tiene todo uno de mis chicos en el coche, te llevará donde necesites.

-YO: muchas gracias, me sorprende lo comprensiva que es.

-MADAMME: jajaja digamos que desde hace un par de años alguien me ha hecho ver el mundo de una forma diferente………….en fin querida, si quieres puedes irte ahora, pero deja que te pida algo antes de marcharte, no estás obligada a nada, ni nada te ocurrirá si te niegas.

-YO: pues dígame.

-MADAMME: debido a tu….cambio de parecer en las condiciones, el cliente está confuso, y desea hablar contigo para saber por qué.

-YO: ¿está aquí?

-MADAMME: aún no, pero si aceptas, se pasará en media hora, será arriba, y con mis chicos vigilando, para evitar problemas, os veréis a solas aunque me gustaría estar presente.

-YO: no me apetece verle.

-MADAMME: como te digo, no estás obligada, pero parecía muy molesto con tu trabajo.

-YO: ¡hice lo que pidió!

-MADAMME: han surgido complicaciones derivadas – “¡y a mi que más me da!”, estoy a punto de decirla que no, e irme, pero algo me retiene, la curiosidad, de golpe necesito saber que le ha pasado.

-YO: está bien, y después me voy, se acabó todo.

-MADAMME: perfecto, subamos y llamo al cliente.

La sigo al edificio de oficinas a su espalda, y subimos en el ascensor, hasta la última planta, Now Servies S.A, al subir Madamme le tira el abrigo a la recepcionista y deja ver su voluptuoso cuerpo en un vestido de noche exuberante y que la hace ver arrebatadora, con una cola de caballo en el pelo. Deja a sus acompañantes en la entrada, 2 castillos del este con trajes baratos, y me acompaña hasta una sala de reuniones donde espero sentada junto a ella. Pasados los 30 minutos Madamme recibe un mensaje y me mira.

-MADAMME: está subiendo.

-YO: perfecto, si es posible……..¿puedo verle a solas?

-MADAMME: como prefieras, estaré cerca con mi chicos, si pasa algo raro avísame.

-YO: no creo que pase nada, pero no te aseguro que el cliente salga contento de aquí.

-MADAMME: a nosotros ya nos ha pagado, y a no ser que recapacites, no nos debe nada, así que siéntete libre de expresarte – se agacha y amaga darme 2 besos, pero no me llega a contactar, y se va contoneando su enorme trasero.

Respiro profundo, me tiemblan las manos y no se como actuar, tengo que ser firme o me comerá, no me resultaría difícil en circunstancias normales, pero ahora mismo no soy yo. Espero unos 5 minutos, oigo el ascensor y a Madamme charlando con un hombre de voz potente y contundente, escucho como se acercan y me pongo en pie. Al abrirse la puerta carraspeo y veo a Madamme invitando a entrar a un hombre, le conozco pero no le he visto nunca en persona, tiene 50 años, poco pelo y blanco, con barriga prominente y bien trajeado, pasa a la sala sin casi mirarme y cierra tras de si la puerta. Coge aire cansado y me mira, no solo eso, me analiza, leo en sus ojos como intenta ver algo a través de mi piel, y mi poca fuerza de voluntad se disminuye ante aquel rostro inexpresivo, frío y duro. Extiende su mano y al dársela me la agarra con ambas manos, siento su aspereza y su fuerza más allá de lo físico.

-HOMBRE: encantado, soy Roberto….el padre de Samuel.

-YO: se quien es.

-ROBERTO: ¿y tu nombre es……? Vanesa, creo recordar….

-YO: así es….- quiere molestarme para soltarme la lengua.

-ROBERTO: pues un placer, por favor, siéntate – me suelta la mano y rodea la mesa para desabrochar la chaqueta del traje y sentarse frente a mi, me siento, cruzándome de piernas y brazos, tratando de que no se note mi enfado.

-YO: usted dirá, es quien ha pedido la reunión.

-ROBERTO: veo que estás molesta conmigo…..

-YO: por lo visto no soy tan buena ocultando mis sentimientos……. no tengo tiempo para charlas, ¿que quiere?

-ROBERTO: al grano, perfecto…….cuando contraté los servicios de Madamme, estipulé que no quería saber nada del como y el por qué, solo pretendía saber si me tenia que preocupar de la casa de la playa.

-YO: haberse quedado….

-ROBERTO: mi trabajo es vital y cuando nos dan un caso grande no tengo tiempo que perder, el que me ocupó este verano sale en todas las noticias, sin duda sabrás del caso…..- le corté tajante.

-YO: me da igual su trabajo.

-ROBERTO: está bien, sea como fuere, al irme de la playa sabia lo que iba pasar, al contrario de lo que se creen en mi casa, no soy idiota, tengo ojos, y tras un mes viendo como el amigo que Samuel que se había llevado, Jaime, le tiraba los trastos a mi mujer y a su hermana, sin mi allí sabia lo que iba a pasar, conozco a mi mujer desde que tenia 17 años y me costó mucho convertirla en la mujer que es, son 24 años de matrimonio donde he aprendido que no puedo dejarla sola ni 1 semana, casi se tira al que trae la compra, y cada vez que me alejo unos días tengo que regresar, o cortar de raíz, por que está tonteando con algún aprovechado, si es que hasta la dejé un fin de semana con su hermana y terminó acostándose con ella, Sara es ……..perturbadora en ese sentido….…. ¿2 meses sin mi, con Jaime y Sara, La guarra de Sonia, la amiga de mi dulce hija, y el único que podría hacer algo era el enclenque de mi hijo? O hacia algo o antes del verano perdería a mi mujer, así que contraté a alguien para que vigilara.

-YO: a mí.

-ROBERTO: exacto, solo ver que ocurría, y para ello necesitabas acceso, pagué tu estancia en una casa cercana, y nada más sencillo para entrar que usando a Samuel, dios sabe que le quiero, pero es una persona débil y acomplejada, con unos ligeros consejos cualquiera se lo ganaría, bastaría con una mujer fuerte, directa e inteligente, que le hiciera sentirse especial.

-YO: y así fue – me duele reconocerlo.

-ROBERTO: correcto, cuando pasó la 1º noche y volviste, pedí un informe no muy detallado a Madamme, y me dijo que…….en finas palabras….necesitaba controlar la situación, así que te mandé de vuelta con un solo propósito, fuera como fuera, asegurarte que mi familia regresaba a casa.

-YO: así ha ocurrido.

-ROBERTO: si……..pero en casa están pasando cosas que no me gustan.

-YO: ¿el que? – “quiero saber, necesito saber como está”

-ROBERTO: digamos que los que han vuelto son mi familia, pero se comportan de forma diferente, hasta mi mujer, la he notado estos días más liberal de lo que me gusta, pero se manejarla….es una gata adiestrada durante muchos años, unas miradas firmes, dejarla satisfecha cada noche y vuelve al redil…..pero el resto……sabia que su tía Sara iba a revolucionarlo todo, pero ahora no sé si es solo ella, o si pasó algo más allí……. el amigo de mi hijo me llamó hará un mes y me dijo que Samuel le había echado de casa, y que una loca de ojos azules le estaba comiendo la cabeza, supongo que eres tú.

-YO: Jaime es un imbécil.

-ROBERTO: tal vez, pero no es relevante para el caso, lo que me interesa es que ahora, de golpe, tengo en casa a una mujer alterada a la que tengo que controlar, una cuñada recién divorciada que desestabiliza el orden de todo, y de remate, 2 hijos que no reconozco, una hija que era perfecta, y ahora se quiere hacer bollera, dice que está harta y que se irá de casa si no acepto su….. “condición”, para colmo Sara y Samuel la apoyan, y si no doblo la rodilla, Sonia ya la está diciendo que se van a vivir juntas. Por otro lado un hijo, que era un mierdecilla sin agallas que lleva desde que regresó llorando en la cama por ti, y ante mi asombro, solo se levanta para dedicarse a discutir mi autoridad, cuando en la vida jamás se hubiera atrevido ni a alzarme la voz….. – no puedo evitar una sonrisa al oírlo -….para colmo, cuando voy a pagar por tus servicios, Madamme me dice que al final solo tengo que pagar la mitad, no me quejo, pero cuando pregunto por qué, me dice que la chica que hizo el trabajo renuncia a su parte del dinero, sin motivos aparentes……

-YO: ¿es una pregunta? – gano tiempo, que Marta se hiciera lesbiana me confunde, si Samuel hizo su parte no tiene sentido.

-ROBERTO: no…….jejejeje……no, no lo es, verás, no quería saber que había pasado allí, pero ante los acontecimientos…..no me queda otra que preguntar, ¿que diablos pasó en esa casa?

-YO: usted quería que su familia volviera a casa completa, y así ha sido, me ocupé de ello.

-ROBERTO: ¿como?

-YO: hacia falta mano firme, solo eso.

-ROBERTO: ¿y quien la impartió?

-YO: pues el enclenque, el débil y acomplejado, y el mierdecilla sin agallas……..su hijo.

-ROBERTO: jajajjaja por favor chiquilla, no me hagas reír, ¿él?

-YO: si, él, ¿tan difícil de creer le resulta? – me duele en el orgullo que no me crea.

-ROBERTO: no se atrevería ni a cruzar la calle sin mi permiso, ¿y quieres que crea que puso mano dura? jajaja es cierto que antes me gustaba la idea de que aprendiera, y mostrara, algo de carácter, casi no parecía hijo mío, pero ahora está descontrolado.

-YO: es mucho más fuerte y listo de lo que usted cree, solo necesitaba un empujón – deja de reírse de golpe.

-ROBERTO: ¡pues te has pasado 4 pueblos con el empujón, ahora no me respeta, y se ha puesto del lado de su hermana en su locura tortillera, su tía dice que ayudaría a mi hija a marcharse, si no cambio de actitud! ¿Te lo puedes creer? ¡No voy a permitir eso en mi casa!

-YO: si quiere gritar a alguien, vaya con su mujer, puede que hasta la excite, pero yo no estoy a su cargo, ni le tengo ningún miedo, ni me merece respeto alguno, ¿que tipo de persona deja a su familia vendida en unas vacaciones que él mismo obligó a tomar, para luego meter a un lobo entre corderos, usando a su propio hijo como cebo, para seguir manipulando a sus seres queridos como quien juega al ajedrez?

-ROBERTO: no voy a recibir lecciones de moralidad de una……- “puta, dilo” – …mujer como tú, no entenderías lo que es ser un hombre de verdad.

-YO: jajaja por favor, ahora no me haga reír usted a mí.

-ROBERTO: escúchame niñata de mierda, a mi me tratas con respeto.

-YO: le trato como me salga de las narices, el respeto se gana, no se impone, su hijo ha demostrado ser 10 veces mejor hombre que usted.

-ROBERTO: ¡ahhhhhhhhh! así que era eso…….la puta se ha enamorado de mi hijo – me pongo me pie furiosa, pero recuerdo que no ha dicho ninguna mentira.

-YO: ¿y que más da?

-ROBERTO: importa si quieres renunciar a tu parte del pastel, esperando dar el braguetazo con el idiota de mi hijo, si pretendes sacarme un solo €, entérate de que no vas a lograr…..- me doy la vuelta, abro la puerta para salir-….¿donde cojones te crees que vas? ¡No he terminado de hablar!

-YO: que crea que lo que busco es dar un braguetazo me indica el tipo de persona cínica y perversa que es usted… – me vuelvo a girar a él – …si quisiera hacerlo no tendría más que haber dejado de tomar la pastilla, y haberme quedado embarazada en una de las decenas de veces que su hijo me ha hecho ver las estrellas cada vez que hacíamos el amor…. – para cuando llego a la mesa a su lado, se recuesta en la silla sin mirarme –…. quizá otra lo hubiera hecho, y si sacaba beneficios puede que también lo hiciera yo, pero Samuel no se merece eso, es el hombre más bueno y decente que he conocido en mi vida. Usted no sabe lo que ha tenido que llegar ha hacer para mantener unida a su familia, y no se merece una vida tan destructiva por su culpa, y no se merece a alguien tan sucia y rastrera como he tenido que ser con él, Samuel se merece algo mucho mejor de lo que yo puedo ofrecerle, y desde luego, de lo que usted le ha dado, rezo a dios por que sea capaz de encontrar a una mujer que esté mínimamente a la altura del gran hombre que es, y pueda alejarse de sus garras, Don Roberto – le beso en la mejilla y trato de no llorar antes de salir de la habitación.

-ROBERTO: ¿a donde vas?

-YO: me voy, lejos, no se preocupe, no volverá a saber de mí.

Salgo a paso ligero por el pasillo tratado de mantener mi compostura, Madamme sale a mi encuentro y me para en seco, yo solo miro el ascensor, quiero salir huyendo, pero me tiembla el cuerpo entero, me lleva a otra sala y me da un té caliente mientras trata de consolarme, se lo agradezco pero tengo que salir de allí, cuando puedo caminar salgo disparada mientras Madamme avisa al chofer de abajo. Según voy bajando por el ascensor y escucho el sonido de la campanilla de cada piso estoy más segura de tener que irme, como una cuenta atrás.

Se abre la puerta del ascensor y bajo unos peldaños, levantó la mirada secándome las lagrimas, y le veo en la puerta de la entrada, “¡no, él no, ahora no!”, pienso al ver a Samuel allí plantando, va con un pantalón de vestir marrón y un polo rojo, está de pie sujetando la puerta para dejarme pasar, “no me ha reconocido, ¡el pelo, claro, no llevas los rizos!”, agacho la cabeza y paso a su lado murmurado un gracias, mi brazo se roza con su pecho y siento que me voy a desmayar, paso de largo, “¡que no me reconozca, por favor, que no me vea!”, estoy saliendo por la puerta, no me ha visto.

-SAMUEL: huele a………….¡MANZANA! ….– me paralizo, al dejar de moverme un mechón de pelo me roza la nariz, y lo noto la esencia como ha debido de olerla él, “¡el maldito champú!” -…… ¡VANESA!

Echo a correr sin saber hacia donde ir, al girarme veo a Samuel tropezando con el marco de la puerta al salir a la carrera detrás de mi, esta gritando mi nombre, me ruega que pare con la voz rota y gallos agudos, se rehace del golpe y me está alcanzando, veo el coche de lujo y a una de las moles de Madamme, que al verme correr se pone alerta y corre hacia mi, pero no llega a tiempo. Samuel me alcanza antes, y me coge del brazo, me suelto de un manotazo pero me vuelve a agarrar, y me encara, no quiero mirarle a la cara.

-SAMUEL: ¡así que por esto quería que viniera con él, ¿no?! ¡Trabajas para mi padre!

-YO: ¡no….para……..déjame!

-SAMUEL: ¡contéstame!, ¡¿trabajas para él?! ¡¿Así se aseguraba de controlar la casa?! ¡De tener a su mujer vigilada ¿eh?! ¡Me ha usado para meterte en esa casa y así darle informes detallados! – mis peores pesadillas se hacen realidad, me zarandea y me hace las preguntas que tanto miedo me daban, lloró de rabia por que ahora se que no me querrá jamás, ¿como podría quererme después de esto?

-YO: ¡suéltame Samuel, ya basta por favor!……- quiero soltarme pero no lo consigo, no es que no pueda, es que no quiero, por raro que sea vuelto a estar en sus brazos, como tanto deseo.

-SAMUEL: ¡“te he mentido tanto”, eso decía la nota, ¿a esto te referías? ¿A que nunca me quisiste?, ¿a que nunca me has querido?! ¡Has jugado conmigo y con mi familia!, ¡DIOS! ¡Las cosas que he hecho por tu culpa, y todo por que te mandaba mi padre!, ¡Espero que hayas cobrado bien, te mereces hasta el último céntimo, ¡mírate! ¡¿Donde están tus gafas?! ¡¿Y tu pelo?! ¡¿También eran tan falsos como tú?!

La mole llega, le cuesta separarnos, me quita a Samuel de encima y le inmoviliza agarrándole por detrás, mientras no deja de repetirme las mismas preguntas, con la voz quebrada, braceando para liberarse inútilmente. Me siento mareada, asfixiada, me tengo que apoyar en un coche para no caer a la acera, mientras no puedo dejar de mirar con ojos vidriosos como Samuel lucha por zafarse.

-SAMUEL: ¡Dímelo, necesito saberlo, tu pelo, las gafas, tus caricias, ¿todo era falso?! – lo repite hasta la saciedad, me llega a taladrar el cerebro.

-YO: ¡Para! te vas ha hacer daño.

-SAMUEL: ¡Más del que me has echo tú, lo dudo! ¡Eres una maldita zorra manipuladora!

-YO: yo no pretendía que ocurriera esto.

-SAMUEL: ¡¿Y que narices pretendíais que pasara?! ¡¿Que me obligaras a todo aquello y cobraras sin saber nada más de mí?! ¡Te fuiste abandonándome y dejándome creer que había sido culpa mía, que había hecho algo mal! ¡Y la verdad es que me has usado y manejado a tu antojo solo para ganarte un sueldo! ..– su mirada hace que me sienta peor aún de lo que creía que podría sentirme, pero debo ser fuerte, por él. Forcejea sin parar llegando a quedarse sin aire de tanto luchar -…. ¡¿y tus rizos?, ¿eh?, ¿donde están las gafas y tus rizos?! ¡ME HAS DESTROZADO LA VIDA!- “que me odie y así todo será más fácil”.

Me pongo en pie, y trato de serenarme, me parte el alma verle así pero no quiero que él se de cuenta, dejó que me vea a su lado para que se calme y me coloco de frente, acerco mi mano para acariciar su mejilla, al sentir su cara en mis dedos noto como me late el corazón a un ritmo vertiginoso, él cierra los ojos dejando de decir que no con la cabeza, y busca mi brazo con sus labios, me besa en la muñeca y me mira de nuevo.

-YO: no seas estúpido Samuel…..nada fue verdad, las gafas no estaban graduadas, solo estaban pensadas para darme un aire intelectual, tu padre nos dijo que así seria más fácil, todo lo que pasó fue para que tu familia regresara a casa, y nada más, ¿Acaso crees que alguien se deja entrar así en una discoteca? ¿O que veía normal lo que pasaba en tu casa? ¿Que se deja manosear por Jaime o te ve con las demás sin ponerse celosa? Era todo falso.

-SAMUEL: ¡no te creo!, tú te ponías celosa.

-YO: mentira, la única que me daba celos era tu hermana, y me fui cuando te acostaste con ella…….- me miró como si viera un ángel.

-SAMUEL: ¡no lo sabes! jajajaja no me acosté con Marta.

-YO: no trates de engañarme, estaba al lado de la puerta cuando entraste, y después de que hablarais……..os escuché follar.

-SAMUEL: ¡Serian mi hermana y Sara cuando me fui tras hablar con ellas!, traté de convencerla para que regresara a casa, y que le contaríamos juntos a mi padre lo de su homosexualidad, ¿por que te crees que está tan enfadado? Pierde a su niña bonita, y busca culpables.

-YO: ¿entonces no pasó nada?

-SAMUEL: NO……no podía……hice muchas cosas de las que no estoy orgulloso pero no pude hacerle eso a ella, ni a ti, sabiendo cuanto te dolía, pero cuando regresé ya no estabas, te perseguí con la moto hasta donde dio la gasolina, y llevo 3 días volviéndome loco pensando en todo esto, hasta que mi padre me ha dicho que le acompañara hoy, sabe que he hablado con sus compañeros de trabajo, sabia que me olía algo, y el muy cerdo quería que te viera para que así me enterara de quien eres, quiere devolverme a mi caparazón y seguir siendo el hombre de la casa, ¡Para que supiera que no me quieres! – saber que no hizo nada con Marta me llena de felicidad, y que lo hizo en parte por mi me trastoca más allá de lo que puedo entender, “tengo que hacer que me odie, tiene que dejarme ir, no le merezco, le he hecho demasiado daño”.

-YO: pues es así, las caricias, los besos y las carantoñas, todo estaba planificado, pensado y guiado para darme acceso a la casa, tú…..tú no me importas nada Samuel, no te quiero, eras solo un trabajo más – quiero sonar convincente, necesito que me crea y que dejé de luchar por mi.

-SAMUEL: ¿y por que lloras?…. – me toco la cara y veo las lagrimas brillantes en mis dedos, cruzamos nuestras miradas unos segundos, mi escudo se desmorona, y él lo ve –….puedes mentir cuanto quieras, has demostrado que se te da muy bien Vanesa….pero te veo, te lo dije, se que me quieres, todo lo que pasó no fue mentira, lo sé en el fondo de mi corazón, no se pueden fingir las horas de miradas juntos acariciándonos, como me mirabas al jugar con tus rizos….- tengo que ser tajante.

-YO: ¡Maldito cabezota, no entiendes que no fue real!, asúmelo, ni siquiera me llamo Vanesa, es solo un nombre de batalla, ¡Y mis malditos rizos!……. ¡JODER!….yo odio mi pelo.

-SAMUEL: ¡Me da igual!…- lo grita lleno de ira -…….me da igual……- pero lo dice casi murmurando, dándose cuenta de ello a la vez que lo repite – ….…me da igual tu nombre, o lo que ocurrió, tus rizos me enamoraron desde que te vi, estoy…………..estoy enamorado de ti, y quiero que lo sepas, me da igual……me da igual mi padre o mi familia, no quiero nada, salvo estar a tu lado …- “no, eso no, no me hagas esto” – … te lo perdono todo….todo aquello que has hecho, TODO, pero deja que me quede contigo, por que te quiero…..te quiero, te quiero y lo diré mil veces más hasta quedarme afónico – “¡CALLA, maldito idiota, cállate, tú no puedes quererme, debes odiarme!”

-YO: ¡Ya basta!, no te hagas esto, nunca funcionaríamos, tú tienes a tu familia, y una buena vida, yo estoy sola, nadie me pagará los estudios como a ti, necesitaba dinero, solo eso……te……te lo dije, te dije que era venenosa.

Por fin deja de moverse, la mole suspira, estaba teniendo serios problemas para sujetarle, Samuel cierra los ojos y apoya la barbilla en su pecho, inhala profundamente pro la nariz soltando el aire de una sola exhalación por la boca, y parece calmarse, creo que está aceptando la situación. Abre los ojos y me mira a los míos, siento como me desnuda el alma, y suelta una carcajada que va creciendo poco a poco, se vuelve contagiosa, la mole casi se ríe y yo sonrío sin entenderle, cuando deja de reírse alza la cabeza hasta casi arrastrar a la mole, hace un esfuerzo descomunal y pone su cara a centímetros de la mía, está tan cerca que tengo que levantar la cabeza para mirarle a los ojos, durante unos segundos eternos no dice nada.

-SAMUEL: y yo te dije que aunque supiera que iba a morir, volvería a besarte……. – estira el cuello tan rápido que no logro evitar sentir sus labios en los míos, y no solo no lo evito si no que le sujeto del cuello y me mantengo en vilo devolviéndole el beso, hasta que la mole le vuelve a alejar unos instantes más tarde, con un sobre esfuerzo -… ¡ESO!, ¡eso no era mentira!

“Maldito cabrón, le amo, le quiero y ahora lo sabe”, me pongo a dar vueltas sobre mi misma, tengo la cabeza hecha un lío. Quiero, deseo y puedo quedarme a su lado, pero no lo entiendo, no comprendo como, pero me quiere a pesar de todo lo que le he hecho, me ve tal como soy, sin más mentiras ni falsedades ni engaños, y aún así, está dispuesto a todo……..no …..no puede ser…..no merezco esto, él puede tener a alguien mejor que yo, alguien bueno y cariñoso, que no le mienta ni le manipule como he hecho yo, debo irme.

-YO: nos vamos, asegúrate de que no nos sigue, pero vámonos.

Veo como la mole le gira para quedarse de cara a él, Samuel me mira a mi, no dice nada, solo sonríe, sabe que le quiero, y eso es suficiente, nada de lo que diga o haga le hará cambiar de opinión. La mole le da varios puñetazos en el estomago hasta que lo dobla y lo deja en el suelo tirado, la mole se aleja y se mete en el coche.

-SAMUEL: dime………cof cof…..dime……cof …..dime tu nombre……cof …..al menos dame eso…..- trata de ponerse en pie pero el dolor no le deja.

-YO: lamento todo el dolor que te he causado.

-SAMUEL: no…cof…….yo no – logra cogerme de la mano, la aprieta con fuerza, la acaricio con los dedos y me cuesta toda mi voluntad soltarla.

-YO: adiós Samuel, no me sigas, no me encontrarás.

-SAMUEL: jajajjaajacof….cof……cof…….no dudes cof….cof….no dudes ni por instante que te encontraré jajajaja cof….cof….jamás me rendiré.

Un escalofrío me recorre todo el cuerpo al mirarle a los ojos cuando me lo dice, se ríe por que él sabe que no quiero que se rinda. Me alejo unos pasos de espaldas para tener una imagen suya antes de marcharme.

-YO: Amanda…………mi nombre es Amanda – no se por qué se lo digo, solo quiero que lo sepa.

Me giro para meterme en el coche, le veo gatear, “¡no, no te levantes, quédate ahí!”, no me hace caso, se arrastra a duras penas, no puede ponerse derecho, y tropieza al caminar, pero se acerca. No puedo dejar de llorar al verle seguir intentándolo una y otra vez, por fin arranca el coche cuando está a apenas unos pasos, mi mente se divide, una parte quiere que el coche acelere y otra le anima para llegar hasta mi. Por fin nos movemos, la última imagen que veo es a Samuel doblando, con cara de sufrir un infierno, tirado en la acera, y mirando al coche desolado. El coche acelera y dejo de verle al doblar la esquina.

Trato de cogerme las manos para que dejen de temblar, pero es inútil, la que tiembla soy yo. Veo como las lagrimas caen sobre mi regazo mientras el coche avanza y le deja atrás. Caigo sobre el asiento y no paro de llorar hasta que el coche se detiene en mi casa, tardó una hora en hacer las maletas y marcharme. Me llevan al aeropuerto, donde ya tengo reservado un vuelo gracias a Madamme, con una mochila que contiene mi nueva vida, y el número de cuenta con todos mis fondos ingresados, cancelo todas mis tarjetas, mis contratos y mis cuentas en redes sociales, corto todo contacto con cualquiera que me haya conocido, y me marcho lejos.

No se cuanto tiempo pasa ni me importa donde estoy, encuentro un trabajo de camarera por las mañanas y estudio por las tardes para seguir mi carrera. No tengo vida, soy un fantasma que va del trabajo a la universidad, y de allí a casa, no hablo con nadie ni tengo amigos. Trato de seguir con una vida normal y olvidarme de todo, pero no puedo.

Muchos chicos se me acercan y tratar de ligar conmigo, pero siento una profunda repulsión por ellos, unos son guapos, otros feos, unos son amables y otros cariñosos, otros son hoscos o soeces, me da igual, todos salen perdiendo, les comparo con Samuel y ninguno me vale, ¿como podrían?

Samuel fue el chico que tuve que enamorar, y terminé enamorándome de él, alguno que conozca la historia dirá que fue por la emoción del momento, y por como me hacia el amor de tal manera que me hacia sentir como al entrar por las puertas del cielo, pero no, fueron pequeños detalles que se sumaron uno tras otro.

Que tuviera que parecer inteligente con las gafas era solo inicial, aquella primera hora hablando con él en la discoteca de cosas mundanas me hizo ver que estaba ante alguien diferente. La mañana después de ese día, me trajo el café y se mostró tan tímido como asustado al no saber como moverse en esa situación. Aquella 1º foto que puse de perfil cuando le llamaba y que puso de fondo en su móvil. La 1º cita el día que regresé, su forma de hablar y de moverse, tan sincera y tan inocente, apenas se atrevía a tocarme y cuando lo hacia era tan dulce que me derretía, su forma de mirarme tomando mi helado favorito, o como me subió en brazos a mi cama, y en vez de aprovecharse de mi, como era mi plan, me dio un beso en la frente, me susurró un “buenas noches princesa” y se marchó, eso me desesperó por que aún no comprendía que me quería de verdad. Como fue metiéndome en su vida cuidando de que Jaime no se aprovechara de mí, anteponiéndome a su propia familia. Su miedo real a perderme, y como aquello fue cambiando su carácter. Como aceptó tener que hacer lo que debía para unir a su familia, y hacerlo pese a no quererlo, le obligué y al final lo hacia por mi. Como se enfadaba cada vez que le mandaba a acostarse con Sonia o con Sara, y regresaba a mi cama cada noche, me abrazaba y se quedaba dormido en mis brazos sin querer nada más de mi que cariño. Como me defendió de Jaime y se encaró con 3 chicos en una discoteca, dispuesto a todo, por que simplemente me estaban molestando. Que al final no se acostara con su hermana Marta por que me importaba de verdad, que llegara a ver que me importaba de verdad, pero además por que también lo decidió él, tomando el control de su vida. Sus melosas y empalagosas frases de película que me arrancaban mi escudo y me hacían mostrarme con él tal como soy. Como me miraba, esa forma de observarme, entre la incredulidad y la adoración. Me sacaba que quicio lo cabezota que era, y en el fondo me gustaba que lo fuera.

Y aquellas interminables horas acariciándonos, sentir sus dedos en mi espalda, y como tiraba de mis rizos…….mis odiados rizos….le di todo lo falso que pude para que se enamorara de mi, le mostraba mis pechos, me quedaba desnuda en su cama, mi forma de vestir, de actuar y de comportarme con él, todo era falso, hasta mis gafas de pasta, podría haberse enamorado de todo ello o de cualquier otra cosa, podría haber dicho mil aspectos de mi que podrían haberle engatusado, pero el muy imbécil me dijo que se enamoró de mi por mis malditos rizos, la única parte real y sincera de mi que no podía evitar mostrarle, algo que he llegado a odiar y detestar de mi misma, era lo que más le gustaba de mi.

Me paso el día entero pensado en ello, mirando a una pareja junta besándose, o a otra de la mano por la calle, pienso en lo que he perdido y me parece justo el castigo. Fui manipuladora, fría y cruel con la única persona que ha llegado a amarme tal como soy. Yo misma me desprecio y no entiendo que vio él en una ser como yo, que pese a saberlo todo, seguía luchando por mí. Y pese a ello, de ser consciente que no lo merezco, anhelo estar a su lado, cada vez que una persona grita un nombre, o me sobresalta alguien, mi corazón se acelera esperando que sea él, cada vez que me suena el móvil, o llaman a la puerta creo que es él, que por fin me ha encontrado, que no se rindió y ha estado todo este tiempo buscándome, y viene a rescatarme de mi propia miseria, que a dejado todo atrás y aparece solo con una maleta a empezar una nueva vida junto a mi. No puedo evitar ilusionarme, pese a que en el fondo no deseo que ocurra, por que sé que no puede ser verdad, nadie puede quererme de esa forma, y menos alguien tan bueno como él, se habrá cansado de perseguirme y estará haciendo su vida olvidándose de aquel verano.

Así que alzo la mirada ansiosa y veo que saludan a otra persona, me giró acelerada a ver quien se asoma por la calle y reconocer a alguien que no es él, contesto al móvil ilusionada hasta que oigo una voz que no es la suya, o abro la puerta esperanzada, para desilusionare al ver que Samuel no ha sido quien llamó.

Es mi castigo, y lo acepto, me tengo que convencer a diario de que fue una locura, y que no habría funcionado, me repito que fue lo mejor para Samuel, por que si no lo hago, y me doy cuenta de que le dejé sin una razón, me sentiré el ser más miserable de la tierra. Al menos me aparté de su camino para que pudiera tener una buena vida.

Estoy en casa, una aburrida noche más, la puerta suena, y como una tonta vuelvo a pensar en él, me atuso el pelo rizado que ya no puedo, ni quiero, quitarme, me recolocó el escote bajo el top ceñido azul claro y me miro en el espejo para verme guapa con unos shorts negros, por que “tal vez sea él”, respiro profundo y abro la puerta del tirón, de puntillas doy un salto y me vuelvo a desilusionar una vez más, es el repartidor de la comida que había pedido.

-YO: ah hola…..- me da la bolsa -… ¿está todo?

-REPARTIDOR: si…..un kebab y una bola de helado de leche merengada, ¿no?

-YO: si……gracias……¿cuanto es?

-REPARTIDOR: son …….6€.

-YO: aquí tiene – le pago y me da el ticket, pero se queda mirándolo.

-REPARTIDOR: espere, usted es la del helado, ¿no?

-YO: si, ¿ocurre algo?

-REPARTIDOR: nada, es que se me olvidaba, un tipo me ha dado esto para usted – me da otra bolsa, la abro y siento un hormigueo por todo el cuerpo, es un champú de manzana con una etiqueta “Solo para pelo rizado”, se me cae la comida con el helado al suelo.

-YO: ¡¿Quien le ha dado esto?!

-REPARTIDOR: no lo sé, un chico…….es la comidilla de los restaurantes de la zona, lleva semanas dando vueltas, paga bien por avisarle cuando alguna mujer pide una bola de helado de leche merengada, en especial si el pedido va a nombre de Vanesa o de Amanda, le he avisado ya que su pedido iba a nombre de Amanda, y me dio la bolsa…..¿no habré metido la pata y será un acosador o algo así?

-YO: ¡¿donde está?! – el corazón se me sale por la boca, miro al pasillo y no veo a nadie.

-REPARTIDOR: estará en algún restaurante, no lo sé.

-YO: ¡llévame, te lo ruego, llévame ya!

Le cojo de un brazo y me voy sin cerrar la puerta, le arrastro hasta la calle y no aceptó un no por respuesta cuando me acerco a su moto aparcada en el portal, discutimos, no atiendo a razones, mi cabeza gira sin control y no puedo dejar de respirar de forma acelerada.

“Te dije que te encontraría.”

Al oír su voz me fallan las piernas, me doy la vuelta tropezando y precipitándome a la acera, antes de caer siento como me agarran de la cintura y me pegan a un cuerpo, que siento cálido y familiar, reconocible, veo unos vaqueros y una camiseta de manga corta, le siento como si fuera el hombre más apuesto del universo, y por primera vez en mucho tiempo, quiero echarme a llorar y no puedo. Veo una maleta a sus pies, y siento como me aprieta contra él, agacho la cabeza y me entierro en su pecho, quiero fundirme a su cuerpo y no separarme nunca jamás de sus brazos.

-YO: ¡por dios, con todo lo que he hecho!………no podemos estar juntos, aunque quisiera, lo nuestro no funcionaria, si te quedas a mi lado terminaré haciéndote daño…….- viajo al pasado, estamos ambos desnudos en la cama y le dije esas mismas palabras, su respuesta fue un “acepto”, y no hace falta que lo repita -…….. ¡Maldito cabezota, ¿que haces aquí?!

Me separa un poco de él, lo justo para poder alzarme la cabeza con su mano, por que no puedo mirarle, no me atrevo, temo que sea un sueño del que me despertara de golpe, como me ocurría cada noche. Noto las yemas de sus dedos rozándome los labios, y al fin nuestros ojos se cruzan. Deseo morir en este instante por que no creo que pudiera ser más feliz en toda mi vida, hasta que me besa de forma tierna, cariñosa y dulce.

-SAMUEL: ¿Adónde iba a ir si no?

Fin.


Relato erótico: “DIARIO DE UNA PROFESIONAL. (La visión de Vanesa)” (POR SAULILLO77)

$
0
0

DIARIO DE UNA PROFESIONAL.

DIA 1.

Voy camino de Valencia, a pasar unas supuestas vacaciones.

En realidad, es un trabajo más para el que me han contratado, o mejor dicho, contratan a Vanesa, mi “alter ego” o nombre comercial, que uso en mi trabajo como prostituta de alto nivel, “especializada en manipulaciones”. Mi trabajo consiente en introducirme en la vida de cierta persona o grupo, ganarme su confianza, si es necesario con sexo, y lograr un objetivo determinado. A menudo, son hombres de negocios, hijos conflictivos o mujeres hastiadas, da igual, mi labor es lograr que hagan algo que el cliente pide.

En este caso, viajo sólo como precaución, un padre está preocupado por su familia, y su descocada mujer, así que me manda para echar un vistazo. La forma de introducirme es a través de su hijo, creo que se llama Samuel, y por lo que sé, es solitario y un tímido “cerebrito”. La entrada perfecta, sólo con mostrarme cariñosa, me aceptará. Podré manipularle si llega el caso, a eso me dedico, aprovecho las cosas que aprendo estudiando psicología, y las aplico de forma depravada para ganarme un sueldo, y pagarme la universidad. Estoy sola desde hace años, y soy totalmente independiente, así que tengo que ganarme la vida como pueda, y esto se me da bien.

Espero un trabajo rutinario, sólo llevo de atrezzo unas gafas para darme un aire intelectual, y me tengo que resignar a ir con mis rizos naturales, en vez del pelo liso que suelo llevar. Con la humedad del mar, sería imposible mantenerlo.

DIA 3.

Llevo un par de días observando la situación.

Me han facilitado un cuarto, a varias casas de mi objetivo, en un piso de estudiantes medio borrachas de mi edad. Es desesperante el ruido y el bullicio, pero así paso desapercibida.

Por ahora, todo parece ir bien. La madre está tranquila, y la familia parece idílica, salvo por el otro chico de la casa, un amigo de Samuel, todo parece ir sobre ruedas. No me gusta ese chico, Jaime, es de los típicos galanes que te entran por los ojos, pero son unos cabrones y unos cerdos. A gente así, les veo venir a kilómetros. Por algunos gestos y paseos, creo que ese amigo ya se está follando a alguna de la casa.

Es imposible acercarme más sin levantar sospechas, tengo que mantenerme en segundo plano, hasta que me pueda presentar de forma casual. Me he llevado una grata sorpresa, Samuel, mi objetivo, es mono, al menos no será tan desagradable como otras veces, si llega el caso de acostarme con él.

DIA 6.

Regreso a Madrid después del contacto, y lograr lo que me proponía.

La familia salió de fiesta a una macro discoteca, todos los de la casa, y les seguí hasta ella. Era idóneo, así que esperé al día siguiente, jugaron en la playa a algo, y terminaron en una especie rara de orgía. No me sorprendió, teniendo en cuanta las advertencias del cliente, la madre es fácil de influenciar, y su hermana o tía, una rubia agraciada, es una liante de cuidado. Encima está el chico ese, Jaime, que no pierde oportunidad de meterlas mano, y según he visto de lejos, de meterles algo más. Jaime estaba desatado, le he visto azotarle el culo a la rubia madura, es la tía creo, y la madre, que le ponen ojitos, y desde cierta distancia, creo que se folló a la tía en la playa delante de todos.

Volvieron a la macro discoteca esa noche, como presuponía. Por lo menos, con tanto jaleo, Samuel estaba apartado. Fue sencillo acercarme, iban muy bebidos, y en cuanto entraron a la disco, me puse cerca, a dedicarle miradas a Samuel, sólo acompañado con su hermana, bailando. Fue raro, por mucho que traté de llamar su atención, pareció embobado con su hermana, es muy guapa, y hasta le hizo de cupido, buscándole chica. Menos mal que ella sí me vio, y al rato, se acercó a presentármelo. Esperaba un chico mucho más retraído y torpe, pero me he pasado una hora hablando con él, de tonterías, estudios y de cosas sin importancia. Me hizo sonreír y todo, cuando me miraba el pelo. Casi olvido para qué estoy allí, logré ganármelo, y al final, usé mi cuerpo para encenderlo y que confiara en mí. Me llevó dónde estaba su madre, con un mulato, que la estaba metiendo mano, sin aparente preocupación. Quise prestar atención a la madre, para el informe, pero Samuel se ha mostrado raramente hábil al tocarme bailando.

Terminamos siguiendo a la madre y el mulato. Cuando llegamos a su casa, Samuel me llevó a un balcón donde vimos cómo se lo follaba, dejando seco al hombre de piel morena. Me excitó, soy mujer, y dejé que Samuel me tocara, descubriendo otra grata sorpresa, Samuel tiene la polla más gorda que haya visto nunca, y ya puestos, decidí follármelo. En algunas ocasiones, mi trabajo es placentero, y esta fue una de ellas.

Cuando su madre terminó con el mulato, me subí a Samuel a su cuarto, y me estuvo haciendo el amor un buen rato. Fue muy hosco, y poco refinado, pero tuvo algo de romántico, y yo necesitaba un buen polvo.

Por la mañana, Samuel ha sido inocentemente tierno. Me lo he ganado con unas muecas y unas palabras dulces. No sabía desenvolverse, y he tenido que llevarlo de la mano para que no se atascara. Unas fotos en el móvil, con una promesa de volver a vernos, y ya me quería invitar a su casa. Pero mi coche me esperaba, y mi trabajo había concluido.

Madamme decide, junto al cliente, pero en esa casa hace falto mano dura, por que la madre es una loba ansiosa de sexo y el resto de la casa no es mucho peor.

DIA 11.

Regresó a Valencia, esta vez para quedarme.

Obviamente, mi informe ha denotando lo que vi con la madre. Ha debido de causar impacto, y el cliente me manda con el objetivo de que su familia vuelva a casa. Samuel estará deseando que regrese, será fácil volver, pero lo difícil será devolverlos a casa. La madre es una bomba sexual insaciable, según la vi con el mulato, y eso fue una semana después de que su marido se fuera. A saber que pasó esto días sin vigilancia, tendré que averiguarlo. Quedan casi dos meses por delante, y puede complicarse el trabajo.

No sé por que, pero afronto este trabajo con alegría. Hace un rato he llamado a Samuel. Según llegue, quiero llevármelo de paseo, tantearle lejos de su familia. Seré tan dulce y tierna, que me meterá en su casa a la primera oportunidad, y de paso, voy a sonsacarle cosas.

DIA 12.

¿Este chico es tonto? Nos lo pasamos genial en la cita, Samuel y su forma de mirarme y tocarme, me hacían erizarme la piel. Y me ha contado todo, sin reparos, incluso que se acostó con su tía. Me he dejado llevar un poco cuando me ha soltado una frase de cine, y le he comido la boca. Es gratificaste sentir de nuevo el nacimiento de un amor juvenil en él, y mi pelo le tiene embobado, no sé qué le ve, yo odio mis rizos.

Todo iba bien, y hemos regresado a casa, conmigo entre sus brazos en su moto. Creía que me llevaría a su casa, y me volvería a poseer, casi lo ansiaba recordando nuestra primera vez, pero me ha llevado a la mía. A la desesperada, me he hecho la dormida, para que me subiera en brazos, y hacerlo en mi cama, ¡Pero el imbécil me ha tumbado, me ha apartado los rizos, y me ha besado la frente antes de irse a su casa!

No lo entiendo, nunca me había pasado algo así con un hombre. Al menos, creo que avanzo con él, mañana por la mañana nos veremos en la playa. Ahora estoy agotada del viaje y de la cita, me voy a descansar pensando en lo raro que es Samuel.

DIA 13.

Menudo calentón llevo.

Por lo visto, toda la familia sale de marcha cada noche que abre la discoteca. Por las tardes, antes de ir a la discoteca, se ponen hasta arriba de cervezas con un juego de cartas, en el que a cada paso, Jaime juega con los demás. Empieza inocente, pero nadie dice que no a nada, así que con diez cervezas se desmadran. Se besan unos a otros, se lamen el cuerpo y se meten mano, luego se desnudan, y para colmo, al final, termina follando alguien con quien elija.

Samuel tiene miedo, teme “perderme”, porque tiene un complejo enorme con Jaime. No me extraña, por lo que sé, ya se folla a la mitad de la casa, y he de reconocer que es hábil. Jaime ha aprovechado el juego para hacerme besarme con la madre, y eso me ha excitado, ¡Que forma de mover la lengua! Han tratado de arrimarme a Samuel, centrarme en él, para no parecer tan desinhibidas, pero llegado un momento, Jaime me ha pillado. Lo primero, fue un masaje brutal de pechos de los enormes senos de Sonia, una amiga de la hermana, las tiene tan grandes y bien puestas que parecen irreales, y eso me han encendido. Jaime se ha dado cuenta, y luego me ha obligado a dejarme comer los pechos. He besado a Samuel antes y después, para que no se preocupara, pero no sé por qué lo he hecho, con sólo follármelo ya es mío, no me importan sus sentimientos.

Jaime me ha demostrado sus habilidades bucales, me he sentado en la mesa, abierta de piernas, y se ha metido entre ellas. Como digo, es hábil, sabe tocar y usar su boca, el beso con la madre, el masaje de senos de Sonia, y unas cuantas copas, me han hecho empapar mis bragas, hasta le he apretado contra mi pecho, cogiéndole de la cabeza. Se ha aprovechado, y ha llegado a meterme la lengua en la boca, casi me pierdo, dejándome follar allí mismo, pero le he apartado, tratando de aparentar sobriedad. Al terminar, me he sentido mal, me he permitido el lujo de disfrutarlo, y he cogido de la mano a Samuel, por que su cara era preocupada.

Luego, hemos salido de fiesta, e iba tan salida, con la madre llevándose al mulato a casa otra vez, que no he aguantado más. Samuel me ha llevado a la paya, y me ha echado un polvo memorable, casi me hunde en la arena. Me he corrido como hacía mucho que no lograba hacerlo. Para colmo, al volver a casa, nos hemos llevado a la tía a nuestra cama, y me he montado un trío de escándalo. Samuel está aprendiendo rápido.

DIA 15.

La cosa funciona, casi vivo en su casa ya.

Jugamos y salimos de fiesta a diario. La madre está desbocada con Jaime, y la tía está celosa. Pienso usar eso con Samuel, al que ya se ha tirado antes, es tan inocente, que me lo dijo sin pestañear.

Me está empezando a gustar que Samuel me folle cada noche. Ha aprendido cosas nuevas, y me hace perder la cabeza con la brutal envergadura de su polla, y más, cuando nos quedamos acariciándonos horas. Ver cómo juega con mi cabello me descoloca, no debo permitirlo. .

Con los juegos de cartas me lo paso genial. Es algo sórdido, sabiendo que hay lazos de sangre, pero ver follar a Jaime me ha hecho chupársela a Samuel, quiero que no se vea tan inferior a Jaime, por que no lo es, para nada. He hecho que comparen miembros, sólo para que las demás lo vean. Es un chico especial, y no quiero que le hagan daño.

Es enternecedor ver cómo Samuel quiere defenderme en los juegos, pero no tiene mala leche, yo sí. Jaime me ha hecho alguna perrería, ayer me volvió a comer los pechos, sin tanto alcohol, no me pareció tan bueno. Hoy le he tenido que hacer una paja a Jaime, y después una cubana, iba algo más cargada y me he lucido, pero ayer le hice la cubana a Samuel, con su madre que se follaba a Jaime delante de todos, y no hay comparación posible.

Se las he devuelto a Jaime, pegándole un puñetazo en los huevos que le ha dejado tirado en el suelo un buen rato. Samuel ha sonreído, creo que ni se daba cuenta de ello. Jaime ha jurado venganza, y conociéndole, podía terminar despatarrada siendo follada por él, algo que hace unos días no me hubiera disgustado, y ahora me asquea. Así que corté de raíz, le pregunté a la madre si tenían vaselina y algún vegetal fálico en la nevera, y Jaime se ha centrado en las demás.

Samuel me ha cogido de la mano, casi con orgullo. Al final he perdido la última mano, y me ha encantado que Samuel me follara delante de todos, quiero que sepan que Jaime, no es nada a su lado.

DIA 20.

Las cosas se complican, maldito Samuel, me esta haciendo perder de vista mi objetivo.

Cada noche, Samuel me deja ida, sentir como fricciona su falo, de la circunferencia de una naranja, dentro de mí, me deja sin aire. He tenido que meter a Sara en nuestras juergas, de vez en cuando, para poder mantenerme cuerda.

Me he despistado, y un mulato, llamado Joel, está haciendo de las suyas con la madre. Tiene una polla que ya la quisiera para mí, (si no tuviera a Samuel), y aún así, no es capaz de colmar a la madre, a la que se folla a diario, y varias veces. La madre, que tiene más fondo que yo y que cualquiera que haya visto, luego va a tirarse a Jaime cuando le da la gana, ¿Es que no se cansa?

Me río por dentro, por que Jaime es una marioneta, y se cree el amo de la casa. Me pregunto si es consciente de que es el hombre que peor folla bajo ese techo. Joel es una maquina, y Samuel me está volviendo loca. Esta mañana le han dado un corte a Jaime en la cocina que le han dejado de piedra, la madre le ha dejado a cuadros.

Con Samuel me estoy excediendo, y eso no es sólo por cómo me hace el amor, que también, es por su forma de tratarme. Creo que está enamorado de mí, pretendía que se pillara por mí, y luego se olvidara, pero creo que me quiere, tengo que cortar esto de raíz, su forma de enroscar sus dedos en mis rizos me hace perder la noción de lo que debo hacer.

Tengo que planear de una vez mi estrategia para llevarlos a casa, ya me he divertido bastante. La forma más sencilla, es buscar un sustituto del padre, antes de que Joel se dé cuenta del caramelo que tiene en esa casa. Son 4 mujeres, contando a la hermana y Sonia, su amiga pendón, que están buscando que se las follen como nunca. Pero sólo tengo a Samuel, voy ha hacer que él quiera ayudarme, es listo, y tendré que ser sutil, que parezca idea suya, y yo solo “le ayude”.

DIA 22.

Samuel por fin ha cedido, se ha hartado de tanta fiesta y depravación.

Ahora, Samuel quiere dominar la situación, he atacado exponiéndole mi plan de usarle a él. Le traté de convencer, pero hasta que no ha visto a su madre, siendo follada por cuatro mulatos en la discoteca, no ha accedido. Se está convenciendo de que tiene de hacer algo, y en eso puedo ayudarle, ya tengo mi arma. El debate moral, casi queda de lado, no hay lazos de sangre, solo hombres y mujeres.

La estrategia es simple, pero difícil de ejecutar, es convertir a Samuel en el hombre de la casa, y Sonia, la amiga salida, es la primera opción. De un plumazo, demuestra que puede quitársela a Jaime, y que las demás le vean como el macho alfa.

DIA 25.

La primera ha caído,

Sonia ya se ha follado a Samuel, muchas veces, en el juego de cartas. Al terminar la partida ha perdido Sonia, y ha elegido a Samuel, y no a Jaime. Ha sido brutal verle follársela. Luego he manipulado, para dejarles solos, y si Samuel ha dejado a Sonia como me deja a mí, ya es suya.

Me he llevado a todos a la discoteca, para que Samuel se luciera, y a fe que lo hizo. Al regresar, estaban Sonia y Samuel en el sofá, desnudos y sudando, con Sonia temblando como una hoja sobre su cuerpo, y el cojín manchado de fluidos suyos, echado a perder.

Jaime se ha enfadado, por que le he dado cancha solo para llevármelo de la casa, y luego le he dejado con las ganas. Quiero que Jaime sufra por cómo ha tratado a Samuel. Jaime se ha puesto a gritar, y Samuel se lo ha llevado fuera a hablar. Hemos escuchado gritos, y cuando he escuchado a Jaime llamarme “Puta”, el sonido de un puñetazo tremendo ha enmudecido la casa.

Cuando Samuel ha entrado en casa, tenía la mirada incendiada, temblaba de nervios y su aspecto era demencial. Se ha arrodillado ante mí, y me ha abrazado por la cadera, tan fuerte, que me hacía daño. He tenido que usar técnicas para relajarlo, aunque no recuerdo que acariciarlo entrara en la temática de clase. Me lo he llevado a la cama, y se ha quedado abrazado a mí, sin más, parecía un bebe. He sentido una calidez inusitada en mi cuerpo, pero no por fuera, por dentro, no sé que es, pero me ha gustado. Pese a que he sido yo quien le ha tranquilizado, me he sentido…segura, en sus brazos. ¿Qué me está pasando?

Debido a lo de ayer, esta mañana he visto que Jaime se ha ido de casa, tenía planeado echarlo, pero no tan rápido. Mi “defensor” Samuel, se ha mostrado tan inflexible, que la tentación de universitarias salidas ha sido suficiente. No creo que veamos más a Jaime.

DIA 27.

Samuel ya se folla a Sara y Sonia a diario.

Ha sido sencillo con su tía, y así reafirma su posición. Samuel ha aprendido de mí, a ponerse una careta, o un escudo, e interpretar un papel, de padre sobrio y rudo.

Pese a saber lo que tiene que hacer, Samuel se enfada cuando le mando acostarse con ellas. Trato que no se me note que tampoco me gusta, cuando regresa a mi cama ofuscado. Discutimos mucho, sobre cómo proceder, sólo quedan su madre y su hermana por “domar”.

Con su madre está complicado, pero con su hermana es imposible, la quiere mucho, y de verdad. Samuel la tiene a su hermana un cariño muy raro, ella se mete en su cama cada noche, creo que le está buscando, pero no se por qué, y eso me pone… ¿Celosa? No puedo sentir celos de su hermana, ni de nadie, por que los celos, implican que quiero a Samuel sólo para mí.

La madre está con Joel a diario, oírles follar me enciende, y lo paga Samuel, que me deja exhausta, y siempre tiene un rato para acariciarme el pelo. No sé cómo saca energías, pero siento cada caricia y cada beso. Le espío cuando está con las demás, y no lo hace igual, tiene un cariño y ternura que sólo me da a mí, y cuando siento esas sensaciones cuando me hace el amor, no puedo evitar abrazarlo y besarlo entre sonrisas.

DIA 31.

Samuel es muy inteligente, ha logrado sacar a Joel de casa.

Menos mal, unas semana más, y la madre mete en casa a ese mulato, y a otros cuatro. Funcionan así, lo he visto antes. Samuel ha lanzado una amenaza, muy poco velada, a Joel, y ha logrado ahuyentarlo, para llevarse a su madre de paseo, y ser su “galante”. Samuel Tiene a toda la casa firme como una vela, y ahora, a su madre también, pero no sé si bastará, tendrá que follársela, por que esa mujer es incansable.

Me sorprendo pensado que, si Samuel sólo se acuesta con su madre, yo sería feliz. No sé qué me pasaría si lo hace con su hermana, lo intento atrasar, sin estar segura de los motivos que me empujan.

Hay una fiesta de disfraces en una semana, será el momento ideal con su madre. Unas copas, más la falta de sexo tras la huida de Joel, y la madre será suya. Pienso manipular para que vayan todas descocadas con sus disfraces.

Sara y la hermana están haciendo muchas migas, casi diría que son bisexuales, mientras Sonia es tan boba, que aún cree que puede igualarse a mí. Así se mantiene firme, no se entera que Samuel es mío, y se lo hago saber cada vez que hacemos el amor, a ella y a toda la casa, grito poseída por cómo me hace vibrar, y para que se den cuenta que él, me pertenece.

DIA 37.

Ocurrió durante la fiesta.

Samuel se despistó por defenderme, le amo por esos detalles, casi le estampa un pitorro de salva vidas a un tipo, por propasarse conmigo. Es tan tozudo, que cuando le pido que no haga esas cosas, me derrite con sus respuestas, y su forma de mirar y jugar con sus dedos en mis rizos.

Cuando encontró a su madre tras el incidente, estaba de la mano de otro chico, le di ánimos, consejo y me sentí orgullosa al verle llevarse a su madre de esa forma tan varonil. Por lo que sé, la dejó tan satisfecha que ya no quiere más mulatos.

Yo me centré en no perder lo ganado con las demás ese dia, y Sara y la hermana se ocupan una de la otra. A Sara, Samuel ya le dio su parte por la tarde. Mientras, yo me llevé borracha a Sonia a casa esa noche. Tengo que reconocer que, para distraerla, me acosté con ella, y que verla desnuda me calentó. Sonia es una mujer voluptuosa y sensual, tiene las tetas más grandes y bonitas que haya visto, aunque Samuel dice que las mías son mejores. Al frotarnos desnudas, la una contra la otra, no pude evitar correrme al sentir sus pechos en mi cuerpo y sus muslos rozándome entre las piernas. Acabamos haciendo la tijera, hasta que desfallecimos, me costó un montón sacarla de sí, casi admiré a Samuel, por dejarla tan ida que a veces no se levantaba de la cama en todo el día.

Por la mañana he hablado con Samuel, y todo va bien. Creo que está todo controlado, y que no tendrá que acostarse con su hermana para devolverlos a todos a casa. Eso me alivia, sé que estoy haciéndolo mal, y que no estoy siendo profesional, pero no puedo evitar sentirme así.

DIA 43.

Estoy llorando ahora mismo.

He leído el diario de la hermana, y mis sospechas son ciertas. Es lesbiana, y está pensando en no volver a casa por miedo a su padre. También dice que Samuel es su única esperanza, y por eso se mete en su cama, le quiere mucho, y si él la toma, cree que se le pasarán las ganas de mujeres. Con el miembro de Samuel, no me extrañaría, hasta yo me cuestiono ciertas cosas.

Tengo que hablar de esto con Samuel, ha de acostarse con su hermana para que también vuelva a Madrid con su padre. Samuel está en la piscina, pero sé que me dirá, que no, a su hermana no le haría eso.

Tengo que convencerle de algo que no quiero que haga, y que él no quiere hacer. ¿Cómo puedo ser tan estúpida de pensar en Samuel todo el tiempo? ¿Por qué me afecta tanto que se acueste con su hermana? Es un trabajo, debo serenarme, nada más. Samuel es sólo un hombre más, y realmente no me quiere, está enamorado de alguien que no existe.

DIA 45.

Estoy cansada de llorar y discutir.

Samuel no cede, no se acostará con su hermana, por que dice que me quiere, y que no lo hará, si eso me hace daño. El muy carbón ve a través de mi escudo, me ve, y me quiere, me ama con rizos y todo. Qué iluso, si supiera la verdad, le repugnaría.

Y pese a esto, siento unos sentimientos cruzados extraños en mí. Miedo, pánico y terror, pero no sé a qué, a que Samuel se acueste con su hermana, a que no lo haga, o a que realmente me importe si lo hace.

Creo que Samuel lo hará, pero sólo por que así me hará feliz. He conseguido que se crea eso, al menos puedo ocultarle a Samuel que, sólo de imaginármelo, se me rompe el corazón.

DIA 46.

Estoy camino a Madrid.

Enredando mis dedos en mis rizos, y oliendo el aroma a manzana que tanto le gustaba a Samuel de mí. Llorando como nunca creí posible, y menos por alguien que no fuera yo. Samuel entró en la habitación de su hermana por mí, y terminó acostándose con su ella y con Sara. Creía que aguantaría en la puerta, pero los oí gemir y no pude quedarme.

Le dejé una nota a Samuel, y el móvil, tengo por costumbre desvanecerme de él una vez hecho el trabajo, sin dejar nada atrás, pero no quiero que Samuel me olvide del todo. Al menos, Samuel tendrá un recuerdo, y las fotos, de esa chica, tan divertida dulce y cariñosa, que le ama, tan perfecta para él, como irreal. Vanesa no existe, pero eso, Samuel no debe saberlo nunca.

Estoy echa polvo, nunca me había pasado, nunca nadie me había llegado tan dentro, y tenía que alejarme de Samuel. Sufrirá un tiempo, pero es mejor para él, es un niño rico, que su padre le paga todo, y yo, un puta, “especializa en manipulaciones”, sí, pero un puta. No podría salir bien, él se merece algo mejor que yo. El problema, es que me lo llegué a plantear, y sólo el hecho de planteármelo, me demuestra que no es sólo una justificación vaga de mi subconsciente.

Me odio, y me doy asco, por que le he abandonado. He abandonado al único hombre al que he amado.

Fin.

Relato erótico: “Reencarnacion” (POR SAULILLO77)

$
0
0

Hola amigos y amigas, lamento mi larga ausencia. Debo informar que sigo vivo y escribiendo, aunque a menor ritmo porque mis obligaciones personales me han mantenido muy ocupado estos meses.

Sigo encajonado con historias más potentes. Escribir otras pequeñas historias puede ir aligerando mi saturada imaginación, para poder centrarme en cosas algo más serias.

Aquuí teneis una de ellas, espero que os guste, y como siempre, perdón por mis fallos.

Reencarnación

Hola, encantada de saludar a los lectores de esta web. Mi nombre es Laura, actualmente tengo 37 años, y me veo forzada a escribir esto, sentada en la oficina donde trabajo de secretaria, ya que no soy capaz de entender lo que me está pasando. He leído varios relatos por aquí alguna vez, y mi historia tiene algo similar a algunas de ellas, pero tiene un punto extraño que me tiene desconcertada, y pienso que al compartirlo, pueda aclarar algo mis ideas, o al menos, eso espero. Tal vez sólo sea mi propio yo salvaje, en busca de morbo.

Comenzaré por explicar algo de mi vida, puesto que tengo la sensación de que es relevante para mi estado actual.

Soy gata, lo que significa que mi humilde familia y yo, hemos nacido y vivido toda la vida en Madrid capital. Nunca fui una chica discreta, buena y dulce, desde los catorce años, y la eclosión de mi pubertad, me comporté bastante mal, bebí alcohol, fumé, tomé ciertas drogas blandas, y hasta en alguna ocasión, algunas duras. Me desvirgué a los quince años con un cualquiera por las entradas de un concierto de rock, y desde ese día, comprendí el poder de la feminidad. Usé el sexo para lograr lo que quisiera, teniendo en mi mano a tres o cuatro chicos mayores de edad, con motos y coches a modo de chóferes personales, o patanes que complacían todos mis caprichos adolescentes, pagándome todo, a cambio de juegos, o directamente sexo.

Por aquella época vestía casi siempre de cuero negro o vaqueros, con generosos escotes, marcando una figura adolescente muy atractiva, delgada, con una diminuta cintura de avispa realzando unas caderas de pecado y un busto generoso para mi edad, con el pelo rubio natural en media melena, mucha laca ya que era la moda, con bastante maquillaje palideciendo mi bonito y fino rostro, con unas sombras de ojos exageradas, para realzar unos ojos azules eléctricos.

Tomé mis precauciones, claro, siempre llevaba condones para la ocasión, pero mi vida era un “desfase” constante que en mi casa no soportaban. Mi padre se hartaba de verme llegar borracha a casa a altas horas de la madrugada, en brazos de chicos distintos, pero lo achacaba a la edad. Mi madre en cambio, recibió la peor parte, discutimos mucho y la relación nunca fue buena, llegando a las manos algunas veces. Al ser hija única, creo que les decepcioné bastante, pero a esas edades adolescentes, nos importa bien poco lo que opinen de nosotros nuestros padres, o eso creemos.

Como digo, mi existencia consistía en faltar a clase, ir a antros a beber, tirarme al primero que me gustara, y tener resaca casi de forma constante. Una versión de la muñeca Barbie, pero rockera y de mala vida.

Todo cambió cuando apareció Luis, a mis tiernos 17 años. Era un joven que me encontré en un concierto, pero parecía un pez fuera del agua. Vestido con vaqueros y polo azul cielo, metido por dentro del cinturón de cuero, junto a unos náuticos en los pies. Tenía el pelo negro, de tres dedos de largo, totalmente engominado hacia un lado, barba incipiente, muy alto, aspecto robusto y agradable, en el rostro unas facciones duras pero amables, ojos pardos y una sonrisa arrebatadora, que ocultaba una nariz grande, y ligeramente desviada hacia la derecha. Era lo que se conoce como un pijo, un hijo de papá o “niño bien”, da igual como llamarlo, lo importante es que no encajaba en un ambiente lleno de moteros, chupas de cuero, vaqueros rotos por el uso, y cerveza barata.

Era inevitable fijarse en él la noche en que nos conocimos, desentonaba, y llamaba la atención, hasta tal punto que era normal verle discutir con algún que otro borracho, que le increpaba con varias copas de más. Yo, al verle, pensé lo mismo que todos allí, que más le valía salir pronto del recinto, o se llevaría algún susto, solía pasar que algún niño adinerado quería “vivir la noche madrileña” de mediados de los noventa, y acababa lloriqueando en alguna esquina tras unos bofetones. Pero la noche fue pasando, y a parte de un par de amigos suyos que le acompañaban, vi que todo aquel que se acercaba con malas intenciones, terminaba cantando y bromeando con él. Me intrigó sobre manera, así que de forma poco sutil, me acerqué a su posición, meneándome y dando saltos, para que al llegar a su lado, me mirara.

Me encantaba esa sensación de dejar boquiabierto a los chicos con mi mirada y mi expresión corporal, lo usaba para desarmar a cualquiera, y nunca me había fallado, hasta ese momento. No es que no me observara, o me comiera con los ojos, con unos jeans cortos tan altos que me violaban al andar, se deleitaba, pero no trató de tirarse encima de mí, como hacían la mayoría. Estuve más de una hora bailando a su alrededor, y estuve a punto de mandarlo a la mierda varias veces, pero cuando él quiso, aceptó un reto a la desesperada de mi mentón, y se puso a saltar conmigo.

No sé exactamente qué pasó, pero recuerdo que fueron las tres horas más increíbles de mi vida. Era un chico avispado, listo, que sabía manejar la situación, y para mi asombro, y sin oponer mucha resistencia, me tenía entre sus brazos. No me metía mano como los demás guarros, que enseguida me sobaban sin cuidado, él me sujetaba de la espalda con ternura, y hacía pequeños gestos de cariño en los brazos cada vez que me susurraba al oído dulces palabras. No era el primero que era así conmigo, pero había algo en su personalidad que me atrapaba en toda esa empalagosa forma de ser, sin poder evitar ponerme de puntillas sobre su pecho, ya que era ostensiblemente más alto que yo. Tras esa fachada había un hombre firme y recto, que no se dejaba arrastrar a mi juego, sino que me llevaba a su terreno.

Fue un caballero, y terminamos paseando solos a las seis de la mañana por los bajos de Argüelles, unos sótanos del tamaño de una manzana de edificios, con el mayor porcentaje de bares y garitos cutres que os podáis imaginar. Tomamos churros con chocolate caliente en una panadería cercana, ya que era principios de invierno, y el frío reinante le obligó a ponerme su cazadora, de marca cara, por encima. Me acompañó caminando más de una hora hasta el portal de mi casa, con su mano delicadamente apoyada en mi cadera, y seguimos charlando un rato. Amaneció casi sin darme cuenta. Aquella misma madrugada nos besamos por primera vez, un primer beso corto y suave, que se volvió deliciosamente largo, notando sus dedos apretándome en la cintura, y los míos sujetado su cuello, queriendo que aquello no acabase nunca. Y hasta hoy, han sido los únicos labios que he probado en más de dieciocho años.

Mis padres montaron en cólera, que empezara a salir con un chico mayor de edad les exaltó, y eso que no era el primero con el que me besaba, o incluso con el que me había acostado, pero si fue mi pareja oficial, y eso les ponía de los nervios. Sus veinte años no me parecían nada, en cuanto pasara ese año, yo ya sería adulta, y mi pareja me sacaría tres míseros años.

Luis fue todo lo que necesitaba en la vida, una vez que mi familia le conoció, y vieron el cambio que provocó en mí, pasaron a adorarlo, ya que era educado y muy sociable, mezclado con una saber estar y un aplomo que me volvía loca. Dejé toda mi vida de futura delincuente atrás, y me convertí en la novia ideal para él.

Todo era maravilloso, y acostarse con él por primera vez, fue de las experiencias más excitantes de toda mi vida, puesto que tardamos casi dos meses en hacerlo, y me preparó un cita de ensueño, de esas con las que todas soñamos en secreto. Me lancé a su pecho, deseosa de fundimos en la mejor noche de sexo y amor que tuvimos jamás. ¿Quién tendría tiempo para condones?

A las siete semanas se confirmó mi embarazo, y me eché a temblar, imaginándome que Luis me abandonaría. Una cría encinta no estaba muy bien visto en su casa, ya que sus parientes eran buenas personas, pero adinerados y estirados. Nunca tuve la sensación de que Luis se quedara conmigo por honor, responsabilidad, o castigo, fue un hombre cariñoso y feliz, incluso se buscó un trabajo extra, mientras estudiaba su carrera de económicas, para ahorrar y pagar cualquier cosa del bebé, ya que su familia no le cerró el grifo, pero no les hacía gracia pagarme nada.

A poco de cumplir la mayoría de edad, apenas un mes antes, y con problemas graves durante el parto, nació mi único hijo, Carlos.

Desde ese instante, mi vida es una exposición rápida de diapositivas. Mi bebé creciendo rápidamente. Mi pareja perfecta que me hacía inmensamente feliz. Los abuelos con la baba colgando por su nieto. Irnos a vivir juntos. Cuando mi hijo tuvo tres años, mudarnos a la casa vacía de sus padres. La licenciatura de mi pareja de hecho. Su ascenso a socio de una empresa de contabilidad. Mi primer trabajo de secretaria. La ilusión de querer tener un segundo hijo. La decepción de saber que, debido a las complicaciones del primer embarazo, ya no podría volver a tener hijos. Criar a Carlos lo mejor que pude, pese a los constantes roces con los abuelos paternos y su manía de mal criarlo dándole de todo. Casarnos cuando cumplí veinticinco años, en el día más feliz de mi vida. El amor y el cariño de tener tu propia familia. Los enfados con mi esposo, que terminaban en abrazos cálidos. Las riñas con mi hijo adolescente. Y finalmente, el accidente de tráfico de mi marido, hace tres años.

Ni siquiera recuerdo lo último que le dije, se levantó como cada mañana para ir a su trabajo, me dejó dormida como hacía siempre, me besó con delicadeza antes de marcharse, y le llamé para saber a qué hora regresaría para tener la comida lista. Cuando pasaron tres horas, llamé a su móvil preocupada, y me contestó una mujer, una de los médicos de la ambulancia, y me confirmó el estado crítico de Luis. Supe más tarde que ya estaba muerto durante esa llamada, el impacto de un todo terreno justo en su puerta, conducido por un señor de su misma edad, que no iba bebido ni drogado, ni era mala persona, tan solo se despistó un instante al volante, fue letal de necesidad. Prefirieron no decírmelo por teléfono, aún así, cogí a mi hijo y corrí al hospital para ser informada de que ya no había nada que hacer. Lloré, tanto que me desmayé, y me tuvieron que atender allí mismo.

El mes siguiente fui una fantasma, mi padre se hizo cargo de todo, yo sólo era una marioneta en sus manos, iba a donde me decía, y hacia lo que me decía. Se lo agradezco de corazón, no hubiera podido hacerlo sola, y tan sólo tengo vagos recuerdos del entierro, la misa, y de un largo tiempo después. Mi vida había muerto junto con él.

El tiempo, y ayuda psicológica, me hicieron volcarme en mi hijo, y recobrar las ganas de vivir que había perdido. Mi posición económica era holgada, la pensión de viudedad, y la no separación de bienes que mi “pobre” marido firmó sin parpadear, me dejaron un una casa en propiedad en el centro de Madrid, en la que vivimos, y varios objetos de gran valor para cualquier apuro, así como la ayuda y apoyo de la familia de Luis, que terminaron acogiéndome al ver que no era una caza fortunas que se quedó preñada de su “principito”. Pese a ello, me enorgullezco de no ser una mujer que vive del bote, y me busqué un empleo sencillo en mi antiguo trabajo de secretaria, que tuve que dejar por depresión. Me acogieron con gusto ya que, pese a los estereotipos de las rubias guapas de oficina, soy muy resolutiva y eficiente. Aparte de un sueldo propio, es una distracción, y me obliga a tener vida social.

Mi vida, pasados tres años de la tragedia de mi esposo, es algo rutinaria. Me levanto junto con mi hijo, desayunamos y le llevo a la universidad, de pago y buen nombre, que Carlos malgasta, aunque pagan sus abuelos. Era un buen chico, pero estudiar no es lo suyo, y desde la muerte de su padre no puedo con él, en cambio, a sus casi diecinueve años, tiene cierta facilidad para hacer amigos, y más para tener ligues. No me extraña, ha sacado todo la belleza de mí, y pese a ser algo escuálido y bajo, su cabello rubio y la cara de galán con ojos azules, le hacen bastante mono. Si no estuviera segura, juraría que Luis no era su padre, ya que no ha sacado casi nada de él, ni físicamente, ni de su personalidad.

Al dejarle en el campus, voy a mi trabajo, un bufete de contables y abogados. Me siento en la entrada atendiendo el correo, las visitas y el teléfono, junto a una chica bastante más joven y de buen ver, que trabaja a jornada completa, pero que no es tan despierta como yo. De hecho, muchas tareas complicadas las deja en espera, hasta que llego.

Una vez está todo preparado en la oficina, regreso a buscar a mi hijo. A veces me llama y me dice que vuelve andando o alguien le trae, y voy directamente a casa. Hago la comida, y espero que llegue, cuando tarda, le escribo algún mensaje, pero si está ocupado con algún tema, generalmente alguna chica o algún amigo, me dice que coma sola.

La tarde la uso para las labores del hogar, teníamos una sirvienta, pero al final prescindimos de ella, no se me caen los anillos por fregar el baño o limpiar la cocina, y cuando me enfado con Carlos, le obligo a frotar la suciedad del horno o cosas así, cuando acaba sus deberes. Trato de hablar con él, si regresa antes de la cena, pero no me hace mucho caso, ahora entiendo a mis padres y la relación complicada que tenía con ellos a esa edad.

Cenamos y me quedo en el sofá viendo la televisión mientras él se va a su cuarto, que cierra con llave, hasta que me quedo dormida. Más de una vez me he despertando a las tantas allí, en el salón, y me he ido a la cama. Creo que es por el dolor que me provoca ver ese colchón enorme de matrimonio, con el lado derecho vació, donde dormía Luis, y me hace sentir terriblemente sola. Siendo algo directa y descarada, al año de su muerte, me compré un dildo, no más grande que un bolígrafo pero que vibraba, y cuando estoy que me subo por las paredes, lo uso, siempre he sido muy fogosa y Luis me colmaba. Aunque mis sesiones de masturbación son algo mecánico, no hay emociones ni diversión, calmo un fuego dentro de mí, nada más.

Y al día siguiente, más de lo mismo.

Los fines de semana son algo más alegres, mi hijo sale mucho y puedo quedar con algunas amigas, muchas son otras madres, y van con sus parejas, lo que me hace odiarlas y envidiarlas. Cine, cenas, alguna fiesta, y si me vuelvo loca, me arreglo para bailar un poco con esposos prestados, pero nada más. Hago planes entre Carlos y yo, quedamos para ir a dar una vuelta, salir al parque a pasear o ver a los abuelos cuando necesita pedirles algo, y pese a que no lo dice, mi hijo lo hace por cortesía, o más bien por pena hacia mí.

La mayoría del tiempo lo pasaba aburrida en casa, pero un día vi a una mujer de mi edad en un canal, promocionado su cadena de gimnasios. Me apunté, por hacer algo los fines de semana, y para mantenerme un poco en forma, no he perdido mi atractivo, pero una tiene una edad ya, y no tengo nada mejor que hacer los sábados y domingos por la mañana. Son clases divertidas, pero agotadoras, con repeticiones de posturas, y con bailes por turnos. Además, creo que “sexualizan” un poco los ejercicios, en mí hora somos todas mujeres, y la clase la da un morenazo de 1,90 centímetros de altura, y con músculos que no sabía ni que existían, poniendo poses con sus pantalones de licra, marcando el paquete de tal forma, que alguna se va a desmayar en cualquier momento.

El resto del día lo paso en casa, busco cosas que hacer en Internet, pero a mi edad, sin pareja, no hay mucho que me llame la atención. Es cuando me planteo rehacer mi vida, y buscar a algún hombre con el que poder empezar de cero, pero la sola idea me turba la mente. Pese a llevar tres años viuda, todavía llevo los dos anillos de matrimonio, el mío y el de mi esposo, en el dedo anular de la mano izquierda, y cada vez que le sonrío de más a algún posible candidato, me siento tan mal que me echo atrás enseguida, frotándolos con los dedos.

Claro, no soy tonta, estoy bastante bien, siendo modesta. Mis pechos después de dar a luz aumentaron y rebosan sin sufrir todavía estragos evidentes sin sujetador, mi cintura de avispa sigue ahí, junto a unas caderas muy esbeltas, con el culo prieto y respingón. A día de hoy mis medias son unas muy respetables 91-58-89 Encima me he dejado el pelo largo, y una cabellera rubia hasta mi cintura me da un aire espectacular. Contando con ello, no se me han pasado por alto las miradas de algunos compañeros de trabajo el día que llevo falda ceñida y tacones altos. No se me escapan las miradas libidinosas de los maridos de mis amigas, que hacen de carabinas con primos o cuñados, cuando me pongo un vestido vaporoso y ligero al salir con ellos. Como tampoco dejo de notar los gestos cómplices de algunos en el gimnasio cuando las mallas apretadas dibujan mi esbelta figura de cincuenta kilos, y curvas femeninas.

Y entre todo ello, no siento ni un ápice de aquello que Luis lograba despertar en mí, tonteó un poco, juego, pero todos se cansan de tratar de conquistarme, así que, o ya no estoy tan bien como me creo, o es que me cierro en banda a cualquier cambio en mi rutina.

Esta es mi vida, y aunque no lo creáis, hasta yo misma creo que estoy muerta ya, no tengo vida, ni nada que hacer en este mundo, me siento vacía y noto que tengo una existencia sin sentido. Incluso mi propio hijo, que debería ser mi luz en el día a día, ya es mayor, y no tiene tiempo que perder con su madre. Debí ser más firme con él, pero ahora ya da igual, en cualquier momento se sacará el carnet de conducir, y ya no tendré excusa para acompañarle a la universidad, nos veremos poco, y en breve encontrará a alguna chica con la que irse a vivir. Eso me da pánico, si ahora me siento así de abandonada, pensar en ese instante, me bloquea mentalmente.

O eso era hasta ayer.

Era un día normal, como cualquier otro, me vestí con un traje de oficina azul marino, con falda apretada hasta las rodillas, tacones medios y una blusa blanca algo escotada, con un recogido leve en el pelo. Llevé a mi hijo al campus, y fui a trabajar, sin novedad alguna, salvo el maldito aire acondicionado de la recepción, que se estropea a menudo, y ese día tocaba sudar. La verdad, es finales de la primavera, y el calor aprieta, así que me terminé quitando la chaquetilla dejando los brazos al aire, y abanicándome con cualquier cosa que tuviera a mano.

Por fin mi turno acabó, y al salir me metí en el coche, uno alemán bastante caro de cinco puertas, que estaba ardiendo de estar aparcado al sol, así que no me puse la chaqueta, dejándola en el asiento de atrás, junto al bolso. Sofocada, llamé a mi hijo para saber qué tocaba, si ir a recogerle, o no.

– YO: Hola mi vida, ¿Cómo estás?

– CARLOS: Bien, mamá, como siempre.

-YO: ¿Me paso a buscarte? – el sonido de sus amigos de fondo riéndose me resulta familiar, y espero a que mi hijo se digne a hablarme.

– CARLOS: Sí, además se viene un amigo a casa, que tengo que darle unos apuntes. – torcí el gesto, no me gusta mucho llevar a desconocidos.

– YO: ¿Seguro? Ya sabes que no…- antes de poder acabar la frase, un chasquido del paladar muy particular de Carlos me hacía ver que le estaba poniendo en evidencia.

– CARLOS: ¡Venga, mamá! ¿Que más te da? Es un amigo de la “Uni”, solo un rato y luego se irá a casa.

– YO: Está bien, pero nada de líos en casa…Voy para allá, un beso.

Me pareció oír un “Gracias” antes de que me colgara, pero creo que fue fruto de mi imaginación. Puse el aire del coche a toda potencia, y conduje hasta la universidad.

Aparqué donde siempre, una especie de mini circuito de calles aledañas que hacen las veces de aparcamiento. Vi a mi hijo a lo lejos, no le presté mucha atención ya que siempre tarda en venir cuando está despidiéndose, y yo andaba con el móvil. Estaba tratando de esquivar la trampa de una amiga, que quiere que este viernes vaya con ella a cenar, y a conocer a un primo suyo que ha venido de Barcelona… “Lo siento, pero de celestina eres horrible, al último le tuve que cruzar la cara por propasarse.” Nada más mandar el mensaje, noté la puerta del copiloto abrirse, y de un brinco mi hijo saltó dentro. Ni siquiera me miró o me saludó, se estaba riendo y giró la cabeza hacia atrás. Al instante se abrió una de las puertas traseras, no quise parecer muy quisquillosa con aquel chico desconocido, así que no miré fijamente.

– YO: Hola, soy Laura, la madre de Carlos. – pretendí ser amable.

-CARLOS: Javier ya sabe quién eres, mamá, no seas boba. – me sentí algo estúpida, es una cualidad innata en mi hijo, hacerme sentir mal. Montarle una escena no ayudaría delante del joven, así que me guardé la respuesta.

– JAVIER: Eh, tío, no le hables así a tu madre, tenla un poco de respeto. Yo soy Javier, amigo de su hijo. –me quedé pasmada, con la boca abierta, tratando de no reírme y girarme para no enfadar a Carlos– Disculpe la molestia, ¿Puedo moverle el bolso y la chaqueta para sentarme? –casi me caigo al suelo al ver a un chico, tan joven, ser tan educado. Estaba de pie, con la puerta abierta del coche, y hasta que no asentí con la cabeza de medio lado, no tocó mis cosas en el asiento de atrás.

-YO: Sí…claro, no es molestia, perdona que lo haya dejado ahí, es que hacía un calor que…- me quedé sin palabras.

-CARLOS: Venga, no tardes, que tengo hambre.

Vi que el tal Javier, cogía mi bolso y mi chaqueta por el retrovisor, con delicadeza, y los posó en el asiento de al lado. Entró con cautela cerrando la puerta con cuidado, mientras se puso el cinturón sin que le dijera nada. Miré a mi hijo, que estaba con una pierna doblada pisando el salpicadero, y sin ninguna intención de seguir los pasos de seguridad vial de su amigo.

– YO: Anda, ponte el cinturón, que nos vamos.

Tardó al menos cinco minutos de remoloneo ponérselo, en los que hablaba con su amigo, detrás de mí, sin prestarme atención alguna, lo habitual en él. No quería escuchar, pero es inevitable oírles, parece que hay una chica nueva que a Carlos le gustaba, pero Javier no lo veía claro. Mientras que mi hijo hablaba con cierto desdén de ella, su amigo lo hizo con una voz inusitadamente calmada y respetuosa para su edad, y usando términos complejos, muy lejanos de un patán.

Me gustó oírle, tanto su tono como sus frases tenían un agradable efecto en mí. Sobre todo, cuando era capaz de cerrarle la boca a mi hijo con algo de lógica, parecía que tiene la cabeza bien amueblada. Pero yo no intervenía en ningún momento, les dejé a su aire, y me centré en la carretera.

Al llegar, aparqué en el garaje, y antes de apagar el coche, mi hijo ya estaba fuera, quejándose de lo que había tardado, y encaminándose al ascensor para entrar, casi sin mí, en casa. Suspiré algo abochornada, y apagué el coche para salir, saqué las piernas, y antes de poder levantarme, una mano apareció ante mí, al estar oscuro deduje que era de Javier, que como un caballero, me la ofreció para ayudarme a salir, la cogí, y así lo hice.

-YO: Gracias.

– JAVIER: Tome, sus cosas. – me ofreció mi bolso, cogido casi por el extremo más alejado de la correa, y la chaqueta bien sujeta, para que no se arrugara.

– YO: Muchas gracias…de nuevo.

Le sonreí a tientas, me dejó descolocada tanta amabilidad, o es que ya no estoy acostumbrada a ella. Cerré el coche y caminé entre las tinieblas del aparcamiento hasta el ascensor, en el que mi hijo ya estaba. Entré yo primero, ya que Javier me cedió el paso, y la luz alógena me cegó un instante, el suficiente para que se cerraran las puertas, y empezáramos a ascender al segundo piso en el que vivimos.

Busqué las llaves de casa en mi bolso, mientras me daba la vuelta, y vi a mi hijo de pie, charlando con su amigo. Me di cuenta de que nos sacaba una cabeza de altura a ambos, y eso que yo llevaba tacones altos, y cuando por fin vi de frente a Javier, me quedé helada, tanto que se me cayó la chaqueta al suelo.

-CARLOS: ¡Joder, mamá! Mira que eres torpe.

– JAVIER: Calla, no seas brusco. – dijo, mientras se agachaba a devolverme mi prenda.

Le miré atónita, mientras se ponía en pie, y me observaron ambos asustados, me debí de quedar blanca. Llegamos a nuestro piso, y salimos del ascensor, yo tras ellos, mirando incrédula a ese joven, como quien ha visto a un monstruo y debe cerciorase de que eso que tiene delante, es real. Carlos cogió mis llaves y entró en casa, con Javier detrás, que aguardó a que yo pasara para cerrar.

El chico me miraba algo cortado, traté de comprenderle, tal como le debía estar observando, era para ponerse colorado. Entramos por el pasillo al salón, y la luz de la tarde me dejó apreciarle mejor. “Su altura, espalda robusta, brazos fuertes, cara de facciones duras y amables, moreno…su pelo es algo más corto pero, la nariz es igual… ¡Es la viva imagen de Luis!” maquinaba mi cerebro.

Estuve perdida, hasta su ropa, polo azul y vaqueros, se asemejaban a la primera imagen mental que tengo de mi marido fallecido, de aquel concierto de rock, y de aquella maravillosa primera noche juntos. Carlos gritó por el pasillo, llamándole, y Javier, algo cohibido, se despidió con un gesto con la cabeza, y se fue al cuarto de mi hijo.

No sé cuanto estuve allí parada, de pie, sin saber si me estaba volviendo loca. Sacudí la cabeza y busqué un viejo álbum de fotos, de cuando era joven, y encontré varias de mi difunto esposo, y al verlas, me empezó a costar respirar. Más que un parecido, yo veía a la versión juvenil de la que me enamoré de cría, es cierto que el cabello era más largo, y que los ojos eran algo diferentes, pero el resto de semejanzas era tan clara…la gomina, su físico, la forma de moverse, su voz. Tuve que sentarme y guardar la calma.

Pasado un buen rato, en que les escuchaba reír y hablar de fondo, me serené, lo achaqué a alucinaciones mías, y fui a cambiarme, tratando de normalizar la situación. De hecho, del sofocón del calor y el susto, me di una ducha rápida, y me puse unas braguitas negras cómodas y mi camisón preferido para estar por casa, uno amarillo chillón de tirantes hasta medio muslo y ligeramente escotado, me liberé de esa tortura china llamada sujetador, así como de los tacones, calzándome unas mullidas zapatillas de andar por casa. Me recogí el pelo en un moño alto para ir fresca, y me fui a hacer la comida, olvidándome de todo un poco, pese a tener el corazón todavía acelerado.

Pasada una hora, tenía la mesa lista, y los chicos no salían del cuarto. Le mandé un mensaje de texto a Carlos, pero no contestaba, así que me fui a buscarlos. Hablé a través de la puerta, y les dije que estaba todo preparado, pero no respondieron. Es cuando llamé fuerte golpeando con los nudillos, y metí la cabeza al abrir, sin querer molestar.

– CARLOS: ¿Qué quieres? Pesada. – dijo mi hijo, sentado en la cama con una postura casi antinatural, mientas que Javier estaba en una silla, con unos CD´s en la mano.

– YO: Nada, es que la comida ya está.

– CARLOS: Vale, ahora vamos, que tenemos que hablar de nuestras cosas…- casi se levanta a cerrar la puerta cuando me quedo mirando a Javier, que de nuevo, agacha la mirada confuso. “Maldita sea, es clavado a Luis.”, pensaba, y me asombré un poco más.

– YO: Está bien, ya me voy.

No cerré del todo al irme al salón, esperando que salieran pronto, pero tras unos minutos no hubo movimiento, así que fui decidida a darles un segundo toque. Por pura coincidencia, antes de llegar, la puerta se movió, y por algún motivo extraño, ya que es mi casa, me pegué a la pared para esconderme, y que no me vieran. Pero nadie salió, solo se entornó un poco, y escuché como hablaban.

-CARLOS: Bueno, pues con eso ya tienes para estudiar, que menos mal que yo tenía los apuntes, vaya suerte la tuya.

-JAVIER: Suerte la tuya, qué callado te tenias lo de tu madre.

-CARLOS: ¿El qué….? Ah, ya te dije que era guapa…para su edad – soltó con su habitual desdén al hablar de mí.

-JAVIER: ¿Guapa? ¡Estás bromeando! Es preciosa, tiene unos ojos y un pelo que me encantan, y no veas el cuerpo que tiene, que en el coche se le marcaban unos pechos perfectos con la blusa empapada de sudor, y cuando se ha bajado del coche con esa clase, y esa falda ajustada, puf, vaya trasero que tiene la buena mujer.

-CARLOS: Pues no sé, está buena…supongo… ¿Te gusta o qué? – el tono era de broma.

-JAVIER: ¿Y a quien no? Ojalá tuviera una novia así, te lo aseguro. – la sonrisa que salió de sus labios fue tibia.

– CARLOS: Pues toda tuya, a ver si la quitas la penas de un polvo, que está inaguantable y necesita una buena follada.- el odio con que lo dijo, me dolió mucho, pero no puedo culparle. Tiene razón, yo misma me lo planteo a veces.

– JAVIER: Mira…mira, no me tientes.- ambos se rieron, y noté que iban a salir.

Traté de ser rápida, y moverme para que no pareciera exactamente lo que era, que les estaba espiando. Pero me trastabillé con la zapatilla en la alfombra que cubre todo el pasillo, y terminé cayendo de bruces sobre el pecho de Javier. De la impresión, me rodeó con el brazo libre por la cintura y me pegó a su cuerpo, para evitar mi caída. Su mano fue tan fuerte, y el gesto tan veloz, que sus dedos acabaron metiendo parte del camisón por la goma de las braguitas, a la altura de mis riñones.

– YO: ¡Uy, perdona! Venia…a, venía a buscar a Carlos…para comer.

-CARLOS: Sí es que casi te caes, torpe.

– JAVIER: No, fallo mío, discúlpeme usted, no miré al salir.- no pude evitar notar cierta condescendencia amable en su voz, como si supiera que no era culpa suya, y pese a ello, la asumió.

Me estabilizó con la mano aún en mi espalda, quedándome frente a él. De nuevo, sentí la semejanza con Luis, ya que sin tacones, ahora me sacaba más de una cabeza de altura, y me vi enana a su lado, rodeada por su fuerte brazo, tal y como él me hacía sentir, frágil y protegida, al mismo tiempo. Es cuando me soltó, y se alejó un metro de mí.

– YO: ¿Te vas ya?

– CARLOS: ¿Nos vemos mañana? – se aprietan las manos en forma de saludo.

-JAVIER: Claro. – se gira hacia mí. – Un placer conocerla…Laura.

Sin esperar a una motivación clara, me puse de puntillas y le di un beso en cada mejilla, de esos de moda para saludar o despedirse ente los críos. Me gustó notar la extraña sensación en los labios al contactar con su barba, a la moda, tan peculiar y tan parecida a la de mi marido.

– YO: Un placer conocerte también, Javier, ojalá hubiera más gente educada como tú. – solté sin pensar.

-JAVIER: Gracias, aunque con anfitrionas así, da gusto.

-YO: Pues esta es tu casa, para cuando quieras…- “¿¡Pero qué haces!?”, me grité por dentro.

-CARLOS: Que sí, mamá, deja que se vaya, no te pongas pesada.

Empiezo a cogerle asco a mi propio hijo, pero le hice caso, y me aparté del pasillo para dejarles pasar, no sin dejar de observar los ojos de aquel joven clavados en mi escote, que sin sostén y desde su altura, sentí que me veía hasta el alma.

Javier se fue, y comí con mi hijo, volviendo a mi rutina diaria. Limpié un poco la casa, Carlos se encerró en su cuarto, y vi la televisión hasta la hora de cenar, por separado ya que mi hijo se hizo un bocadillo y se lo llevó a su habitación, quedándome traspuesta hasta tarde en el sofá. Lo peor, es que en toda la tarde, la imagen de Javier me estuvo dando vueltas en la cabeza, su parecido con mi esposo era casi perfecto, y su forma de comportarse…me sentí extrañamente alegre, y sonreía sin motivo aparente.

Acabé acostándome en mi cama, pero la imagen de él agarrándome, con sólo un camisón encima, me perturbaba, y como quien no quiere la cosa, sin ser consciente, estaba tocándome por encima de las braguitas, frotando los muslos tenuemente. Estaba como un volcán, y miré al cajón de mi mesilla, donde guardo el dildo.

Ni me lo pensé, cerré la puerta con el pestillo, y saqué el consolador, lo iba a untar con vaselina como hago siempre, pero estaba tan húmeda que no me hizo falta. Comencé a bajarme la ropa interior hasta los muslos, y a levantarme el camisón, jugando a acariciarme por encima de él. Me gusta trastear antes de un mete saca, y normalmente no me cuesta imaginarme a mi marido tocándome, a Luis besando mi cuello, o sintiendo su miembro, largo y algo estrecho, separándome los labios mayores. Pero ayer no, ayer todo lo que había en mi cabeza era Javier, pensaba en su educación, su porte, su mano tan cerca de mi trasero al agarrarme, su voz diciendo que soy preciosa, que mis ojos le encantan y que mis tetas son perfectas, imagino su mirada sobre mí en el coche, fijándose en el sudor que pegaba la blusa a mi piel, y al pensar en el resoplido que escuché al hablar de mi culo…ufff.

Estaba tan mojada que no recuerdo la última vez que estuve así, y sin pensarlo, hundí aquel pequeño juguete en mi interior, soltando un alarido de placer que no recordaba ser capaz de expresar. Giré la base y empezó a vibrar dentro de mí, provocándome una ola de sensaciones nuevas, u olvidadas. No fue mecánico, ni una rutina, ayer no, estaba cachonda perdida, necesitaba que me follaran, y a falta de un hombre, aquel trasto me valía.

El juego de sacarlo y meterlo lentamente me estaba matando, y saqué un brazo del tirante del camisón para jugar con mis senos. Al palpar el pezón, rosado, tirante y erecto, lo sentí tan duro que el mero hecho de rozarlo me encendió más. Me agarré el pecho, jugué con las yemas de los dedos, mientras me perforaba poseída, gimiendo y retorciéndome de placer, probando por delante, bien abierta de piernas, o por detrás, tirando de la cadera, con ritmos rápidos o lentos. Me daba igual todo, solo tenía que cerrar los ojos y pensar que eso me lo hacía Luis, quise pensar en él, en su versión joven, en la vigorosa que me dejó embarazada, en aquel hombre que me supo manejar, pero era un esfuerzo en vano.

Mi mente volaba, las pequeñas explosiones que nacían entre mis muslos no me dejaban razonar con claridad, y la idea de que mi marido murió, de que ya no me puede tocar, y de que está muy lejos de mí, me hastió. Dando paso a un sólo pensamiento que cruzó mi cabeza, “Luis no está, pero Javier sí, está vivo, y a mi alcance”, y pensé en sus manos acariciándome, en sus labios besándome, y en su sexo atravesándome.

No pude razonarlo, mil ideas se agolparon en mi inconsciente cuando estallé en un alarido que acallé con la almohada, me moví como el cristal al fuego vivo, con el dildo dentro vibrando, y mis muslos temblaron a su son, hasta que coceé, jadeando satisfecha y me quedé dormida, tal como estaba.

Al sonar el despertador, me vi a mi misma, como si estuviera fuera de mi cuerpo. Tumbada en la cama boca arriba, despatarrada con las braguitas colgando de un pie y el dildo pringoso perdido entre mis piernas, el camisón hecho un cinturón en mi vientre, y la piel brillando con perlas de sudor frío. “¿Pero qué has hecho?”, me castigué golpeándome liviana y repetidamente en la frente, con los anillos de mi dedo.

Recogí todo, y me di una buena ducha de agua fría, preparé el desayuno, y Carlos se mostró tan indeseable como siempre al despertar. Me he vestido, le he dejado en sus clases, y me he venido a trabajar, donde hay tan poco que hacer, que con la cabeza hecha un lío, he empezado a escribir esto.

¿Estoy loca, o es que el fantasma de mi marido ha venido para atormentarme?, ¿Es posible que alguien, un ente superior, en su infinita crueldad o sabiduría, haya puesto a la reencarnación de mi marido ante mis narices? Es un crío de diecinueve años, pero por su culpa estoy sonriendo desde ayer, y no voy a engañar a nadie, lo de esta noche, ha sido culpa suya.

Me llama mi hijo, qué oportuno.

– CARLOS: Mamá, que hoy no hace falta que vengas, nos llevan en coche a casa.

-YO: ¿Nos…?

– CARLOS: Sí, Javier y yo….- mi hijo no entiende mi silencio – Se va a pasar por casa, ¿Te molesta o qué? – me da un vuelco el corazón.

-YO: No, es solo que…bueno, pues que no lo sabía.

-CARLOS: Pues ya los sabes.

– YO: Ah…vale… ¿Y…le hago algo de comer o…? – no sé si es que soy amable, o es que quiero impresionarlo.

-CARLOS: No, si va a ayudarme con una cosa en el ordenador y se va, nos vemos en casa. – esta vez, que me cuelgue bruscamente me da una alegría.

Las siguientes dos horas transcurren pensando en Javier, y en la idea de tenerlo en mi casa. Pasada la impresión inicial, veo con perspectiva la situación, es un amigo de mi hijo que no conozco mucho, y al que casi doblo la edad, y por mucho que me haya gustado la forma en que me ha hecho sentir, no puede pasar nada entre nosotros. Además, tendrá a muchas chicas detrás, jóvenes, guapas y dispuestas, y yo no soy rival, soy demasiado mujer para él.

Sabiendo eso, y siendo algo egoísta, no quiero dejar pasar la oportunidad de divertirme, no veo nada malo en entretenerme con él, y tontear un poco, como hago con algunos hombres adultos. Eso me hace sentir deseada y menos miserable, así que me preparo para hacer una travesura, jugar un poco a deslumbrarle, y tener algo de aventura en mi triste vida. Mis ojos deben de brillar de malicia, hasta mis compañeras me preguntan qué me pasa, dicen que se me ve feliz, y yo no sé qué responderlas.

Me voy a mi domicilio con ritmo alegre. Al llegar me doy una ducha de agua tibia para sacarme el calor de la piel, me pongo una braguitas bancas y mi camisón amarillo, recogiéndome el pelo en una coleta alta. La verdad es que sin pretenderlo, y sin entender el motivo, me paro ante el espejo de cuerpo entero del armario de mi habitación, y me veo preciosa, cuando llevo años llevando ese tipo de prendas al estar por casa, y no he sentido esa sensualidad en mi figura.

Voy preparando una comida ligera y sana. Estoy en la cocina cuando escucho voces y las llaves en el recibidor, algo nerviosa, acudo rauda a ver quién entra. Veo a mi hijo pasar como el rey del lugar, con su pantalón negro más cómodo y una camisa por fuera de color azul cielo. Detrás de él, Javier, cerrando la puerta de la entrada con una serenidad muy impropia de un joven, va con unos vaqueros blancos y un cinturón negro, con un polo color rojo.

Carlos se va a su cuarto y oigo de fondo el golpe de su mochila contra la pared, pero Javier se queda en el pasillo, y me saluda algo cabizbajo.

– YO: Hola.

– JAVIER: Buenas tardes ya, señora…perdóneme, no me acuerdo del apellido. – se sonroja de forma graciosa.

– YO: No pasa nada, es Gutiérrez, pero creo que podemos llamarnos por nuestro nombre, Javier. – comienzo a jugar, ladeando la cabeza de forma tierna.

-JAVIER: Está bien…Laura, gracias por dejarme entrar en tu casa otra vez.

-YO: Ninguna molestia, es más, pensaba invitarte a comer…- le pilla desprevenido, aprieta los labios de forma que denota cierta pena.

-JAVIER: No, lo siento, de verdad, pero tengo que irme a casa pronto.

-YO: ¿Seguro? – no quiero que se note mi decepción.

-JAVIER: Sí, es una lástima, pero tengo que estudiar, además, no quiero importunarla.

-YO: Por favor, será un gusto que te quedes a comer el día que quieras.

– JAVIER: Se lo agradezco mucho, y será un honor ser su invitado… – el grito de mi hijo llamándole me frustra, el duelo de miradas estaba siendo divertido, con el pobre chico haciendo esfuerzos titánicos por mirarme a la cara, y no al tibio escote del camisón, sin perder la compostura.

– YO: Ve con Carlos, yo iré a preparar la mesa, un placer verte. – lo digo palmeando su pecho.

Soy mujer de armas tomar, me elevo un instante para que parezca que le voy a besar en la cara al despedirme, justo para girarme sobre mi misma y dejarle con las ganas.

Me alejo hacia la cocina, regalándole mi figura al caminar, y el vuelo del camisón a cada paso. Le imagino admirando el juego de mis caderas, y me sonrojo. Me aguanto la risa hasta llegar a la nevera, son nervios, no es que sea cruel y el chico me dé lastima, para un primer contacto no se ha desenvuelto mal, y me quedo con las ganas de haberle sacado de su terreno de confort, “Dios, hacía tanto que no jugaba a esto.”

Pongo la mesa, mientras me niego a ir a espiar a la puerta de mi hijo, me sería imposible que parezca un accidente de nuevo. Tampoco me hace falta, son adolescentes, y si Javier no está piropeándome, será por respeto a Carlos. Estoy segura de que tiene mi imagen ligera de ropa metida en su cabeza, eso me halaga y me hace feliz.

Pasado un tiempo prudencial, me armo de valor y voy al cuarto de mi hijo. Al llamar, Javier me abre, y su primera mirada va a mi escote, que luzco sacando el pecho.

– YO: La comida ya está, cielo, ¿Vienes? – el tono es de madre cariñosa, pero me queda de cine haciendo sonreír al invitado.

– CARLOS: Sí, ya voy, espera que apago el ordenador…gracias tío. – Carlos se pone en pie y pasa a mi lado, dedicándome una extraña mirada, entre la aprobación y el asco.

– JAVIER: De nada, y ya hablamos para estudiar eso…- se lo dice a la nuca de mi primogénito, que ya se aleja en dirección a la cocina.

– YO: Hay comida de sobra…- le murmuro algo melosa a Javier.

– JAVIER: Me sabe fatal, pero de verdad que no puedo quedarme. Otro día. – asiente y me mira a los ojos. Me gusta la seguridad con la que lo dice, no lo pregunta, lo afirma.

– YO: Te tomo la palabra.- le apunto con el dedo índice, y le sonrío de tal manera que le hago suspirar de forma leve.

– JAVIER: La tiene. – al decirlo, hace un gesto seco firme de arriba a abajo con la cabeza, cerrando los ojos.

Me ofrezco para acompañarle hasta la puerta por el estrecho pasillo, y él alarga su mano para dejarme pasar delante de él, ¿Caballerosidad o querer mirarme el trasero? No sé cuál de esas ideas me gusta más. Eso pienso cuando noto su mano en mi espalda, me está acompañando, guiando tenuemente, pero me provoca un escalofrío, y le dedico una mirada tierna, que me devuelve gustoso.

Al llegar a la salida, me sorprende todavía más, usando su mano en mis riñones para girarme hacia él, y elevarme un poco para darme los dos besos de despedida con los que le había dejado con las ganas antes. Se los doy encantada por su galantería, alargando la duración del segundo de ellos sobre su mejilla.

– JAVIER: Hasta pronto, Laura. – dice al salir.

– YO: Hasta luego, Javier. – me exhibo ante él antes de cerrar la puerta, que me dedica una última sonrisa triste, por tener que irse.

Me quedo como una boba apoyada en la pared del recibidor, riendo y pensando en lo divertido que ha sido jugar un poco. Me abanico la cara con las manos, y voy a comer. Al entrar en la cocina, Carlos ya ha acabado, y está rebuscando en la nevera, buscando su yogurt de turno. De nuevo me dedica una mirada rara, extraña, junta los labios sacándolos exageradamente, arqueando las cejas, y hunde una cuchara en el lácteo antes de irse. Más tarde tendré que recoger ese envase de su cuarto.

Como algo, mientras mi mente rememora cada instante de ese entretenimiento en que he convertido al amigo de mi hijo. Recojo la mesa, y me voy al cuarto de baño de mi habitación, cuando me estoy aseando, noto cierta humedad entre mis muslos, y creo que es sudor, pero mi sorpresa llega al palparme y oler a hembra en celo. Apenas un par de conversaciones inocentes, unos roces, y estoy mojada. “Ese chaval tiene algo que me pone mala.”

Pasa la tarde como una de tantas, aunque de vez en cuando pienso en Javier, y luego en Luis, y en qué opinaría de verme trastear así con un joven. Me siento mal un rato, pero me empiezo a convencer de que Luis está muerto, y de que volverme una puritana no me ha ayudado en nada, no creo que divertirme un poco más sea algo de lo que avergonzare, tan sólo es un juego.

Al cenar hablo con Carlos, que me dedica un par de frases salidas de tono, pero como es lo habitual, le dejo que se vuelva a encerrar, y yo me voy directa a la cama. Me descubro acostada ya, suelo quedarme en el sofá del salón unas horas, pero esta vez no, y según me tumbo, trato de dormirme.

Las tonterías de Javier, como sentir su mano en mi espalda, o su atrevimiento al buscar ese par de besos, me hacen incapaz de conciliar el sueño. Es increíble que unos gestos tan nimios logren desvelarme. Tampoco es que duerma muy bien desde hace años. Retozo en la cama como una gatita, y no paro hasta que me doy cuenta de que me estoy frotando contra el colchón, como si fuera un amante.

No tardo en quedar boca abajo, con mi mano buscando meterse por dentro de mis braguitas, y ahora no me sorprende encontrarme mis dedos empapados. Me dejo llevar, y me obligo a pensar en Luis, en una noche que pasamos juntos, antes de saber que estaba embarazada, en su nariz frotando mi cuello, las caricias en mi trasero y en los besos en mis senos que me gustaban tanto.

Me levanto a cerrar el pestillo, sin creerme que por segunda noche consecutiva me vaya a masturbar, no me había pasado nunca, pero ahora mismo, me sobra todo. Me quito el camisón y las braguitas, estoy boca arriba, totalmente desnuda sobre la cama, y me paso los dedos por el pubis, deseando que Luis esté aquí, y que me acaricie como él sabía, que me termine tumbando en la cama, y me coja de las caderas para embestirme con cuidado y ternura, aumentado el ritmo de su cadera hasta hacerme delirar y tomar el control, entonces le recostaba y lo montaba como una amazona perversa. Le encanaba que lo hiciera, y a mí hacerlo.


Tengo dos dedos dentro de mí, y pienso en el dildo, pero esta noche no, esta noche necesito caricias de verdad, el tacto de la piel humana, y me vuelvo loca, acariciando con vehemencia el clítoris mientras paso a hundirme tres dedos ya en mi interior. Me cansa hacerlo, o estoy harta de ser yo quien lo hace, quiero y deseo un amante que lo haga por mí, pero llegados a este punto, no puedo parar. Necesito eclosionar para calmarme, y sin pretenderlo, pienso en que si Luis ya no puede darme esas caricias, Javier si puede. Otra vez esa idea, es injusta para mi esposo, pero es la realidad.

Me imagino a ese chico tocándome como lo hago yo, sus manos recorriendo mis muslos, y sus dedos jugando en mi interior, mientras me besa por todo el cuerpo. No aguanto mucho, y empiezo a temblar, mi cuerpo me pide un esfuerzo final que le concedo, y acabo rodando por la cama sujetándome entre mis piernas, con convulsiones cortas y placenteras, mordiéndome el labio, deseando poder abrazar a alguien que me dé ese tipo de calor humano. No lo tengo, ni lo tendré si sigo así. Me duermo pensando en que tengo que hacer algo al respecto.

Continuará…

Relato erótico: “Reencarnacion 2” (POR SAULILLO77)

$
0
0

Reencarnación 2

Por la mañana, ya estoy más serena, aunque al ducharme juego con la alcachofa de la ducha entre mis muslos. Me alegra saber que es viernes, y por fin acaba esta extraña semana. Ha sido raro conocer a Javier, su forma de ser y sus semejanzas con mi marido, me han dejado descolocada. Asumo que es una mezcla de soledad y desesperación, y como tal, acepto que es cosa de mi mente, y que debo aprovechar esta situación para tratar de salir de la rutina aburrida y odiosa que es mi vida.

Al salir a mi habitación, veo mi móvil, y recuerdo el último pensamiento antes de quedarme traspuesta. Tengo que buscar a alguien, necesito un cuerpo tibio que abrazar, caricias sobre mi piel, sentirme deseada y porqué no, sexo, el problema es que no tengo ni idea de dónde buscarlo. Pienso en mis amigas, que siempre me quieren buscar con quien emparejarme. Cojo y llamo a Carmen, la misma que trata de liarme con un “primo suyo”.

– YO: Hola, perdona que te moleste tan temprano.

– CARMEN: Tranquila mujer, ¿Ocurre algo?

– YO: Nada especial, ¿Qué tal todo por casa?

– CARMEN: Un poco revuelto, la verdad.

– YO: ¿Y eso? Pensaba que desde las vacaciones en la playa del año pasado, estabais bien.

– CARMEN: Bueno…las cosas cambian, mi hija Marta está sopesando opciones, y mi hijo Samuel lleva unos meses viajando, así que en casa estamos Roberto y yo solos.

Una forma muy discreta de decir que su hija se ha vuelto lesbiana, marchándose a vivir con una tía suya un poco rara, y que su hijo se ha vuelto loco, embarcándose en la búsqueda de una chica que conoció y le dio plantón. Son la comidilla de ciertos círculos de la alta sociedad, y en voz baja se dice que, cuando su marido sale de casa, un joven del edificio en el que viven, sube a “desatascarle las cañerías” a mi amiga.

– YO: No sabes cuánto lo lamento.

– CARMEN: Ya te llegará el día en que tu hijo vuele del nido. – asiento sabiendo que es algo necesario y doloroso.

– YO: En fin, no quería andar de cháchara… ¿Al final, esta noche salís a tomar algo? – casi puedo notar su sonrisa a través del teléfono.

– CARMEN: ¡Pues claro que sí!, ¿Creía que no te interesaba salir con nosotros?

– YO: No es eso mujer, pero me apetece salir y despejarme un rato.

– CARMEN: Pues no se diga más, vente, y así te presento a Emilio, un primo de mi marido que está por la ciudad, le llevamos a cenar al sitio ese italiano de hace unas semanas, y luego a bailar y tomar alguna copa, ¿Te acercas sobre las nueve? – no creo que trate de disimular que nos quiere emparejar.

-YO: Allí estaré… ¿Llevo algo especial? – el tono es imposible de confundir.

-CARMEN: Ve como siempre, le vas a encantar, y ya verás que guapo es…- los besos de despedida suenan algo falsos, antes de colgar.

Me quedo sentada en la cama, pensado en lo que voy a hacer. No sé si es que estoy superando al fin la muerte de Luis, si es la aparición rocambolesca de Javier, o que simplemente necesito afecto, pero si ese tal Emilio no es un gilipollas, y es mono, tengo toda la intención de traérmelo a casa. Necesito contacto humano, sentir la piel de otra persona tocando la mía y el tibio cuerpo de un amante a mi lado.

Un fugaz sentimiento de culpa queda olvidado al vestirme con un traje de oficina negro con pantalones. Desayuno esperando que Carlos aparezca, y le llevo a la universidad. Por el trayecto lanzo ciertas indirectas para saber si mi hijo estará en casa esta noche, o saldrá hasta las tantas de fiesta como suele hacer, pero me da vagas respuestas. Voy al trabajo notando un ligero nerviosismo creciente en mi estómago. Pasa el día terriblemente despacio, y la idea de lo que pueda pasar esta noche, me hace desear que pase todavía más lento.

Inevitablemente llega la hora de volver a casa, llamo a Carlos para saber si debo ir a recogerle, y me dice que sí, pero el leve instante de ilusión de ver a Javier se desvanece cuando me paso a buscarle, y le veo acercarse al coche él solo. No me atrevo a preguntar para no parecer una loca desesperada, pero en el fondo es un alivio no verle, tengo demasiadas cosas en la cabeza hoy.

Una vez en casa, me cambio y me pongo mi camisón, como junto a mi hijo con un silencio constante, y luego me siento en el sofá a esperar. Los viernes por la tarde Carlos suele quedar, y hoy no es diferente. Al par de horas le escucho ducharse y salir arreglado de su cuarto, con un pantalón vaquero con cinturón de cuero, zapatos de vestir y un polo rojo que le quedan bastante bien, despreocupadamente peinado y con un potente perfume juvenil que me inunda las fosas nasales. La verdad es que no me extrañaría encontrarme a una chica en casa mañana por la mañana, escabulléndose avergonzada, como ya ha ocurrido alguna vez.

– CARLOS: Me voy, mamá, no sé cuando regresaré, pero será tarde.

– YO: Vale hijo, ten cuidado. Yo también saldré, voy a cenar con Carmen, si pasa cualquier cosa llámame.

– CARLOS: Vale, hasta luego.

Ni se acerca a darme un beso, pero me deja sonriendo, cuando me dice que “será tarde”, quiere decir que no estará en casa antes de las seis de la mañana, tiempo de sobra para mis planes. Espero un tiempo prudencial después de escucharle irse, y me preparo mentalmente para lo que sea que vaya a suceder.

Me voy al aseo y me doy un baño relajante con velas perfumadas, y una copa de vino tinto que me relaje los nervios. Al verme desnuda me doy cuenta de que mi rubio vello púbico está muy descuidado, y me lo arreglo un poco, solo lo recorto dejando un triángulo coqueto, ya que no me gustó mucho la única vez que me lo rasuré del todo. Es cuando me voy al armario de mi cuarto y busco algo que ponerme.

Es complicado, ya que tienes que pensar en todas las eventualidades posibles. Elijo unas braguitas negras, elegantes y sobrias, con un sujetador sin tirantes del mismo tipo, que me hace una figura de pecado. Lo siguiente es la ropa, pruebo varios modelos, pero si quiero impresionar debo lucirme, y escojo uno de los vestidos vaporosos de estampados de flores que tanto me gustan en verano. Es negro salpicado de pétalos dorados, de un solo hombro en el lado izquierdo, y dejando mucha de mi espalda al aire. Ceñido hasta la cintura, sin escote pero dejando ver gran parte del inicio de mi seno derecho, y con un vuelo alegre hasta las rodillas. Me pongo unos zapatos oscuros con arreglos amarillos, y me siento a maquillarme.

Me peino hasta dejarme una cascada de oro liquida, con la raya al medio y el pelo suelto dejándolo caer sobre mis brazos. La sombra de ojos exhibe mis profundos ojos azules y le doy un toque de color a mis mejillas, para que el rojo pasión de mis labios no sobresalga tanto. Cambio mis cosas a un bolso negro diminuto, con una correa dorada, me pongo unas pulseras algo sueltas y un reloj pequeño en la otra muñeca, a juego con unos pendientes algo largos, todo en tonos cobre u oro.

Al mirarme al espejo me veo espléndida, no es que otras veces al salir con mis amigas no me viera guapa, pero hoy tengo un brillo especial, y creo que es por la perspectiva de una pequeña victoria. Temo pasarme de fresca, y en el último segundo cojo una mantilla oscura para echarme por encima de los brazos, “Por si la noche refresca”, me miento a mí misma, no quiero parecer una mujer fácil. Miro la hora y son casi las ocho, se me ha ido el tiempo en arreglarme, y salgo de casa a toda prisa.

Intento no arrugar el vestido al sentarme en el coche, y conduzco fingiendo estar tranquilla. Llego cerca del restaurante donde he quedado con Carmen, aparco y me acerco andando unos metros. Es un sitio bonito, y donde aparte de ser caros, te dan buena comida italiana. Aparento serenidad pero aprieto las manos con firmeza en la puerta, y un momento antes de pasar, me guardo los anillos de casados en el bolso. Suspiro, y entro en escena.

Al pasar al comedor, Carmen se levanta enseguida, va con un vestido largo blanco precioso que luce con su delgado y fino cuerpo, y su melena oscura la favorece aún más. Antes incluso la veía marchita, no sé qué pasó en aquellas vacaciones, pero desde que regresaron, parece más… ¿Feliz? Me saluda con una sonrisa enorme, y me acerco tratando de parecer despreocupada. Tras mi amiga, se levanta su marido, Roberto, un hombretón con barriga prominente y traje azul marino de abogado de los buenos, lo que es. Esperaba encontrarme más gente, pero tras saludar a su esposo, que parece no gustarle estar allí, solo veo a un hombre, que se pone en pie, tan nervioso como debe vérseme a mí.

– CARMEN: Este es Emilio, un sobrino de Roberto. – dice con voz calmada, girándose a él – Ella es Laura, una amiga. – el hombre me dedica una mirada cómplice. Él sabe igual que yo que es una trampa para emparejarnos, pero le debe pasar lo mismo que a mí, ya que al verme, parece que le gusta lo que ve, y a mí, también.

Es un chico joven, de unos treinta y pocos años, con un traje elegante negro, pero sin cobraba en una camisa blanca por fuera. Tiene el pelo muy corto negro, en forma de flecha, tratando de esconder unas entradas prominentes, con una cara agradable, bonita sonrisa perfecta y ojos pardos. Delgado, de mi altura, aunque con los tacones puestos, y modales exquisitos demostrados al dejar la servilleta en la mesa al levantarse a saludarme con la mano, o agarrarse del vientre para evitar mancharse la chaqueta.

– EMILIO: Un autentico placer, Laura. – sin esperar a nada, se mueve para colocarse tras una silla a su lado, y me la ofrece, le dedico un gesto amable por ello al sentarme, mientras me ayuda.

-YO: Muchas gracias, Emilio. – se sienta a mi lado, y agradezco su maniobra, me ha alejado de Carmen y su marido para poder charlas solos.

La cena es de lo mejor que me ha pasado en años. Pese a un inicio algo típico, con silencios incómodos y pedir la cena, con alguna que otra conversación de protocolo con mi amiga y su marido, mi pretendiente sabe meterse en el momento justo para empezar a hablar conmigo. Carmen distrae a su esposo para que no interrumpa, aunque tampoco hace falta, tiene pinta de querer irse en cuanto pueda.

El dialogo con Emilio se hace fluido, y empezando con las cosas más normales, ¿Trabajas?, ¿Qué haces en tu tiempo libre? O ¿Cómo te va la vida? Me siento cómoda con él, o mejor dicho, me quiero ver cómoda con él. No es que disimule, pero tampoco le cuesta comerme con los ojos, y juego un poco girándome hacia él, regalándole un par de cruces de piernas sensuales. Por su parte, acaba pasando su mano por detrás de mí, apoyándose en el respaldo de mi silla, y me dejo rozar la espalda por sus dedos.

Le hablo de mi vida, la que conocéis, omitiendo detalles, pero el principal es que llevo tres años viuda. Me parece que le estoy gritando que necesito cariño, y me capta enseguida. Me habla de su vida, mientras avanza con las caricias en mi costado, o gestos tiernos en mi brazo, hasta en una carcajada que me saca, se atreve a sujetarme de la rodilla un fugaz instante. Me dice que es médico, que está de visita por un congreso, y que apenas tiene tiempo de conocer mujeres tan especiales como yo, de las que merecen la pena. Me sonrojo al verme adulada, no es el primero que me halaga, pero sí el que tiene posibilidades de tenerme a su merced. Otros más guapos, o más interesantes, han tratado de seducirme antes que él, pero le ha tocado la lotería esta noche, y se ha dado cuenta.

Al acabar la cena, nos tomamos una copa, y salimos del restaurante algo tarde. Carmen quiere ir a bailar a un local cubano cercano, pero Roberto se niega, y se la lleva a casa. Emilio, al intuir mis intenciones, juega sus cartas para llevarme a mí sola a menear las caderas.

Mi mentira se hace realidad, y la noche empieza a helarse, me pongo la mantilla por encima, pero tal como deseaba, él se quita su chaqueta y me la pone por los hombros. Huele a hombre, con un perfume mucho más potente y serio que el de mi hijo. Aprovecha al ponérmela para dejar su mano en mi espalda, y termina cayendo a mi cadera, pegándome a su cuerpo.

Me gusta todo lo que está pasando, o quiero que me guste, y al llegar al local de baile, pido un par de copas más, y me lanzo a la pista con él detrás. No somos ningunos expertos en danza, pero me apoyo en su pecho y Emilio en mi cintura para movernos al son de la música, reírnos, y dejo que me susurre cosas hermosas al oído, rozando nuestras caras, acercándonos a cada cambio de canción.

– EMILIO: Eres preciosa, y soy muy afortunado esta noche.

-YO: No seas adulador, no te hace falta, me lo estoy pasando muy bien.

– EMILIO: Solo era sincero, me gustas mucho, y me encantaría conocerte mejor. – buena frase.

-YO: A mí también, eres un encanto y muy amable. – le dejo en bandeja la oportunidad.

-EMILIO: ¿Puedo…besarte? – la sonrisa le delataba hacía unos minutos, lo está deseando, pero ahora se queda muy cerca de mi cara tras susurrarme aquellas palabras, y noto su nariz en la mía. Poco a poco nos acercamos, siguiendo el ritmo de la canción, y pienso un instante en Luis, antes de besarnos.

Es algo tenue, y su perfecto afeitado no me atrae, pero siento sus labios húmedos y cálidos, sus manos me sujetan con una intención diferente y acabo abriendo la boca para recibir su lengua. Ha sido muy rápido, pero es a lo que venía esta noche.

No pasan ni diez minutos cuando estamos saliendo del local cogidos de la mano. Me ha pedido ir a un sitio más tranquilo, y como él está durmiendo en casa de su tío Roberto, le he dicho que mi casa estaba sola, sin pensármelo mucho. Voy algo borracha, me he tomado un par de chupitos de más, y le dejo conducir a él, que sin disimulo, acaricia mis piernas cuando puede, posa la mano en mis muslos y mueve los dedos con calma, no es algo erótico ni provocativo, pero me gusta.

Al llegar a casa, se atreve un poco más, y con ánimo de sujetarme ante mi tambaleo de tacones altos y bebida, su mano pasa de mi cintura a mi culo, donde acaba agarrándome a través de la tela del vestido y mis braguitas, con una ternura ya olvidada por mi cuerpo. No aguanta más la tensión sexual, y en el ascensor se me tira encima, le rodeo con una pierna mientras pasa sus manos por todo mi cuerpo, y su boca baja de la mía a mi cuello. Le abrazo queriendo que me haga suya allí mismo, la experiencia con mi marido me dice que si era incapaz de reprimirse hasta llegar a casa, me aseguraba una noche de sexo bestial. Pero llegamos a mi piso, me arreglo un poco avergonzada la ropa, y le meto en mi casa rezando, “Que mi hijo no esté”.

Son las tres de la mañana, me encanta entrar y no ver a nadie en su cuarto. Emilio va detrás, sabe que no debe hacer nada, ya soy suya, y le meto en mi cama a empujones y besuqueos. Es dulce, y antes de arrebatarme la ropa salvajemente, pasamos unos minutos besándonos, descubriendo que sus manos tienen predilección por mis senos, que acaban fuera del vestido, al abrir el broche del hombro, y del sujetador, que me quita con un hábil gesto con una mano. No recordaba tener unos pezones tan grandes y duros hasta que los lame, me vuelve loca, y lo usa contra mí.

Su experiencia médica debe darle algún conocimiento, ya que allí donde me toca, siento placer, y acabo tumbándome y poniéndome encima a horcajadas, notando en mis piernas su abultada entrepierna. Me saco el vestido mientras él se descamisa, y veo un pecho algo delgado y con mucho vello, me doblo para besarlo, y subir hasta su cuello. Gime de gusto al cogerme del culo, y es consciente del frote de mi prenda íntima contra su falo encerrado bajo el pantalón.

Me gira sobre la cama, me besa las piernas estiradas hacia arriba, mientras eleva mi cintura para sacarme las braguitas de un sólo gesto constante. Me tiene abierta de piernas totalmente desnuda, soy suya, y espero paciente a que se quite el resto de la ropa, con un calzoncillo a rayas muy soso, que deja ver un miembro duro de un tamaño estándar, que no me desagrada, las monstruosidades me asustan.

– EMILIO: No tengo condones, preciosa mía.

-YO: Da igual, no puedo quedarme embarazada. – murmuro triste la historia de mi primer embarazo y sus complicaciones.

Al decirlo, me siento aliviada por primera vez en mi vida, y pese a que existe cierta dosis de peligro de una ETS, es médico, y me quiero fiar, necesito sentir carne humana, no deseo más plástico.

Emilio se lanza a comerme los pechos, mientras le sujeto la cabeza para que no deje de hacerlo. Tirito cuando juega con su lengua en mis pezones, y le rodeo con ambas piernas para presionar su sexo contra mi vulva, que está encharcada. Le cuesta muy poco dirigir su miembro a mi entrada, y cogiéndome de la cadera con una mano, empieza a penetrarme. La sensación es horriblemente dulce, duele algo, pero es positivo. Va con calma y cuidado, pero en pocos instantes ya me ha perforado con toda su hombría, y mi espalda se encorva de placer. Araño las sábanas de pura congoja, y grito poseída, sacándole una sonrisa.

-YO: ¡Dios sí, joder, que bien se siente! – lo digo en serio, había olvidado esta sensación, y ahora al retomarla, me encanta.

– EMILIO: ¡Como me pones, eres espectacular, y qué cerrado lo tenías!

Me pongo algo colorada, pero le abrazo y me besa dejando que nuestras leguas se mezclen con alegría, controlando su pelvis, moviéndose elegantemente, y generando una fricción deliciosa. Acompaso sus gestos con mis piernas cruzadas tras su espalda, y empieza a aumentar el ritmo, por momentos me coge de ambos senos, y me percute ferozmente, pero es cuando me agarra de la cintura cuando lo da todo, y me eleva. Su expresión al verme bajo él, totalmente expuesta y dejándome llevar, con mis senos moviéndose libres y mi cadera haciendo fuerza para recibirle mejor, es excitante.

Me niego a ser la que era con Luis, el cuerpo me pide voltearnos, y montarlo como me gustaba hacerle a mi fallecido marido, pero no lo hago, le dejo dominarme, no busco en él nada más que un amante para esta noche, y es lo que me da, llegando a abrirme bien ante su mirada.

El sudor refleja nuestra piel, y cada golpe de pelvis me alza sobre los cielos, la humedad hace todo más fácil y me encuentro doblegada ante sus acometidas. Sabe tocarme, y acaba con un dedo frotando mi clítoris, lo que multiplica el placer y termino sintiendo un leve orgasmo que él aprovecha para dar una última velocidad en unos minutos gloriosos, en que no bajo de ese estado de placer, pero sin llegar a eclosionar del todo.

Emilio no para, y tras un espasmo tenue, se corre dentro de mí, abriéndome bien de piernas, es algo que también echaba de menos, ese calor interior y las convulsiones cortas en mi útero. Aprieto algo mis músculos vaginales para sacarle todo, y se vence sobre mí, besándome por el cuello mientras jadeamos. Le rodeo con mis brazos y acabamos acostados el uno al lado del otro.

No me siento especialmente orgullosa, ni llena de dicha, pero tengo a un hombre en mi cama al que poder abrazar, y es lo que necesitaba. Me quedo dormida sobre su pecho, pero al par de horas el ruido inconfundible de mi hijo entrando en casa me sobresalta. Veo mi cama sola, y me siento confusa, “¿Y Emilio?”. Me pongo nada más que mi camisón encima, y asomo la cabeza al pasillo.

Carlos pasa de largo, de su mano va una joven que va en peor estado de embriaguez que él, muy mona, con el pelo largo castaño en cola de caballo, camiseta oscura semi transparente enseñando un sujetador amarillo brillante debajo, y un pantalón negro de cintura baja. La joven me dedica una mirada fugaz, abochornada tal vez, pero se va tras él a su cuarto, no me hace falta que me digan a lo que van.

El susto parece que pasa, no van a salir de su cuarto y puedo sacar a mi amante discretamente…si es que le encuentro. Me giro y no veo su ropa en el suelo, donde la dejamos, solo la mía, y voy a buscarle al baño. Cuando voy a abrir la puerta, Emilio sale y casi nos chocamos de bruces. Me tranquilizo un poco y le dedico una sonrisa cómplice, le sujeto de la nuca y le beso, pero en cuanto lo hago, noto que algo no va bien, ya está vestido.

– YO: ¿Dónde estabas? – murmuro.

– EMILIO: Me he dado una ducha, espero que no te importe. – su tono ha cambiando, es dulce, pero triste.

– YO: Mi hijo ha llegado, perdona si te parece mal, tal vez….deberías irte.- no quiero parecer grosera, pero no quiero ni pensar en las explicaciones que tendría que dar si le ve Carlos.

– EMILIO: Sin problemas, de hecho, ya me marchaba…Laura, ha sido una velada increíble, y me ha gustado conocerte.

– YO: Y a mí también…no sé, si te quedas unos días más…podríamos…- me corta antes de acabar, está nervioso, poniéndose la chaqueta y buscando con la mirada la puerta de la salida.

– EMILIO: Claro…estará bien…pero estoy algo liado…y no sé cuando nos podremos ver…yo te llamo, ¿Vale? – me da un beso horrible, casi ni se molesta en saborearlo.

-YO: Bueno, vale…pero no tienes mi número – le digo mientras ya está camino del pasillo.

– EMILIO: Ah, si…no te preocupes, ya se lo pido a Roberto.

Le acompaño hasta el recibidor, en silencio y en la penumbra, es un milagro que no tiremos ninguna figurita de la mesilla donde ponemos las llaves, y le tengo que agarrar del brazo al abrirle para que se gire hacia mí. Me da un beso, algo más trabajado, y me repite que me va a llamar, pero en cuanto le veo meterse en el ascensor, sé que es la última vez que le voy a ver.

“¡Tonta, ¿Qué te pensabas?! No eres más que una cuarentona salida. ” Me digo al darme cuenta de que me han usado, o se han aprovechado de mí, pero al menos he dado un paso más en mi recuperación, en ese duro camino que es volver a vivir. No me importa demasiado que Emilio desaparezca, no era mi tipo, delgaducho, con mucho vello en el pecho y medio calvo, con aspecto algo cadavérico diría, y al final ha demostrado ser un capullo. Ha cumplido su función, quitarme tonterías de la cabeza dándome una noche de placer y calor humano, punto.

Recupero mis anillos del bolso y me los pongo en su sitio, el dedo anular de la mano. Me voy a la cocina a beber algo de agua, y al regresar paso por el salón y me quedo blanca al ver a alguien medio tumbado en el sofá. A Carlos se le empieza a escuchar con la chica en su cuarto, “¿Quién está ahí?” Me acerco sigilosa, cuando el miedo me dice que corra a encerrarme a mi cuarto, pero avanzo. En cuanto me acerco veo a Javier allí tumbado, con los ojos abiertos mirándome por encima del respaldo.

– YO: ¡Maldita sea, Javier, qué susto me has dado! – le digo en un grito en voz baja.

-JAVIER: Discúlpeme…es…es que hemos llegado ahora…y no me encuentro muy bien. – sigue siendo muy educado, tal como va, con el aliento que me dice que se han pasado con el ron, y sin apenas poder fijar la vista en mí, trata de no aparentar la “cogorza” que trae.

– YO: ¿Necesitas alguna pastilla? – le ofrezco una que me he tomado yo hace unos minutos, el alcohol ha bajado en mi sangre, pero hacía mucho que no me ponía tonta, y la cabeza me duele.

– JAVIER: Sí…si es tan amable.

Se la traigo con un poco de agua, el pobre se la toma haciendo esfuerzos enormes por mantenerse quieto sentado en el sofá, y pasado un minuto, se pone en pie. Casi se cae antes de dar un paso, y al tercero se me echa encima por sujetarse a algo. El chico debe de pesar unos 90 kilos y apenas puedo con él, me las veo negras para sentarle de nuevo, y cuando lo logro, se cae redondo sobre un cojín.

– JAVIER: Perdóneme, es que…he bebido de más, pero enseguida me voy. – me da una pena terrible verle así, y que pueda pasarle algo por la calle.

-YO: No te vas a ningún lado, tú quédate aquí y descansa, mañana ya lidiaremos con la resaca.

No hace el menor intento por responderme, acierta a quitarse los zapatos, y una chaqueta fina, antes de quedarse dormido como un tronco. Le traigo un manta y le arropo, me siento tentada de desabrocharle los pantalones y el cinturón, dormir así es malo, pero las malinterpretaciones que pueda ocasionar, son peores.

Me dirijo a mi habitación, y me doy una ducha para quitarme la sensación de sudor y fluidos de encima. Busco a tientas una prenda cómoda, pero no me quedan, así que me pongo un tanga negro de los que uso poco, y el camisón para dormir. Me cuesta hasta que pasan unos minutos, y mi hijo deja de hacer gritar a la muchacha, pienso un instante en lo que le debe de hacer, con esa sexualidad juvenil tan experta de hoy en día, o si es que Carlos la tiene bien grande. Es para distraerme, ya que en realidad, lo que estoy pensando es que Javier está en mi sofá, y me maldigo. Lo de Emilio no ha servido de mucho, o al menos, no me ha borrado a ese clon joven de mi esposo de la cabeza.

Lo primero que siento es esa mirada clavada en mí, no sé cómo, pero sabes que te están observando, y me despierto tumbada boca abajo en mi cama. Me giro y veo a Javier en mi puerta, mirándome algo cansado, parece que acaba de llegar a mi puerta a pedir algo, tal vez algún sonido me haya desvelado.

– JAVIER: Perdóneme…pero…ya es de día, y me encuentro algo mejor, sólo quería despedirme antes de irme. – agacha la cabeza enseguida.

– YO: Claro, no pasa nada…- es cuando al girarme me doy cuenta, el camisón se me ha subido al vientre, y el chico ha tenido un buen primer plano de mi trasero en tanga, todo el tiempo que estuviera allí. Disimulo al levantarme, colocándomelo con cuidado, y saliendo con él al pasillo.

– JAVIER: Le pido mil perdones por esta noche, no pretendía que esto ocurriera, es que bebí mucho, y no me supe contener. –al decirlo, me acaricia el brazo con gentileza, y su tono de voz, aunque con algo de lastima, es firme.

– YO: Todos hemos sido jóvenes, y la resaca te va a enseñar a controlarte…anda, si quieres puedes quedarte un rato en el sofá, todavía es pronto.

– JAVIER: Muchas gracias, pero no, ya he abusado de su hospitalidad, además tengo que ir a sacar a mi perro, que lleva toda la noche sin ver la calle el pobre, pero de verdad, no sé como agradecerle todo, Laura, es usted fantástica. – y de sopetón me da un abrazo que me envuelve entera, y aunque me pilla algo adormecida, me alzo para recibirlo, y sentir su cuerpo. Hasta al separarse, tiene la osadía de darme un beso en la mejilla que me encandila.

– YO: Eres un encanto.

-JAVIER: No lo soy, me he excedido….y espero no haber ahuyentado a nadie…- ahora sí, me quedo hecha una piedra, “¿Se refiere a Emilio?, ¿Le llegó a ver?”

– YO: Me parece que Carlos y su amiga no han pensado mucho en ti…- improviso al paso.

-JAVIER: De acuerdo. – una sonrisa tibia me dice que no ha colado.

Se marcha y le sigo hasta la puerta, la verdad que con algo de luz y esa ropa, una camisa a cuadros y un vaquero rojo, está para comérselo, pero sacudo la cabeza negándome esa idea, y le digo adiós con la mano.

Me vuelvo a la cama, y me levanto el camisón para ver en el espejo la imagen que se ha llevado el muchacho de mí, “Sí señor, una buena forma de empezar el día”, no recordaba que me quedaran tan bien los tangas, tengo el trasero precioso y ayuda mi tono de piel algo morena debido a los rayos uva del gimnasio. Me avergüenzo un poco, y sigo durmiendo.

Mi despertador suena un par de horas más tarde. Son las diez de la mañana y mi sábado comienza. Me doy una buena ducha, y al vestirme, por primera vez en mucho tiempo, escojo un tanga fino y me pongo las mallas grises ajustadas del gimnasio, con un top azul ceñido y una camiseta blanca por encima. Al mirarme el trasero en el armario, me reafirmo, con esta cinturita y este trasero, voy espectacular.

Voy a la cocina con mi bolsa de deporte preparada, y empiezo a desayunar. Media hora más tarde sale la joven del cuarto de mi hijo, trata de pasar desapercibida pero la llamo, y tengo una conversación de chicas, mezclada con madre preocupada. Me alegra saber que han usado protección, “Ya ha hecho más que yo” me juzgo, y que la chica es algo más avispada de las habituales, pero ha caído en las garras de Carlos, como muchas antes. Me ofrezco a llevarla a algún lado mientras mi primogénito sigue durmiendo a pierna suelta. Ambas nos vamos hasta una parada de metro cercana, y nos despedimos.

Voy al gimnasio con ánimos renovados, quien diría que una noche como la pasada, carga las pilas. Me paso una hora corriendo en la cinta, y luego otra en clases de aeróbic musical. Debo estar radiante, hasta el morenazo que da la clase me dedica unas miradas cuando pongo el culo en pompa, y me siento renacer a cada comentario de mis compañeras, diciendo que se me ve llena de luz, y que estoy resplandeciente. Paso media hora en la sauna, y luego otra en el pequeño spa, la mezcla de aguas y masajes me hace abrirme como una flor, y cuando me ducho, me pongo un culotte negro bajo una falda blanca y un polo azul claro.

Regreso a casa justo a la hora de comer. Carlos se acaba de levantar, y apenas lleva un calzoncillo y una camiseta de tirantes. Comemos algo que he traído de camino, trato de hablar con él de la chica o de la borrachera, pero no me hace caso, y pasamos la tarde paseando por un parque cercano. Me cuesta mucho hacerle que me acompañe, puesto que quería descansar, ya que hoy vuelve a salir. Tomamos un helado, y consigo que me hable un poco, pero se acercan las ocho de la tarde y su móvil empieza a sonar.

Casi corremos a casa, y se mete en su cuarto, pone la música a todo trapo, y empieza su ritual de ducha y vestirse, hablando por teléfono, riéndose y diciendo burradas. Me espera otra noche de sábado tirada en casa, viendo la televisión, cuando suena el telefonillo. Voy a abrir, y escucho la voz de Javier.

-JAVIER: Sí, vengo a buscar a Carlos, ¿Baja ya? – miro de reojo, la música sigue a todo trapo.

– YO: Va a tardar un rato…si quieres, sube, y le esperas conmigo. – otra oportunidad de jugar con él se me presenta, ya que lo de esta mañana ha sido muy fugaz.

– JAVIER: Sería un placer.

Le abro y espero en la puerta emocionada por su llegada. Me gusta verle subir por las escaleras, es un segundo y tampoco es tanto esfuerzo, pero al llegar le da un aire alegre que me llama mucho la atención. Según me ve, me da un abrazo tierno, y me besa la mejilla otra vez, me vuelve loca que haga eso, y le aprieto contra mí un poco para que dure más. No es el hecho en sí, es que es la tercera o cuarta vez que nos vemos, y ya me trata como a su mejor amiga.

– JAVIER: Buenas tardes Laura, la veo genial.

– YO: Gracias, Javier, y tú estás bastante mejor que esta mañana…- un primer comentario para que se acuerde de mi trasero en tanga.

– JAVIER: Ah, discúlpeme de nuevo, de verdad que no quería…- me río en su cara, y le sujeto del brazo un segundo.

-YO: Estaba bromeando, no te preocupes por nada. – le hago pasar y me siento en el sofá.

Él me sigue, pero me da tiempo a verle al completo. Va peinado perfectamente, el pelo con sus dos dedos de largo bien engominados a un lado, barba de tres días cuidada, nariz algo torcida, camisa amarilla que le queda muy justa en el pecho y los brazos, con unos vaqueros azules muy ceñidos y el cinturón de cuero marrón de ayer, junto a zapatos de vestir. Nada más sentarse a mi lado, me llega el impacto de su abundante colonia, es mucho más fuerte y potente que la de mi hijo, y hasta que la de Emilio, parece que se haya echado medio bote de perfume encima.

-YO: Bueno, ¿Y qué tal ayer? – rompo el hielo, tomando un postura algo más informal.

-JAVIER: Puf, mejor no pregunte, Carlos al final se llevó a una chica, estaba muy pesado con ella, y me tuvo entretenido a sus amigas a base de copas, y al final…

– YO: Ya he visto a la chica esta mañana, parece un cielo de niña.

-JAVIER: Y lo es, a Carlos se le antojó, y bueno…ya le conocemos. – me hace sonreír al hablar de él así.

-YO: Lo dices como con pena.

-JAVIER: Bueno, no es que quiera faltarle a su hijo, pero esa chica vale bastante más que para un polvo de una noche.

– YO: Ojalá la llame más adelante.

-JAVIER: No creo, ya he hablado con Carlos, me ha dicho que hoy vienen unas amigas de la universidad, y que una de ellas está loca por él.

– YO: Vaya con el galán…

– JAVIER: ¿Sabe usted, como mujer preciosa que es, podría contestarme a una pregunta? – abro la boca algo ofendida, pero en realidad me ha gustado que lo diga de pasada.

– YO: Claro, aunque ya no soy tan preciosa…- se la dejo botando.

– JAVIER: Claro que lo es, pero el tema es que no entiendo que las mujeres se vayan con tipos como Carlos, cuando hay tipos más atentos y buenos, que las tratan bien…

– YO: ¿Cómo tú…? – abre la boca, pero se calla, viéndose pillado. Sonrío– La verdad es que somos algo raras, tenemos que apreciar algo es esa persona que nos guste, y luego que nos haga sentir cosas.

– JAVIER: Pues su hijo tiene un don, yo no logro encandilarlas así.

– YO: Bueno, es que las chicas que se acuestan con uno en la primara cita, no son muy de tu estilo.

– JAVIER: ¿Mi estilo? No sé cuál es.

– YO: Pues eso, un buen chico, educado, respetuoso y un caballero, a ti te van más chicas que piensan antes que actuar, algo más traviesas y juguetonas que una que se vende al primero que pasa.

– JAVIER: Tal vez tenga razón, y deba fijarme en otro tipo de mujer, no sé, más adulta e interesante. – me dedica una mirada muy perspicaz, le sonrío de forma dulce, y le acaricio el muslo con ternura.

-YO: Claro que sí, tú hazme caso.

El juego me atrae, pero Carlos sale de su cuarto, gritando que donde están sus pantalones favoritos. Javier se pone en pie, y me acompaña hasta la colada, donde los tengo planchados, me los coge de las manos y se lo lleva a su cuarto. Pasan una media hora allí, antes de salir los dos, hechos unos pinceles, “Hoy me encuentro a otra saliendo de mi casa.”, me digo a mí misma.

– CALROS: Mamá, nos vamos.

– YO: Pasarlo bien, pero no bebáis demasiado, que si no…- Javier me asiente con guasa.

-JAVIER: No prometo nada…Un placer verla de nuevo. – ahora soy yo la que se acerca y le da el abrazo, me besa en la mejilla, y con algo de sorna, le palmeo la espalda para darle ánimos.

-YO: A por ellas, tigre.

– CARLOS: Vamos, tío, que van a llegar pronto.

– JAVIER: Quizá debiera acompañarnos de fiesta, así me da consejos…- le miró pensando que bromea, pero no hay atisbo de risas.

-YO: ¿A dónde?, ¿A bailar a una discoteca hasta las tantas? No, Javier, que apuro, con lo vieja que soy para esas cosas…además no voy nada arreglada y tenéis prisa. – me ha dejado tan estupefacta la invitación, que me veo fuera de sitio.

– JAVIER: Va guapa así tal cual, Laura, no se libra, vengase, me vendrá muy bien para dar celos a más de una con tenerla a mi lado, ¿Se viene conmigo a pasarlo bien?

-YO: No seas bobo, ¿Cómo voy a ir yo hoy?

– JAVIER: Pues si no viene, yo no vengo a comer aquí. – se cruza de brazos, cabezota. Casi ni me acordaba que le había invitado a comer, y ante su sonrisa, no puedo negarme.

-YO: Vale, pero hoy no, otro día. – concedo ante su insistencia.

– JAVIER: Genial – me rodea con los brazos por toda la cintura, cosa bastante fácil con sus grandes brazos y mi talla, y me alza medio metro sin dificultad.- Es la mejor, Laura – me baja unos segundos más tarde, casi me ahogo de la risa, pero me vuelve a besar la mejilla, y se va dando saltos alegres.

Este chico tiene algo que me encanta, hace media hora que se han ido y todavía estoy riéndome, pensando en su fuerza elevándome como si nada, en mis senos rozando su cara, en sus manos cerca de mi trasero. Ahora encima un día de estos me sacará de mi apatía, llevándome a discotecas llenas de jóvenes, seguro que solo para exhibirme, y es una idea que no me desgarrada para nada. Ceno pensando en lo estúpido que puede ser verme salir por ahí con mi hijo y sus amigos.

Carmen me llama, y le cuento por encima algo de lo ocurrido con Emilio, me dice que se ha marchado esta tarde, que tenía que operar a alguien, confirmándome que he sido su distracción. Charlamos un rato más, pero de vanidades, y cuando la cuelgo, me quedo traspuesta en el salón.

Me despierto sobre las tres de la mañana, apago la tele tienda y me voy a mi cuarto. Al ver mi cama me da asco, no que no esté Luis, sino que no hay nadie, y me desnudo al son de una música triste y melancólica. Me dejo el culotte y me pongo el camisón. Me quedo dormida enseguida, pero tras unas cuantas horas, escucho la puerta de la casa. Me levanto de un salto y me asomo al pasillo. Me asusto como solo puede una madre cuando veo a mi hijo ido, anadeando a duras penas colgado del brazo de su amigo.

– YO: ¿Pero qué ha pasado? – digo alarmada al salir despedida y coger de la cara a Carlos, que apesta a acetona.

– CARLOS: Nada…mamá, déjame…voy bien….es el puto imbécil del bar, que me ha puesto garrafón…- miro a Javier, casi acusándole.

-JAVIER: No digas tonterías… te has tomado cuatro copas seguidas por impresionar a una chica… y te ha dado el bajón.- le alza con algo de molestia por el peso, y me mira.- No se preocupe, ya ha vomitado la mayor parte de lo que ha bebido, ahora solo queda acostarlo, y que se le pase la castaña. – pese a ir palpablemente más sereno, también está borracho.

– YO: Por dios, que sustos me das Carlos…- mi tono es ese agudo que hiere, que se mete en el tímpano.

– CARLOS: Joder, mamá, que ya no soy un crío.

-YO: Pues deja de comportarte como tal – le fulmino con una mirada seca, pero Carlos no está, sus ojos miran a su cuarto. – Anda, mételo y ayúdame a desnudarlo antes de que se duerma.

Javier no dice nada en lo que tardamos en desvestirlo, obedece cual cómplice de la tragedia, tratando de que no se le note a él su propia ebriedad. Carlos se hace una bola al instante, y le doy un beso tierno de madre, ya tendré tiempo de gritarle mañana.

Le dejamos acostado y salimos del cuarto, donde Javier se muestra mucho más entero, supongo que su corpachón le ha valido para no caer redondo como mi hijo, pero está muy afectado, se le huele el alcohol del aliento, y se tambalea, mirándome de reojo cual colegial.

– YO: ¿Y tú estás bien, o también tengo que arroparte? – le digo, aún furiosa.

-JAVIER: No…aunque no me molestaría en absoluto. – aprieta los labios como queriendo haberse callado eso.

-YO: De verdad, esta juventud… -me hago la ofendida – puedes quedarte en el sofá como ayer, hasta que estés mejor.

-JAVIER: Gracias… de nuevo… Carlos….Carlos no sabe la suerte que tiene de tenerla a usted de madre.

-YO: Eso es verdad.

-JAVIER: Es muy maja…me trata muy bien, y yo aquí borracho como un idiota, preguntándola por chicas, con lo guapa que eres. – se ríe entre dientes, arrastra las erres y no vocaliza del todo. Decido no tomárselo en serio.

-YO: Vas tú bueno también…Anda, ve al salón, ya te llevo una sábana.

Voy a por la manta, y al volver me encuentro la camisa de Javier en el reposabrazos, perfectamente doblada, y al propio muchacho boca arriba, con el pecho al aire, fornido y con algo de vello, pero muy poco. También observo unos calzoncillos negros, tipo slip, marcando un paquete sobresaliendo por los vaqueros abiertos con la cremallera bajada. Me quedo paralizada, cuando Javier se alza y coge de mis manos las sábanas, me da unas gracias algo eructadas, y se medio tapa.

– YO: Descansa.

-JAVIER: ¿Y mi besito de buenas noches? A Carlos se lo has dado. – me río asombrada, su tono es lastimero a más no poder.

-YO: ¿En serio me pides un beso de bebé?

– JAVIER: Era broma, no se atrevería….- me pica en el orgullo, sé lo que intenta, pero caigo igualmente.

-YO: Anda que no, ven aquí, niño de mamá… – se gira para poner la mejilla, y como perra vieja que soy, le sujeto la cara para darle un cálido beso, evitando giros de cara sorpresivos. – Buenas noches.

– JAVIER: Ahora seguro que lo son… – me saca una carcajada.-…pero podrían ser mejores. – se lanza y me sujeta de la cintura, haciéndome caer lentamente sobre él. Parece algo erótico, pero es cómico, torpe y muy hosco.

-YO: ¡Por dios, Javier, suéltame! – le digo entre risas, la sensación de sus brazos enroscándose por mi cadera, pegándome a él, me encandila, y me dejo sobar un poco, aunque tampoco es que me meta mano, pero el camisón es muy corto. Noto la fricción de mis piernas desnudas en sus vaqueros, el coulotte enganchándose con la hebilla de su cinturón, y mis senos aprisionados bajo el satén, cerca de su cara.

– JAVIER: Quédese a dormir conmigo, se lo ruego. – mis pocos kilos no le cuestan nada para acomodarme en el sofá, usándome de oso de peluche.

-YO: Para, déjame, soy la madre de Carlos, tú estás borracho, y no me apetece. – me sorprendo no dándole un bofetón y sacándolo a patadas de mi casa, pero es que me encanta sentir esa fuerza cariñosa.

Me tiene tumbada entre él y el respaldo del sofá, cara con cara, con su rostro encajado en mi pecho, se las ha apañado para usar uno de mis brazos de almohada, y rodeo su cabeza con mis bracitos diminutos en comparativa con él, con mis piernas estiradas entrelazadas con las suyas, notando algo de presión en mi cintura, aplastando uno de sus antebrazos.

Podría hacerme lo que quisiera, sus manos recorren mi espalda con un rítmico sube y baja, y con tanto arrebujarse, creo que noto su paquete en mis muslos, pero en cambio no se aprovecha de mi aparente docilidad, y parece que se va a quedar dormido.

– JAVIER: Hueles a rosas…- masculla una última vez, inhalando de mi cuello.

No me lo creo, ha caído rendido. Estoy como un peluche, no me puedo casi mover sin pasar por encima de él, y la verdad, es que no me importaría pasar así la noche, mi cama está vacía y muy fría. Hago un esfuerzo titánico por no echarnos la manta por encima y dejarme llevar en sus brazos, que es lo que deseo. Me quedo un buen rato mirándole dormir, acariciado su pelo, hasta que siento menos presión en sus manos, y me puedo zafar de su cálido encierro. Le tapo con ternura, y me llevo las manos a la cara, algo abochornada, ¡¿Pero qué demonios?! , me ha hecho sentir genial esa bobada. Me voy a mi cama con algo de pena, aunque sueño con Javier, y sus abrazos.

Al sonar el despertador me levanto a mirar el panorama. Pese a un primer intento de ir al salón, mi instinto maternal me lleva con Carlos, que está tal cual le dejamos. Al entrar algo de luz al abrir, se queja como un vampiro, y al preguntar como está, se echa la sábana por encima, gruñendo.

Ahora sí, voy al salón, y me borra la sonrisa no ver a Javier, ni su ropa, ni la manta. “¿Se habrá ido a casa?” Voy a la cocina, y me lo encuentro allí sentado, desayunando, con la ropa puesta y la manta doblada en una silla. En la mesa se ve una bolsa de bollos de la panadería de abajo, y un zumo abierto.

– JAVIER: Buenos días, Laura…he traído el desayuno, espero no haberme propasado al coger sus llaves de la entrada.

– YO: Ah…no, tranquilo, no debías haberte molestado.

– JAVIER: Algo me dice que sí, ayer… ¿Como está Carlos?

– YO: Se queja de la luz, así que está vivo… ¿Y tú?

– JAVIER: Yo…debe pensar que soy un idiota, dos noches seguidas llegando a su casa borracho…y anoche no me acuerdo de mucho. – eso casi me da pena.

– YO: Bueno, no hiciste nada malo que yo sepa.

-JAVIER: Menos mal, cuando me pongo así, entro en un estado meloso que…me pongo pesado.

-YO: En realidad…al acostarte en el sofá, me pediste un beso de buenas noches.- al decirlo, se le abren los ojos como platos.

-JAVIER: ¡No me diga eso! Pufff, qué vergüenza…- se está poniendo rojo, y eso me dice que no es mentira, no se acuerda de eso, ni del momento “oso de peluche” conmigo.

-YO: Para ser algo que hace un borracho, no es tan malo.

– JAVIER: Mil perdones, no sé cómo decirlo ya… quizá, quizá no debería volver a subir a su casa. – la cara de alarma que pongo se me debe notar rápido.

-YO: No digas estupideces, prefiero que vengas de vez en cuando, así controlas al loco de mi hijo.

– JAVIER: ¿De verdad no le molesta?

– YO: Ni mucho menos…dame unos de esos bollos, que estoy famélica.

Me paso un rato desayunando sentada frente a él, contándome lo que recordaba de esa noche. Conoció a una chica, quiso hablar con ella, pero Carlos se la pidió, luego él bebió mucho, y luego nada, hasta levantarse en el sofá. Yo le cuento, “sin detalles”, lo que ocurrió en casa, y luego mira la hora asustado.

-JAVIER: Es tarde, tengo que ir a casa, mi pobre perro…

-YO: Si me das unos minutos, me ducho y te llevo a casa, antes de ir al gimnasio.

-JAVIER: No, Laura, eso sería demasiado…

-YO: Que no es molestia, Javier, recoge un poco el desayuno, si me haces el favor, y yo voy al baño.- asiente gentil.

Me pego una ducha fugaz, y tiento a la suerte con otro tanga, de hilo diminuto, unos leggins negros y un top blanco. Al salir, Javier aparta la mirada ruborizado, me gusta que pueda generarle esa sensación. Bajamos al coche y me indica su casa, algo lejos. Al llegar se baja, y como he aparcado bien, me bajo con él, la verdad es que quiero el abrazo y el beso en la mejilla, a los que me está acostumbrando.

-JAVIER: Es usted mi ángel particular.

-YO: Bobo, anda, sube a casa, y ya nos veremos.

-JAVIER: Por descontado, me debe una noche de bailes…

-YO: Y tú una comida en mi casa. – el juego con este chico no parece acabar.

Paso los brazos ansiosa por encima de sus hombros, cogiendo de su nuca, y Javier me rodea con los suyos por la cintura, esta vez el abrazo es más largo, y me alza un poco, lo justo para ponerme de puntillas. Su beso es tan lento como el resto de la despedida, y hasta nuestras narices se rozan al separarse. Al verle alejarse, me permito mirarle el culo, esos vaqueros le hacen una maravilla de trasero.

Algo sofocada, voy al gimnasio, y descargo adrenalina un buen rato. Permito a algún joven en la zona de la maquinas que me coma con los ojos, sobre todo cuando me agacho y expongo mi trasero, me siento generosa. Al volver a casa como sola, y Carlos tarda un par de horas en volver en sí. Come mientras le recrimino su actitud, a estas alturas me hace poco caso, y si tengo suerte, solo asiente fingiendo comprenderme, si no la tengo, termina gritándome.

Se va a su cuarto y se encierra, yo me doy una buena ducha refrescante y me quedo con unas braguitas limpias rojas y el camisón azul de satén. Paso gran parte de la tarde limpiando o haciendo cosas de casa, me aseguro de pasar la aspiradora bien fuerte cerca del cuarto de Carlos, y le escucho quejarse, el dolor de cabeza le debe estar matando. Sonrío por ello.

Cenamos juntos, y tras una película que me gusta, me voy a la cama. Es casi la primera noche que según me acuesto, caigo rendida, y no es cansancio físico, es emocional. He vivido mucho en poco tiempo, al menos, mucho más de lo que estoy acostumbrada.

Continuará…
PARA CONTACTAR CON EL AUTOR:

poesiaerestu@outlook.es

Relato erótico: “Reencarnacion 3” (POR SAULILLO77)

$
0
0

Me levanto el lunes renacida. Me siento plena y llena de vida, lo noto, no es algo que me pase a menudo. Me doy una ducha larga, y me visto para ir a trabajar, me pongo un traje de falda de tubo, muy formal, la diferencia es que rescato varios tangas del fondo del armario, y me pongo uno de ellos. Llevo al fantasma de Carlos a la universidad, hoy aprenderá poco, va con gafas de sol y la resaca aún le dura, aparte de que será duro, con todos comentando su borrachera del sábado. “Espero que así aprendas”, le digo, pero no me dirige la palabra, seguro que le duele hasta al hablar.

Al dejarle, voy a mi trabajo, y nada más entrar me espera unas cuantas horas de tarea atrasada de mi compañera. Normalmente lo haría sin rechistar, pero hoy le dedico un minuto de reproches para que mejore, y no me deje todos los problemas a mí.

Acabo mis labores un rato antes de mi turno, y me quedo charlando con el director de la sucursal, David, un hombre de mi edad, alto y al que le sobran algunos kilos, pero con una planta de emprendedor confiado, con trajes caros a medida, moreno, guapo y de gestos firmes, que siempre me gustó. Se dice que pese a tener a una mujer preciosa en casa, algunas de la oficina han caído a sus pies en convenciones o retiros empresariales. Quiere que mañana le ayude con una reunión importante, me lo pide a menudo, tiene a becarios mejor preparados que yo, pero una mujer preciosa distrae a quien tenga delante, y él sabe aprovecharlo.

No me molesto en llamar, y voy directamente a recoger a mi hijo a la universidad. Al llegar, le veo arrastrarse, y saludar de pasada a sus amigos, donde Javier le sigue con la mirada hasta que me ve, y saluda con la mano de forma amable. Le devuelvo el saludo con una sonrisa, pero estoy triste, hoy no parece venir con nosotros. Nos vamos a casa, y mientras él se va a su cuarto, yo me cambio y preparo la comida.

No me extraña comer sola, Carlos debe de estar durmiendo, pero dejo su plato en la mesa, ya saldrá cuando tenga hambre. Creo que el día va a ser rutinario, de vuelta a mi triste y repetitiva vida, tampoco me viene mal, puedo pensar tranquila y tomar control de las cosas. No me equivoco, mi hijo sale a comer, se encierra de nuevo, y sólo la llamada de Carmen a última hora de la tarde me hace salir de casa a tomar algo fresco con ella en una terraza. Me pongo un vestido suave amarillo, y casi ni me arreglo, como siempre va ella, y esta vez tampoco fallo, al llegar a la cita la veo sin maquillar y un vestido largo negro.

Charlo con ella sobre lo pasado con Emilio, casi ni le recordaba. Se disculpa, y ya me quiere presentar a otro hombre que conoció en Valencia en las vacaciones, un mulato llamado Joel, que se ha mudado a vivir a Madrid, pero visto el resultado del último intento, rechazo educadamente su oferta, “No sabes lo que te pierdes”, me dice, pero estoy segura de que no será muy distinto a lo habitual, un cerdo que no quiere de mí nada, salvo follarme.

Hablamos de tonterías, y me vuelvo a casa para la cena. Logro que mi hijo salga de su habitación y hablo con él un poco, parece más manso que otras veces. Cuando se va a su cuarto, me quedo en el sofá, y me resigno a pasar una noche más sola. Me pongo el camisón y de nuevo a dormir, me cuesta un poco, tengo muchas cosas en la cabeza, pero al final, caigo rendida.

Por la mañana me noto menos llena de alegría que ayer, pero me ducho y me pongo un tanga que apenas es visible, me deleito con mi figura en el espejo, y me busco el traje de oficina, el que le gusta a mi jefe que lleve a las reuniones. Es blanco nuclear, debo llevar mi sujetador más pequeño y apenas un top fino debajo, con la chaqueta cerrada a duras penas para hacerme un escote de infarto, así como una minifalda a medio muslo. Lo corono todo con zapatos de tacón a juego y con unas medias de tono caramelo. Estoy para comerme, me hago un elegante peinado con caída a un lado, y un maquillaje centrado en mis ojos y mis labios.

Hasta Carlos me suelta un piropo al verme en el desayuno, y le llevo a la universidad notando su lasciva mirada en mis piernas, le pasa a veces cuando voy tan arreglada, pero no le doy importancia, son las hormonas. Le dejo y me voy al trabajo, nada más llegar algunos me silban, y el chico de la recepción de abajo, muy barriobajero, me suelta una grosería que paso por alto, ya que llego tarde. Me dedico a preparar la reunión, y adelantar algunos mails, pero estoy atenta, y a un gesto desde la puerta de mi director, David, cojo la carpeta con todos los documentos, y respiro profundo para entrar en el papel.

Antes de pasar a la sala, me explica el orden de los archivos, y me mira de reojo el escote, no suele hacerlo, así que hoy debo de ir increíble. Al entrar, veo a tres hombres trajeados y con pinta de ingleses, saludan en su idioma, y no tardan en querer presentarse a mí. Les dedico sonrisas amables y alguna frase suelta que me sé, pero al final se sientan frente a mi jefe, y otro de sus socios. Yo me acomodo detrás, cerca de la pared, y a un lado, para que me puedan ver bien. Tomo postura de pie, exhibiendo las piernas notando sus ojos pegados a mí, y comienzan a discutir. Me van pidiendo papeles, los tengo ordenados, y pese a no saber muy bien de qué va todo, cumplo mi parte. Entre tanto, me atuso el pelo, cambio de postura, me quito un pelo travieso de la chaqueta, cosas que una va aprendiendo para distraer a los varones.

Al acabar la reunión, y ver los apretones de manos, espero que haya funcionado, no soy la parte más vital de la empresa, pero me gusta pensar que me necesitan. Los ingleses se me acercan y me hablan, no les entiendo la mayoría de las cosas, me vale con reír y estrechar manos. David me felicita al salir, pero no cree que el contrato se firme, y me dice que sin ellos, tendrán que echar a alguno de la oficina para reducir gastos, cosa que me pone muy triste. Me agradece el esfuerzo, y me da un abrazo, pero a mí me sienta de pena, me recuerda los abrazos de Javier, a estar en el sofá con él, y me vuelvo a mi escritorio algo asqueada.

Termina mi turno y mi hijo me llama, toca ir a recogerle, preveo otro día idéntico al de ayer, no estoy de ánimos, pero no me queda otra. Al salir del trabajo un clavo saliente de una mesa se me engancha y me rompe la media por la rodilla. Voy a la universidad maldiciendo por cómo se me ha torcido la mañana, encima llego de mal humor, un idiota se me ha cruzado en una rotonda y casi me choco con él.

Me estoy agobiando, y la idea de que Carlos me suelte alguna de sus contestaciones me desalienta. Llego, aparco, y le veo charlando con un grupo de chicas, “Poco le ha durado el escarmiento”, me digo. Algo me pide gritar, o romper lo que pille a mano, y antes de hacerlo, salgo del coche saturada, a ver cuándo demonios viene mi hijo para poder ir a casa, paseándome aguantando las miradas e insinuaciones de algún joven salido, no me acordaba de cómo voy vestida. Noto una mano en mi hombro y me preparo para explotar contra el imbécil que se ha atrevido a tocarme, pero me encuentro a Javier ante mí, que se queda perplejo ante mi rostro enfurecido.

-JAVIER: Uy, que mala cara… ¿Estás bien, Laura? – relincho como una yegua.

– YO: Nada, que hay días que es mejor no levantarse, gracias por preguntar, Javier.

– JAVIER: A mí me lo va a decir, me pasé ayer toda la tarde en el veterinario, mi perro se ha comido parte de un trabajo, y como es tan mala excusa, no me dejan volver a presentarlo.

– YO: Pobre, ¿Y el animal está bien?

– JAVIER: Sí, lo ha echado todo, además, el trabajo ya era una mierda antes de que se lo zampara…- me arranca una carcajada enorme, y sé que ha sido un bromilla para animarme, pero no puedo dejar de reírme.

– YO: De verdad, que cosas tienes…- a un gesto de tocarle el brazo, su atrevimiento le lleva a darme mi abrazo y mi beso en la mejilla, y hoy me rindo ante él, dejo que me apriete contra su pecho cuanto quiera, lo necesito, y creo que lo sabe.

-JAVIER: Al menos ha merecido la pena para sacarle una sonrisa.

– YO: Muchas gracias, eres un cielo. – pienso en alejarme de él, pero me siento muy cómoda entre sus brazos.

– JAVIER: Carlos ya viene, no deje que la desanime de nuevo ¿Vale? – me vuelve a besar la mejilla, y le miro entusiasmada.

– YO: Haré lo que pueda. – por fin me suelta.

-CARLOS: Tío, me voy ya, ¿Te vienes a casa a comer? – Casi respondo yo por él con un “Sí”.

-JAVIER: No, tengo que estudiar para mejorar la nota gracias a mi chucho, pero mañana tengo libre para comer…- me lo dice mirándome a mí.

-YO: Pues vente a casa, me lo debes del otro día. – Javier sonríe cómplice.

-CARLOS: Claro tío, y así echamos la tarde en casa, que estoy hasta la polla de estudiar. – le miro pensando que lo único que no hace encerrado en su cuarto, es estudiar.

-JAVIER: Así sea pues, ¿Llevo algo o…?

– YO: Nada, ya me ocupo yo de todo. – paso mi mano por su antebrazo, y hasta que no noto sus dedos soltar los míos no me giro para meterme en el coche. Sabiendo que me mira, hago un escorzo para mostrarle mi trasero.

– CARLOS: Mañana nos vemos, tío.

–JAVIER: Vale, y lo mismo le digo Laura, muchas gracias.

-YO: Nada Javier, un beso.

Arranco el coche, y de golpe todos mis males se han desvanecido. Me cambio al llegar a mi casa, pensando en lo impactante que debía de estar para Javier, y pese a ello, ha jugado bien sus cartas. Mi camisón parece oler aún a su aroma del sábado cuando me lo pongo.

Como con Carlos y le pregunto por los gustos de Javier en la comida, pero no me dice nada concreto, y se va a su cuarto. Yo me echo en el sofá y me quedo dormida, pensando en que hace no mucho estaba allí mismo, rodeada por sus fuertes brazos, y al despertarme, noto la humedad entre mis muslos. “Ya estamos otra vez”.

Me doy una ducha de agua fría, y me pongo un short corto elástico y una camiseta vieja, tengo las dos prendas que he llevado esos días en casa lavándose, y pienso en lo que llevaré puesto durante la comida mañana con él. El camisón amarillo ya estará listo, pero no quiero ir como voy siempre, de andar por casa medio desnuda, y tampoco quiero ir muy recatada. La diversión con Javier me da horas de rompecabezas como estos.

A la cena Carlos me dice que con una ensalada bastará, y que deje de preguntar. Le digo que solo quiero ser buena anfitriona, una mentira a medias, quiero que Javier se sienta cómodo. Me quedo en el sofá un buen rato, y algo tarde, me voy a la cama.

No puedo dejar de darle vueltas a la cabeza sobre ese joven, ya no es que tenga cierto parecido a mi difunto marido Luis, es que su forma de ser es muy similar. Javier es más atrevido, sin duda, pero tiene esos detalles bobos, los abrazos o traer el desayuno el domingo, que adoro de él.

Tenía que pasar, y saco el consolador de la mesilla, al tirar del short noto como se despega de mi pubis, estoy mojada y no tardo en empezar a masturbarme frenéticamente. Mis dedos frotan el clítoris a un ritmo alto, y paso el consolador por toda mi entrada vaginal, deseando que alguien me penetre, y pienso en el instante en que Javier estaba rodeándome con sus manos en el sofá, y me imagino que le besé, que me comía la boca y me abría de piernas encima suya, que me lamía los senos y me acaba introduciendo su miembro de una estocada firme y cariñosa, como es él. Me vuelvo loca metiendo el consolador en mí, tratando de pellizcarme los pezones por encima de la camiseta, y exploto en un orgasmo tan fuerte, que se me escapan alaridos de placer. Ni si quiera Emilio logró ponerme así. Respiro agitada, y cuando me voy al baño a asearme, me doy cuenta de que no he pensado en Luis en ningún momento, lo que me hace sentir mal un rato, antes de dormirme.

Me despierto tan ilusionada como una cría en Navidad, me doy una buena ducha, y me pongo un traje bastante normalito, hasta uso unas braguitas nada sensuales. Voy a trabajar con una sensación parecida a la de estar en la última hora de clase antes de las vacaciones. Una llamada de Carlos diciendo que no hace falta que vaya a buscarle, me deja sin aliento, temiendo que se anule el plan, pero me tranquiliza oírle decir que “irán a comer a casa”, por su cuenta. Cuando da la hora, salgo disparada, no sé de cuánto tiempo dispongo.

Corro a casa, y me pego otra buena ducha, con cremas y aceites que dejan mi piel brillante y apetitosa. Luego me quedo ante el armario, con una toalla anuda alrededor del cuerpo, mirando mi viejo camisón amarillo colgado de una percha, pero algo me pide a gritos un cambio.

Me pongo un tanga granate sensual de encaje, y un sujetador a juego, guardados en una caja y usados una única vez, en el aniversario de los ocho años de casados con Luis, hasta el sostén me queda pequeño de copa, pero me hace un busto espectacular. Rebusco una camisa ceñida blanca y de tela reflectante, y hasta encuentro unos vaqueros de la tala 36, de la época de antes de casarme. Lucho muchos minutos con ellos, tirada en la cama tratando de ponérmelos, y con un esfuerzo final, metiendo tripa, cierran.

Al ponerme en pie casi no puedo respirar, pero me giro ante el espejo, y me veo increíble, no me sentía tan sexy desde…la verdad es que ni me acuerdo. La camisa me queda algo justa en el pecho, haciendo que enseñe el ombligo y los riñones, con los senos sobresaliendo al no poder cerrar el botón del escote, dejando a la vista mis pechos apretados, y si me descuido al moverme, el aro del wonderbra. A su vez, despeja la vista para los vaqueros, son minúsculos pero me quedan de escándalo levantándome el trasero, me aprietan las piernas, los muslos están aprisionados y el tiro queda tan bajo que la cintura está casi a la altura de la goma de la prenda íntima. Hasta me doy una palmadita en el culo, y me acaricio los glúteos, notando la tensión de la tela sobre mi piel. “Un gesto brusco y estallan”. De colofón, me busco unos taconazos altos azules del trabajo, me maquillo ligeramente para destacar mis ojazos, me peino con unas horquillas sujetando el flequillo, despejando la zona frontal y dejando caer mi pelo por la espalda hasta mi cadera.

Hago una ensalada bastante suculenta, y me lamento ya que no voy a comer mucha, si lo hago, reviento el botón del vaquero. Hasta pruebo a sentarme y levantarme de una silla, para encontrar la forma de no quedar ridícula al casi no poder moverme. Se acerca la hora y me veo en el reflejo de la televisión apagada, “Mírate, pareces una guarra”, me digo, frotando nerviosa los anillos de casados en mi dedo. Pero en cuanto escucho la puerta, me pongo en pie, apoyo una mano en mi “cinturita”, y trato de parecer guapa. La realidad es que estoy ilusionada.

Al ver pasar a Carlos sin mirarme, me calmo, a lo mejor ha venido solo, pero escucho la puerta cerrarse y cojo postura de nuevo. Es cuando le veo aparecer, entra por el pasillo al salón, y se queda petrificado, mirándome, quiere disimular, pero le he dejado pasmado.

-YO: Ho…hola, Javier. – trago saliva al recordar su parecido a mi esposo, y me repito que es sólo un juego, tomando algo el control.

– JAVIER: Hola, señora…Laura…disculpa. – agacha la cabeza algo confuso, pero se alegra al ver que me acerco, y busco el protocolario abrazo con beso.

Mi mano se mueve sola hasta uno de sus hombros, pese a que con los tacones ya no me saca tanta diferencia de altura, debo elevarme sobre él para que mis labios se posen con cuidado sobre su cara. Instintivamente él se agacha, y su mano amaga sujetarme del costado, pero enseguida la retira.

– YO: Hoy sí te quedas a comer, ¿Verdad? – trato de que no se me noten las ganas de escucharle un “Sí”, cuando me retiro un palmo de su cuerpo, y me lo como con los ojos. Va con unos pantalones negros de vestir y una camisa, blanca a cuadros rojos, por fuera, remangada y muy varonil.

– JAVIER: Hoy sí, y será un honor.

– YO: Perfecto, si quieres ve con Carlos mientras voy preparando la mesa. – le froto un costado, estoy tan feliz que no sé el motivo.

No tengo la menor duda al darme la vuelta y caminar, sus ojos están clavados en mi trasero, es imposible que estén mirando otra cosa, el bamboleo bajo vaqueros apretados debe ser hipnótico, ya que muevo la cadera obscenamente. Si esto fuera tenis acabaría de ganarle un punto con un ACE.

Una vez en la cocina respiro un poco, y me giro para coger la bebida de la nevera, al cerrarla me encuentro a Javier de frente, y del susto se me cae la botella del agua, pero de un ágil gesto logra atraparla antes de que caiga. Me tapo el pecho con una mano del sobresalto, y como no estoy acostumbrada con esos tacones, de un paso atrás que doy, me inclino hasta casi caerme. Noto su brazo rodearme la cintura, pegándome a él, tanto que mi nariz roza su mentón, y me sujeto de sus antebrazos. “¡Mira que eres torpe!”.

-YO: ¡Por dios, que sustos que me das!

-JAVIER: Perdone… es que no quería que encima de invitarme a comer, pusiera usted la mesa sola.

-YO: Ah…bueno, pues te lo agradezco mucho.

– JAVIER: ¿Puedo soltarla ya? ¿O se me va a caer otra vez? – la entonación es tan dulce que me hace sonreír, y me doy cuenta de que me tiene a su merced, pero pide soltarme.

-YO: Deja que me asegure.- digo jugando un poco, me agarro de su cuello y uso su cuerpo de contrapeso para posar bien los pies.- ¡Ya!

Su mano no se separa al soltarme, sino que recorre mi cintura, y me coge otra botella de la mano, para ir a la mesa y colocar ambas. Me le quedo mirando extrañada, debe creerme muy torpe, pero juraría que tontea conmigo. La idea de ser traviesa con él me había parecido divertida, pero es que ahora me está gustando su forma de reaccionar.

Terminamos de poner la mesa, sin dejar de notar sus miradas a mi cuerpo, y yo devolviéndole sonrisas dulces, admirando su semejanza a Luis, pero si me veo obligada a decirlo, Javier parece más guapo, marcando brazos y un culo de primera.

Mi hijo aparece cuando ya hemos acabado, preguntado dónde estaba Javier, pero se sienta a comer antes que nosotros. Su amigo le recrimina, y me encanta verle hacerlo, así que le manda a por unas pinzas de la ensalada que se nos han olvidado, cuando ya iba yo a por ellas, sujetándome del brazo con cariño. “¿De dónde has salido?”, le preguntó con la mirada, y paso una hora riéndome con él.

Al acabar de comer, mi invitado se pone a recoger, y obliga a Carlos a ayudarle, mientras se niega a que yo les ayude. Digo que no con la cabeza, y mientras ellos colocan las cosas, yo me pongo a fregar platos y cacharros. No me extraña que en un descuido, mi “adorado” pequeñín desaparezca a su cuarto, según mi experiencia, una buena siesta le espera.

Creo que Javier se ha ido con él, cuando noto su mano en mi espalda, cerca de la nuca. Me giro y le veo colocando los últimos cubiertos a mi lado, y sin que le diga nada, coge un paño y me rodea, secando los paltos que voy limpiado. Todo ocurre en silencio, y el dialogo es de miradas, diciéndole que no hace falta, él que sí, yo agradeciéndoselo, y él me da un toquecito con el hombro que significa “No hay de qué.”

– YO: Eres muy amable, no sé qué habrás visto en mi hijo para ser su amigo, no podéis ser más distintos…- se me suelta la lengua, pero le hace gracia.

-JAVIER: ¿Si se lo digo no se ríe?

– YO: Bueno, tú dímelo, y ya veremos…además deja de tratarme de usted. – “¿Ya estás jugando otra vez?”

– JAVIER: Pues por las chicas, su hijo conoce muchas.

– YO: Ahhh ¿Y te gusta alguna en particular?

– JAVIER: Había una amiga de Carlos que sí, pero desde hace poco, una en particular me está volviendo loco.

– YO: ¿Sí? ¿La conozco, es amiga de Carlos?

– JAVIER: Diría que familia directa…- me mira dándose cuenta de que no he caído, estoy tan embobada que tardo en reírme.

-YO: Anda, no seas tonto…- le digo sin creérmelo.

-JAVIER: Discúlpeme la grosería. – el chico se ha puesto algo rojo, pero ha tenido los huevos de decírmelo, y no quiero que se moleste.

-YO: No pasa nada…son bromas.- le doy una salida digna, y se me queda mirando a los ojos, estudiándome, le noto leerme la mente. Aspira profundo y se llena de valor.

– JAVIER: No era una broma. – me quedo sorprendida, no es que no esperaba algo así, pero sí que me lo dijera tan abiertamente.

– YO: Pero si hay mil jóvenes por ahí, que estarían locas de estar contigo.- ahora la que busca la salida digna soy yo.

– JAVIER: Ninguna es tan guapa como tú, Laura, y muy pocas estarían tan sexys con esos vaqueros. – Javier está rojo, creo que ni él se veía capaz de decirlo, pero lo ha soltado, y le tengo delante, a medio metro.

– YO: Va…vaya…muchas gracias…lo primero que he…cogido del armario.- miento, y muy mal.

-JAVIER: Pues no quiero verla el día que se arregle para salir conmigo a bailar, me va a dar un infarto. – su broma relaja el ambiente un poco.

-YO: Pues quizá algún día, si sigues viniendo…- estoy muy confusa, no sé si quiero parar el juego, o llevarlo hasta el final.

-JAVIER: Será un honor… ¿Me permite una apreciación? – asiento con la cabeza, asustada.

Le veo que se acerca hacia mí, amago un paso hacia atrás cuando le tengo encima, me pega a su pecho y agacha la cabeza, quiero oponer alguna resistencia, y mi mano va a su pecho, aún así hace fuerza, y me dobla, hasta cogerme por la espalda, su mano abarca casi toda mi columna, y se pega tanto que mis senos se aplastan contra él. Su cara está tan cerca que me dan ganas de pegarle una bofetada, pero lo que hago es cerrar los ojos y esperar su beso. Lo que hace es pegar su mejilla a la mía, y extender su mano libre hasta cerrar el grifo, susurrándome con voz suave.

– JAVIER: Más vale no malgastarla.

Se aleja un poco, y abro los ojos, sonriendo, viéndome pillada, ya que estaba dispuesta a que me besara. Javier lo sabe, se lo leo en sus ojos, si hubiera querido podría haber juntado nuestros labios, me tenía, de hecho aún me tiene, pero me da un beso tierno en la mejilla. Mientras me sujeta con ambas manos en la cadera, me pone recta, y antes de irse, me roza la barbilla con el dedo índice de la mano.

– JAVIER: Me voy a ver a Carlos, estás demasiado guapa como para seguir a tu lado, sin hacer alguna tontería.

-YO: Vale…yo…si…mejor.

Le veo alejarse y me tapo la cara, avergonzada, abrumada y abochornada. Pretendía divertirme, nada más, tontear un poco con ese joven, sentirme bien, y ahora he perdido en mi propio juego. Ese crío los tiene bien puestos, y me ha desarmado, como sólo mi marido fue capaz.

Agradezco que al volver a mirar, Javier ya no está. Me observo las manos temblando y respiro profundamente un buen rato, dándole vueltas a los anillos en mi dedo. Limpio compulsiva la mesa y me dedico a distraerme en el salón con la televisión, pero ni las tertulias absurdas, sobre si a tal famosa le molesta la prensa rosa, alejan mi mente de ese instante fugaz en que deseé que me besara, que me dejé avasallar por la situación. Trato de analizar el motivo por el que ha llegado el punto en que me rindiera a sus brazos, y la conclusión que saco es que estoy muy sola, ¿Qué otro motivo puede haber para ceder ante las bobadas de un adolescente? Ni tan siquiera su parecido a Luis, o que sea tan educado y atrevido, me da permiso para comportarme así.

Al par de horas escucho a alguien acercarse, intento aparentar dignidad, sin prestar mucha atención, pero sé que es él. Javier se pone junto a mí, y con un gesto pide permiso para sentarse, muevo la cabeza afirmativamente, sin darle importancia. Se acomoda en el sofá, y permanece quieto, mirándome de soslayo.

– JAVIER: ¿Cómo va la tarde?

– YO: Tranquila, sin novedades. ¿Y vosotros?

– JAVIER: Nada, hablando de la universidad, y viendo alguna película, pero estoy harto de estar encerrado, y Carlos no quiere salir a tomar algo. ¿Tienes pensado salir?

– YO: No, ¿Por qué lo dices?

– JAVIER: Bueno, como vas tan guapa, pensaba que ibas a salir…no creía que te hubieras arreglado tanto para mí. – dice con una cierta sorna, me fuerzo a sonreírle, ya que la broma ha dado en el clavo, y no debo delatarme.

– YO: No es por ti, bobo, es que…es que había quedado, pero se han anulado los planes. – me invento sobre la marcha.

-JAVIER: Pues es una lástima desaprovechar tan buena tarde, ¿Y si salimos a tomar algo nosotros? – me doy cuenta de que le he puesto en bandeja la invitación, no tengo motivos para negarme, y busco uno.

-YO: No sé, Carlos nunca quiere salir conmigo entre semana.

– JAVIER: Carlos no, digo nosotros, tú y yo. – le miro queriendo no fingir mi sorpresa.

-YO: Sería algo raro, Javier, no es que nos conozcamos mucho, y eres el amigo de mi hijo…

-JAVIER: Pues así nos conocemos. – se pone en pie y extiende la mano ante mí.- No me digas que no, por favor, dame el gusto de lucirte por la calle a mi lado, nunca tengo la oportunidad de dar envidia con una mujer como tú del brazo.

Es tan hábil, tan firme, y a la vez tan correcto, que ni me doy cuenta y estoy de pie caminado detrás de él hasta la puerta de la calle. Me genera una sonrisa tenue su formalidad, me atrae, y pese a ello, estoy tensa, quiero zanjar esto cuanto antes, y si ha de ser poniéndole la cara colorada, así será.

Atino a meter mi móvil, la cartera y las llaves en un pequeño bolso. Avisamos a Carlos de que vamos a tomar algo, pero ni se molesta en salir a despedirse de su amigo, es Javier el que va a su cuarto y le dice que ya se verán mañana. Regresa a mi lado, y me coloca la mano en los riñones para acompañarme hasta el rellano y cerrar la puerta con cuidado. Me abre el ascensor dejándome pasar, y luego entra él, no es que sea muy grande pero podría ponerse algo más lejos de mí.

Salimos a la calle y me ofrece su brazo derecho, cual fuera un caballero inglés, paso mi mano izquierda por su antebrazo, y lo aprisiona con su costado, mientras andamos un rato. Me es extrañamente placentero hacer esto sin que sea Carlos mi acompañante, y charlamos animadamente de la universidad o de mi trabajo. Aparento cierta seriedad, en algún momento voy a darle una charla muy seria, y no debo darle esperanza alguna, pero me es inevitable, aunque no lo quiera, estoy cómoda junto a él.

Hasta tal punto me gusta la sensación, que se me olvida que voy embutida en unos vaqueros que me hacen una figura de cine, con una camiseta tan ajustada que me tira de la espalda, y las miradas de algún salido no me importan. Tampoco la idea fugaz de lo que opinen mis vecinos si me ven colgada de un joven apuesto como él, me altera, ya que siendo objetiva, Javier aparenta algo más de edad debido a su estilo y la barba, y yo puedo pasar por una de veintimuchos, sin desentonar. De hecho, cumple su palabra y me expone ante todos, como diciendo “Sí, es mía, jodeos.”

Le guío hasta un bar con una terraza grande, en una avenida cercana no muy lejos de casa, los tacones empiezan a hacerme mella y me duelen los pies. Pido una caña con limón y él un botellín de cerveza, nos los traen con una aceitunas verdes de tapa, y seguimos charlando de nuestras vidas sentados al atardecer de Madrid. Coches pasando, gente hablado, ruidos de ciudad grande que vive y se mezcla con un cielo azul despejado y edificios de cuatro o cinco plantas, llenos de balcones y trastos en ellos.

La verdad es que no tiene mucha importancia lo que se dialoga, aunque me dice que su familia es de fuera y le han mandado a estudiar aquí solo, vive en un piso de estudiantes con su perro, que no conoce a nadie aquí, y que Carlos le parecía un idiota, pero que con él hace amigos, conoce a chicas y vive la noche de una gran urbe. Le escucho, pero lo que ocurre es que he de recordarme cada ciertos minutos que debo cortar de raíz el juego, no seguir en él. Tras una hora, y un par más de cañas y botellines, me armo de valor y empiezo.

– YO: Javier, debo decirte algo, pero espero que no te sientas mal. – la sonrisa que no se le borraba desde que salimos de casa, se desvanece.

-JAVIER: Dime, Laura, no me asustes.

-YO: Verás, es que…bueno, que eres un encanto de joven, y me gusta pasar el tiempo contigo, pero creo que se están confundiendo ciertas cosas, y quiero dejar claro algunos puntos.

– JAVIER: Tú dirás.- sus ojos de cachorrito me lo ponen más difícil.

– YO: Es sobre lo que ha pasado en la cocina, y antes tal vez…mira, he pasado una época muy mala y tal vez he jugado con tus sentimientos, y no es justo. Debemos ser más distantes.

– JAVIER: No lo entiendo, creía que te caía bien.

-YO. Claro que sí, pero una cosa es eso, y otra andar haciendo tonterías, como lo del grifo de hoy. No puedes hacer esas cosas, soy la madre de Carlos y tú un adolescente, está mal.

– JAVIER: Discúlpeme si me he propasado lo más mínimo, y la he hecho sentir incómoda.

– YO: Nada de eso, has sido un perfecto caballero, es…es al contrario, me has hecho sentir cosas raras, y me gusta, pero tenemos que poner unos límites.

– JAVIER: ¿Limites a qué? No hemos hecho nada malo, y aunque pasara algo, tampoco sería el fin del mundo. – toma la iniciativa, no me lo va a poner fácil.

– YO: Y no va a pasar nada, ese es el problema, podemos ser amigos, pero nada más. – me da una lástima terrible la cara que pone, está dolido, pero se rehace.

-JAVIER: De verdad, no entiendo lo malo que hay en mí…

-YO: No tienes nada malo, pero tienes diecinueve años, y yo muchos más, ni yo estoy para jueguecitos a mi edad, ni tú para perder el tiempo con viejas como yo. Sal con Carlos, diviértete, eres joven y buen chico.

– JAVIER: Ya, pero es que me han educado así, y no puedo ir tirándome a la primera que se me presente, y no creo que me aporte nada. Yo necesito algo de romanticismo, y ninguna que conozca parece gustarle mi forma de ser, todas van con el guaperas de turno…- no hace falta que nombre a Carlos.

– YO: Es la edad, y tal vez que eres demasiado bueno, las chicas se darán cuenta, y terminarás enamorando a alguna afortunada.

– JAVIER: Supongo…- no está ni remotamente convencido, y una fugaz mirada me dice que a quien quería enamorar, es a mí. – Creo…creo que es hora de que la acompañe a casa, y me vaya, tengo…tengo muchas cosas en las que pensar.

No me deja pagar la cuenta, y me sigue como un perrito al que han reñido, un par de pasos por detrás, sin ofrecerme su brazo. Temo haberle hecho daño, pero estoy segura de que era lo que se debía de hacer. O eso me repito.

Al llegar a casa, me dedica un abrazo tibio, y nada cariñoso, no me da el beso en la mejilla, y pese a una carantoña con las manos con la que trato de animarle, o hacerle reír, me doy cuenta de que no es un niño al que consolar, es un hombre herido, que me esquiva la mirada.

– JAVIER: Buenas noches. – se gira, caminando con paso rápido, no me da tiempo a decirle adiós.

Me subo a casa con la mano en la frente, tengo la cabeza congestionada y me siento mal, pero no es algo físico, temo haberle destrozado el corazón, y me pregunto si me he pasado, o si no debí decir nada, me lo estaba pasando tan bien.

Entro en casa y ni ceno, debido a las tapas de la terraza, y porque no me apetece. Me voy a mi cuarto tras comprobar que Carlos sigue en su habitación. El bufido de alivio al desabrochar el vaquero y quitarme los zapatos es glorioso, y me cuesta un buen rato sacar las perneras del pantalón. “Para un par de horas no está mal, pero un rato más y me asfixio.” Pienso que necesito algo de ropa nueva, más juvenil y menos apretada, pero me cuestiono los motivos. Ahora se acabó el juego, ya no tengo a quien impresionar.

Me doy una lenta ducha de agua caliente, de esas en las que estás tanto rato pensando, que se te arrugan las yemas de los dedos. Vuelvo a mis braguitas cómodas y mi camisón amarillo, para echarme a dormir. Pero no logro conciliar el sueño, doy vueltas a la cama un buen rato, y me voy a la cocina un par de veces a beber agua. Lo achaco al calor de la noche, pero sé que es la culpa lo que me mantiene en vela. Retozo en la cama hasta que caigo del sopor.

Continuará…

PARA CONTACTAR CON EL AUTOR:

poesiaerestu@outlook.es

Relato erótico: “Reencarnacion 4” (POR SAULILLO77)

$
0
0

Reencarnación 4

Suena el despertador, me sale un bramido de desasosiego enorme. Lo único que le daba una nota de color a mis días era Javier, y estoy segura de que no le voy a ver pronto.

Han pasado dos semanas desde que hablé con él, y en parte estoy aliviada, no debí jugar con sus sentimientos, y ahora el chico lo estará pasando fatal. Tal vez me haga ilusiones, puede que no estuviera perdidamente enamorado de mí, como quizá me gusta pensar, y sólo jugara, como hacía yo. Llegados a este punto, me da igual, es un problema menos en mi triste vida. El inconveniente es que, pese a que he logrado parar los pies a tiempo, me gustaba mucho ser algo traviesa con él, y en el fondo, lo echo de menos.

En este tiempo, mi vida ha regresado a su triste y aburrida rutina.

Me ducho y me preparo para la oficina, llevo a Carlos a la universidad, trabajo unas horas y regreso a casa, sola ya que mi hijo llega un rato más tarde, y almuerza sólo. Al comer me acerco y le pregunto por su amigo, me dice que le ha visto un poco raro estos días. Me cambio a mi camisón y pasa la tarde monótona y lenta. La noche y la cena no lo es menos, y al acostarme se repite mi insomnio. Me desespero hasta que consigo dormir.

Llega el viernes, y el día es tan clónico del resto, que me veo en un terreno de confort, mi vida es un desastre de nuevo, y me siento cómoda en ese hábitat. Desecho alguna invitación de las amigas del gimnasio para salir a tomar algo, y me vuelvo a casa tras el trabajo, me pongo una copa de vino y me veo una maratón de películas románticas. Al acostarme, me estudio en el reflejo del espejo del armario, sentada en la cama hecha una mierda, sin descansar ni poder hacer nada, la súbita subida de emociones de mi mente ha pasado, y ahora no siento motivo alguno por el que tocar el cajón del consolador.

Sábado y domingo son un calco, gimnasio por la mañana, y salir con Carlos por la tarde, él sale de fiesta de noche, pero al menos regresa de una pieza, no como hace una quincena. El domingo vamos a ver a los abuelos, mi hijo va a pedirles dinero para un viaje de fin de curso de la universidad. No habla de Javier, y yo no pregunto.

Cambiando de canal en la televisión la madrugada del lunes ya, me doy cuenta de que estoy en el mismo punto que hace unas semanas, he vuelto a la casilla de salida, sola y triste, y no quiero estar ahí. Al menos debo hablar con el amigo de mi hijo, arreglar las cosas, y tal vez sea el punto de partida para empezar una relación más sana con él. Esta noche duermo algo mejor, pero no demasiado, debo tener unas ojeras terribles.

Al levantarme, me obligo a estar más animada, me pongo un conjunto de traje algo más alegre, y llevo al engendro de mi hijo a la universidad. Da pena ver la falta de modales que tiene, no me ha dirigido una palabra en todo el trayecto. En el trabajo más de lo mismo, aunque David, mi jefe, me ha explicado que han echado a un abogado que llevaba unos pocos años con nosotros, sin duda por los recortes de personal derivados de no cerrar la venta en la que participé, creo que si hubiera enseñado canalillo hubieran firmado, como si mi sensualidad importara en una operación de miles de euros. Carlos me llama cuando estoy saliendo, y me dice que no vaya a recogerlo, que se va con una amiga a dar una vuelta.

Para colmo me tengo que ir a casa a comer sola, y tras hacerlo, me quedo dormida como una marmota en el sofá, no me extraña, llevo días sin poder descansar del tirón. El ruido de la puerta me despierta, y veo pasar a mi hijo con una joven de la mano. Guapa, como no, bajita y delgada, con el pelo moreno y media melena, rasgos españoles aunque unos ojos negros algo rasgados, y buen trasero bajo un vestido fino de verano.

Ni me saluda antes de meterla en su cuarto y poner música alta. Les oigo reír, tontear y besarse, me imagino acariciándola y haciéndola sentir bien, bonita, deseada, sentirse mujer. Lo que yo he perdido. Me como una bolsa de patatas fritas mientras dejo que mi hijo disfrute del don que me he negado para mí, y tras unas horas en que no me cuesta pensar que se han acostado juntos, por el volumen de la música que ponen, la parejita sale sonriente de su cuarto, y Carlos se despide de ella con un tórrido beso con lengua en la entrada, antes de que se marche.

– YO: ¿Quien era? – le abordo en el pasillo.

– CARLOS: Una amiga.

– YO: ¿A todas tus amigas las besas así? – me cruzo de brazos, airada.

-CARLOS: A las que se dejan…- la sonrisa de imbécil que pone me exalta, y le suelto un bofetón, como hacía mucho que no le daba. – ¡Mamá!

-YO: ¿Tú te crees que las mujeres somos tus juguetes? Tendrías que tratarlas mejor, y ser un poco más dulce, y amable…como Javier. – espetó saturada.

-CARLOS: ¡Joder, mira que estás rara! Ni que ahora te importara con quien ando… tú a tu vida y no te metas en la mía.

– YO: Eso voy a hacer, mi vida, y a ver cómo te las apañas sin mí.

-CARLOS: Ojalá, que estás de un pesado que no hay quien te aguante.

– YO: Mira hijo, estoy harta de verte con unas y con otras, deberías centrarte un poco, en los estudios y buscar a una buena chica. – bajo el tono un poco, tratando de usar la lógica.

– CARLOS: ¡Déjame en paz! – dice frotándose la mejilla, colorada del golpe.

Se va a su cuarto rodeándome, maldiciendo y susurrando que se va a ir con los abuelos como siga así. Yo me quedo con los brazos en jarra, pensando que al menos lo he intentado, tal vez tarde, pero quiero hacerle cambiar su forma de ser. Tal vez sea un poco de odio, no a mi hijo, es más que Javier tiene razón, el guaperas de turno se lleva a la que quiere, y los buenos chicos se quedan a un lado, esperando que alguna se fije en él.

Ceno sola, sin esperar a Carlos, y cuando sale a buscar su comida, le digo que se haga lo que quiera, ya es mayorcito para andar detrás de su mamá. Su mirada de asco, esta vez no me molesta, está cabreado, y espero que al menos eso le haga pensar en lo ocurrido. La televisión me termina hartando, y al irme a la cama, tardo un buen rato en cerrar los ojos.

Por la mañana el mundo parece algo menos agobiante, y al ducharme me pongo una camisa blanca con un traje de oficina gris, con falda de tubo hasta las rodillas que me hace un culo de infarto. En el desayuno espero a Carlos, que sale sin mirarme a los ojos, y se bebe un vaso de zumo con prisa.

– CARLOS: Vámonos ya, que llegaré tarde.

– YO: ¿Llevarte? Eres el que quiere hacer su vida, pues empieza a ir a la universidad tú solito. – su mandíbula casi se desencaja- Y para la vuelta, igual, estoy harta de ir a buscarte.

– CARLOS: Pero está lejos, y hace calor…

– YO: Pues no te retrases, que el tiempo vuela. – “Vas a madurar de golpe” le digo en mi cabeza. – Hasta luego, hijo. – está tan petrificado, que me acerco y le doy un besito en la frente muy maquiavélico, que me sabe a gloria.

Me siento llena de energía, como si acabara de liberarme de unas pesadas cadenas. No me preocupa en absoluto su bienestar, la universidad está lejos, sí, pero hay autobuses directos a tres calles de casa, y tiene el abono de estudiante. Le llevaba para poder pasar tiempo con mi hijo, ser importante en su vida, pero es algo que de golpe, ha pasado a segundo plano.

Voy al trabajo y paso gran parte del día pensando en cómo rehacer mi vida. Recibo la llamada de Carlos antes de salir, supongo que para saber si de verdad tiene que volver solo. Le cuelgo sin más, “Que se las apañe”. Voy a casa y de camino compro algo de comida rápida, llevaré años sin darme el gusto de una grasienta e insana hamburguesa. Llego a casa y me la como de pie en la cocina, antes de que se enfríe. Como hace tanto que no le hinco el diente a algo así, se me olvida que la salsa gotea, y me mancho la camisa del trabajo. Siseo, pero me termino zampando esa gloriosa bomba de calorías.

Trato de limpiarme la grasa de la camisa al acabar, pero es inútil, así que me quito la chaqueta y la camisa, quedando en sujetador, me acerco al fregadero y con algo de maña, mojo la mancha y froto energéticamente, esperando no echar a perder mi blusa más cómoda de trabajo.

Oigo la puerta de casa, Carlos ha llegado, y sonrío de forma pícara, ha tardado un poco más, y debe de estar enfadado. Me centro en mi problema más importante, salvar mi prenda, con el agua salpicándome en el pecho y el vientre, cuando escucho a mi hijo farfullar de fondo. Ni me giro, no quiero que note mi felicidad en el rostro al haberle chafado el día.

El sonido del “toc toc” en el marco de la entrada a la cocina me hace girarme extrañada, y es cuando veo a Javier, con un polo rojo y unos vaqueros, mirándome con la boca abierta.

– YO: Ja…Javier, ¿Cómo tú por aquí? – digo mientras trato de taparme, sin ser muy descarada.

– JAVIER: Yo…bueno…quería hablar con usted…a Carlos no le molestó…y trató de avisar de que venía, pero no contestaba al móvil. – “Mierda”, me grito por dentro, más que por mi tontería de no cogerle la llamada a mi hijo, es que me doy cuenta de que me trata de usted de nuevo.

– YO: Sí, es que estaba liada en el trabajo, y bueno, ahora he tenido un incidente con una mancha…te importa sí…- le hago un gesto con el dedo índice para que se dé la vuelta, no es que me moleste mucho, pero debo mantenerme firme con lo que hablé con él.

– JAVIER: Claro…disculpe. – se gira de inmediato, y me saca una leve sonrisa su aparente vergüenza.

Me voy a la lavadora, y del montón de ropa limpia cojo una camiseta azul del gimnasio, aparte de marcar bien mis pechos debido a un sujetador de encaje muy estilizado, me vale. Camino risueña hasta Javier, para tocarle el hombro, y al mirarme, sus ojos se clavan en los míos, y es una mirada viva. Le saludo con un suave beso en la mejilla, a lo que me responde con uno de sus abrazos, menos efusivo que otros días, pero mucho más que el último que me dio.

– YO: Me alegro de verte, de hecho, creo que fui muy dura e injusta contigo, y quería arreglarlo.

-JAVIER: Yo también he pensado mucho sobre ese día, y como le he dicho, venía con la bandera blanca, a hablar con usted.

-YO: Vale, pero por favor, no me trates de usted, que ya nos vamos conociendo. – le cojo del brazo, me lo llevo al salón, se sienta en el sofá y me coloco a su lado, cruzándome de piernas y tratando de mantener actitud adulta y serena.

– JAVIER: La verdad es que traía un discurso bien aprendido….pero se me ha olvidado…no esperaba encontrarte así… – me río, es adorable su sinceridad, me le imagino en la puerta de la cocina, mirando mi culo prieto bajo la falda de tubo, elevado por unos tacones medios, meneándome al restregar la camisa, con mis senos mojados bajo el wonderbra.

– YO: No seas bobo, esto es serio.

-JAVIER: Lo intentaré. Lo primero es disculparme por cualquier malentendido que se haya provocado, me caes muy bien, eres muy simpática, aparte de ser preciosa, y mi mente juvenil me ha jugado un mala pasada, perdóname.

-YO: Gracias por todo, pero no hace falta que agaches las orejas, es normal a tu edad.

-JAVIER: Aún así, mil perdones.

-YO: Perdonado quedas.

-JAVIER: Gracias. Lo segundo es…como decirlo….no quiero faltarla…pero… tengo que saberlo ¿Lo he malinterpretado todo, o has…has tonteado un poco conmigo? – un frío helado me recorre la espalda, pero viéndole ante mí, siendo tan abierto, no quiero ser falsa.

-YO. Un poco, pero es que eres un encanto, y bueno, una mujer de mi edad, sola, adulada….pues me he dejado llevar sin querer.

-JAVIER: Menos mal, me estaba volviendo loco, pensaba que era cosa solo mía. – se frota las sienes

– YO: Pues no es así…tampoco quiero decir que haya pensado nada raro…- recuerdo las varias noches que me he masturbado pensando en él, en su cuerpo fornido acogiéndome entre sus brazos, penetrándome, y trago saliva con mi mentira. – …pero he jugado a algo de mayores contigo, y no debí hacerlo.

-JAVIER: Una lástima, me estaba divirtiendo, y lamento si no di la talla. – dice lamentándose.

-YO: No, ni mucho menos, Javier, has sido un chico muy listo, y has jugado bien algunas cartas, con unos años más hubiera caído rendida ante ti. – sonreímos, pero le noto la mirada triste al comprender lo que le acabo de decir.

– JAVIER: Hubiera sido un placer…

– YO: Seguro que sí.

-JAVIER: ¿Entonces ya está, todo arreglado?

-YO: Zanjado, Javier.

-JAVIER: Genial, y si no le molesta, ya que hemos aclarado todo… ¿Puedo pedirla…pedirte un favor?

– YO: Dime.- me pongo firme.

– JAVIER: Es sobre la noche esa…la que me debe, del baile…- respira profundo al ver mi cara de asombro.- Es que no sé ligar, ya me has visto malinterpretando todo, y …no sé, tal vez, si me ayudaras, o me dieras unos consejos el día que salgamos juntos…pues te lo agradecería. – suspiro aliviada.

-YO: Será un honor, no sé lo que les pasa a las niñas de hoy en día, cuando tendrías que tener a las chicas derritiéndose en tus manos, y no con idiotas como Carlos. ¿Sabes que el domingo pasado trajo a otra? – cuchicheo.

– JAVIER: Algo ha comentado, sí. – correcto hasta el final, he escuchado llamadas de mi hijo alardeando de cómo se tira a las que se dejan seducir.

– YO: Pues cuando quieras, me sacas a bailar, y te doy un par de pistas, pero para que encuentres a esa afortunada joven, que seguro que está esperándote, no para que andes como mi hijo. – le apunto con el dedo, acusadora.

– JAVIER: Genial, muchas gracias… ¿Tal vez…? No, es demasiado pronto.

-YO: No, dime…- le cojo la mano, apremiándole.

-JAVIER: Bueno, es que…este sábado vamos… íbamos a ir a bailar, pero Carlos dice que ha quedado, y a mí me daba apuro ir solo con los demás, son amigos de él, no míos. Si le apetece, pues, podría venir, y así me ayuda con una chica. – me pilla por sorpresa, busco un motivo por el que negarme, verme rodeada de jóvenes no es que me entusiasme, pero asiento de forma madura.

-YO: Pues allí estaré, ya me dices dónde y cuándo quedamos…y qué ponerme, no quiero desentonar.

-JAVIER: Tú sobresales hasta en el cielo más estrellado.- me coge la mano y la besa, con gesto tierno.

-YO: Anda, tonto, dame un abrazo de los tuyos, que me encantan.

Me pongo en pie, él salta a mis brazos, y le recibo encantada. De hecho, me alza rodeándome por la cintura medio palmo del suelo, es tan fuerte y seguro, que doblo las rodillas y me dejo oscilar con mimo. Al dejarme en el suelo, me besa la mejilla repetidamente, muy rápido, tanto que me hace cosquillas y me río.

– JAVIER: Muchas gracias, de verdad. – se va al cuarto de Carlos con la mayor sonrisa que le he visto nunca.

Yo debo estar igual, la cara encendida y acaloraba, me da igual que esté mal, me siento cómoda hablando con él, o en sus brazos, es como si encajara a la perfección, siento que sus caricias estuvieran hechas para mí. Y ya me arrepiento de haberle dicho que sí a ir de fiesta, apenas una conservación, y no sólo hemos arreglado las diferencias, si no que ahora tendré que una noche entera de bailes con él. Va a ser una tortura.

Me voy a cambiarme, cuando salen a comer algo a la cocina. Me pongo mi camisón amarillo, y me doy cuenta de que he mojado mis braguitas, antes me cuestionaría el motivo, pero ahora sé que Javier me pone cachonda, o él o su forma de tratarme, no hay otra explicación. Me distraigo limpiando la casa, y al rato aparece por el pasillo el invitado. Se despide amablemente, y me da otro abrazo, tan fuerte y efusivo que me deja sin aire. Me encanta.

A la cena hablo con Carlos, rebajo los malos humos con él, pero está dolido y me reafirmo en que no pienso ser más su chófer personal, así que cuando le digo que voy a ir con Javier de fiesta el sábado, monta un pequeño circo. Le digo que él también puede venir si quiere, y entre echarme en cara salir de fiesta con su madre, y que ha quedado con una chica en su casa, se niega en redondo. “Mejor, solo estorbarías”, le quiero decir, pero me callo y le dejo dar un portazo en su cuarto al acostarse.

Me voy directa a la cama y cierro la puerta, pese al tiempo transcurrido tras los abrazos, mi temperatura corporal no ha bajado, me desnudo entera y saco el consolador, pasando la mitad de la noche a lomos de un orgasmo tras otro, sin molestarme en disimular. Javier es el objeto de mi deseo, y cuando pienso en él abrazándome en el sofá, mirándome el escote del camisón, levantándome por lo aires, o sus vistazos a mi trasero con el vaquero de la talla 36, me vuelvo loca. Creo que me duermo de extenuación, sudando y habiendo agotado las pilas del dildo, en un mes lo he vaciado cuando no le había puesto pilas desde que lo compré.

El miércoles me levanto con cierta molestia en el brazo de hundirme el juguete sexual, pero tras la ducha me veo genial. Me pongo uno de los tangas más recatados con un traje de pantalón azul marino, y voy a trabajar feliz. A la hora de volver a casa, llama Carlos, se lo cojo y me dice que tardará un rato en volver, pero que apunte el número de móvil de Javier, que le ha pedido que me lo dé. Reprimo la ilusión que me hace poder contactar con él sin mediar con mi hijo.

Al llegar a mi domicilio, me cambio y paso al camisón azul de satén. Espero a que aparezca alguien en mi casa, con el teléfono en la mano, pero tras una hora me voy a comer. Al acabar suena la puerta y sólo mi primogénito cruza el pasillo, otro chasco. Me paso toda la tarde con el número del amigo de mi hijo marcado pero sin darle al botón verde, o escribiéndole mensajes, que no llego a enviar. Parezco una colegiala boba, cuando hace unos días era una mujer triste y aburrida que había dado una lección de humildad a un joven.

Estoy sentada ante la televisión, viendo cualquier tontería, cuando mi móvil se ilumina, temo que sea otra comercial deseando captarme para su compañía, los dígitos en cambio no son de una centralita, es un teléfono normal. No me gusta recibir llamadas de desconocidos, pero me suena y algo que me distraiga no vendrá mal.

– YO: ¿Hola?

– JAVIER: Hola…soy yo…Javier. – abro la boca, entre ilusionada y sorprendida.

– YO: Ah ¿Qué tal? ¿Cómo has logrado mi número? – me sale un tono bastante cortante.

-JAVIER: Sí, bueno, es que le pedí a Carlos que le diera el mío, pero como no me hablaba, pues me dio el suyo por si quería llamarla, ¿He hecho mal?

– YO: No, por dios, es que me has pillado desprevenida…Y bueno, ¿Querías algo?

– JAVIER: Pues nada especial, de hecho, sólo saber si ya tenía mi número…

A partir de ese momento, paso dos horas hablando con él, y son deliciosamente cortas. Comenzamos charlando de Carlos, claro, el nexo común, pero vamos desviando el tema. La fiesta del sábado va centrando la conversación, cómo vestirme, cómo ir vestido él, cómo arreglarse, lo que llevaba yo en mi época, o de lo que me gustaba beber. Es muy dinámico y me sorprendo retozando por el sofá sonriente, acariciándome el vientre mientras me hace reír una vez tras otra, mezclándose con momentos serios.

Cuando al fin cuelgo, se me escapa mandarle un beso, no es que se lo mande, es que poso mis labios en el micrófono, y suelto un “Muuuuak” muy dulce. Temo volver a estar jugando con sus sentimientos, pero empiezan a importarme más los míos. Javier desata en mí sensaciones olvidadas, otras nuevas, y no me da la gana perder este manto de alegría que me recubre cada vez que le veo, o hablo con él.

Por si fuera poco, ahora con los mensajes por Internet del móvil, me paso otras cuatro horas escribiéndome con él. No es seguido, es más pausado, mientras hago la cena, o veo la televisión, pero constante. Hasta me parece estar poniéndome pesada con él, pero siempre me contesta, y yo siempre le respondo.

Le pido que me mande fotos de sus amigas de fiesta, para ver su estilo y no desentonar, pero no creo que sea problema, van algo descocadas y nadie se fijará en mí, un mujer adulta, teniéndolas a ellas como espectáculo. A cambio, le tengo que mandar unas viejas fotos mías de mi época antes de conocer a Luis, me pongo colorada al verme, y nos reímos, pero me dice que estaba preciosa, y que se me veía algo peligrosa. Me alegro de que se dé cuenta, y desnudo un poco de mi alma, hablándole de Luis y cómo nos conocimos.

Cuando me quiero dar cuenta son las dos de la mañana, muy amablemente me despido de Javier. Odio los emoticonos, pero al ver que me manda un beso lleno de corazones, y una flor, entorno los ojos y le devuelvo unos labios como respuesta. El detalle de que me mande una nota de audio, de tres segundos, deseándome buenas noches, me deja con una sonrisa que no se me borra hasta levantarme.

Es jueves, y la cercanía del fin de semana me pone nerviosa. Javier es encantador, y me lo paso genial con él, temo caer de nuevo en la trampa, pero es que me siento tan…tan viva cuando estoy con él, que me quito de la cabeza ideas de negarme a hablar con él, o inventarme alguna enfermedad para no ir el sábado a la fiesta.

Me visto para ir a trabajar, despidiéndome de mi hijo, que sale unos minutos antes de casa para llegar a su hora a las clases. Me paso gran parte del día entre la pantalla del ordenador de mi trabajo, y la del móvil, mirando cuándo Javier se conectó por última vez, o si me ha hablado. Lo cierto es que salvo mi hijo, mi familia, Carmen, y alguna amiga del gimnasio, no suelo mandarme mensajes con nadie, y menos pasarme horas escribiéndome con una persona. Ahora echo de menos que me mande un simple “Hola”, y que se acuerde mí.

Me resisto a parecer desesperada y ser yo quien le salude, no me faltan ganas, eso sí. Al final ocurre, se ilumina mi móvil, y veo su nombre, casi me da un vuelco el corazón cuando la aplicación tarda un instante en abrirse, pero cuando leo su “Buenos días, perdona que no te saludara antes, estaba en la universidad” doy unas mini palmadas, feliz.

Tardo en contestar, habiéndome rogar, pero me lía, y comenzamos de nuevo una charla que no cesa ni cuando conduzco, a cada semáforo le contesto con frases cortas. Ni sé decir cuál es el tema, son muchos, y a la vez, ninguno, los comentarios se centran en compartir lo que hacemos, ideas bobas y pensamientos ligeros, según salen expresados. Me manda un mensaje diciendo que está hambriento al salir de la universidad, y no dudo en invitarle a comer. Acepta con doble cara sonriente.

Al llegar a casa me ducho y me pongo el camisón de satén azul, con un recogido en mi largo pelo rubio, a modo de coleta. Hago un poco de pasta, que me dice que le encanta, y espero ansiosa. Cuando llegan Carlos y él, ni mi hijo me presta atención, ni yo a él. Me lanzo a por Javier, que me recibe semi agachado con los brazos abiertos, que se cierran sobre mí al caer en su pecho. Dios, qué gusto noto al sentir sus manos rodeándome, me ha tomado la palabra cuando le dije que me encantaban, y me aprieta con calidez. El abrazo dura no menos de diez segundos, con saludos ininteligibles, y acaba en un beso en la mejilla muy cariñoso. Al apartarme le observo, va con una camisa blanca, a rayas grises, con un par de botones desabrochados, y unos vaqueros negros muy prietos.

No tengo que decirle que me ayude con la mesa, lo hace directamente, y trata de ir a buscar a Carlos, que de mala gana sale y pone la bebida. Me siento al lado del invitado, y noto la tensión en la mirada de mi hijo, ve lo bien que nos llevamos, y no le gusta. Creo que por eso mismo sigo charlado animada. Harto de la escena, la sangre de mi sangre sale disparada a su cuarto, y el extraño se queda a ayudarme a limpiar.

Estoy en el fregadero, terminando de lavar, cuando por sorpresa siento unos brazos en mi vientre, y el cuerpo de Javier en mi espalda, para colofón, noto un beso generoso en mi cara, cerca del cuello desde atrás, que me eriza la piel.

– JAVIER: Muchas gracias, estaba la comida deliciosa. – giro la cabeza algo confusa, aunque la palabra correcta sería encantada.

– YO: No hay de qué.

-JAVIER: Si lo hay, en el piso de estudiantes donde vivo se come fatal, y una buena cocinera como tú, es un lujo. – me suelta pasados unos segundos en que no nos movemos, y se pone a colocar platos y cubiertos.

-YO: Exageras.

-JAVIER: ¿Eso cree? Hace una semana un compañero recalentó un trozo de pizza usando la plancha de la ropa dada la vuelta…- me río a carcajadas, no me lo creo hasta que me enseña una foto en el móvil.

-YO: ¡Por dios, pero que animales! Eso no es bueno.

-JAVIER: Ya, pero es lo que me toca, viviendo sólo en Madrid, sin familia…- ya me lo había comentado, pero ahora suena triste. Es del norte del país, y le han mandado a la universidad con lo puesto, sus padres no son adinerados.

– YO: No puedo permitir eso, tú te vienes a comer aquí todos los días ¿Me oyes? – al decirlo, me doy cuenta de que he dejado hablar a la ilusionada mujer de mi interior.

-JAVIER: No, de ninguna manera, es demasiado gasto, y no puedo pedirle que…- le corto, parezco tonta, me acaba de dar una salida, y me la cierro.

-YO: Una suerte que no has pedido nada…Así que ya sabes, esta es tu casa. – pone cara cómplice, el deber le dice que no acepte, pero está deseándolo.

– JAVIER: Si no le molesta, de acuerdo, pero le pagaré lo que sea…yo…no sé.

-YO: Con que me ayudes como haces, y me des mis abrazos, me vale. – digo melosa.

Al instante se acerca, me abro de brazos para que me bese la mejilla y me alce un poco del suelo con sus manos, es asombroso lo poco que debo pesar para él. Me mantiene en el aire unos segundos en que me sujeto a su nuca, y siento su aliento en mi cuello.

-JAVIER: Quien tuviera a una mujer como tú.

Al bajarme, el camisón se me ha subido y se me ven las braguitas azules que me he puesto, pero no me doy cuenta, es Javier quien, con una mirada de permiso, me tapa, notando sus dedos en mis piernas un instante. Me pongo colorada, pero ni me disculpo, ni él se ofende ¿Cómo podría? Ya me ha visto alguna vez en sujetador, o con el culo ofrecido en tanga.

Se va con Carlos, y me quedo en el sofá traspuesta, la comida ha sido copiosa y el fresco que entra por la ventana del salón me calma. Sueño, hace mucho que no recuerdo hacerlo, pero me veo en lo alto de una torre, cual princesa, y un caballero que viene a rescatarme, le grito para que me auxilie, nombrando a mi marido, “¡Luis!” chillo, pero cuando se acerca, y se levanta el yelmo, su cara es la de Javier, tan similar y tan diferente a su vez. El roce en mi brazo me sobresalta, y veo al joven amigo de mi hijo ante mí, de pie, mirándome temiendo haberme asustado.

-JAVIER: Perdona, Laura, es que…me voy y no quería irme sin despedirme.

– YO: Nada, es que me he quedado dormida. – me pongo en pie colocándome el camisón bien, sin que él pierda detalle de nada. – ¿Te vas ya entonces?

– JAVIER: Si, el chucho tiene que salir.

– YO: Es verdad, pues hasta mañana, ya sabes, aquí vienes a comer cuando quieras. – sonríe.

– JAVIER: Será un placer venir, pero mañana debo estudiar, y otra comida como hoy y tendré que ir al gimnasio, me vendrá bien el paseo con el perro para bajar a tripa, estoy lleno.

– YO: Uff y yo, creo que me he pasado.

-JAVIER: ¿Quieres venirte a sacar al animal? – su tono de ilusión es sólo comparable al mío al responder.

-YO: ¡Sí! Claro, deja que me ponga algo encima.

Correteo a mi cuarto, y encuentro unos leggins negros del gimnasio y una camiseta blanca interior, me pongo unas zapatillas de correr y cojo mi bolso. Ni me veo en el espejo, de haberlo hecho hubiera elegido otra ropa. Estoy espectacular con la ropa tan ajustada a mi cuerpo, y la mirada de Javier al salir de casa me lo confirma.

Paseamos charlando hasta su casa, está lejos, y al llegar, subo a su domicilio. No mentía, aquello es una leonera de cinco estudiantes universitarios, ropa por el suelo, cocina sucia, fregadero hasta arriba y restos de cajas de pizza por toda la estancia.

Al abrir la puerta de su cuarto, sale una bestia negra enorme, es un dogo de pelo oscuro como la noche y una graciosa mota blanca en el pecho, cuya cabeza me llega a la altura del vientre. Conmigo a su lado no parece más pequeño que un poni. Pese a ser grande, e impresionar, se me acerca, me olfatea y busca caricias de mi mano, con cuidado se las hago, y antes de salir a pasear ya me da con el hocico en las piernas jugueteando. Thor, que así se llama el animal, es travieso y mete la nariz entre mis rodillas. Es tan bueno, y está tan bien adiestrado, que se espera a llegar a un parque para hacer sus necesidades, y si se aleja un poco, Javier le chista y regresa a su lado de inmediato.

Jugamos un rato a pasarnos una desgastada pelota de tenis y tirársela, para que estire las piernas. El perro tiene una pose imponente cuando se tensa.

Regresamos a su casa, pero en vez de subir, insiste en acompañarme hasta la mía, es tarde y voy vestida llamativamente, pero es tanta distancia que me da apuro. Antes de poder decir nada, ya están a mitad de calle camino de mi piso, y corro para alcanzarles.

Sonrío, no puedo evitarlo, entre el perro asustando a alguna cría pequeña, y Javier hablando de lo trasto que era de cachorro, me duele la tripa de reírme. Al llegar a casa me agacho a despedirme del cuadrúpedo, un par de cabezazos de Thor casi me tiran al suelo.

Al ponerme en pie recibo lo que deseo, el abrazo y el beso del joven apuesto. Me los da, es tan firme que siempre me eleva un poco de puntillas, sus antebrazos rodean mis riñones y me aprieta contra su cuerpo.

– YO: Muchas gracias por el paseo.

-JAVIER: A ti por ser tan buena conmigo. Mañana va a ser un poco complicado que nos veamos después de clase…- le tono triste al decirlo.

-YO: Está bien…bueno…ya hablamos de lo del sábado, espero no hacerte pasar vergüenza al ir contigo.

-JAVIER: ¿Vergüenza? Voy a llevar a la mujer más guapa del mundo. – me río para que no note que me ha gustado su piropo.

– YO: Ya me dejarás por otra cuando te consiga una buena joven.

– JAVIER: Lo dudo mucho, pero ojalá.

Acaricio la enorme cabeza de Thor, y les veo alejarse, traviesa, sin decidir qué culo mirar, el gracioso del perro con su rabo balanceándose, o el sexy de Javier, bajo los vaqueros negros. Subo a casa consciente de que el juego ha empezado de nuevo, si es que llegó a terminar, y no sólo lo pause por el miedo a divertiré demasiado, usando la diferencia de edad o la relación como mi hijo de excusas.

Me doy una ducha con masaje íntimo, y acabo cenando con Carlos las sobras de pasta del medio día. Me dice que se va a ir de fiesta mañana en cuanto salga de la universidad, que se lleva una mochila con ropa, y que no le voy a ver hasta el domingo. Alguna de sus amigas se queda sola en casa, y van a estar haciendo de todo, no necesito que me lo diga. En otras circunstancias eso es horrible, estar sola todo un fin de semana me deprimiría, pero este me viene de perlas. Me quedo en el sofá dormida de nuevo, pero a la una y media me voy a la cama, estoy derrotada, cansada y algo saturada, es tocar la cama, y caigo dormida.

El viernes es el día menos interesante de toda mi semana. En el trabajo, todo normal, en casa, Javier no viene a comer, y se disculpa con unos mensajes educados. Paso la tarde sola, y la noche es de películas de serie b. En cambio, tengo un nerviosismo encima que no puedo calmar ni a base de tilas. Agradezco el poco contacto por móvil con ese extraño joven que me tiene encandilada, creo que sabe que estoy tensa, y no quiere agobiarme más.

Carlos no está, me ha llamado y me ha dicho que todo está bien. Se oía a una chica de fondo riéndose.

Es algo casi natural ya para mí, y me voy a mi cuarto, ni me molesto en cerrar la puerta, Saco el consolador, quiero relajarme, y últimamente la mejor manera es con el dildo. Me acuerdo de que no tiene pilas cuando ya he empezado la fiesta, busco desnuda por la casa, y se las quito al mando de la televisión, para regresar a mi cuarto y acabar lo que he empezado.

Trato de pensar en Luis, en mi marido, lo hago para no pensar en lo que está por venir, toda una noche con ese extraño chico, bebida, bailes, y lujuria adolescente. Me acaba pasando lo mismo que estos días, cuando estoy ardiendo en lo único que puedo pensar es en Javier, tomándome de mil formas, acariciándome con sus grandes manos, y penetrándome de una forma animal.

Al levantarme no recuerdo haber dejado de masturbarme, ni quedarme dormida. Me calmo con una buena ducha, y me pongo los leggins negros a medio usar del otro día por encima de un tanga rojo, con un top deportivo y una camiseta azul. Voy al gimnasio después de desayunar, y trato de no exigirme mucho, preveo movimiento esta noche.

Tras la sauna, me pongo un vestido largo de flores, y me quedo a comer con unas amigas de las clases de aeróbic en un bar cercano. La escena es algo borrosa para mí, estoy entre ellas, me río, y hablo, pero permanezco en segundo plano, mi cabeza no puede evitar dar vueltas y más vueltas.

Javier me escribe a media tarde cuando ya voy de camino a casa, me dice que quedamos a las ocho de la tarde en mi portal, se pasará a recogerme, y que me quiere invitar a cenar, por ser tan amable con él. Apenas son un par de horas, y debo arreglarme, quiero estar espectacular, quiero que según me vea se le caiga la baba, y que cuando las chicas de la discoteca me vean con él, sientan tanta envidia que quieran quitármelo. Tal vez así se me pase la tontería, viéndole besarse con otra, y que se olvide de mí un poco.

Llego a casa y me doy un baño largo con espuma y sales, me bebo un par de copas de vino tinto para templar los nervios, y me lavo el pelo con esencias de vainilla. Al acabar, me repaso los pocos pelos de las piernas, y me doy una crema corporal por toda mi piel, dejándola reluciente y suave.

Otra vez estoy frente al armario, desnuda, sin atreverme a elegir ropa, pero son casi las siete de la tarde, y debo estar lista. Me pruebo todo, incluso los vaqueros de la talla 36, pero tras diez minutos de lucha, desisto de ellos, e intercambio vestidos, camisetas y conjuntos. Todo me parece horrible.

Repaso las fotos de las amigas de Carlos y Javier, y busco un estilo similar cuando me doy cuenta de que no debo ser el centro de atención. Me pongo un tanga fino de encaje negro, con un lazo coronando el diminuto triángulo en mi pubis, con un sujetador sin tirantes del mismo tono, cojo una camiseta palabra de honor azul oscura, con algo de vuelo a partir del pecho, es tan larga que pienso en ir sólo con ella, a modo de vestido corto, pero me sonrojo al moverme y observar que se me ve todo a cada gesto, así que termino poniéndome un short vaquero que recordaba más largo y grande, apenas cubre mis nalgas y el comienzo de mis piernas, pero me queda de cine y lo lleno de sobra, luciendo unas sandalias cómodas con tacón.

Me seco el pelo al decidir que estoy casualmente preciosa, me hago un recogido juvenil con flequillo flamenco, y me maquillo para destacar los ojos con una sombra de brillantina, es simple y con unos labios rojos es perfecto. Escojo el mismo bolso diminuto que la última vez que me arreglé tanto, y me planto ante el espejo, ansiosa.

Casi se me olvida el desodorante y perfumarme con agua de rosas. Estoy ya sudando y no es el calor que aprieta, son los nervios. Decido llevar un pequeño bote con difusor de colonia fresca, y al ponerme un reloj discreto en la muñeca, una pulsera dorada en la otra, con pendientes pequeños a juego, pienso muy detenidamente en si quitarme los anillos de casados o no, de mi dedo anular. Cuando mi móvil suena, y leo el nombre de Javier en la pantalla, tomo la decisión de llevarlos puestos, y contestar.

– YO: Javier, hola…. ¿Qué tal vas?

– JAVIER: Ya estoy en tu portal, ¿Bajas o aún no estás lista? – algo me dice que le diga que me he puesto mala, que lo anule todo.

-YO. No, ya estoy, ahora bajo. – esta soy yo mandando mi conciencia a paseo.

– JAVIER: Vale.

Suspiro mientras voy apagando luces de casa, y antes de cerrar la puerta y salir, lleno el pecho de aire, y lo suelto de golpe. “Es solo una noche, cena, toma una copa, bailas y le dices un par de consejos para ligar, nada más.”

El ascensor tarda un mundo, o eso me parece. Llego a las escaleras que dan a la calle, y veo a Javier tras los barrotes, ese simple hecho me hace agarrarme a la barandilla cuando bajo, y abro la puerta sin saber qué esperar. La mirada del joven me da toda la confianza que necesito, está boquiabierto, mirándome anonadado, me gusta que primero se fije en mis ojos, pero después me repasa el cuerpo entero, y gira la cabeza juntando los labios, como si fuera a silbar. Me paso el pelo por detrás de la oreja, algo abrumada por su forma de observarme.

Él está tan guapo que me muerdo el labio sin querer, y lo está de forma simple. Lleva una chaqueta de traje azul marino abierta, una camisa negra lisa con los dos primeros botones desabrochados, metida por dentro de unos pantalones de vestir color marrón claro, con un cinturón de cuero y zapatos elegantes negros. Su cara lavada le agracia el rostro, su barba de tres días y su peinado con gomina hacia el mismo lado que se desvía su nariz, le dan un aire encantador a la robustez de su cuerpo y sus facciones duras.

– JAVIER: Madre mía…Laura, estás…perdona…pero estás espectacular. – me da la mano para ayudarme a bajar el último escalón.

-YO: Muchas gracias, Javier, eres un cielo, y tú no vas nada mal tampoco.

-JAVIER: Los consejos que me has dado por móvil me han ayudado un poco, pero no sé.

– YO: Créeme, vas genial.

– JAVIER: A tu lado, me da que no se va a dar cuenta nadie. – le sonrió con ternura, y alzo mis bracitos para recibir mi abrazo. Me mira con cara de no querer estropear mi esfuerzo, como si fuera de cristal y temiera romperme.

-YO: Anda, ven aquí y dame un achuchón. – asiente agradecido, y me rodea con un cuidado exquisito con sus brazos marcados, le beso en la cara y dejo vencer mi cuerpo sobre él. Al separarme me río, le he dejado toda la marca del pinta labios.- Ups, mejor quitamos esto, que si no, si que no se te acerca ninguna.

Quito la mancha con el dedo, y como no sale toda, me lo lamo para seguir frotando, ante su mirada incómoda clavada en mis ojos. Inhalo su colonia, mucha menos cantidad pero fuerte, tal como le aconsejé. Me gusta que sea tan cortés, cualquier otro me estaría comiendo el escote tan generoso que llevo, y al que cuando termino de limpiar el carmín, le dedica una vistazo fugaz.

– JAVIER: Gracias, por esto, y por todo.

– YO: Es un placer ayudarte, y así, sin Carlos en casa, me distraigo un poco.

-JAVIER: Al final se ha ido con la chica esa ¿No? Si ya le decía yo…no sé que le ven. – le tomo del brazo y empiezo caminar.

– YO: Ahora no pienses en ello, hoy sólo importas tú, vamos a cenar algo, luego vamos a un par de sitios que me digas, y bailamos un rato, antes de que te ayude con las chicas.

– JAVIER: Así sea pues.

Adoro el gesto tenue al acariciar mi mano cuando vamos paseando, y llegamos a un pequeño restaurante cercano.

Me pasa como el otro día, temo que la gente nos mire, y piensen que soy una asalta cunas, pero nadie parece fijarse. Sé que no aparentamos tanta diferencia de edad como la que tenemos, y eso me reconforta.

La velada es deliciosa, Javier se comporta de la forma que me atrae, galante, educado y con una cierta firmeza y atrevimiento, me coge de la mano cuando me hace reír, o ante el frío del aire acondicionado me acaba echando su chaqueta por encima, al verme pasarme las manos por los antebrazos desnudos. Eso me recuerda a mi primera cita con Luis, y me incomoda pensar en ello.

Al salir a la calle le devuelvo su prenda, es abrumadora la diferencia de temperatura de finales de primavera, y la agradezco, puedo lucir palmito a su lado. Me aferro a la manga de su chaqueta, para notar las miradas de envidia de hombres y la de hastío de las mujeres.

Caminamos un buen rato hasta llegar a la zona de marcha, una avenida llena de bares, pubs y discotecas. Empiezo a sentir la competencia, las chicas van igual o más descocadas que yo, y eso lo considero complicado de lograr. Me fijo en unos cuantos chicos, sobre todo los que van rodeados de jovencitas, y no me parece que ninguno tenga nada que deba envidiar mi acompañante.

Son las once de la noche, y nos desviamos a una cadena de bares que ponen cosas de picar y cubos baratos con botellines de cerveza helada. Entramos y Javier saluda a un grupo de unos ocho jóvenes, la mayoría chicas, que están sentados dentro. Al verme los varones de la mesa, uno bufa disimulado al estar emparejado con una de ellas, otro pone cara de mono salido y el del fondo parece querer ponerse en pie para colocarse a mi lado, todos vestidos de una forma similar y aburrida. No dejo espacio para dudas, y me pongo al lado de “mi galán”.

Me presenta como la madre de Carlos, no sé qué esperaba, ¿Que se inventara que era una prima lejana o algo así? Todos se ponen algo más serios, pero bromeo un poco con el tema, y al rato soy una más, ayuda pagar un par de esos cubos de cerveza. Me tomo solo una, no quiero emborracharme y ya llevo casi una botella de vino encima, entre el baño y la cena.

Me veo gratamente integrada, hay un par de chicas que me tratan como su mejor amiga, y el del fondo se muestra muy sociable, pero no dejo que se confunda, y meto a Javier en todas las conversaciones, que son alegres pero insustanciales. No me creo que el atrevido y osado chico que me tiene encandilada, sea el mismo que está allí sentado, se muestra tímido y reservado.

Tras unas cuantas rondas de botellines, me dirijo al baño, las chicas me siguen, y mientras nos turnamos, veo, sin entender del todo, cómo cogen sus móviles y posan de forma sensual ante el espejo, haciéndose fotos con posturas casi antinaturales, sacando morritos y enseñando escotes que dejan el mío en ridículo, mientras se dedican apelativos cariñosos del tipo, “Guarri”, “Chocho” o directamente “Puta”.

Comprendo los motivos por los que Javier no está cómodo con estas adolescentes, no encaja en su personalidad, son extrañas haciendo el idiota de joven, y él es casi un adulto, o se comporta como tal. Siento lástima, no puede hacer nada salvo adaptarse o esperar que estas niñas maduren un poco. Regresamos a la mesa y seguimos charlando, conmigo arrastrando dialécticamente al joven que me ha traído aquí.

Pasada la media noche, el local empieza a cerrar. Temo por la estabilidad de alguna de las jovenes al levantarnos, van con unos tacones que me darían pánico llevar a mí, y al menos una lleva seis botellines encima ya. Se las nota al hablar y moverse, no les parece importar mucho ir en mini faldas o con top escotados, y que se les vea la ropa interior.

Camino unos pasos por detrás con Javier, observando a la manada, parece un conglomerado de hormonas y estupidez.

– YO: Entiendo porqué te cuesta tanto, estas chicas no llegan a tu misma edad mental, tienen un pavo que ni el de un corral.

– JAVIER: ¿Tú crees? Es que alguna es guapa, pero…no sé, me parecen un poco vacías.

-YO: Es que Javier, eres muy mayor para la edad que tienes, debes soltarte un poco, y hacer el idiota, como ellos.

– JAVIER: No me sale, si no tengo plena confianza con las personas, me resulta incómodo.

-YO: Conmigo lo haces…

-JAVIER: Contigo.- Dice firme.

– YO: Es un buen punto de partida, dime ¿A quién de estas chicas te gustaría ligarte? – sonríe algo abrumado, pero termina mirando a una de las jóvenes de delante, es rubia y de ojos marrones, delgadita y sin casi pecho bajo un top blanco enseñando el vientre, pero un culo de primer nivel marcado en una minifalda vaquera.

– JAVIER: Es Celia, siempre me han gustado las rubias…- se sonroja al decírmelo, y yo al oírlo me doy por aludida.

– YO: Vale, pues lo que tienes que hacer es acercarte a ella, y preguntarla cómo le va todo, la universidad, su familia, sus gustos…pero no te conformes con un “bien”, ve, y no pares hasta que te diga algo más profundo y privado.

– JAVIER: ¿Pero…ahora? Mejor me espero.

-YO: No seas bobo, ve a por ella ya.

-JAVIER: ¿Pero… y tú?

– YO: Ya me las apañaré, pero estaré aquí para ti. Anda, ve. – le doy una palmadita en la espalda, y le veo acercarse nervioso a la chica.

El chico sociable, Fran, del que no recuerdo el nombre y tengo que preguntárselo, no espera ni tres segundos al ver que Javier se aleja, y se me pone al lado. Trato de ser amable, y el chico se muestra agradable comenzando una conversación algo boba, pero animada.

Es bastante mono, moreno de pelo largo y lacio cubriéndole el rostro, barba tupida con un rostro bonito y ojos de un tono zafiro apagado, muy delgado, con pantalón vaquero y camisa a cuadros. Al mirarle, me recuerda un poco a la imagen clásica de Jesucristo en las películas o los cuadros, pese a que según creo, por aquella época no había caucásicos de ojos azules por Jerusalén.

La sensación que me da de ver a Fran y su relación con el grupo de jóvenes, es que este chico es el segundo al mando de la pandilla, y que está aprovechando que no está Carlos, mi hijo, para tirarle los trastos a todas, y me ha llegado el turno. Eso sí, no aparto mi vista de Celia y su pretendiente.

Mientras andamos y paramos reiteradas veces, buscando un pub donde meternos, observo a mí pobre galán tratando de hacer hablar a la chica. Le ha costado empezar, y se ha tirado un par de minutos caminando detrás de ella, sin decir nada. Cuando lo ha hecho, la chica ha reaccionado con gesto extrañado, le ha sonreído, y se ha girado a seguir a sus amigas de nuevo. Me ha dado ternura cuando Javier no sabía qué hacer, pero luego, con orgullo he visto que volvía a la carga, y esta vez ha logrado captar su atención, y llevan charlando ya un buen rato.

Por fin entramos a un bar, un chico en la calle nos ha dado unos pases gratis con chupito incluido. El local tiene pinta irlandesa, y al entrar nos vamos directos a la barra a tomarnos cada uno un vaso de tequila, mordiendo el limón y lamiendo la sal, yo de mi mano, otros del cuerpo de las chicas, que ofrecen encantadas el cuello o su escote. A mí me quema al bajar por la garganta, hacía casi una década que no probaba la bebida mejicana.

Después, todos se piden una copa, hasta yo, pero pido algo sin alcohol, y me quedo con Fran, medio charlando medio contoneándonos a un lado de la pista de baile, donde nos hemos establecido. La música no está mal, es un poco mezcla de ayer y hoy, y sin querer se me mueven las caderas recordando viejos tiempos, pero mantengo una fachada impertérrita, y sigo vigilando a mi enviado en acción.

La chica, Celia, está encantada con la atención recibida, no me extraña, de todas es la única que no se ha dejado lamer la piel, y no parece la más segura de sí misma. Poco a poco, la charla se va animando, me parece ver algún que otro contacto físico en los brazos, mientras hacían el tonto más que bailar, y hasta ha llegado a apartarla del ruido para poder hablar con calma. La verdad es que siento celos, no voy a negarlo, cada vez que la dice algo y la hace reír, me molesta, y cada vez que acaricia la espalda, un frío glaciar me sube por la columna.

Me bebo mi copa como si de verdad llevara alcohol, y pese a no quitarle ojo, me obligo a centrarme en mí, y pasármelo bien.

Caigo en la trampa y Fran me arrastra a la pista de baile, comenzamos metidos en el bullicio del resto del grupo, me fijo en las chicas e imito sus gestos para no desentonar. Solo algunos, los más laxos movimientos, el resto me dan vergüenza ajena, parece que vayan pidiendo que alguien se las tire allí en medio del pub, con gestos de cadera impropios de hacer en público.

La música se vuelve algo más de mi época, y es cuando me luzco, y doy una pequeña clase de cómo se puede llamar la atención de todo varón sin necesidad de ir enseñando nada, o de poder sufrir una luxación en la cadera. Los minutos y la rotación me hace quedarme con ese joven de ojos azulados, el otro chico está encantado de tener a varias jóvenes para él solo, y la otra parejita del bar ha parecido evaporarse.

Fran y yo nos emparejamos para bailar, dejando un espacio entre nuestros cuerpos, pero el local se empieza a llenar, y la pista está abarrotada, acabando bastante pegados. Gracias a él, hasta empiezo a divertirme, de vez en cuando me coge de las manos y movemos las caderas a la par enfrentados, me hace dar un par de giros sobre mí misma, y cuando se ve con confianza, en una de las vueltas se pega a mi espalda rodeándome con las manos por mi vientre, para luego soltarme como una peonza. Me río, sé que no debería desinhibirme, que estoy allí por Javier, pero cada vez que le miro y le veo susurrando cosas que hacen a Celia sonrojarse y mirarle con ojos amables, me enervo.

Estoy seca, el calor, el bullicio y el ejercicio me hacen empezar a sudar, y se me debe notar. El joven Jesucristo me quiere invitar a beber algo, y se está esforzando tanto en hacer que me divierta, que le dejo. Nos vamos a la barra, pero no hay sitio para los dos, así que me pasa delante, y se coloca detrás de mí, posando sus manos en mi cintura. Podrá decir que es por el agobio de la gente empujando, pero se pega a mi trasero sin disimulo alguno, noto su miembro algo endurecido, y si no es por la ropa, bien podría estar penetrándome de lo encima que está de mí. Me siento incómoda, bastante tengo con Javier, como para que ahora otro joven se crea con derecho a ponerme la mano encima, pero no quiero montar ningún número, me giro un poco, y de cara, aunque algo apretado, entramos los dos.

No disimula, y como es de mi altura, tiene mis senos a su disposición, casi los radiografía cuando me pregunta qué quiero beber, aunque me importa poco. Mi galán acaba de besar a la chica en la mejilla, y están tan cerca uno del otro, con sus miradas fijas en sus bocas, que no tardará en hacerlo en los labios, y una ola de furia crece en mi interior, en forma de calor abrasador. Le digo que me pida una cerveza que me ponen enseguida, él se pide otra copa, que tarda más, y para cuando se la traen, ya me he terminado el botellín, a lo que aparte, pido yo una copa.

Regresamos a la pista, estoy entre enojada y tocada por el alcohol. A duras penas puedo mantener las distancias con Fran, que se toma libertades como atusarme el pelo por el calor, o sujetarme de la cadera al bailar. Le dejo, me siento rara y esos roces me hacen encontrarme mejor, pero no me gusta que sea así. Mi atención se centra en que Javier se acerca a nosotros, Celia ha ido con las demás, supongo que al baño, y al verle venir no sé reaccionar, prácticamente estoy en los brazos de otro.

-JAVIER: Perdona, Fran, pero esta dama me debe un baile. – le dice al llegar a nosotros y apartarle con la mano en el hombro. Al chico no le gusta, claro, se estaba propasando, su mano bajaba ya hacia mi culo, y le estaba dejando, pero accede al ver que me separo de él

– FRAN: Vale, pero luego me la devuelves…- se lo dice medio en broma, pero le cambia el gesto al ver el aburrido “claaaro”, en el rostro de Javier.

Me ofrece su mano, y toma una postura de baile clásica, respondo con gentileza a tan extraña pose, que no encaja en ese lugar, pero se me debe notar cierta ira en la cara. Acomodo mis manos y mi cuerpo al suyo, y danzamos con una prudente distancia entre nuestros torsos, sin sobar ni tocar donde no se debe.

– JAVIER: Perdóname.

– YO: No has hecho nada malo, me lo estoy pasando bien.

-JAVIER: Sí lo he hecho, te he traído a bailar, pero me he distraído con Celia, y ahora Fran…es que te he visto mala cara con él pegado, y pensaba que necesitas que te lo quitara de encima. – casi suspiro al ver que me comprende, que ha sabido leer mi expresión. Pero debo mantenerme firme, tiene que olvidarse de mí, aunque me duela, y esa joven rubia es mi mejor baza, no puedo permitir que mis sentimientos le desvíen.

– YO: Que va, si es muy majo.

-JAVIER: ¿En serio? Suele serlo con las chicas…- su tono es muy peculiar.

-YO: No soy ninguna jovencita novata en estas lides, puedo con tipos como él. – se lo digo, pero no me lo creo, verle a él con esa chica, me hace perder el control.

– JAVIER: Vale, pero de todas formas te debo un baile al menos, me has ayudado mucho…ya sabes, con Celia.

– YO: ¿Os va bien? No me he fijado.

-JAVIER: Pero si no me has quitado el ojo de encima, que pareces mi madre. – nos reímos los dos, me ha pillado pero no me importa, significa que también estaba pendiente de mí.

– YO: Lo siento, es que quiero que te vayan bien las cosas con ella.

– JAVIER: Pues creo que sí, hemos hablado… es muy agradable, y es más lista de lo que creía…bueno…y hemos empezado a darnos besos en la mejilla y eso. Pero no sé si dar el salto y besarla en los labios, no quiero meter la pata ahora que he llegado hasta aquí.

– YO: Lánzate, está deseándolo, pero no seas brusco, ni la fuerces, ve acercándote poco a poco, y cuando la veas mirarte la boca, acaricia su mejilla con tu mano y dale un buen beso…Sabes besar bien, ¿No?

– JAVIER: Sí, no soy virgen ni nada así, tuve una chica en el instituto con la que salía, y me enseñó un par de cosas. – lo dice orgulloso.

– YO: Pues anda, ve y déjala sin aire.

– JAVIER: Muchas gracias…y si Fran se pone muy pesado, dígamelo y se lo quito de encima.

– YO: Para nada, no te preocupes, tú céntrate en Celia, lo mismo te la llevas a casa…- se lo digo con sorna, pero en realidad es pánico.

-JAVIER: Puf, no me digas eso, no puedo llevarla a mi casa, con el piso como está, y Thor por allí.

– YO: Eso está mal…mira, si al final la chica quiere irse contigo, te la llevas a mi casa. – se pone rojo como un tomate solo de imaginárselo, realmente no esperaba que esto funcionara y la perspectiva le ilumina el rostro.

– JAVIER: Qué vergüenza, no sé… es tu casa.

– YO: Por eso te la ofrezco, se la ve con ganas, podéis quedaros en el sofá, o usar la habitación de Carlos, está limpia, y si te da apuro, podéis usar la de matrimonio de mi cuarto. – me duele en el alma ayudarle a estar con otra, pero quiero que ocurra, para poder pasar página.

– JAVIER: Bueno, espero llegar a eso, pero tampoco quiero ir muy deprisa con ella, no vengo preparado…- no le comprendo.

-YO: ¿A qué te refieres?

– JAVIER: No llevo condones, Laura. – se me olvida que la gente los usa, con mi marido nunca los utilicé después de saber de mi esterilidad, y con Emilio…fue una sola vez.

– YO: Mejor me lo pones, de camino a casa hay una farmacia con una de esas maquinas dispensadoras 24 horas. – Javier suspira, está tenso y su forma dulce de guiarme al bailar se tercia algo más abrupta. La realidad de una noche de sexo se hace evidente, y tiene cierto miedo.

– JAVIER: ¿Seguro que no voy a estropearlo todo?

-YO: Seguro no hay nada, por ahora, tú sigue así, la besas, y si la cosa se pone interesante, la invitas a casa.

– JAVIER: De acuerdo…uf, no sé qué haría sin ti. – me abraza por sorpresa, y no es uno de los suyos, tan cariñoso como ordinario. En este noto que me trasmite algo, una sensación de ternura y agradecimiento muy elevada. Evito besarle en la cara para no mancharle de carmín, pero le retengo un par de segundos con los brazos.

-YO: Mucha suerte, Javier.

Tras un minuto de música y silencio entre nosotros, medio abrazados medio bailando, Celia aparece de la nada, y de un salto se coloca a nuestro lado. Al darme cuenta de que está esperando a Javier, risueña y alegre, le suelto y se lo ofrezco a la joven. La pobre está tan ilusionada que no se da cuenta de la cara de asco que la pongo.

Le veo alejarse, sonriéndole de forma falsa, porque de vez en cuando Javier me mira, y no quiero que se preocupe. Asumiendo que va a estar observando, y para que no se distraiga, acojo de nuevo a Fran, que andaba como un tiburón cerca de mí, y volvemos a bailar muy juntos. Sus manos van directas a mi cadera, y yo interpreto mi papel, juego a que me divierto, y hasta logro hacerlo.

Son casi las tres de la mañana y las luces del local se encienden. Me alegro, el joven ya me rodea la cintura con un brazo y sabe moverse al bailar, llevándome a su terreno con labia, y más de una vez creía que me iba a besar cuando se acercaba a decirme algo al oído.

Busco a Javier y le encuentro en una esquina, de espaldas a mí, y con Celia entre él y la pared. Veo las manos finas de ella recorrer sus grandes espaldas, y las de él elevándola sobre su pecho. Para cuando se giran un poco, cercioro que no metía, se están dando un beso apasionado y continuo, con sus lenguas traviesas luchando entre ellas, “Pues sí que sabe besar bien”.

– FRAN: Joder con el Javi, y parecía tonto…- le miro asqueada.

-YO. Es un cielo, me alegro por él. – se lo espeto, como si él fuera la representación de todos los chulos guaperas del mundo.

Me recompongo, Fran no tiene la culpa de nada, no es más que un joven que se esfuerza en entretenerme, y me está haciendo pasar una noche divertida, aún cuando estoy encabronada. Se ha ganado cierta cortesía, que no afecto, de mi parte.

– YO: Cierran ya, toca irse a casa. – digo al grupo cuando nos reunimos. Veo que Celia y Javier van de la mano, Fran no se aleja de mí, y el otro chico no da a basto con las otras chicas.

– FRAN: ¿Irnos a casa? Que va, ahora nos vamos a una discoteca de verdad hasta las seis o así.

– JAVIER: Bueno, eso será si lo desea, puedo acompañarla a casa si quiere irse ya. – la carita de Celia es de niña a la que le van a quitar su caramelo.

– YO: No, ni hablar, hasta que salga el sol, ¡Eh, chicas! – me siguen en un grito coral, la que más, la que va de la mano de Javier, que me mira intuyendo que en realidad no me apetece, pero si digo que me voy a casa, me querrá acompañar, y dejará a su chica tirada por mí.

– CELIA: Sí, por fi, no me quiero ir a casa aún… – se mueve coqueta, para darle un beso cariñoso a Javier.

– JAVIER: Vale.

Salimos a la calle, y el aire fresco me sienta fenomenal, me despeja un poco. Javier aprovecha que Celia se va con las chicas, seguramente a cotillear que tal le va con él, y se pone a mi lado. Caminamos en silencio, con miradas cómplices, creo que quiere agradecerme el ligue. Me canso de esperar a que hable.

-YO: Bueno…parece que te va bien.

-JAVIER: Sí, ha sido…no sé, genial, gracias.

– YO: De nada ¿Y al final…te dejo la casa? – se sonroja un poco.

– JAVIER: Pues… tenía pensado pedírselo al salir del local, pero como Celia ha dicho que no quiere irse a casa todavía, creo que voy a esperar.- casi me doy con la palma de la mano en la frente. Le cojo del brazo y nos separo un poco para tener intimidad.

-YO: ¡Por dios, Javier, que no te tienen que poner un cartel de neón cuando una chica quiere tema! No quiere irse a casa todavía, porque no quiere separarse de ti…está esperando que la invites a ir a dónde sea.

– JAVIER: Ah…. ¡Ahh, claro! Joder, si es que soy muy torpe. – no puedo evitar la carcajada, y él me comprende con sonrisa generosa.

– YO: Un poco, pero ahora no te tires encima suya, vamos a algún otro sitio, seguís con los besos, y acaríciala un poco más osadamente, y cuando lo sepas, se lo dices.

– JAVIER: ¿Saber el qué?

– YO: Que quiere que la hagas el amor esta noche.

– JAVIER: ¿Y cómo lo sabré?

– YO: Lo sabrás.

Le froto el antebrazo y le hago un gesto cariñoso con la cara en el hombro. Tras unos pasos, Celia se separa de las chicas, se queda quieta mirándonos, algo paralizada, pero en cuanto le suelto, se acerca y casi le salta encima, recibiendo su abrazo y un beso de tornillo. “Zorra afortunada”, se me escapa pensar.

Tras preguntar en un par de sitios, encontramos uno que cierra tarde y en el que no hay que pagar entrada. Tanto nos da, cada copa nos sale a catorce euros cada una. El sitio es una discoteca propiamente dicha, bajamos unas largas escaleras con vigilantes vestidos con trajes negros baratos, y abrimos un par de puertas pesadas con ojos de buey, para pasar a un altillo, y notar el golpe de la música. La barra está nada más entrar, con un DJ en medio subido a un altar, y abajo tres camareras, con minivestidos rojos, que bien podrían estar en una pasarela de moda. Pasada esa zona, unos escalones nos bajan a una gran pista de baile, que está a rebosar de gente, y en los cuatro costados hay zonas VIP, con alguna despedida de soltera o cosas así.

Tratamos de hacernos sitio en un lado, para dejar los bolsos y la ropa en unas barandillas, nos cuesta, y solo quedaba libre un hueco, y lo está porque se encuentra al lado de un altavoz de mi altura, que me tapona los oídos casi de inmediato. Me llevo el susto del día al ver que sale disparado un chorro de humo del techo que apesta a químicos, me dicen que se supone que es para dar ambiente, yo toso agobiada.

Aquí se acabó la buena música antigua, mezclada con cosas nuevas, que ponían en el pub, es un salto canción tras canción entre electrónica, latina y los hits del momento, cuando no lo es todo a la vez. Me saturo y me alejo de la zona metiéndome en medio de la pista, craso error, Fran lo interpreta mal y me sigue, continuando donde lo habíamos dejado, con él muy pegado y metiéndome mano con cada vez más atrevimiento, sacándome sonrisas y haciéndome bailar. Tengo que reconocerlo, en mi época, antes de Luis, ese joven ya se hubiera ganado un tórrido beso y más, es la situación la que me desagrada, no él, que hace de todo para que me sienta bien.

En mis vistazos de rutina, Javier nos ha seguido a bailar, pero Celia tiene un acompañante más casto y sensible. La trata con una dulzura exagerada, creo que por eso la chica está algo confusa, se lo leo en la mirada, está deseando que tenga un arranque pasional, y si no lo hace pronto, la va a perder. Aprovecho un cambio de canción para llamar su atención sutilmente, no tarda ni dos minutos en echarme un vistazo, de los que suele para comprobar que estoy bien, y le insto con un gesto a que la coja del culo, es algo casi cómico. Abre los ojos entendiendo lo que digo, pero no dando crédito, yo le miro a los ojos y asiento, firmemente. Mira al techo, un conglomerado de tuberías y luces LED, con flashes de colores que te dejan ciego, y toma aire. Casi la levanta del suelo cuando la besa y le aprieta del trasero con ambas manos. Me tapo la cara pensado en lo burro que es, pero la chica abre los labios gratamente sorprendida, se aferra a su nuca, y el término correcto es “le come la boca”. A partir de ahí, la cosa va sola, están tan metidos en acariciarse y besarse, que se olvidan de todo. Es complicado con tanta gente, pero logro ver cómo aprieta sus nalgas, y si la carrera de ciencias sociales que estudia no fructifica, le auguro un buen futuro de masajista.

Los celos siguen ahí, pero estoy calmada.

Fran sigue a lo suyo cuando me despreocupo de la parejita, en cuanto noto que su mano baja más de lo debido hacia mis shorts, giro sobre mi misma y sigo bailando. Ya sin estar pendiente de nada, me centro plenamente en divertirme, y ese joven se ha ganado a pulso un coqueteo leve. Me suelto la melena un poco y le regalo unos minutos de mi yo más salvaje y olvidado. El pobre se ve sobrepasado, no sabe actuar, y se pone nervioso cuando froto mi cadera contra él. Me da lástima, un poco, si hubieran sido otras circunstancias, quizá hubiera llegado a algo conmigo esa noche, no es que quiera, pero tengo la cabeza hecha un lío y no me hubiera importado darle un repasito. En cambio, lo que hace es agarrarme de culo, como si agarrara una lata de refresco, y de golpe todo lo que había logrado se difumina, pienso en que es amigo de mi hijo, y en que la lengua de un adolescente es muy suelta. Le doy tal bofetada con la mano abierta que hasta suena por encima de la música, los de alrededor se quedan atónitos, y me arrepiento enseguida al ver cómo sus ojos azules se cristalizan. Le pido disculpas y, llevándomelo a una esquina, hablo con él tranquilamente. Le explico que se ha pasado de la raya, y que me disculpe por haberle pegado.

Al final termina dándome un abrazo y pidiéndome perdón. Se va con las otras chicas, y al rato desaparece, me dicen que se ha ido a casa. Me siento muy mal, y me uno al grupo, pero Javier aparece y trata de hablar conmigo, no le oigo casi nada, así que le llevo al mismo sitio en el que hablé con el otro joven.

– JAVIER: ¿…te decía, que qué ha pasado con Fran?

– YO: Nada grave, se ha pasado de listo y le he tenido que aclarar las cosas.

– JAVIER: Lo siento mucho, Laura, no creía que se atrevería a nada.

-YO: No es culpa tuya, si no suya, y espero que con esto aprenda la lección, no es que sea la madre de su amigo, es que tiene que saber comportarse, que tenga labia no le da derecho a cogerme del culo.

– JAVIER: ¡¿Que ha hecho qué…?! ¡Yo lo mato! – sonrío y le calmo, parece dispuesto salir a la calle tras él.

-YO: Que no pasa nada, Javier, ya está solucionado, te dije que sabía tratar a esos tíos…además, ¿Tú qué haces aquí, y Celia? – bufa un par de veces, y se centra en mi mirada.

– JAVIER: Bien…sí, de hecho, al final ha sido ella la que ha pedido que vayamos a algún sitio más tranquilo…- no sé si el colorado de sus mejillas es por la situación, por el enfado con Fran, o por el par de copas que se le notan encima.

– YO: ¡Genial! Me alegro por ti…pues te la llevas a mi casa, sin problema alguno, ¿Vale?

– JAVIER: Estoy muy nervioso, nunca he hecho esto así.

– YO: Es un tópico, pero ahora que ya has logrado ligártela, es lo más fácil del mundo para ti, se tú, eres un galán respetuoso y caballero, eso siempre gusta cuando estás a punto de acostarte con un hombre.

– JAVIER: Vale, pues, no sé, iré con ella y…nos iremos.

– YO: Cuando os vayáis a ir, pasa a despedirte y te doy las llaves.

– JAVIER: ¿Y tú…que harás o como entrarás luego?

-YO: Ya me las apañaré, os dejaré tiempo para que acabéis…además, hay unas llaves de emergencia escondidas en el rellano, no te preocupes. – le doy unas palmadas en el pecho, parezco más ilusionada que él incluso.

Volvemos al grupo juntos, y pese a que no dicen nada, noto que todos se alejan un poco de mí, el número de Fran me ha costado que me vuelvan a ver como a una madre, y no como a una amiga.

Eso no es del todo negativo, al verme desplazada, una serie de buitres carroñeros que pululaban a mis alrededores, se lazan a por mí. Yo me hago la estrecha, y les doy calabazas, pese a que alguno logra sacarme a bailar, y regresa cada poco con otro intento. Es ciertamente irónico que casi todos me entren a mí, teniendo a las chicas de una edad más cercana a la suya allí mismo, o el local esté lleno de otras mujeres libres.

Me sube el ego bastante sentirme superior a todas esas jovencitas hermosas, que me dedican miradas llenas de desdén.

Javier al final se acerca, con Celia de la mano, escondida detrás de él, parece darle vergüenza que se note lo que van a hacer. No hay dialogo, o si lo hay, no lo escucho por la música. Le paso mis llaves de forma discreta, y suelta a su chica para darme un abrazo gigante, que me incomoda un poco, sé que me lo da por ayudarle, y pese a que necesito que se aleje de mí en brazos de ella, me duele que eso pase. Le beso la mejilla, y me despido de la chica con una mirada de “Trátalo bien, que vale su peso en oro”.

A los diez minutos el resto de chicos se van, varios de ellos están muy borrachos para seguir de fiesta. Trato de irme con ellos, pero es que literalmente me agarran del brazo la panda de buitres para que me quede. Pienso que si me voy ya, voy a estar sola en la calle un par de horas ya que no puedo ir a casa, y si están tan dispuestos, puedo sacarles unas copas gratis y hacer tiempo, ya que pensar en lo que durará Javier en la cama me turba la mente.

Creo que me he metido en un lío cuando, en menos de media hora bailando, paso por las manos de seis jóvenes, a cada cual más divertido o atrevido. Me doy cuenta de que se ha puesto de moda rodearte la cintura con el brazo cada vez que te hablan al oído, y de que las manos bajan según pasa el tiempo. Todos se hacen fotos conmigo, bromean o me piden besos en la mejillas, se los doy a quien se los gana sacándome una sonrisa, otros piden dármelos a mí, pero mantengo las distancias, pese a que hay un par de chicos que son muy guapos, me dejo camelar sólo hasta cierto punto.

Me invitan a unos cubatas, que bebo despacio para que no me suban, pero van tan cargados que me afectan un poco. Me doy cuenta de que la pista se ha despejado bastante, y que salvo algún que otro grupo disperso de chicas, soy la última “pieza de caza” que queda, y no me faltan acechadores. Contrariamente a lo que esperaría, esta situación me agrada, hacía mucho que no me sentía tan deseada y admirada, una cosa es que te miren por la calle o en el trabajo, y otra saberte manejar ante el atrevimiento de tantos hombres, que tratan de conquistarte.

La música sigue, y pese a un ambiente más relajado, según hablo con uno, otro me coge de la cintura sacándome a bailar, demostrando un gran movimiento de caderas y saber llevarme. Cuando acabo con él, otro me lleva a la barra a susurrarme cosas bonitas al oído, y si se calla un instante, uno de al lado me enseña un truco de magia barato, que me hace reír, para volver a ser arrastrada a la pista y contonearme muy pegada a otro desconocido. Son casi las seis de la mañana, y es cuando mejor me lo estoy pasando.

Al acabar la segunda copa, el DJ, que me ve tan alegre, pide que me suba a la barra a darlo todo. Me da vergüenza, pero ante la insistencia de mi público, y un par de chupitos de algo dulce, que me hace reír sin parar, acepto. Uno de los más fornidos me coge de la cintura, elevándome sobre la barra de un tirón, y empiezo a moverme al son de una música sexy que ponen. Recibo silbidos, piropos, y alguna grosería, sin contar los que intentan tocarme, juego con ellos azotándoles en las manos, algo traviesa, y sigo meneándome, levantando un poco la camiseta enseñando el ombligo, o agachándome para marcar todavía más el trasero bajo los shorts, con mis largas piernas brillando por el sudor. No me reconozco al pensar en quitarme el top, y paro, tranquilizándome un poco antes de jugar a ser stripper.

Al acabar la música, recibo un aplauso atronador. Un par de chicos me ayudan a bajar con elegancia, parezco una diva, y termino en la pista de baile de nuevo, pensaba que se había acabado la noche, pero ponen un par más de canciones, en que los hombres a mi alrededor queman sus últimas naves. Yo quiero bailar, así que los charlatanes quedan relegados, y al final quedan sólo dos jóvenes, tan apuestos como diferentes entre ellos, haciendo un emparedado sensual conmigo.

Uno de ellos es alto, delgado y con ojos verdes, bien afeitado, pelo rubio despeinado, y cara redonda. Pese a que se mueve bien, el aliento le apesta a ron, lleva una camisa a rayas manchada de bebida y un pantalón negro sucio, con pinta de haberse caído al suelo. Al rato se da por vencido cuando trata de hablarme, y casi vomita.

El otro es un chico guapo a rabiar, de unos veintimuchos, o treinta y pocos. Rubio con el pelo engominado de punta, muy corto, también afeitado, ojos pardos y cuerpo fornido, llenando de músculos a reventar una camisa blanca, con pantalones vaqueros piratas. El único pero, es que es bajo, creo que si me quito las sandalias seremos de la misma altura, pero no es mucho, y la forma de moverse en los ritmos latinos me sonroja.

Nuestros gestos comienzan a ser obscenos, se pega a mi pelvis y frota su paquete contra mí, pero lo hace de una forma sutil, y me arrastra a su cadencia, “obligándome” a seguirle el juego. Sin darme cuenta, nuestros cuerpos son uno, moviéndonos al son con amplios y veloces gestos circulares, subiendo y bajando las caderas doblando las rodillas. Me voy calentando al apurar la copa en mi mano, esto es casi follar, y no me separo ni un ápice. Me ha rodeado la cintura con sus brazos, y no hay espacio entre nuestros torsos, mis senos se elevan al friccionar contra su inflado pecho, y hasta tengo que girar la cara para no darme de bruces con sus labios, que hace rato me buscan. Estoy notando un calor creciente en mi ser, apartándome la larga melena rubia con giros de cabeza sensuales, y mis dedos se han pegado a sus poderosos bíceps.

Me río, a cada canción eterna, me parece que se va a acabar la fiesta, pero ponen otra y el chico me sorprende con un paso de baile diferente, siempre con el mismo erotismo. Le sigo en todos, se ha convertido en una batalla para ver quién tiene más aguante, y no voy a ser yo quien me rinda. Sus manos me repasan entera, es firme pero no se la juega, roces leves por mi camiseta, o por mis piernas, soy yo la que le atrae de la cadera, tirando de su pantalón, y bailo con las manos metidas por dentro de su camisa. Él aprovecha, y alza los brazos detrás de la cabeza, la camisa es ceñida y se levanta casi hasta el pecho, dejando un vientre trabajado de gimnasio sin un solo pelo, con tableta dura bien apetecible y mostrando el músculo de la pelvis apuntando a su entrepierna, siempre me ha excitado ver así de marcado esa parte de cuerpo masculino. Tiene el torso tan apretado, que paso las manos por él, mordiéndome el labio.

La canción cambia, y me da la vuelta para pegarse a mi trasero, poniendo sus manos a ambos lados de mi cadera, y su miembro, bien duro, en mi trasero. Por alguna razón, que Fran hiciera exactamente lo mismo hace unas horas, me molestó, y que lo haga este chico, me pone cachonda a más no poder. Seguramente sea el alcohol, y saber que sí llegaba a algo con el amigo de mi hijo, sería el hazmerreír de la universidad de Carlos, mientras que si pasa algo con el adonis ante mí, no lo sabrá nadie.

No me creo verme así, me he pasado gran parte de la noche mirando a chicas dar vergüenza ajena por su forma de restregarse como guarras, y ahora mismo lo que hago es rememorar lo que hacían para dárselo a este desconocido. Si, se puede llamar bailar, pero lo que hago es dejar que me de “topecitos” con su paquete en el trasero, me aleja medio palmo y arremete sin parar, para colmo, saco el culo y trato de hacer fuerza contra él. Alguna que otra vez, muevo la cadera, pero es casi por disimular cuando escucho cada golpe en mi culo, y noto cómo retumba todo mi cuerpo.

Me pega a su pelvis, deja de darme “caderazos” y empieza un movimiento horizontal circular, muy lento y sensual, que me veo “forzada” a seguir, con la nuca apoyada en su hombro izquierdo, sintiendo su respiración agitada en mi cuello. Al soltarme comprueba sin rubor que mi cintura acompasa los golpes pélvicos que empieza a darme, y mete sus manos por dentro de mi camiseta, acariciando mi vientre, palpando el sudor y la excitación que tengo. Cierro los ojos y me dejo ir, llevo mis manos a su cadera para que no se separe ni un milímetro, y gozo de la sensación del momento, rotando mi pelvis junto a la suya.

En cada golpe musical recibo el impacto de su miembro, solo pienso en que sin ropa, ya me la estaría metiendo, y no me importaría en absoluto. Son ya tan obvios y fuertes son “enculamientos”, que si no me tuviese bien sujeta del torso, me caería al suelo. Me empieza a susurrar cosas, diciendo que bailo genial, que sé moverme muy bien, que no hay mujeres como yo, que soy preciosa y que le encantaría comerme a besos. Sonrío porque podría recitarme el abecedario, que me encendería igualmente. No puedo más, estoy jadeando, y mi cintura acepta con gusto el ritmo pausado de sexo de la suya, giro la cara rogándole con la mirada algo, que ni yo misma sé. Él sonríe, saca una mano de mi torso y aparta un mechón de mi pelo rubio para besarme en el cuello. Me derrito al instante, alzo mis manos por encima de mi cabeza y aprieto de su nuca contra mí. Noto cómo sus labios me queman, chupándome la piel, provocándome un suspiro de placer.

Puedo escuchar un leve “Ohhh” de fondo, deben de ser el resto de buitres al comprender que este trozo de carne ya tiene dueño. Así me siento, un trofeo que se ha ganado un joven, del que no me sé ni el nombre.

Termina haciéndome un chupetón del tamaño de una galleta en el cuello, cerca de la clavícula, sin dejar de acariciarme con sus manos. Ya más atrevido, se lanza a por mis senos, y baja la cadera para que, en vez de atrás hacia adelante, sienta su paquete de abajo a arriba, casi poniéndome de puntillas al levantarme los glúteos. Por si fuera poco, me agacho un poco pegándole mi trasero a su miembro, quiero que sepa que soy suya, y que me puede hacer lo que quiera esta noche. Baja sus manos hasta mis shorts, amaga con palpar por encima de mi pubis, pero baja hasta mis muslos, mientras sigue besándome en el cuello, susurrándome que estoy muy buena, que me va ha hacer sentir mujer, y que me va a destrozar. Le sonrío coqueta.

Tras el beso mil en mi piel, me giro sobre su pecho, le agarro de la nuca y baja sus labios a mi escote, es glorioso pensar que me va ha hacer lo mismo que Javier le hizo a Celia, y no me defrauda. De inmediato, sus manos me cogen del trasero, pero no es tan fuerte o bruto como él, lo hace suave y con calma, saboreando el pedazo de paraíso que tiene entre las manos. Me veo tentada a decirle que es por el gimnasio, cuando me dice que tengo el culo más duro que ha sentido jamás.

Tras alzar la mirada un instante, y mirarnos a los ojos esperando que me bese, me acerco yo a su boca. Me recibe encantado, y descubro que el pico inicial ha pasado a mejor vida, me mete su lengua hasta la laringe, y me cuesta seguirle el ritmo doblando la espalda hacia atrás, pero sus manos en mi trasero no me dejan opción y rodeo su cabeza para tranquilizarlo, y enseñarle un poco de sensualidad. Aprende rápido, o se adapta, notando que sus manos suben por mi espalda, acariciando mi piel desnuda, hasta mi sostén sin tirantes. Juega con él hasta que de un tirón me lo saca, tengo más pecho que el sujetador copa, así que sale disparado facilitándole la tarea, y se lo mete en el bolsillo.

-YO: ¡Oye, eso es mío! – digo sonrojada en una carcajada. La discoteca está casi vacía ya, pero me da vergüenza que alguien nos haya visto.

No me contesta, mete sus manos de nuevo por dentro de mi blusa, y una de ellas sube a mis senos, que al contacto con sus dedos me provoca una oleada de excitación. Ladeo un poco el torso para facilitarle la labor, y lo agradece trasteando con mis pezones, que están tan salidos y sensibles que suspiro por no gemir. Me pilla por sorpresa, me da un cachete en la nalga izquierda, que me hace soltar un grito mudo. Cuando abro los ojos, le veo irse tranquilamente a las zonas VIP, y tras mirar varias, se mete en una. Me quedo algo confusa, pero pienso en que quiero mi sostén, y voy tras él.

Según entro por las cortinas rojas de la única entrada, le veo con él en la mano, mirándome con rostro travieso, en mitad de una sala azul vacía, con sofás de diseño grises pegados a las paredes, y una mesa baja de cristal a un lado, llena de botellas, vasos de tubo y copas. Me acerco riéndome, pero firme para cogérselo de la mano, y lo aparta en un último momento. Entiendo que me ha traído hasta aquí, y me hará sufrir para recuperarlo. Trato de volver a cogerlo, pero me lo esconde, hasta que le tengo encima, me sujeta de las manos, y me besa otra vez. Le sigo el juego, se guarda mi sostén y me coge de nuevo del trasero, va andando hacia atrás hasta que se topa con uno de los sillones, se deja caer lentamente sin dejar de “morrearnos”, y tira de mí para que me monte a horcajadas sobre él.

– YO: Ya te vale, anda, dámelo.

Sigue sin hablar, dice que no con la cabeza, y hace un gesto claro de que me levante la camiseta. Me cruzo de brazos con rostro serio, pero él hace lo mismo, indicativo que o lo hago, o no me lo dará. Cualquier otro día le cruzo la cara y me iría a casa, pero es pensar en Javier en mi piso, junto a Celia, y mi cabeza se evade de la realidad.

Cojo del bajo de mi top palabra de honor, mirando de reojo confirmo que nadie nos ve con las cortinas bajadas, y ruborizada, lo levanto un poco y lo bajo. El joven saca los morros y dice que así no vale con la mirada, que le dé más morbo. Me río por caer en algo tan obvio, pero me alzo un poco y empiezo a moverme eróticamente al son de la música de fondo, amago un par de veces hasta el vientre, y al final, me la saco por la cabeza.

El pobre bufa, la riada de pelo rubio cayendo por mi hombros debe mejorar la imagen de mis pechos, que pese a la edad aún miran al cielo, y son bastante firmes, con los pezones rosados y grandes, y ahora mismo, también duros. No tarda nada en agarrarlos con las manos.

Sigo contoneándome y degustado la dedicación que pone en cada caricia, es algo brusco, pero su mirada hipnotizada me da una oportunidad. Me acerco a él, y me alejo repetidamente, dejando mis pechos al alcance de su boca, a cada amago estoy más cerca, y al quinto envite no me da tiempo a retirarme y me chupa uno de los pezones, quiero pensar que ha sido eso, porque reconocer que estoy con el torso desnudo dejando que un desconocido me chupe las tetas para que me dé mi sujetador, es demasiado para mí. La realidad es que una vez que ha empezado, me está regalando un trabajo bucal excelente, y le aprieto contra mi pecho. Pero el descuido llega, cierra los ojos mientras me succiona como un bebé, y mi mano busca en su bolsillo, apunto estoy de sacar el sostén cuando se da cuenta, y me coge de la muñeca.

Su cara de “La has cagado”, me pone nerviosa, pero sonríe, eso me tranquiliza. Pongo cara de niña buena, pero noto sus manos ir a mis riñones, meterse por los shorts, y tirar del hilo del tanga. Le comprendo, ahora también quiere mis braguitas. Río nerviosa diciendo que no, y me pone cara de que es culpa mía por haber hecho trampa. Estoy a punto de terminar con esto, levantarme, ponerme la camiseta e irme tal cual, cuando se saca del bolsillo mi prenda, y la huele de forma perversa. Es un cabrón, lo hace a sabiendas de que una mujer adulta como yo no dejará que un niñato se quede su sostén, y regresar a casa sin él es la prueba de que estoy afectada por lo de Javier. Me muerdo el labio, rendida, y me tumbo a su lado, desabrochando el botón del pantaloncito. Me para, y me señala el centro de la sala.

– YO: No, si encima querrás que te haga un bailecito…- el pícaro sonríe, y asiente.

Suspiro recostada, tenía ganas de divertirme, ¿Acaso esto es lo que se hace ahora? No me lo pienso mucho, creo que por el alcohol, y me pongo en pie. El chico rompe a reír porque no se lo cree. Me planto ante él, y doy rienda suelta a mi imaginación, me tapo un poco los pechos, pero al final los dejo libres y muevo la cadera como él me ha hecho moverla hace un rato. Recuerdo mi paso por encima de la barra, y lo que paré, lo recupero, y se lo doy.

Me acerco a él tras un minuto, y me dejo caer de cara sobre su cuerpo, lame mi piel y se centra en uno de mis senos, pero acabo besándole para dejarlo sin aire mientras noto en mi vientre su paquete a punto de reventar. Me deslizo hasta ponerme de cuclillas ante él, amagando con una caricia a su abultada entrepierna, y me giro para colocarme. Alzándome, y sin dejar de mover el trasero ante sus ojos, abro los shorts, paso mis dedos pulgares por la circunferencia de mi cadera, y los voy bajando con cierta dificultad ya que me quedaban prietos. Al llegar a medio muslo caen solos al suelo, y los dejo a un lado junto a mi camiseta, cuando noto un cachete brutal que casi me tira, no puedo culparlo, mi culo en tanga tan cerca de él es demasiado para controlarse. Me giro y le digo que no se toca, con gesto travieso.

– YO: Si quieres mi tanga, vas tener que quitármelo. – “De perdidos al río”, para qué engañarme, estoy deseando ver dónde acaba esto.

Se mueve veloz, me coge de la cintura y me sienta en su regazo, me estiro sobre él usándolo de cama, y noto sus manos en mis senos, cómo retuerce los pezones y me besa en el cuello. Es tremendamente excitante sentir sus vaqueros luchando por contener su miembro en mis nalgas desnudas. Su mano derecha baja por mi vientre, y llega a mi pubis, sentir su mano por encima del tanga me eriza la piel, pero es cuando mete sus dedos por dentro y palpa mi vagina con cuidado, cuando casi exploto de placer. Sus dedos abren mis labios mayores, que noto empapados, y me abro algo de piernas para ayudar a que me meta un dedo hasta el fondo de mí ser.

Estoy en una nube tras unos segundos, sus caricias y sus besos en mi piel me dejan a su merced, me está masturbando un extraño que no conozco ni me sé su nombre, y solo puedo pensar en que su polla sea bien dura, para que cuando me la meta, me haga delirar. Apoyo bien los pies y elevo la cadera para tirar de mi prenda intima, lo único que llevo puesto salvo las sandalias con tacón, y me lo bajo hasta los tobillos con el culo en pompa sobre sus piernas, sintiendo sus manos cogiéndome de las nalgas, y besándolas con delicadeza. Las separa e inspira el olor a hembra necesitada que desprendo. Recoge del suelo el tanga, y se lo guarda, no sin antes inspirar profundamente en el triangulito donde estaba mi sexo hacía unos segundos.

-YO: ¿Y ahora? – pregunto estúpida, estoy desnuda delante de él, y quiero que me posea.

Se pone en pie, y me sienta, se pone en mi posición anterior y empieza a bailar. Cuando se quita la camisa, entiendo que me va a regalar lo mismo que le he dado, un baile. Su tórax brilla y está tan marcado que sus espaldas tienen músculos que desconocía.

Empieza a quitarse el pantalón al rato, con gestos sensuales, y al bajarlos, muestra unos calzoncillos slips blancos con un bulto considerable. Me quedo perpleja al ver sus muslos, parecen de mármol. Sigue contoneándose y se acerca a mí, algo juguetona, le digo que no quiero tocarle cuando se ofrece, pero coge mis manos y las pasa por su vientre y su pecho. Al tacto, pareciera que va a estallar la piel de lo apretada que está. Se mueve con garbo, y me está gustando mucho imaginar que haga esos gestos penetrándome. Se gira, y pasa mi mano entre sus piernas, para tocar su vientre, e ir bajando, y al tocar su miembro, me preocupo, aquello parece enorme.

Se da la vuelta con rapidez, mostrándome su culo, que no desmerece al resto, y se baja los calzoncillos, casi me da un patatús cuando se da la vuelta tapándose con las manos algo que casi no abarca. Me vengo arriba, y ya lo dos desnudos, me pongo en pie y le beso. Me rodea con sus brazos y me coge del trasero, piel con piel, noto su falo apretado contra mi vientre y acaricio su cuerpo de levantador de pesas.

Me alza y me posa en el sillón tras pelear con nuestras lenguas, me come el cuello y los senos, aprecio que sabe dónde tocar y me enciende cada vez más. Al llegar a mi pubis, sus dedos hacen algo que explota en mi interior, y gimo retorciéndome. Es cuando noto el peso, su miembro está posado lateralmente en la entrada de mi vagina, y al mirar, me quedo blanca. Es el aparato reproductor más grande que he visto, el de Luis no le andaría lejos en longitud, aunque este no bajará de los veinte centímetros y mi marido no llegaba, lo que me da pavor es que tiene un grosor de uno de esos vasos de tubo que hay en la mesa de cristal, creo que más, pero puede ser por la impresión.

De inmediato, digo que no con la cabeza, y poso mis manos en su pecho, alejándome de él. Es fuerte, y no me deja irme lejos, tampoco me fuerza, sigue acariciado y besándome por todo el cuerpo, allí donde nadie me había besado nunca, me susurra que esté tranquila, que lo hará con cuidado, y que no me preocupe, pero no logra calmarme mucho. Siempre que he visto algún vídeo guarro, de esos que te pasan en la oficina, de un miembro de ese tamaño, he pensado que si llego a encontrarme algo así, saldría corriendo, pero aquí estoy, dejándome hacer, con miedo a que me parta en dos, pero con ganas de probarlo.

Son sus caricias las que me distraen, vuelve a masturbarme, y tal como lo hace, me provoca una sensación constante de placer. Se acerca a su ropa, y saca un condón, estoy tan paralizada que no le digo que no hace falta, aunque luego pienso que con un tipo así, más que un embarazo no deseado, tener en cuenta las ETS no está mal. Se lo pone con una habilidad pasmosa, y se recrea en mis senos, lamiéndolos hasta que no puedo evitar acogerle entre mis piernas.

Noto el primer intento de penetrar pasado un instante, pero es al segundo cuando acierta, y me introduce más de la mitad de un solo empujón. No me extraña, debo estar tan mojada que el sofá se va a echar a perder. Es a partir de ahí, cuando noto la tensión, un polvo rápido con Emilio no destacó una cañería que llevaba años cerrada, y que nunca alojó algo de este grosor. Con un cuidado que agradezco, la saca y vuelve a metérmela con calma, y esta vez gimo alterada, le rodeo con los brazos y creo que le araño la espalda.

– YO: ¡Madre mía, me partes! – sonríe pícaramente, debo tener la cara de una niña pidiendo clemencia en su primera vez. Acaba besándome con lujuria.

A la tercera embestida me retuerzo, me recuerda al día que parí a Carlos, pero en vez de salir, entran. Los gestos que hace son como oleaje, me agarra de la cintura y tras la cuarta y la quinta vez, ya no me duele, pero sí noto un placer nuevo, o más profundo, mejor dicho.

Desde este momento, demuestra que sus dotes de baile son aplicables, y con una cadencia, a una velocidad que crece exponencialmente, me está follando a su antojo. Deliro como nunca antes, ni con Luis y el amor que le tengo, o le tenía, esto es algo nuevo, y me encanta. Acabo abriéndome de piernas a más no poder para soportar las riadas de placer que recorren mis sentidos, me sujeto la cabeza y noto mis senos rebotar al son de sus golpes de cintura, sintiéndome llena y complacida, de formas que nunca creí posibles. Miro abajo, veo asombrada que la saca y la mete entera cada vez, es glorioso, observo mis labios vaginales resbalar por todo su tronco, y él comienza a disfrutarlo con gemidos de animal en celo, mascullando que soy la mujer más preciosa que se ha tirado jamás.

Para un segundo cuando jadeo tanto que creo que me ahogo, cambia la postura y pasa de agarrarme la cintura a rodearme con un brazo por los riñones, despegándome del sofá, y me encuentro en vilo abierta de piernas, unida únicamente a su miembro y su antebrazo en mi espalda. Se apoya en el respaldo y me hace subir y bajar como una muñeca, y esta vez siento que me llega tan dentro que me va a matar. Me agarro a su nuca, y para mi asombro, acompaso hacia abajo, dándolo todo, notando que me está expandiendo por dentro, y besándole cuando me siento extasiada, sintiendo su respiración rítmica, y el sudor cayendo por nuestros cuerpos.

Me agarra de las nalgas pasado un rato, y ahora me sube y me baja para su deleite personal. De vez en cuando me lame los pechos, pero están tan sueltos al ritmo de su cintura que es complejo. El sonido del “chop” de nuestros sexos chocando es continuo, y va aumentando de fuerza y ritmo, hasta que empiezo tiritar. Me resisto, pero grito o me muero allí mismo, así que suelto un alarido abrumador, y noto mi cuerpo entero temblar y convulsionar, la piernas se me estiran desde la cadera hasta la punta de los dedos con una vibración en la cara interna de los muslos que me hace avergonzarme. Él esta agarrándome, riéndose del orgasmo más brutal que he tenido nunca durante la penetración con alguien.

Lame de mi cuello pasando sus manos por detrás de mis muslos, y con cierto esfuerzo se pone en pie conmigo colgando de su nuca y mis piernas apoyadas en sus hombros, me asombro al ver que me deja caer contra una pared, sin cambiar de postura, hasta que su miembro me vuelve a perforar. Acomoda los cuerpos, y me suelta hasta quedar encajada a la perfección, sintiendo tal latigazo en la espina dorsal al notarle dentro, que casi me vuelvo a correr de sentir su falo abriéndome otra vez. Literalmente está empotrándome contra un muro, con mis tobillos por sus orejas, y creo que si sigue así me va a partir por la mitad, llego a rozarme las rodillas con los pechos de las acometidas que me da, y pese a que la postura es incómoda, el placer es indescriptible.

Tras unos minutos se cansa, y me baja, pasa las manos por los muslos desde atrás y me hace dar un salto para montarme sobre él, rodeándole con las piernas. Me besa mientras orienta su miembro y me lo vuelve a clavar sujetándome del culo, y de nuevo, reboto a su gusto, queriendo no dejar de sentir su miembro friccionándome. Echo la cabeza hacia atrás poseída, aprovecha para lamer mis senos, justo entre los dos, y me vuelve a apoyar contra la pared, es demencial sentir que te clavan con esa virulencia.

No tardo ni cinco minutos y rompo a gritar otra vez, el espasmo es tan grande que creo que me ha dado un ataque epiléptico, no tengo control sobe mi cuerpo, y gracias a dios, veo que empieza con penetraciones más largas y pausadas, bufando como un toro.

– YO: Sácala. – imploro.

Asiente, y me da tres golpes de cadera que me elevan, estirando el placer residual. Me deja en el suelo pero caigo rendida, se quita el condón y agarro aquel mastodonte de carne, masturbando con firmeza. Ya da cabezadas y a las pocas sacudidas revienta expulsando semen, pareciera que llevara años sin eyacular, el suelo y un sillón quedan manchados, con bramidos saliendo de su garganta.

Se sienta cogiéndome de la mano tras tomar aire, la forma de su boca ovalada, con los labios salientes, bien me recuerdan a los musculosos del gimnasio, cuando han hecho un gran esfuerzo pero hubieran levantado cien kilos con suficiencia. Me arrastra a su regazo y me besa, forzando a seguirle en su depravada sesión de sexo. Mete su mano entre mis muslos ante mi sorpresa, y recoge mis flujos vaginales, ante mis ojos, se lame los dedos y me dice que estoy deliciosa. Es algo novedoso para mí, hasta me da reparo, pero después de la follada que me ha pegado, no voy a criticarle nada.

– YO: Eres un animal, me has dejado rota. – susurro mientras me chupa el cuello.

Baja a lamerme los pechos, y lo hace acelerado, parece que su tórax fuera a explotar con una respiración agitada, y me trata con cierta brusquedad. Supongo que la sensación de chupar un seno siempre calma a los hombres, y se va sosegando. Trato de levantarme, pero tira de mí, pellizcándome los pezones un poco, riéndose a carcajadas.

Me quita de encima al minuto, y empieza a vestirse, yo recupero el aire un instante sentada en un sofá, me duelen mis paredes vaginales. Cuando me voy a vestir, y quiero pedirle mi tanga y mi sujetador, el chico ha desaparecido. La cabeza me da vueltas, me pongo los shorts y la camiseta, y me voy a un baño anexo. Me lavo como mejor puedo, y salgo a buscar a mi adonis particular.

Un grupo de gente dispersa me mira con ojos perversos, no esperaba que me hubiera escuchado follar media discoteca, tampoco es que me esperara semejante macho cabrío.

Me acerco a preguntar a las camareras, que están recogiendo, que con sonrisa cómplice, y algo de disimulo forzado, me dicen que el chico es Jimmy, nombre comercial, que es un boy habitual de las despedidas de soltera que montan allí, y que no hace falta que me sienta mal porque se fuera ya, a ellas les ha hecho el mismo “número”, y se las has tirado a todas. Una de ellas me pregunta si se ha llevado mi ropa íntima, le digo abochornada que sí, y me dice que no le busque para que me las devuelva, ella lo hizo, y estuvo tres días sin salir de su cama.

Salgo entre enfadada y ofuscada de la discoteca. Voy de mujer madura y capaz, y en menos de un mes, me deja plantada un médico de tres al cuarto, y un boy que me ha robado la ropa interior. Me siento estúpida y sucia, quiero llorar, pero no me sale, tal vez porque aunque me haya usado, al menos me ha echado el polvo de mi vida, es recordarlo y me resiento por dentro. Por la calle noto que la gente me mira, es imposible pero creo que saben lo me ha pasado, y se ríen de mí.

Tras tres calles al fresco del amanecer, con el cansancio y la lejanía con mi casa me decido tomar un taxi. Me cruzo de brazos al observar que el taxista clava sus ojos al sentarme, mis pezones marcados bajo la fina tela de la camiseta son llamativos, y me arrepiento de haber caído como una idiota en las garras de un capullo por el trayecto.

Sé que ha sido una tontería, pero es lo que los errores tienen el inconveniente de que follan de vicio.

De inmediato pienso en Javier, y su razonamiento sobre las mujeres, y no tengo más remedio que darle la razón, nos ponen a un chico guapo delante con algo de maña, y nos dejamos llevar, mientras que los buenos hombres se tiene que conformar a esperar que alguna se fije en ellos.

Solo al llegar a casa y pagar al chofer, que me dedica un “Guapa” que me duele en el alma al bajarme, recuerdo que tengo invitados. Miro el móvil y veo un par de mensajes, uno es de mi hijo avisándome de que todo está bien, y otro del joven que ha usado mi casa de picadero. Me escribió hace un rato, diciendo que ya está, que se ha acostado con Celia, que ha sido maravilloso, que le perdone pero lo han hecho en mi cuarto, y que ha querido recoger, pero la chica se quería ir a casa, y ha tenido que ir a acompañarla. No sé cómo reaccionar a esa información, si triste o feliz.

Por ahora, subo a mi casa cogiendo las llaves de emergencia de un macetero del rellano, y me pego una ducha rápida para tratar le lavar mis pecados, notando un leve escozor entre mis muslos. Me pongo unas braguitas de abuela y un camisón cuando me voy a la cama. Está algo desordenada, pero no hecha un desastre, y estoy agotada, ya cambiaré las sábanas por la mañana.

Es al tumbarme cuando noto al instante el aroma del la potente colonia de Javier, el del perfume de ella, y un ligero hedor a sudor y sexo. Imagino lo que habrá pasado, y de pensar en Javier tomándola como me han poseído a mí, me revuelco en busca de su esencia. Me quedo dormida retozando, algo abstraída, mirando la hora. Son casi las siete de la mañana.

El despertador suena puntual a las diez, gimo y me hago la remolona, con un dolor de cabeza tenue, me quedo mirando la bolsa del gimnasio en la silla de la habitación, y decido que ayer ya me moví suficiente. Apago la alarma, pongo el móvil en silencio, y me quedo abrazada a la almohada, pensando que es cierto galán muy educado, al menos, huele a él.

Un portazo me despierta. Miro la hora y suspiro de gusto al ver que son las dos de la tarde, bostezando y desperezándome, la resaca sigue pero estoy más entera. Voy al baño y salgo al pasillo, no veo a nadie y me dirijo al cuarto de Carlos, como pensaba, ha dejado su mochila en el suelo y se ha tumbado a dormir vestido y todo. “Espero que hayas tenido mejor fin de semana que yo, hijo.”, le dejo descansar.

Me voy a la nevera, y me hago un bocadillo con un té desintoxicante, para eliminar el alcohol de ayer. Me lo tomo a solas en la mesa de la cocina, repasando un poco todos los acontecimientos, la cena con Javier, la charla en el sitio de los botellines, el pub, los consejos con Celia, Fran y su insistencia, la discoteca, el boy… “Aburrirme no me aburrí.”, bufo por mi comportamiento de niña tonta. Estoy algo magullada, y me duele todo, creo que es por bailar tanto, pero el tal Jimmy tiene más papeletas para ser el culpable.

Me voy a mi cuarto y cambio las sábanas, me miro en el espejo y me tengo que quitar el camisón y ponerme una camiseta vieja, para tapar el enorme morado del chupetón que me hicieron ayer, luego cojo el móvil y me estiro en el sofá del salón. Al mirar la pantalla veo muchos mensajes de Javier, leo por encima que todo fue bien, y que se despidió dándola un beso tierno en su portal, que han quedado hoy otra vez para salir a pasear, y que me está eternamente agradecido. Me pide que le llame en cuanto pueda, da igual la hora, pero no estoy de ánimos para saber lo maravilloso que fue acostarse con otra en mi cama, mientras a mí me camelaban como a una quinceañera.

Me echo a ver alguna película mala, y al par de horas Carlos sale de su habitación, buscando algo de comer. Me obligo a ser su madre, y voy a prepararle algo, así charlo con él, y compartimos experiencias mientras devora lo que le hago.

– YO: ¿Qué tal te ha ido?

– CARLOS: Bien, he estado en casa de una chica…no sé, ha sido diferente, no hemos estado haciendo nada raro, pero me lo he pasado bien. – es delicado, sabe que ahora me molesta su actitud algo chulesca con las chicas.

– YO: Me alegro, quizá así encuentres a una de las buenas.

– CARLOS: ¿Y tú, que tal te fue con estos? – no atino a responder de primeras.

-YO: Divertido, fue algo extraño, pero me lo pasé bien, salvo un pequeño incidente con Fran, que se propasó, todo fue…genial. – tampoco es que esté mintiendo.

– CARLOS: Ya, es que es un poco idiota con un par de copas encima, ya hablaré con él.

-YO: No creo que haga falta, ya le puse en su sitio, pero si te dice algo, dile que lamento lo ocurrido.

– CARLOS: ¿Y tú amigo Javier? – sonríe con malicia.

– YO: Pues que yo sepa, se lió con una chica, y se ha acostado con ella…- el retintín me sale exagerado.

-CARLOS: ¡No jodas! Pero si es un estirado, ¿A quién?

– YO: Pues a un chica rubia que le gustaba del grupo…Celia. – empieza a reírse.

-CARLOS: Jooooder, pero si a esa me la quiero tirar yo, es un bombón de niña, qué cabrón, ¿Cómo?

– YO: Pues le di unos consejitos, pero creo que se basta él solo, no sé más.

-CARLOS: Qué mamón…

La verdad es que esperaba una reacción más negativa ante la noticia, Carlos parece molesto con los éxitos de los demás, pero en este caso, sonríe y parece que le gusta lo que ha pasado.

Se va a su cuarto y yo regreso a mi sofá. Trasteo con el móvil, pensando en la conversación con Carlos, y me pica la curiosidad. Marco el número de Javier, y espero que dé tono, cuelgo, y vuelvo a llamar, no entiendo mi nerviosismo. Me calmo, y al final le llamo de verdad.

– YO: Hola Javier, perdona que no contestara antes, es que estaba molida.

– JAVIER: No pasa nada, espero que ayer, al irme de la discoteca, no sufrieras mucho. – pienso en el falo enorme del boy.

– YO: No…nada que no aguante. ¿Para qué querías que te llamara?

-JAVIER: Pues lo principal, para darte las gracias, fue casi perfecto.

– YO: ¿Casi? Cuenta, cuenta…

-JAVIER: ¿De verdad?

-YO Soy tu profesora, quiero evaluar los resultados de mi alumno. – me invento, la curiosidad me mata de repente.

– JAVIER: Pues…fuimos a tu casa, cogidos de la mano y besándonos a cada semáforo, o al parar para comprar condones. Subimos y ya en la puerta se me echó encima, fue algo improvisado, y la metí en el primer cuarto que vi, el tuyo. Discúlpame por lo de las sábanas…

– YO: Nada, tú sigue.

-JAVIER: Es que no sé, la recosté en la cama y me tumbé encima, nos besábamos, y acariciábamos, y llegó un punto en que ella se fue al baño, y cuando salió…estaba desnuda.

-YO: Una chica directa…

-JAVIER: Sí, y menos mal, se me dan faltan los sujetadores y eso, así que me desnudé como un rayo, se reía de mi torpeza, pero…se… se serenó al verme desnudo poniéndome el condón. La tumbé sobre mí, boca arriba, y bueno…empezamos. – tengo necesidad de saber con detalle lo que pasó, pero no quiero parecer una fisgona.

-YO: ¿Y al acabar?

– JAVIER: Fue algo rápido, a mi me hubiera gustado quedarnos abrazados durmiendo, pero ella vio la hora y se preocupó por sus padres, así que nos vestimos a toda prisa y la acompañé hasta su casa. Fuimos agarrados del brazo y al llegar me despedí con un beso en la mano, pero ella me cogió de la cara y me besó con dulzura…uf, es una gran chica. – sentencia.

– YO: Eso parece, me alegro por ti, y Javier, trátala bien, eh.

– JAVIER: Por supuesto, si hemos quedado para tomar un helado y pasear a Thor. – “Mierda, eso lo hacía conmigo.”

– YO: ¿Ves cómo no era tan difícil?

– JAVIER: Porque me ayudaste, si no, aún está esperando que la toque el culo…- me saca una carcajada.

– YO: Qué bobo eres.

– JAVIER: Por cierto, tengo las llaves de tu casa, ¿Cuando me paso a devolvértelas?

– YO: No hay prisa, cuando quieras.

-JAVIER: Pues el lunes entonces, que voy a comer a tu casa, si no te has arrepentido del ofrecimiento.

-YO: Ni mucho menos, estaré encantada, y así hablamos.

– JAVIER: Un abrazo… Laura, eres la mejor.

-YO: Anda, galán…un beso.

Me quedo algo entusiasmada, no sé el motivo, pero creo que Celia ha logrado que mi relación con Javier sea más normal. Al menos eso espero, no puedo seguir haciendo el idiota por ahí, estoy cometiendo errores bobos y no me lo puedo permitir, mi vida es algo más que estar sola en casa o que un capullo me folle para dejarme tirada.

Realizo varias llamadas por la tarde, a las amigas del gimnasio para que no se preocupen al no verme hoy, y a Carmen, que me dice que su marido está fuera y que ahora no podía hablar, que tenía que atender al hijo de un vecino en su bloque.

Paso el resto del día haciendo la colada, y con ciertas rutinas de la casa, tratado de no pensar en Javier y Celia paseando o jugando con el perro. A la cena, Carlos sale de su cuarto hablando por el teléfono, es una chica, he oído alguna de esas conversaciones, pero esta parece que le hace “tilín”, nunca le he visto hablar más de tres minutos con una, sin pedirla quedar en un futuro cercano, y lleva casi diez entre cháchara y risas.

Al acabar, se vuelve sin decirme nada a su cuarto, y yo preparo unas palomitas para ver una película. Me quedo dormida en el sofá, y hasta las tres de la mañana no me despierto, me voy a mi cuarto y me quedo en la cama retozando hasta que suena la alarma.

Continuará…

PARA CONTACTAR CON EL AUTOR:

poesiaerestu@outlook.es

Viewing all 249 articles
Browse latest View live